domingo, agosto 17, 2008

LA CORTE DE LOS MILAGROS-4. DONDE SE CUENTA LA EJEMPLAR Y SIEMPRE TRISTE HISTORIA DE LA UCRANIANA ROSITA

Es costumbre imperecedera del Foco de Infecciones Sonoras el transporte en carricoche desde las lejanas estepas ucranianas de todo tipo y calidad de mercancías, ya muebles, ya semovientes. A veces se trata de las expediciones proto-esclavistas de la Trans Silvana, que a cambio de un bocadillo de mortadela promete oro, fama y prez a las desfallecidas huestes de la música ucrania. Y eso que a veces los músicos se le niegan a viajar en guagua desde Kiev a Santander y es necesario formar en un par de días una orquesta bolera capaz de estudiar preludios de ópera durante el largo, larguísimo viaje entre el más allá y el más acá. Pero su entusiasmo siempre está a la altura de su ineficacia y pronto consiguen alcanzar las cotas de la excelencia inaugural desafinando a un Puccini disfrazado de Verdi que te quiero Verdi.
Pero la más ejemplar de las importaciones tuvo como infeliz protagonista a la pobre Rosita. Habíase acercado al ciclo estival el afamado Ensemble Boniatovsky, especialista en ejecutar (sin piedad alguna) sonatas y cantatas del Barroco Estepario. En su periplo por el subciclo Merodeos Musicales, trabaron profunda y crematística amistad con Tutto Resolutto, quien decidió apiadarse de su miseria eslava encargando la construcción y gestionando la compra por parte de Fraile Infinito de un necesario y hermoso clavecín.
Fue una prima tercera del legendario compositor Boniatovsky la encargada de poner en solfa varios kilos de madera de teka limocho, hermosas pinturas de imitación a Ladró, restos de hueso de rata caucásica para embellecer las teclas ... Hasta que así nació, como si de una nueva Criatura de Mary Shelley se tratara, la tierna, dulce y apopléjica Rosita.
Dicen las crónicas que resistió al infeliz e inacabable viaje desde su adorada Ucrania hasta la montañecina Cantabria, dicen que resistió sus primeros conciertos bajo los inexpertos dedos de la clavecinista del Ensemble Boniatovsky (aunque ninguno de los asistentes es capaz de recordar su tan delicado como inaudible sonido), dicen que aguantó digna y altiva las burlas sobre aquél color caramelo de nata masticada decorado con una rosa enorme de plastilina de colores que le valió el sobrenombre de Rosita entre los más cercanos, comentan que incluso perdió parte de su blanco nata y se puso colorada cual mejillón de ría al darse cuenta del alto precio pagado por sus carnes esteparias. Pero difícil resulta contrastar los rumores.
Sí, la pobre Rosita nunca pudo reponerse de la acusación de vil y antiestético asesinato. Tres clavecinistas, cuatro expertos en música barroca, dos sopranos antiguas más que viejas y un tataranieto de Bach murieron, de risa, tras acercarse a las teclas de Rosita y probar su extraña sonoridad. Se olvidó de las sonatas y tras esconder su nívea piel tras oscuras sotanas descendió hasta el infierno de los sótanos. Donde languidece en espera del juicio final mientras otros claves mercenarios ocupan su lugar y Fraile Infinito se pregunta en sus soliloquios de estío "¿Pero nosotros no habíamos comprado un clave?".
En fin, que como dijo el gran Manrique
"¿Qué se hizo el rey don Juan?,
los infantes, ¿qué se hicieron?
¿Qué fue de aquél clavecín
que trujeron?"
Y es que la vida de la pobre, inútil y destemplada Rosita vino a dar en este mar ... que es el morir.
Pagada, eso sí, con dineros públicos malempleados por los que nadie nunca rindió cuentas.

10 comentarios:

Rukaegos dijo...

Nota bene: Rosita es el nombre auténtico del pobre, maltratado y solitario clave. Se lo pusieron nada más llegar, entre poco caritativas risas, almas malvadas con las que, por una vez y sin que sirva de precedente, nada tuvo que ver el malvado Rukaegos.

Alfonso Saborido dijo...

jeje Genial querido amigo, lo tuve que leer dos veces, para comprender como pones luego, que Rosita es el clave. Que curioso, un nombre femenino y cariñoso a un instrumento musical - el clave - masculino. Será por lo de que era ruso ¿en aquellos tiempos Ucrania era Rusia, no?
Lo que nos hacía falta, posible transexualismo en los instrumentos musicales. En fin, de lo que me quedo más tranquilo, es de fuera el tataranieto de Bach el que probara la mortal risa. Bastante tuvo ya con que no le pagaran los conciertos de Branderburgo, según dicen ¿no?
Abrazos.

Rukaegos dijo...

Jeje, Alfonso. A los que no conocéis los entresijos del Festival Internacional de Santander (FIS: Foco de Infecciones Sonoras) espero que no os aburran demasiado estas perversas crónicas. El nombre de Rosita le vino de la horrorosa flor que traía la chiquilla pintada en la contratapa :)

JP dijo...

Muy buenas. Puedes pasarte por Historias de JP que tienes una sorpresa. Feliz Verano.

Saludos,

JP

Anónimo dijo...

Querido y malvado: Tal como nos lo cuentas, más ganas dan de llorar por la pobre Rosita, alumbrada para su desgracia en un entorno tan hostil. "¿Qué pecado cometí, contra vosotros, naciendo?", dirá sin duda mientras solloza en un rincón, como el arpa del sevillano. En fin, más historias sotaneras para robarnos el sueño... :-)
Beso con carcajada.

Anónimo dijo...

Siento disentir pero no comprendo tus comentarios siempre hirientes e irónicos hacia el FIS. Nada es perfecto y desde luego está bien aspirar a más, pero tú pareces soltar una mala baba hacia ese Foco de Infecciones Sonoras que no me parece muy normal.
Ah y decía que nada es perfecto, y nadie lo es, ni siquiera tú que creaste una revista de literatura, conseguiste que bastante gente se suscribiera (2.500 pts por 4 números, hace 12 años), sacaste sólo 2 números y del resto (del dinero y de los ejemplares) jamás volvió a saberse. Ni una explicación. Genial tu iniciativa. Mucho más seria que las "tonterías" del FIS. Puedes no publicar esto, si quieres.
Ah, me encantó tu entrada sobre los espectros.

Rukaegos dijo...

Qué tal callejón. Sobre la revista, quizás haya un par de matices que pueden añadirse. El primero es que no creé una revista yo, sino un grupo de escritores jóvenes, el mayor de los cuales andaría entonces por los 30 años, que intentaron financiar un proyecto sin ayudas públicas y acudiendo a personas aficionadas a la literatura. La primera persona depepcionada con el resultado de Espacio Único fui yo, eso te lo puedo garantizar. Ese bastante (y algunas personas que pasan por este blog te lo pueden confirmar) nunca llegó al centenar. Y lo que quedó sin cubrir de las revistas lo puso el menda de su bolsillo, como corresponde.
Te decía que la gran diferencia es que el FIS está financiado con dineros públicos, y eso hace incomprensibles muchas cosas que si quieres podemos pasar a detallar.
Sobre la mala baba ... el humor siempre ha vivido de la misma. Pero en el fondo y en lo que se refiere al FIS y a sus múltiples mantendores sociales e institucionales tampoco se permite cualquier crítica razonada o justificada. Cuando quieras podemos hablar del tema pero simplemente decir que en el tercer movimiento de la sonata X la orquesta entró descoordinada supone en esta ciudad la peste.
Finalmente, y volviendo a Espacio Único, si estabas entre los suscriptores quebrados no te preocupes, me lo dices y te paso 20 euros: 1250 pesetas más intereses. Hay otras dos personas que protestaron porque la revista no pudiera salir adelante y recibieron de vuelta el dinero de su suscripción.
Pero también te apuntaré la reflexión de Manuel Arce y la de José Luis Sampedro (coincidieron, curiosamente): Da gusto poder ayudar a un grupo de jóvenes que intentan poner en marcha una iniciativa cultural por ellos mismos, aunque sepamos, después de muchas suscripciones, que el número uno será el número último. Ni se lo creían cuando vieron el dos.
Pero lo dicho: todo aquel suscriptor de Espacio Único que quiera su dinero, sólo tiene q pedirlo. Esta misma noche te lo paso, si quieres.

Rukaegos dijo...

Upsss, por cierto, gracias por tu comentario sobre la entrada de los espectros. Algunos siguen empeñándose en reaparecer y en hacerlo de forma dolorosa. Hay días en que uno no debería levantarse de la cama, o como en el que dio origen al texto, acostarse pronto. Porque los problemas sin resolver pueden encontrar alguna grieta para colársete dentro y resucitarl el frío.

Anónimo dijo...

No tengo nada en contra de ti, lo puedes creer o no; y sí, soy un suscriptor de Espacio Único, me sentí decepcionado, lo siento; no quiero el dinero, no lo necesito y además me parecería absurdo después de tantos años recibir 20 euros o lo que sea. Sólo reflexiono sobre el hecho de que muchos de nosotros (algunos ya hasta han muerto, pero eso no es culpa de nadie) hubiéramos agradecido una nota o algún tipo de aclaración. Por lo demás, la revista me gustaba, y la gente que publicó en ella también.
Y digo en serio lo de la entrada de los espectros, me encantó, supongo que porque yo ahora (y antes y muchas veces) lo estoy sufriendo.
Vale, viva el humor. Buen trabajo.

Rukaegos dijo...

En ningún momento he creído que tengas algo en contra de mí. Respondí, una vez, en un tono irónico que me consta que acabará perdiéndome.
Más en serio si quieres. Sé que no lo justifica, pero la juventud e inexperiencia de quienes intentamos sacar adelante aquel proyecto, además de nuestra obsesión por mantenerlo independiente y libre de interferencias institucionales, fue un lastre. Nos creímos las bases que nos habían planteado desde dos experiencias anteriores (muy anteriores) y llegamos, oh inocencia, a pensar que en efecto las ventas de un número podrían prácticamente sufragar el siguiente.
Despues de por fin terminar de pagar a Santa Carmen Bedia (y esto lo digo sin ironía alguna) nunca hubo la intención de dar por finalizada la aventura. De hecho, la mayor parte de los materiales que hubieran ocupado el número tres están en una carpeta en mi casa. Pero la dispersión geográfica del resto de personas implicadas en la revista (bueno, de las pocas que realmente colaboraban solamente habíamos quedado Ana de la Robla y yo), el negro horizonte financiero y tal vez ese tiempo que acaba por hacer perder sentido a un proyecto que debería haber tenido continuidad acabaron durmiendo más que matando Espacio Único.
Y sí, tienes razón, deberíamos haber explicado todo esto por carta a los suscriptores. Además de la inexperiencia, añado que tal vez olvidamos que aunque el 90% de los mismos eran parientes y amigos cercanos, o colegas del mundillo provincianoliterario, y que por tanto estaban totalmente al corriente de las vicisitudes de la revista, existía un porcentaje de personas que habían realizado la suscripción sin esos vínculos. Mal por nuestra parte (tengo cierta tendencia a ser más crítico conmigo mismo de lo que suelen serlo los demás).
Pero sí voy a insistir en una cuestión. De esta tierra en la que vivimos siempre me ha sorprendido lo prontos que estamos a la decepción o la crítica con las iniciativas privadas y lo tardos que somos para las públicas, con dinero de todos. Casi cada día muere una revista literaria en este país, la mayoría con suscriptores pero también con generosas o menos contribuciones públicas. Y lo mismo apunto sobre el punto de arranque, el FIS, uno de esos temas tabú en Cantabria sobre el que sólo se puede opinar si lo calificas de supercalifragilisticoexpialidoso.

En cualquier caso, espero seguir viéndote (y discutiendo si quieres) contigo en este blog. Lo abrí para eso. Y además, me has dejado como con ganas de dedicar una entrada propia a Espacio Único, algo así como un brindis por la cándida adolescencia.

Saludos

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