domingo, mayo 31, 2009

LA REPENTINA MAGIA DE LOS SÁBADOS


Ni siquiera las declaraciones indecentes de Mayor Oreja secundando las no menos indignas declaraciones de Cañizares restando importancia a los abusos sexuales que con demasiada frecuencia implican a clero y a menores pudieron afectar a la sonrisa que se me pegó a la cara en pleno ecuador de la campaña electoral, ayer sábado.

Hay días que de pronto se empeñan en transformar la magia en vida. Y sin que sepas muy bien cuándo da comienzo el tiempo de la maravilla, te encuentras sumergido entre sus brazos. Tocaba ayudar a los compañeros de Santillana del Mar, acompañarlos durante el reparto de propuestas y papeletas entre los vecinos de la villa, y disfrutar de la compañía de Mar, de Montse, de Isidoro ... Pero es que al tiempo se desarrollaba entre las calles la segunda edición del festival de títeres Bisóntere y hacía un día soleado, de esos que el nordeste que nos llega de Europa nos deja en Cantabria de cuando en cuando para animarnos y llenarnos de luz y optimismo (en vez de esos cielos grises, llenos de nubarrones y lluvias, que nos vienen desde el mismo oeste del que nos viene Rajoy).
Así que fui a Santillana con Leo y aprovechamos la disculpa electoral para que conociera Santillana, comer un menú estupendo en el restaurante de Mar y acercarnos a los espectáculos de marionetas con la segunda dosis de magia: Toni Zafra.

La causalidad hizo que fuera precisamente Toni (en la foto) el responsable del espectáculo que se iniciaba ante la Colegiata a las cinco de la tarde. Conocí a Toni hace muchos años, en el viejo querido Otoño Musical , donde tuve oportunidad de presenciar cómo los flechazos pueden existir, a través de las miradas de Carmen a Toni y de Toni a Carmen. Y tantos años después siguen felices y por segunda vez recién padres. Estuvimos un rato delicioso hablando y luego uno mejor viendo su circo de títeres compartiendo la cara de felicidad y asombro con los pequeños de la foto.

Y Torrelavega más tarde, para tomar un café con Ramón Jáuregui y escucharlo más tarde en el Marqués de Santillana, lleno de energía, de fuerza, de sentido, hablar de los sueños, de la historia, del pasado y del futuro, llenándonos de pasión el alma y de argumentos la razón.

Y todavía más, de nuevo con Leo, el Cirque Eloïze en el Palacio de Festivales, con su espectáculo "Rain. Lluvia en tus ojos". Un espectáculo inmerso en ese nuevo circo que aprende a seducir con luces, juegos, humor, técnica, un espectáculo lleno de trampolines, malabares, acrobacias aéreas, aros, forzudos y sobre todo lleno de imágenes tan especiales, dulces, divertidas, plásticas, que terminaron con una de las ovaciones más grandes que recuerdo en la Sala Argenta. Se me quedarán los chicos y chicas del Eloïze en el corazón por mucho tiempo, prometo buscar sus nuevos espectáculos. Y es que durante las dos horas que duró su representación, fui feliz.

Muchas personas, muchos sueños, mucho sol. Muchas razones para sonreir y para dar las gracias.

miércoles, mayo 27, 2009

MEMORIA DE AQUELLOS VERANOS
(Segunda columna para el periódico reinosano El Cañón)
Me vuelven a solicitar una columna para la sección La Trébede del periódico trimestral El Cañón. Si la primera vez nos solicitaron una mirada personal sobre el propio cañón que apunta al cielo en pleno centro de Reinosa, en esta ocasión nos han pedido una evocación del verano. La titulé "La conquista del reino del verano", imagino que fascinado como siempre por la utopía artúrica, pero como había usado ya en el blog ese título cuando os comentaba mis vacaciones en Gran Canaria el pasado año (sí, las mismas vacaciones en las que triunfaba el trasero del lituano impasible) he optado por poner un título diferente (y medio chungo, pero estos días con tanto ajetreo no tengo la cabeza para apuntes líricos). Aquí os la dejo.
"Entonces los veranos eran largos y santanderinos. Comenzaban a la par que el calendario, coincidiendo con el final del curso académico, y transcurrían al lado del mar, en la casa de la abuela, hasta el inicio de las fiestas de San Mateo.

Mi padre mantenía entonces un pie en Reinosa y el otro en Santander, mantenía el ritmo de trabajo de lunes a viernes y dedicaba los fines de semana a familia y playa. Y era uno de los grandes placeres del verano regresar a Reinosa para, como decíamos nosotros, “ayudar a papá”. Una misión en la que nos turnábamos y que nos correspondía un par de veces por temporada.

Era como aprender a ser mayores, como de pronto ingresar en una fraternidad de hombres que habían sido temporalmente abandonados por sus familias para leer o hacer algún recado durante las mañanas, comer en el Restaurante Avenida, aburrirnos durante la partida de mus, echar una mano para la preparación de la cena.

Como apoderarse de ese reino extraño y feliz por el que luchara el mítico Rey Arturo, en el que el sol, la responsabilidad, la felicidad y el aire limpio nos llenaban de vida".

viernes, mayo 22, 2009

NO ES LO QUE PIENSAN, ES LO QUE VOTAN
(¿Por qué se dan por aludidos?)


La presentación del tercer video editado por el PSOE con motivo de la campaña electoral para la próxima convocatoria del 7 de junio ha levantado iras y ampollas en las filas conservadoras y sus medios afines (la consigna parece haber sido la de insistir en que "el PSOE recupera el espíritu del dobermann").
Veo una vez y otra el video de la polémica y me pregunto cada vez por qué los conservadores españoles se dan por aludidos y si realmente hay causa para tanto mohín de damisela ofendida.
En realidad esa doble moral de que uno puede insultar impunemente pero no soporta la más mínima crítica tiene floraciones a todos los lados del espectro político, pero suele ser especialmente fecunda en la derecha, donde pocos días después de que Rajoy, por ejemplo, acusara a los votantes socialistas de no saber leer, se arremete contra un video de campaña donde aparecen diversos personajes hablando en italiano, polaco, alemán, francés ... vamos, peperos todos (a falta de Juan Corro, que habla chino). De la misma manera, bastaría darse una vueltecita por la red para ver la cantidad de barbaridades, obscenidades, groserías, y demás que desde los foros y blogs afines a los conservadores patrios se vierten día sí, día también contra el Partido Socialista en general y con su Secretario General en particular. Pero para ellos, eso es, claro, jugar limpio.
En cualquier caso, creo que la ira de Mato y adláteres tiene como origen más su propia estrategia que la realidad. Se ha empecinado el pepé en presentar el 7 de junio como una especie de sondeo en clave nacional; hasta sus propios eslóganes abundan en la idea de que si se vota al pepé cambiarán los vientos de las políticas nacionales. Y parece que se han olvidado (como siempre) de que este partido se juega en Europa, de que estamos hablando de quiénes y cómo van a tomar parte en representación de la ciudadanía española en los procesos de decisión de la Unión Europea, de cuáles van a ser las grandes líneas de avance o retroceso en la construcción de la Europa común.
Pues bien, en esa Europa que nos jugamos en junio, ha encontrado cierta voz, cierto respaldo el universo antisistema. Las voces que se escuchan en el video en diversos idiomas podrían provenir de los votantes de muchos partidos que tienen asiento en Estrasburgo y que suelen apostar por el Parlamento Europeo para difundir sus mensajes de exclusión o de odio. Tal vez porque siempre las elecciones europeas presentan una alta abstención y eso les permite alcanzar una representatividad que pocas veces podrían alcanzar en unas locales o nacionales.
En España no existe, de momento, una ultraderecha capaz de llegar a las principales instituciones. En parte, porque de vez en cuando un PP que ha optado por aglutinar todas las sensibilidades a la derecha, desde las moderadas hasta las extremas, hace algunos guiños para tranquilizar a ese votante más radical. Y puede que sea esa la razón por la que se han sentido aludidos. Claro que algunos de sus líderes y expertos han hablado de la homosexualidad como una enfermedad, claro que algunos de sus líderes han negado el cambio climático, claro que algunos de los sectores sociales que les apoyan clama por un sistema penal más riguroso y no excluyen la pena de muerte, claro que tienen entre sus filas voces que justifican la dictadura de Franco o que consideran que la única voz moral posible es la de la Iglesia Católica. Tal vez no sean las mayoritarias, ni las que se concretan en los documentos oficiales, pero están ahí.
Y puede que un video que habla de la necesidad de una izquierda fuerte, capaz de oponer valores positivos a las voces de esa ultraderecha europea, ideológica o populista, que de nuevo va a llegar al Parlamento Europeo, les haya molestado porque les haya recordado las veces que la espiral del silencio se ha comido su proclamado centrismo y les ha hecho mirar hacia otro lado cuando sus dirigentes han meado fuera del tiesto.
No iba con ellos la fiesta, pero si se han dado por aludidos, ellos sabrán por qué.

miércoles, mayo 20, 2009

VIEJAS PALABRAS QUE SABEN A ALMA NUEVA
(A propósito del libro La última palabra de Ana Rodríguez de la Robla)
Escribí esta reseña hace unos días para la revista Qvorum, y la comparto desde aquí con todos vosotros. Ana es una bloguera impenitente, amiga del Santander posible y de su responsable. Y con "La última palabra" parte de su trabajo sobre epigrafía latina, recuperando las palabras que se quedaron sobre las piedras de nuestros muertos. Merece la pena.
"Qué difícil resulta siempre enfrentarse a un texto ajeno, a un poema escrito por otras palabras, por sueños diferentes, por caminos de un lenguaje que no es nuestro. Las lenguas aprendidas difícilmente dejarán de ser eso, un aditamento al bagaje espiritual y conceptual que aprendimos desde la cuna y que tanto condiciona nuestras propias estructuras intelectuales. Igual que nos reconocemos parte del universo de quien utiliza nuestras palabras (“La sangre de mi espíritu es mi lengua / y mi patria está allí donde resuene” nos escribió Unamuno), penetrar en un texto perteneciente a otra lengua tiene siempre algo de aventura arcana. Y traducirlo, traicionarlo, verterlo en el vaso diferente siempre supone riesgo y tantas veces calamidad.

Un problema que a menudo me he encontrado en las ediciones de poesía clásica más al uso es que los transmisores son plumas de alto reconocimiento como especialistas en latín o griego, pero que tal vez no dominen a la vez las sendas de la poesía en castellano, de tal manera que a la vez que apuestan por una traducción precisa, filológica, exacta, científica, en esa misma decisión asumen la desaparición del alma, tanto que el rigor académico deviene en un acentuado rigor mortis. No es fácil encontrar versiones en las que el poeta, el que ama la poesía, el que la ha descubierto entre sus propias necesidades, sea a un tiempo conocedor profundo del idioma original, versiones en las que en definitiva se nos permita acceder a una música nueva para el texto clásico en las que las palabras encontradas sean capaces de esparcir el perfume de las antiguas sin por eso dejar de aletear como pájaros vivos. Así ocurrió con interpretaciones tan memorables como las aproximaciones de Fray Luis de León a Horacio.
Y así ocurre con los epitafios que ha recopilado y versionado para Icaria Ana Rodríguez de la Robla en un libro esencial y todavía caliente, recién sacado del horno. Y es que Ana aúna la formación académica en los ámbitos de la Historia, la Filología y el Derecho con la hermosa y profunda realización de su propia escritura, estudiosa y exploradora del. lenguaje a un mismo tiempo. Razones más que suficientes para que acabara cuajando en libro parte del trabajo que iniciara con su tesis doctoral. Razones más que suficientes asimismo para que uno venza el pudor que siempre supone enfrentarse a un texto escrito por una amiga y escriba esta reseña sabiendo que la amicitia (que dejo confesa) con la autora no impedirá la objetividad: y es que es justo alabar un libro espléndido, lo firme quien lo firme.

La última palabra nos hace viajar de la mano de un Orfeo cargado de palabras hacia el reino de los muertos en un viaje que tiene como misión rescatar los versos que quienes se quedaron de este lado dejaron sobre la piedra para rendir homenaje de amor a quienes una vez quisieron. Siempre la muerte nos mudos, atónitos, siempre solos e incapaces de reaccionar, siempre intentando a un tiempo ocultar su presencia, desdeñar el cuerpo inerte, y hacerlo vivir eternamente en la memoria del corazón. Esa necesidad de no desprendernos de nuestro paisaje humano, social, es la que nos empuja a construir ritos que den forma a la permanencia de nuestros muertos entre nosotros, y esa misma necesidad la que da sentido y origen a un género tan rico, tan querido por los clásicos como el del epitafio. Porque imaginativos, ricos y variados son los epitafios reunidos por Ana Rodríguez de la Robla en las diferentes secciones del volumen (Puella insolita ... optima uxor, Gaudium vs. Dignitas, Mors inmatura, Cotidie, Ars Moriendi, Viator y Amor et amicitia) por los que van desfilando los reconocimientos, elogios, lamentos, fragmentos de vida cotidiana que hoy como ayer nos permiten evocar a nuestros seres queridos; esposas, hijos, jóvenes, escenas cotidianas, posición social van trabando así un entramado cubierto de una melancolía invernal y gris que nos llena de ausencia, que nos inunda de estoicismo y nos hace omnipresente la invitación a vivir y continuar la senda que nos llega desde el otro lado de la lápida.

Quizá lo más sorprendente y atractivo de los epitafios sea una de las propias convenciones del género, la idea de un diálogo a dos vertientes en las que el muerto entabla conversación con los vivos, con todos los vivos, y consigue así labrarse una especie de misión de consejo, admonición, recordatorio o fatalidad. El propio epitafio nos dará las pautas, escuetas pero suficientes, de la historia que truncara la muerte, y suficientes datos así para poner rostro, nombre y estado a nuestro interlocutor: pudo ser una mujer virtuosa dedicada a la ocupación propia de las matronas de tejer la lana, pudo ser un muchacho arrebatado en plena floración, una niña cuyos sueños quedaron truncados, un hombre cubierto de honores y ya con la vida bien cumplida. Y de cada uno de ellos aprenderemos una lección y aprehenderemos un alma, bien guiados por la mano de Ana Rodríguez de la Robla, de pronto revestida con la túnica espectral, a la manera del padre de Eneas, para guiarnos de la mano por las miradas oscuras de los muertos. Tanto en el exquisito y pertinente prólogo como en la edición bilingüe de los poemas que se nos presentan limpios, sin notas (un dato positivo en la medida que nos permite acceder con claridad y celeridad a los textos sin las a veces farragosas interrupciones del erudito, de la misma manera que negativo porque nos impide conocer los criterios y aclaraciones que justifiquen una palabra, una interpretación, una resolución no académica de un problema textual). Se trata esta última de una decisión que considero acertada, ya que el libro se publica como una recopilación de poemas fúnebres y no como un tratado filológico. Pero sobre todo porque nos permite disfrutar sin interrupciones de lo que sin duda es la mejor parte del libro.

En efecto, si la cualificación de Ana para enfrentar con éxito el problema de la traducción de unos textos que conoce bien, de un género que domina, queda probada en el libro, me parece que sobre todo pasaremos a disfrutar de la recreación de los originales latinos en el esfuerzo de regalarnos una mirada lírica, musical, cargada de poesía en el sentido hispano y actual del término en el resultado de la traducción. Los versos imaginados por Ana Rodríguez de la Robla son rítmicos, pausados, profundos, siguen de alguna manera las pautas de la poesía latina pero resuena con gravedad actual, aprovechando con sabiduría las oportunidades que la retórica y la métrica le ofrecían para alimentar y cargar de emoción y sentidos transversales el original romano. Perlas de sabiduría (“Estando bien de haberes y salud, amigos/no te han de faltar, y si otro caso se diera,/extranjero serás en Roma o fuera de ella”), declaraciones de independencia y orgullo femenino (“Cierto es que hilé mi vida como quise; /nunca nada debí a nadie, viví /según la lealtad me aconsejó”), huellas de amor, de resignación, de dolor y hasta no pocos juegos irónicos han encontrado habitación en esta pequeña reserva de papel y memoria. En este libro que desde ya proclamo imprescindible, amigo lector, antes de que la ceniza te sea leve".

lunes, mayo 18, 2009

TRISTE TIERRA SIN MARIO

Hace un par de semanas, Uruguay perdía una voz llena de amor, poesía y compromiso, la de Idea Vilariño. De la misma generación, de la misma edad, del mismo grupo poético, de la misma furia, de la misma amistad que Mario Benedetti. Fue el 28 de abril y sólo unos días después, anoche, 17 de mayo, ocurrió la esperada despedida de una de las voces grandes de la lírica en español.
Había sido Benedetti consagrado ya entre los santos de la devoción popular y lectora. Porque su palabra estaba teñida de aparente sencillez (aparente porque con asombrosa naturalidad entre sus versos fluía la rima, la ironía, las figuras de repetición, la retórica al servicio de la simplicidad). Y de esa palabra nacía una comunicación sincera y directa que le convirtió en uno de esos poetas que se hacen amar incluso por quienes desconocen o sienten recelos ante la poesía, incluso por quienes no leen pero a veces escuchan.
Hablaba siempre de unas pocas mismas cosas. De un amor que hacía que el corazón se agitara hasta casi romperse. De una justicia social, una dignidad y unos derechos que no acababan de llegar y que le hicieron huir muchas veces de muchas dictaduras. De una desolación del hombre que se siente extraviado entre la ciudad plomiza (en ese Montevideo de cielos grises que nos permitía la evocación de un Santander igualmente gris entre sus poemas). De la necesidad de hablar claro y alto. Y del humor, del optimismo enfermizo que contagiaba, de la luz de las sonrisas que en medio de la tensión nos rompían sus versos.
Muchas veces lo leímos, o lo escuchamos convertido en voz y canción por Nacha Guevara o Joan Manuel Serrat. Y aquí en Cantabria por los buenos oficios del grupo Poetas en la calle. Y en un par de ocasiones le escuchamos hablar, leer, emocionar en la pequeña ciudad que nos envuelve y que hoy amaneció cubierta de un cielo gris montevideo y en la que entre nuestras cosas encontramos el Inventario, publicado con sus poemas en Visor, y en el que, claro, casi a las doce del mediodía, tropezábamos con el triste y necesario Ángelus
"Quién me iba a decir que el destino era esto.
Ver la lluvia a través de letras invertidas,
un paredón con manchas que parecen prohombres,
el techo de los ómnibus brillantes como peces
y esa melancolía que impregna las bocinas.
Aquí no hay cielo,
aquí no hay horizonte.
Hay una mesa grande para todos los brazos
y una silla que gira cuando quiero escaparme.
Otro día se acaba y el destino era esto.
Es raro que uno tenga tiempo de verse triste:
siempre suena una orden, un teléfono, un timbre,
y, claro, está prohibido llorar sobre los libros
porque no queda bien que la tinta se corra".
No sé, Mario, qué puerta se abrirá con cada muerte, pero sé que si hay otro lado te habrán estado esperando con los brazos alzados y prestos para transformar conciencias también allá, con las bocas llenas de verso y las miradas repletas de esperanza.
Sit tibi terra levis.

domingo, mayo 17, 2009

17 DE MAYO, DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA HOMOFOBIA, LESBOFOBIA, BIFOBIA Y TRANSFOBIA

Aquí os dejo el texto del manifiesto elaborado por la FELGTB en un día tan importante, por todas las luchas decisivas que nos quedan.
"Este 17 de Mayo, es hoy en España, especialmente dulce después de que el pasado 6 de mayo el Congreso de los Diputados aprobara por unanimidad, instar al Gobierno para que declare el día 17 de mayo como Día contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia y también para que impulse el reconocimiento internacional de esta conmemoración a través de la ONU, sumándose así a los Estados que luchan porque sea reconocido este día como símbolo de la lucha por la igualdad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales.
En España la igualdad legal nos hace creer en ese otro mundo posible pero somos conscientes de que aún estamos en el camino para alcanzarlo. La discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género sigue siendo un obstáculo en ese camino con forma de miedo, odio o desprecio hacia la diversidad afectivo sexual.
En una sociedad como la nuestra, que trabaja por la igualdad y pretende acabar con la discriminación tránfobica, homofóbica y bifóbica, la intervención en el ámbito educativo es irrenunciable, pues la educación en valores, en el respeto a la diversidad, es una herramienta básica para acabar con el problema de raíz.
Porque es el desconocimiento, la ignorancia sobre la realidad LGTB, la que fomenta la mayor parte de las discriminaciones. La incorporación de la diversidad afectivo-sexual y familiar en la educación, asegurarían un espacio de respeto e igualdad. Nuestros y nuestras menores, nuestros y nuestras jóvenes, se ven acosados en las escuelas y centros educativos, quebrantándose así, la garantía del libre desarrollo de su personalidad y del bienestar superior de los y las menores.
Por eso conmemoramos este 2009 como Año de la Diversidad Afectivo-Sexual en la Educación. Pero no podemos quedarnos en las escuelas, debemos trabajar también con las personas adultas y hacer pedagogía social. Porque cuando una persona descubre su homosexualidad, su bisexualidad o su transexualidad no debe temer por la reacción de los suyos, y tal y como constata el informe “Jóvenes LGTB”, realizado por la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, el 22% de nuestros y nuestras jóvenes sufren violencia psicológica o física en el seno de sus familias.
Debemos denunciar alto y claro que la homofobia y la transfobia en el ámbito familiar es otra forma de maltrato infantil. Los padres o madres no pueden imponer a sus hijos e hijas una educación que contribuya a la discriminación, lesionando así la autoestima de transexuales, lesbianas, gays o bisexuales.
Pero hoy no podemos quedarnos sin mirar también fuera de nuestras fronteras. Queremos destacar especialmente, que todos los días, y en todo el mundo, las personas transexuales se enfrentan diariamente a la violencia, abuso, violación, tortura y crímenes de odio, tanto en sus hogares como en el espacio público. Aunque la mayor parte de los casos nunca llega a documentarse, sabemos que sólo en las primeras semanas del 2009, han sido asesinadas mujeres trans en Honduras, Serbia y los Estados Unidos. Asimismo, los hombres trans son víctimas de discriminación más allá de su frecuente invisibilidad social y cultural.
Los derechos humanos básicos de las personas trans son ignorados o negados en todos los países por ignorancia, prejuicio, temor u odio. Las personas trans enfrentan discriminación cotidiana, que resulta en exclusión social, pobreza, atención de salud deficiente y escasas perspectivas de trabajo digno.
Entre los factores que contribuyen a esta situación se encuentran las clasificaciones internacionales sanitarias, que todavía consideran a todas las personas trans mentalmente “trastornadas”. Esta visión anticuada, es insultante y errada, y es utilizada para justificar la discriminación y la estigmatización cotidianas, presentes en todos los aspectos de la vida de las personas trans.
Es por lo que este 17 de mayo pedimos:
A la OMS, que deje de considerar la transexualidad como transtorno mental, y promueva el acceso a la atención de salud y el apoyo psicológico adecuados, tal y como demandan.
Que los Organismos de Derechos Humanos de Naciones Unidas examinen las violaciones a los derechos humanos que enfrentan las personas trans en todo el mundo, y que tomen medidas concretas para combatirlas.
A los países del mundo, que adopten los Principios de Yogyakarta, y que garanticen una atención de salud adecuada para las personas trans, incluyendo la reasignación de género, si fuera deseada; que les permitan adaptar el status civil a su género de preferencia, y vivir su vida social, familiar y profesional sin ser expuestas ni expuestos a la transfobia, el prejuicio y los crímenes de odio, siendo protegidos y protegidas por la policía y los sistemas judiciales frente a todo tipo de violencia, física o no.
Es importante recordar que a nivel internacional la homofobia, la transfobia y la bifobia pueden tener forma de ley que condena las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, como ocurre en 80 países, o incluso de pena de muerte, como pasa en 8 naciones del mundo.
Debemos trabajar porque la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género sea erradicada, y trabajaremos, desde la FELGTB, como entidad miembro del ECOSOC, dentro de Naciones Unidas, y con Naciones Unidas, para conseguir que el 17 de Mayo sea al fin considerado Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.
Otro mundo es posible, pero este otro mundo sólo es posible con nosotras y nosotros".
Hago mías todas y cada una de las palabras del manifiesto.

viernes, mayo 15, 2009

MOMENTOS ESTELARES: YIRA, YIRA ...
No tengo yo muy claro que mi madre haya sido capaz de reponerse de la impresión de leer en la canallesca local que el candidato trufero Rukaegos tomará parte en la quedada ciclista que el PSOE organiza mañana en Santander (también en Castro, Torrelavega y Santoña) contra el cambio climático, de manera conjunta con muchas otras ciudades europeas. De hecho, cada vez que la brisa golpea en mi ventana laboral, me suena como a carcajada materna.
Sí, lo sé. No tengo sentido del equilibrio. Ni del físico ni del mental. Y como me consta que Sauron consulta día a día mi Santander posible, he decidido aportarle algunas claves interpretativas.
Nunca aprendí a montar en bicicleta. Uno, que es tauro y de letras, decidió a temprana edad que no era natural eso de sostenerse sobre dos únicos puntos de apoyo, tan estrechitos además como una rueda de bici. Y como siempre, llevó su decisión hasta las últimas consecuencias: suspendí el parcial de física dedicado a la energía cinética y me negué (ejem) a moverme sobre ese artefacto a pesar del esfuerzo desplegado por padres, amigos de la familia, amigos propios, secretarios de ayuntamiento, interinas, practicantes, mancebos de farmacia, pasantes, paseantes, tíos, primos y demás parientes desde el mismo momento en el que decidieron quitar del chisme las estabilizadoras y definitivas rueditas de atrás. Eso sí, como había puntos de apoyo más que suficientes, durante mi infancia fui, que lo sepan, un as de los patines y patinetes. También aprendí a esquiar pero con dificultades y después de varios contratos de temporada con Alto Campoo para ejercer de alisapistas culero.
Y es que el papel de patoso, lo que se dice patoso, el Rukaegos lo borda. He dejado que mis piernas, apenas un punto menos fascinantes que las de Cyd Charisse, se enreden a medio camino entre el pupitre y la pizarra (morros al suelo). He visto como el hielo de la cascada del parque reinosano de Cupido se agrietaba bajo mis pasos mientras hacia el chon invernal y gritaba a los amigos "ey, está el hielo tan duro que se puede andar por encima" (morros al agua -helada-). He sentido como a medio partido de futbito el mundo se tambaleaba cuando en vez de patear el esférico decidí pisarlo a lo mamá equilibrista de Dumbo (morros al suelo again). Me he caído en la nieve, en la acera, en la carretera, en el campo, en la playa, en el monte, en el bosque, en el barro, en la arena, a cubierto, en descampado, en casa, de visita y hasta en misa.
Y hasta me aprendí el tango Yira, yira en la loma que corona la pequeña y soberbia joya del románico rural que es Santa María de Villacantid, en el Campoo de mis amores primeros, mientras apostábamos los chavalucos del colegio quién llegaba primero si hacíamos una carrera dejándonos rodar por la ladera de la loma. Todos realizaron su recto recorrido a más o menos velocidad mientras yo, a caballo siempre entre la patosidad, la oportunidad, el espectáculo y el mareo, decidía equivocar el rumbo y despeñarme por un pequeño talud hasta la carretera secundaria y a aterrizar en las amorosas fauces de un camión que, San Sebastián nos guarde, frenó a tiempo.
Y en efecto: ese fue el día del golpe en la cabeza. ¿Todo aclarado?
Pero que conste, que también se puede luchar contra el cambio climático tocando el piano o escribiendo sonetos y no se hacen quedadas para que los demás hagan el ridículo enredándose los dedos a medio "Para Elisa" ehhh.
Post Data: Que conste que pienso estar en la Plaza de Numancia animando a los aguerridos y aguerridas deportistas, y recibiéndoles con banderolas y botellines de agua en Puertochico. Pero en bici ... ni jarto de grifa.


miércoles, mayo 13, 2009

¿UNA DÉCIMA DE SEGUNDO BASTA PARA DECIR ADIÓS?

Su imagen de vampiro maldito, su discreta tristeza, su consciente y prudente adicción a la heroína, sus palabras medidas y llenas de poesía, su música que buscaba el interior y hablaba con nuestros fantasmas y nuestras nostalgias cara a cara forman parte ya de un irremediable ayer. El chico de ayer, Antonio Vega, escapó al fin de tanta soledad, tanta derrota y se mezcló entre humo de garitos y sombras de canciones con Marga.
He sido siempre más de canciones que de cantantes, que de grupos. Y por eso es raro encontrar en mi discoteca personal presencias obsesivas de algún intérprete. Pero Antonio Vega (y primero Nacha Pop) está entre los que se repiten con cierta frecuencia. Y es que desde la cándida adolescencia Antonio acompañó muchas horas, muchas emociones. Desde aquella extraña forma de bailar La chica de ayer o Relojes en la oscuridad en el mítico Rebeca que en la calle Panamá nos traía "la Movida" a los chicos de provincias que conjugábamos los veranos santanderinos hasta la emoción íntima que desde la casettera nos arrancaban Desordenada habitación o El sitio de mi recreo.
Encontré anoche en mi desordenada habitación, entre esas torres gigantes de cds contra las que lucho cada décima de segundo en la que necesito una canción especial para convertir mi pequeña casa en el sitio de mi recreo en el que perseguir sueños y sombras aferrado a una señal de bus o a cualquier puerta abierta capaz de reescribir a escala real esperanzas y oscuridades, un viejo disco de homenaje en el que bajo el título Ese chico triste y solitario se recrean canciones de Antonio Vega, siempre necesarias. Y desde entonces no he dejado de escucharlo (suenan ahora Los Lunes y su lectura de Eres tan triste).
Hay algo de homenaje en este regreso compulsivo. Pero también de reconocimiento del valor de la música, los poemas, las voces, las películas, los libros, las canciones, la televisión, la publicidad, las fotografías al muro en el que vamos clavando nuestra historia pequeña. A través de la radio, los discos, de la tele, Antonio Vega se fue clavando en nuestras memorias. Éramos tan jóvenes entonces que hoy la despojada nostalgia con la que escuchamos sus temas nos hace recordar nuestras primeras rebeldías, esos sufrimientos adolescentes y absurdos, esos primeros temblores del corazón. La música que un día se nos clavó en el alma y que nos hace hoy sentir que con Antonio Vega se murió un poco de cada uno de nosotros. Y que con nuestra memoria triste Antonio seguirá también viviendo un poco cada día en cada uno de nosotros.

sábado, mayo 09, 2009

EN TORNO A LA ALIANZA DE CIVILIZACIONES

Como en general me guío más por mis neurosis particulares que por la prensa, y aunque había prometido a algunos lectores del blog tocar la Alianza de Civilizaciones cuando se produjo la cumbre en Estambul, fuera de tiempo (y fuera del mundo, porque tengo una berza hoy que ni os hacéis idea) algunas coincidencias lectoras me empujan a abrir hoy este texto.
Por un lado, El País proporcionaba ayer algunos datos sobre la integración de los musulmanes en Europa y en Estados Unidos, apuntando que tienen muchos menos problemas de convivencia e integración en Estados Unidos que en la vieja Europa. Algo, por cierto, que no deja de tener sentido. Por otro, ando de lecturas obsesionadas con los bárbaros: Baricco y Todorov, con planteamientos totalmente diferentes, nos hablan de un cambio en los paradigmas culturales que estaríamos viviendo ahora mismo, una transformación para ellos tan fuerte como la que socavó los cimientos de la cultura clásica con la llegada de los bárbaros. Eso sí, Baricco nos estaría hablando sobre todo de la llegada de las nuevas tecnologías y de las nuevas actitudes y valores derivadas de las mismas, mientras que Todorov se plantea ante todo el problema de la convivencia entre culturas diferentes en el marco social de la civilizada europa.
En esta España mía, esta España nuestra se han reído las tripas los de siempre con lo de la Alianza de Civilizaciones. Obsesionados por demostrar la presunta falta de comunicación entre nuestro país y sus interlocutores internacionales, han preferido hacer un chiste de una iniciativa original, viva, oportuna y, por cierto, muy bien acogida por interlocutores de tan poca prestancia como los propios Estados Unidos (en la era Bush primero y en la Obama después), Naciones Unidas, referentes del mundo islámico como Turquía y un suma y sigue que se va ampliando.
Y es que la oportunidad de la propuesta quedaría justificada por sí sola valorando el protagonismo creciente de entornos culturales, geográficos, sociopolíticos que ya no son ni parte del canon occidental ni deudores directos de sus expansiones. La comunidad internacional deberá tener entre sus voces al mundo islámico o a oriente, o simplemente será todavía más inútil de lo que la hemos venido percibiendo.
En el fondo, no se trata de una gran construcción. Hablar de Alianza de Civilizaciones supone reconocer por un lado que la cultura occidental ha venido siendo considerada como única posible, única "civilizada", única elevada, hasta ayer por la tarde. Y por eso, las conversaciones, tratados e instituciones internacionales se habían ido construyendo a partir del parámetro único occidental. A ese reconocimiento, se suma la oportunidad y la necesidad de que un nuevo mundo se estabilice a partir de un diálogo cultural múltiple, en el que se reconoce el estatus de civilizadas a muchas otras formas de enfrentar la realidad cotidiana, y se reconocen sus valores y aportaciones como necesarios para la empresa común.
Cuando a veces hablamos de los avances hacia organizaciones y países más justos, más igualitarios, más respetuosos con la diferencia, más proactivos en la defensa y desarrollo de los derechos humanos, olvidamos creo que si nuestra actitud ante los derechos humanos es la de la pura imposición, difícilmente los países y las culturas que han permanecido lejos de esta construcción doctrinal podrán integrarlos como propios. Hace no tanto tiempo las carencias occidentales, las españolas, en esos mismos ámbitos eran tan fuertes que no parece de recibo que nos sintamos capaces de recriminar sin escucharlos a países que se encuentran en un estado similar al nuestro hace 40 años. Claro que debemos apostar en ese diálogo por nuestros buenos valores, por las que han sido las grandes aportaciones de nuestro Occidente a la historia y a las ideas, pero reconociendo también el derecho de tantos hombres y mujeres de construir su propio futuro, de aprender, reivindicar y luchar por ese diálogo, ese respeto, esa paz desde sus propias raíces.
Y es que ya esa necesaria fusión de bárbaros y ciudadanos como alimento del futuro tuvo su alba de Alianza de Civilizaciones en el poema "Esperando a los bárbaros" de Kavafis:
¿Qué esperamos agrupados en la plaza?
Hoy llegan los bárbaros.
¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes votarán los senadores?
Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.
¿Por qué nuestro emperador dejó su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
en su alto trono, coronado y solemne?
Porque hoy llegan los bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir
a su jefe. Al que hará entrega
de un largo pergamino. En él
escritas hay muchas dignades y títulos.
¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas?
¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados
en oro y plata, signos de su poder?
Porque hoy llegan los bárbaros;
y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.
¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?
Porque hoy llegan los bárbaros
que odian la retórica y los largos discursos.
¿Por qué de pronto esa inquietudy movimiento?
(Cuánta gravedad en los rostros.)
¿Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?
Porque la noche cae y no llegan los bárbaros.
Y gente venida desde la frontera
afirma que ya no hay bárbaros.
¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?
Quizá ellos fueran una solución después de todo.

viernes, mayo 08, 2009

LA MALA EDUCACIÓN

No sé en qué medida las ideas neoconas, con su defensa acérrima del egoísmo social, tendrán algo que ver en lo perjudicado que anda ese viejo conjunto de viejas normas de los viejos tiempos conocidas como buenas maneras. Pero cada día un poco más cuando uno camina por la calle o se socializa un poco acaba pensando que o ya llegó la hora de hacerse cascarrabias o algo está fallando en las estructuras sociales que hemos ido levantando como marco de convivencia.
Nunca he sido demasiado formalista, ni demasiado dado a protocolos. Pero sí que he creído siempre que las razones de todo ese entramado de usos sociales tenía un objetivo claro, el respeto a los espacios, fronteras, necesidades, afectos, del "otro". Sin esa referencia a los demás, las reglas de la convivencia se convierten en pelucones de museo. Y al excluir de nuestros referentes personales la existencia de esos "otros" cualquier referencia a las normas básicas de educación, desde las cortesías a la indumentaria, desde los cubiertos a los ruidos, carece de cimiento en el que apoyarse.
Sonreímos poco por la calle, no contestamos siquiera con una inclinación de cabeza a quien nos cede el paso en la acera o el asiento en el autobús, olvidamos que los demás duermen a ciertas horas o pasean por los mismos parques y calles, anulamos los derechos ajenos por el placer egótico de la afirmación constante del "hago lo que quiero", del "tengo derecho a" frente a la igualmente constante elusión del "tengo la obligación de".
Estoy convencido de que muchos pequeños grandes problemas a los que hoy se enfrentan nuestras ciudades, nuestras sociedades, no hubieran alcanzado la gravedad o tensión actual si hubiéramos sido capaces de mantenernos dentro de los límites necesarios para no dañar o herir. si hubiéramos sido, sin más, ciudadanos bien educados. Y sirvan como ejemplo las normas antitabaco o el problema del botellón y movidas nocturnas.
No estoy seguro de que haya alguna manera de retomar la cordura y la sonrisa, pero ... ¿qué tal si mañana empezamos nuestras jornadas intentando no olvidarnos de decir " buenos días" a la vecina, "gracias" al kioskero, "de nada" a quien se tercie y sonreír un poco a todo el mundo? Vengaaaaa, que no cuesta dinerooooo ;)
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