jueves, julio 30, 2009

BÁRCENAS, ESE HOMBRE


Sería interesante conocer qué dicen en privado, entre café y café, los responsables del Partido Popular en Cantabria y tantos de sus votantes, acostumbrados a atacar a Miguel Ángel Revilla por la supuesta mala imagen que ofrece de nuestra región con sus salidas, cuando al personaje de la foto todos los medios le cuelgan el cartelito de "Senador por Cantabria". Y es que poca imagen peor podrá darse en el mundo político que la que está ofreciendo Bárcenas, imputado por una trama de financiación ilegal, que se aferra a la poltrona incluso a pesar del daño que pueda generar a su partido, que ahora se toma una pequeña excedencia con el consentimiento de ese Gran Consentidor que es Mariano Rajoy (porque, a ver, ¿qué es eso de dimisión temporal?) en sus funciones como tesorero popular, pero que no piensa renunciar al blindaje que ofrece su escaño senatorial (lo de que hicieron senador a Bárcenas para blindarlo lo dijeron, tal cual, Nacho Diego y uno de los medios más afines al PP en Cantabria: ellos sabrán, o más bien sabrían). Que amenaza con contar secretitos que tiene guardados sobre fastos, eventos, líderes y lideresas como le sigan criticando. Fiel, leal, agradecido hasta las cachas, vamos.

El caso es que el señor de Huelva responde perfectamente a esos perfiles de trabajo fino de fontanería, de esos que en edad temprana y por la razón que sea penetran en el aparato partidario donde van haciendo fortuna, personal y al parecer de la otra, merced a las privilegiadas relaciones e informaciones a las que tienen acceso. Una particular carrera profesional se inicia así, de pasillo en pasillo, de despacho en despacho, por la que al parecer nunca se rinden cuentas y desde la que al fin se da el salto al cargo representativo (imagino que para que Génova pudiera ahorrarse su sueldo), aunque la actividad desarrollada en el mismo tenga más de inactividad que otra cosa. Algo por otro lado de esperar si se tiene en cuenta que ocupa el escaño en representación de unos ciudadanos a los que no conoce y de una región de la que ignora todo salvo el nombre y la docilidad para aceptar cuneros.

Serán los tribunales al fin los que hablen, los que continúen hablando, y eso a pesar de la profunda desconfianza que siento ante unos jueces que llevan ya años dejando claro que primero van sus ideas y después la ley, pero así son las cosas. Mientras tanto, Bárcenas estará contribuyendo desde la primera fila al desprestigio sedimentario de la clase política, sembrando sospechas y arrastrando el nombre de Cantabria, con la complicidad de la doble y hasta triple moral que exhiben en estos supuestos siempre la Derecha y sus votantes, con el disimulo cómplicie de la cúpula popular de Cantabria que nos "regaló" a los ciudadanos de esta región un par de bárcenas como mejor ofrenda que un par de trajes.

Algo bueno, empero, tenía que salir de todo este embrollo: Por fin los ciudadanos de Cantabria conocemos al de Huelva, y lo mismo ya ni se nos despista su cara.

jueves, julio 23, 2009

MOMENTOS ESTELARES: LA PRIMERA PRIMERA VEZ DE AGROGAY


Quedan algunos momentos estelares propios por contaros. Pero he decidido que tampoco estaría mal dar a conocer a algunos buenos amigos que después de narraciones como la que se aproxima seguramente dejarán de serlo tanto (que conste que cuento con autorización, pero ...)

Y vamos a comenzar por la primera de las primeras veces (tan escasa resulta su actividad sexual que padece un grave problema de autorregeneración del virgo que hubiera hecho las delicias de la vieja Celestina) del bueno de Agrogay.

Y es que Agrogay nació a su orientación sexual entre pastizales y gallinas, en uno de esos mágicos y rústicos lugares de Cantabria donde el mar y la tierra casi se dan la manita. Y después de salir en tromba de la taquilla del instituto, del armario de casa, del silo del maizal y de horrorizar a papá y mamá que entre explotación de becarios centroeuropeos el uno y cursillos de bachata la dos encontraron tiempo para decir cariñosamente "¿Pero qué coño dices? Lo que nos faltaba".

Pululaba el niño por internet, de chat en chat y soñando con convertirse en ese superhéroe mariquituso y rural que cambiando la cabina de teléfonos por el gallinero, el pijama azul por el mono de segar y las licras rojas por un tanga fino de arpillera volara soltando pluma por esos universos multicolores salvando bollitos tempranos y dulces mariquitas a punto de amanecer. Y era sólo cuestión de tiempo que tropezara con el malvado, perverso, ardiente, viciosorro, siempreapunto y requetezorrón Foxie Fox.

Y quedaron para tomarse unos hojaldres de Santos con té de mandarina, muy señoras de campiña inglesa, en la casa de la Abuelita de Agrogay. Abuelita no es que fuera tolerante con las mañas recién adquiridas de su nieto favorito (y único), sino que había pasado a mejor vida hacía varios años, de manera que su casa se encontraba discretamente oculta bajo una oscura capa de polvo.

Se sentaron los tórtolos, o mejor el tórtolo y el gavilán, en el sofá, intentando apartar parte del ederedón de ácaros, sobrevivir a la nube de polillas que amablemente les dejó espacio en los cojines al sentir el dulce contacto de sus nalgas e incluso del torrente de murciélagos braquibarbudos que en ese momento decidió cambiar el comedor por la alcoba, y ya cómodos, pasó Foxie Fox a la acción, poniendo sus mejores maneras de seductor cutrefacto en la seducción del joven y delicado gañán. Acaricióle el muslo, Agrogay se puso tenso; acercó Foxie su dedito experto al torso del novato, levantando la camiseta ... Agrogay se puso más tenso y aceleró el regreso de la camiseta a su lugar; mordisqueó zalamero Foxie la barbilla de Agro, el cuello de Agro, la orejita de Agro ... y el chaval se puso tenso. Tan tenso que envarado cual sacristán toledano casi gritó

"EH.YO NO PIENSO HACER TODO ESO"

Terminó la historia con bien para ambos. Tal vez Foxie no estuviera preparado para el recio sabor a pienso compuesto y sin desnatar de los púberes labios agrogayriles. Tal vez Agro descubrió una filosofía vital de uso permanente (Niño, puedes ayudarme con ... Yo no pienso hacer todo eso ... Para mañana tendremos un examen de ... Yo no pienso hacer todo eso ... ) sin darse cuenta de que frustrando aquella primera primera vez, desataba una extraña maldición en la que poco importarían correrías ovetenses, tríos en Manchester o calientes citas con Dedé. Agrogay preservó siempre virginidad y principios hasta hoy, tiempo en el que mutado en libélula de colores despampanantes revolotea por Cantabria canturreando a diestra y a siniestra ... nopiensohacertodoeso, nopiensohacertodoeso, nopiensohacertodoeso.

Nota: A estas alturas me constan las primeras reacciones de los interesados.
Agrogay: Pero tú estás mal, eh, tú estás mal.
Foxie: Zorra, que eres una zorra.

lunes, julio 20, 2009

A MÍ ME GUSTAN LOS TOROS


Hablando de otras zarandajas relacionadas con la fiesta, ya se enfadaba un lector de este blog al que además considero amigo por la realidad no virtual, con un comentario que venía a decir algo así como que claro, ahora me metería con los toros, con la Feria de Santiago.
Como entonces le contesté, qué bien me conocen mis gentes, al menos en algunos detalles. Porque estaba claro que algo tenía que escribir en esta semana de fiestas en las que algunos no saben divertirse sin torturar animales.
Qué le vamos a hacer, me gustan los toros. En realidad me gustan los animales en general. Y por eso mismo no sólo me disgustan ciertas fiestas nacionales en las que el maltrato animal centra una parte destacada del calendario. Y me disgustan especialmente las que tienen lugar en mi ciudad, con la excusa de las fiestas dedicadas a Santiago Apóstol (afortunadamente, la ciudad no cumple el voto que empeñó a San Matías en el XVI para librarse de una peste y que obligaba a correr toros el día de su fiesta, pero mejor no damos ideas).
No voy a extenderme demasiado. Y voy a limitarme a decir que no veo el arte ni la belleza de las corridas de toros por parte alguna, o, como decía un Catedrático de Filosofía del Derecho al que disfruté en primero de carrera, que eso de llamar arte al empeño que pone en dar pasos de bailarín de tercera un señor vestido con leotardos de colores y purpurina hace pensar en un sentido de lo estético pelín hortera.
Pero es que además, ese disfrute estético del que alardean los "aficionados", con aire de connaiseurs suficientes y altivos, se proyecta sobre un juego perverso, en el que la muerte segura del animal, después de numerosas heridas y castigos, habla de un cierto sadismo en los taurinos. No entiendo cómo es posible disfrutar con el dolor ajeno, aunque sea el de un animal. No lo entendí de niño, cuando me parecieron horribles los que mataban bichos de cualquier especie por el puro placer de hacerlo, de sentirse poderosos, imagino, de jugar a dioses o parcas. Y no lo entiendo de adulto, cuando cada día de "fiesta" veo a los de las peñas dirigirse a la Plaza de Cuatro Caminos cantando, exhibiéndose por las calles, lanzando caramelos a los viandantes, como si hubiera algo alegre o simplemente digno en su brutalidad.
Algunos parecen no sentirse cómodos con estas críticas y cuando hablas de la sangre, de la tortura al toro, se escudan en el ambiente. Pero si realmente lo que buscan es compartir con los amigos risas, bocatas de chistorra y unas cuantas botas de vino ... ¿no podrían hacerlo en un merendero, o en la misma plaza, sin necesidad de clavar nada en ser vivo alguno?
Otros se escudan en la supuesta noble lucha entre el matador y el toro, algo así como una reedición de la bella y la bestia (y no hacen falta muchas especulaciones para saber quiénes hacen el papel de bestia). Y sigo preguntándome por qué si tantas ganas tienen algunos de practicar deportes de riesgo no dejan en paz al astado y se tiran a tumba abierta por un glaciar. De la misma manera que no entiendo por qué tantas normas paternalistas emitidas por el estado (el ámbito del tráfico está plagado) se preocupan por nuestra seguridad y luego dejamos que mozos y toreros se pongan en riesgo tantas veces a lo largo de los veranos.
Sí, ya lo sé: como carne. Cada vez un poco menos, pero con el mismo placer que siempre. Asumo mis contradicciones, aunque también defiendo que el trato a todo animal durante su vida sea digno, y si ha de utilizarse para el consumo se respeten las normas sobre transporte y sobre muerte rápida y no dolorosa que existen en la Unión Europea.
En cualquier caso, no se me ocurre peor forma de justificar la muerte de un animal que la diversión. Los festejos con animales proceden de una época premoderna, salvaje en tantos aspectos, inculta, supersticiosa. Y no deberían tener cabida en la sociedad abierta y avanzada que queremos para Santander, para España, en el naciente siglo XXI.
Una vez más, pues, desde este Santander posible, afirmamos con voz alta y clara: La tortura no es arte ni es cultura.

jueves, julio 16, 2009

FONTANERÍA Y POLÍTICA
Nos cuenta el barómetro del CIS que la ciudadanía española percibe a la clase política como uno de los grandes problemas del país, el quinto, para ser exactos. Y se publica el dato cuando estaba pensándome cómo enfocar algunas reflexiones que había ido trabando en estas últimas semanas, al hilo de algunas corrupciones, algunas amenazas, algunas declaraciones desafortunadas y otras tontas.
Y supongo que el punto de arranque, por tópico que resulte, debería ser la constatación ya clásica del divorcio que se abre entre la sociedad y la política. Sí, claro que la política, con mayúscula y con minúscula, forma parte del entramado social, pero hay una percepción en la sociedad de que los cauces políticos fluyen por un río paralelo, ajeno, que ignora cuando sucede en el común o, lo que sería aún pero, lo contempla con indiferencia absoluta.
Las presuntas amenazas de Bárcenas sobre lo que sabe o deja de saber, lo que se lleva a casa o lo que deja bajo siete llaves, de la misma manera que por los otros lados algunas declaraciones que uno no acaba de saber si tomarse a broma o a escándalo han hecho que entre mis círculos de amistades y conocimientos hablemos mucho estos días de lo que hemos bautizado como el "currículo interno" de los partidos políticos. Y de cómo de derecha a izquierda, del centro a la periferia y de Guatemala a Guatepeor se ha ido consolidando la presencia de los antes llamados "fontaneros" en la primera línea de la actividad pública, sin que muchas veces podamos explicarnos bien qué hacen ahí. Tanto, que de muchos personajes relevantes no es posible recordar ejercicio profesional o vital alguno que no sea la propia política, aunque algunos intenten incorporar a sus biografías públicas un supuesto prestigio en el desempeño profesional que difícilmente pudo ser tal cuando se estaba ya en el despacho político con 20, 25 ó 27 años. Eso sí, los pocos que terminan su ascenso profesional en la gestión de la res pública (que tantas veces percibimos como de la res partidaria) suelen acabar en lugares señeros, remunerados y "de prestigio" debido a la red de relaciones y contactos que siempre genera la ocupación más o menos prolongada de un resquicio del poder.
Así, y a través de múltiples casualidades, los partidos han ido tejiendo aparatos, estrategias de formación y selección, bancos de pensadores, sucursales en las que evaluar las capacidades y las lealtades de las nuevas incorporaciones, y sobre todo han ido eliminando toda sombra de debate y crítica interna, al percibirse desde las altas y arcanas esferas cualquier paso cambiado como una agresión no tanto a un proyecto social cada vez más diluido como a una carrera profesional privada. De hecho, máximas tan pintorescas como la de la "mano invisible" se formulan en el ámbito político con adagios como el de "la gestión vende" (por sí misma, al margen de ideas, proyectos y ejes transformadores).
La democracia necesita de instituciones fuertes y apreciadas por los ciudadanos. El desprestigio de las mismas, me da igual que hablemos de cualquiera de los tres poderes clásicos, y el desgaste sobrevenido de muchos de los focos de prestigio o poder social, sólo conlleva desencanto, una resignación desesperanzada y el convencimiento de que todo es igual, todo es lo mismo, y de nada sirven movilizaciones, votos o trabajo en organización alguna.
¿Es posible todavía para los partidos recuperar el tono vital, la apuesta ciudadana, el diálogo con quienes deberían percibirlos como agentes de cambio, de seguridad, de solución y los perciben como el propio problema? Sólo saliendo de ese ensimismamiento atroz que divide como una cabeza de Jano lo que pasa a un lado y otro de las puertas de las sedes, sólo recuperando la confianza y desterrando los recelos en lo que ocurre fuera de nuestras camarillas, sólo siendo transparentes y cargando de nuevo las pilas de ideas y de esfuerzo compartidos, sólo eliminando las grilleras y manteniendo una línea nítida de separación en quienes trabajan en los partidos en tareas administrativas y gestoras (y por tanto como profesionales responden ante el partido) y de quienes desarrollan tareas políticas y de gobierno público (y responden por tanto ante los ciudadanos, pero responden de verdad y no ofreciendo la sensación de inmunidad permanente que sentimos cada día) podremos iniciar la reconquista de la esperanza.
Porque no sería bueno olvidar que cada vez que la historia ha conocido a una generación ausente, quemada, gastada, cabreada, decepcionada, los totalitarismos de uno u otro signo, el retroceso en los derechos cívicos, la influencia de quienes tratan de eliminar los avances que tanto costó conquistar han encontrado su espacio. Y no nos engañemos, andan por ahí, agazapados, esperando, intentando que todo nos dé igual para enseñar sus túnicas de heraldo negro.

jueves, julio 09, 2009

DE VECINOS Y FERIAS


Reconozco que son diversas las razones por las que no me resulta simpática la Asociación de Vecinos Pombo-Cañadío. Pero hoy que ha regresado a los medios cántabros la polémica infinita sobre los ruidos y molestias que causa la movida nocturna (y en fiestas, la diurna) al vecindario, voy a meterme en un pequeño berenjenal y si no apoyar sí al menos intentar que resulte comprensible su posición. Sobre todo, porque he leído en facebook algunos comentarios bastante agresivos sobre los vecinos de la zona y, para mi sorpresa, he visto como desde el propio Ayuntamiento y desde la Asociación de Hostelería se volvía a la carga con un viejo discurso, ese de que al fin y al cabo son las fiestas y son sólo un par de semanas.

Santander, como la mayor parte de las ciudades españolas hizo dejación absoluta hace muchos años de toda norma que regulara el ocio nocturno y propusiera algunos límites o, aún mejor, algunos pactos, porque el diálogo sigue siendo a mi juicio la mejor forma de aprender a convivir unos con otros, e incluso unos contra otros, y de aceptar que la vida en una ciudad tiene ciertas ventajas pero obliga también a tolerar ciertos inconvenientes. Dentro de un orden. Al todo vale dictado por el Ayuntamiento se sumaron con prontitud muchos de los locales de copas (la mayoría, me atrevo a decir) y toda una juventud que tomó primero la calle con cierto orden y poco a poco fue asimilando las nuevas costumbres, con nuevas y grandes molestias. Y así, si hace unos años se tenía cierto cuidado en no gritar, o se entraba a orinar a los bares, o se respetaba más o menos el mobiliario urbano, hoy las hordas gritonas son pan de cada día, las meadas y potas de portal en portal lo mismo, y la suciedad y destrozos una imagen tan lamentable como normal en ciertas áreas de la ciudad.

Hubo un tiempo de paciencia, de molestia resignada, que si mi memoria no falla se rompió y dio origen a un conflicto no resuelto cuando un concejal de festejos, años ha, y cansado de que la montaña no fuera hacia Mahoma (vamos, que nadie fuera a los conciertos nocturnos organizados en la Semana de Santiago) optó por meter los conciertos en mitad de la montaña y plantar tarimas y altavoces en la Plaza de Cañadío. Ante algunas tibias quejas vecinales (que educadamente inició Carmen González Echegaray) el edil respondió con tono chulesco "total, las fiestas duran dos semanas". Y lo decía ante quienes fin de semana tras fin de semana, desde hacía ya muchos años, soportaban ruidos, suciedades y otras hierbas. La misma situación y las mismas declaraciones que hoy recoge la prensa por parte de los responsables de festejos y de hosteleros, dirigidas a los mismos vecinos que siguen soportando la presión fin de semana tras fin de semana, si bien algo atemperada los últimos meses (en Cañadío, que no en calles aledañas). Muchas gotas colman cualquier vaso. Y ahora vivimos ante el desbordamiento periódico de un vaso vecinal ya saturado e hipersensibilizado, que se nos puede volver antipático cuando excede a nuestro juicio algunos tonos, o cuando ataca a un tiovivo. Pero que cuenta con mucha razón de su parte.

¿Es estrictamente necesario que la feria de día, además de tantos otros espacios ciudadanos, ocupe también el área de Pombo-Cañadío?¿No se podría liberar al vecindario de la zona de ese plus de sufrimiento?

De momento, el Ayuntamiento que no quiso primero y ahora no sabe frenar el problema de los ruidos nocturnos y los botellones, que sacó a la policía de las calles nocturnas y permitió que cualquier horda rompiera coches o papeleras, se peleara incluso con arma blanca o ululara a la luna, que miró siempre hacia otro lado, que nunca habló con los vecinos, que ni siquiera fue capaz de intentar compensar las molestias con alguna ventaja en, no sé, fiscalidad, el que incluso provocó más ruido poniéndose a limpiar la zona a altas horas de la madrugada para rematar el escándalo, dice que los vecinos son unos quejicas.

Los hosteleros que fueron tan reacios a insonorizar, que hicieron el agosto sin preocuparse nunca de lo que sucedía un piso más arriba, que colaboraron a la suciedad, que despacharon alcohol a menores sin demasiado cargo de conciencia (y hechas las honrosas y oportunas salvedades) dicen que los vecinos son unos quejicas.

Los usuarios de la calle, que decidieron que su libertad implicaba mear donde les saliera de ... exacto, de ahí, que es de donde sale, que decidieron que podían gritar, cantar y macarrear a voces a cualquier hora de la noche, que patean coches, rompen portales y estrellan vasos de cristal (tres veces tuvo que ir Lola al veterinario por cortes en las almohadillas de las patas) dicen que los vecinos son unos quejicas.

Hagamos un poco de examen de conciencia antes de retomar el manido hilo de lo quejicas que son los viejos, los burgueses, los vecinos, los malos.


Nota 1: Sí, yo suelo tomarme alguna cerveza en Cañadío y suelo hacerlo en el exterior. Ni cuando tenía 16 años ni ahora me he emborrachado hasta las cachas, gritado o meado por las aceras.

Nota 2: Ahora sé lo que es dormir con cierto nivel de silencio, por primera vez en mi vida. Tanto en Reinosa como en Santander he vivido siempre en pleno mogollón de copas, y nunca me he quejado. Pero también sé lo que es no poder dormir por el ruido, encontrar tu portal roto el mismo día que has cambiado una luna de la puerta o saltar día tras día las vomitonas que dejaban en el portal. Por cierto, ahora vivo a un par de manzanas de la movida y aún asi escucho el griterío.

martes, julio 07, 2009

IMBÉCILES SIN FRONTERAS: EULOGIO LÓPEZ


Dentro de la ofensiva que la carcundia lanza cada año por las fechas del Orgullo LGTB, por esos picores alérgicos que les causa cada esquina que huela a libertad, el tipo de la foto, director del panfleto digital Hispanidad, se ha merecido que recupere esta particular ONG que creamos el año pasado, en un artículo (por así llamarlo) en el que pretende una vez más confundir a la sociedad y equiparar homosexualidad y pederastia. Y todo porque, carente tal vez de lectura comprensiva o más bien enturbiados sus ojos turbios por un mar de prejuicios, le suena mal eso de "A la escuela sin armarios". Claro, es que no es capaz de entender la situación de acoso que sufre el alumnado lgtb o los problemas del profesorado lgtb, y prefiere ¿pensar? que alguien va a dar clases prácticas de homosexualidad a los tiernos infantes formados en la heterosexualidad militante. Para él será mejor, claro, seguir insultando a los chicos y atizándolos en el patio del colegio.

Eso sí, cuando se le escribe protestando, responde calificando de venenosos e injuriosos a quienes le escriben. Eso sí, después de cambiar su carta para convertirla en una carta al director y de facilitar el correo personal, supongo que para que sus amiguitos actúen.

Puagghh

(por si queréis leer el artículo que le doctoró en la ong, copio el enlace, ya me lavo luego las manos)

viernes, julio 03, 2009

ORGULLO Y PREJUICIO
(Notas sobre identidad personal e imaginario colectivo)


Como cada año, cientos de miles de personas se reunirán en Madrid para festejar su libertad, su derecho a ser, a amar, a elegir. Se concentrarán también en una gran manifestación en la que reivindicarán su dignidad propia, la de sus familias, la de sus personas discapacitadas, la de sus peques y la de sus mayores; hablarán de la necesidad de que las lesbianas sean visibles y actúen como referente social de nuestra lucha común, de la solidaridad con los hombres y mujeres que sufren en países donde la homofobia es el pan de cada día, del compromiso necesario para frenar los discursos homófobos y educar a la sociedad en valores como el respeto, la libertad y la igualdad, de la exclusión social de las mujeres y hombres transexuales ... Y este año con especial fuerza, gritarán "A la escuela sin armarios", porque estamos ya cansados del acoso que sufren nuestras chicas y nuestros chicos en sus institutos y colegios y pensamos que ya basta de aguantar unas estructuras educativas que continúan haciéndonos invisibles para satisfacción de ciertos credos, ciertas agrupaciones políticas y ciertos movimientos familiares que se creen en posesión de la verdad única.

Como cada año, cientos de miles de páginas y comentarios en los medios de comunicación y en los foros internáuticos servirán para que muchas voces se alcen en contra de la celebración del Orgullo alegando su exhibicionismo insoportable, su incómodo discurso sobre la iglesia católica (escribiré este nombre con mayúsculas cuando se lo merezca), la inexistencia de un día del orgullo heterosexual, las molestias que ocasiona a los ciudadanos y, sobre todo y desde dentro de la propia comunidad lgtb (lesbianas-gays-transexuales-bisexuales), se nos dirá que ese espectáculo no es representativo y que genera una "mala imagen" para las personas lgtb "respetables" que no quieren ser identificadas con semejante farsa.

Resolveré en esquema las primeras cuestiones para centrarme en la que hoy me interesa, la del daño que supuestamente genera la manifestación a gays y lesbianas que se autoproclaman "respetables". ¿Exhibicionismo? Sí, gracias. Tenemos derecho a celebrar nuestro propio carnaval si nos da la gana, de la misma manera que en todas las partes del mundo las fiestas populares tienen lugar llenas de hombres y mujeres disfrazados con sus vestimentas regionales y exhiben así su orgullo local o nacional. De la misma manera que durante la Semana Santa muchas de nuestras ciudades se convierten en un museo oscuro plagado de aparecidos con túnicas y capirotes celebrando su orgullo religioso. De la misma manera que otros carnavales se celebran porque sí, porque quieren poner de manifiesto su orgullo por la libertad y la vida. Pero además, si nuestra celebración es un carnaval, es un carnaval reivindicativo y necesario. No nos da la gana de salir lloriqueando para exigir nuestros derechos y nuestro espacio social.

De todas maneras, si los chulazos en tanga y luciendo pluma y paquete molestan, me parece que su visibilidad es necesaria, porque rompen el silencio gris al que ahora que ya no nos pueden reprimir de otra forma quieren condenarnos. Que Rouco, Ana Botella o ciertos colectivos se molesten me hace pensar que el Orgullo no sólo es necesario, sino que es todo un acierto.

Sobre los discursos incómodos para credos y políticas ... estoy seguro de que cesarán cuando esas iglesias y esos partidos dejen de utilizarnos como su diana preferida para la humillación y el insulto. Mientras tanto, reproduzco unos versos (vienen de otro contexto pero creo que resumen bien lo que pienso) de Antonio Orihuela: "Querían / ir a la guerra / y sólo disparar ellos". Que se sequen las lágrimas hipócritas de cocodrilo y aprendan que ya no tienen monopolio alguno, ni siquiera el de la injuria. Tenemos derecho a defendernos.

Sobre las incomodidades ciudadanas ... vale, se suman a las manifestaciones, procesiones, botellones y fines de semana de todo tipo, a las celebraciones futboleras, a las obras públicas sin ton ni son y a destiempo y un largo etcétera. Un Orgullo al año por decenas de convocatorias deportivas. Ya.

¿Orgullo heterosexual? ¿Es que a quienes predican semejante sandez les parecen pocos 364 días al año?¿No ven en la televisión, la publicidad, los libros, las películas, la calle cada día miles de parejas heterosexuales?¿No viven rodeados de vecinos y parientes heterosexuales? Pues si quieren más, que hagan de la final de la Copa del Rey día del Orgullo horterosexual y acabamos. Si les molesta vernos, entre pascuas y ramos, que miren hacia otro lado, que no cuesta dinero.

Siempre he pensado que es sorprendente la obsesión de ciertos gays y lesbianas por proclamar a diestro y siniestro que la pluma no les representa y que además les da mala imagen (en realidad la mayoría callan a diestro y siniestro dentro de sus armarios de cristal, en los que buscarán cualquier disculpa para seguir comidos por la polilla). Claro que Boris Izaguirre no les representa, porque ... ¿cuándo han escrito un libro? Todavía no he escuchado a ninguna mujer heterosexual darse por ofendida ante el riesgo de que la identifiquen con Belén Esteban o Lali Bazán, de ningún hombre heterosexual herido por el daño que a su imagen de macho "decente" producen las comparecencias mediáticas de Coto Matamoros o César Vidal. Pero todo es subirse un Absolut Cachas a una carroza y les tiemblan las carnes tolendas a la mitad de los gays españoles porque ellos no son así (qué pena, con lo que me gustarían a mí nuestras ciudades abarrotadas de esos abominables duros como el pedernal, esas piernas como columnas dóricas, esos ... uff qué calor, vamos a dejarlo).

El concepto de "homofobia interna" fue acuñado precisamente para referirse a esos comportamientos y actitudes que rechazan la visibilidad, la diversidad, el compromiso o la fiesta, cualquier aspecto de la vida y la lucha de gays, lesbianas y transexuales que suponga romper esquemas, agrandar espacios sociales y, en consecuencia, relegar a un limbo aún más vergonzante a quienes nunca han tenido el valor de vivir su propia libertad y que por lo mismo entienden la libertad ajena como un insulto. Las valoraciones que en este año hemos escuchado entre otros al colectivo COLEGAS me parecen todo un insulto a miles de personas y un ejemplo perfecto de homofobia procedente de nuestras propias filas. ¿Molesta la pluma?¿Hemos reivindicado entonces la igualdad y la dignidad para ahora esconder en sus casitas a los hombres que mueven la muñeca como si siempre agitaran el abanico o a las mujeres que dicen más tacos de lo normal encima de sus motos? Habrá que recordar que fueron travestis y hombres llenos de pluma los que iniciaron la revuelta de Stonewall y dieron el primer paso para nuestros derechos; que son las mujeres transexuales y los mariquitas plumeros los que no han tenido más remedio que dar pasos al frente y soportar la exclusión y la represión precisamente porque no pueden esconder lo que son.

Como cada año, mañana cientos de miles de personas saldrán a la calle en Madrid para gritar su diversidad. Lo harán detrás de una pancarta unos, sobre una carroza otros; bailando unas, gritando consignas otras, vestidos de calle o de lentejuelas, a pie o en moto; con su reasignación de sexo recién estrenada o tras decidir no pasar por quirófano. Cada uno desde su pequeña realidad y desde su imponente dignidad, la misma realidad y la misma dignidad con la que el lunes regresarán a sus trabajos con la corbata, el tacón y la apariencia; la misma realidad y la misma dignidad con la que volverán a ser estudiantes, trabajadores, paseantes, jubilados, padres, hijos, hermanas, esposas, amantes, amigas, ... Y seguirán defendiendo su espacio social, su visibilidad y su derecho a reivindicar y disfrutar como les venga en gana.

Y es que yo sí creo que el Orgullo me representa. No porque me suba a las carrozas luciendo un cuerpo que no tengo o porque me desfase bailando hasta altas horas de la madrugada en un after. Sino por ese maravilloso perfume de libertad con el que cada año cientos de miles de personas invaden Madrid y tantos otros lugares del mundo. Porque soy como soy, y no necesito oraciones, lástimas ni excusas.

Por una escuela sin armarios, por un mundo sin armarios, Viva el Orgullo LGTB 2009!

Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.