martes, abril 26, 2011

TAN TRISTE ABRIL




No resultó posible acostumbrarse a su ausencia. Tampoco he querido o al menos no he sabido cómo hacerlo. Como apuntaba Alfonso hay todavía demasiado amor y mucha rabia. Y cumplir años se convierte en un rito de paso, en un simple más uno, en un día en el que la cabeza de nuevo gira y gira en torno a una única presencia, la de Leo.




Así fue ya el 26 de abril de 2008. Cuando la espera era ya larga, cuando eran inútiles y largos los papeleos y su viaje se aplazaba una y otra vez. Descubrir que para algunas personas es tan fácil pedir favores como difícil mover un dedo para compensar las cuentas pendientes. Descubrir que frente a la leyenda del país coladero chocas una y otra vez con el muro que convierte en prácticamente imposible viajar con la documentación en orden. Descubrir que cada vez le necesitas más pero que estás a punto de rendirte.




Así fue el 26 de abril de 2009. Con Leo de nuevo en el centro de todos mis pensamientos, Leo recién llegado casi, y mi necesidad casi obsesiva de sentirle feliz, deslumbrado, curioso. Ese fue el año del "ataque" repentino a llegar a casa, de invitarle a tomar una cerveza y unas rabas sin previo aviso (hubiera dicho que no, que era una locura gastar tanto dinero) para por fin entrar en el comedor casi vacío de El Serbal, puede que el mejor restaurante de Cantabria, y disfrutar de uno de sus menús de degustación, llenos de sorpresas, de sabores imposibles, de caricias amables y excitantes en el abismo de los sentidos. Con un vino aterciopelado y muy rojo para brindar mientras sus ojos sonreían. Sonreían.




Siempre en el centro, también el año pasado. Cuando el 26 de abril venía siendo no más que la recién descubierta rutina de madrugar, pasar por el trabajo, volver al hospital para gastar allí tanto tiempo como fuera posible, perra, más trabajo, de nuevo al hospital para quemar más horas mientras el diagnóstico, el fatal diagnóstico, se hacía esperar tanto. Esa rutina que se rompió de pronto cuando Ángel llamó a mi móvil para que le esperara en Valdecilla, que quería saludar un minuto a Leo, y apareció de pronto con unas botellas de cava frío y una enorme tarta que nos tendríamos que comer en el descansillo de la Planta Sexta. Donde estaban esperando Alfredo y Sofía, Marta y Antonio, María y Rafa, Jesús, Vito, Ana... para renovar los votos de la amistad necesaria y romperme en lágrimas.




Sí, en el centro de todo. Hoy. Que vuelvo a llorar y vuelvo a echarle de menos. Y no encuentro nada que celebrar porque tan sólo soy un poco más viejo y me vuelve la rabia porque Leo ya no podrá ser más viejo ni festejar más pasos. Y en este 26 de abril a pesar de tantos mensajes, tantas llamadas, tantos deseos de felicidad como me habéis regalado, no puedo evitar que el gris del día se me desplome encima y recuerde y recuerde y recuerde que me ha dejado solo.

sábado, abril 23, 2011

PASSUS ET SEPULTUS EST



La adaptación de la Pascua cristiana a los ciclos de la luna obliga de tanto en tanto a una Semana Santa tardía, en la que este año se han solapado el Día del Libro y el Sábado Santo; el tiempo de silencio en el que la liturgia cristiana evoca la oscuridad, el sepulcro, la calma, la tensa espera que habrá de estallar en júbilo con la proclamación de la resurrección en la vigilia pascual y el tiempo de silencio en el que nuestro tiempo se refugia en las páginas de un texto del que tal vez saldremos siendo un poco diferentes, un poco mejores, un poco más sabios.

Soy de los que piensan que a nuestro país le falta mucho para llegar a un modelo cívico, secularizado, en el que la única religión pública sea la consolidación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, acogida en nuestro texto constitucional vigente. Un camino que a día de hoy no hay voluntad de recorrer, por el miedo de unos a perder sus privilegios y el de otros a extraviar algunos votos por el camino. Y en esa falta de tránsito, continuamos observando excesos de un lado y de otro, con las impertinentes y constantes interferencias de la cúpula católica en la vida pública, tratando de evitar las leyes que de alguna manera les molestan, y con algunas faltas también en el otro equipo, convocando acciones que parecen tener como único sentido la provocación. Cierto que nuestro sistema público admite y hasta aplaude los primeros y suele esquivar y hasta reprimir los segundos, y se marcan así ciertas diferencias. Pero igual que me molestan las salidas de tono episcopales, no veo ni el sentido ni la necesidad de interferir en las creencias o en la memoria tradicional y emocional (que no van necesariamente de la mano) oponiendo manifestaciones a la contra de las procesiones en una fecha tan señalada para mucha gente como es la del Viernes Santo.

Cuando hace algún tiempo me acusaba un lector del blog de es quitar obsesionado con la Iglesia Católica le respondí que soñaba con ese tiempo en el que esa iglesia dejara de atacarme personalmente y cumpliera con los demás con el respeto que predica sólo para ella. Que soñaba con levantarme una mañana sin sentirme insultado profundamente por los obispos y sus séquitos. Esa mañana en la que por fin ellos transitarían por su camino y yo por el mismo en paralelo, sin tocarnos nunca.

Soy consciente en todo caso, y me parecería estúpido negarlo, de que el Cristianismo ha estado muy presente en mi formación y en mi vida, y de forma muy intensa en ciertos momentos. Hoy queda el placer de vivir en una Europa que dio grandes obras al arte que me siguen conmocionando, y que me permiten construir mis propios ritos (como el de escuchar cada año en Viernes Santo una versión diferente de las pasiones de Bach) y alimentar mis propias emociones. Porque en buena medida, el fenómeno religioso nos habla del ser humano, de sus más íntimas cuestiones y necesidades. Nos propone interrogantes y símbolos sobre la vida y la muerte, sobre la culpa y la redención. Unos símbolos que se suman unos a otros, de cultura a cultura, de religión a religión, configurando un universo complejo en cuyas entrañas me gusta escarbar.

Sábado Santo,tiempo de silencio. Cristo en el sepulcro, Orfeo en el Hades, Osiris o Perséfone descendiendo a las sombras y emergiendo con la primavera fértil en sus manos, el descanso invernal que se abre a la nueva vida del simbólico año agrario de los celtas... Quizás sólo la necesidad de descansar, de terminar un ciclo, de llorar las pérdidas y aguardar los desafíos venideros. De lavar nuestra conciencia en la quietud de la espera o en la lectura mágica o en el descanso amable, para que al fin suceda, otra vez, la vida.

Feliz vida, feliz día de libros y de rosas. Feliz Pascua.

jueves, abril 21, 2011

DE TERRORISTAS, JUECES Y GARAJES





Sin duda, Ana Mato es uno de los más señeros productos de fontanería de la factoría genovesa. Y por eso supongo que tampoco habrá que tomarse demasiado en serio sus sutiles análisis de la realidad política. Que si no sabe lo que pasa en su garaje poco al tanto va a estar de quisicosas banales como la "presunción de inocencia" o la "separación de poderes". Ni que por esos valores fuera ella a vivir mejor, y eso a pesar de que su curriculum nos la presenta como licenciada en Ciencias Políticas y su unica ocupación profesional fuera de los muros de la casa ppopular haya sido un meritorio empleo como profesora tutora de la UNED.




Y es que en estos días en los que el famoso Clan de Valladolid ha vuelto a grAznar al son que marca el jefe para reírse de la memoria de los ciudadanos, contarnos que ellos nunca negociaron con ETA, perdón, con el Movimiento Nacional de Liberación Vasco, y lo mismo ni asumieron algunas de las condiciones de los terroristas como el acercamiento de presos, y de paso continuar con esa utilización bastarda del terrorismo como arma arrojadiza contra el Gobierno de España a la que tan acosttumbrados nos tienen.




Amiga de los excesos verbales en ese contexto nos ha salido la Mato. Que ya se ha encargado de enjuiciar por sí misma a los componentes de la coalición BILDU y proclamarlos parte de ETA sí o si. Sin presunción de inocencia que valga, ni posibilidad alguna de defensa. Y eso que no sabíamos que se había autoproclamado la chica Juez de la Audiencia Nacional.




Y puesto que BILDU es sí o sí un entramado terrorista (Eusko Alkartasuna ha venido siendo un partido legal, bastante antipático pero legal, incluso en las peores obsesiones del tiempo del Aznarato, y se le suma una escisión de otro partido legal, Izquierda Unida). El Gobierno debe impedir que se presente a las elecciones. No el Poder Judicial, no. El Gobierno. Porque es que lo de la división de poderes, el control del abuso de poder, las garantías para los ciudadanos y más si hablamos de derechos fundamentales, le deben de parecer a Ana una antigualla que nada tiene que ver con su dilatada experiencia política de pasillo en pasillo.




Porque claro, si el Gobierno no actúa manu militari y envía a los de BILDU a galeras, los socialistas seremos responsables de que ocurra lo que ya ocurrió con ANV y las instituciones vascas se llenen de "asesinos". Descubriendo un nuevo tipo penal la tal genia, el del asesino que no ha matado a nadie. O a lo mejor es que la chica es fan del Cruise y quiere hacer de nuestro país un Minority Report cualquiera. Aunque lo que de verdad es una pena es que algunos de esos asesinos y asesinas (bien antipáticos en buena parte y muchos de ellos para mi delicado paladar directamente vomitivos) presente una querella por calumnias contra la reputada diputada.




¿Presunción de inocencia? ¿Separación de poderes? ¿Respeto a los derechos fundamentales? Pues va a ser que no, que para Ana Mato revestida de Katherine Hepburn resultan más convincentes como fundamentos del estado el rifle y la biblia.

miércoles, abril 20, 2011

EL MES MÁS CRUEL


April is the cruelest month.


Así es como da comienzo "El entierro de los muertos", la primera parte de ese extenso poema de T.S.Eliot, arcano y vibrante, que de alguna manera da origen y sentido a la poesía contemporánea, "La tierra baldía".


Abril, el mes más cruel, el que deja que la tierra se rompa dolorosamente como el vientre que ha de parir para engendrar la vida que vestirá de colores el tiempo y el suelo; el mes más cruel, el que derrama luz sobre las praderas muertas para que el humus amasado y podrido a lo largo del invierno prenda y dé carta de nacimiento a un nuevo principio. Abril, el mes en el que habremos de cuidar para que el celo fiel de los perros no interrumpa el proceso desenterrando con desesperado amor los cuerpos de nuestros muertos.


Muchas personas se sorprenden al conocer el verso y el poema, prisioneras tal vez de ese júbilo general con que nos llega la primavera año tras año: marzas, cigüeñas, pascua florida. Pero es cierto que el roce colorido y luminoso de abril nos conmociona tanto por su alegre paso como por la renovación de las ausencias. El muerto al que trata de desenterrar el perro en el poema de Eliot, José María Palacio acudiendo al cementerio del Espino para visitar a Leonor por encomienda de Antonio Machado. Las cigüeñas que crotoran en sus nidos campurrianos de Villaescusa y Reinosilla, que inician su vuelo en pos de ramajes con que consolidar sus nidos y ranitas para comer, bajo ese cielo azul y soleado que Leo y yo ya no vamos a compartir.


Estuve hace unos días por mis altas tierras campurrianas, invitado por la Asociación de Mujeres de Nestares y acogido por la generosa anfitriona que es Esperanza Ahumada. Hablamos sobre presente y sobre futuro, sobre el compromiso y la necesidad de regeneración de la vida pública, sobre los desastres de ciertas urbanizaciones y sobre el bello Jardín de las Mujeres que en las cercanías del Ebro primerizo ha dado un nuevo y amigable rostro al pueblo. Nos acercamos a ver las cigüeñas y a comer unos huevos de corral con jijas en Casasola. Atravesamos primero desde el tren y luego en accidentado movimiento en coche por las carreteras secundarias valles llenos de esa naturaleza que quebranta la tierra invernal y los ramajes secos y satura de brotes jugosos y de espinos de flor blanca la soledad de nuestro apacible País Románico. Llenando de sentido, de instantes memorables, cada pequeño paso.


¿Cómo permanecer así indiferente ante este abril, tan cruel, tan hermoso, tan muerto y tan vivo?

martes, abril 19, 2011

ESTAMOS LEYENDO ... "NÉMESIS" DE PHILIP ROTH



Lleva ya tiempo la de Philip Roth como una de las escrituras esenciales para comprender por dónde camina la literatura en Estados Unidos. Una voz moral, que recrea una y otra vez ese universo tan particular y tan común al tiempo del paraíso de la infancia, una infancia en este caso transcurrida en la comunidad judía de Newark. Una infancia y un paisaje mítico que le sirven para reescribir la historia, para explorar de nuevo esos conceptos que nos ayudan a volver a las grandes preguntas de nuestra propia identidad.


En efecto, en Némesis nos habla Roth de la libertad y de sus consecuencias, del peso de nuestras elecciones, del peso de la culpa, real o imaginada, y la necesidad del castigo y de la redención, de la fatalidad y de las esperanzas truncadas. A lo largo de un texto en el que sentimos el constante latido de La peste de Camus, si bien desde un imaginario cultural y espiritual bien diferente.


No se trata de la peste, sino de la polio. Una epidemia de polio que invade New Jersey y golpea en los meses finales de la Guerra Mundial a los niños y niñas de la comunidad judía de Newark con una dureza inusitada. Una epidemia, por cierto, que convive en el tiempo con el fallecimiento del presidente Rooselvet.


Testigo privilegiado será un joven deportista, comprometido y lleno de fuerza que, imposibilitado para el alistamiento por un peqeuño problema de salud, se entrega a la dirección de un programa urbano de deportes para los chicos de la comunidad. Un puesto desde el que será un privilegiado observador de los primeros contagios y de su extensión, del pánico social y la necesidad de explicar el porqué de la dura prueba, adentrándose en un océano de preguntas que le acaban provocando una crisis de fe asociada a la eterna pregunta "¿Dónde está Dios, cómo puede consentir tanto sufrimiento y tanta muerte?".


Nos cuenta la historia Roth sin esquivar la profundidad de los caracteres y de sus interrogantes abiertos. Con un lenguaje sencillo y esencial, brusco a veces, con el que nos permite pasar desde la normalidad bucólica a la enfermedad asesina. Sin palabras innecesarias, sin recrearse ni en lo decorativo ni en la crónica negra, asumiendo el diálogo con un lector inteligente capaz de dar sentido a los espacios en silencio.


Una estructura clásica y eficiente nos divide el texto en tres partes. Una primera en la que se nos contará la pérdida de la felicidad, el descubrimiento del mal, la llegada de la polio a Newark. Y las primeras decisiones que condicionarán la vida del joven protagonista y determinarán los pasos hacia una fatalidad que se va construyendo con inexorable maestría. Un segundo capítulo en el que se nos propondrá un pequeño descanso lleno de dulzura, ternura, erotismo, un pequeño espejismo que pronto habrá de romperse también. Y un final rotundo, homérico, desolador y abierto. Unas pocas páginas que dan sentido a cuanto precede y que a pesar de un necesario guiño a una esperanza en cierto modo vacía y sin respuestas, en la voz de uno de los muchachos que enfermaron al principio y que lograron sobrevivir, consigue rompernos y abismarnos en las entrañas de una sombra oscura.

jueves, abril 14, 2011

MIENTRAS SE TERMINA OTRO 14 DE ABRIL...


Reconozco que el debate monarquía o república nunca ha estado entre mis principales preocupaciones, y que en cuestiones constitucionales me parece mucho más urgente por ejemplo el establecimiento de un sistema federal que permita cerrar de una vez el debate territorial. Pero está claro también que considero que una argumentación racional y serena sólo debería llevarnos a una salida: el establecimiento de la III República Española.


Supongo que en otros y viejos momentos de la historia, la Monarquía pudo actuar como motor o como sistema decisorio válido, acorde con las ideas, necesidades y mentalidades. Pero la llegada de la Modernidad y la aplicación básica del principio de igualdad ante la ley hacen que no se sostenga una fórmula que supone un estatus de privilegio para una persona y sus parientes por una larga historia de líos de cama, mezclas de sangre y decisiones divinas.


Seamos serios. La monarquía de la que hoy disfrutamos es, ante todo, una mera liturgia escénica, una feria de las vanidades destinada a rellenar horas de televchoisión rosa y de páginas de cuché a todo color. Y mucho tema de conversación tan esencial como las operaciones de la princesa de Asturias, los colegios de los nenes o las posibilidades sucesorias de una tal Leonor. Como expresión simbólica tradicional, creo que la monarquía se ha confundido de país, tratando de asentarse en un país que todavía tiene que solucionar importantes cuestiones sobre su propia identidad. Como árbitro o neutralizador del poder, está claro que no van por ahí los tiros, y que nuestra Constitución vació de contenidos prácticos la figura del monarca. Como publicidad e imagen, más allá del mundo del corazón internacional, nos ha servido también para el efecto contrario en materias más graves, desde las relaciones internacionales y el simpático pero desde luego fuera de orden "¿por qué no te callas?" a la condena al Reino de España por sobreproteger al rey y así hacer quebrar los principios de igualdad ante la ley y de proporcionalidad de las penas en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Facilitando, por cierto, una victoria mediática para Otegi.


Decían en los años de la Transición que en España no estábamos preparados para una nueva República, que somos incapaces de aceptar como Presidente a quien proceda de las filas contrarias. Niego la mayor: España es un país serio y maduro (aunque algunas veces sus medios de comunicación, sus tribunales y sus políticos se empeñen en desmentirlo), habitado por personas racionales y responsables, tan capaces como cualquiera de defender sus valores y su sensatez.


Y sólo hay un sistema que pueda garantizar la racionalidad, el procedimiento democrático, la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Y ese sistema es el republicano.


Así que desde este Santander Posible, un voto abierto y claro a favor de la Tercera República Española.


Salud y República.

domingo, abril 10, 2011

NO MÁS BRINDIS AL SOL


Menos mal que The Mayor está siempre a la cabeza de Gothander para poner las cosas en su sitio. Y es que ya sabemos que sin él esta ciudad no sería la misma (eso, desde luego) y que tiene que hacerlo él todo, desde capturar cacos a salvar nenes asmáticos pasando por remendar banderas (bicolores como máximo) y vender al por menor empresas municipales y así despatrimonializar los bienes públicos. Y encima queda bien en los póster, que eso dice La Trini, esa vecina de peinados y mechas imposibles que le acompaña en los paseos por las nuevas obras municipales cuando ya la Junta Electoral prohibe inauguraciones y hasta visitas de alcaldes. O al menos lo que dice desde que alguna mano amiga colocó al niño.


El caso es que como estamos en los tiempos en los que estamos, y toca escuchar las baladas tontas que toca, The Mayor (oh, ah, lo siento pero es que es pronunciar su santo nombre y escapárseme los suspiros admirativos) nos ha ido contando algunas cosucas interesantes que me han molado cantidad. Por ejemplo, nos dice que se va a presentar a las elecciones con 300 medidas que sabe perfectamente que va a poder cumplir y que no van a ser brindis al sol. Toda una novedad que el PP santanderino nos cuente qué va a hacer antes de pasar por las urnas, porque en general, da dos pinceladas y luego se estudia los programas ajenos para ver qué es lo que más les gusta y fabricar así una ciudad de proyecto deshilvanado y difícil retorno.


Y es que lo de los brindis al sol no le ha salido bien. Y eso que con el cambio climático tenemos un solete que acabará siendo la envidia de Marbella. Pero yo creo que a The Mayor siempre le gustó más brindar al nubarrón. Así que cuando se decidió a vender ilúsión hueca, una vez más hurgó en páginas ajenas para encontrar propuestas ajenas que estaban inmersas en un proyecto más ambicioso del que por supuesto ni se dio cuenta. Y así en plena crisis financiera nos quiso colocar lo del Santander 2016 para que los amigos ganaran mucho, pero mucho dinero, sin dejar nada, pero nada a cambio. Y una vez brindado el sol y creado el problema, ahora van a venir de nuevo (dicen que la película de la temporada será "The Mayor comes back") y nos lo van a solucionar. Sin recuperar, eso no, ni los dineros tirados ni los tiempos perdidos ni las ocasiones menospreciadas.


Y llega para eso proponiéndonos un equipo que es básicamente el que ya había con unos pocos cambios a los que presenta como gestores,técnicos y especialistas sin experiencia política.


Vamos, elaborar proyectos para el bien ciudadano no es hacer política. Y así tratamos de convencer a la ciudadanía de que los nuevos no son como los Camps y otras raleas politicuchas de esas de las que abominan en el TDTParty. Y claro, como no son políticos, no se sabe muy bien cuál será o su función o la de los funcionarios del Ayuntamiento, que se supone que están ahí para resolver los problemas del día a día y para dar forma a los proyectos de futuro que quieran articular los responsables municipales. Por cierto, que acorde con su formación, ser técnico,gestor o profesional significa única y exclusivamente proceder de las enseñanzas técnicas que a él tanto le promocionaron. Sin que sepamos bien quién es técnico en cultura, educación, bienestar social, igualdad y tantas otras áreas principales de las políticas ciudadanas dentro de su equipo. O a lo mejor es que todo eso es secundario y de lo que se trate sea de edificar y edificar conforme a lo que la liberalización del suelo de hace varios años y el PGOU de hace varias semanas permiten hasta agotar las posibilidades de crecimiento de la ciudad, antes de que pueda llegar alguien que intente construir una ciudad con parámetros cívicos más que especulativos.


Pero en fin.


Que The Mayor rules and rocks and returns. Si no fuera por él, oh, ah.

miércoles, abril 06, 2011

LA ACCESIBILIDAD INACCESIBLE


No cabe la menor duda de que cuando un barrio ha sido víctima de años y años de desidia y abandono por parte del Ayuntamiento de Santander, hasta una simple mano de pintura le haría aparecer como nuevo y amable.

En el caso de mi barrio, conocido popularmente como Santa Teresa/El Carmelo, no se trataba sólo de que las trampas dispuestas por una urbanización ridícula que parece pensada más como producción de campos de tortura que de espacios habitables, a modo de escaleras y más escaleras, comunicadas por pasajes estrechos, viviendas diseñadas para que sea imposible la instalación de un ascensor, etc, sino además de una dejadez de años, que había provocado que las escaleras estuvieran desgastadas, sin losas, en un permanente peligro apenas salvado por las barandillas oxidadas que de cuando en cuando se caían y pasaban hasta diez meses diez contribuyendo a obstruir el paso.

Dineros de esos que le gustan al Alcalde santanderino, los que no son suyos y no le suponen responsabilidad alguna, se han utilizado estos meses en un proyecto pomposamente llamado de "Mejora en la accesibilidad del Barrio Santa Teresa". Dineros de Europa y Cantabria, pues, para un proyecto diseñado por Santander en el que se han corregido las escaleras, barandillas y muretes, se han instalado en uno de los viales escaleras mecánicas y un maravilloso y megamoderno ascensor de sorprendente rentabilidad, ya que sirve para salvar ¡20 escalones! Se ha ensanchado un vial, además, para que por fin si una ambulancia o un coche de bomberos tienen que acceder a la zona puedan adentrarse un poco más en el barrio.

Y en efecto, la impresión del área a día de hoy, con las obras todavía sin terminar y con la prevista inauguración pomposa pasada por agua, es desde luego mucho mejor que la que presentaba la zona con anterioridad.

Y sin embargo ... ¿qué tal si no nos quedamos en el dato superficial y tratamos de evaluar cómo se han invertido los dineros públicos, sobre todo si tenemos en cuenta que es más que probable que pasen otros 50 años antes de que un ayuntamiento se implique en el barrio?

El Alcalde-Ingeniero ha conseguido rizar el rizo y alcanzar el nirvana conceptual de la accesibilidad-inaccesible. Tanto por el fondo norte como por el fondo sur del barrio, el problema no es ya el mal estado de las escaleras sino quién y cómo accede a las mismas. En ninguno de los viales hay rampas, por lo que habrá que pensar que una vez más coches de niño, sillas de ruedas, carritos de compra o maletas se las verán y las desearán para acceder a sus portales. Se ha cerrado en el fondo norte una servidumbre de paso de 2'5 metros acotándola con una hermosa barandilla que la limita a 1 metro, poco más de medio metro en algún punto, de forma que donde antes se podía transitar con cierto riesgo ahora sólo es posible atravesar a pie y sin bártulos. Vamos, que hemos gastado mucho dinero en las nuevas galas pero no hemos ganado nada, o para ser justos prácticamente nada, en lo que eran el problema y la intención.

Se reía mucho el otro día el facherío local en un foro mediático cuando Eugenia Gómez de Diego hablaba de una ciudad pensada en clave de mujer y de que De la Serna no entendía el tiempo de las mujeres. Pues con menos risas este sería un ejemplo perfecto. Se gasta el dinero en un proyecto que no se ha consultado con los vecinos y que podría haberse trazado desde otros parámetros (rampas transversales, por ejemplo), un proyecto que perpetúa las dificultades para vivir en una veintena de portales en los que viven sobre todo personas mayores para las que se ha ratificado la condena al encierro. Puede que una mujer hubiera pensado en amplitud en los viales, hubiera recordado qué difícil es subir o bajar escaleras (incluso mecánicas) con un coche de niño o una silla de ruedas. Francamente, espero que cuando por fin inauguren la obra se acerque el concejal de movilidad, con su silla de ruedas, y trate de atravesar el barrio en dirección a un edificio cualquiera. Porque algunos se van a poner colorados, o al menos deberían.

Eso sí, ahora hay tres portales a los que podrán llegar los bomberos para ver cómo se queman los otros diecisiete.

sábado, abril 02, 2011

GRACIAS, PRESIDENTE


Sólo una vez he hablado con José Luis Rodríguez Zapatero. Por aquel entonces yo presidía el colectivo lgtb de Cantabria y fui invitado a la sede socialista de la calle Bonifaz de Santander a un encuentro que el recientemente elegido como Secretario General del Partido Socialista Obrero Español quería mantener con las organizaciones sociales de la región. Siempre he sido tímido, y estuve casi a punto de no pedir la palabra y limitarme a escuchar. Pero cuando se iba a cerrar el acto levanté la mano y me presenté, para recriminar la timidez, la falta de decisión con la que el PSOE afrontaba la igualdad para las personas lgtb, y terminaba diciendo que las palabras en efecto eran diferentes, pero que nos costaba el mismo esfuerzo conseguir una ley de parejas de las autonomías socialistas que de las populares. Fijaos, todavía pensábamos en leyes autonómicas de parejas, ni que estuviera hablando del Paleolítico Medio.

Poco tiempo después, José Luis Rodríguez Zapatero encabezaba el proyecto con el que el PSOE regresaba al Gobierno de España después de ocho años. Y al año justo de iniciarse esa nueva etapa de gobierno, el Congreso de los Diputados, con una amplia mayoría de la que quiso expresamente estar ausente el Partido Popular, se aprobó la reforma del Código Civil que permitía por primera vez en la historia de España y por tercera en la del Mundo el matrimonio entre personas del mismo sexo, en plena equiparación legal. Ese día, el Presidente Zapatero subía a la tribuna del Congreso de los Diputados para iniciar un hermoso y brillante discurso que comenzaba así, "España es hoy un país más decente".

No pude estar presente en ninguna de las dos jornadas que necesitó el Congreso para votar la ley primero y para levantar el veto del Senado después. Pero recuerdo haber llorado mucho en mi casa viendo en los informativos algunas intervenciones como la de la compañera Carmen Montón, la votación final, la proclamación del acuerdo y el discurso del Presidente del Gobierno. Recuerdo haber llorado porque ese día me sentía, puede que por primera vez de forma integral, plena, viva, limpio y digno ante una sociedad que había girado siempre su rostro para no verme. Y eso a pesar de seguir viviendo en una ciudad para la que institucionalmente sigo siendo invisible, alguien sin valor, o como diría una concejala del equipo de gobierno municipal con el mismo valor que una puta. Alguien que no merece un gesto o una declaración de apoyo de la ciudad en la que vive. Pero así son las cosas.

Ya sé que en estos tiempos, puede que en algunas cuestiones con razón, se ha puesto de moda en España el tiro al presidente. Al estilo de las Fox News norteamericanas, las redes informativas han sido tomadas al asalto por manipuladores profesionales al servicio de los valores más rancios y peligrosos. Con una oposición que tal vez hubiera hecho mejor arrimando el hombro en algunos momentos de especial trascendencia ha preferido bramar al son que marcaban los opinantes e hilvanar al dictado sus discursos envenenados con constantes acusaciones de traición a la patria y de ahí en adelante.

Yo soy, he sido, crítico con determinadas actitudes y medidas del gobierno por el que voté en el 2004 y en el 2008. Y al que votaría sin temblores ni dudas en el 2012 si se presentara a por la reválida. Pero ya estarán demasiado ocupados los profetas de la catástrofe mientras brindan felices por el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de no presentarse como candidato en la próxima convocatoria electoral enumerando los fallos y debilidades, y convirtiendo en fallos y debilidades las primeras y mejores virtudes y compromisos del leonés como para abrir aquí otro frente. Baste sucintamente decir que el retraso en asumir la llegada de la crisis, el tiempo perdido sin hablar claro a los ciudadanos para pedir su compromiso, y el ensimismamiento que ha hecho flojear algunos avances sociales -el acoso a inmigrantes, por ejemplo- son para mí nubes de feo aspecto que sin embargo no van a hacer que me retracte del agradecimiento que hoy quiero dejar aquí constante por las iniciativas, los avances y la gestión de la libertad del Gobierno encabezado durante dos legislaturas por Rodríguez Zapatero.

Quiero recordar la Ley de Igualdad, todos los pasos en la senda de la igualdad ya no sólo legal sino sobre todo social y cultural entre los hombres y las mujeres. El esfuerzo por convertir la lacra de la violencia de género en uno de los primeros y más urgentes problemas de la agenda política. Quiero recordar las leyes que han ido afirmando el piso para la igualdad de las personas lgtb, la del matrimonio primero, la de identidad de género después, la de equidad de trato en la que se está trabajando. Veo cada día cómo las condiciones de vida de muchas personas en mi barrio han mejorado gracias a la Ley de Dependencia y a la correcta gestión de la misma por mi Comunidad Autónoma. Agradezco el esfuerzo por modernizar el tejido productivo y energético. Sí, también le doy las gracias por haber intentado por todos los medios, diálogo incluido, y como era su obligación, el final del terrorismo etarra. Y las gracias por haber permitido a casi un millón de personas que vivían en los márgenes de nuestra tierra regularizar su situación, a pesar de lo duro que ha seguido siendo el camino para los inmigrantes, una dureza que conocí bien en el tiempo invertido en tratar de que Leo llegara a España, y lo hiciera con papeles y dignidad.

Quiero darle las gracias a José Luis Rodríguez Zapatero, sí, con voz clara y alta. Porque gracias a su apuesta por la ciudadanía activa, por la igualdad, por la modernidad y el progreso he estado muchas veces orgulloso de ser español, y he recibido con una gran sonrisa los comentarios de tantos amigos extranjeros para los que nuestro país se estaba convirtiendo en todo un referente de los avances sociales. A pesar de la crisis que puso freno a tanta ilusión, a pesar del desconcierto que arrastró y que hundió en el pesimismo a tantas voces y a tantos ideales. A pesar de haber tenido que luchar cada día contra las insidias y las agresiones constantes.

Gracias, Presidente.

O como dijo en una película la cineasta italiana Sabina Guzzanti, proponiendo a nuestro presidente comprometido y entonces bien claro en su apuesta por la izquierda como alternativa al sistema rocambolesco y pervertido de Berlusconi, ¡Viva Zapatero!

viernes, abril 01, 2011

NOSTALGIAS DE KIOSCO


Que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos es algo que ya sabíamos, sin necesidad siquiera de temblar al escuchar el terrible vaticinio al escuchar la bella canción a dúo entre Pablo Milanés y Mercedes Sosa. Algo que ya sabíamos pero tuvimos que reconocer ya sin que hubiera lugar para juegos improcedentes y complejos de Peter Pan cuando los mercados, esos de la mano negra que nos están hundiendo, se dieron cuenta de que estábamos ya listos para la nostalgia.

No sé cómo empezó todo, tal vez con el anuncio de Coca Cola que exaltaba la generación de quienes fuimos adolescentes en los 80 y nos recordó los tejanos lavados con lejía, las hombreras, la pasión por Eurovisión, los discos de vinilo y las gafas imposibles de las azafatas del Un, dos, tres.

Pero hace unas semanas volví a tropezarme con el pasado en los kioscos, en una recuperación que hace Planeta-Agostini de aquella mítica colección, Joyas Literarias Juveniles, en la que tanto leimos, tanto aprendimos, tanto soñamos. Esa colección que todavía tendrá un buen centenar de cuadernillos en la buhardilla de Reinosa o en el trastero de Santander y que me fue ofreciendo por quince pesetas, veinticinco, setentaycinco un poco más tarde, una buena parte de los títulos más señalados de la literatura de aventuras, de la ciencia-ficción, al lado de buenas novelas realistas y hasta de algún que otro guiño a la santurronería ambiente. Una generación de ilustradores espléndidos nos fueron recreando de forma anónima (aunque no es difícil rastrear talentos de la talla de Víctor Mora y su inconfundible estilo) los títulos de Dickens, de Karl May, de Verne y Salgari, de Poe. "Corazón" y "Mujercitas" junto a "Tom Sawyer" y "Los Viajes de Gulliver" se iban amontonando después de aquellos chantajes emocionales a los que sometía a la Tía Chavita (voz melosa, niño pegadito y mimoso que tiraba de las faldas del abrigo de la generosa mujer mientras susurraba "Chaviiiiiiii, me compras un cuentoooooo") para acercarnos juntos al kiosco y sufrir la tortura de seleccionar sólo uno de los expuestos y anticipando cuál sería el elegido en el chantaje del día siguiente.

Siempre he continuado leyendo, aunque hay una cierta bruma que me impide recordar con exactitud qué clásicos he leído en su versión de las Joyas Literarias y cuáles llegaron completos. Pero allí estuvieron, allí están, "Ivanhoe" y "Viaje al centro de la tierra", "Un yanqui en la corte del Rey Arturo" y "Los últimos días de Pompeya", "Historia de dos ciudades" y "La cabaña del Tío Tom".

¿Cómo no volver a caer en la tentación, cómo no, así lo cantaría Enrique Urquijo, volver a ser un niño?
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