jueves, agosto 25, 2011

TOMÁS LUIS DE VICTORIA Y LOS "HOMENAJES SIN"


Para cualquier programador perezoso es todo un alivio contar con un calendario de efemérides que tome por él las decisiones artísticas. Todavía mejor, que sean intérpretes y agentes los que consulten el calendario y añadan en sus propuestas el listado de homenajes del año en curso. Y puede que no esté de entrada la revisión de fechas múltiplo de 100 y de 50 si esa obsesión calendaria sirve para lo que es, lo que debe ser un homenaje.

Realizar la conmemoración del primer centenario del nacimiento de Fulano, los 350 años de la muerte de Mengano o los 200 de, pongamos, la primera vez que Zutano probó la fabada, suponen además de un camino fácil y manierista, todo un reto. Pueden ser útiles por un lado para recuperar repertorios de escasa frecuencia, importantes para analizar desde la óptica contemporánea la trascendencia, vigor e interés de la obra en su conjunto o de una parte coherente de la misma, permite interpelar a los intérpretes para que afronten obras nuevas. Y sobre todo sirve para dar forma a ese diálogo esencial entre la cultura de nuestros días y la tradición sobre la que arraiga, en ese secular ejercicio de apropiación de mitos, iconos y referencias por el que transcurre la historia de las artes.

En su busqueda perpetua de la pirueta sublime y la originalidad compulsiva, José Luis Ocejo y Emilia Levi, director y subdirectora respectivamente del Festival Internacional de Santander, han inventado un nuevo y sorprendente género, el del Homenaje-Sin . Una figura de extaordinaria actualidad en este mundo de cafés descafeinados, productos light y tortillas de patata deconstruidas, y que según venimos observando como atentos analistas (ya hablamos en este blog del Año-Argenta-Sin-Argenta y del Año-Händel-Sin-Händel) consiste en elaborar una programación idéntica en forma, contenido, sustancia e intenciones a cualquiera otra de cualquier otro año, y añadir al final de la propuesta el listado de recuerdos que no se realizan (mítico el homenaje a Schumann en el que no más de tres minutos de Festival fueron dedicados al de Zwickau) o que se limitan a un concierto que hubiera estado el idéntico lugar con o sin centenario. Para rizar el rizo en ediciones anteriores o posteriores (la variedad de opciones es casi tan infinita como lo venía siendo Cantabria) ofreciendo ciclos monográficos, integrales o simplemente producciones más serias. ¿Por qué se iba a realizar la integral de las sinfonías de Mahler a plazos precisamente en el 2011, centenario de su muerte, cuando se ha hecho ya por que tocaba? ¿A quién se le ocurre celebrar en el 2010 un homenaje a la memoria de Sanz Briz "El Ángel de Budapest" si se puede realizar en el 2011? ¿Para qué programar en el Año Händel una obra grande de Händel si podemos ser originalérrimos y programar algo tan arriesgado como El Mesías dos veranos más tarde?

Entre otros insinceros homenajes-sin me quedo este año con el no-recordatorio del 400 aniversario de la muerte del que haya sido con bastante probabilidad el compositor más importante de la historia de la música española, Tomás Luis de Victoria. Limitado a la interpretación por parte de uno de los coros amigos de presencia sempiterna, la Coral de Cámara de Pamplona (buen coro, por cierto, que lo cortés no quita lo valiente) del Officium Defunctorum (con falta de ortografía latina en el programa, ejem) del compositor castellano en la villa de Noja.

No es tan extensa la obra conservada de Victoria como para no permitir una integral itinerante de iglesia en iglesia, invitando a los grandes conjuntos vocales que han consagrado dentro y fuera de nuestras fronteras la recuperación del Renacimiento Español. Pero parecía más urgente una integral de las sonatas para violín y piano de Beethoven. No hemos tenido oportunidad de reivindicar con Victoria a la gran escuela polifónica de nuestro Siglo de Oro, de establecer un diálogo con otros dos grandes, Morales y Guerrero; de enfrentar a Victoria con Palestrina y disfrutar de ese duelo de titanes que pugnan antes de Monteverdi en su afán por estirar el estilo renacentista y acercarlo al amaneciente Barroco. Tampoco se ha querido provocar el diálogo personal entre Victoria y la cultura contemporánea (anoche, pensando en este artículo, pensaba lo hermoso que podría haber resultado enfrentar la sobriedad castellana de la Semana Santa musical de Tomás Luis de Victoria con el exceso pasional de la Semana Santa andaluza y barroca encargando una lectura coreográfica en clave flamenca a creadores arriesgados como Ángel Rojas y Carlos Rodríguez y su Nuevo Ballet Español). Ni siquiera ha parecido oportuno recordar que Cantabria, a través de la Schola Cantorum de Comillas fue protagonista esencial de la recuperación en la mitad del XX de la música del de Ávila, y que de esa formación vinculada a la generación del Motu Proprio surgieron también las primeras grabaciones discográficas de las obras de Victoria.

Estamos arribando al final de una edición todavía más mediocre del que fuera una cita cultural esencial y que hoy camina a ritmo frenético y con nombre de tango Cuesta abajo . Y de nuevo escucharemos la valoración de su director, flanqueado sin rubor alguno por los cotizantes públicos municipal y autonómico, en la que como siempre exultará de placer ante sí mismo y se quejará de que había falta de dinero cuando lo que es evidente es la sequía absoluta de ideas.

Lo que ya no tengo tan claro es cuándo vamos a dejarnos de Lamentationes , aunque sean tan exquisitas y hermosas como esta primera In Parasceve de Victoria, y pensar en proyectos de futuro y soluciones de presente.

martes, agosto 23, 2011

JESÚS CANCIO, 50 AÑOS DESPUÉS DE SU MUERTE


El 23 de agosto de 1961 fallecía en el pueblo de Polanco el poeta cántabro Jesús Cancio. Uno de esos personajes perseguidos con saña por la vida que perdió tempranamente a la que fuera el gran amor de su vida, vio como una enfermedad degenerativa iba dejándole sin vista, le incluyó entre los perdedores de la Guerra Civil, lo que significó cárcel y durísimas pruebas primero para decretar después la prohibición absoluta de volver a residir en su hogar habitual. Lo que en la práctica significaba robarle sus otros amores: el Mar, Comillas, las gentes sencillas del mar a las que entregó tantos versos. Tan grandes fueron las mentiras, tan grande la saña contra este hombre esencialmente humilde, desdichado y bueno, que hasta después de muerto se le quiso arrebatar la paz de dormir en "su" cementerio, al lado de su amada y de su madre, bajo la custodia del hermosísimo ángel de Llimona, escuchando hasta la eternidad los rumores añorados del Cantábrico. No se permitió a los comillanos rendir homenaje al que había sido señalado como Hijo Predilecto de la villa, en un día de morrina gris y persistente, y hasta el cura párroco hubo de exclamar indignado "¿No vamos a tener siquiera seis marineros para que lleven el féretro?" ante las maniobras del régimen para que se produjera una ceremonia casi clandestina.

No pudo ser hasta la muerte del dictador y la recuperación de la democracia que las palabras de Cancio regresaran hasta nosotros. Grande el trabajo y el compromiso de su primo Luis Corona, que acogió a Cancio en su destierro final en Polanco, también el de los entonces jovencísimos y curiosos poetas Isaac Cuende y Rafael Gutiérrez Colomer. Importante la decisión de asociaciones y de todo el pueblo de Comillas en reivindicar su legado y editar algunas primeras antologías. Y fue por esa época cuando por vez primera me tropecé con sus poemas, ya que a mis catorce añitos me había responsabilizado de una sección dedicada a los escritores de Cantabria en una revista escolar que trataba de rendir homenaje a una de las características más incuestionables y señeras del Instituto de Bachillerato de Reinosa, "La Gotera". Manejé una antología de Corona y las "principes" de los libros de Cancio que guardaba y guarda la Biblioteca Ramón Sánchez Díaz de Reinosa, entre los anaqueles de la colección privada del erudito campurriano, amigo de Cancio.

En estos cincuenta años desde la muerte del poeta han pasado muchas cosas. Una de ellas la imposiblidad práctica de acceder a las obras de Cancio. Y el inicio de un ambicioso proyecto que está reeditando los libros poco a poco (hoy se presentaba la tercera entrega en Comillas) bajo la dirección de José Ramón Saiz Viadero. Otra, la de una necesaria revisión de la obra de Cancio. La actualización de los criterios con los que se ha venido valorando su poesía y que han señalado con acierto, pero de forma limitada, su carácter de poeta popular, su habilidad para recoger las hablas marineras en sus poemas costumbristas, el particular lenguaje del puerto comillano. Para adentrarnos en el universo de un poeta que sí, en efecto, es un poeta del mar, un poeta de rasgos abiertos y populares, pero mucho más que eso un poeta hondo, sencillo, universal y culto.

He recuperado a Cancio estos meses atrás, gracias al encargo que me hizo la Biblioteca de Comillas para desarrollar un taller de poesía que tendría como eje al poeta recordado. Un segundo encuentro con un poeta que me ha sorprendido por los rasgos cultos de su verso, su exquisito control de los metros, avivando algunos tan excéntricos como esos decasílabos que me parece intentaban reproducir en palabra el ritmo marino de la habanera, un poeta de raíces modernistas que continúa desde una cierta modestia por la senda de la claridad señalada por Antonio Machado, un cantor de honda sensibilidad en su encuentro con el mar, de furia en los poemas de guerra y de estupor y miseria en los poemas de cárcel. Un poeta de palabra herida en el terrible extrañamiento que le hace ahogarse de polvo en Castilla y añorar tanto sus cantiles y el olor del salitre y de la brea.

Esta mañana rindieron las buenas gentes de Comillas y de Polanco el tributo que no pudo ser hace cincuenta años, en una mañana también gris y de morrina intensa, en ese cementerio mágico a la orilla del mar que cada noche canta para arrullar el sueño eterno de su mejor poeta.

lunes, agosto 22, 2011

MEMORIAS ESTELARES: CRÓNICA DE LA FUNDACIÓN DEL SOVIET DE ESTUDIANTES Y PROSTITUTAS DE SANTANDER


Tiempos revueltos aquellos para la universidad española en general y para la Universidad de Cantabria en particular. Congelados los concursos de profesorado en espera de que se implantara la Ley de Reforma Universitaria, nos encontramos los aprendices de leguleyos con programa de estudios pero sin profesores ni aulas, dando fe de la tradicional consistencia de la organización modo hispánico. Una situación que acabó derivando en la elección del Malvado Rukaegos como Tribuno de la Plebe, según consagró el catedrático pre-congelación de Romano Pinochetito Delaobra.

El problema fue que en aquel régimen asambleario de entonces (que asambleas húbolas antes de mayo) y con aquel descerebrado como representante, el futuro se veía tan incierto como agitado. Fueron primero las luchas contra Sir Thomas Lazosdeamor, pretencioso gañán que en sus propias palabras era descendiente de poetas y corsarios y que acostumbraba a entrar en clase con sombrero Dallas, guitarra al bies y acento de Ánsar-Poniendo-Las-Patas-Sobre-La-Mesita-Auxiliar-De-Jorge-Arbusto. Huidas masivas de clase, negativas colectivas a realizar exámenes y griteríos varios en juntas de facultad varias iban abonando la vía revolucionaria como única salida a los problemas de las súperestructuras académicas. Una revolución fuera de control que no pudo ser domeñada en sus pasos primeros ni por los amables intentos de Pinochetito para abducir al malvado Rukaegos entre arias de ópera ni por las seborreicas intrigas de Perfectus Detritus, secretario a la sazón, ni por las amenazas de Elena Nito, segunda pero igualmente desprestigiada decana.

Fue siendo cónsul Cicerón, digo siendo decana Nito, cuando se produjeron los importantes disturbios que concluyeron con la efímera fundación del Primer Soviet de Estudiantes y Prostitutas de Santander. Y eso porque a media construcción de la prometida sede que habría de dar cobijo y aulas a las desprotegidas masas comandadas por el Malvado Rukaegos, el Rector Magnífico Usurero de la Peña contempló la posibilidad de un estupendo pelotazo urbanístico en el centro de la Antigua Ciudad Posible, que en un vendo y traslado, reportaría pingües beneficios a las académicas y exhaustas arcas.

No estaban los aprendices de leguleyo por la labor de volver al raso. Y bajo el imaginativo liderazgo de las asambleas y el carismático empeño del imprudente Rukaegos, pasaron a la revolución, tomando en tropel las playas del Sardinero para ofrecer allí clases de Histeria del Derecho y de Pensamiento Jurídico Cuántico, después de secuestrar con viles engaños a tres almas cándidas del estamento docente (dos almas cándidas y un alma de perraco espía, sería más ajustado). A la Okupación de Playas siguió el programado Asalto Lúdico a las Rotondas, en el que centenares de miles de insensatos pero desesperados pre-leguleyos interrumpían la normalidad ciudadana y el tráfico jugando al corro de la patata y bailando la característica danza revolucionaria El Cuevanuco. Hermoso y épico fue el primer asalto contra el Palacio Rectoral, conocido como la Pagoda Tibetana Color Caca de Bebé, formando una barrera arquitectónica de extrañas características, ya que impedía, sí, la salida de los perversos esbirros administrativos de Usurero de la Peña y del propio Rector con su Consilium. Pero tampoco permitía el asalto final a la ciudadela por carecer la muralla de puerta alguna. Insólitas imágenes se vivieron mientras los revolucionarios estudiantes hurtaban el material de construcción de las obras del que ya no sería su edificio para levantar la Gran Muralla Choni, como la singular estampa de la Marquesa de Somo, devenida en proletaria de pro, acarreando vigas sobre su precioso traje Chanel en crudo y sus taconazos Valentino: ¡inolvidable su rubia rubia melena al viento!

El asalto final tuvo lugar cuando el Tribuno de la Plebe Rukaegos pidió la vez y cogió número para la ocupación temporal de la Pagoda, después de los de Historia, los de Medicina, los de Empresariales y hasta los de Caminos, en aquella Primavera Ocupacional del 87 que tantas páginas de prensa mereció. Y así fue como ocurrió el milagro, después de que los comprometidos pre-leguleyos organizaran sus sacos de dormir por La Pagoda Rectoral, programaran los correspondientes comités de limpieza, actos lúdicos y divertimentos varios, guitarreos demodés y demás aparataje revolucionario, y se dieran cuenta de que ¡oh, terror! no había suficiente alcohol para resistir la ocupación en condiciones.

Era tarde, no había bares ni supermercados por el barrio en aquel entonces, no se habían inventado las tiendas de chinos. ¿Iba a fracasar la revolución por escasez de cocacolas y carencias de ginebra? Claro que no. Exploraron la zona el Tribuno y su Guardia de Asalto y descubrieron un local de lucecillas intermitentes y multicolores que bajo el letrero de Lady Godiva'S parecía estar insinuante y abierto. Y allí que se fueron a preguntar si las amables damas de la noche podían olvidar por una noche el carácter americano de su barra y dar bebida al sediento a precio de almacén o al menos razonable.

Hermosas y entregadas ante aquella cándida juventud revolucionaria que ni siquiera pretendía contraprestación carnal pese a la más que evidente polisaturación de hormonas, decidieron que dado el poco trabajo y los altos precios de otros días más felices, preferían sumarse a la timba de póker con fichas y desafiar a los empollones al Trivial, aportando botellas y botellas que luego "se olvidarían" de cobrar.

Cerrándose a la madrugada, con más sueño que éxito, este feliz capítulo de la Historia Fehaciente de la Revolución en Santander.

Laus Deo.

viernes, agosto 19, 2011

TRISTEZA AL SOL


No estaba en Madrid y no pude ser testigo presencial. Así que formo mi particular juicio, como casi siempre, desde mi propio universo mental y emocional más la información que me ha ido llegando tamizada desde diversas fuentes. Y con estos mimbres, no me cabe la menor duda de que el pasado miércoles fue sombrío.

Comparto una buena parte de las razones y valores que llevaron a la convocatoria de una manifestación crítica con la visita del papa a Madrid, por los fastos y despilfarros, pero no solo. Porque de la misma manera que la iglesia católica se considera autorizada por las razones que prefiera a cuestionar derechos, valores y gobiernos, también otras personas y otros grupos estamos legitimados para criticar el modelo social y personal que esa iglesia propone. En especial cuando ese modelo es agresivo, discriminador y excluyente para muchas personas. No comparto, sin embargo, la oportunidad de la protesta. Que me hubiera parecido impecable si se hubiera producido unos días antes de la llegada de los participantes en la Jornada Mundial de la Juventud (Católica) o con posterioridad a su marcha, pero que podía generar un exceso de tensión innecesaria. Aun así, creo que si hubiera estado en Madrid hubiera participado en la manifestación, porque también creo que deberíamos ser capaces de convivir y de defender cada uno nuestras posturas en el foro público, sin que eso tenga por qué molestar, ofender o provocar a nadie.

Entiendo, por lo que he ido leyendo y viendo, que como siempre la inmensa mayoría de manifestantes era pacífica, proponía lemas razonables, a veces lúdicos (que siempre tienen un plus de ingenio pero también de exceso). Pero también he visto algunas actitudes y lemas más mordaces e hirientes de lo prudente.

Por el otro lado, me parece claro que junto a jóvenes que podían estar en ese momento por casualidad (y por masividad) en los espacios previstos para el paso de la manifestación por el laicismo, había un grupo perfectamente orquestado y dirigido, que fue dirigiendo improperios a lo largo de la marcha, que intentaba bloquear su paso (y no sólo en el acceso a Sol), con cantos y directores de canto perfectamente estudiados y con símbolos que igualmente (como la bandera del pollo) eran por sí mismos un exceso de provocación.

Entre unos y otros, excesos a diestra y a siniestra, raro hubiera sido que la tensión no hubiera roto en algún momento. Raro también que quienes no estaban en ese ajo de la confrontación no tuvieran una experiencia negativa. Pero no me valen demasiado las equidistancias que también he visto (aunque sí las reflexiones críticas, porque no creo que se deba ocultar ninguno de los dos lados oscuros). Y eso porque la manifestación había cumplido los preceptos que la ley exige para el ejercicio de un derecho constitucional, mientras que enfrente había otros en parte organizados sin ese paraguas, y con una intencionalidad más que clara.

Me parece que el éxito de la convocatoria desbordó a los organizadores (muchos de ellos, organizaciones cristianas de base, algo que conviene que esté claro para que no se tengan que escuchar determinadas boberías) y que por esa falta de previsión, la organización pecó de insuficiente y torpe. Pero me parece sobre todo que hay unas fuerzas públicas y una autoridad que tendrían que haber garantizado el buen transcurso de la marcha desde su inicio hasta su final, que deberían haber acordonado los accesos a Sol y formar una línea clara de separación entre los excesivos de un ala y los de la otra. Y que deberían haber tomado en cuenta que tras la detención del que quería matar maricones en el nombre del señor, del apuñalamiento de un hombre en la zona dos días antes, de la temperatura abrasadora de las consignas en twitter y foros, las emociones y las sensibilidades estaban a flor de piel. Su pasividad primero, su torpeza en medio y su desordenada brutalidad como colofón, desde luego me hacen pensar que la delegada del gobierno en Madrid y el responsable de la actuación de la policía nacional deberían explicar, y mucho, lo ocurrido. Sin que se les olvide por cierto que en este mundo de redes y nuevas tecnologías, algunas de las actuaciones han quedado registradas y se han difundido, sin demasiado lugar para equívocos.

Estaría bien que dejáramos de jugar a las esquinitas y las placitas. Los espacios públicos no son de nadie, porque son de todos. Y también un evento católico (al margen de que pueda ser crítico con su organización y sus mensajes: es mi derecho) tiene su derecho a celebrarse en esos espacios. Pero a lo mejor no cuando el lugar ha sido reservado para una iniciativa concreta por otros ciudadanos.

Mal por quienes desde lo que tendría que haber sido una marcha lúdica, crítica y pacífica jugaron al exceso; mal por quienes esperaban para forzar la tensión y el conflicto; mal por los flecos de seguridad de la organización; mal por quienes animaron y jalearon a los jóvenes a encrespar más la situación. Y fatal por quienes tenían la responsabilidad y la obligación de evitar los incidentes y acabaron convirtiéndose en los protagonistas de las peores sombras de la noche.

Supongo que este país ha estado muchos años ya secuestrado por los profesionales de la manipulación y de la crispación. Felices sin duda porque hemos llegado al punto que querían. ¿Van a actuar ahora para serenar, para trabajar por la convivencia? Por lo que estoy viendo, tras las primeras mechas prefieren encender otras, porque hay quienes se regocijan en el barro y obtienen del mismo ganancias suculentas.

martes, agosto 16, 2011

DIVERGENTES, CONVERGENTES, PARALELAS



Continúo con una extraña confusión en la cabeza acerca de lo que viene ocurriendo en España con el llamado Movimiento 15-M, con sus diferentes ramificaciones, extensiones, crecimientos y decrecimientos. Y será esa confusión sin duda la que no me ha permitido encontrar el tono adecuado para referirme a uno de los grandes temas de la temporada hasta ahora. Ahora que continúo confundido, pero que sí tengo un par de sensaciones más o menos claras.

La primera de ellas es que algo parecido al 15-M tenía que estallar en algún momento y por algún lado. Quienes leéis el blog de forma habitual, sabéis que he mostrado mi malestar con la baja calidad de la democracia española, con la corrupción, con ciertos vicios vivos en el funcionamiento interno de los partidos (por paradójico que eso pueda resultar con mi militancia en el PSOE), y que son bastantes las reflexiones dedicadas en este espacio virtual a ese malestar que entonces estaba latente. Son muchas las causas que explican la movilización cívica de estos meses atrás. Algunas interesadas y con claros padres y padrinos, otras probablemente equivocadas, injustas o desinformadas, pero muchas, la mayoría, certeras y merecedoras de atención, reflexión, debate y respuestas. Queda por saber cuál pueda ser el camino por el que este movimiento, que se reconoce a sí mismo como horizontal, espontáneo, desestructurado, tenga por recorrer y cómo vaya a materializar el rumbo. Pero ya una amiga, entusiasmada en los primeros momentos, tardó poco en afirmar que si continuaba yendo a las movilizaciones en Santander era porque tenía por el 15M el mismo cariño que sientes por una relación con la que has pasado muchas ilusiones y mucho amor pero de la que ya no esperas nada. Un nada que puede haber perdido pie en los incidentes de Madrid de hace un par de semanas, en un ridículo juego sin más que un norte simbólico y más que discutible.

De todas maneras, no quería hablar tanto del 15M y menos desde esa perspectiva bastante desencantada (comparto muchos de los análisis y preocupaciones esenciales de los indignados) como de una segunda sensación que confirmé hace unos días, en un encuentro formativo organizado por las Juventudes Socialistas de Cantabria para analizar el 15M y al que amablemente me invitaron. Coincidimos allí algunas personas que habían participado de una manera o de otra en el 15M de Cantabria con otras que procedíamos de tres de las grandes cuevas de trolls malvados, sindicatos, partidos, prensa. Y era inevitable que en algún momento los chicos y chicas de JSC plantearan una pregunta que probablemente era LA pregunta. ¿Cómo era posible sentarse a dialogar, dar respuestas a las inquietudes del movimiento, articular un cambio que pudiera colmar una parte de sus expectativas y mejorar la calidad de la democracia española?

Me temo que la respuesta fue la que yo ya sabía o al menos intuía: no existe esa posibilidad de encuentro. Y no fuimos los trolls los que cerramos la puerta, sino las propias voces del 15M las que dejaron claro que se hablaba de un espacio imposible (aunque de alguna manera allí mismo se estaba haciendo posible ese diálogo). Y es que el desprestigio del sistema y sus actores es tal que ha devenido en falta absoluta de credibilidad, sin que importe demasiado ya qué parte de ese desprestigio es responsabilidad de los políticos y los medios y qué parte es inducida por un estado de crispación continua querido e interesado, que tiene claros beneficiarios.

Entiendo que el lema que Alfredo Pérez Rubalcaba ha elegido para su nueva andanza, Escuchar, hacer, explicar , es acertado y habla cuando menos de un oído abierto para todo lo que se ha estado proclamando en las calles y plazas españolas. Van cambiando las circunstancias políticas, y esos tres verbos reúnen alrededor de un único eje un espíritu de reforma que hoy veo como imprescindible. Escuchar, porque los políticos han vivido mucho tiempo girando sobre su propio ombligo, con una preocupante sordera y una a veces alarmante falta de sensibilidad; Hacer , porque obras son amores, y se echa muchas veces de menos la concreción de las ideas y valores que supuestamente alimentan la estructura y el alma de cada partido; Explicar , porque el mismo marco autorreferencial de los ombligos políticos ha olvidado que tanto en las duras como en las maduras se debe respeto a la inteligencia y al sentido común de la sociedad, y ni se pueden ni se deben hurtar los escenarios, presiones, chantajes, circunstancias y causas de cualquier decisión pública, sea buena o restrictiva. Y creo que de verdad es una propuesta sincera, que nace del deseo firme de recuperar el pacto cívico entre los políticos, la política y la ciudadanía y de sanar las dimensiones más oscuras de la democracia a la española (de la misma manera que otros prefieren descalificar y sostener la sordera).

Después del 15M me temo que ese camino no vaya a suponer encuentro alguno, y necio sería emprenderlo por el mero intento de satisfacer a un colectivo que se muestra completamente opaco. Hay que emprenderlo por el bien de la sociedad, por el bien de un modelo político en el que muchos seguimos creyendo y que ha traído muchas más cosas buenas que malas, por la dignificación de la actividad pública (es insostenible que muchos de los mejores prefieran mantenerse a una prudente distancia para no "mancharse", es una sangría de ideas y de competencias que no podemos permitirnos), por la vocación constante de trabajar para el servicio cívico y por la aplicación de un principio que anima la pedagogía del movimiento scout, la de cerrar tu presencia en un espacio dejándolo como mínimo tan bien como lo encontraste y si te es posible mejorarlo. Hay que emprenderlo por una vía paralela cuyo destino sea probablemente el mismo y con la ilusión y la esperanza de que tal vez llegue un momento en el que el encuentro y el necesario pacto social sean posibles. Unas vías paralelas que no serán los deseables trazos convergentes pero al menso servirán de corrección a los trazados divergentes que han ido pudriendo el sendero.

¿Y cuál es esa vía? No soy yo quien ha de tener las respuestas. Pero me atrevo a apuntar un compromiso vital y ejemplar con la Socialdemocracia, una apuesta radical y firme con la preservación del estado del bienestar. Cómo no, una actitud exigente e irrenunciable a la ética pública, que se muestre como ejemplar contra los propios errores y desviaciones de poder. Y claro, una profundización en las claves participativas y la transformación institucional para emprender una reforma del sistema que permita sentirlo como transparente, cercano, cívico, representativo, eficiente.

Porque sea posible la convergencia o debamos conformarnos con el paralelo, o conseguimos que se disipen un poco las sombras o pintarán bastos durante mucho tiempo.

domingo, agosto 14, 2011

IMBÉCILES SIN FRONTERAS: SALT, DOS POR EL PRECIO DE UNO


Tras la toma de posesión, alfombra roja mediante, de Joana Martínez como miembro preclaro del patronato de la ONG Imbéciles Sin Fronteras, sería machista y heterosexista no admitir al mismo e iluminado consejo rector a su compañero de partido, lista y corporación: Carles Bonet.

En efecto, tras la curiosa constatación de que la electa concejala por la plataforma racista, xenófoba y ultra de Anglada se mostraba dolida y decepcionada al constatar que a sus racistas compañeros les parecía fatal de los fatales que tuviera un novio camerunés, y su expulsión de PxC, el compañero que seguía a Martínez en la lista ha realizado en unas pocas horas su propio Camino de Damasco.

Y es que Carles Bonet, que fue elegido concejal en Salt como miembro de Plataforma por Cataluña y entendemos por tanto que haciendo propio el discurso impresentable de los chicos de Anglada, acaba de descubrir que a los ultras no les gustan los homosexuales (él lo es, antes y después de semejante sorpresa), que a los ultras racistas y xenófobos no les caen bien ni los inmigrantes ni los negros (él no es ni inmigrante ni negro, pero verán, verán). Y que la combinación de gay+negro+inmigrante produce ataques de caspa airada en el facherío catalán (y es que el señor Bonet tiene un novio dominicano).

No sé muy bien qué extraño morbo tendrán las personas negras para los peporceros, pero no deja de resultar sorprendente la summa imbecilitas de ciudadano y ciudadana de pro, que para defender la mano dura en su ayuntamiento no dudan en hacer como que no se han dado cuenta de lo que tenían alrededor y de que estaban actuando en contra de su propia vida, de su propio interés.

A no ser que ese único interés fuera el de llegar al ayuntamiento de Salt y ver qué se saca de la conversión en autoridad.

Porque entonces, habría que incorporar como imbéciles a la ONG a todo PxC de Salt y, cómo no, a todos y cada uno de sus votantes.

sábado, agosto 13, 2011

IMBÉCILES SIN FRONTERAS: LA NEGRA PENA DE JOANA MARTÍNEZ


Que hacía mucho que no ampliaba yo la pecular ONG constituida al desamparo de este blog, a pesar de las muchas provocaciones, propuestas y nocturnidades. Pero es que fue ayer leer la canallesca y decidir que tenía pocas imbécilas con las que cumplir los presupuestos de la Ley de Igualdad y que la dulce y buena mujer de la foto, Joana Martínez, sin duda tenía deméritos más que suficientes para ser recibida en Imbéciles Sin Fronteras con pompa y circunstancia.

Que se presenta la moza en las pasadas elecciones como parte de la lista de la plataforma xenófoba y fascistoide del Anglada, PxC, para el ayuntamiento de Salt. Salió elegida pero con lo poco que dura la alegría en casa del pobre anda ahora como una hamletiana reminiscencia pensándose por las esquinas si To Dimitir or Not To Dimitir, después de una expulsión más o menos pactada de su partido por, agárrense los machos y las hembras, convivir con un maromo subsahariano. Del Camerún, para ser exactos.

Sí, señores, sí, me parece fatal el racismo de los chicos y chicas de la Plataforma Por Cataluña esa. Me da arcadas, vómitos y diarreas, vamos. Pero que la lista de la Martínez se nos venga ahora haciendo de sufridora en Salt y vendiéndose de pobre discriminada, pues que quieren que les diga, que miro la foto y me da la risa floja.

Racistas xenófobas con novio negro camerunés, homosexuales liberales y homófobos, mujeres machistas que perpetúan estereotipos y desarman los trabajos en pro de la igualdad, leones vegeterianos ... Seres absurdos que forman parte de una realidad más propia de Berlanga pero que han llegado del espacio y están entre nosotros.

¡Serán imbéciles!

viernes, agosto 12, 2011

CALENDARIOS FESTIVOS E INSTITUCIONES


Como todas las fiestas del calendario, sin excepción alguna, el Día de las Instituciones de Cantabria procede de la invención. Porque invención es también el proceso de selección en el que una efeméride sobre otra, ya sea civil o religiosa, y con esa selección determinar qué parte de la historia y sobre todo de la tradición resulta más relevante para la vida de una comunidad.

Hubo en su día polémica, cuando el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal intentó que su Día de Cantabria fuera proclamado fiesta general para la comunidad, alegando que había sido el primer municipio en solicitar la autonomía (divertida la anécdota tramposa del mítico Ambrosio Calzada para robar tal privilegio a Torrelavega) y la temprana decisión de sustituir el antiguo Día de La Montaña por el Día de Cantabria. Frente a esta postura, el Ayuntamiento de Reocín, que andaba en la tarea de recuperar la memoria institucional de la región de la mano del historiador del Derecho Rogelio Pérez Bustamante y proponía como fiesta de unión, civil y con un mayor calado histórico la constitución de la Provincia de Cantabria en el S.XVIII, con la reunión en la Casa de Juntas de los representantes concejiles de los Nueve Valles que, tras ganar un importante pleito ante la Chancillería para defender su independencia frente a las pretensiones nobiliarias de gobernarlos, iniciaba una nueva senda de autogobierno bajo la única autoridad del rey.

No sólo la historia jugó en favor de Puente San Miguel. Fue el propio PP, que hoy ha eliminado tal celebración del calendario festivo de 2012, el que apostó por el municipio de Reocín frente al Cabezón de la Sal gobernado por un político que les resultaba especialmente antipático.

¿Hay razones para sustituir una fiesta cívica que celebra la constitución de una institución democrática por una fiesta religiosa, la del apóstol Santiago, patrón de una España que hace ya muchos años que lo retiró del calendario festivo oficial? Ninguna de peso. Y esta vez ni siquiera política. Tan sólo, otorgar el capricho por el que lleva años perorando a una de las estrellas ascendentes del Tsunami Azul, el Alcalde de Santander Íñigo de la Serna. En efecto, Santander lleva años pretendiendo que Cantabria le regale una fiesta oficial para así poder liberar uno de sus dos compromisos y dar homenaje a un tercer santo. Y así, tras la decisión del Gobierno de Cantabria de ofrendar la cabeza de Santiago en la serna de las estrellas, don Íñigo por fín podrá cumplir su sueño de pasear con igual dignidad a la Virgen del Mar que a las cabezas destroncadas de San Emeterio y San Celedonio.

Preguntaba un amigo en twitter qué efectos prácticos tenía la decisión. Ninguno en realidad. Salvo ese carácter simbólico que toda fiesta tiene y en el que hoy podemos leer la decisión del nuevo Gobierno de Cantabria de priorizar lo religioso sobre lo ciudadano. Y sobre todo, de rendirse a los pies de Santander, pida lo que pida, haga lo que haga. Total, quedarán 101 municipios para seguir la estela y pagar los gastos.

martes, agosto 09, 2011

ELVERANO FELIZ DE SETTIE


-Está vieja, se cansa, ya no sirve.

Es verdad que había cumplido ya los ocho años, y que a veces me dolían un poco las articulaciones. Es verdad que me costaba ya seguir el ritmo de los setters más jóvenes husmeando en busca de sordas y codornices. Pero eso era normal después de tantos años sirviendo al Amo, encerrada muchos meses en una jaula con otros dos perros de la que salíamos sólo de tarde en tarde para entrenar y durante la temporada de caza para cumplir con nuestra función de herramientas vivas. Era normal después de no haber visto nunca a un veterinario, y comer un pienso barato acompañado de restos de comida y chuscos de pan duro. Después de haber parido tres camadas de preciosos cachorros que el Amo había vendido.

Pero nunca imaginé verme a pleno sol de pronto, abandonada en una carretera perdida, vagando desorientada en espera de que el Amo regresara con su coche y me acercara al coto en el que sin duda tocaría cazar puesto que me habían sacado de mi encierro. Tan desorientada que no vi venir al auto que me dio un golpe en las ancas traseras y que por fortuna me dejó sólo un poco atontada y con una herida abierta que tendría que cicatrizar a lametones.

Fue otro coche el que me recogió y me llevó hasta un lugar terrible que llamaban perrera. Sucio, saturado de perros tristes que esperaban como yo a sus dueños. Un lugar donde garrapatas y pulgas campaban por sus respetos y donde nadie se molestó en mirar siquiera la herida que ya se me estaba infectando. En la perrera casi cada día llegaban nuevos inquilinos, muchos de ellos setters como yo, o primos de otras razas de caza. “En verano siempre es así” escuché que decían “y son una lata, porque nadie quiere uno en su casa”. Cada día también desaparecían uno o dos inquilinos, nunca regresaban, pero una nariz entrenada como la mía no dejaba de descubrir en el aire cierta pestilencia a carne de perro quemada. De vez en cuando entraban personas que nos miraban detenidamente, y que a veces se llevaban a uno de los enjaulados. También iban unas chicas de vez en cuando para tomar fotos de cada jaula. “Anda, que peludita más guapa” dijo una de las simpáticas de las fotos delante de mí “¿quieres que llame a Sonia?”.

No sabía yo quién sería esa Sonia. Pero al día siguiente apareció un chico rubio que me dijo que se llamaba Berto. Me puso un collar nuevo de color naranja y trató de tranquilizarme a pesar de que estaba asustada y triste como nunca, y que quería morirme porque sólo así podría escapar de aquel lugar maldito. Me dio confianza y vacilando al andar me acerqué y le lamí la mano. Miró enfadado mi herida, me palpó descubriendo algunas garrapatas. Y con una voz algo enfadada dijo algo así como “Ya os vale, que una cosa es que vayáis a sacrificarlos y otra que los tengáis así, sufriendo”. Y me llevó hasta una furgoneta con una manta.

Pensé que sería un cazador que me iba a llevar otra vez a levantar sordas, pero no parecía tan áspero como los hombres de las cacerías. Pero no, me trajo a un lugar llamado “Setterland” donde una chica morena de pelo largo me esperaba. Después de acariciarme dijo “Sigue el camino de baldosas amarillas”. Y me invitó a seguirla.

Qué maravilla, Setterland. Estaba lleno de setters lindos, de todo tipo, cachorrones, abueletes, irlandeses, gordons e ingleses. Y también otros bichos y otros perros. Todos contaban historias como la mía. Estaban los que habían vivido con una familia hasta que alguien dijo que el nene tenía alergia. Los que habían cazado hasta no poder más. Los que nacieron en camadas no deseadas. Los que habían recibido alguna herida o habían tenido un accidente y no valían para sus amos lo que habría costado el veterinario. Pero todos estaban felices, se daban apoyo unos a otros, se acercaban para darme confianza. Y seguían a Sonia y a Berto como si fueran los reyes del país de las hadas.

Claro que sí, eso es. Setterland es el país de las hadas. Allí me lavaron, me limpiaron de garrapatas y de pulgas, me curaron la herida con cariño, me miraron por todas partes para comprobar que todo iba bien. Me enseñaron a sentarme, me dieron una comida riquísima. Y cada día una chispita de alegría se me iba fijando a los ojos y tenía más ganas de correr y de jugar. Como una cachorrona descubrí lo maravilloso que podía ser correr por la playa, tumbarse al sol, jugar con los amigos, dejarse mordisquear las orejas por pequeños diablillos. Y eso sin que te pidieran a cambio nada, sin que te obligaran a cazar para ellos. Porque pocas cosas odian más en el país de las hadas que a los cazadores.

Un día me llevó Berto a la playa. Allí esperaba una pareja con un cachorro humano y una perrita preciosa, de aguas, que me cayó bien a la primera. Paseamos un rato y a mí me llevó de la correa el humanito pequeño, que me acariciaba muy suave y decía que como era una chica muy guapa y muy tranquila me iba a querer mucho y a llamarme Settie.

Una semana más tarde, Sonia me enseñó en el ordenador una foto mía grande grande en la que ponía en letras amarillas como las baldosas SETTIE ¡ADOPTADA! Porque, me dijo, ese era mi gran día.

Me puse nerviosa otra vez, pero con buenos presentimientos. Porque sabía que si las hadas me llevaban a otro lugar, sería allí al menos tan feliz como lo estaba siendo en Setterland. Así que antes de irme recorrí por última vez el jardín, di besitos con el hocico a todos los compañeros y recorrí por última vez el camino de baldosas amarillas. Y pedí al dios de los perros que cuando por fin tuviera que marcharme, hubiera un cielo que se llamara Setterland para correr por todas las playas del firmamento hasta el final de la historia, y que allí estuvieran todos los setters del mundo, los afortunados como yo por fin lo había sido y sobre todo los otros, los pobrecitos que vivieron siempre sin dignidad ni cariño. Porque no sería justo que ellos sólo conocieran la crueldad y la desvergüenza sádica de los cazadores.

Sí. Empezó fatal pero sin duda aquel fue el comienzo de un feliz feliz verano.

Así que … Be Setter, My Friend!


*Settie no existe. Pero Sonia y Berto son reales. También es real Setterland. Y necesita tu ayuda. Puedes adoptar, o apadrinar, o colaborar para que puedan seguir salvando setters. Tienes toda la información que necesitas en www.sossetter.org

**Dedicado a Ulán, Rhin (que es el que vive al límite en la foto), Falcon, Enzo, Mara, Aker, Alexander, Lullaby, Leo Messi, Pandora, Fama, Mai, Neo, Pelayo, Patrick, Edelweiss y sus cachorritos, Dallas, Kiara, Valentina, Cloe, Adi, Brisa, Lord Byron, Pepin, Leia, Yuri, Merlín, Easy Rider, Rolling Stone, Thor, Zas, Pol, Yap, Greta, Boira, Tabatha, Asia, Laika, Diamante, Hidra, William Wallace, Diamante, Ginger, Lilie, Lea, Lisa, Kira, Ariel, Fama … (y todos los que se fueron, los que pueda haber olvidado, los que quedan por venir). Y cómo no, para la loca de Gin, que lleva toda la tarde chupándome la cabeza mientras escribo.

miércoles, agosto 03, 2011

CAMBIOS DE ESCENARIO. Primeras reflexiones ante el 20-N


Cuatro meses antes de lo previsto y en una fecha singular, el 20 de noviembre, tendremos que acudir de nuevo a las urnas para renovar el Congreso de los Diputados y el Senado, con el fin de configurar un gobierno que necesariamente tendrá una nueva cabeza. Con barbas, con dilatada experiencia política entre la que se cuentan pasos por los ministerios de Educación y de Interior y con una R en la cabeza de su apellido.

En unas generales siempre es mucho lo que un país pone en juego. Pero ante una situación de emergencia como la presente, España, Cantabria, arriesgan en la partida posiciones vitales con resultados inciertos, si tenemos en cuenta los importantes cambios de escenario que se han venido produciendo.

Un primer apunte es la irrupción del Movimiento 15-M y su capacidad de movilización. Tenía que llegar una respuesta ciudadana a un malestar creciente ante lo que se percibe como una casta política cerrada, obtusa y cegata, con poco pie sobre la realidad cotidiana y celosa de sus privilegios, una casta a la que la ciudadanía española lleva tiempo percibiendo como uno de los más graves problemas de nuestro país. El recorrido que pueda tener su estructura asamblearia y horizontal, el eco que pueda encontrar en las propuestas políticas, el renacimiento periódico de sus movilizaciones, los efectos que puedan tener torpezas como las de la pinza Comunidad de Madrid/Ministerio del Interior para dar más espacio a las homilías de Ratzinger, están en el aire. Como está en el aire saber cómo reaccionaría el movimiento ante compromisos adquiridos en firme sobre sus propuestas, si ese hipotético acuerdo podría ser el origen de un nuevo pacto capaz de abrir otros horizontes y despertar nuevas ilusiones y compromisos.
Sea como fuere, las propuestas políticas hacia el futuro han de ser propuestas de transformación, y deberían contemplar una profunda regeneración de la vida pública, un acercamiento al ciudadano y sus preocupaciones, límites, controles, transparencia. Y por supuesto una agenda clara y definida que permita apuntalar los pasos para salir de la crisis en su versión hispánica y sobre todo crear empleo.

La crisis, uff, la crisis. Esos tales mercados , concepto fantasmal con el que mercachifles, especuladores y augures baratos que alimentan los mismos movimientos que luego condenarán, empujándonos a todos hacia los abismos, esos piratas, o cocos, o cólicos miserere que nadie sabe muy bien dónde radican, a quién sirven, pero que tienen indudables hábitos carroñeros, serán otra carta importante en la convocatoria de noviembre. Es indudable que entre otras cosas la piratería organizada nos ha venido a demostrar que a día de hoy son esas nieblas imprecisas las que detentan el poder político en Occidente, las que acorralan y chantajean a los gobiernos nacionales y transnacionales hasta convertirlos en peones sobre su tablero. Supongo que por eso, una apuesta social y de progreso debería explicar cómo va a contener los desmanes y desafueros de semejantes delincuentes, qué controles va a implantar para evitar el enriquecimiento especulativo y para resistir las agresiones de los buitres.
Puede que sea cierto que no fueran posibles otras medidas, puede que fuera cierto que nuestro gobierno pecara de optimismo o de lentitud, puede que el nivel del chantaje de los piratas financieros internacionales fuera tan fuerte (de esta parte estoy seguro) que no quedara camino de escape. Pero tomadas las exigidas y forzadas medidas quirúrgicas, falta saber qué va a pasar ante el futuro. Porque la cuerda está ya en los límites de la tensión. Y por favor, que no vengan quienes sentaron las bases de las burbujas estalladas a insultar nuestras inteligencias con lo de que "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades". Porque quienes se apuntan a ese estribillo son los principales responsables, principales manirrotos, los peores administradores y gestores, los nefastos políticos que han alimentado ciertos comportamientos a los que yo, por cierto, y como la mayoría de amigos y conocidos, no me sumé nunca y a pesar de todo padezco en primera línea de fuego. Puede que en Valencia la fiesta no se acabara nunca, pero yo no he vivido en ninguna Valencia ni real ni metafórica.

En lo que a Cantabria se refiere, se abre un interrogante nuevo. Uno que se suma al nacional acerca de qué pasará con el PSOE, si volverá a pagar electoralmente la gestión de la crisis con un precio tan desorbitado como el que pagó en mayo, si será capaz el Efecto Rubalcaba y la indudable sabiduría de perro viejo del cántabro de Escuchar, Hacer, Explicar. Y recuperar así la confianza de tantos votantes como hace un par de meses se quedaron en casa, o se sumaron a los porcentajes de blancos y nulos.
En Cantabria, además, hay que recordar que por primera vez el PRC competirá por los escaños nacionales. Y eso significa incertidumbre en torno a muchos parámetros. ¿Veremos por vez primera en su historia al PRC tomar partido claro ante los problemas de la agenda política nacional e internacional, y cómo repercutirá en su electorado esa toma de postura? ¿Será suficiente el discurso del cantabrismo para alcanzar una presencia importante que en cualquier caso nunca pasaría de tres representantes (dos y uno) si se mantuvieran los resultados de mayo, y con lo pequeño que puede ser ese espacio ante una también hipotética mayoría absoluta popular -que ocurriría si se repite igualmente mayo-? ¿El hecho de que Rubalcaba sea cántabro afectará a sus opciones? ¿Regresarán a su voto tradicional en las generales esa parte de votantes que escoge papeleta regionalista en las autonómicas pero luego incrementa en un cinco por ciento y en un 25 % respectivamente los resultados de populares y socialistas?

Muchas preguntas, más todas las que quedan por hacer, para una convocatoria compleja e incierta. Una convocatoria que exige, sobre todo al PSOE, gran derrotado de las autonómicas y locales, una respuesta con altura de miras, con rostros creíbles, capaces de afrontar el desafío pendiente y de dar cara a esa transformaciónpor la que sus votantes y todo el país vienen clamando.

Escuchar, Hacer, Explicar es sin duda un buen resumen de una actitud abierta que podría recuperar los mejores momentos del pacto político con la ciudadanía. Creo que Rubalcaba puede ser el director de orquesta que el concierto precisa, y que desde luego apostar por un Presidente del Gobierno cántabro nunca podrá salirle mal a Cantabria. Pero muchas de los bolos ya están pinados y a la espera.

Vale.

martes, agosto 02, 2011

UN CURIOSO OXÍMORON: ÓPERA EN VERSIÓN CONCIERTO


Siempre me ha llamado la atención una práctica mucho más común de lo que debería en ciertos espacios programáticos, la de la llamada ópera en versión concierto. Que viene a ser como si nos pusieran un disco y se quedaran tan panchos.

La ópera es, por definición, un género escénico-musical. Y por lo mismo, desde el momento en el que se le despoja de su particular dramaturgia queda desnudo, inerme, muerto. Son pocas las óperas que resisten de verdad su paso al concierto sin verse seriamente afectadas, aunque hay algunos títulos que por estilo o época tienen un desarrollo muy estático, pocos personajes, y admiten una cierta teatralización en concierto. Hay, es cierto también, algunos pocos títulos de tal extrema dificultad para su puesta en escena, que puede llegar a justificarse como una medida excepcional su puesta en concierto. Pero se trata sin duda de excepciones. Y eso porque desde el momento en que nos menten "ópera en versión concierto" la palabra ópera está de más. Sería algo así como escribir en la carta de un restaurante "marmita sin patatas" o "paella sin arroz".

Cuando un compositor trama su música pensando en su puesta en escena, trabaja a partir de unos códigos concretos que obligan a buscar momentos climáticos, expresividad melodramática, estructuras fragmentarias, cortas y en general sin conexión formal (con la puede que única excepción evidente en Wagner). Elementos todos que contribuyen a hacer de la ópera un género de más fácil acceso que otros. Pero también de una tensión musical mucho más relajada, menos brillante en su capacidad emocional, que la del repertorio sinfónico, sinfónico coral o camerístico, cuando se la despoja de su vestido escénico.

Me gusta la música, y como extensión de ese placer, me gusta la ópera. Pero no entiendo esa fiebre actual que parece obligar a poner óperas en los escenarios y las programaciones se tenga o no capacidad para hacer nacer una verdadera experiencia estética. Apostar en una programación presuntamente seria por las óperas en versión concierto (o todavía peor, por las colecciones de arias, dúos y coros, como si nos estuvieran retransmitiendo Los 40 Principales) significa en primer lugar sacrificar un género a unas veleidades tan pretenciosas como poco inteligentes;supone además desvirtuar la ópera, privarla de su magnificencia o limitarla a números más o menos espectaculares sacados de contexto; implica en tercer lugar apostar por consumir un presupuesto que no va a dejar de ser mucho más elevado que el aplicado a otros repertorios sin una razón sólida que lo justifique. Y por supuesto, afecta negativamente a la posibilidad de escuchar grandes maestros, grandes formaciones y grandes programas sinfónicos o camerísticos.

Porque al fin y al cabo, cuando un compositor crea, lo hace desde unos claros presupuestos. Lo que los ignorantes llaman "ópera en versión concierto", los grandes de la música lo llamaron "oratorios", "cantatas" y demás formas del repertorio sinfónico coral. Sin necesidad de iluminados que nos nieguen el acceso a tantas obras para estafarnos con personajes desnudos, faltos de emoción y de movimiento, peleándose contra una orquesta situada sobre el escenario y en plena competición de decibelios. Intentando hacernos creer que la vida, que la pasión, son posibles sin cafeína.


Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.