sábado, diciembre 23, 2006


BASSICAMENTE ...

Lo primero de todo, y antes de echar mi mirada personal sobre el affaire Bassi, quiero pediros disculpas a todos los que habéis entrado en el blog a ver si el vago que suscribe se había dignado a colgar alguna nueva entrada. Hasta me han llegado algunos emilios de bronca y se me ha caído varias veces la cara de vergüenza, pero en fin ... el supergén hace milagros.

La cosa es que hace una semanuca actuó en la ciudad posible Leo Bassi, y su visita trajo bastante más cola de la que la sensatez hubiera querido, pero al menos no trajo bomba como el Madrid de doña Espe.

Mientras aplican las teorías comunicativas de Goebbels (una mentira repetida mil veces se convierte en verdad) y de los Neocons norteameriyanquis (el mundo es la red, la red es el mundo), los chicos y chicas de Haztelomirar.org y el Foro de los Fascistas han desatado la enésima batalla mediático-internáutica, esta vez contra el bufón italiano y su espectáculo La Revelación. Según ellos, en el espectáculo se sucede una blasfemia detrás de otra y ocurren cosas tales como la consagración de un cáliz lleno de preservativos (no pude estar en el evento, pero algunos amigos asistentes dicen que es falsa la falsa consagración, y que no tuvieron una sensación especialmente blasfema, pero claro, ya dirán los haztelomirar.org babies que si fueron a ver a Bassi son una mezcla del Demian de La profecía y del chavalín caprino de Rosemary's baby, más conocida en esta España de mis entretelas como La semilla del diablo , y que de cuándo acá el demonio sabe distinguir blasfemias de cantos de ángel). Ofendidos pues en su autoproclamada y nunca bien practicada tolerancia, iniciaron toda una campaña de descréditos, amenazas, llamadas al boicot y escupitajos que nos permitió comprobar una vez más la democracia no ha pasado por ellos, y que su actitud ante el mundo sigue siendo la de siempre: ellos pontifican, deciden, conspiranoian, insultan y golpean pero ahhhhhhhh no, que nadie intente siquiera decirles un "oye chico malo, eso no está pero que nada bien". Porque entonces se sienten supermariofendidas y reclaman derechos y derechos y más derechos. Que en este caso más que derechos humanos acaban pareciendo derechos humanoides. Así que tengan cuidado ahí fuera. Por mi parte, un par de comentarios que añadir a lo que ya se ha dicho, y alguno a lo que no.

En primer lugar, supongo que las hemerotecas y videotecas guardarán copias de aquellos días en los que la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria presentaba su programación de Otoño. Se congratulaban los responsables de la OSC del riesgo que suponía la apuesta de traer a Santander a Leo Bassi, que ya preveían polémica. En esa rueda de prensa estaba sentado y sonriente Kiko Rodríguez Argüeso, Presidente de la institución. Ese mismo al que faltó tiempo para decir algo así como que Caja Cantabria ni había contratado ni había pagado a Leo Bassi. En realidad el campurriano tiene razón: Caja Cantabria firma un convenio con la Universidad, y financia entre otras cosas esta Muestra de Teatro que de manera seria y plurar dirige ya desde hace años Paco Valcarce. Así que es la Universidad la que contrata y paga, eso sí con los dineros que previamente firma Kiko. Menos mal que "uys, se me rompió. ¿hice yo eso?" para mayor tranquilidad de Kiko Urkell, es estropeó el escenario de Tantín y la obra en cuestión hubo de viajar al Salón de Actos de la Facultad de Medicina (en alguno de cuyos retretes espero estarán colgados los títulos médicos de Francisco Cubría, tal y como públicamente prometió de hacerse allí la representación).

Kiko Pilatos se lavó las manos, y algo parecido hizo Miguel Ángel Revilla. Que no tiene nada que ver en la cuestión, pero que después de un cierto aluvión de emilios perpetrados desde la página güevos de los de haztelomirar, y sobre todo recibidas las cartas amenazadoras del cura de Caviedes (hala, se me escapó, y eso que el presi no dijo quién era el engendro escribidor) prefirió mirarse al voto y poner separación de poderes entre el teatro contemporáneo, tan poco cántabro él, y la gestión presidencial. Por si las moscas. Al fin y al cabo, otras virtudes tendrá, pero la sensibilidad cultural del Presi no parece destacar por su opulencia (ay, cómo bosteza el mi pobre en los conciertos, cómo echa de menos las romerías). Por cierto, no ha trascendido a los medios de comunicación, pero entre los muchos mails insultantes y amenazantes recibidos por Francisco Valcarce y el Aula de Teatro de la Universidad se cuenta el de una paniaguada del PRC, contratada para no sé sabe bien qué gestiones relacionadas con el Año Jubilar dedocráticamente, que sugería al director teatral la posibilidad de "olvidarse" de los pagos y actuaciones que La Machina tiene pendientes con la Consejería de Cultura. A eso se le llama gestionar la cosa pública con objetividad administrativa, siseñó.

Por parte del PSOE, para completar la terna, un silencio mucho más prolongado de lo que hubiera sido deseable. Aunque al final, Ángel Agudo, agredido por los tolerantes al entrar al espectáculo y Lola Gorostiaga sí que dejaron escuchar sus voces en defensa de la libertad de expresión y su crítica a quienes parecen no haberse enterado de que, españoles, Franco ha muerto (Arias Navarro dixit, o mejor, ploravit). Y como alguien me preguntó en otro post qué me parecían las declaraciones del candidato socialista ... pues inexistentes y por ello, creo que malas. Tal vez ha querido eludir un problema y dejar a otros un marrón que no era suyo, pero había sido momento de cantar a la libertad y no de mirar hacia otro lado.

Por cierto, un olé, bien grande por la Universidad de Cantabria y su rector, esta vez magnífico de veras, Federico Gutiérrez Solana. Que creo que ha sido el único nombre institucional que ha estado a la altura. Claro, conciliador pero rotundo. Y eso que entre las que rezaban con la mecha encendida estaba la emérita de Físicas Aurelia Bonet. Con el, olés para Paco Valcarce, que aguantó el chaparrón a medio paso de la depresión, Fernando Llorente e Isabel Tejerina que han osado escribir en favor de un Bassi que ni siquiera se atrevió a pernoctar en Santander, para evitar males mayores.

La perla más perlífera de las que los tolerantes escupieron a los ciudadanos y ciudadanas que simplemente habían elegido ver una representación teatral, me la comentaron dos de los zarandeados, el librero Rodolfo y su encantadora mujer Eva: "Intelectuales de mierda". Pero no se preocupen quienes aún piensan, porque con la evidente pluma del vicario agustino Manolo, la diócesis se gastó los cuartos en un remitido de prensa en el que perdonaban a todos, incluso a los que no tenían intención de solicitarles perdón alguno, supongo que el cien por cien de los asistentes. Así que hasta los intelectuales de mierda serán salvos.

Laus Deo.

(y por cierto, felices fiestas)

lunes, noviembre 27, 2006


GALERÍA DE ESCENAS COSTUMBRISTAS

Como no conduzco (por aquello de eliminar peligros de las carreteras) y siempre ando como el Conejo Blanco (llego tarde, llego tarde, llego tarde) soy usuario habitual de taxis.

Tengo que decir que, frente a la imagen cruda y fascistoide a lo taxidriver que se suele vender, mi experiencia me habla de muchos conductores correctos que se limitan a hacer su trabajo (llevarte a tu destino). Y que entre los que comentan alguna cosilla o tratan de trabar conversación, la mayoría es correcta y educada. Hasta te llevas algunas agradables sorpresas con taxistas lectores o aficionados a la música clásica o simplemente con una conversación agradable que no sólo te transportan, sino que además te hacen pasar un rato agradable.

He tenido, sin embargo, un par de incidentes surrealistas que no les voy a contar aquí, pero con conductores irrespetuosos y agresivos como el que me acercó esta tarde al Colegio Oficial de Psicólogos (sé que todos pensáis que necesito terapia, pero no tenía nada que ver con eso mi visita: tendréis que seguir aguantándome tal cual). El caso es que me tendrán por quisquilloso, pero el tal taxista, tras el gruñido de presentación, puso la cope a tope para deleitarme con uno de esos informativos de noticias comentadas por el imparcial comentarista de turno. Una pura agresión al sentido común, pero sobre todo una falta de respeto imponer ese tipo de torturas auditivas para un pasajero al que ni se pregunta su opinión y que, en este caso, y si quieren mis lectores pueden opinar que me paso de sensible, se sentía directamente insultado por muchos de los comentarios radiofónicos y por todos los que a grito pelado, y supongo que buscando mi aquiescencia, bramaba el energúmeno.

Hasta donde sé, el taxi es un servicio público. Y por eso, no acabo de ver hasta dónde un viajero inocente debe soportar la cope (o cualquier otra emisora) si no es ese su deseo. Me dirán ustedes, y con razón, que si tanto me molestaba, debería haberle dicho al pavo que bajara el volumen o quitara la radio. Y tendrán razón. Pero les juro que así como lo he pedido amablemente en un par de ocasiones, este sujeto me dio realmente miedo. Así que como suele ocurrir en estos casos, me quedo con los insultos y sin saber muy bien cómo presentar una reclamación, por lo que me limitaré a una simple pataleta en forma de blog.

Y como ya tenemos ciertas partes de la ciudad llenas de festivas bombillitas (en los parques donde todavía juegan algunos niños, Jado, Altamira, no hay tanta luz), Pre-Feliz Pre-Navidad a Pre-Todos. Como sigamos así, acabaré convirtiéndome en el Señor Scrooge.

lunes, noviembre 13, 2006

POLÍTICOS, GESTORES Y OTRAS YERBAS

Después de unos días extraviado en la improductiva desidia de unos días de vacaciones, regreso a este blog de la ciudad posible. Mañana os hablaré de una galería de arte y sus acciones culturales, espero que con menos tensión que cuando tuve la osadía de afirmar que me gusta Bruce Springsteen. Pero le prometí a un lector escribir con cierta amplitud acerca de políticos y gestores, justo cuando en el debate se oponían de una u otra manera los perfiles de Jesús Cabezón y Vicente Mediavilla como alcaldables (añadamos a De la Serna y tendremos la terna).

Quiero comenzar afirmando que no estoy de acuerdo con los rasgos negativos que incorporamos a la palabra "político" como si formaran parte de la definición. Con independencia de que muchos de los que ejercen esta función merezcan esos rasgos y otros que a pesar de venir en el diccionario parecerían de mal tono. Partamos, pues, de la idea de que por "político" voy a entender en este post a todo hombre o mujer que se responsabiliza de los asuntos públicos, que propone y decide políticas. A pesar de que tengo clarísimo que políticos, como Hacienda, somos todos, que todos somos responsables del funcionamiento de la sociedad, que todos participamos por acción u omisión en sus retos. Y que nuestros políticos son proyección de nuestros propios valores y actitudes, aunque nos encante ver la paja en ojo ajeno, etcétera. Pero esto sería otro cantar. ¿Y gestor? Su propio nombre lo indica. El que gestiona, la que ejecuta, los que tramitan, las que organizan ... Los mismo que en la época del asalto al poder franquista por el Opus Dei se conocieron como tecnócratas (los López et alia).

Ya entonces, y desde un discurso que me parece profundamente reaccionario y pesimista que demoniza la política y por tanto a quienes la practican y no digamos a quienes la dirigen (recuerden esa perla del dictador al aconsejar "haga como yo: no se meta en política"), se ha pretendido ver en el gestor a un responsable cualificado de la cosa pública, dando por supuesto que el político no lo es. Pero ...

Una primera reflexión sería ¿los técnicos que ocupan puestos políticos no son igualmente políticos? No creo que en los escándalos urbanísticos tan al uso carezcamos de urbanistas, arquitectos, ingenieros y magos de las finanzas en primera línea de corso. No creo que cuando hablamos de los desastres (reales o posibles, ciertos o deseados) de la sanidad, la educación, los transportes, la cultura, la policía o cualquiera otra de las áreas de un gobierno sea su nivel territorial el que sea, estén los técnicos / gestores ausentes. Antes bien, muchos participan con alegría de las decisiones criticadas, cuando no son ellos mismos sus inspiradores últimos (o los ministros-consejeros-concejales que han tomado la decisión). En consecuencia, cabe preguntarse ¿es el gestor bueno por naturaleza? Me temo que mi respuesta es cada día un poco mas hobbesiana: Homo homini lupus, Gestores politicique civibus lupi. Gestores y políticos son (pueden ser) lobos para los ciudadanos. Unos como otras.

A partir de esta consideración, creo que los cargos políticos, los cargos de representación, han de ser ocupados por políticos: hombres y mujeres que, en el mejor de los casos, ese que todos deseamos, tienen una visión global de la sociedad, que son capaces de escuchar y valorar más allá de sus convicciones personales o de sus a priori profesionales. Y a partir de ahí, que se muestren capaces de tomar decisiones, de firmar contratos con los ciudadanos a medio y largo plazo, de trazar una estrategia de ciudad que nos permita saber qué va a ser de nuestro Santander posible en el, pongamos, 2020. ¿Se imaginan que en una entrevista alguien le pregunta al inefable Piñeiro cuál ha sido su proyecto de ciudad a lo largo de los 12 años que nos ha deleitado como alcalde?¿que nos explica qué ha cambiado en Santander en todo ese largo periodo de tiempo? Enumerará obras. Nada más. Porque no había nada más que la necesidad de "gestionar", de dar respuestas inmediatas y electoralistas a problemas inmediatos. ¿Se pretendia algo con el 250 aniversario de la ciudad aparte de muchos fuegos artificiales? txtxtxtxtxtx pummmmmmm ohhhhhhhhh qué bonitos. Nada nos ha quedado del fasto, salvo muchos almacenes llenos de camisetas y gorritas. No sé si eso es gestionar, desde luego no es gestionar bien. Pero tengo claro que eso no es hacer política.

Por lo tanto, insisto, creo que en los cargos de representación debemos contar con políticos según esa idea de político que he descrito. Sean peritos en la materia o no. Los gestores y los técnicos tienen su lugar, privilegiado e imprescindible, en la administración y en la sociedad. Y, por supuesto, quien además de gestor, técnico o especialista tenga la amplitud de miras suficiente, será un político, tal vez el mejor. Pero no por gestor, sino por político.

Cuando pedimos un gestor al frente del Ayuntamiento de Santander, ¿qué tipo de gestor pedimos? ¿Hablamos de un ingeniero, de un jurista, de un sociólogo, de un arquitecto, de un monitor deportivo, de un policía municipal, de un bombero, de un médico, de un paisajista? Son muchas las áreas que dependerán de un alcalde y de sus concejales y concejalas. Y nadie será docto en todas. Así que espero que nuestro alcalde, sea quien sea de la terna, se comporte como un político y sea capaz de lo que hasta ahora nadie ha sabido hacer en Santander: planificar, escuchar, dirigir, administrar, decidir, arriesgar ... En suma, guiar nuestra ciudad hacia el futuro, hacia un futuro de todos en una ciudad abierta, tolerante y privilegiada.

lunes, octubre 30, 2006


... Y DIOS VISITÓ SANTANDER

No cantó The River, a pesar de que lo venía interpretando en la gira como homenaje a sus fans de siempre (aquí tocó turno a The ghost of Tom Joad en la misma función, ante la pasión de una moza pancartera de la primera fila).

En fin, lágrimas que me ahorro, porque es una de esas canciones que no puedo evitar poner en relación con un corazoncillo roto y con cierto Juan de tiempos pasados.

Neuras personales aparte ... confieso ser devoto de la música de Springsteen desde hace muchos años, me confieso seducido por su sonrisa, por su compromiso, por sus canciones, por su entrega en el escenario. Y confieso haber vivido dos horas y pico memorables en El Mejillón, un tiempo de felicidad en el que conseguí olvidarme de muchas otras cosas y bucear en un mar de entusiasmo contagioso en el que cantar, bailar, palmear, disfrutar eran las únicas ocupaciones, desde ese inicial John Henry hasta la despedida de el Boss de nuestro país con un Froggy went a Courtin'.

Tiene algo de religioso, de catártico esto de los grandes conciertos en directo. Todavía más si la calidad y la pasión tienen un sello tan auténtico como el que imprime siempre Bruce Springsteen. Añado que su último disco, su homenaje al mítico Pete Seeger, me parece una grabación que se contará entre las mejores de su amplio catálogo, aunque haya medios que se hayan empeñado en hablar de música country a lo que es repertorio tradicional norteamericano, o lo que es lo mismo, un viaje desde las esencias del Negro Spiritual (Mary don't you weep ) a las viejas baladas inmigrantes e irlandesas (Mrs McGrath), los cantos de trabajo (Erie Canal) , las luchas sindicalistas (We shall overcome) o las baladas que llevaron de un pueblo a otro los mitos del oeste americano (Jesse James) . ¿Y el country? Pues que le vamos a hacer, yo no lo vi por ningún sitio.

Algunas veces he comentado (ya no sé si lo dije alguna vez en el blog) que de los grandes eventos debería quedar algo más que gruesas facturas por pagar y almacenes llenos de inútiles camisetas y libretas con el logo del Santander 250 Aniversario o del Cantabria, Tierra de Júbilo. Algo estable, quiero decir, un lavado de cara, una infraestructura, algo más que pura publicidad.

Pero dentro de los macroeventos que parecen imprescindibles ya para cualquier celebración, de la presencia de Springsteen en Santander, y en lo estrictamente personal, quedará durante mucho tiempo el sabor de una larga felicidad de dos horas y media.

miércoles, octubre 25, 2006


COSAS DE LA EDAD

Imagino que no me encontraré con Vicente Mediavilla, flamante Consejero de Presidencia del Gobierno de Cantabria y candidato por el PRC a la Alcaldía de nuestro Santander posible, en el concierto de Bruce Springsteen. Básicamente porque The Boss tiene 57 años y ya había editado un par de discos cuando Mediavilla paseaba de la mano de mamá por el Paseo de Pereda lamiendo su helado de Capri. Eso, al parecer, hace que The Boss se convierta de pronto en viejo e inútil. Claro que, si mal no recuerdo, José Luis Sampedro, Meryl Streep, Mickey Mouse y hasta el chulazo de Tom Cruise son mayores que Mediavilla. En realidad, hasta yo soy mayor que Mediavilla, aunque vista su convencional manera de vestir más parece mi abuelo que un cuasi compañero de promoción.

Reconozco que me parecieron desafortunadas las declaraciones de Mediavilla descalificando la candidatura de Jesús Cabezón por viejo. En primer lugar, porque las hizo durante una rueda de prensa oficial, y este chico debería ya haber aprendido algunas cosas básicas sobre el desempeño del poder (al fin y al cabo tiene algo de Blond Ambition pero sin comprar en Gaultier); una de ellas, que no se puede ni debe utilizar una tribuna oficial para agresiones personales al contrario.

La otra, es que a pesar del mito de la eterna juventud ese que todos intentan vendernos por doquier, la juventud a veces no aporta nada más que acné. ¿Eligiría usted a un cirujano recién graduado para una operación delicada o acudiría al de experiencia y prestigio contrastados? ¿Sería capaz de denominar joven jurista a quien todavía no ganó un juicio simplemente porque se licenció en Derecho?¿Le encomendaría un caso complicado? Y así, un largo etcétera. A veces tenemos tantas ganas de cambiar de caras en el espectro político (bastante más espectral que otros) que aspiramos a rejuvenecer los carteles. Pero seguramente no querríamos encomendar a niñatos nuestro Urbanismo, nuestras personas dependientes, nuestra cultura o nuestra educación, nuestra política de inmigración o nuestra gestión sanitaria. Y esto, porque la juventud en la política no es un valor en sí mismas: Queremos, merecemos, a los mejores, que sean los mejores quienes asuman la tarea de transformar el viejo Santander en uno capaz de enamorarnos.

¿Es Jesús Cabezón viejo? Personalmente le veo más joven que a Mediavilla, más implicado con la ciudadanía, más culto y, sobre todo, y vista la boutade del consejero, más sabio. Si Cabezón es alcalde, tal vez me dé la razón (ojalá) o tal vez no (y entonces le pediré disculpas en este mismo blog a Blond Ambition, ayns que me ha gustado el mote). Pero de momento, salidas de pata de banco como la que sirve de disculpa a esta reflexión me vienen a decir que Vicente no está todavía maduro para Alcalde.

lunes, octubre 16, 2006


RUKAEGOS EN LEGOLAND

Allá por esas Dinamarcas en las que a veces algo huele a podrido (en Christiania el olor debe de ser a porro) y otras veces huelen a viñeta explosiva, existe un delicioso parque de atracciones en el que la famosa marca de juegos de construcción infantiles, Lego (con la que todos hemos hecho nuestros pinitos urbanísticos de babies), ha construido con sus pequeñas y coloridas piezas su menudo sueño de ciudad. Otra ciudad posible.

La cosa es que al leer que finalmente se llevarán los restos arqueológicos de los viejos muelles santanderinos de paseo por la ciudad (nunca conseguirán ganar en provisionalidad a don Pedro Velarde, ya en capilla para viajar a esa orgía de cemento y baldosa en que va a devenir la Plaza Porticada, con una estética muy Imperial Forties. Si es que a Piñeiro le traicionan hasta sus gustos) no he podido evitar pensar en Santander como un poco Legoland, pero con menos colorines, menos daneses y menos gracia.

Es gracioso leer en los panfletillos para turistas que contamos con uno de los mercados cubiertos más antiguos de Europa, y cómo ese mercado reproducía en su interior el ideal urbanístico del XIX ... Como si no supiéramos que ese mercado se vino abajo por desidia municipal, a pesar de haber sido rescatado de la piqueta vía intervención de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (ora pro nobis) en una de las pocas movilizaciones cívicas que el viejo Santander recuerda (y que nos sirve de prueba de que las pocas veces que queremos ...). Como si no supiéramos que el actual Mercado del Este es una reconstrucción en lego más o menos fiel del antiguo. Hay un par de fragmentos de muros medievales desperdigados por la ciudad, a la manera de paredes de lego, sin que se sepa muy bien dónde cayeron tras ser arrancados de su espacio originario. De la misma manera que a veces a bombo y platillo nos anuncian que si un búnker, que si una fuente y todo acaba nuevamente sub terra.

Alguien me dirá que tampoco son precisamente los restos del Partenón. Pues tiene razón, pero en una ciudad que siempre ha aniquilado su historia, que ha visto desaparecer entre incendios, explosiones y concejales de urbanismo la mayor parte de su casco histórico, que casi no tiene memoria de sí misma, una mísera pared, insignificante para Roma o Salamanca, es santanderinamente hablando un pequeño tesoro. Y conviene no olvidar que otras ciudades ofrecen otras soluciones: Cuatro piedras del foro romano de Zaragoza, sirvieron a la capital maña (con su anterior alcalde socialista, Sainz de Varanda) para un interesante museo inter activo que sirve para contar al visitante la historia de la Zaragoza prerromana y latina.

Eso sí: mientras piensan qué hacen con las piedras del muelle medieval, el candidato De la Serna (que no le parecerá viejo a Mediavilla, supongo, y además es más mono que el regionalista) hará su piscina artificial para patos sin gripe en la Vaguada de las Llamas con las piedras del Muelle del XIX. Ya saben, de paraje natural a parque de lego; de humedal a piscina. ¿Estos han visto alguna vez otro ayuntamiento? Lo digo porque hasta hay algunos del PP que son capaces de recuperar una especie de Vaguada sin jugar al nene urbanista, Vitoria y la laguna de Salburua, sin ir más lejos.

Eso sí, si la ciudad nos la hubieran diseñado los niños daneses, seguro que estaba mucho más colorida y más mona.

miércoles, octubre 11, 2006


PIÑEIRO, UN ALCALDE DE CENTRO

La imagen inhabitual de un burro montando a caballo fue pan de cada día en nuestro país duranto muchos, demasiados años. Santander, que en algunos aspectos parece haberse resignado a ser un parque temático de la oprobiosa (estaría bien que pagaran a un par de actores para que deambularan vestidos de cardenal segura por el Paseo de Pereda llamando a la cruzada), mantiene en el lugar de honor, delante del Ayuntamiento, la casa que debería ser de todos, y que ha venido siendo ocupada durante los últimos años por un partido, el popular, que se autotidefine o sudoka como "de centro" y un alcalde, Gonzalo Piñeiro, más de centro que nadie.

No se preocupen, no hablo de su talante abierto ni de sus comprobadas exquisitas maneras con tirios y troyanos (lo del "oye, tía" a la Ministra Narbona fue ssssstupendo), sino de su querencia por el centro, por las obras del centro, por las obras repetidas en el centro. Por un centro que, paradójicamente, sigue degradado y poco habitable, oculto con frecuencia por las maravillosas carpas que un mes sí y uno no nos anulan el espacio ciudadano de la Plaza de Pombo.

Verán ustedes. No sé si fue hace cuatro u ocho años cuando Piñeiro y su troupe levantaron todas las aceras del viejo y deteriorado Ensanche y aledaños. Digamos, de General Mola (¡presente! ufffff otro) hasta Santa Lucía, en tiempos calle de la Libertad. Del Puertochico (Matías Montero ¡presssss ...! uy, perdón, que éste se quedó sin su truncada columna) de la inefable sardinera a la Plaza del Príncipe. Tocaba rentabilizar electoralmente cuatro años comme d'habitude en blanco, para concurrir a la urna con la sonrisa ciudadana del qué mono está todo (todo lo que está mono, claro) y qué alivio, terminaron las obras. Fueron meses infernales, con resultados dispares: las calles siguieron siendo las mismas, con un pavimento un poco mejorado, cuatro arbolillos raquíticos en Peña Herbosa y Daoíz y Velarde, y una Plaza de Cañadío con más cemento y menos árboles (cuándo no es romería para la Virgen), para facilitar las masivas convocatorias que alguien me definió como "botellón pijo" y contra las que se supone que la troupe popular estaba en guerra.

Empezamos de nuevo a levantar calles. En las mismas zonas. Sin que haya habido precisamente información pública sobre lo que se pretende (al parecer ensanchar aceras y quitar aparcamientos), sin que nadie se decida de una vez por todas a peatonalizar seriamente algunas calles, sin que nadie pregunte a los comerciantes qué opinan de que les pongan la calle patas arriba delante de la campaña de Navidad. Y todo esto en calles que, pongamos ha seis años, habían sido remodeladas.

No vamos a hacer obras, claro, en lugares tan sofisticados como el Cabildo de Arriba (no vaya a ser que se empecine en no caerse y no nos deje especular), como Entrehuertas, como la ladera norte de General Dávila, como la ladera sur de General Dávila ... Como todas esas calles donde tantos ciudadanos viven más o menos como en la época del Burro A Caballo, sólo que con ordenador, adsl, más años y más multiculturalidad. Esos mismos ciudadanos que siempre se olvidan de que su acera no está asfaltada y votan troupe popular porque nos han dejado estupendos los Jardines de Pereda.

Claro que las obras son necesarias, en toda la ciudad. Claro que la gestión de loos espacioes públicos ha de tomarse con seriedad y un especial cariño pero ... ¿no sería posible cambiar de calle alguna vez?

Una propuesta para ese mi y vuestro Santander posible. ¿Qué tal si recuperamos el diálogo, al menos para los temas esenciales, si nos mostramos capaces de establecer de común acuerdo entre los diferentes representantes municipales de elaborar un libro blanco de la cultura, un plan de obras a diez / doce años vista, un libro de los servicios sociales, cuatro o cinco grandes pactos decenales que permitan gobernar el ayuntamiento con más eficacia, más amplitud de miras, menos mezquindad política y pensando más en el ciudadano que en el bolsillo? Si cada cuatro años tenemos que sufrir una nueve fiebre asfáltica, sin ton ni son, vamos mal, alegre muchachada.

Claro que sin Gepé no sé si lo del diálogo y la amplitud de miras va a ser fácil. Si con alguien tan respetuoso y abierto como Gonzalo Piñeiro no ha sido posible ¿qué va a pasar cuando en el Ayuntamiento gobierne alguien con dos dedos de frente y una miaja de sentido ciudadano?

martes, octubre 10, 2006

MEMORIAS DE UN SAUCE

MEMORIAS DE UN SAUCE

Esos celtas de los que alguna memoria quedará en esta Cantabria que un día poblaron, hablaban con la naturaleza. Ni dioses, ni vainas. Nada más sagrado para ellos que un río, un árbol, un animal. Tal vez por eso renunciaron a construir soberbios santuarios para orar en espacios abiertos, recogidos, protegidos por la propia belleza del Mundo.

Hicieron su calendario y sus especulaciones zodiacales a partir de los árboles, esas criaturas bellas como pocas, sabrosas, generosas, que tan bien comprendió nuestro Riancho. En esas especulaciones, por mi abrileña fecha de nacimiento me corresponde el sauce como árbol totémico. Y a él me encomiendo en esta entrada de mi blog que es también vuestro, para hablar de la fiebre arboricida de nuestra ciudad.

Recuerdo como muchos fueron cayendo. Dos en especial. La vieja y altiva palmera que casi tocaba el cielo desde su casa en el jardín del viejo Sanatorio del Doctor Madrazo, en mi calle de Santa Lucía. Uno de esos árboles de sabor indiano, desclasado en nuestro norte pero enérgico y hermoso, como soñando el sol, cuando se proyectaba hacia lo alto. Vinieron los cambios, las especulaciones, la nueva clínica Madrazo (hoy Mompía), y con los nuevos aires se fue la palmera, esa que ya no podría volverse tan niña niña como cuando era una niña con cintura de pulsera. Nadie pensó en transplantarla o preservarla. Y nos dijo adiós, como adiós nos dijo la araucaria azul de los Jardines de Pereda, tal vez el árbol más lindo que Santander haya visto nunca, ese que se desplegaba a modo de cortina vegetal sobre uno de los senderos del parque. Se argumentó que podría desplomarse sobre el camino (¿cuántos árboles no habremos visto apuntalados o asegurados contra tal eventualidad en medio mundo?), que obstruía el paso (¿tan costoso es caminar cuatro pasos para tomar el camino alternativo?). Y se la llevaron.

Y es que en Santander, los árboles molestan. Los paseantes de Reina Victoria lo dijeron hace tiempo cuando clamaban por una tala masiva de vegetación que les permitiera disfrutar del paisaje (y digo yo ¿cómo va a disfrutar de un paisaje quien no es capaz de sentir parte del mismo a sus árboles?). Los vecinos de Menéndez Pelayo suelen quejarse de que quitan luz a sus ventanas (pero aportan sombra en verano, verde de vida).

Y ahora, han sido los pinos de Pérez Galdós los que han sido cercenados por esa aversión de nuestros munícipes a todo lo que no sea cemento y comisión. Los parques, que sean muchos, pero que no molesten, que sus árboles sean esqueléticos y breves, para no dar sombra ni robar espacio, y que estén sus ámbitos bien delimitados, no sea que perdamos un par de bloques por su culpa. Nuestros munícipes firmarán todas las cartas ecológicas necesarias, afirmarán que Santander es una ciudad respetuosa con el medio, gastarán dinero en libros que hablen de nuestros pájaros (qué tristeza esos pájaros sin árbol), sustituirán hierbas, plantarán flores, buscarán arbustos exóticos y decorativos, embiscarán las excavadoras contra los espacios trazados por la naturaleza para echar cemento de constructor y hierbas de diseño y hacer un parque artificialmente naturaloide. Y mientras tanto, seguirán cortando árboles y árboles, sin enterarse de que son también patrimonio de nuestras almas, que hasta el Gobierno de Cantabria los reconoció en su imprescindible catálogo de árboles singulares que salvó tantos viejos y magníficos ejemplares de esos que en sus pueblos llaman La Cagigona, El Roblón, El Abuelo, etc. Y que tantas ciudades enseñan a amar esos perfectos sistemas de hoja, rama y tronco que nos limpian el aire, nos aportan sombra, nos protegen frente a los ruidos, nos deleitan los sentidos.

También para los árboles otro Santander debería ser posible, debería crecer esa ciudad respetuosa con el medio y enamorada de sus vecinos vegetales. Ese Santander verde, que lo quiero verde.

jueves, octubre 05, 2006

CRUZANDO EL RUBICÓN


CRUZANDO EL RUBICÓN

Acostumbrado a escuchar a medio Santander que en esta ciudad nunca pasa nada, empiezo a pensar que criaría una úlcera o un over-stress si pasara (o pasaría, en jerga local).

Hace unos días, me las vi y me las deseé para hacer al menos ligero acto de presencia en tres inauguraciones que me interesaban: la de las fotografías realizadas por los alumnos del taller de imagen de Pablo Hojas, que ocupaba la Sala de Expos de Caja Cantabria en Tantín (en la edición poetas en blanco y negro sale el menda en un estupendo y divertido retrato disparado por Javier Lamela), la que homenajeaba a Ricardo Cavada en el Mercado del Este (tuve la suerte de llegar cuando Piñeiro y su cohorte se marchaban), un poco reiterativa, todo hay que decirlo, y finalmente acabar en antro alternativo con DJ, arriando velas San Simón arriba en Col-Arte, donde Dodi Le Chic exponía sus diseños.

Hoy andaba yo más perezoso, cosas del otoño, así que para evitar la cohorte de Piñeiro no fui a la inauguración de El Puente de La Visión (pero le prometo a Carretero y a Concha García hacer acto de presencia por la muestra) pero disfruté de la muestra dedicada a Emilio González Saiz (pero qué bueno es este pintor, por Belenos) en la Sala de Marina Civil, patrocinada por San Francisco Javier Marcano, maestro ejerciente de ceremonias e introductor de la muestra con ese tono entre pedante y socarrón que tanto le gusta. Las pinturas de Emilio, espléndidas, con sus obsesiones permanentes de pájaros, acantilados, glaciares, montañas, pintura dentro de la pintura, y siempre con esa luz fría y extrañamente aséptica que hipnotiza las miradas y acaba recreando una especie de dura alma del norte. Tengo un dibujillo suyo, pero algún día prometo comprarle un cuadro. Lo necesito.

Al contrario de lo que suele pasar, me marché en cuanto empezaron a salir los canapés, rumbo al Rubicón, donde Alberto Santamaría, Vicente Gutiérrez Es-Pera y el patriarca Noé presentaban sendos números de Anémona (proyecto poético-surrealista) y Nadadora (proyecto poético-naïf). Como siempre, unos cuántos poemas leídos por sus autor@s sirvieron como puesta de largo a las revistas, y así oscilamos de los amigos sádicos de Vicente, siempre en guerra contra los saltamontes, el look Veronika Lake de Marián Bárcena (muy buenos los poemos, que conste) y el misticismo transverbal de Raquel Serdio a la ironía estupenda de Alberto Santamaría (chachooo, escribe algooo, que siempre lees los mismos) o las aportaciones al proyecto de vida surrealista de Noé Ortega (qué te vas a esperar de este chico, estudia teleco: no puede ser normal).

Carlos, mi ex-profesor de Geografía e Historia del Arte en el Insti, Martuka, la que lava mejor los caracoles en las playas de Galizano, y Alberto Santamaría, preocupado porque Pablo decide intentar la telequinesis con sus juguetes en vez de gatear a por ellos, fueron la compañía estable entre birra y birra (como siga a este ritmo de ingesta de coronitas me van a condecorar en México como a Lourdes Royano, que ha ganado no sé qué premio, seguro que no por su buen gusto literario). Una velada estupenda, hablando de lo divino y de lo humano, rodeados de buen rollo, gente interesante y hasta gente alternativa cuidadosamente descuidada.

Cuatro apuntes para terminar este texto que parece de Jesús Pindado (diossss) con tanto nombre. Lo mejor de la noche, un morenazo con media barba que entró cuando casi salíamos con los cuidadosamente descuidados ... mmmmmmm.
Otro dato, que tendría que haberle atacado a la yugular, jeje, al fin y al cabo el Rubicón tiene el honor de lucir en sus paredes desde hace muchos años ese cartel nada visto en Santander de "este local no tolera conductas homofóbicas e invita a sus clientes gays y lesbianas a comportarse con naturalidad".
Tres: La gente empieza a creer posible el Santander posible. Alberto, Daniel y Carmen, en diversos momentos del día, me mostraron su simpatía por el proyecto que encabeza Jesús Cabezón y se mostraron dispuestos a trabajar, aportar ideas y colaborar tanto como haga falta. Ilusión y compromiso es lo que hace falta, y lo que se empieza a ver. Va a ser que sí.
Cuatro et fine. Por fin he descubierto la mejor salida para la estatua del burro y el caballo de la Plaza del Ayuntamiento. Becar trimestralmente a jóvenes creadores plásticos para que la intervengan. Así estarán contentos quienes desean que el tirano siga presidiendo la ciudad, y probablemente también quienes de no quitarla optarían por darle un poco de glamour.

En fin, cruzado el Rubicón, alea iacta est.

martes, octubre 03, 2006

EL TERCER HOMBRE


EL TERCER HOMBRE

Bueno, parece que por fin están todas las espadas en alto, al menos las que salen con opciones a ocupar sillones municipales tras la cita con las urnas de las gentes de santander el próximo mayo.

Como la mayoría de los que entráis por el blog sois peña controlada, jeje, no os extrañará que escriba esta entrada, ni que la haga (intentando ser objetivo en lo posible) para mostrar mi contento por la nominación de Jesús Cabezón como cabeza de la lista del PSC-PSOE en las próximas municipales. Y es que me parece que estamos cerca, muy cerca, de conseguir por fin un cambio en las envejecidas instituciones santanderinas.

De Jesús se ha comentado ya prácticamente todo, así que me limitaré a apuntar las bondades de su perfil. En primer lugar, se trata de un hombre con experiencia como concejal, diputado regional, diputado europeo, además de sus cargos institucionales en Caja Cantabria. Conoce al dedillo el funcionamiento de las instituciones y en todas ellas ha dejado poso de buena gente, de hombre responsable, dialogante y competente. Algunos opondrán a su experiencia un "ya, pero era mejor un candidato joven". Bueno, depende del joven. Si un joven tuviera un perfil cercano al de Cabezón, estupendo. Pero esta oportunidad de que mi ciudad cambie quiero que sea sobre seguro, sobre unos hombros capaces de asumir y sacar adelante el reto.

Por lo demás, se trata de alguien tranquilo, abierto, progresista, cercano, alguien que no despierta recelos entre ningún sector ciudadano, y que además va a conseguir llevar bastante unido al PSOE de Santander detrás de su proyecto. Jesús estuvo a punto de ser el primer alcalde democrático de nuestra ciudad. En el 79 el proyecto se frustró porque los regionalistas optaron por abrir con su abstención el paso a Juan Hormaechea. Pero ¿os imagináis qué diferentes serían Santander y Cantabria de haber sido Cabezón y no el zarísimo Horchi ese primer alcalde?¿qué sustos de corrupción, megalomanías y compras de actas de diputado nos hubiéramos ahorrado?
Creo que Santander hoy sería una ciudad más articulada socialmente, mejor equipada en deporte, cultura, servicios sociales, una ciudad más humana en todos los aspectos.

Y para los que siguen con esa cantinela del todos son iguales (injusta y falsa). Tras casi 30 años en primera línea política, Jesús sigue viviendo donde vivía entonces, allá por Castilla-Hermida, conduce un coche "normal", y pasea por Santander con su esposa Toñi saludando, charlando y mostrándose como la Persona, con mayúscula, sí, que Jesús ha demostrado ser.

Que yo hubiera votado al PSOE con independencia de su candidato, es algo fuera de duda. Que Jesús me provoca una ilusión y una esperanza que otros no me hubieran infundido, también.
Y encima es poeta. Ojalá Santander encuentre de la mano de Cabezón y de una vez por todas el camino irreversible de la modernidad y deje de ser el caduco balneario pijo al que algunos han intentado condenarnos. Ojalá.

martes, septiembre 26, 2006



GALERÍA DE PERSONAJILLOS Vol.I :
CANELITA EN RAMA

Para los que se piensen que el primer retrato de pululantes por nuestras ciudadanas avenidas habría de ir dedicado a Fray José, va a ser que no. Él cree que ocupa todo mi corazón, pero está equivocado, tanto que ni me importa que me retirara el saludo por tan poca cosa como afirmar en mis críticas radiofónicas que la del fis es "una programación errática producto de una mente enferma". Qué poco sentido del humor: si hasta le reconozco portador de mente...

Después de esa primera decepción, habrá quien se pregunte (en el supuesto de que alguien lea el blog, pero creo que a mi poeta favorita le va a gustar esta entrada, así que va por ti, Ana de la Robla) por qué un taller de mecánica y electricidad del automóvil de Moraleda (Cáceres) ocupa la acostumbrada imagen inicial. Y es que el truco es que el negocio se halla sito en la Avenida de Pureza Canelo. Así que empieza la fiesta.

Me comentaba Aurora esta mañana una anécdota sobre la titular de la mencionada avenida, muy en la línea de las boutades por las que al parecer la pagamos y de las que ya nos tiene más bien hartitos. Me la describía Aurora en su flamante y robada sede de la Fundación Gerardo Diego, que ella dirige más por el entrañable amor que profesan los Diego a la Canelo que por méritos propios, gritando a diestro y siniestro que "en Cantabria no hay nada más que idiotas e ignorantes, no se puede trabajar aquí, son todos mierda". O algo parecido (y quienes la conocen saben que el entrecomillado es pertinente, porque eso es lo que opina de nosotros). Hablaba también Aurora de cómo por una tontería había acabado haciendo llorar a base de gritos e insultos a una limpiadora, a la que había humillado tan pública como innecesariamente. Otro rasgo de carácter importante de semejante sujeta, y que nos lleva a una de las facetas que personalmente me dan más asco en un ser humano "iuris tantum" (o lo que es lo mismo, admito prueba en contrario): el del superior que se ceba con quienes debido a las circunstancias que sea no pueden defenderse. Aunque cualquier juez hubiera aplaudido en este caso un escobazo bien arreado en el trasero.

Para quienes no sepan nada de la presunta poeta con más humos que la solvay, la Canelo es una tía que apareció por Cantabria de la mano de Elena Diego, hija de Gerardo, para negociar con nuestras instituciones culturales la creación de la Fundación Gerardo Diego que debería administrar el legado de revistas literarias que el poeta del 27 tuvo a bien dejar a su bahía natal. Negociaciones y constituciones después, acabó la tal como Directora de la Fundación, con suculento sueldo y suculentas dietas (ella vive en Madrid y cobra cada vez que se acerca), y todo un corralito montado a mayor gloria de quien como no tiene mérito en poesía prefiere la intriga. Ese corralito lo pagamos básicamente los cántabros, vía dineros públicos, y actúa principalmente en Madrid, vía intereses (y amiguetes) de Puri.

A partir de ahí, cada vez que Canelita en Rama se ha pasado por la Tierruca ha acabado airando o insultando a alguien. Comida por la soberbia, todo lo que no sea bailarle el agua y darle la razón es producto de una al parecer estupidez genética endémica en nuestros campos. Lo único que no nos llama es "bonitos", pero eso sí, pone la manita para cobrar religiosamente el sueldo producido por esta tierra y estos terroneros que tanto detesta. Y la verdad, empieza a tocarme los firulillos del refocile (Forges dixit) que se dé tanto bombo a tal señora. Y es que ya puestos a ser de Cáceres, mejor le vendría Malpartida que Moraleda.

Por cierto, si alguien quiere saber algo de sus versos, les diré que el título de su primer libro premiado fue "Lugar común", bien adecuado al deja vu y la carencia absoluta de vigor lírico que uno encuentra en sus versos. Por cierto, no me resisto a colgar un interesante documento que me he encontrado por la net, en la página del poeta del glorioso movimiento nazional José García Nieto, en la que una carta de la tal puede mostrar a los lectores el florido, anticuado, relamido y cursi lenguaje de la susodicha, el peloteo intensivo con quien puede darle prebendas y ¡antención! las intrigas correspondientes para facilitar el camino hacia el Adonais a uno de sus protegidos. Hoy lo llamaríamos tráfico de influencias. Se supone que uno concursa en el Adonais de manera anónima, pero ella, que tan crítica es con otros concursos donde no le piden su indocta opinión, rompe el secreto y desvela que cierto poemario es de un tal Juan Cobos (supongo que Wilkins) a quien debe un favorcillo. Hombre, uno sabe que eso más o menos pasa en muchos certámentes literarios (y de otras índoles), pero tan desfachatadamente colgado en internet, pocos. Disfruten del documento: Qué asco.

viernes, septiembre 22, 2006

CABALLOS DE CARRERAS Y PENCOS JUDICIALES


CABALLOS DE CARRERAS Y PENCOS JUDICIALES


Como lo mismo me procesan por desacato, como a aquél pintoresco alcalde de Jerez de la Frontera que respondía al nombre de Pedro Pacheco, no diré como él que la justicia es un cachondeo. Porque maldita la gracia que tiene a veces.

Podríamos ponernos a hablar de las miles absurdas decisiones que emanan con más frecuencia de la deseable de los órganos judiciales, de sus errores, de su corporativismo (¿quién juzga a los que nos juzgan?), de quiénes y cómo ejercen esa responsabilidad, de cómo sus ideas o sus creencias intentan muchas veces superar la fuerza de la propia ley ... pero no acabaríamos nunca.

En cualquier caso, esta mañana me he cabreado al leer el periódico. Me dirá algún lector del blog "anda Ruki, que tú por una o por otra te cabreas todos los días con la canallesca, y si eso te falla pones un rato la caspa, digo la cospe, digo la cope". Pues más o menos. Pero no voy a negar que me afecta la violencia absurda con la que machacamos a los animales.

Sé que mucha gente se echará las manos a la cabeza y hablará de la violencia de género, el bullying, la miseria del mundo. Pues también eso me afecta. Pero se me quedó grabada una frase de Milan Kundera en La insoportable levedad del ser que venía a decir "los animales nunca fueron expulsados del paraíso". Nuestra cultura ha asumido -si Manuel II Paleólogo y Fachinger no me anatemizan- que el pecado original provocó la llegada del dolor al mundo. Pero fuimos los humanos los que mordimos la puñetera manzana de la discordia, no el resto de las divinas criaturas. Tal vez por eso, el sufrimiento gratuito de tantos animales que no han cometido otra falta que la de servirnos de una manera u otra, me escandaliza de una forma casi blasfema.

Pues bien, el jamelgo que tira del carro de la investigación de la operación malhaya decidió dejar inmovilizados todos los bienes del conocido chorizo inmobiliario Roca. Entre ellos sus traídos y llevados caballos de carreras. Y echó la llave al portón. En el tiempo que lleva la investigación, y en el que hemos visto como las divinas isabel y marisol salían a la calle previa fianza, tras recalificar el patio de yeserías ("el patio de mi cárcelllll es particular, cuando llueve se edificaaaa como en los demás") y autoproclamarse -santa desvergüenza, por Tutatis- perseguidas políticas, nadie ha tenido la feliz idea de que entre los bienes de Roca había seres vivos. Nadie ha recordado que los caballos comen, y tres de ellos han muerto ya de inanición o por enfermedades causadas por la ingestión de arena en un desesperado intento por encontrar algo con que alimentarse. Y otros ofrecen la imagen lamentable y enfermiza del de la foto. Cuando algunas personas bienintencionadas han intentado entrar en Hortera's House, unos pitbull rabiosos en representación de la autoridad judic ial incompetente les han impedido aproximarse.

Un par de apuntes legales. Es delito la tortura, abandono y maltrato a los animales. Además de infracción administrativa en casi todo el estado y con sanciones bastante elevadas. Y no sólo eso, si nos fijamos en lo meramente económico, estos caballos valían un pastón. Quien deja que se destruyan o desaparezcan bienes pendientes de resolución judicial podría estar incurriendo en delitos como el alzamiento de bienes. ¿Alguien se apuesta algo a que al juezo responsable de esta atrocidad jamás nadie le pedirá responsabilidades? Hagan juego, blogueros, hagan juego.

viernes, septiembre 15, 2006

¿ES LA TERAPIA OCUPACIONAL UN ARTE?


¿ES LA TERAPIA OCUPACIONAL UN ARTE?

Este precioso objeto de macramé puede servir como intruducción a tan espinosa cuestión, nacida de una estresante tarde de inauguración en inauguración (para que luego digan que este Santander Posible no da de sí) y una animada conversación con Miss Underground, mi bloguera favorita, en ese espacio juvenil y alternativo que es la galería Col-arte durante la puesta de largo de las creaciones de Dodi (otro que nos deja a los demás la tarea de posibilizar esta ciudad largándose a Barcelona).

El caso es que me cuenta Miss Underground que su jefa se está hinchando a premios de poesía y se está poniendo como intensa, sobre todo después de que ¡por fin! ha ganado un premio no estrictamente femenino. Ya me habían comentado Foncorta y Albellida (a quienes ya no confundo y que me perdonarán la confusión nominal) que la chica empezaba a ejercer de poeta (¿poetisa?) y que ufff. Sobre todo que ufff.

A mis chicas de oro, las de las clases de literatura de la tercera edad, suelo hablarles de la diferencia entre arte y terapia ocupacional, y tal vez con la disculpa de la jefa de M.U. podamos abrir página en este mi blog que tan abandonado tengo.

La mayoría de la gente se ha creído que eso de la democracia cultural o la democratización de la cultura no significa que todos y todas deban poder acceder al disfrute de los bienes culturales sino que igual vale el cuadro de Velázquez que el de mi amiga Maripili (empeñada, Tutatis la confunda, en regalarme un cuadro) y que tanto valor tiene la opinión sobre un concierto sinfónico de algún buen aficionado como José Miguel o Marimar que la de esa cruz repleta de ignorancia y soberbia que nos ha caído con Fray José Luis del Divino Fis.

Y no. Todo el mundo se ha metido en los últimos tiempos a pintar, fotografiar, cantar y poetizar. Pero, genios -escasos- aparte, ¿realmente el buen señor que no sabe manejar el óleo, ni ha trabajado la perspectiva, ni conoce la teoría del color ni ha escuchado nunca el nombre de Mondrian puede ser un pintor, uno de veras? ¿puede ser un poeta quien desconoce las mínimas bases de la retórica o la métrica, quien tiene un vocabulario de setenta palabras y seis tacos, quién nunca leyó a Cernuda o a Lope? ¿puede cantar con belleza y naturalidad -y no me salgáis con lo de siempre, que me muevo más cómodo en los parámetros clásicos pero los buenos rockeros, hiphoperos y demás calaña tienen una técnica de canto excelente- quien no sabe cómo controlar la respiración o proyectar la voz?

No. No. No. No. Y hasta setecientas diecinueve veces No.

Me encanta saber que Colás y Colasa tras la jubilación se apuntaron a un taller de fotografía digital en la Casa de la Cultura de Reinosa. Que Andresín y Andresina cuando salen del cole hacen teatro infantil. Que para no aburrirse la Señora Amparo se reune en un café con Manolo, Inés y Soledad y se recitan y jalean versos perversos a la primavera y a la maternidad de la virgen del perpetuo socorro. Que Jacinto y Hortensia siguen carraspeando entre aullido y aullido pero ahora lo hacen en una coral de inspiración trinitaria o parroquial. Bendito sea el ocio creativo, benditas las horas dedicadas a las aficiones que nos apartan de nuestra inevitable soledad y del abismo de mirar hacia nosotros mismos.

Pero el arte es una cosa, y las terapias ocupacionales otra. Aunque las concejalías de cultura no se enteren, aunque la gestión cultural esté en manos tantas veces del más ignorante del corral, aunque Marcano sea consejero de cultura, aunque la jefa de Miss Underground gane premios de presunta poesía convocados por entidades benéfico-mentales y en las que los jurados no saben diferenciar un sirviente de un serventesio.

jueves, agosto 24, 2006

TOCADOS POR LOS DIOSES (O ESO SE CREEN)



TOCADOS POR LOS DIOSES (O ESO SE CREEN)

Si el otro día comentaba que las páginas de cultura de hace treinta años tenían casi los mismos protagonistas que las de ahora, sólo que ahora están más viejos y más gastados en todos los sentidos (con pocas honrosas excepciones), la otra noche intervenía en radio nacional uno de los mejores exponentes del "Club de la momia", el sublime director de esa luz moribunda que es (casi que fue, porque vive sólo de pasado) el festival internacional de santander (minúsculas adrede).

No sé si alguna vez en su vida el fraile trinitario que nos ocupa ha tenido alguna idea o algún conocimiento musical, aunque cada vez estoy más convencido de que la respuestas es NO. Y ahora nos sale en la entrevista con que su objetivo para el festival, su programa, su horizonte artístico como director es el siguiene: cumplir 29 años como director del evento para que sí, contabilizando toda la vida del festival, él habrá sido el jefe durante exactamente el 50% de las ediciones. Si os fijais no dice, quiero terminar tal o cual política, me gustaría gestionar un concierto de fulanito o de menganito ... No, su proyecto es, simplemente, necesito que mi ego engorde todavía un poco más.

Mientras tanto, los programas seguirán siendo cansinos, reiterativos y aburridos, las propuestas casposas, los artistas los de siempre, las entradas carísimas. Pero eso sí, con nuestros dineros públicos y un sueldo que no encaja muy bien con su frailuno voto de pobreza, cántabras y cántabros lograremos un sueño cultural y artístico de gran altura: Que josé luis ocejo (no-cejo, más bien) viaje a las alturas de su propia soberbia, sabiéndose tocado por los dedos de los dioses e intocable para una sociedad y unos políticos que jamás le han pedido ni le pedirán que justifique un duro, un programa, un fracaso. Qué fácil es vivir del cuento, del cante y de las cuentas (a favor).

lunes, agosto 14, 2006

EL CASO EXTEBARRIA


Entre sus editoriales del día, nuestro bien amado DM continúa la falsa polémica que las armadas de la fe (COPE + DM + Obispado de Santander) han tenido a bien proponernos como cruzada veraniega contra los malos malosos. En este caso, contra una mala malísima que responde al nombre de Lucía Etxebarria.

La mi pobre dirigía un taller de escritura en la güimpi, en el que tuvo la feliz idea de proponer a los alumnos la creación de un texto en común. El bombardeo de ideas fue derivando (como suele ocurrir en este tipo de dinámicas) hacia lo delirante, y acabó mezclando un equipo de fútbol, un progatonista Jesús, un especulador inmobiliaro Judas Pilatos y una Magdalena maltratada. O algo así.

Alguien debió de pensar que había carnazada copera en el empeño, y así como nadie protestó durante la realización del ejercicio, nadie se quejó a la académica organización del evento y nadie dijo nada en sus evaluaciones del curso, hete aquí que de pronto se nos acusa a la Etxebarria de hereje en las ondas herzianas. Al Obispado de Santander y al DM, claro, les falta tiempo para echar una mano. Y ya la tenemos liada.

No voy a absolver de pecado a Etxebarria. Hereje es, pecadora es y provocadora también, tanto como mala escritora. Pero entrar en su defensa y en la de la libertad de expresión sería seguir el juego a los inquisidores. Así que voy a llevar mis reflexiones por otras cuerdas.

Sobre la COPE ... lleva muchos años utilizando como libro de estilo la vieja máxima de Goebbels, esa de que "una mentira repetida mil veces acaba siendo verdad". La infamia como modelo periodístico, el sectarismo más absoluto y el grito como único argumento dicen bastante de esa emisora en la que los talibanes de sacristía se han atrincherado para intentar la reconquista de una España que consideran suya e ilegalmente ocupada por la voluntad de las urnas. Empecinados en crispar y en hacer política, hasta la deriva de no pocas actitudes del Partido Popular nace del miedo a enfadar a FJL, CLS, CV y resto de vociferantes. Eso sí, sin que nadie tenga permiso siquiera para discrepar una miajita. En el fondo, lo de la Etxebarria es de lo menos bestia que han dicho estos tramposos en los últimos años.

Del Obispado de Santander ... no es que uno recuerde muchas pastorales inteligentes. En realidad, el obispo recientemente descencido al Recreativo de Huelva responde a un perfil más bien bajo y nunca ha tenido a bien obsequiarnos con reflexión pública alguna sobre cuestiones candentes. Con la que está cayendo por la única y verdadera, casi mejor el silencio, pero no deja de sorprender que se apunte con alegría a la cruzada contra la escritora sin haber sido testigo presencial de la ofensa y no haberse dignado a hablar con la condenada para conocer su versión. Claro que en los juicios eclesiales, sólo hablan ellos: los condenados, que ya lo son a priori, callan y se aguantan. Como mucho, pueden aspirar a que quinientos años más tarde les pidan perdón. Habrá que recordar que la santa y católica se ha especializado en prohibir libros, que sus encíclicas antiguas y modernas consideran pecado el ejercicio libre del pensamiento y los demás derechos humanos. Después de la Guerra Civil llegaron a prohibir en las bibliotecas españolas nada menos que Quo vadis de Sienckiewickz. Y las barbaridades que dijeron sobre un texto sublime como El evangelio según Jesucristo, de José Saramago ocupan muchas páginas en las hemerotecas (En directo del Gólgota, de ese gran escritor y gran provocador norteameriyanqui que es Gore Vidal se les pasó por alto).

Insisto: no voy a defender a Lucía Etxebarria. Si hubiera escrito el relato que la iglesia se ha apresurado a enviar a la hoguera, esta obsesión inquisitorial hubiera garantizado varias reediciones. Pero no deja de asustarme la recuperación eclesial de sus peores modos. No pasa semana sin que nuestros clérigos anuncien nuevos anatemas, condenas, censuras y se apresuren a jalear cierta opción política, siempre la misma. Dejando claro que su reino sí es de este mundo. Y que no están dispuestos a perder un solo céntimo de poder. Cueste lo que cueste (a los demás).

Del DM no he hablado ... pero ya tendremos tiempo y extensión ¿no os parece?

jueves, agosto 10, 2006

LA CIUDAD Y LA GENTE


Me encuentro con Chusca por la calle del Medio, unos segundos antes de pasar delante del escaparate de Harmonia Mundi y caer, otra vez, en la tentación y comprarme el oratorio "Saúl" de Händel, en la supongo que luminosa lectura de René Jacobs al frente de Concerto Köln y el RIAS Kemmerchor. Me sonríe y dice: "En verano, Santander también existe". Me quedo un poco estupefacto y apunta "Mira qué cantidad de gente".

Te haces consciente de pronto de toda la vida que bulle alrededor. Hay muchos turistas este año. Además, el buen tiempo ayuda a vestir las caras indígenas con una sonrisa, a aligerar las ropas y exhibir los cuerpos viles (pero bueno, qué comen los chicos de hoy para estar tan impresionantes), a callejear sin rumbo disfrutando del verano.

Y es que una ciudad es lo que es su gente. Y en espacios de clima tan cambiante, la cantidad de luz, la presencia de la lluvia, la oscilación de las temperaturas, nos marcan más allá de lo quepensamos. De nuestra cercanía al mar, de nuestras norteñas brumas, de nuestros cielos tanto tiempo encampotados nos vino esta melancolía escénica que a veces nos abruma. Es cierto que somos reservados, pero no creo que sea cierta esa leyenda que nos quiere altaneros, cerrados o megapijos. Mi frecuente deambular por Santander me presenta hombres y mujeres correctos, educados, con cierta timidez y habilidades comunicativas no muy desarrolladas. Pero la mayor parte de las veces buena gente, gente a la que merece la pena acercarse, con cosas que decir y que sentir. Un paisanaje reservado, tal vez distante, para una ciudad puede que demasiado gris y ensimismada.

Y al hilo de todo este rollo ... tres reflexiones.

La primera, que me parece difícil crear una conciencia ciudadana, unos mayores lazos de solidaridad y convivencia amable, una dosis mayor de sonrisas cotidianas, de intercambios de cortesías y miradas si no contamos con un tejido fuerte de espacios ciudadanos. Sí, contamos con plazas y parques, seguramente desaprovechados, pero pocos centros cívicos y culturales, una pobre red de instalaciones deportivas y asociativas, y en consecuencia, una oferta pobre todavía de actividades que impulsen la participación ciudadana y que inviten a santanderinos y santanderinas a descubrir nuevas formas de ocio en compañía.

La segunda, reconociendo que es un problema complejo y que por tanto me limito a apuntar, que algo estará pasando en nuestras ciudades, en nuestra ciudad, para que la violencia entre adolescentes haya ido dejando de ser una anécdota para ser parte de lo que consideramos como "normal" en nuestras calles, sobre todo los fines de semana. ¿Puede tener algo que ver con las carencias apuntadas arriba? Seguro, aunque no en exclusiva.

Tercera y última. Nuestra gente cada vez es más diversa. Me encanta pasear por Santander y comprobar que también aquí escuchamos hablar con acentos diferentes, que hombres y mujeres de todo el mundo han desembarcado en nuestras calles y están compartiendo con nosotros nuestras vidas. Están presentes en el mundo del trabajo y del ocio, en los colegios y los barrios, en iglesias y partidos. Y retomando de nuevo la carencia 1 y para prevenir un crecimiento del problema 2 ... ¿no sería hora de desarrollar de manera sistemática, habitual e intensiva políticas de encuentro y convivencia para que nos aprendamos un@s a otr@s? Tenemos tantas cosas que decirnos y que aprender, que no entiendo como esta gran riqueza humana del nuevo Santander se puede pasar por alto. Nuestra ciudad será más plural, más habitable, más rica, si aprendemos a convivir hombro con hombro, ahora que todavía estamos a buen tiempo.

lunes, agosto 07, 2006

UNA CIUDAD SIN LECTORES



Por las páginas del DM comentan hoy que, según un estudio hecho por el Gremio de Libreros de España, Cantabria es una de las provincias españolas donde menos se lee. Supongo que aplicando la lógica, y teniendo en cuenta la propia estructura demográfica de nuestra región, habrá que deducir que en Santander, nuestro Santander, se lee más bien poquito.

Estamos acostumbrados a los discursos complacientes sobre Santander tanto como a los destructivos. En este caso, podríamos recordar la leyenda esa que nos auto-convierte en "La Atenas del Norte", y que no sé si tuvo alguna vez sentido pero que desde luego hoy es más falsa que una moneda de ochocientos euros. Obnubilados por las ingentes cantidades de poetas y poetastros, escritores y escritorzuelos, pintores y pintamonas, sabios del lugar y eruditos a la violeta, programadores divinos y divinos animadores, que pululan por nuestras calles, tendemos a pensar que basta con que el vecino de enfrente lea para que su supuesto saber acceda por simpatía a nuestras desacostumbradas neuronas. Y así nos luce el pelo.

El caso es que Santander es una ciudad que invierte en cultura. Y también es cierto que numerosas instituciones desarrollan gran parte de su labor cultural entre nosotros: Fundación Gerardo Diego, Festival Internacional de Santander, Fundación Marcelino Botín, Obra Cultural de Caja Cantabria, Fundación Albéniz, Concurso Internacional de Piano de Santander, ...

Con tanto bombo y tanto relumbrón (aparente), no es de extrañar que nos encantemos a nosotros mismos, y que sigamos pensando que más cultos y sofisticados no vamos a encontrarlos. Vamos, que nos va a costar casi tanto encontrar a alguien mejor que nosotros casi tanto como encontrar una biblioteca pública en Santander.

Y es que probablemente nos hayamos olvidado de algunos pequeños detalles sobre la cultura en general y sobre la lectura en particular. Uno de ellos es que si no se trabaja bien desde la base, en serio, con programas y objetivos, con especialistas y criterio, todo lo que podamos hacer en el campo de la llamada "alta cultura" no va a quedar sino en puro fuego de artificio. A día de hoy, y mira que llevamos tiempo desde que la cultura en sus diferentes modalidades pasó a ser gestionada por las administraciones locales y autonómicas, no conocemos un solo estudio sobre hábitos culturales de los santanderinos, un solo diagnóstico que nos permita delimitar las necesidades culturales de nuestros vecinos y vecinas y en consecuencia articular políticas que mejoren también en el ámbito del espíritu nuestra calidad de vida.

Lo que sí sabemos es que en Santander se desarrolla el crecimiento urbanístico sin centros culturales ni bibliotecas de barrio. Sabemos que la Biblioteca municipal languidece a pesar del esfuerzo de sus empleados por la desidia política, municipal y presupuestaria. Que las escasas bibliotecas de barrio no cuentan con personal especializado, ni con espacios adecuados, ni trabajan en red. Que no hay un plan de fomento de la lectura ni actividades de animación.

Eso sí. Luego le echaremos la culpa al maestro armero: los libros son caros, en los colegios no se lee, los videojuegos y el chat ...

Soy de los que creen, como Daniel Pennac, que no se es mejor persona por leer. También creo sinceramente que las pasiones a veces son tan absorbentes que si adoramos la música, o el deporte, o la naturaleza, o el cine, tal vez estemos tan concentrados en esos amores que no concedamos atención al placer de la lectura. Pero también con Pennac (haced el favor de leer su libro Como una novela, en Anagrama, sobre el placer de la lectura) creo que es grave que una persona se sienta rechazada por los libros. Porque en los libros aprendemos a vivir una vida más fuerte, intensa y llena a través de las vidas contadas y los sueños narrados. Porque viajamos, aprendemos, disfrutamos, amamos a través de los libros. Y para que nadie se pierda esta gran aventura, son necesarias infraestructuras y programas públicos que den, de nuevo, valor al libro y a la lectura, nos lo acerquen y nos lo hagan no ya necesario sino imprescindible.

Mientras eso no ocurra, seguiremos alardeando de ser los más cultos de la piel de toro pero ... ¿habéis visto la foto con la que ilustro esta reflexión? Pues es que al leer el DM esta mañana no pude por menos que recordar aquel programa mítico de La bola de cristal, en la que pasaba un rebaño de borregos por la cañada mientras la voz en off de un chaval afirmaba "Éstos no leen". No, si al final el Paseo de Pereda va a resultar la Cañada Real de La Mesta.

viernes, agosto 04, 2006

LA PRIMERA EN LA FRENTE


Una de esas preciosas coplas de la música tradicional de Cantabria dice así:

"La primera vale, vale,
la segunda valerosa,
la tercera porque baile
un clavel con una rosa,
me voy mañana,
me voy por verte.

Me marcho para La Habana
aunque me cueste la muerte,
me voy mañana,
me voy por verte".


Es ésta la primera entrada en éste, mi primer blog, así que la referencia puede ser afortunada. Pero además esta primera reflexión personal tiene mucho que ver con el "me voy mañana".

Hacía algún tiempo que no veía a Sergio, pero me lo encontré esta mañana y hablamos unos minutos. Estaba ilusionado, me habló de amores, de proyectos ... Y de que él también se marcha.

Son ya muchos los amigos que han elegido vivir en otros lugares. El discurso suele ser semejante. Santander es conservadora, tradicional, opresiva, no ofrece buenas oportunidades laborales, nunca pasa nada, es aburrida, es imposible encontrar pareja, es cerrada, está muerta.

Supongo que algunas veces yo también he visto así a esta ciudad en la que nací y a la que, a pesar de muchos pesares, amo. En su día tuve la oportunidad de "escapar" y elegí quedarme. Dudo a veces si fue esa una elección del todo libre y del todo afortunada, pero elegí quedarme. Y lo hice, en no poca medida, porque no estoy de acuerdo con esas afirmaciones.

Creo que Santander es una ciudad habitable, mucho más abierta de lo que pensamos, llena de buena gente y sobre todo llena de posibilidades. Por eso he elegido para mi blog el título de Un Santander Posible. Por eso y porque también estoy convencido de que muchos de los fallos y de los lados oscuros de esta ciudad se deben a nuestra pasividad, a nuestro derrotismo, a esa especie de melancolía infinita que según Amós de Escalante marcaba el carácter de los norteños. Estoy convencido también de que hemos ido adormeciendo Santander, que a base de decir que esta ciudad nos ahoga, la hemos ido cambiando a peor. Cada vez hay menos gente joven en Santander, menos niños. No tenemos espacios ciudadanos. Estamos perdiendo la ilusión y eso puede hacer que nuestra ciudad se convierta en un balneario.

Desde este blog quiero reflexionar sobre Santander y sobre su gente. Quiero compartir mis reflexiones personales con vosotros e invitaros a dialogar de manera serena, con actitud constructiva y en clave de cambio. Santander se enfrenta a muchos retos, a un futuro que puede hacer de ella la ciudad vital, moderna y vibrante que muchos queremos ver o puede hacer que continúe en esa neblina gris a la que la han llevado años de desidia municipal y de pasividad ciudadana.

Creo que tenemos un largo camino y mucho trabajo por delante. Pero me gusta un slogan que vi hace unos años en Barcelona y que recupero para Santander. Santander, ponte guapa.

En eso estamos.
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