martes, agosto 31, 2010

FAUNA DE AUTOBÚS: EL RUTÓN COMÚN ("Gruñegruñe pértinax")


Los rutones forman una de las familias más extendidas entre la fauna urbana, tanto que resulta casi imposible pensar en algún hábitat social en el que el rutón común (nombre científico Gruñegruñe pértinax) no se haga presente con cierta asiduidad.

Fue el pasado domingo, en la Línea 6, cuando me vi obligado a compartir autobús con varios especímenes diferenciados de gruñegruñe, entre ellos el propio conductor del vehículo, además de una hembra de edad vetusta y una pareja madura. ("Y ahora los vagos del ayuntamiento se gastarán el dinero en dar de comer a estos siete mil imbéciles" y "Llevamos más de una hora -en realidad diez minutos- aquí parados" mientras el autobús esperaba prudentemente a que terminaran de cruzar varias legiones romanas y un grupo de vírgenes vestales con sus hijos en brazos fueron los gritos que despertaron mi atención)Y fue en ese mismo momento en el que decidí incorporar un buen retrato etiológico de la especie en este cuaderno de campo improvisado en el que se está convirtiendo la serie Fauna de Autobús.

En cuanto a la apariencia física, no es mucho lo que diferencia a un rutón común de un usuario normal o de la mayor parte de las especies autobuseras. Sí es cierto que suele tratarse de individuos (machos o hembras) de una alta maduración e incluso un provecto envejecimiento. Los individuos jóvenes crecen mimetizados con otras especies, sin llamar la atención de manera evidente, si bien algunos etólogos han apuntado la sospecha de que la Raqueruca vulgar (Vociferans Acuta Ineducata) podría ser un estado larval de Rutón que pasado un tiempo se haría capullo enrollada en un pantalón de chándal o una miniminifalda de plástico negro hasta salir dando alaridos y transformada en un Rutón hembra. En el Santander Posible consideramos que es poco probable esa evolución de los ejemplares jóvenes de Raqueruca, sobre todo porque la afición de estas a gritar al aire no necesariamente se refieren a un estado de ánimo de indignación compulsiva.

Sí son reseñables el fruncimiento de ojos y la peculiar boca torcida que muestran sin excepción todos los rutones y que contribuye a ese aire de fiereza que tanto temor causa.

Dentro del autobús (pero sería similar en un parque, una cafetería, una cola de banco o unas rebajas) el comportamiento del Rutón es bastante básico. Se sube y comienza a emitir sonidos desagradables en un volumen medio alto en los que articula cantos de apareamiento monótonos y repetitivos del tipo "Es que es una vergüenza todo lo que ha tardado en venir" (cuando el autobús ha llegado dos minutos antes de lo previsto), "Es que se una vergüenza lo sucio, lo caro, lo viejo, lo alto, lo bajo, lo nuevo que está todo" "Es que es una vergüenza lo de los inmigrantes, los maricones, los políticos, los terroristas, las monjas, los pederastas, los periodistas, las momias aztecas, los perros, los canarios" "Es que es una vergüenza lo que hace el alcalde, tu primo, el jefe de estación, el cartero, el profesor, los jóvenes, los jóvenes, los jóvenes, los políticos, zetapé" en espera de una respuesta nupcial que asentirá con un rotundo "lo que yo le diga, una vergüenza".

Se alimentan de carroña de rumor, de desinformación, de santa indignación y de bilis, y mantienen como cazaderos predilectos determinados medios informativos vinculados a la Santa Madre y a la Ultraderecha más casposa, de las que extraen consignas y canturreos que repiten como cotorras indignadas.

En general, si uno baja la mirada y se enrosca suavemente sobre sí mismo o inicia una lenta lectura de algún libro, diario o folleto,el Rutón común acaba por callarse o por centrar su fijación sobre algún otro ejemplar que por suerte les habrá correspondido como compañero de viaje.

lunes, agosto 30, 2010

DECÍAMOS AYER ... LA LEYENDA DEL PASTOR DE BRIE


La foto de Glenda con diez meses puede servir de ilustración para este pequeño apunte recuperado de hace dos años. Un apunte que hoy vuelvo a compartir para recordar que hace nueve años que nació una cachorrona preciosa que hoy sigue siendo entrañable, hermosa y especial. Felicidades, Glenda.

"Se llama Briard o Pastor de Brie al bicho peludo de la foto también conocido como Glendamaría.

Quería subir una foto diferente pero no sé por qué no me la deja cargar así que volveremos a usar la ya conocida de Glenda en Puertochico leyendo en una tarde de primavera a Belén Gopegui.

Pues veréis. De los orígenes del Pastor de Brie o Briard no se sabe mucho. Se sabe que es una raza muy antigua y se han reconocido como Bries algunos perros que aparecen en tapices de la época carolingia. Se cree que puede proceder de cruces selectivos entre el Pastor de Beauce y un antiguo tipo de barbet. La raza se estabiliza a mediados del XIX y es ahí cuando se convierte en un perro casi perfecto que, a pesar de sus indudables virtudes, no ha llegado a hacerse del todo popular. Es más, utilizado como mensajero durante la Primera Guerra Mundial por su valor, su arrojo y su fiabilidad, estuvo a punto de extinguirse en las trincheras. Pero pudo ser felizmente recuperado y hoy sigue siendo un perro difícil de ver. Aunque creo que cuando tienes tu primer Brie te conviertes en adicto.

En muchos lugares se le presenta como originario de la comarca francesa de Brie, donde los quesos, en las cercanías de París, entre el Sena y el Marne.

Pero existe una tradición medieval, de la época de Carlos V de Francia, que apunta el origen de su nombre en una corrupción de lo que originalmente sería Pastor de Aubrey. Aubrey que acabaría simplificando/deformando Como Elena es mujer de poca fe, cumplo mi promesa de contarle la bonita leyenda que da el nombre de en Brie.

Aubrey de Montdidier era un caballero acomodado que fue asesinado en el Bosque de Bondy, en las cercanías de París. Crimen imposible de resolver para la justicia, resultó que el único testigo del asesinato había sido el fiel perro de Aubrey, que acudió a los amigos del caballero y les obligó a seguirle hasta conducirlos al cadáver de su dueño. Tiempo más tarde, un día de mercado el perro comenzó a seguir y a atacar a otro caballero, Maquier/Macario, con tal saña que los amigos de Aubrey comenzaron a sospechar. De hecho, el perro era pacífico pero cada vez que se tropezaba con Maquier se convertía en toda una fiera. Finalmente, y como el extraño comportamiento del animal llegara a oídos del mismo rey, se decidió someterlos a lo que se llamaba "Juicio de Dios", un combate singular en el que Dios determinaría quién tenía razón en el pleito. Y así se desarrolló un duelo en el que finalmente el perro consiguió que el tal Maquier, presa del pánico, confesara su crimen (por el que fue condenado a la horca). Desde entonces, como homenaje a este fiel y justiciero amigo, se llamó Perros de Aubrey a estos grandotes peludos que con el tiempo acabarían recibiendo el nombre de Briards.

Grandes, nobles, amigos incansables, pacientes y sorprendentemente tiernos con los niños, trabajadores, alegres ... Están dotados de un carácter fuerte pero noble, de un instinto de guardia y protección que sin embargo administran con sabiduría, permaneciendo impasibles hasta que es realmente necesario un aviso. Me gusta que sean una raza extremadamente sensible con la que el castigo puede llegar a ser contraproducente, mientras que la amabilidad y los premios llegan a hacer milagros.

Te lo llenan todo de pelo pero acaban conquistando tu corazón.

Va por ti, Glenda.

Y te prometo dejarte escribir eso que querías sobre la manía que tiene Santander de echarle la culpa de todo a los perros".

domingo, agosto 29, 2010

IMBÉCILES SIN FRONTERAS: CALAMAROS EN SU TINTA


Creo que Andrés Calamaro me aburría ya antes de que supiera de su existencia. Ni entendí nunca la devoción de algunos amigos por sus canciones (de acuerdo, las de Los Abuelos de la Nada eran frescas y movidescas), ni soporté nunca esa pose falsa de niño terrible, de divinidad en chasis, de malote de barrio mientras se arrimaba bien arrimado a quienes detentaban el poder discográfico.

Pero en realidad todo eso me parece parte del juego. Que su música sea mejor o peor (o que me resulte más o menos grata, que son dos cosas diferentes) que la de otros artistas no basta para ingresar a ritmo de pasodobles en Imbéciles sin fronteras. Tampoco que en un mundo obsesionado por la imagen Calamaro o quien sea se cultive una. Ni siquiera que vaya pontificando sin que se sepa bien por qué títulos sobre la ciencia de la vida, del bien y del mal, o que de su pontificado se desprenda más hipocresía que otra cosa (como si no estuviéramos ya acostumbrados a la íntima relación entre pontífices e hipócritas).

Lo que le trae a este blog y a su peculiar oenegé es la pataleta infantil y cazurrona que se nos ha marcado cuando de pronto el malote del colegio ha caído en la cuenta de que sus proféticas palabras a veces suscitaban el aplauso incondicional de sus incondicionales pero que de tanto pisar las sendas de la incorrección impostada ese aplauso podía volverse silencio o incluso resquemor. Supongo que le pareció muy divertido jugar una vez más a ser el chico bronco, a renegar de la progresía no porque a él no le haya dado esa progresía oportunidades y dividendos, sino porque la convierte en culpable de que él ya no pueda saciar su sed de sangre en la Monumental de Barcelona. Suponiendo que alguna vez haya puesto la bota en esa plaza en busca de corrida.

Y así, mientras flotaba por los lejanos universos de la suficiencia y el autobombo, se comparaba a Dylan (andaaaaaaa) y lloriqueaba porque la prensa no se hace eco de sus discos, que por supuesto él considera la quintaesencia del rock, pero sí toma nota de sus rabietas twitteras, decidió dar un portazo a su cuenta de twitter explicando a los otros niños del cole que ya no les ajuntaba, que eran feos y culones y con granos, y que se iban a enterar porque su padre es guardia.

El personaje popular puesto en modo rabieta se despachó a gusto desde su web, con todo un surtido de insultos y descalificaciones (como no podía ser de otra forma, en su mayor parte llamando a la peña marica y mongola con diversos y creativos matices). Y así, invita al "coro de subnormales" de sus seguidores a meterse la blackberry por el culo, hastiado de que los "culoblandos" no se plegaran a sus sermones y mostraran que a pesar de esperar sus tweets seguían siendo una "masa aborregada" de "pichaflojas" que no sabe crear conceptos que no sean light (menos mal que tenemos a Calamaro para hablar con propiedad y profundidad de redivivo Kalikatres sapientísimo).

Agradecido a Calamaro por salvar nuestras vidas con tanta prestancia y augurándole un nuevo y rentable futuro televisivo, no sé si como profesor de buenas maneras a las órdenes de Carmen Lomana, como joya de la corona para pulir o como contertulio en "El gato al agua" y en Telemadrid, le hago entrega del diploma que le acredita como socio de honor de Imbéciles sin fronteras.

Por sus exquisitos modos, por el respeto que siente por sus seguidores, por considerar en plena ebullición de ego que nada hay en el mundo que merezca la pena fuera de sí mismo. Y por ser incapaz de controlar una rabieta que se hubiera terminado solita apagando el móvil.

Pero es que ya que es un profesional de la música o así, mejor aprovechar para dar la nota.

sábado, agosto 28, 2010

LA ÚLTIMA VEZ QUE HABLÉ CON BLANCA ...


La última vez que hablé con Blanca, me puse muy contento.

Aunque no se encontraba demasiado fuerte, saldría a comer al Bahía con Alejandro y unos amigos que habían venido a Santander de vacaciones. Casi no iba a pisar la calle, iría leve en el coche casi de puerta a puerta. Pero a través del teléfono se la sentía contenta, feliz tal vez de recuperar por un momento esos pequeños placeres cotidianos que se le habían extraviado durante tantos meses de lucha callada y valiente contra el cáncer.

Fue ella misma la que me llamó para darme noticia de su enfermedad. Un afecto profundo de algunos años justificaba esa llamada que me dejó sin palabras, como hace unos minutos la noticia de su muerte me ha dejado cargado de intemperie.

Años de animadas conversaciones, de sueños compartidos, de proyectos y vida tejida alrededor de una pasión común, los libros. Ese tiempo en el que fui testigo de su esfuerzo por sacar adelante Aletheya, un juego dinámico para que los adolescentes se encontraran con la literatura con la mirada crítica como quien va a una fiesta. Años en los que siempre sentí el ánimo y el aliento, cada vez que me llamaba para realizar un taller de escritura creativa con sus alumnos del IES Ría del Carmen, o que sentía como propios los pequeños pasos que daba con algún poema, algún libro, algún empeño en torno a la literatura, a la cultura, a esa mirada izquierda sobre una sociedad que merece una transformación profunda. Años en los que pude sentir viva su pasión por la enseñanza, contemplar cómo se volcaba con sus alumnos, con qué entrega se ofrecía un día tras otro, qué brío renovado le supuso la presencia de los primeros alumnos inmigrantes con el reto nuevo de conseguir que ese español que ella amaba tanto se convirtiera en la lengua del futuro de los chicos y de sus familias. Años de cafés en el Coliseum y de tertulias en Gil. Años de confidencias y de cercanía. Años de martes literarios en esa misma UIMP en la que tanto eché de menos su sonrisa de primera fila durante estos dos últimos veranos.

Y ahora me ha dicho Pablo, su hijo, que se ha ido. Que descansa por fin de todo el dolor y todos los combates por la vida. Y se ha hecho de noche más rápido, con el ritmo de alguno de esos haikus que improvisábamos con los chavales de los talleres

Sueña otras lunas
esta noche de agosto
su alma blanca.

Nos quedan las pequeñas alegrías compartidas. Saber que el poema que le dediqué y que verá la luz en un par de meses dentro de "La mirada caliza" pudo llegarle a tiempo.

Nos queda la certeza de que nadie muere hasta que su nombre no queda prisionero del olvido. Y son muchas, centenares las personas que durante toda su vida, al pasar cada hoja de cada libro dirán emocionados "Gracias, Blanca".

Mientras tanto silencio. Silencio he dicho, silencio.




CAÍN Y ABEL EN CLAVE DE PRIMARIAS


Nadie me ha pedido mi opinión -por supuesto- en el asunto caliente de las primarias socialistas en Madrid. Pero ya que está opinando medio país, incluyendo a muchos socialistas que tampoco pertenecen a las agrupaciones madrileñas, no me resisto a incorporar un par de comentarios a mi blog.

Comienzo suscribiendo la idea de que el sistema de primarias es bueno. Lo es porque da la voz a la militancia del partido (o incluso en modelos como el estadounidense a sus simpatizantes), y en este sentido es un guiño a esa democracia interna tan mencionada como poco practicada en el día a día de los aparatos partidarios. Pero -siempre hay un pero- tampoco es difícil entender que en España no hay una tradición de primarias, y que sumado ese factor al tópico apasionamiento hispano, la decisión del Partido Socialista hace ya años de abrir la puerta a la posibilidad de primarias no ha dejado de traer muchos sustos, con debates enredados y personalistas, con tantas descalificaciones del adversario y con una imagen pública de partido roto. Por lo que unas primarias deberían convocarse siempre con un tacto exquisito, una elegancia británica y unas reglas del juego claras, respetuosas e integradoras.

A día de hoy, no tengo la impresión de que la competición por la candidatura autonómica de Madrid entre Tomás Gómez y Trinidad Jiménez sea precisamente pacífica. Creo que han sobrado los pronunciamientos de una buena parte del Gobierno y de los dirigentes federales, porque han convertido en parte a quienes deberían ser árbitros. Y a veces esa intervención ha sido más bien desafortunada. Creo que han sobrado y están sobrando ataques en los medios y las redes sociales que exceden el guante blanco, blanquísimo, que se debería exigir (como ese video publicado en youtube para debilitar a Tomás Gómez, un video con exceso de técnica -o sea, exceso de medios- y exceso de información como para no responder a intereses que no aclara, y que como me resisto a creer que procedan del interior del PSM, achaco al PP, con interés claro en enredar la guerra). Creo que es un error continuar contribuyendo a que la esencia de la acción política sea la foto o la popularidad antes que las ideas, el proyecto o el trabajo. Creo, sobre todo, que si Tomás Gómez no era el candidato idóneo, debería haberlo sabido hace un año como poco, antes de lanzar los órdagos y de que su nombre quedara empeñado en un camino complicado o imposible, y no, desde luego, a unos meses de las elecciones. Porque si fue elegido Secretario General de los socialistas madrileños lo fue porque en ese momento una buena parte del partido y del aparato lo consideraban la mejor opción, pero si lo que se esperaba era simplemente que apaciguara una federación demasiado rota, debería haber sido el Secretario de Organización y no la cabeza visible.

No voy a negar que Trinidad Jiménez me resulta atractiva por muchas razones. Y que cuando por razones diversas he estado en Madrid y he visto a Tomás Gómez en el atril no me ha convencido demasiado. Pero tampoco voy a negar que me sorprenden los posicionamientos de amigos que ayer estaban a muerte con Gómez, buscándole espacios para brillar, y hoy se suman a Jiménez incluso con ciertos excesos verbales contra quien ayer era perfecto. En resumen, creo que no se han hecho las cosas bien y que por el bien de la propia comunidad madrileña, necesitada de cambios radicales en educación, sanidad, servicios sociales, dependencia, etc. es necesario un PSOE fuerte, unido y articulando el discurso del ganador, no el de la pelea fratricida. Traducido a hoy, un PSOE que ya que se metió en el barrizal sea capaz de salir reforzado de unas primarias que deben ser mucho menos tensas, mucho más respetuosas, mucho más dialogadas, de lo que vienen siendo.

Y es que ejemplos de lo que pasa cuando la oportunidad no se juega en buenas condiciones las tenemos desde el propio Génesis. Donde Yaveh se dio demasiada prisa en optar por Abel, despreciando a Caín y que si un ángel con Abel, un arcángel con Caín, Eva con Abel, la quijada con Caín, y ya la tuvimos montada.

Ojalá que los compañeros y compañeras de Madrid, una vez superadas las primeras tensiones y sorpresas, sean capaces de recordar que su proyecto tiene enfrente a Espianza Aguirre y a Ruiz Gallárdón. Y que en ese frente nos estamos jugando mucho, no sólo ya los madrileños sino todos los españoles.


miércoles, agosto 25, 2010

LINDA CANDIDATA, SI VAS A LA HABANA


Desde que los españoles nos encontramos con las Américas, allá por el 1492, muchos son los cántabros y cántabras que por una u otra razón marcharon hacia el Nuevo Mundo. Desde este Santander que figuraba como puerto abierto hacia las esperanzas, hacia la conquista, hacia el pan, hacia el exilio.

El cántabro se hizo presente por toda América, pero como suele ocurrir, eligió con más frecuencia aquellos destinos en los que un pariente, un vecino del pueblo, se había ya asentado. Argentina o Méjico fueron tierra de importantes colonias cántabras. También Venezuela o Guatemala. Desde Cantabria llegaron a Uruguay los antepasados de su actual Presidente Hugo Mugica.

Pero puede que ninguna conexión americana con Santander haya sido tan entrañable, tan habitual, tan cercana como la que tuvimos con Cuba. No vayamos a olvidar que fue Cuba la tierra donde hizo los dineros el Marqués de Comillas, y que con la línea a La Habana inauguró su compañía Transatlántica. Que desde Santiago de Cuba llegaron hasta nuestros muelles antes que a ninguna otra parte del solar patrio los heridos y mutilados que le ponían dolor y rostro a la derrota. Que la Sociedad Montañesa de Beneficencia ocupó y ocupa, ahora como casa de Cantabria, uno de los más señeros palacios coloniales de La Habana. Que algunos cántabros de nombre insigne en el periodismo o la universidad de hoy nacieron en la isla con la que soñaron nuestros abuelos.

No sólo hacia la historia. Miremos hacia los certificados emitidos por la voz de nuestro propio pueblo, en sus cuentos y cantares: "Mi amante se fue a La Habana", "Linda jardinera, si vas a La Habana", "A la Habana me voy, madre" nos vamos encontrando de tonada en tonada. Y se llenaron nuestros puertos de habaneras.

Cuba ha sido importante, sin duda, para Cantabria. La Habana más aún que el resto de la isla, sigue formando parte de nuestro imaginario popular, de nuestra identidad, de nuestra alma.

Y por eso resulta tan difícil entender el olvido de Cuba, de La Habana, en el proyecto que Santander ha presentado dentro de su candidatura para Capital Europea de la Cultura en el 2016. "La capitalidad expandida" reza uno de los marcos de acción en los que se articula la propuesta, en un intento obvio de incorporar la extensión de Europa hacia América a través de un puerto que fue puerto de tantos vacíos y de tantos sueños. Pero en esa trascendencia de la conexión entre Santander y nuestras Américas, alguien se ha olvidado de La Habana.

¿Tiene que ver con la absoluta desconexión con el territorio candidato de quienes gestionan la candidatura? ¿con su clara indiferencia hacia la tradición popular o las expresiones artísticas que no les interesan directamente? ¿con un gobierno popular que prefiere no rozarse con Cuba, no vaya a ser que sea contagioso?

Un amigo avispado me ha ofrecido una respuesta mucho más atinada, probablemente más cierta: La Habana es la única capital de la América que fue española en la que no hay sucursal del Banco de Santander.

Desde esta atalaya del Santander Posible, me parece que la invisibilidad de Cuba en el proyecto es grave, porque deja tocado, casi anulado, todo la narración del encuentro con América. ¿Estamos a tiempo de que se corrija el evidente fallo?

Vamos a ver si animamos al Doctor Marshall y al Ingeniero a ritmo de habanera, una vez más al ritmo de esta habanera prodigiosa que compuso Chema Puente y que forma parte ya del acervo cultural de nuestras calles: Santander, la marinera. Esta vez, para dar un poco de caña, en la versión rockera del grupo Nel Tardíu. Quizás la perdió un soldado que de Cuba regresó ...

MARTES DE MAGIA Y DE PALABRA



En la foto que le robo a Roberto Ruiz, fotógrafo del Diario Montañés, se recoge una instantánea del homenaje que dentro del ciclo de los Martes Literarios, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, se rindió a la memoria de Miguel Hernández en las palabras del poeta Juan Carlos Mestre, del trovador Paco Ibáñez y del catedrático y responsable de la programación oficial del centenario de Miguel Hernández, José Carlos Rovira.

Han sido muchas las tardes que le han dado a la magia en la diana desde que he tenido el privilegio de acompañar en esos martes literarios a sus protagonistas, a esos hombres y mujeres que nos dan la fuerza porque nos dan el poema, la historia, el libro, la palabra. Tardes inolvidables en diálogo abierto con Laura Restrepo, con Ramiro Pinilla, con Gustavo Martín Garzo, con Andrés Ibáñez, con José María Guelbenzu, con Rafael Chirbes, con Ana María Matute. Tardes en las que los largos hilos de sabiduría se entretejían con brillantes lentejuelas de anécdota picante o tierna. Porque cómo olvidarse de esa abuela de todos que es ya Ana María Matute explicando la importancia fundamental que para la biografía de toda mujer tiene la experiencia de la maternidad "y no sólo por lo bien que te lo hubieras pasado fabricando al niño ... que también, que yo no era tonta" (y un impagable guiño picarón). O a Martín Garzo evocando a Delibes y comentando que cuando Mario Camus , nuestro Mario Camus, recibió el Premio del Jurado en Cannes por Los santos inocentes, recibió la noticia de que había sido nada menos que el gran actor británico Dirk Bogarde, Presidente del Jurado, el que más había defendido la calidad de la película. Unos meses más tarde, Camus estaba cenando en un restaurante parisino con unos amigos cuando entró Dirk Bogarde, serio. Como no pareció reconocerle, Camus le envió un billete a través de un camarero agradeciéndole el premio y presentándose como director de Los santos inocentes. Bogarde tomó el papel, lo leyó, miró a Camus, hizo una leve inclinación de cabeza a modo de saludo y continuó su cena ante el desconcierto del director cántabro. Terminada la cena, Bogarde se marchó sin más gesto, hasta que se acercó a Camus un camarero con un billetito en el que el actor había escrito dos grandes y maravillosas palabras, esas palabras que según el propio Martín Garzo contienen todas las historias de amor del mundo: "Milana, bonita".

Ayer fue uno de esos martes. Rovira casi se avergonzaba de su sabio parlamento, brillante, expuesto con sencillez y precisión, lleno de vida y de anécdotas, ante la fuerza escénica de la voz y del mito. De la voz rotunda y profética del poeta Juan Carlos Mestre, que reivindicó la República y su política educativa y cultural, que evocó a ese Miguel Hernández del que María Zambrano escribiera "Verlo era quererlo", que tejía palabras hermosas con su hermoso timbre de barítono ante la absorta concurrencia mientras llamaba a la rebelión cívica y proclamaba que "la poesía es un acto de legítima defensa contra los discursos normalizadores del poder" y nos dejaba sin aliento mientras nos leía la Elegía a la muerte de Ramón Sijé.

Y Paco Ibáñez, Paco Ibáñez. Paco Ibáñez que ha sido la banda sonora de nuestras vidas, que nos ha dado tantos poemas y tantos poetas, que le descubrió a toda una generación el significado de la poesía y el de la resistencia a un mismo tiempo. El Paco que venía para hablar pero que tuvo que cantar porque, como dijo, hay cosas que sólo sabe expresarlas enarbolando su guitarra. Y que nos dijo para entrar en clima las Coplas de Manrique, para luego hacer un entrañable intermedio hernandiano con ese Andaluces de Jaén "que una vez estaba cantando en Barcelona y de pronto todo el público se puso de manera espontánea a acompañarme y desde entonces no sé ya cantarla solo, así que vamos a cantarla todos". Y acabó, generoso y en vísperas del recital que ofrecerá mañana en la UIMP también, claro, con Lorca y con el "maldigo la poesía concebida como un lujo general por los neutrales" de Celaya.

Fue mucha la gente que no pudo entrar a un Paraninfo abarrotado ya una hora antes de comenzar la velada. Mucha la gente en Santander con sed de poesía y con sed de compromiso. Mucha la furia hermosa con la que Mestre, Rovira e Ibáñez nos retaron porque "cualquier palabra bella es ya un discurso político".

Fue mucha la emoción y mucha la memoria, mucho también el futuro en este martes único de magia y de palabras.

martes, agosto 24, 2010

LA ECONOMÍA Y LA RATA INVISIBLE



Una de las bases del Liberalismo económico clásico, formulada por Adam Smith, fue la idea de "la mano invisible" que gobernaba y equilibraba los movimientos de los mercados libres. Una idea que sobrevivió a muchas otras teorías de Smith y sus sucesores, no tan cercanas a los libertarios actuales, para convertirse en el eje de una especulación financiera que vive muy cómoda fuera de control alguno. Porque sólo fuera del control puedes especular, chantajear, amenazar, arruinar, favorecer interesadamente y sobre todo lucrarte más allá del bien y del mal.


En los últimos tiempos nos estamos dando cuenta de que la formulación de la teoría no es del todo ajustada. No hay, en realidad, una mano invisible, sino una rata invisible, una rata que reina rodeada de esbirros más visibles pero no menos ratescos que adoptan la forma de grandes corporaciones financieras pero sobre todo de agencias de calificación. Esas que bajo nombres como Moody's, Standard & Poor's y Fitch aparecen cada día en los periódicos como parte protagonista del entramado especulativo que desde sus grandes números, sus sesudos análisis, sus sueldos indecentes y sus cómodos despachos tratan cada día de arruinar a unos cuantos miles de ciudadanos para que sus gobiernos tengan claro que les tienen cogidos por las pelotas y que cuando a ellas les dé la gana pueden hacer que la economía de un país quiebre. Y por si tu gobernante no se da cuenta, ya se encargan ellas de recordar, como dejándolo caer, "¿Te acuerdas de Argentina y del corralito?".


No hace falta que diga que cada vez que leo el nombre de la Rata Moody siento unas ganas terribles y alternativas de vomitar o de romper algo. Porque en un grado o en otro todos estamos viendo cómo nuestros ajustados fines de mes se resienten con bajadas de sueldos, subidas de impuestos, ceses de inversiones y gastos públicos, negativas crediticias y, en el peor de los casos, pérdida de empleo. O lo que es lo mismo, cómo lo trabajado en pro de la igualdad se hace trizas para que una vez más los de siempre, las ratas invisibles y sus visibles esbirros, cuadren las cuentas con pingües beneficios y más cachondos que nunca con el derroche de erótica del poder que están experimentando.


¿Para qué vamos a recordar ahora que esas mismas agencias fueron las que alentaron y calentaron a los gobiernos liberal-capitalistas (o sea, qué le vamos a hacer, en mayor o medida todos) para que dejaran fluir capitales, créditos y deudas, para que inflaran burbujas de aire sobre crecimientos tan ficticios como endebles, que nos contaran el cuento (vivimos en el paraíso del storytelling) para que nuestros sueños fueran como los programaban, para cambiar el patrón oro y hacer que fluyera el capital sin suelo. No es que lo toleraran o no lo criticaran, no, es que presionaban y empujaban para que las políticas fueran así, libertarias y descontroladas, mientras su caja hacía tilín, tilín.


En el final del sueño, cuando hasta esos listos que cobran sueldos multimillonarios por inducir el desastre son capaces de darse cuenta de que la bola de nieve ha crecido demasiado y no es sostenible, cambian la estrategia, con la voz bajita y contenida dicen a lo Steve Urkel "¿Hice yo eso? Vayaaa, pues no estuvo bien no verlo". Y al día siguiente comienzan a mostrar su verdadera cara, la de matones mafiosos, sometiendo a chantaje por turno a los gobiernos, con un curioso criterio: los mismos datos no están tan mal en los gobiernos liberales y conservadores pero son una catástrofe en los gobiernos socialdemócratas. Mientras se alienta a dictaduras como China, que por no tener garantía alguna para los derechos cívicos y laborales son el paraíso de la explotación.


¿Sería posible presentar una demanda civil por enriquecimiento injusto contra estas corporaciones? ¿una exigiendo su responsabilidad civil por los daños causados a quienes nunca entramos en sus juegos pero estamos pagando su incompetencia? ¿una penal por conspiración para alterar los precios?


Tengan cuidado ahí fuera. Porque si pensaban que nuestros gobiernos tenían algo que decir, si pensaban que su voto era relevante para determinar políticas sociales y económicas, están equivocados. Porque aquí no se mueve nada sin la sumisión a los chantajes de las ratas invisibles.

lunes, agosto 23, 2010

EL CONSTITUCIONAL NO TIENE QUIEN LE RENUEVE

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Existen países en los que entre los engranajes fundamentales del funcionamiento democrático se encuentra la figura de la responsabilidad política. Se trata de un principio bien simple, que podríamos resumir en la idea de que los errores, engaños, desmanes y tropelías que se cometen en el ejercicio de un cargo público forman parte del propio ejercicio político se subsanan o castigan, salvo en lo referente a comportamientos especialmente torpes, con el cese del responsable en su actividad política. No suele resultarnos extraño tener noticia de que en determinados países ministros, gobernadores, parlamentarios y faunas varias dimiten al ser sorprendidos en actitudes o decisiones incorrectas o cuando menos cuestionables y de efectos perjudiciales.


Como ya nos dejó Fraga claro lo de que Spain is different, aunque desde nuestra clase política nos emiten a menudo eso de que tal o cual quisicosa queda para la "responsabilidad política", más bien parece que el pilar del sistema por estas barriadas es el de la irresponsabilidad política. Principio que también se puede enunciar con cierto desparparjo apuntando que "ocurra lo que ocurra en el ejercicio político, los profesionales de lo público seguirán adelante con la cara un poco más dura, más desfachatada, y repartiendo lecciones a diestra, siniestra y mediopensionista. O en efecto desaparecerán de los primeros planos de la actualidad para pasear sus lunes al sol con una sinecura más o menos apetecible en recompensa por los servicios prestados y como compensación, tal vez, por quién sabe qué silencios.


Toda esta filípica viene a cuento porque entre los frentes institucionales degradados y más cuesta abajo que la que transitaba por Buenos Aires sola, fané y descangashada hay uno que me preocupa y me cabrea más que la media.Y es el de la renovación del Tribunal Constitucional. Una renovación secuestrada por el Partido Popular, que continúa firme en su estrategia de llevar las peleas al barro al precio que sea, aunque ese precio sea obrar en fraude de ley o dinamitar las instituciones fundamentales del sistema, en un estilo kaleborroko que nada tiene que envidiar al original. Una estrategia que ha sido según parece diseñada nada más y nada menos que por uno de esos personajes que debería estar fuera de los círculos públicos después de su brillante gestión como Ministro de Defensa y en especial la del accidente del Yakolev: Federico Trillo. Pero ya es sabido que en la moral católica no hay mancha que no se lave con una charlita a media luz y siete avemarías.


Son muchas e importantes las cuestiones sobre las que tiene que pronunciarse un Tribunal en el que cuatro de sus miembros llevan ya nada más y nada menos que tres temporadas de interinidad. Cuatro a los que se sumarán otros tantos este otoño. Ocho cesantes in pectore que habrán resuelto mejor o peor las encomiendas pasadas, que han participado de la imposibilidad de resolver otras por agendas o por tiempos, pero cuya presencia en la alta institución tanto tiempo después del fin de su mandato tiene sólo un efecto claro: la deslegitimación del mismo. Una deslegitimación que agitada por tirios y troyanos ha sido en parte responsable de la enfadada respuesta a su no mala sentencia sobre el Estatut. Y que suma enteros a cada día que pasa.


Es fácil entender por qué no hemos tenido renovación. El Partido Popular nunca ha sido capaz de digerir la derrota electoral de 2004, y obsesionada por la toma del poder, decidió una estrategia de pudrir o reventar toda transformación institucional pendiente hasta que estuvieran en condiciones de poder colocar peones fiables y dependientes, como lo serían sin duda y vista su trayectoria en el Consejo General del Poder Judicial Francisco José Hernando y Enrique López. Y puesto que la esencia de cualquier diálogo o negociación es que las partes en litigio cuenten con margen para ceder o recolocar, la base de la doctrina Trillo es clara: si entramos a la sala sin margen, al resto sólo le quedan la posibilidad de continuar con una situación indeseable y la del trágala.


Así, ante la idea de que las Comunidades Autónomas deben ser co-responsables de los magistrados propuestos por el Senado, según nuestra Constitución cámara de representación territorial, el PP nacional impuso a todos sus parlamentarios autonómicos la obligación de votar por dos únicos candidatos, Hernando y López, evitando que hubiera nombres con los que barajar repartos. Aunque esa decisión fuera en perjuicio del sistema y obligara a los pepés regionales a actuar en contra de su propia región.


Enrique López fue, junto con Luis Martín Rebollo, el nombre enviado al Senado por el Parlamento de Cantabria. Y sería divertido preguntar a Nacho Diego, o a Rodríguez Argüeso, o al Alcalde-Ingeniero De la Serna, parlamentario autonómico también, qué saben de Enrique López, o por qué tienen en tan poca consideración a los juristas vinculados a Cantabria como para no encontrar uno que merezca siquiera figurar entre los candidatos. Porque si esa es la actitud con la que observan los problemas de los cántabros, apaga y vámonos. Preguntarles por qué presentaron un candidato que no cumplía los requisitos legales para ser magistrado del TC. Pero así son ellos.


Recuerda estos días la prensa nacional la situación de crisis del Tribunal Constitucional y la peligrosa interinidad de otras instituciones fundamentales como la del Defensor del Pueblo. Recuerda que en los tejemanejes trilescos o trillescos de quienes deberían respetar más la dignidad de nuestras instituciones se miden perfectamente los intereses y los tiempos, y que se hacen cábalas con la posibilidad de que un TC interino reviente la reforma de la ley sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo, o de que permanezca como Defensora del Pueblo en funciones per secula seculorum una ex-parlamentaria popular.


Y recuerda estos días mi blog, Un Santander Posible, la desvergüenza de robar a los parlamentos autonómicos, en claro fraude de ley, su capacidad para proponer nombres, el peligro de llevar las instituciones del estado a la fractura y de asentar la idea de que cuando se necesitan mayorías reforzadas que sólo pueden tener lugar con el acuerdo de los dos principales partidos, uno de ellos pueda esquivar la negociación y el pacto para practicar un indecente bloqueo. Porque como cunda el ejemplo, el TC sólo se renovará cuando la naturaleza imponga su ley y no queden magistrados.


Claro que Trillo tiene clara en su estrategia la que ha sido siempre la actitud del Partido Socialista Obrero Español en estas lides, la de la lealtad institucional. Así que bastaría con esperar un cambio de mayoría parlamentaria y un nuevo Gobierno para que los populares pudieran conseguir su objetivo de prostituir las instituciones para su servicio.

sábado, agosto 21, 2010

XARNEGOS, MAKETOS Y LISSAVETZKYS


La ojáncana* de la foto (*ogresa de la mitología popular cántabra, especialmente fea y violenta) debe de ser prima por parte de padre y madre de alguno de los foros internáuticos donde se habla despectivamente de Jaime Lissavetzky por su (presunta) ascendencia judía.

Nada que pueda sorprendernos, ya que al parecer internet lo aguanta todo (hasta este blog, ya ven ustedes) y se ha convertido en refugio acogedor para toda la escoria que por sus creencias y actitudes racistas, xenófobas, sexistas, homófobas, fanáticas y estúpidas (o todas unas, grandes y libres) , tantas veces violentas, no puede encontrar siquiera un resquicio para dar curso libre a tanto odio como tiene almacenado en un sistema lleno de fallos, sí, pero sostenido al menos sobre unos valores mayúsculos, ese que llamamos Democracia.

Tampoco es que nos sorprenda mucho, porque esas grietas oscuras y mohosas se abren camino demasiadas veces ya, sobre todo desde que determinadas tertulias, determinados medios, determinados comunicadores decidieron sacar del armario a todo tipo de sociópatas, convirtiéndolos en modelo de español gallardo y altanero de rancio esencialismo ibérico.

Cuántas veces no habremos escuchado perturbados, escandalizados, las referencias de otros esencialistas, iguales tanto en incapacidad neuronal como en diarrea verborrágica, pero de territorios más limitados, bramar contra los maketos o contra los xarnegos para hacerlos diana de la furia identitaria y causa perversa de todos los males. Y seguro que no hace falta recordar a lectoras y lectores del Santander Posible cuáles han sido los comentarios de bases y cúpulas conservadoras, lo que han dicho ante los desatinos de Carod o Ferrusola o el Padre Arzalluz en el PP.

Unos discursos que, curiosamente, cambian y callan, con el silencio de los borregos y las ovejitas luceras, cuando la palabra maketo, la palabra xarnego, o cualquier matiz que para despreciar a "los de fuera" proceda de bocas populares y con cargo. Momento en el que nuestros liberales de boquillas y bolsillos miran hacia otro lado, silbando al horizonte el "Pasaba por aquí" de Aute o alguno de los grandes éxitos de la recopilación "Música para disimular".

Callaron cuando la Nebrera (la pava esa que decía que dejar que un hombre se casara con otro hombre era como permitir que un hombre se casara con un delfín) se mofó de la ministra Magdalena Álvarez no porque hiciera mejor o peor su encomienda, sino porque era evidente que teniendo acento andaluz debía de ser punto menos que tonta. Callaron cuando Vidal Quadras (como que no se podrían hacer chistes con su apellido o con su tono de voz, vamos) llamó cretino y subnormal a Blas Infante. Callaron cuando Espianza Aguirre dijo primero que los andaluces eran indolentes y adocenados para más tarde decir que eran como gallinas a las que se llevaba a las urnas diciéndoles "pitas, pitas" y tirándoles trigo. Callaron cuando Ana Mato (la que no sabe qué coches tiene en el garaje) consideró que los niños andaluces son prácticamente analfabetos. Y etcétera.

Y no sólo callan ahora, sino que califican de "malévolos" a quienes han denunciado sus excesos (espero que este blog forme parte de ese tropel de quienes Juan Soler considera fruto de indeseables). Ahora que el desprecio de los populares madrileños por los "maketos" o "xarnegos" andaluces les hace cuestionar en bocaza precisamente de ese Juan Soler, portavoz del grupo popular en la Asamblea de Madrid, la capacidad de Trinidad Jiménez una vez más no porque valga más o menos, sino porque con ese acento que tiene sería más válida para Dos Hermanas o para Vélez-Málaga (dos municipios en los que supongo que el pepé espera un gran crecimiento de votos en las próximas). Aunque sin dejar de reconocer, eso sí, que es simpática y mona. Todo un lujo Soler: no sólo es xenófobo y sexista, sino que además lo cuenta.

Claro que ni se quedó sola Jiménez en los ataques, ni Soler en el ataque de idiocia compulsiva. Ángel Garrido, concejal popular con cara de clon afeitado de Aznar, defendió los comentarios de su colegui, porque vamos, cómo no vamos a reírnos todos una jartá con la simpática ironía que estos dos troncos cañís despliegan, sino que aprovechó para decir de Jaime Lissavetzky, quien por cierto no sólo es madrileño de nacimiento, sino hijo de madre cántabra, que es "un señor de apellido imposible y aspecto de funcionario aburrido".

¿Quería decir que en Madrid no quieren maketos, que les molestan los de fuera? ¿quería decir que es tan tonto y tan incapaz que pese a dedicarse a la política y haber tenido a Jaime Lissavetzky como destacado miembro del Gobierno de Madrid primer y del Gobierno de España más tarde ni siquiera es capaz de recordar cuatro sílabas? ¿Dejaba traslucir que el apellido le da mal olor a su formación cristiana? ¿Significa ver en don Jaime cara de funcionario aburrido que ya no quedan espejos en casa de Garrido y Cierra Madrid?

Lo dicho. Que si un catalán o un vasco hubieran proferido memeces semantes, andarían los peperos añadiendo un nuevo agravio por la destrucción de España. Pero como ellos se creen con licencias a lo Bond, pues nada.

Y no sé, no sé, pero me pega en la nariz que en el Partido Popular de Cantabria ni Nacho Diego, ni el Ingeniero-Alcalde, ni la signataria de los recursos contra el matrimonio del mismo sexo, ni nadie va a abrir la boca para recriminar los insultos a Lissavetzky, medio cántabro como ya dije. De la misma manera que escupieron veneno contra Rosa Regás por cambiar de sitio la estatua de Menéndez Pelayo, pero silbaron al horizonte mientras doña Aguirre decidía cerrar todas las bibliotecas públicas con nombre de escritor cántabro (la Menéndez Pelayo y la Concha Espina).

Cuánto bien le haría a Madrid y de rebote al resto de España una Trinidad Jiménez (o un Tomás Gómez, que de momento en ese fregado no me meto) al frente de la Comunidad, o un hombre de la talla política y humana de Lissavetzky para que mediopelajes como el del Garrido Ángel pasaran a esa tercera división pública de la que nunca deberían haber salido.

viernes, agosto 20, 2010

LOS PASEOS FRONTERIZOS DEL HÉROE DE PEREJIL

No sé muy bien en qué momento Aznar-Vuelve-El-Hombre comenzó a parecerse más a su guiñol que a sí mismo. No sé tampoco que fondo de rencor le pudre las entrañas tanto que es capaz de cualquier cosa para desprestigiar al país del que fue Presidente (lamentable Presidente, por cierto), para sembrar las insidias y dudas sobre su situación económica, para tensar los problemas y tratar de evitar su solución, para dañar al Gobierno al que sin duda responsabiliza el haber pasado a la historia más como villano que como héroe sin que le frenen ni la propia dignidad de la que un ex-presidente debería hacer gala (y que ha tenido buenos precedentes en las retiradas de Suárez, Calvo Sotelo o González), ni el daño que causa a su propio partido (que se pasa la vida desfaciendo sus entuertos y justificando sus disparates, como si tuviera poco por limpiar sin aznaradas por medio) ni, por supuesto, el bien de un país que gobernó y al que tanto dice amar.

Ha bastado un pequeño incidente fronterizo en el puesto de tránsito entre Marruecos y España situado en Melilla, para que Aznar haya recuperado sus formas de Guerrero del Antifaz y se haya presentado raudo y veloz como nunca lo hiciera en sus ocho años de gobierno en la ciudad española del norte de África, en su tradicional papel de matón de patio de colegio. ¿Intentaba impedir que el Gobierno pudiera resolver el conflicto con la discreción con la que se suelen tratar en los despachos los incidentes diplomáticos?¿Quería que el Gobierno desbloqueara el incidente pero arrogándose él la gloria vana y el oropel vacuo?¿Trataba de continuar esa guerra que según proclamó en no recuerdo qué universidad estadounidense que comenzara en el 711?¿Se trataba simplemente de volver a ponerse cachondo con la erótica del poder mientras apatrullaba Melilla a lo Torrente y escuchaba a las señoronas miopes gritarle "guapooo"?

Las fronteras de Melilla y Ceuta van a seguir siendo foco periódico de problemas. Sobre todo si tenemos en cuenta que los discursos nacionalistas a lo Mohamed (o cualquier otro tirano bananero) incluyen siempre los clamores por la integridad territorial supuestamente mancillada. Pero no son los exabruptos de personajes que deberían tener un poco más de sentido del estado, saber un poco mejor cómo funcionan los entramados de las relaciones internacionales, los que van permitir una relación más cordial o cuando menos no tan tensa con un vecino con el que por muchas y buenas razones estamos condenados a entendernos.

Al final, 20 gamberros marroquíes por el lado de allá vieron como se sumaban 3 gamberros (Aznar, González Pons e Imbroda) por el lado de acá, mientras la cabra de la legión se mostraba como único ser inteligente en el conflicto ramoneando por las cercanías y observando atónita tanto desafuero.

Eso sí, tanta atención prestaba Aznar a su paranoia de salvamundos y a los jaleos por bulerías que con entusiasmo digno de mejor causa le brindaban desde su querida caverna mediática que ni se dio cuenta de que el Gobierno de España desactivaba el bloqueo y sentaba las bases para la solución del conflicto.

Y es que mientras unos se dedican a trabajar, otros prefieren grAznar.

jueves, agosto 19, 2010

MOMENTOS ESTELARES: SORBETE DE MELOCOTÓN CON GALLETAS DE MARÍA



Aprovechando que tal día como hoy se celebra el cumpleaños de nuestra rubia favorita, Nancy Culturas, parece necesario darle al blog un aire de celebración evocando uno de los grandes momentos de la historia reciente de una pandilla basura tal vez más basura que nunca, puede que su mejor momento hasta la inauguración en Villacuervos de la Trenza de Casa Trashville, especialidad barbacoas.


Como nuestro buen amigo Serventesio lleva algunos años como Velociraptor de Pompa y Circunstancia de la Academia Estival Erudito Martínez, el malvado Rukaegos y sus amigos trash acuden como invitados a la elegante vernissage con la que a medio verano suele la alta institución académica agasajar a las fuerzas muertas del Santander Posible. Y es que no deja de ser un soplo de aire fresco y acanallado contemplar los fuetés en tournant de escuela parisina con los que nuestros viejos amigos Lanza de Fuego, Menudo Pájaro, Oposita que Algo Queda, Le Coq Sportif o ella, la más bella, Nancy Culturas se desplazan entre alcaldes-ingenieros, gaviotas conjuntivas y eruditos a la violeta rancia.


Resulta que el pasado verano había estado la famosa (y mediática) escritora Sorbete de Melocotón presentando su obra en el ciclo Páginas en Blanco, acompañada por Rukaegos. Y como la chica es divertida y lánguida no pudo evitar acabar en manos de Los Basura durante un par de tardes y un curso extra. La verdad es que la chica había caído bien ("Canalillo, canalillo" babeó Lanza de Fuego cuando le fue presentada en vestido de gasa más bien transparente y escotada la escritora -mediática- ) y fue por eso que fue invitada a la visita de exploración por las habitaciones privadas de Serventesio en la sede académica ("Cama, cama" babeó Lanza de Fuego cuando las tales habitaciones le fueron presentadas en sábana de cretona y colchón de agua).


Nancy Culturas, todo hay que decirlo, estuvo un tanto mosqueada con la aparición de una nueva bella entre las bestias. Dos bellas para Los Basura eran sin duda demasiado. Y es que ya lo dice Meir Shalev en su novela Por amor a Judit, que a cada tribu sólo le resulta posible convivir con una belleza de quítame el merengue. Y eso que Nancy estaba como siempre guapa, radiante, inteligente y seductora. Pero como ella es rubia natural desde pequeña, pues se veía fea, opaca, tontichorras y santanderina. Y de ahí su malestar ante la gélida invitada.


El mal rollo alcanzó cercanías a la catástrofe cuando unos días más tarde Sorbete y Nancy volvieron a coincidir en el curso que sobre la mafia burgundia ofrecía el escritor Bertoldino Capodimonte, cuya cabeza había sido puesta a precio -barato- por los mafiosos malosos tras la publicación de su best seller "Tarantella" en el que se analizaba la criminal interacción entre las danzas populares del sur de Italia y los subterráneos intereses de La Cosa Suya De Ellos.

Como buen macarrón italiano, Bertoldino había mirado con ojitos de matadero a las dos chicas, sin importarle que a su lado estuviera con cara de "vaya par de cerdas" la novia del sentenciado escritor Mariadulce Mortadella.


"Hola, soy Nnnnnancy" dijo la rubia desplegando varias caídas de ojos simultáneas ante el emocionado Bertoldino. "Y esta es Sorbete. Sorbete de Mmmmmelocotón" continuó con despectiva amabilidad. "Una escritora de aquí, una escritora mmmmmuy mmmmediática".


Sonriendo como si fuera inmune a la extraordinaria capacidad de la Culturas para poner mmmorritos y a su talento para escupir información malévola, Sorbete de Melocotón estampó un par de besos más bien húmedos en las mejillas de Bertoldino Capodimonte mientras enfocaba con dulce mirada y tierno canalillo a nuestra rubia para sacar dientes-dientes y proclamar "Y tú eres una Hija de Puta". Momento en el que todo el mundo pudo escuchar el crujiente proceso de congelación de la sonrisa falsa de Nancy, el batir de las alas del silencio durante un leve instante, y los pensamientos en voz alta de Mariadulce que rezaban "Lo que yo te diga, menudo par de cerdas".


Estuvo al quite inmediato Serventesio. Y ya que no hay nada mejor para desfacer malos farios que una buena mesa bien servida, invitó a la tensa concurrencia a almorzar en La Costilla Feliz una opípara ración de menudillos de oveja. Capodimonte se situó junto a su novia Mortadella en el extremo presidencial, con Nancy Culturas a la diestra y Sorbete de Melocotón a la siniestra de la perseguida pareja. Y lo mismo se acercaba Nancy a la boquita del escritor con un tenedor cargado de menudillos, que Sorbete le ofrecía una cucharilla con salsa de alcaparras; lo mismo La Culturas acercaba peligrosamente sus mmmorritos al oído de Bertoldino para desvelar repetidas y viejas historias del imaginario local, que La Melocotón sacaba canalillo ante la atenta baba de Lanza de Fuego y se dejaba caer junto a la carne mortal del italiano para hacer un esquema resumen de los mejores momentos de sus tertulias televisivas.


Mariadulce Mortadella, mientras tanto, daba codazos en la riñonada a la escritora y blandía el cuchillo de postre en dirección a la rubia mientras con cara de naranja agria cantaba una conocida aria de la ópera de Verdi La siciliana gorda , justo esa que comienza diciendo "Quita, Cerda".


Menos mal que Nancy Culturas había decidido encargarse del postre, sacándose del canesú un par de cajas de las famosas "Galletas de María" que siempre han conseguido más de una sonrisa boba y de una carcajada idiota en el personal, amén de inducir al canto de Asturias patria querida y de Amigos para siempre a los comensales. Galletas que sirvieron finalmente para que nuestras dos bellas hicieran las paces de galleta en galleta y se juramentaran una amistad eterna de diez o doce minutos mientras la Mortadella comentaba a su chorbo "Tú dirás lo que quieras, pero estas dos van a engordar. ¿No ves que comen como cerdas?".


Según cuentan las crónicas, Lanza de Fuego continúa exclamando en sus más felices sueños el que ya se considera su grito de guerra, "Canalillo, canalillo". Y eso que desde que conoció a Amores de la Huerta parece un poco, sólo un poco, más calmado.

miércoles, agosto 18, 2010

FAUNA DE AUTOBÚS: LA "ORGANIZATRIX AFFLICTORUM"


Después de largos años de sesudas investigaciones y relleno compulsivo de cuadernos de campo, cual urbanita Rodríguez de la Fuente, me siento por fin autorizado para iniciar una nueva y jocosa serie en este vuestro Santander Posible, en la que analizaré de cuando en cuando algunos de los especímenes endémicos que pueblan uno de los ecosistemas más complejos de la ciudad, los autobuses municipales.

Las diversas especies que florecen en tan biodiverso hábitat configuran un fascinante muestrario de comportamientos y costumbres dignos de estudio, en especial las que tropiezas habitualmente en segmentos horarios saturados o en líneas marcadas por población femenina estable de cierta edad, áreas en las que hemos conseguido catalogar y describir algunas de las más notables manifestaciones faunísticas del ecosistema.

Esta misma mañana he compartido Línea 5 (una de las más productivas) con una característica Organizadora Vocacional, más conocida por su nombre científico de Organizatrix Afflictorum.

A pesar de que algunos especialistas la emparentan con otras especies donde las hembras se comportan con rasgos de dominancia espontánea como la Magistra Ululans (Maestra Atacá) o la Nonna Nigra (Monjita de Santa Fe), la Dominatrix forma clara parte de un grupo autónomo, caracterizado por sus vestimentas de estampados tapiceriles (frente al estilo Rodier-de-rebajas de la Magistra o el tan característico marino-monja o gris-monja de la Nonna) . En los autobuses generalmente se hacen presentes ejemplares hembra de edad avanzada, a los que se reconoce fácilmente en cuanto comienzan a maniobrar con sonidos característicos ("A ver niño, tú siéntate aquí mejor y deja ese sitio a la señora de verde, Señora de verde, se va a marear sentada para atrás así que venga donde este chaval tan majo que ahora se va a levantar y sentarse atrás donde está ese señor de marrón que se va a poner delante donde está la señora gorda que no cabe bien con las bolsas de la compra y que mejor se pone donde aquellas dos niñas que muy bien podrían ir de pie, que para eso son jóvenes") acompañándose de gestos rituales con las extremidades superioridades que bien podrían ser la evocación de algún cortejo nupcial a un guardia urbano en sus épocas de celo, bastante olvidadas ya.

Aunque la Organizatrix actúa con plena autonomía no es extraño que se la encuentre acompañada de un pequeño grupo de Siseñoras Comunes (Corifea Affirmativa), una especie bien conocida por su costumbre de mimetizarse gracias a la característica empatía compulsiva con todo tipo de animales de fuertes manifestaciones sociales como la Oyoyoy Asombrada, la Cotilla Universal, el Todólogo de Callejón o el Indignado Atrox .

Suele actuar con firme amabilidad que sin embargo puede convertirse en una furia agresiva de cierto peligro al encontrarse con resistencia a sus preclaras dotes organizatorias, una resistencia frecuente entre individuos jóvenes de especies como el Patilargo Pubescens, o por el contrario por Gruñones Comunes de edad avanzada. Cuando la Organizatrix monta en cólera, se recomienda bajar los ojos o mirar con expresión estúpida al horizonte. En caso de que así no se pueda aplacar el ataque, silbar o tararear María de la O suele conseguir que deje de chillar y de tocar las narices, arrancándose por palmas.

lunes, agosto 16, 2010

YO NUNCA LO HARÍA


Leo en la espléndida novela de Leonardo Padura El hombre que amaba a los perros la anécdota de un León Trotski a punto de ser desplazado de su exilio interior en Siberia a la deportación en Turquía, un Trotski que vencido y abandonado ya casi por todos es capaz de encararse con el guardián y amenazarle con oponer la suficiente resistencia como para que Stalin se cobre dos víctimas por el precio de una si el tal guardián persiste en el empeño de impedir que viaje con él y su esposa la buena perra Maya, una galga rusa que acabaría enterrada en Turquía, lejos de las estepas frías que cada noche soñaría con galopar.

Leo en una biografía de Sir Walter Scott cómo en dos de los momentos más difíciles de su vida, en los que alcanzó la quiebra, se negó en rotundo a deshacerse de sus adorados deerhounds.

Leo en los ojos de algunos vagamundos de esos que tropezamos en las esquinas sucias de nuestro acomodado estado del bienestar que nunca serían capaces de abandonar al perro desastrado con el que comparten nadas y tristezas.

Leo también que la crisis ha castigado, cómo no, a los animales que comparten nuestros hogares y nuestras vidas, y que los abandonos se están multiplicando. Y veo cada día entre mis amigas y amigos de Facebook llamadas angustiadas de socorro que dan noticias certeras y puntuales de los días y horas que le faltan a tal perro en cual perrera para ser sacrificado si no encuentra con urgencia una mano salvadora. Veo las fotos de estos sagrados animales con la mirada rota, algunos con los cuerpos maltrechos después de conocer la amabilidad de quien tiene el cinismo de presentaros como sus mejores amigos, pero que luego no tiene empacho alguno en apalear, apedrear, patear o ahorcar al amigo. Y a pesar de todo los míseros de las perreras, los abandonados, los apaleados, nos continúan diciendo con sus ojos desolados que aún confían, que aún esperan. Que una caricia y un poco de tierna compañía todavía bastan.

Me niego a pensar que las dificultades nos vuelvan todavía más hijos de puta de lo que ya somos. De que nos haga concebir al animal, al compañero, a la mascota como el problema que colma el vaso y no como alguien más llamado a compartir con nuestra familia y nuestra vida alegrías y penurias. Pero no debería extrañarnos que asi obre la canalla en este país donde hoy escuchamos tantas voces proclamando que en la tortura del toro se encuentra nuestra esencia nacional, nuestra identidad primaria; este país donde no cabe olvidar que contamos con otras bellas tradiciones como la del abandono de los lebreles con la soga al cuello en estepas, bosques y roquedales. Que en muchos de nuestros pueblos y muchas de nuestras calles todavía una agresión a un animal acaba por convertirse en improvisada y perversa fiesta.

Escribía Milan Kundera en La insoportable levedad del ser, cuando contaba la enfermedad dolorosa y la eutanasia de la perra Karemia, que "los animales nunca fueron expulsados del Paraíso". Un terrible escupitajo contra una teología que había convertido el dolor en el castigo de un dios sádico a la primera pareja pecadora, contra esa divinidad que consiente en el sufrimiento de sus criaturas inocentes. No, en efecto. Los animales no fueron expulsados del Edén, pero cada día, cada verano, sabemos que son expulsados del único paraíso que les importa: el afecto de la familia junto a la que crecieron.

Hace unos años, una tan desoladora como certera imagen de la Fundación Purina nos mostraba a un mastín desnortado en medio de una carretera gris. "No le abandones: él nunca lo haría", rezaba la campaña. Pero siempre he echado de menos una campaña similar en la que las voces de Trotski, de Scott, de Kundera, del vagabundo, de tantas mujeres y hombres que han sabido a lo largo de la historia ser leales con quienes siempre son leales se levantaran proclamando alto y fuerte que ellos tampoco lo harían.
Porque a pesar de la cosecha cotidiana de canallas, entre los seres humanos somos mayoría los que jamás podríamos hacerle daño a una mosca. Pero sobre todo los que sabemos lo que significa la amistad, la compañía, la ternura, el cariño, la fidelidad, el tiempo compartido.
Glenda nunca lo haría. Claro que no. Y yo tampoco.

domingo, agosto 15, 2010

PALABRAS QUE TE ROMPEN


Escuché hace algunos años por vez primera el Cuarteto nº8 Op.110 en do menor "Dresde" de Shostakovitch en el marco del Otoño Musical de la Universidad de Cantabria. No estoy seguro de si esa primera vez corrió a cargo del Endellion Quartet o si fueron los amigos del Ensemble Paul Klee -aunque bastaría revisar fechas y programaciones para confirmarlo-, ni siquiera de si en efecto fue la primera y con anterioridad se me había acercado el cuarteto sin tocarme. Lo que sí sé es que ya en esa primera escucha consciente la oscuridad terrible de la obra me obligó a contener el aliento en varias ocasiones. Lo compuso el ruso "en memoria de todas las víctimas de la guerra y el fascismo" (puede que sin saber del todo que él mismo era una víctima del terrorismo de Stalin). Y lo hizo a poco de visitar las ruinas de la que fuera la joya del Elba, de la capital del viejo reino de Sajonia, de la ciudad de Dresde. Una ciudad martirizada en los últimos días de la II Guerra Mundial bajo las bombas incendiarias que la aviación inglesa dejó caer para que uno de sus capitostes pudiera vengarse de la muerte de su esposa en el bombardeo alemán de Coventry.

Demasiados muertos, demasiado dolor, demasiada belleza reducida a silencio.

Durante muchos años, tras la visita a Dresde allá por el 91, se me ha ocurrido pensar cuántas personas se habían escondido de los nazis en las buhardillas y sótanos de Dresde. Cuántos judíos, homosexuales o comunistas resistieron durante años esperando la llegada de unos aliados que lo hicieron en forma de lenguas de fuego. Cuántos murieron en sus escondites sin que siquiera quede recuerdo de su dolor o de sus nombres.

¿Cómo no iba la música de Shostakovitch a hacernos daño, ese daño que recuperé hace un par de días en la grabación de la obra que acaba de editar Harmonia Mundi en la lectura del Jerusalem Quartet?

Las palabras del arte, sea cual sea la forma en la que nos acechan, son capaces de remover nuestros cimientos cuando son verdaderas. Pueden encendernos la risa y la nostalgia, el amor y la furia. La soledad y el daño. Capaces de descubrirnos tantas veces que nuestra seguridad transita a la deriva, dispuesta a quebrantarse a cada golpe, a cada encontronazo íntimo con el horror hasta imponer su lógica terrible.

Recuerdo ahora el Cuarteto Dresde y el Lamento de Ariadna; El viaje de Felicia y La zona oscura; La Balsa de la Medusa y Los fusilamientos del tres de mayo; las gigantescas planchas de Anselm Kiefer sobre los campos de cenizas de Celan. Recuerdo en la novela Laureles de ceniza de Norbert Rouland la escena que describe un poblado celta donde los atacantes han abandonado los cuerpos empalados de todas las mujeres y los niños, o la sucesión de dolor y miseria sin límite que Pinilla nos escupió en Las ciegas hormigas y en especial el momento en el que Nerea ahoga a sus pequeños y adorados gatitos, o en La cuestión de Bruno de Aleksandar Hemon el relato Una moneda, con el cuerpo de la tía muerta por un francotirador en Sarajevo cuyo cadáver es necesario conservar en la casa durante meses mientras los perros callejeros atraídos por la pestilencia aguardan al pie de la ventana hasta que no queda otra solución que arrojarlo desde el piso.

Y hasta momentos cargados de ternura. José Hierro explicando cómo le robó un verso sublime a un Dámaso Alonso postrado, con la cabeza ya totalmente perdida, que tomaba de la mano a su esposa y susurraba "No sé quién eres, pero sé que te he querido mucho".

Palabras que nos rompen en todos los lenguajes. Cuando no queda otra salida que plegarse a la propia intemperie hasta entender que nos duele tanto porque estamos terriblemente vivos.

jueves, agosto 12, 2010

LE PRESBYTÈRE: DE REPENTE, LA BELLEZA


Fue hace ya tantos años que el recuerdo ha comenzado a teñirse de niebla. En el verano de 1982, unos meses antes de que el PSOE de Felipe González ganara las elecciones y de alguna manera abriera la puerta a la modernización de nuestro país; un mes antes de iniciar mi COU; unas semanas antes de mi ingreso en los órganos nacionales de dirección de la Juventud Demócrata Cristiana. Un verano en el que yo todavía era demasiado tonto o demasiado inocente y me sentía feliz simplemente sentándome al piano para estudiar las obras de ese séptimo curso que tantas dificultades presentaba, pasando las mañanas en la playa, dando vueltas por las tardes al tontódromo.

Solía acompañar yo desde hacía tiempo a mi madre a las veladas del Festival Internacional de Santander, del viejo festival, el que se desarrollaba en el marco de la Plaza Porticada y tenía algo de acontecimiento, de fiesta ciudadana. Y es que a mi padre, la música, el teatro o la danza no le resultaban universos especialmente gratos, fuera de algunas noches de compromiso y de su enfermiza devoción por los Requiems.

Y fue así como acudí a la primera función de ballet que presencié en mi vida, a los 17 años. Una función que marcó la suerte: El Ballet del S.XX de Maurice Béjart, que puso sobre las tarimas de madera su vibrante y violenta lectura de "La consagración de la primavera" de Strawinsky y la versión para bailarines masculinos del "Bolero" de Ravel, donde pude contemplar a Jorge Donn en todo su esplendor como solista central de una composición que en poco tiempo alcanzaría la categoría de mito referencial.

El pasado viernes, de nuevo en el Festival Internacional de Santander, pero en un festival bien distinto, renqueante, envejecido, sin alma, ese que se desarrolla en el espantoso auditorio que nos quedó como legado incurable de la megalomanía irresponsable y falta de criterio de Juan Hormaechea y sus palmeros del PP, regresó la maravilla. Regresó esa belleza que se impone como un golpe feliz tras esperar emboscada en unos bailarines de técnica impecable, de cuerpos bellísimos, de movimientos alegres y expresivos, borrachos de vida y de música y de danza.

Se trataba de una coreografía larga, sustentada sobre canciones de Queen entre las que se entretejían a modo de intermezzi algunos fragmentos de Mozart. Maurice Béjart había querido exaltar con Le Presbytère la locura maravillosa de la juventud, la furia de la vida en el homenaje a todos los que la perdieron siendo aún jóvenes. Como Mozart. Pero también y sobre todo como Freddy Mercury y Jorge Donn, los dos a los 45 años, los dos en plena madurez creativa, los dos víctimas del SIDA, los dos el mismo año de vacíos tremendos.

Un escenario sobrio, en el que los bailarines aguardan bajo leves sudarios blancos a que comience a sonar It's a beautiful day, en el que unas equilibradas y sabias luces sostienen los movimientos de los danzantes vestidos por Versace, en el que sólo algunos objetos como los propios sudarios, o una divertida caja de madera que acabará haciendo la competencia al camarote de los Hermanos Marx, será el espacio del homenaje. Y a partir del espacio la seducción del detalle mimado hasta el extremo, del bailarín vestido con hechuras de Mercury, incluso en sus más estrafalarias presentaciones o videoclips, o del bailarín vestido con el sobrio pantalón negro que tantas veces fue la marca del movimiento de Donn (al que con tanta pasión y tanto respeto dio vida nueva Óscar Chacón), en las citas a los montajes de Béjart con los que el bailarín argentino triunfó, o a los peculiares y provocadores movimientos de Mercury en sus salvajes directos en la divertida lectura de Julien Favreau. Siempre celebrando, siempre con el ritmo enérgico y los movimientos sostenidos, amplios y apoyados de un cuerpo de baile impecable que rozó tantas veces el milagro y que nos divirtió y nos estremeció, nos ofreció poesía y sensualidad, risa y elegancia, contención y desenfreno, con puntos álgidos como Radio Gaga o el espectacular Millionaire Waltz en que birlló el guapísimo Arthur Louarti.

Y es que cuando uno piensa en lo que debe ser una noche de acontecimiento piensa en noches como esa, en noches en las que ya no importa saber si eran los intérpretes los que estaban dormidos o eras tú el que tenías una noche malucha. Porque sobre el escenario los cuerpos vibraron y sentaron cátedra de amor a la danza y de amor al mundo. Y en justa correspondencia, en el patio de butacas, puesto en pie como por un resorte, el bravo fue unánime.

Prometí hace unos días en un artículo tres noches grandes en medio de un océano de mediocridad. De momento, una de una (grande) y tres de tres (sombras).

Gracias, Gil Román, Maurice Béjart, Freddy Mercury, Jorge Donn, bailarinas y bailarines del Béjart Ballet de Laussanne. Porque sin duda gracias a vosotros hemos aprendido cómo late nuestro corazón durante dos horas felices.

Aquí os dejo el impresionante final de Le Presbytère. Sé que vais a disfrutarlo.








martes, agosto 10, 2010

FELIZ NO-CUMPLEAÑOS, CUATRO AÑOS MÁS TARDE...


Fue el cuatro de agosto de 2006. Si poco sé ahora de los laberintos sociales que se abren camino por internet, por aquel entonces era casi un analfabeto digital, pero algunos amigos habían abierto sus blogs y de alguna manera me pareció interesante hacer la prueba.

Nunca había sido capaz de llevar un diario íntimo, y plantear la posibilidad de escribir de forma regular, en abierto, conociéndome como me conozco, parecía absurdo. Pero en ese agosto me impulsaron dos motivos esenciales. La deserción de un amigo de entonces, que como tantos santanderinos antes claudicaba, se ahogaba y preparaba su desembarco en Madrid, para alejarse de una ciudad que identificaba con todos sus males fue una. La otra, la cercanía de unas elecciones municipales que algunos pensábamos que servirían para transformar la ciudad después de modificar la permanente mirada a estribor del electorado, una transformación que parecía ilusionante, un reto ante algunas grandes intervenciones pendientes. Una transformación que no pudo ser y que, francamente, no sé si llegaré a ver.

Poco a poco fui definiendo el aspecto de las entradas, aprendiendo a subir enlaces y a etiquetar, fui leyendo la realidad de nuevo con los ojos de quien busca también palabras para escribir, palabras para comunicarse tal vez con nadie.

Desde entonces han pasado cuatro años y muchas cosas. El blog perdió la prioridad santanderina y política para volverse un variopinto espacio en el que conviven mis distintos intereses y obsesiones. El blog llegó a ser portada de la edición local del diario El Mundo, para aprovechar una crítica mía a Miguel Ángel Revilla para sembrar discordia en el pacto entre PRC y PSOE. Tuve algunos comentaristas amargos y hasta algún que otro troll esporádico. Descubrí que en las entradas donde tocaba temas más delicados nadie parecía sentirse afectado, mientras que si me atrevía a decir que había estado en un concierto de Bruce Springsteen y que me había gustado se desataba toda una lista de atacantes furiosos que pretendían fusilarme al amanecer. Me he reído mucho al descubrir una escritura satírica que desconocía en mis manos, y según tengo entendido también algunos os habéis reído. He llorado al recordar a personas queridas o al desnudar la memoria dolorosa de Lander, y según tengo entendido también algunos habéis llorado conmigo. He compartido mis poemas, mis miedos, mis prejuicios. He ganado muchos amigos y algún que otro enemigo. He escrito de manera compulsiva durante un par de meses para caer luego en un letargo de otros dos.

En resumen, Un Santander Posible ha vivido mucho gracias a todas esas personas que visitáis ya como parte de vuestras costumbres esta página, las que lo hicisteis durante un tiempo pero acabasteis saturados, las que la estáis descubriendo recién ahora. Tanta vida que os confieso haberme sentido desbordado muchas veces, y que me ha impedido abandonar la aventura en algunas caídas que prefiero no recordar ahora.

En esta pereza canicular, el cumpleaños del blog quedó en silencio. Pero decía mi tía Cristina que los cumpleaños y onomásticas tienen octava, y dentro de la octava estamos. Aunque tal vez sea una celebración más certera la de este No-Cumpleaños de agosto de 2010.

Así que gracias a todas y a todos: aquí tenéis una taza de té con la que desearnos un muy feliz no cumpleaños. Pero sobre todo mucha, mucha, mucha vida.

¡FELIZ NO CUMPLEAÑOS A TÚ!

martes, agosto 03, 2010

IMBÉCILES SIN FRONTERAS: EL GUERNICA DE ISABEL DURÁN


Hacía tiempo que el Patronato de la celebrada ONG Imbéciles Sin Fronteras no se reunía para acrecentar su nómina de socios protectores. Y no precisamente por falta de candidatos, oigan.

Pero en el calor del debate alrededor de la bendita prohibición de las corridas de toros en Cataluña, se han escuchado tantas y tan bonitas necedades, que alguna tenía que acabar por estos páginas. Y es que no todas las bobochorradas que uno escucha por el único pecado de tener las orejas puestas todo el día iban a tener relación con la homofobia. Lo que no quita para que algunas perlas como la de que "Dios puso vagina a las mujeres para que pudieran orinar" (visto en Facebook) rayen lo insuperable.

A lo que vamos, que la gata acuática de la foto espetó el pasado sábado sabadete en La Noria, sin que conste que se hubiera fumado nada ilegal antes, que "el Guernica de Picasso no podría ser utilizado como publicidad en Cataluña porque allí está prohibido que haya manchas de sangre en los carteles. En Cataluña, el Guernica de Picasso estaría prohibido".

Manda collons, que diría San Trillo.

Si es que la chica ni se entera, ya que tanto le gusta embarrarse en debates identitarios, que a Cataluña no sólo le encantan los carteles con sangre, sino que su propia enseña, traditio dixit, procede de la sangre de Guifré el Pelós. Pero es que ya puestos a mezclar churras con merinas, el Parlament de Catalunya ha prohibido las corridas de toros, un ejercicio en el que un mozo disfrazado de bailarina con repuntes dorados a lo Victorio & Lucchino hace fintas de figurita de Lladró delante de un toro al que simultáneamente se va desgarrando, pinchando y acuchillando hasta que muere entre exhausto, desangrado y harto de que le pongan en medio de semejante horterada. A ritmo de pasodoble, para mayor tortura.

Pero no se ha prohibido la pintura, ni siquiera el Cubismo (que algunas veces alcanzó extremos de crueldad visual, aunque nunca tan graves como los del Expresionismo abstracto). No se ha prohibido a Picasso. Y no parece que la norma autonómica recoja fotos, cuadros, carteles ni quisicosas varias. Ni siquiera los pitonazos demagógicos de las periodistas rancias.

Aunque me choca que la imagen del Guernica sea precisamente la que haya traicionado el subconsciente de la Durán. Porque no hay celebración de las corridas de toros en el Guernica, sino un dolor intenso y brutal que no brota sobre la arena de la plaza sino entre las calles de una ciudad sacrificada en el salvaje bombardeo que la aviación nazi desplegó en auxilio del general bajito y atiplado de infausto recuerdo. Porque el toro que muge hasta la exasperación en ningún caso sería un toro bravo, sino más probablemente un buey laborioso y manso. Y porque a esta señora a la que tanto le molesta que se hable de la memoria histórica, no parece convenirle en sus simulacros de argumento la referencia a las agresiones contra la población civil, con resultado de masacre, de los golpistas de Franco.

De todas maneras, tiene un punto disculpable la frase. Porque si bien es cierto que en el calor de un debate todos tendemos a perder un poquito las formas y a rodear peligrosamente el foso de la demagogia, ella, gatuna cual ninguna, que en su encarnación normal de formas sabe nada y de demagogias baratas tanto, en el calor de un debate raro será que pueda sorprendernos, aunque el nivel del disparate alcance un nivel 12 en la Escala de Richter.
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