sábado, diciembre 31, 2011

BALANCE 2011


A sólo unas pocas horas de las uvas, una mirada hacia atrás puede ayudarnos a comprender algunas de las claves personales en las que se nos ha venido pasando el año. Si 2010 fue el año del dolor, de un dolor animal y descontrolado, 2011 ha tenido que ser por fuerza el año de la sombra, de la soledad, del silencio. Demasiados pedazos rotos para recomponerlos con rapidez. El año del luto.

Todavía no he sido capaz de poner orden en casa, de vaciar cajones y de borrar rastros. Hasta este blog que fue tan importante durante la enfermedad y la muerte de Leo ha estado un poquito más callado que de costumbre, si bien es cierto que twitter, como nueva red y nuevo descubrimiento, ha ocupado buena parte de los esfuerzos en pro de la comunicación virtual. Pero todavía he sentido fresco y cercano el aroma de la amistad, gracias a tantos, a tantas, de quienes compartís palabras desde otras pantallas o desde la cercanía física. Más deuda por pagar que me hace acreedor vuestro por los siglos de los siglos.

2011, el año de comprobar cómo algunos errores propios, algunas trampas ajenas, tiraban por tierra el trabajo de años, y como suele ocurrir en los tiempos difíciles, cómo se reavivan los modos cainitas y los frentes excluyentes. Como fuere, sé que no sólo no me gusta lo que veo y lo que presiento entre los ganadores políticos de las dos últimas citas, y que pronto sentí que en el 15M no tenía lugar y que, seguramente, tampoco quería tenerlo, tras algunas situaciones. Así que sigo teniendo clara cuál es mi casa, dónde están mis valores y quiénes los representan. Agradezco a José Luis Rodríguez Zapatero y a quienes han estado a su alrededor su trabajo, su esfuerzo y muchas de sus decisiones, como agradezco lo mismo y por lo mismo a Lola Gorostiaga. Lo que no implica no sentir que algunas cosas se podrían haber hecho de otra manera y tal vez con otros resultados. Lo que no implica tampoco ignorar que hacen falta fuertes cambios hacia el futuro, con los que recuperar la emoción, la ilusión, la tensión que se ha perdido. Un reto esencial para el primer trimestre de cuya resolución dependen tantas cosas.

Algo positivo, por fin tomó forma "La mirada caliza" y sigo contento con la edición, los poemas y las crónicas y reseñas de lectores y críticos. Habrá que seguir por uno de los escasos caminos que ahora suponen motivación y crecimiento. Junto a, cómo no, mis alumnas de literatura y de música, mis mujeres lectoras, los espacios en los que al menos uno se siente útil.

Me doy cuenta de que lo han ido consiguiendo, al menos conmigo, llenarme de miedo y de incertidumbre, pensar en el 2012 como una terrible prueba a superar y no como un horizonte que alcanzar. Pero ya que poco a poco el silencio ha ido trayendo de nuevo cierta serenidad, serán meses en casa, meses de exploración en los que no pienso dejar espacio al miedo, aunque será difícil que triunfe el entusiasmo.

Os espero dentro de unas horas para completar una nueva e incierta travesía. Trataremos de llenarla con voces y palabras, con música y poemas, con perras locas y gatas perversas. Viviremos desde la crítica y la construcción, desde la rebeldía y la tristeza que no van a dejar de habitarnos. Al menos hasta que el 21 de diciembre de 2012 el mundo se termine.

Que sigáis siendo estrellas, que sigáis brillando y compartiendo vuestra luz. Que los tiempos duros no sean capaces de romperos porque sois juncos libres capaces de doblarse y levantarse y volver a mirar el tiempo desde lo alto. Que no nos roben la libertad, la justicia, la alegría, la solidaridad, la amistad, esas barricadas de afecto y de furia a las que sin duda estaremos convocados. Luchemos, disfrutemos, lloremos, gritemos, cantemos, riamos, vivamos. Feliz 2012.

jueves, diciembre 29, 2011

FLOR DE SONETOS: LETICIA, MON AMOUR


Grandes días, grandes frases, grandes desafueros esperamos en Cantabria de nuestra flamante Consejera de Justicia, Leticia Díaz. Que en los períodos ante-presupuestarios ha brillado con propia llama y destacado por su fácil verbo y su desequilibrado sentido de la objetividad que debería ser horizonte de toda administración capaz de representar, de intentarlo al menos, a toda la ciudadanía.

En la estela de Ana Mato, cuestiona que se hable de violencia de género, porque la infancia estaría entonces desprotegida por la Ley Integral, y reivindica que se hable de violencia doméstica. Confundiendo causas, situaciones y en consecuencia conceptos, en una alteración interesada que dificultará la lucha contra el maltrato al ignorar su raíz más profunda, el machismo, y que provocaría confusión legal, al encontrarse, como ella bien sabe o debería saber, ya que se define como experta en protección a menores, la violencia contra la infancia debidamente codificada en el Ordenamiento jurídico español, con sus propias medidas. El cierre de los pisos de acogida para mujeres víctimas de maltrato, sin tener antes prevista una alternativa, acusando a las organizaciones que los gestionaban de ser el brazo armado de la peligrosa ofensiva socialista-feminista, sin importar que se tratara de organizaciones con amplia profesionalidad y experiencia, de prestigio reconocido en Cantabria. O que tamaño dislate nos haya descubierto, oh sorpresa, que las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y Cáritas Diocesana son peligrosos quintacolumnistas del más feroz Marxismo. Rematando en radio con la bonita reflexión de que la violencia que de verdad debe preocupar es la violencia contra los no nacidos. Un desafuero que sólo podría ser explicable en los labios martinezcamineros. Pero es que doña Leticia (Díaz, no se me confundan) más parece prestar atención a los documentos episcopales que a la legislación vigente y los intereses generales.

Así que antes de que imponga el rezo del Ángelus en su dominio consejeril, he tenido la fortuna de hallar un soneto sin padre que vagaba, como el polvo de los Kansas, en el viento.

Y que reza así:

LETICIA, MON AMOUR

Entre un gobierno gris y provinciano
brilla la consejera de Justicia,
católica cabal, dulce Leticia,
la de la cruel espada entre la mano.

Apura en el recorte, grano a grano,
como una hormiga enferma de avaricia,
que en ella es natural y no malicia
cortarte los derechos por lo sano.

Si no eres de su secta, eres sectario;
si no eres un cigoto, nada vales;
Dios te ampare, si sufres vil violencia.

Por ti, a lo más, musitará un rosario,
mientras de tu refugio afuera sales
sin protección. Señor, ¡danos paciencia!.

lunes, diciembre 26, 2011

CARMINA, LA DE SIERRA


Fue visitando el Monasterio de Suso, en San Millán de la Cogolla, buscando los orígenes de nuestra literatura, cuando a Carmina, la de Sierra, se le iluminó la cara, se le disparó la memoria prodigiosa y se le perdió para siempre esa modestia, esa falta de seguridad propia de las mujeres del medio rural. Y comenzó a explicar detalles de la vida de la reina Toda de Navarra, allí, donde tan curioso personaje encontró la piedra y el descanso definitivos.

Hacía ya siete años que habíamos leído "El viaje de la reina", de Ángeles de Irisarri, en el grupo de lectura formado en la Biblioteca de Villanueva de la Peña bajo los auspicios del programa "Espacio Propio", concebido para dar impulso, seguridad, oportunidades, igualdad, a las mujeres rurales de Cantabria. Un programa ambicioso, lleno de intención, en el que se apuntaba al crecimiento personal y social de mujeres que en la vida han tenido muy pocas cosas y menos oportunidades. Comenzamos allá por la primavera de 2004, alrededor de una mesa, sin muchos más enseres que las ganas de leer, en una tarde que significaba mi primer encuentro con las mujeres lectoras de Mazcuerras y el primer paso de los grupos de lectura que desde entonces formarían parte de "Espacio Propio". Y comenzamos con las peripecias de Toda de Navarra, contadas con estilo divertido y punzante.

Recuerdo como una primera anécdota el comentario "Pero se trata de acercarlas a la lectura, de que aprendan el hábito y así disfruten, y aprendan y ocupen de forma creativa y enriquecedora su tiempo. ¿Cómo se te ocurre llevar una novela histórica tan rara?". Pero doña Toda se quedó ya para siempre como un símbolo del placer en Villanueva, allí donde "leer engorda".

Y es que el grupo de Villanueva de la Peña estaba habitado por Todas y Todas. Por mujeres valientes, a las que nunca habían arredrado las dificultades. Mujeres que llegaban con sus vidas y sus historias, tan duras a veces, cargadas sobre los hombros y que al principio casi temblaban cuando, por fin, se atrevían a opinar, a mostrar su opinión crítica sobre el libro propuesto, a buscar el modo de engarzar las páginas y la vida, y así aprender a buscarse, a conocerse, a vivir con un fuego nuevo en la mirada. Cada una de ellas con esos pequeños detalles que la convertían en una luz especial y memorable. Y entre ellas la alegría y la curiosidad infinita de Carmina, la de Sierra.

Una mujer que siempre había disfrutado de los libros, a pesar de contar con una formación punto menos que básica, que había encontrado a duras penas tiempo para leer a lo largo de años devorada por el trabajo de una pequeña explotación ganadera, de los hijos, y de la memoria de ese marido que se le marchó tan pronto dejándola a cargo de tantas responsabilidades. Hablaba Carmina de los libros que leíamos sin pelos en la lengua, ajustando siempre cuentas con aquellos textos, capítulos, personajes que no acababan de convencerla, casi siempre entusiasmada con esa coletilla "Qué cosa, ¿eh?" que siempre venía anunciando una pequeña crónica feliz de las horas felices invertidas en Laura Restrepo y José Luis Sampedro, en Josefina Aldecoa y Dulce Chacón, en Emily Brontë y Elena Soriano, en Amèlie Nothomb y Antonio Marí, en John Steinbeck y en Meir Shalev... Y tantos y tantos que aprendieron a formar parte de la vida, de la risa, del alma de Carmina. Que leía más rápido, que terminaba los libros antes, que con voracidad pedía más y más libros, más y más vida, más y más tiempo.

Ahora que leemos grandes estupideces en la prensa regional sobre lo que fueron los programas de integración y promoción de la Dirección General de la Mujer del gobierno anterior, esas en las que la consejera Leticia Díez afirma sin vergüenza alguna que lo que necesitan las mujeres de los pueblos es que otra mujer les cuide las vacas para que puedan irse de vacaciones, quiero recordar en esta Navidad que nos ha dejado sin Carmina, a una mujer, a una mujer con nombre, con rostro, con historia, que vivió desde dentro todas las oportunidades que por vez primera se le ofrecían, una mujer cuyo entusiasmo no pudo ser roto por los años, que lunes tras lunes acudía a la biblioteca con su bicicleta para seguir leyendo.

Ahora que se buscan disculpas y excusas para borrar lo escrito, quiero dar las gracias a Chabela Méndez, que supo ver las necesidades de tantas mujeres de Cantabria y trabajó duro para encontrar respuestas. Las gracias a Pili, la bibliotecaria de Mazcuerras, que ha sido un ángel comprometido con el bienestar de "sus" mujeres. A Celestino, que en su etapa como Alcalde de Mazcuerras, y a su concejala de cultura, Ana, abrieron la puerta al programa. A Lina, la Nena, Milines, Margarita, Evangelina, Rosina, Sarín, Bernardina, y todo ese largo etcétera de lectoras que han ido pasando por los grupos de lectura, con las que he aprendido a compartir emociones, sueños y pesadillas, de las que tanto he aprendido y tanto he recibido, que han formado parte de momentos mágicos y que supieron estar cerca cuando el cáncer se llevó a Leo.

Las gracias a Carmina, la de Sierra, la invencible, la generosa, la alegre, la lectora, la sabia, la memoriosa. Que ha firmado tantas páginas de su historia entrelazándolas en la mía. Que se ha marchado con discreción, después de recordarnos que el trabajo, la dedicación, la vocación tienen su recompensa, de hacer que nos sintamos queridos y valorados. Después de habernos recordado, sí, de nuevo, que los libros nos salvan.

lunes, diciembre 19, 2011

EL CENTRO BOTÍN Y LAS IMÁGENES DEL PODER


A lo largo de la historia, Arte y Poder han viajado de la mano, en una unión íntima que nos permite explorar los designios, estrategias e ideas de quienes se han erigido en gobernantes de cielos y tierras a través de los símbolos e iconos con que imágenes, palabras, sonidos han tratado de representarlos.

¿Podríamos explicar el grandioso esplendor de la música barroca italiana sin la Contrarreforma? ¿No fue el coral un vehículo privilegiado para la difusión de las ideas de Lutero? ¿Cómo imaginar al Rey-Sol sin las triunfales representaciones que del monarca nos dejara Rigaud, herederas de las que pintara Rubens para exaltar a su madre María de Médicis?

Allí donde han sido los dioses quienes han ocupado la cima del poder, fueron sus gestos amables o airados, sus historias y leyendas, los rostros de sus embajadores en la tierra, los que ocuparon el corazón de las representaciones artísticas. Han sido sus ciclópeos templos los que han presidido el sky-line de nuestras ciudades. Allí donde la modernidad o las armas han colocado caudillos civiles, nobles, condottieros y monarcas en la cúpula, nos ofreció el arte sus retratos ornamentados y altivos, sus esculturas ecuestres, sus villas y palacios. Cuando las revoluciones liberales y la Ilustración abrieron la puerta a los burgueses acomodados, crecieron las ciudades con espectaculares trazados urbanísticos, teatros y óperas. Las revoluciones sociales y obreristas elaboraron particulares imágenes del pueblo en marcha, ocuparon el cine y el póster.

Desde otra óptica del debate público, el proyecto de construcción del llamado Centro Botín, diseñado por Renzo Piano, en un lugar señero de la Bahía de Santander, provocando la ruptura de la vieja ciudad con su paisaje, de la ciudad que fuera puerto con su mar, es un debate sobre el poder social.

La democracia trajo obras públicas y espacios comunitarios, en lo que tal vez fuera una fantasía de la cultura de todos, de la ciudad de todos. Pero son ya muchos años en los que las grandes finanzas marcan el territorio con la misma constancia y precisión con la que los perros orinan sobre sus esquinas favoritas o los alces se restriegan contra los árboles que delimitan su espacio vital. Son las grandes corporaciones las que compran en subasta los cuadros de Van Gogh y los Stradivarius, los que presionan para que las leyes de mecenazgo favorezcan sus inversiones en el mundo de la cultura, organizan, alientan, becan y edifican no sobre un criterio de utilidad pública sino desde el de su propio capricho. Y si bien es cierto que desde sus arcas fluyen aportaciones importantes, no lo es menos que siempre acaban teniendo un coste social importante, en forma de desgravaciones fiscales, cesiones de espacios públicos, aportaciones públicas para el desarrollo de sus actividades y un largo etcétera.

Ha tenido su punto de bochorno escuchar a los validos del Señor Feudal, a los medios travestidos de pregoneros del castillo, a curiosos bufones en espera de alguna dádiva o condecoración pensionada loar la munificencia del magnate por dignarse a levantar su mausoleo a este lado de la bahía, ya tomada por la torre de su búnker la otra orilla. En una sucesión de alabanzas tan huecas como poco meditadas, de las que parece deducirse que Santander será salva, Aleluya, por la merced del Señor de la Finca. Y sin cuestionar programaciones y futuro, sin poner traba alguna a la ocupación de espacios públicos (¿cómo que no nos cuesta nada?) ni al sacrificio permanente de la siempre reclamada apertura de Santander hacia el mar. Ni una palabra criticando una ubicación que pensaba desplazar un monumento, pequeño pero singular, como es la Grúa de Piedra, o irrumpir en los Jardines de Pereda para que el Señor pudiera desplazarse como Febo redivivo sin tocar suelo mortal. Y todo ello bajo el racional y evidente argumento de que "El Señor ha dicho que o es aquí y es así o no hay ni pelas ni proyecto".

O lo que es lo mismo, que el ego del valido santanderino quedaría una vez más frustrado sin la oportunidad de inaugurar tan señero icono del poder, sin semejante proclama de quién es el que manda en Santander. Que las normas que rigen para El Señorito no son las mismas a las que debemos de someternos los ciudadanos del común. Que Botín da la orden y la cerviz de muchos se orienta hacia el suelo.

Sería la oportunidad, claro, de replantear algunas cuestiones sobre la ciudad, de recuperar espacios. Pero ha dicho El Señorito que la quiere ver desde la ventana de su despacho.gobernando for ever and ever la primera vista de Santander por el mar e imponiendo su masa a cualquier intento desde tierra de descubrir la bahía. Y si no no hay caso.

Así que frente a la sensatez, hay que reconocerlo, del arquitecto Piano, que al menos ha escuchado y ha realizado algunas modificaciones para rodear algunos de los puntos más conflictivos (y si lo ha hecho el propio arquitecto, ¿por qué validos, cortesanos, voceros, pregoneros y bufones no fueron capaces de sugerir aunque fuera en voz bajita esos mismos cambios?), don Emilio Botín ha decidido mostrar a las claras quién es el que de verdad manda en Santander. Y quiénes los que obedecen. El Poder y su representación plástica.

Nada nuevo bajo el sol.

miércoles, diciembre 07, 2011

EL SÍNDROME DE BELINDA Y EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


Menos de un mes le costó al Tribunal Constitucional de Portugal decidir sobre el recurso presentado contra el matrimonio en igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo por el Presidente de la República, primo occidental de los populares españoles. Unos cuatro meses resultaron suficientes para que el Supremo de México explicara a varios estados especialmente conservadores que estaba totalmente fuera de lugar su recurso para evitar los efectos del matrimonio igualitario en sus territorios (a día de hoy se puede celebrar en México DF, aunque algunos otros estados han iniciado procesos similares). No mucho más tuvieron que esperar las resoluciones planteadas acerca de diversos extremos relacionados con el derecho al matrimonio entre dos hombres gays o dos mujeres lesbianas en Sudáfrica (inconstitucionalidad del matrimonio sólo para heterosexuales), California (validez de los matrimonios celebrados antes del referéndum que anuló la decisión de la Asamblea estatal) o Israel (validez de los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en terceros países donde la legislación así lo permitiera).

Seis años después del infame recurso presentado por el Partido Popular contra la igualdad de derechos para todos los españoles, nuestro Tribunal Constitucional continúa bajo el Síndrome de Belinda, incapaz de emitir sonido alguno.

Fue hace ya mucho tiempo cuando algunos sondeos y filtraciones parecieron augurar un pronto y feliz resultado, con un aval claro al matrimonio igualitario que habría ido firmado por nueve de los doce magistrados. Incluyendo, pues, a varios del bloque más conservador. Después fue demorándose al son de la llamada "estrategia Trillo" (qué personajillo, señores, qué personajillo) dispuesto a enmierdar toda decisión de un legislativo favorable a la izquierda, poniéndola bajo sospecha de constitucionalidad, sobrecargando de papeles al alto tribunal y, para redondear la jugada, bloqueando su renovación en una especie de golpe de estado constitucional que de entrada sirvió para sumar deslegitimación y hartazgo a la deteriorada imagen de las instituciones. Y de salida, para sentar en el organismo público a uno de esos peones que desde la sombra hicieron el juego a la mencionada estrategia, probando su incapacidad para entender de la ley sin dejarse llevar por sus propios prejuicios ideológicos y religiosos.

El último episodio, después del sainete del Senado, fue continuar el bloqueo en el Congreso para colocar a un segundo peón de obediencia debida y probada amistad y servicios, en sus constantes devaneos con la FAES y otros foros totalmente "independientes" del Partido Popular, como sabrán ustedes. Lo que significa que hoy tres magistrados se encuentran en período de prórroga de sus mandatos, en total cuatro vacantes si sumamos la del ultraconservador García-Calvo, fallecido en accidente. Cuatro vacantes que, según los planes tramados por el perverso polimorfo de Trillo, tendrían que ser hoy renovados apelando a una nueva mayoría en la que los populares tratarían de desequilibrar la composición del Constitucional en su favor. Y su favor significa hoy en contra de la igualdad civil de lesbianas y gays.

Porque a pesar de lo que algunos prefieren creer (supongo que para justificar la papeleta que han metido en la urna) sí es posible que un Constitucional escorado hacia la ultraderecha religiosa acepte el recurso popular (que no trata del nombre sino de cuestiones sustanciales) y aunque más difícil, también sería posible que dejara sin efecto los matrimonios celebrados desde el 2005. Toda una espada de Damocles, una amenaza sobre tantas y tantas familias que podrían verse relegadas al limbo legal sólo para que el Forro de la Fajilla, HazteOrín y otros se frotaran las manos triunfantes. Y que convertiría a España de paladín en hazmerreír de una igualdad y unos derechos que pese a quien pese son imparables.

En vísperas del aniversario de la aprobación de la Constitución Española de 1978, activistas de la FELGTB y de COGAM se han concentrado delante del Tribunal Constitucional y han entregado varios miles de firmas pidiendo, exigiendo, que de una vez emitan su sentencia y saquen nuestros derechos de la agenda de los crispadores y de los finos estrategas de las manitas sucias. Nuestros amigos, nuestros hijos, nuestras familias no están ya dispuestas a consentir más espera. Y va siendo tiempo de saber si podemos volver con tranquilidad alerta a nuestras casas (fíese de Rajoy y no corra, oiga, incluso con sentencia favorable) o si tenemos que volver a la calle y a la batalla.

Porque no sé a otras compañeras, a otros compañeros, con los que compartí batallas , ilusiones y emoción entonces. Pero a mí el Tribunal Constitucional de los simpáticos inoperantes y los simpáticos recurrentes populares me tienen ... pues sí, eso, hasta los cojones.
Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.