martes, marzo 31, 2009

ELLAS CUENTAN

Si cerráramos los ojos y eligiéramos la voz que podría contarnos historias y más historias hasta el final del tiempo, pensaríamos la mayor parte de nosotros en Sheherezade. En una voz de mujer (madre, abuela, tía, hermana) que tomaría fragmentos de mundo y los hilvanaría para nosotros noche tras noche en una permanente construcción del país de la fantasía. Las mujeres han sido a través de las edades las guardianas de las palabras, las guardianas de la magia, las guardianas del conjuro, las tejedoras de cuentos.
Y sin embargo ... qué poca atención hemos prestado a las grandes escritoras, qué poco espacio les hemos permitido en la historia de la literatura. Puede que haya sido esa estructura educativa que nos hizo identificar la escritura importante con la de un hombre la que inconscientemente nos apartara tantas veces de la mano en una librería el texto firmado por una mujer; puede que haya sido ese otro esquema tan vivo aún de la poetisa cursi y la novelista ñoña. Pero la realidad es que se nos caían de las manos, se convertían en sospechosos párrafos romanticones y empalagosos de los que mejor huir.
Fue la lectura de los artículos, de los maravillosos artículos, escritos por un hombre, Gustavo Martín Garzo y recopilados en "El hilo azul" la que apartó en mi consciente la cortina sombría del prejuicio y de la ignorancia. Gustavo no articula una defensa de las escritoras en el libro (y en libros y artículos posteriores): No la necesitan. Sólo proclama el apasionado encuentro de su lector femenino con el sur profundo de Carson McCullers, con el África luminoso de Isak Dinesen. Y retrata a esa cuentista imprescindible que es Flannery O'Connor acompañada por los pavos reales de su jardín.
Leo en este último día del mes de marzo los relatos recogidos por Alice Munro en "La vista desde Castle Rock" y pienso que puede ser una forma justa y hermosa de terminar el mes de marzo, ese mes en el que cada año celebramos el Día Internacional de la Mujer, agradecer a Gustavo Martín Garzo su palabra iluminadora. Y agradecer a tantas escritoras, las pocas que aprendí antes de la revelación y sobre todo las múltiples que devoré después, su generosa vocación de tejedoras de versos o de historias. En sus páginas alimenté mi lector femenino, en sus páginas aprendí una mirada nueva sobre el universo. En sus páginas crecí y me hice más sabio:
Teresa de Jesús, Juana Inés de la Cruz, Juana de Ibarborou, Doris Lessing, Carson McCullers, Margo Glantz, Ángeles Mastretta, Silvina Ocampo, Alice Munro, Antonia S. Byatt, Isak Dinesen, Selma Lagerlof, Ida Vitale, Alfonsina Storni, Nelly Sachs, Elisabeth Barrett-Browning, Else Lasker-Schüler, Flannery O'Connor, Ana María Matute, Soledad Puértolas, Mary Shelley, Ana Rosetti, Virginia Wolf, Vita Sackville-West, Arundhati Roy, Nadine Gordimer, Toni Morrison, Irene Nemirovsky, Amy Tan, Emilia Pardo Bazán, Alejandra Pizarnik, Olvido García Valdés, Anne Michaels, Marguerite Yourcenar, Wladslawa Szymborska, Christa Wolf, Josefina Aldecoa, Fannie Flagg, Laura Restrepo, Laura Esquivel ...
Sin lugar a dudas, ellas cuentan.

lunes, marzo 30, 2009

Y DE REPENTE, LA MARAVILLA



La vida está llena de pequeños momentos cargados de magia. Nos cuesta darnos cuenta, nos cuesta mirar, nos cuesta sonreír. Pero son muchos los instantes en los que la maravilla se impone con fiereza al gris cotidiano.


Salir de casa y comprobar que a pesar del cielo plomizo y del frío uno de esos petirrojos que aprendieron a desafiar al invierno enreda por los setos del barrio, y pronto compartira callejas y cielos con los jilgueros que anidan desde hace un par de años por las cercanías. Pasar por la peluquería de siempre y observar a las chicas de siempre con la sonrisa expansiva de siempre. Cruzar el Saja por el puente de Virgen de la Peña mientras a la izquierda la garza real de cada lunes aguarda inmóvil la llegada de su presa. Entrar en casa por la noche y aspirar el perfume de la gardenia que compré el otro día y que parece acostumbrarse a mi pequeño salón...
Estuve ayer con David en el cine. Fuimos a ver "Mentiras y gordas", la última de Albacete y Menkes en la que se despliega la última generación de chicos y chicas descubiertos por la tele en series como "Aida", "Física o química" o "El internado", luciendo cuerpos viles, culetes por doquier y abominables de exposición. No es que aparte de comprobar lo monos que están los chulazos de la nueva hornada del superpop me esperara gran cosa. Pero incluso con esas expectativas me dejó frío, frío como el agua del río.
Andaba la sala llena de postadolescentes, kiosines, gallitos y nuevas generaciones de la familia chandalán, expresando su malestar y asco cada vez que Tony, el gay imprescindible de la peli, iba dejando claro que su amigo pastillero le ponía más que Cantabria a Revilla, mientras sus novias trataban de cuchicheo en cuchicheo de sacarles del armario del Magdaleniense.
Y entre la película cuyo argumento resumido acabaría siendo "Se meten y se la meten" (pastilla, raya, polvo, polvo, morreo, poppers, raya, pastilla, pastilla, raya, raya, polvo) o alternativamente "Polvos y polvos" y los comentarios macarriles íbamos superando el dominguero sopor cuando, de pronto, la maravilla.
Tanto exceso tenía que acabar mal, y claro, como a Yahvé le caen fatal los sodomitas, es el pobre Tony el que tenía que servir de moraleja. Pero cuando Tony sale de la discopastillas para tener su última alucinación, comienza a sonar una música que me empieza a poner la carne de gallina. Es inmediata la identificación con el siglo XVII en la evolución seca del bajo cuando rompe la sala la voz de un contratenor. Purcell, un aria de su ópera "King Arthur", conocido popularmente como "Canción del frío" y que se inicia con estos hermosos versos: "Let me freeze again to death", "Deja que se enfríe mi cuerpo hasta la muerte".
Por la noche trato de cazarla en el Youtube y me encuentro con una versión potente, estremecedora, del extravagante contratenor alemán Klaus Nomi. Nadie sabía cuando cantó con tanta emoción el aria que os cuento que moriría sólo seis semanas después, convirtiéndose en uno de los primeros famosos en morir a consecuencia del SIDA, en quedarse de nuevo frío hasta la muerte.
Escuchad como crece la maravilla:

viernes, marzo 27, 2009

EL FONDO ESTATAL DE INVERSIÓN LOCAL Y EL CURIOSO CASO DE LOS LIBERALES INTERVENCIONISTAS NACIONALISTAS

Aprobó ayer el Pleno del Ayuntamiento de Santander instar al Gobierno de España para que se comprometa a garantizar que los empleos creados con las obras adjudicadas con cargo al Fondo Estatal de Inversión Local (ése que tan poco gusta al PP pero al que se han apuntado como alma que pierde el diablo) procedan del Servicio Público de Empleo del propio término municipal en el que se realicen las obras.
Se aprobó la propuesta por unanimidad, tras aceptarse la enmienda del Grupo Municipal Socialista que proponía que en lugar de pedir al Gobierno que esta medida no fuera una "obligación" sino un "compromiso". Que si galgos, que si podencos, vamos. Para una iniciativa que personalmente no me gusta nada de nada. Y que por cierto es contradictoria con el presunto Liberalismo de los populares.
No me gusta la propuesta por demagógica. ¿Quién es santanderino? ¿El que está inscrito en el INEM en Santander? ¿Y qué pasa si vive fuera de Santander pero se apunta en la capital? ¿Y si vive en Santander pero es de Galapagar o de Marrakech? ¿Y quien nació y está censado en Santander pero vive y está parado en Valencia es santanderino? ¿Y si el inscrito en el INEM de Santander ofrece a la empresa menos garantías como trabajador que el inscrito en Bezana o Laredo?
No me gusta la propuesta por manipuladora. Es una iniciativa nacional, del Gobierno de España, la de crear el Fondo de Inversión Local, y por eso debe suponer un beneficio global, abierta a toda la ciudadanía. Creo que ha sido respetuosa la iniciativa con los municipios al financiarles las obras que ellos mismos determinaron, a partir de sólo unos pocos requisitos. Pero no creo que corresponda a los ayuntamientos una exigencia sobre las condiciones en que se contrata. Personalmente, me parece que se trata sólo de sumar puntos para el equipo de gobierno de Santander apuntándose como un tanto propio uno que no les corresponde. Una vez más, un lavado de cara, un ejercicio de imagen, para el mediático Alcalde-Ingeniero.
No me gusta la propuesta por insolidaria. Y me parece mentira que quienes se pasan la vida criticando las gestiones y políticas descentralizadoras, quieran ahora convertir cada municipio en un taifa que se desentiende de su responsabilidad común. Convertir la Doctrina Monroe en Doctrina de la Serna, Santander para los santanderinos, me parece una actitud incómoda y hasta peligrosa. Y que además puede plantear problemas complejos: ¿i la empresa que gana el concurso es de, pongamos, mi Reinosa querida deberá enviar al paro a sus trabajadores campurrianos para sustituirlos por capitalinos pata negra?
No me gusta la propuesta por cínica. ¿Echamos un vistazo para saber cuántas empresas de fuera de Santander e incluso de fuera de Cantabria trabajan o han venido trabajando para el Ayuntamiento de Santander en las últimas legislaturas? ¿O es que cuando el equipo popular decide o contrata ya no prima ese supuesto derecho de pernada de los ciudadanos de Santander?
Me sorprende la iniciativa en los sedicentes liberales, porque es realmente curioso ver cómo renuncian a sus supuestos prinicipios (sería cuando menos curioso ver a ciertos prohombres y promujeres explicar cuál es su ideario y fundamentarlo) y se apuntan al intervencionismo localista. Y por cierto, tampoco es que me quede muy claro el apoyo a la propuesta por quienes tienen según esos mismos principios basados en el interés general, la ausencia de discriminación, la igualdad de oportunidades.
En fin. Que si esta medida no se va a aplicar a las políticas internas del Ayuntamiento, primando a los santanderinos sobre el resto de ciudadanos del Estado ganando así por exceso a las más radicales propuestas nacionalistas, me parece como poco una propuesta hipócrita y punto menos que un brindis al sol.
Vamos, por si no había quedado claro, que las sectas geográficas no me gustan. Que no me gusta la propuesta.

miércoles, marzo 25, 2009

ESTAMOS LEYENDO ... ÁNGELES REBELDES, DE ROBERTSON DAVIES

Libros del Asteroide es una de esas nuevas editoriales que han decidido devolvernos el placer de la lectura con una espléndida selección de títulos y autores, de páginas que envuelven con cuidado las palabras afiladas de la buena literatura. Hubo un tiempo en el que llegamos a preguntarnos si con la expansión de los grandes grupos editoriales se nos había muerto la posibilidad de leer a lo grande y deberíamos acoplarnos al gusto del mercado. Pero como si nos hubieran estado esperando, estos pequeños aventureros de sellos como Libros del Asteroide decidieron creer en nuestra pasión, en nosotros.
Tal vez por eso, el colofón del libro resulta poco habitual: Da las gracias al lector por el tiempo invertido y le pide, si le gustó el texto, que lo recomiende. Y como de bien nacidos es ser agradecidos y les debo ya unas cuantas horas felices, paso a hablar de la última novela terminada. No sin recomedaros visitar su web, www.librosdelasteroide.com
Con Ángeles rebeldes, primer volumen de la Trilogía de Cornish, descubro a quien presentan como uno de los más importantes novelistas canadienses, Robertson Davies (1913-1995). Y lo descubro en un texto revelador, irónico, lleno de recovecos y sutilezas pero a un tiempo con una línea narrativa limpia y personajes de identidad particular descrita con maestría.
La excusa es la muerte de Francis Cornish, mecenas y coleccionista de arte, y el reparto de sus legados. Una excusa que nos sirve para presentar en comandita a tres profesores universitarios y a través de sus figuras ir desvelando luces y miserias de la vida académica (la cena organizada por el clérigo Darcourt para los más relevantes personajes del claustro es todo un pequeño sainete por sí misma).
Dos apuntes relacionados con mi lectura particular. El personaje de Parlabane, un marica chiflado y sablista que acaba de escapar de un convento y recala de nuevo en la universidad provocando una pequeña revolución, adquiere una vivacidad particular. Me divierte cuando habla de su homosexualidad, entendida como una fruta prohibida pero llena de jugo, cuando se niega a admitir la visibilidad gay de las nuevas generaciones (opone los términos) porque sin duda supone esa normalización privarse del placer de la transgresión.
La doctoranda María Theotoki, todo un crisol de razas y culturas, nos da pie para abrir otro de los mundos inmensos de la novela, el de su madre, una vieja gitana con buena maña para la brujería y rica por su trabajo restaurando violines viejos sumergiéndolos en estiércol de caballo de primera calidad. Sus recuerdos sobre Hungría, sobre su milenaria cultura, sus esfuerzos para embrujar al profesor Hollier y enamorarlo de su hija María, la descripción de sus vestidos, forman toda una fiesta de homenaje al pueblo gitano y articulan una familia memorable.
No nos va a quedar más remedio que buscar el segundo volumen de la trilogía, imagino que traducido también por Concha Cardeñoso, o aventurarnos con otra trilogía, la Trilogía de Deptford, esta ya editada entera por Libros del Asteroide. Para seguir viviendo con Davies y sus personajes, para hacerlos parte de nosotros, para entrar otra vez en la mágica experiencia de descubrir un buen libro.

martes, marzo 24, 2009

POEMAS PARA LA PRIMAVERA: CARTA A JOSÉ MARÍA PALACIO,
DE DON ANTONIO MACHADO

Acaba de entrar por nuestros pagos la primavera. Y poco a poco sus síntomas van estallando en toda una enfermedad de luz. Tras un invierno dicen que al fin no tan frío, pero oscuro, gris, lluvioso como pocos, la garza que espera su pesca clavada en el Saja mientras camino hacia mis chicas lectoras de Mazcuerras, las modestas margaritas alfombrando ya los parques, los robles y las hayas formando sus yemas, los frutales más nerviosos que ya han dado la flor, resultan aire limpio para el corazón.
Eso nos cuenta don Antonio Machado en su "Carta a José María Palacio", uno de esos poemas que se hicieron especiales, bellos, eternos, desde la primera lectura. Le escribe Machado a su amigo Palacio, le pregunta por la primavera soriana, por su tímido despertar. Y da un quiebro terrible al poema cuando en los últimos versos le pide que con esas primeras flores de primavera se acerque hasta El Espino, hasta el cementerio, "en donde está su tierra". En donde se dejó a su esposa niña, Leonor. En donde se dejó también tanto de su propia vida.
CARTA A JOSÉ MARÍA PALACIO
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera
vistiendo ya las ramas de los chopos
del río y los caminos? En la estepa
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos
algunas hojas nuevas?
Aún las acacias estarán desnudas
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá, en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entré las grises peñas,
y blancas margaritas
entre la fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrá trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra...

domingo, marzo 22, 2009

DICTADORES Y CAPONES

Andaba yo el otro día explicando en una clase de historia de la música la figura de los castrados, tan característicos de la ópera barroca y tan importantes en este año 2009 que quedó proclamado como Año Händel en lo que a fastos musicales se refiere. Y estábamos hablando de cuáles eran los roles, las tesituras y las caracterizaciones de estos peculiares cantantes, las diferencias con contratenores y sopranistas actuales, etc. cuando una de las alumnas comentó lo raro que resultaría encontrar héroes machirulos que cantaran con voces tan femeninas o infantiles. Y de pronto ... caímos en la cuenta de la tendencia de tantos dictadores a hablar con vocecitas de vicetiple del Foliès: Franco, Pinochet, Hitler ...
Vamos, que al final los pobres castrati van a pasar los mis pobres a la memoria histórica como caprichosos precedentes de esos otros capones sanguinarios. Que en el caso del nuestro y como buen gallego, ostentaría hasta la denominación de origen de capón de Villalba ;)
Os dejo después del dengue y sopocio de la vicetiple bajita y fea anterior con una bellísima aria de Händel, Cara Sposa, con imágenes de la película Farinelli pero con la banda sonora modificada e interpretada en esta ocasión por ese cantante prodigioso que es el contratenor Philippe Jarroussky.
Feliz Domingo.

jueves, marzo 19, 2009

NO HAY QUE SER UN LINCE ...

No, claro que no hay que ser un lince para darse cuenta de la manipulación y demagogia que late, qué raro, bajo la "modesta" campaña de la Conferencia Episcopal Española contra la iniciativa de modificar la interrupción voluntaria del embarazo. Ni para darse cuenta de lo caduca que está ya su argumentario.
Voy a obviar o dejar de pasada dos detalles. El primero, que por supuesto la Iglesia Católica tiene el derecho a pensar y creer lo que prefiera, tiene todo el derecho a explicar a sus fieles cómo deben actuar en las diversas circunstancias de la vida; pero también que sus fieles tienen igualmente el derecho a elegir esa recomendación u otras, y que lo que no vale es el intento de imponernos leyes que obliguen a seguir esas pautas a quienes no comulgamos con sus creencias. Quede claro, pues, que si tras escuchar a su director espiritual una mujer decide no abortar de manera libre y consciente, me parece una decisión estupenda y, sobre todo, suya. El segundo, que las imágenes de la campaña me parecen poco afortunadas, primero porque el niño de varios meses que aparece en la foto poco o nada tiene que ver con la IVE, y desde luego está mucho más protegido que los linces, y además porque al mezclar churras y merinas parece insinuar que los dineros invertidos en protección de nuestro patrimonio natural están siendo escamoteados a la infancia. Y claro, teniendo en cuenta la alarmante situación de tantas especies en general y del lince ibérico en particular (si no recuerdo mal la población actual está en unos 30 individuos 30), no creo que sea justa ni conveniente la propuesta. Pero como antes dije, en nuestro país hay libertad de expresión, lo que significa que dentro de los límites marcados por la ley al ejercicio de este derecho, Martínez Camino puede decir lo que le venga en gana, los medios reproducirlo con la profusión y relevancia que siempre dan a la Iglesia Católica (esa que al parecer está tan perseguidísima y tan ocultadísima, pobre), y hacerlo con la campaña publicitaria que mejor les cuadre. Pero, por cierto, entonces ellos, a pesar de su siempre fácil doble moral, de su embudo habitual, tendrán que reconocer que los demás también podemos expresar nuestras ideas, y de que podemos en consecuencia criticar sus campañas y sus posicionamientos públicos.
Dicho, o mejor escrito, ésto (Quod scripsi, scripsi) y como parece importante tomar posición estos días sobre la interrupción voluntaria del embarazo, voy a apuntar algunas reflexiones que me parecen imprescindibles.
La decisión de abortar le corresponde a la mujer embarazada en el uso de su libertad personal y en la defensa de su integridad moral y de su salud sexual. No me parece pertinente continuar con una ley de supuestos tasados que, por un lado, alienta una sociedad hipócrita que un día articula caminos secundarios para rodear lo planteado por la legislación y por otro deja bajo sospecha permanente a tantos profesionales de la medicina y a tantas mujeres que han decidido que en ese momento, en esa circunstancia, no querían ser madres. Y por eso, en una defensa a ultranza de la capacidad de la mujer para tomar esa decisión, creo que hemos esperado ya demasiado tiempo para establecer una ley de plazos que marque con claridad cuándo es posible optar por la IVE y además hacerlo sin riesgos ni costes añadidos con la garantía de la sanidad pública. Me parece, pues, esencial que el debate se centre en el verdadero eje de la propuesta: la libertad de las mujeres, la capacidad de las mujeres, la madurez de las mujeres para tomar las decisiones que afectan sobre todo a sus vidas y sus proyectos de crecimiento. Una ley de plazos no es, aunque ciertos sectores no parezcan entenderlo, obligatoria para nadie y es necesaria para muchas mujeres.
De entre los puntos polémicos, entre los firmantes de la llamada Declaración de Madrid, me ha sorprendido que retomen la vieja idea de que antes de someterse a un aborto la mujer debe ser evaluada por un especialista o una comisión que le proponga alternativas. Y eso nace en los mismos ámbitos sociales que más resisten a la existencia de una buena educación sexual desde la escuela y de una información abierta. Pero lo que me echa para atrás en esa afirmación es una gran pregunta: ¿siguen pensando que las mujeres son tontas y no saben lo que hacen, ni tienen responsabilidad ni capacidad para articular sus decisiones sin que ellos las tutoricen? Las mujeres son mayores de edad hace mucho tiempo. Y el paso de interrumpir un embarazo no se toma, como algunos parecen empeñarse, ni de forma inconsciente y frívola, ni sin haber medido mucho las consecuencias. Abortar es una experiencia siempre dura y dolorosa, y nadie mejor que ellas lo sabe.
El otro punto que anda por todas partes es la propuesta de la comisión de expertos de permitir, aun sin conocimiento o consentimiento de sus progenitores, que se sometan a una IVE a las mujeres a partir de 16 años. Como seguimos intentando negar o invisibilizar que las personas adolescentes son seres sexuados y sexuales, parece que sigue siendo un tabú terrible. Pero la ley de autonomía del paciente establece que un chico o chica de 16 años puede someterse a cualquier tratamiento médico, por peligroso que sea, aunque no cuente con la autorización de quienes ostenten la patria potestad. Pueden también donar órganos sin esa autorización. Y no parece de recibo que la ley considere responsables para arriesgar su vida o someterse a intervenciones quirúrgicas delicadas a personas de 16 años y luego proponga como excepción la interrupción del embarazo. ¿Quieren decirnos quienes se irritan ante esta propuesta que una chica de 16 años está capacitada para ser madre, para tomar la decisión de ser madre, y no lo está para decidir no serlo? Hay algo que se me escapa en esa posición.
Desde este Santander posible estaremos atentos al debate abierto mejor que a la polémica. Pero siempre en apoyo del ejercicio de la libertad de las mujeres, de cada mujer, en un problema que les añate principalmente a ellas. Sí a una sexualidad responsable, sí a una educación sexual continuada y rigurosa, sí a una salud sexual cuidada y que preste especial atención a la adolescencia. Sí también a una ley de plazos que de una vez garantice y proteja el derecho de la mujer a elegir y decidir.

miércoles, marzo 18, 2009

BUENAS NOTICIAS

Algunas veces he compartido con vosotros desde el blog memorias dolorosas o momentos difíciles. Y ya sabéis cuánto os agradezco a tantos haber estado ahí, haber sabido haceros cercanos a pesar de la distancia (exclusión hecha de los del lado oscuro, que también pululan por ahí, claro jeje).
Justo es, pues, apuntar hoy en el blog un mensaje breve pero muy diferente. Por fin, y a pesar de que un par de veces sabéis que me proclamé rendido, todo el papeleo necesario está resuelto y sólo queda un viaje que tendrá lugar en los primeros días de abril.
O lo que es lo mismo, que conociéndome me tiraré tres semanas atacado de los nervios, sin dormir, alterado y con la consciencia hecha una especie de batiburrillo inútil. Ya pensaré si como banda sonora de la espera elijo Love is in the air, por aquello del avión, o la de Martirio de Estoy atacá.
Sé que debo muchísimas cosas a Isa, Araceli, Pili, Carlos ... Y por supuesto a Leo. Pero a través de la blogosfera recibí también un empujón sin el que tal vez hubiera dejado de luchar. Así que de nuevo muchas gracias: La sonrisa de hoy y las que vendrán son también vuestras.

lunes, marzo 16, 2009

LEYENDO LA VIDA

Una larga espera esta mañana en la Oficina de Extranjería de Santander (algunos ya os imaginaréis la causa y, por cierto, parece que por fin va a salir todo bien, cruzo los dedos) me permitió adelantar muchas páginas la lectura de una novela sorprendente, hermosa, con la que de nuevo he renovado mis votos de amor por los libros. Ángeles rebeldes, del canadiense Robertson Davies.
Pero encontré tiempo también para observar rostros y esperas, y darme cuenta así de que, lo mismo que vengo observando en mis múltiples trayectos por los transportes públicos, nadie o prácticamente nadie lee. Aunque el trayecto en tren de cercanías le cueste una hora de su vida para ir y otra para volver, aunque la resolución del trámite burocrático le mantenga sentado con los ojos en el contador una hora y media.
Aprendí a leer muy pronto, en el Liceo Infantil de Reinosa que pronto se integraría en el nuevo Colegio Antares, en un aula que compartíamos niños y niñas de edades diversas entre 3 y 5 años, cada grupo dedicado a sus menesteres bajo la dirección de la Señorita Marichelo. Los mayores del grupo avanzaban en la lectura. Y no sé cómo o por qué yo, con sólo tres años, aprendí a leer con ellos. Imagino que ya me fascinaban esos garabatos que inundaban las páginas de los cuentos y que acabaría por aprender que se llaman letras, que algo dentro de mí me animaba a descubrir tantos secretos, tanta magia, tanta fantasía vertida sobre el papel. El pastel se descubrió cuando con un enfado monumental me convertí en el niño más ofendido de la historia sólo porque repartieron libros entre los que sabían leer (los mayores) y yo reclamé mi preciado trofeo. Entre risas, me dijeron las profesoras que si al día siguiente leía un rato, me darían el libro. Y al día siguiente, superada la prueba ante la sorpresa de tamañas santotomasas, volví a casa con mi primer libro escolar.
Desde entonces he leído mucho: fui desde los cinco años el lector oficial de las funciones y fiestas del cole, lei en muchas misas, en fiestas familiares, en recitales poéticos, lei en la cama, en el baño, en la playa, en el suelo, en el monte, en los conciertos, en las conferencias que me aburrían y a veces en las que no. Conseguí que mis oídos quedaran bloqueados a toda intrusión exterior y que mis sentidos fueran absorbidos. Y me entregué a los libros.
Tal vez haya sido inútil para la vida exterior, pero a veces tengo la impresión de que en ellos he tenido los más grandes amigos, las más grandes experiencias, los más grandes amores. Y eso que no quiero hacer de menos a los amigos de carne y hueso, a la vida de la calle y del tiempo real, a los chicos que he querido ni a los que me han querido. Ni a la vieja Lola y a la siempre vivaracha Glendamaría, esa melenas que sonríe en la foto de mi perfil con la lengua fuera y, cómo no, contagiada del vicio de la lectura, echando un vistazo a una novela de Belén Gopegui.
A veces me preguntan por qué siempre llevo un libro, al menos uno, bajo el brazo. Ha despertado curiosidad y hasta crónica periodística mi llamativa presencia en un pub o en un mercadillo siempre con libros. Se han burlado de mí en foros internáuticos como "el que saca los libros de paseo".
Puede que este artículo de hoy tenga algo de respuesta. Leer es vivir. En cada página de un texto que me haya enamorado se esconden unos minutos de maravilla. Y no voy a renunciar a ninguno de esos minutos sentado con los ojos cargados de vacío en un tren, una parada de autobús, un aeropuerto, una oficina de correos, una consulta médica. Un minuto, sólo un minuto, podría llenarse con un poema; diez minutos con un capítulo breve; un par de horas quién sabe con cuántas emociones.
Y no tengo ni tiempo ni intención de renunciar a tanta vida.

viernes, marzo 13, 2009

CORREOS PERVERSOS EN CADENA

Cuando era un crío, allá por el Jurásico Medio, era habitual encontrarte en el buzón cartas extrañas cuyo origen desconocías y que te auguraban los peores males del mundo mundial si no enviabas la oración, la posta con vistas, tu color favorito o cualquier otra historieta a diez amigos a los que salvar. Nunca hice reenvíos semejantes y bueno, supongo que no era tan terrible "romper la cadena", ya que no tengo demasiado claro que nada de lo que me ha ocurrido en la vida sea especialmente catastrófico o fuera de lo soporíferamente normal. Ahora que lo pienso, tal vez mi madre rompiera alguna cadena más eficaz que las mías, porque para catástrofe, el hijo que le tocó en suerte.
El apogeo de internet y el correo electrónico nos ha devuelto esa especie de pensamiento irracional y animista por el que de manera automática reenviamos (reenvían) tantas cadenas con historias absurdas en las que se nos amenaza de nuevo con toda suerte de fortunas si cumplimos el precepto y un sinnúmero de desgracias en caso de ser perversos interruptores de la comunicación. Hay niñas que han recibido probablemente más de diez millones de riñones, pese a lo cual desde hace diez años tienen diez años y una furia reponedora de órganos. Hotmail se ha vuelto de pago o ha cerrado ni se sabe cuántas veces desde que abrí mi cuenta. Las piedras del amor, los colores de los sueños o las flores de la alegría nos han prometido paraísos magníficos si difundíamos la fe en sus poderes. Y así hasta la saciedad.
Nunca cumplo las instrucciones. Pero no dejo de verlo como un juego pesado y absurdo. Ya decía el refrán aquéllo de "cuando el diablo no tiene qué hacer, mata moscas con el rabo".
Pero me han llegado en dos o tres ocasiones correos en cadena que me parecen perversos e indecentes. Correos que revelan la cara de esa sociedad que ha decidido autoerigirse en juez permanente de las vidas ajenas y que desde los programas televisivos que han convertido al mítico El Caso en un periódico serio, los del corazón con olor a chanfaina, los foros internáuticos en los que cualquiera puede ser víctima de insidias o insultos, rompe cada día con algunos principios esenciales de nuestro sistema y jugando al desencanto o exhibiendo la ignorancia más absoluta renuncia a los procedimientos que el estado de Derecho ha trazado para la defensa de los intereses particulares y grupales.
Hoy me ha llegado uno de esos, uno que no sé muy bien si pide que le escupamos o le linchemos o no sé bien qué, y que difunde la foto del asesino de Sandra Palo para que los ciudadanos que se autoproclaman moralmente respetables puedan defenderse si se lo encuentran por la calle. El texto es muy emotivo, muy populista, muy demagógico. Muy en la línea de esa sociedad que no espera a los juicios para expresar la culpabilidad de un acusado y que estaría dispuesta a tomarse la injusticia por su mano sin mayor problema. De esa misma sociedad que cuando se aplican las leyes (que no son perfectas, claro, pero sí perfectibles) queda descontenta porque no sacian suficientemente el afán de revancha de tantos buenos e impecables ciudadanos.
En el caso sobre el que el correo perverso se centra, se ha aplicado la ley del menor, se han aplicado las medidas previstas, y se ha hecho sobre quien al cometer el crimen tenía 14 años. 14. Ya se han encargado los medios basura de mostrarnos su cara, y ya "los vigilantes de la buena sociedad" se han dedicado a enseñarnos su físico actual, en contra de las disposiciones de las autoridades competentes, para pedirnos no justicia sino venganza. Y lo hacen actuando ellos mismos contra las leyes que protegen el derecho, por ejemplo, a la intimidad de las personas. Y es que puede que no sean tan buenos ciudadanos como se creen.
¿Que opinan que la ley del menor tiene que ser reformada? No la van a reformar en internet, que a día de hoy no es fuente de Derecho. Para eso está el Congreso de los Diputados, y si ni por esas y se sigue considerando que la ley atenta contra principios fundamentales, están los tribunales, nacionales e internacionales, y está el Defensor del Pueblo.
En cualquier caso, quiero que quede claro: no quiero saber qué cara tiene Rafita, no quiero excluirle de la sociedad si a partir de su puesta en libertad se comporta como las leyes tienen establecido, no pienso escupirle ni apalearle ni gritar "a por él" si me le encuentro por la calle. No quiero ser parte de ningún linchamiento ni físico ni moral de nadie. Que se cumpla la ley, y que se cumpla con razonable equilibrio entre severidad y humanidad. Y que nos libre Tutatis de las turbas cargadas de ¿justicia?
A lo mejor es que ciertas cadenas televisivas deberían emitir "Furia" de Fritz Lang en vez de calentar tanto los peores instintos del personal.

miércoles, marzo 11, 2009

LOS SODOMITAS CONTRA LOS INMIGRANTES

Pecado grave contra el sagrado deber de la hospitalidad. Esa fue según muchas interpretaciones contemporáneas del mito bíblico la culpa de los habitantes de Sodoma, y no la que tradicionalmente han suscrito las religiones del libro para sustentar su afán de represión sexual. Así que me perdonarán si les engañé con el título del post, pero no vamos a hablar de actividades sexuales sino de la quiebra de una de las más importantes tradiciones morales de nuestra cultura (y de muchas otras culturas), el deber de hospitalidad para con el extranjero. Una de las primeras manifestaciones, si no la primera, de ese valor que tanto nos llena la boca y tan poco practicamos que se llama Solidaridad.
Anda el Gobierno de España laburando en el Anteproyecto de Modificación de la Ley de Extranjería cuando algunos medios y algunas asociaciones han disparado la alarma: Quien promueva la permanencia irregular en España de un extranjero cometerá una falta grave sancionada con multa de 501 a 10000 euros. Y el propio anteproyecto especifica que se considera que se promueve la permanencia irregular cuando el extranjero dependa económicamente del infractor. O lo que es lo mismo, y como bien expresaba en El País el pasado Domingo Soledad Gallego-Díaz en su artículo Maldita hospitalidad, si llega a puerto la reforma será lo mismo en España ser una persona solidaria que ser un miserable, valdrá lo mismo tener un corazón abierto y acoger a un inmigrante en situación irregular en tu casa para que no duerma en la calle y pueda comer caliente que explotarlo o chantajearlo para lucrarse de su infortunio. Fantástica comunicación ex lege a la sociedad de cuáles son los valores que importan. Radical conversión de la secular y conmovedora hospitalidad en una falta grave que el Estado debe extirpar.
No deja de chocar, por cierto, que quiera el Estado cargar munición punitiva y responsabilidad sobre hombres o mujeres que se han limitado a aplicar su educación moral, su buena educación moral, apoyando a personas sin recursos que si están en nuestro suelo lo están porque ese mismo Estado no ha sabido ejercer debidamente sus obligaciones policiales, de control de fronteras, de relaciones exteriores y de solidaridad internacional.
Nuestra memoria cultural tiene bien asentada esta obligación moral. Numerosos textos bíblicos recogen su práctica, de la misma manera que denuncian su incumplimiento en el episodio de la visita de los ángeles a Sodoma. La Odisea recoge los rituales de hospitalidad de la cultura griega en algunos de los recibimientos a Ulises (la acogida dispensada por los feacios y su rey Alcínoo). Entre los más antiguos textos jurídicos de nuestra Península están las "téseras de hospitalidad" en las que se signaba sobre una placa de metal o de barro el compromiso de acogimiento y auxilio al viajero. Y hasta nuestro Código Penal nos obliga (en un precepto habitualmente ignorado y con raíz igualmente en la solidaridad) a auxiliar a quien necesite nuestra ayuda, configurando como delito la omisión del debido socorro.
Sí. Nuestra memoria cultural ha construido horrores, violencias, fobias, exclusiones. Pero también ha sido capaz de recordarnos cuál es el camino correcto, qué debe hacer una persona de bien cuando se encuentra ante otra, ante el rostro de otra (cada día me parece más imprescindible recuperar la mirada moral del Personalismo Comunitario). Y ese camino no es el de la patada en el culo, sino el de las reglas de la hospitalidad.
No me gusta escribrirlo, pero teniendo a Corbacho como ministro del ramo era previsible un cambio en las políticas de inmigración, una deriva restrictiva y antipática, conservadora e insolidaria. En cualquier caso, tengo claro que si la reforma de la Ley de Extranjería consolida la anulación de la hospitalidad, de la solidaridad, no tengo la más mínima intención de cumplirla allí donde la oportunidad y la conciencia me digan que debo actuar de otra manera.
En fin, que este país acabará cambiando su nombre por Sodoma, porque entre los legisladores que se ponen de espaldas a la hospitalidad y lo que da por culo esta reforma sin corazón, interpretemos la Biblia como la interpretemos, aquí sodomitas todos.

lunes, marzo 09, 2009

IGUALDAD Y LENGUAJE

Anduve perezoso a ratos y muy liado otros durante el fin de semana, así que dejé para hoy la reflexión que quería incorporar al blog con motivo del Día Internacional de la Mujer, una reflexión que necesariamente debería tener como eje la igualdad, y una reflexión para la que decidí centrarme en una de las guerras que dentro del proceso de construcción de una sociedad de personas iguales, sin discriminaciones por razón de sexo, más me cuesta en la práctica: el lenguaje no sexista.
El lenguaje supone uno de los principales mecanismos de control social: a partir de las palabras construimos nuestros referentes mentales personales y grupales. De alguna manera, podríamos decir que lo que no está visible en el lenguaje no existe. En la medida en que la mujer ha ido definiendo sus pautas de identidad colectiva, ha ido quedando claro que nuestros sistemas lingüísticos (todos, no sólo el español) presentaban una serie de marcas que de forma más o menos rotunda se evidenciaban como sexistas. Algo lógico en un sistema elaborado a lo largo de más de mil años por una sociedad en la que los varones ostentaban el poder formal y material en todos y cada uno de los ámbitos y en la que la mujer, por contra, ocupaba una posición ancilar, insignificante o subordinada, cuando no directamente invisible. Entre esos rasgos podríamos presentar algunos muy claros como las palabras que al emplear la forma femenina transforman un concepto neutro o positivo en injuria (el clásico zorro / zorra, para entendernos), también el uso del masculino como neutralizador (los ciudadanos piensan que ...) o la inexistencia en el vocabulario de formas femeninas para tantas profesiones que acaban pareciendo así "territorio de hombres".
Cuando digo que el lenguaje no sexista me resulta difícil quiero decir que me resulta problemática personalmente su aplicación, no las ideas que lo proponen y sustentan. Y me resulta un problema porque algunas de las soluciones que se han ido formulando para corregir los extremos anteriores se me presentan como chocantes, cacofónicas a veces, un lastre para la agilidad del discurso otras. Lo que no significa que no las considere necesarias.
Lo que sí tengo claro, aunque no tenga claro del todo el cómo, es que nuestra sociedad ha cambiado y tiene que seguir cambiando para asentar una igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Y que el lenguaje, como todas las demás instituciones que representan esa sociedad, deberá sufrir transformaciones que permitan que nuestro hermoso idioma sea ese espejo en el que también las mujeres se reconozcan. Hay que reconocer que el propio idioma contaba con algunas estrategias poco utilizadas, como la utilización de sustantivos colectivos sin marca de género (alumnado, ciudadanía), sustantivos que neutralizan sin marca masculina (persona, señoría) y que incluso la lentísima RAE ha comenzado a articular respuestas tímidas pero eficaces (por ejemplo, ante un auditorio se debe utilizar como neutralizador el género que responda al de la mayoría de las personas presentes: si hay un 70% de mujeres entre el alumnado, se podrá decir "las alumnas" como solución preferible a la de la duplicación). Otras deberán irse descubriendo, proponiendo, hasta que encuentren su acomodo en la normalidad de la comunidad de hablantes. Sin desdeñar por cierto una estrategia que propusieron ciertas escritoras feministas en Estados Unidos y Canadá hace algunos años y que parece haber caído en desuso y que es el "uso alternativo del lenguaje", una forma de desarmar la carga sexista de la injuria reconvirtiendo en palabras positivas o identitarias las que se habían convertido en agresión (Margaret Atwood podría ser un buen ejemplo).
Aunque sigue siendo a día de hoy conflictiva la conciliación de un discurso estético con el discurso ético, y la literatura o el lenguaje especialmente cuidado continúan siendo lagunas donde las respuestas no parece que acaben de llegar. El momento de la normalidad tal vez traiga también una escritura estética no sexista. Pero a lo mejor también hay que asumir que el Arte no tiene nada que ver con la Corrección Política.
Seamos decididos al tiempo que selectos, tratemos de configurar un lenguaje natural pero igualitario. De la misma manera que tendremos que ir aprendiendo a detectar primero y corregir después nuestra utilización xenófoba, heterosexista o racista del idioma. Para acabar consolidando una forma de entender las palabras que pueda defender la corrección, la belleza, el riesgo sin desdeñar el objetivo de ser un imaginario positivo, incluyente, visible para todos. Y para todas.

jueves, marzo 05, 2009

IGUALDAD, TRADICIÓN Y MARZAS

Me sorprendió escuchar en vísperas de esa bella tradición cántabra que es la noche de marzas al presidente de la Ronda Marcera de Torrelavega explicar que no es fácil que se admita a las mujeres en la ronda. Y no lo es por dos razones fundamentales, porque la tradición es una tradición masculina y porque además muchas de las coplas tienen un contenido amoroso dedicado a una moza, y sería extraño que una mujer cantara textos de amor a otra.
Me gustan las marzas. Forman parte de mi legado cultural personal, de ese que experimenté en primera persona, al haberme criado en Reinosa, uno de los puntos de la geografía regional que nunca dejaron en el olvido esa mágica velada en la que los marceros recorrían a veces casi a oscuras con sus faroles engalanados las calles muchas veces nevadas y llamaban a cada casa pidiendo marzas. Recuerdo que en casa esperábamos nerviosos a las rondas, recuerdo la decepción en nuestros rostros chicos cuando escuchábamos cantar por nuestra escalera pero la ronda decidía no subir el Alpe d'Huez de nuestro quinto piso. Y cómo si la noche se daba mal, mis padres abrían la puerta y reclamaban a los cantores: "Eh, subid, que damos marzas".
Llegó luego el momento en el que, como parte de la rondalla de mi colegio, me tocó salir tres o cuatro años con los de octavo curso a cantar marzas y obtener así algo de dinero para el viaje de fin de curso. Las preparábamos concienzudamente con Don Ramón, el profesor de música, y con el uniforme del Colegio Antares recorríamos Reinosa hasta quedar agotados. En especial recuerdo aquella noche de marzas en la que Sergio y Estíbaliz (muy populares por aquellos días) cantaban en el Vejo y nos acercamos a cantarles en el hotel, tras terminar su actuación y su cena.
Mi colegio era mixto, y en consecuencia mi ronda era mixta. Como lo eran muchas otras en Reinosa, y como lo es la ronda de Anievas cuya fotografía encontré navegando por el Google. Pero las niñas de las monjas eran chicas y también cantaban marzas. Y hablamos del 75, el 77 ... Unas fechas tempranas en las que no se asumía, sin embargo, que la tradición fuera una tradición excluyente.
Y es que la tradición como argumento no siempre sirve. ¿Queremos unas marzas arqueológicas, que reproduzcan fielmente su origen y sentido? Resulta ya imposible. Por un lado, como rito de paso de la masculinidad que fueron, aparecían asociadas a la juventud y al servicio militar: las cantaban en casi todos los pueblos los quintos, eso sí, acompañados por los solteros empedernidos. Pues bien, apliquemos la tradición con precisión: no hay marzas marzas posibles porque no hay servicio militar en España. Pero si aún así se considera un exceso eliminarlas, que se vayan de la ronda casados, divorciados y viudos. La ronda no es para ellos. Fuera las rondas benéficas, que tratan de obtener dinero para financiar algún proyecto o iniciativa: el pago en manteca y chorizo. Y si van a subir a una casa de pisos, que se las arreglen para izar al burro, pero hay que llevar uno para cargar las mercaderías recopiladas.
Si la tradición es machista, que se salven la música, el canto, la fecha, la alegría, el espíritu, la fiesta, pero se elimine el carácter de exclusividad sexista de las rondas (qué pereza tener que entrar otra vez al mismo debate, como si no hubiéramos tenido bastante con los alardes guipuzcoanos y la guerra de las mujeres para participar en ellos plenamente), una exclusividad que nada aporta hoy a una tradición bella que ha perdido su carácter originario por la propia evolución de la historia y que se construye hoy como una fiesta entrañable de todos. Y de todas.
Termino. ¿Qué problema tiene el marcero cántabro que dio curso a las declaraciones arriba mencionadas con que las mujeres canten amor para otras mujeres? Si echamos un vistazo a los repertorios musicales clásicos, poprockeros, copleros y demás no sería la primera vez que una mujer canta los encantos de otra (sirva como ejemplo Sinnèad O'Connor cantando el bello Nothing compares to you ). Pero además, y por fortuna, vivimos en un país donde se respeta la diversidad sexual, así que no veo dónde pueda estar el problema.
Que cante las marzas quien quiera. Y se las cante a quien quiera. A ser posible, afinando.
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