martes, marzo 31, 2009

ELLAS CUENTAN

Si cerráramos los ojos y eligiéramos la voz que podría contarnos historias y más historias hasta el final del tiempo, pensaríamos la mayor parte de nosotros en Sheherezade. En una voz de mujer (madre, abuela, tía, hermana) que tomaría fragmentos de mundo y los hilvanaría para nosotros noche tras noche en una permanente construcción del país de la fantasía. Las mujeres han sido a través de las edades las guardianas de las palabras, las guardianas de la magia, las guardianas del conjuro, las tejedoras de cuentos.
Y sin embargo ... qué poca atención hemos prestado a las grandes escritoras, qué poco espacio les hemos permitido en la historia de la literatura. Puede que haya sido esa estructura educativa que nos hizo identificar la escritura importante con la de un hombre la que inconscientemente nos apartara tantas veces de la mano en una librería el texto firmado por una mujer; puede que haya sido ese otro esquema tan vivo aún de la poetisa cursi y la novelista ñoña. Pero la realidad es que se nos caían de las manos, se convertían en sospechosos párrafos romanticones y empalagosos de los que mejor huir.
Fue la lectura de los artículos, de los maravillosos artículos, escritos por un hombre, Gustavo Martín Garzo y recopilados en "El hilo azul" la que apartó en mi consciente la cortina sombría del prejuicio y de la ignorancia. Gustavo no articula una defensa de las escritoras en el libro (y en libros y artículos posteriores): No la necesitan. Sólo proclama el apasionado encuentro de su lector femenino con el sur profundo de Carson McCullers, con el África luminoso de Isak Dinesen. Y retrata a esa cuentista imprescindible que es Flannery O'Connor acompañada por los pavos reales de su jardín.
Leo en este último día del mes de marzo los relatos recogidos por Alice Munro en "La vista desde Castle Rock" y pienso que puede ser una forma justa y hermosa de terminar el mes de marzo, ese mes en el que cada año celebramos el Día Internacional de la Mujer, agradecer a Gustavo Martín Garzo su palabra iluminadora. Y agradecer a tantas escritoras, las pocas que aprendí antes de la revelación y sobre todo las múltiples que devoré después, su generosa vocación de tejedoras de versos o de historias. En sus páginas alimenté mi lector femenino, en sus páginas aprendí una mirada nueva sobre el universo. En sus páginas crecí y me hice más sabio:
Teresa de Jesús, Juana Inés de la Cruz, Juana de Ibarborou, Doris Lessing, Carson McCullers, Margo Glantz, Ángeles Mastretta, Silvina Ocampo, Alice Munro, Antonia S. Byatt, Isak Dinesen, Selma Lagerlof, Ida Vitale, Alfonsina Storni, Nelly Sachs, Elisabeth Barrett-Browning, Else Lasker-Schüler, Flannery O'Connor, Ana María Matute, Soledad Puértolas, Mary Shelley, Ana Rosetti, Virginia Wolf, Vita Sackville-West, Arundhati Roy, Nadine Gordimer, Toni Morrison, Irene Nemirovsky, Amy Tan, Emilia Pardo Bazán, Alejandra Pizarnik, Olvido García Valdés, Anne Michaels, Marguerite Yourcenar, Wladslawa Szymborska, Christa Wolf, Josefina Aldecoa, Fannie Flagg, Laura Restrepo, Laura Esquivel ...
Sin lugar a dudas, ellas cuentan.

11 comentarios:

Amigo de la Dialéctica dijo...

Hola amigo Rukaegos:

Como bien dices hemos de agradecer a tantas escritoras su generosa vocación de tejedoras de versos o de historias.

Recibe un muy fuerte abrazote amigo.

Anónimo dijo...

Muy bonito artículo, Rukaegos.
Acabo de leer un librito (140 pág.)de Rebecca West titulado "El regreso del soldado".
Si os gustan las escritoras inglesas os lo recomiendo.

Rukaegos dijo...

Gracias por el comentario y por la recomendación, Anónimo, tomo nota :)

Javier, una tarea pendiente que poco a poco vamos cumpliendo. Otro abrazote para ti :)

Alfonso Saborido dijo...

Aunque te rías de mí, a mí también me engancharon Louise May Alcott, con sus mujercitas y hombrecitos, Joana Spyri con su Heidi, Astrid Lindgren con su Pippi, Laura Ingalls con su casa de la pradera, o la Condesa de Segur, con las memorias de un burrito, ellas cuentan, y me contaron mucho cuando yo era chiquitito :)

Agata dijo...

Me gusta tu homenaje.Un beso.

Rukaegos dijo...

Gracias Agata, y otro beso para ti. :)

Alfonso, Louise May Alcott tiene un lugar privilegiado en el corazón de todos los mariconsones de la tierra ;) y por supuesto también en el mío jajajaja. Y te me has olvidado de Enyd Blyton y Los Cinco.

Alfonso Saborido dijo...

JAJAJ, yo era más de Los siete secretos, la verdad... que por cierto, por ser el empollón de la clase, en cuarto de EGB, me regalaron un libro de ella que me gustó mucho, La casa del recodo :)... uf, topicazo como el de eurovisión, plantea el debate en las dos manzanas jjj

Nacho dijo...

No solo de los mariconsones de la tierra. Ese libro en la edicion extraordinariamente antigua de Everymans fue el primero que lei en ese idioma, hace mucho mucho tiempo, en una galaxia muy lejana. Aunque yo estoy rendido a Austen, y en las noches goticas a Mary Shelley.

Un abrazo casi desde Inglaterra (de mudanzas otra vez)

Nacho

PS. Por cierto, Olvido Garcia Valdes, fue mi profesora de Literatura, y Miguel Casado el de Lengua por dos annos. Tiempos de Valladolid alla por los ultimos ochenta y primeros noventa. Una vez leyendo en voz alta un poema publicado en "Los Infolios", Miguel sugirio en publico que yo carecia de sentido de la entonacion. No se me ocurrio otra cosa que responder que quizas si el poema tuviera "sentido" a lo mejor yo lo entonaba segun el "canon". Respondio, creo que certeramente, que no tenia yo un alma muy proclive a la poesia, a lo que yo repuse que tampoco el al "sentido del humor" (al parecer el era el autor del poema y yo... bien, yo era cuando menos un inoportuno). Creo que logre un sobresaliente, aunque si, para la poesia tengo "oido de pez cocido" (tambien aplicable a mi sentido del canto).

Rukaegos dijo...

Jajajaja, bienvenidos ambos comentarios. Tienes razón, Nacho, pero es que como bien apunta Alfonso andamos tan tan cerca del tópico... Eso sí, creo que es una de esas obras que consiguieron acercar a los libros a muchos niños y niñas. Y ojo, que luego pasaron al cine en versiones espectaculares. Nunca me cansaré de ver a Katherine Hepburn haciendo de Jo o a la cándida Liz Taylor como la pequeña Beth (en dos versiones diferentes, claro).

Feliz neomudanza. Si es que no paras. Y bueno, me gusta la escritura de Olvido pero ella no sé si en persona me daría un poco de miedo jajajajaja :) Estupenda la anécdota con Casado, gracias.

Anónimo dijo...

Besote agradecido y femenino :-)

Frantic St Anger dijo...

Yo reconozco que mis libros fetiche de infancia fueron "Los tres mosqueteros" y "La isla del tesoro" pero estuve mucho tiempo enganchada a los libros de Enid Blyton (Santa Clara, Los cinco, Torres de Mallory) y me encantaron "Hombrecitos" de Louise May Alcott y "El maravilloso viaje de Nils Holgersson" de Selma Lagerlof. "Mujercitas" me gustó menos aunque la "versión apócrifa" que hizo en su día Isabel Franc (Las razones de Jo) me divirtió bastante.

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