martes, noviembre 30, 2010

UN MERECIDO HOMENAJE


El pasado sábado, en la Iglesia del Carmen del santanderino Barrio Pesquero, las asociaciones de vecinos de la zona convocaron una misa y merienda-cena en homenaje a las Monjas del Pesquero. A la comunidad de Mercedarias de la Caridad que hace ya la friolera de 64 años llegaron a uno de los territorios más duros de la capital de Cantabria para compartir su vida con quienes más lo necesitaban.

Me contaba Mariuri, amiga y una de las organizadoras, que desde la llegada de las monjas nadie tenía noticia de fiesta o de llanto en el barrio en el que estas mujeres no hubieran estado próximas. Sobre todo en los momentos del llanto, cuando los días malos golpeaban en los bolsillos y ellas encontraban siempre un modo elegante de entregar algo de dinero o de dar un plato de comida, cuando la droga se enseñoreó de la zona y en ellas se pudo encontrar consejo y consuelo, cuando la muerte o la enfermedad se apoderaban del corazón y la fortaleza de las religiosas se transmitía por inevitable contagio. Ellas fueron parte de la educación de varias generaciones, fueron las enfermeras inevitables, fueron las amigas y las madres.Y continúan siendo esa comunidad que dejó hace mucho tiempo de ser conocida por el nombre de su congregación para convertirse en, nada más pero nada menos, las monjas del Pesquero.

Estuve presente en el homenaje porque algunas amigas de la zona me pidieron que escribiera un poema dedicado a las religiosas. Pero también porque en la Parroquia del Barrio Pesquero siempre me he sentido acogido y querido, por muchas razones. Y porque justo un mes antes de la celebración de la fiesta, yo llegaba a esa misma iglesia, una de las pocas de Cantabria en las que Leo hubiera sido respetado y acogido, para despedirle.

Pero mi presencia no tenía relevancia alguna. Sí la tenía la de tantos hombres y mujeres de todas las edades que llenaron la iglesia y que disfrutaron con la emoción de esas monjas a las que consideran una parte más de sus familias. Y que se emocionaban o sonreían con los recuerdos de Alberto Pico sobre las heridas cosidas por una o por las lágrimas derramadas por los duros pescadores en el funeral de otra o la decidida opción social de la monja nacida entre los algodones de la aristocracia y que se volcó con los más desfavorecidos o la de la que hoy trabaja en Angola con niños enfermos del SIDA y que escribió recientemente que quería ser enterrada en su casa, con su familia, en África.

Y es que las gentes del Pesquero saben más que nadie de lo que ha sido la entrega cotidiana de las Mercedarias. Mucho más que un obispo que no acudió al homenaje y envió una carta de enhorabuena a las monjas en la que sólo era capaz de referenciar la lista de párrocos (para que luego digan que la Iglesia no es machista). Mucho más que otros personajes públicos que prefiero no mencionar, porque no me gustó nada su actitud en determinados momentos.

Es esa gran comunidad solidaria y humana del Barrio Pesquero, esa que animan a cada momento las religiosas, la que me sigue provocando interrogantes cada vez que paso por allí. Y es que si la Iglesia Católica que decidió aliarse con los poderosos, excluirnos a tantos, se pareciera sólo un poco a estas monjas, no estaría viendo hoy sus templos vacíos.

domingo, noviembre 28, 2010

OBÉLIX Y LA CRIPSIS ECONÓMICA


Supongo que esos grandes estrategas de las finanzas, la economía y la política que nadie sabe quiénes son, a los que nadie ha votado, cuyos programas nadie conoce pero cuyas pifias nos fastidian a todos, sí, esos a los que sus servidores llaman por el fantasmagórico nombre de La Mano Invisible (uuuuuuhhhhhh) no podrán perder su precioso tiempo en leer la colección de Astérix y Obélix. Sobre todo después de la muerte de Goscinny y la caída en picado de los guiones.

Y sin embargo, la lectura de uno de los volúmenes más salvables de esa nueva etapa Uderzo & Uderzo nos daría una información mucho más clara sobre la crisis en que nos hallamos sumergidos sin comerlo ni beberlo que las "explicaciones" que nos van ofreciendo a todas horas, por todas partes, con un lenguaje más hueco que incomprensible, una nueva muestra digna de análisis de la capacidad de dominación y manipulación del lenguaje que haría no sé si las delicias o el horror de Viktor Klemperer.

El genio estratégico de Julio César descubre en Obélix y compañía que la decadencia de Roma guarda proporción directa con un desarrollo económico que ha convertido a los prohombres del Imperio en figuras grotescas, muelles y corruptas. Y contrata a un sesudo economista, procedente de una escuela de finanzas a lo Chicago, para que corrompa a los irreductibles galos (gobernados todavía por Abraracurcix, antes del ascenso fulminante de Revillapresidentix) con las artes de la avaricia especulativa.

Será Obélix el primero en caer rendido a los pies de un lenguaje simplón y absurdo que se conjuga en infinitivos despersonalizados y sin matiz (¿estaría Uderzo haciendo un guiño al verbo inglés?), puesto que será el menhir el "imprescindible" producto llamado a convertirse en la estrella del comercio estúpido. Las campañas de mercadotecnia harán creer a los romanos que la felicidad viene de la mano de un hermoso menhir en el salón-comedor, pero harán insuficiente la producción de Obélix. Pronto la aldea gala se convertirá en un ente no productivo, en el que unos venden menhires, otros los producen, y otros cazan para alimentar a los operarios de la industria del menhir. El oro deslumbrará a los galos, y las telas de seda de Lugdunum a sus señoras.

Hasta que la burbuja estalla, los romanos se ponen en huelga en defensa de su producción frente a la deslocalización de la industria del menhir, el mercado se satura, y llega el punto en el que los que producir menhires encontrar que menhir no valer nada.

Qué retrato tan limpio de las alteraciones en los patrones monetarios, de la economía especulativa, del culto a las manos invisibles, de la corrupción desmedida como respuesta a la ambición desmedida, de las burbujas y de los intrigantes. Qué excelente narración sobre la atracción de los ciudadanos hacia el templo del Inútil Consumo, de la modificación de las conciencias.

Lo malo es que en Obélix y compañía todo se soluciona con un par de leñazos en la cabezota hueca del economista, una buena paliza a los legionarios de Petibonum, una profunda crisis estructural en el Imperio que trae de cabeza al bueno de Julio y el retorno a un esquema productivo más humano y sensato en la aldea de los locos. Y por estos lares, sin embargo, seguimos mareando la perdiz con palabras vacías y crípticas mientras La mano fantasmona se frota los nudillos.

sábado, noviembre 27, 2010

FRÍO NOVIEMBRE DE AUSENCIA


Hace ya un mes. La madrugada del 27 de octubre se me moría Leo entre los brazos. Y todavía ese último gesto que anunciaba el final se me hace presente varias veces cada día sin que el esfuerzo obsesivo por encontrar y fijar en la memoria las imágenes de Leo sonriendo, de ese Leo feliz que iba dando respuesta a unos pocos de sus sueños, haya podido borrarla todavía.

Tengo mucho frío. La casa está vacía, la cama está vacía y pesan sobre el alma las sombras de sus cosas, ese cajón que abres y guarda sus camisas, el perfume que te pones una mañana y te hace arrastrar junto a ti su aroma, los yogures que compras por equivocación en el súper sólo porque eran los que le gustaban. Los verbos tramposos que continúan emboscados para gritar la primera persona del plural como si tus labios no quisieran darse cuenta de que sólo caben ahora palabras impares.

Trato de no caer, de no caerme. Y qué importante ha sido pasear sobre ese camino que entre todos vosotros haciais un poco más tibio. Buscar a lo largo del tiempo el encuentro de la perdida serenidad, consciente de que cada día tenía todavía que tener sus propias lágrimas, y que todavía serán muchos los días en que un recuerdo, un "¿qué tal estás?", un maldito papeleo, un domingo un poco más lluvioso y más pesado habrán de cosechar aún su ración de llanto. Trato de mantener la cabeza ocupada, de escribir, de salir, de no darle a su falta demasiadas vueltas. Y poco a poco así los pedazos de alma van regresando a su lugar, llenos de costurones. Al lugar que ocuparon antes de Leo, a la casa sola, a las horas solas, al futuro vacío.

Serenidad, esa es la palabra como ese es el desafío. Serenidad fue lo que Leo me trajo con su sonrisa franca y su ternura. Leo que fue el don de la calma, el descubrimiento de todas las puertas que aún guardaban tiempos por explorar, el aprendizaje del lenguaje a dos, de la vida a dos, de los proyectos a dos, de las decisiones a dos, el cuerpo caliente sobre el que recostarme por la noche para mirar la tele, los labios que despedía con un beso cada mañana, la necesidad de no guardarme nunca más un "te quiero". Leo que fue todos los gestos cotidianos, la paz y el desafío.

Sé que tengo que construir de nuevo la sonrisa, levantar esos hombros que se inclinan demasiado al suelo. Porque sé que he sido un hombre afortunado, porque tuve la loca fortuna de encontrar en el camino de la vida a Leo, tuve la oportunidad de quererle y el orgullo de merecer su amor, porque fui la persona que eligió para aprender un tiempo nuevo y viajar de la mano hacia París, hacia Lisboa, hacia la muerte. Tuve la alegría de estar iluminado por su vida como ahora el dolor de esperar en su silencio. Y sé que Leo hoy me recordaría que con esas endebles ramas se construye la empalizada intensa de la vida, que mirándome con los ojos que se le desesperaban cuando mi ritmo era demasiado lento me obligaría a levantarme, salir a la calle con el brillo de los domingos en la cara y tratar de comerme el viento como si él estuviera conmigo.

Pero hace sólo un mes. Y tengo mucho frío.

jueves, noviembre 25, 2010

CON LAS BOTAS PUESTAS


De cáncer a cáncer, durante los últimos meses hablé mucho con Carlos Alberto Biendicho, con esa entrañable Tita Carlota de la que tanto oí hablar en los primeros años de mi compromiso con los colectivos lgtb y a quien con el tiempo llegué a conocer y apreciar personalmente.

Carlos Alberto era por formación y por convencimiento conservador, pero no tanto como para renunciarse y dejar de lado su propia dignidad. Culto, tenaz, luchador como pocos, ácido, tenía la sana capacidad de dejar durante varias noches sin sueño a esos obispos y esos jerarcas populares a los que de tanto en tanto recordaba que si sacaba a la luz ciertas pruebas podía ponerles en una situación complicada. Llegó a enfrentarse públicamente al partido en el que militaba y en el que había creado una peculiar Plataforma Popular Gay desde la que clamaba en el desierto por un cambio en la estrategia de discriminación y exclusión lgtb del PP.

Carlos Alberto Biendicho llevaba años luchando contra el VIH. Haciéndolo como le gustaba, desde el compromiso y la claridad, con la cabeza alta, desde la formación constante, asumiendo como propia la tarea de educar, de informar, de asesorar, de consolar. Luchando sobre todo contra el estigma social en frentes como la denuncia al Hospital Militar Gómez Ulla por impedir que los homosexuales pudiéramos ser donantes de sangre (a su ejemplo, denunciamos públicamente aquí al Banco de Sangre de Cantabria, después de varios años intentando que adaptaran su protocolo de donación a las instrucciones de las autoridades sanitarias europeas). Y su último órdago, su acampada, ya enfermo y grave de cáncer, frente al Ministerio del Interior, para que se eliminara la prohibición de acceder a la guardia civil a las personas seropositivas. Dos guerras que ganó, como tantas otras.

Carlos Alberto era un alma libre y un discrepante nato. Pero siempre que hablaba lo hacía cargado de razones, de sus razones, y las explicaba y defendía con la pasión de esos luchadores que pelean cada día, cada minuto de sus vidas. Era tan fácil discutir con él como cogerle un cariño inevitable, por su cercanía, su compromiso, su disponibilidad.

De puntillas, por primera vez en su vida sin armar ruido, Carlos Alberto Biendicho cayó víctima del cáncer el pasado 16 de noviembre. Sólo unos días después de la caída de Leo. Esos dos cánceres de los que hablaba al principio y que tanto nos acercaron a Carlos Alberto y a mí en los meses previos a su acampada.

El propio Carlos Alberto resumió con su pluma mordaz lo que fue una vida llena de furia, llena de ganas de vivir, llena sobre todo de exclusión y de lucha: “Mi madre me parió Vago y Maleante, después fui Peligroso Social, posteriormente fui presunto delincuente hasta 1986 (en el Ejército fue delito hasta esa fecha), hasta 1992 tenía un trastorno psicofísico, aunque en 1988 ya me habían diagnosticado el VIH. Pero ante todo soy superviviente de la raza humana”.

El próximo 1 de diciembre, todos echaremos de menos una voz gritando por la dignidad de las personas seropositivas, exigiendo investigación y resolución en la lucha contra el SIDA. Y algunos obispos y algunos dirigentes populares dormirán más tranquilos a solas con su hipocresía.

Tita Carlota, Carlos Alberto, que hayas muerto en paz "como dicen que mueren los que han amado mucho". Y que la tierra te sea grata, leve, descanso del guerrero, ausencia de lucha.

ESTOY HARTO. CARTA A UN MALTRATADOR.


No te conozco, así que no sé muy bien cómo será tu familia, cómo tus amigos, cómo tus compañeros de trabajo. De qué manera se te pudo pudrir el corazón tanto, cuándo dejó de trabajar tu capacidad de raciocinio hasta convertirte en un puro ente dotado sólo de rabia y de brutalidad.

Sé que mi familia era igualitaria, participativa, que todos colaborábamos en las tareas, que mi padre y mi madre trabajaban fuera y compartían las responsabilidades en todos los niveles. Que fui a un colegio mixto a pesar de que por aquel entonces avisaban de que si ibas a educarte a un centro en el que hubiera niñas te harías maricón, pero como yo ya lo era antes de empezar pues no había problema. Y así me eduqué en un centro en el que la responsabilidad y los sueños, las exigencias y los desafíos, eran los mismos para todos. Jugué en el patio con niños y con niñas, compartí pupitre con niños y con niñas, canté en el coro, fui a esquiar, hice judo, salté a la comba con niñas y con niños. Mi pandilla fue una fraternidad mixta desde que lo recuerdo, desde las primeras celebraciones de cumpleaños, y así continuó siendo en el Instituto y en la Universidad. Parte de un universo mucho más rico porque siempre fue compartido.

Y sé también que tú no estabas allí. Que mi padre, mi hermano, mis amigos no vejaban, no humillaban, no insultaban, no gritaban, no golpeaban a las mujeres, a sus parejas, a sus novias. No las mataban. Ni siquiera escuchaba esos chistes y bromas asquerosos que perpetúan los estereotipos más rancios del machismo y que circulaban mucho menos por las fraternidades mixtas que por las estrictamente masculinas.

No, no te conozco. Pero aun así, quiero que sepas que estoy harto. Harto de ti, de tus disculpas, de tus lamentos, de tu ira, harto. Harto de tus complejos y de tu miedo, harto de que no sepas encontrar tu espacio, de que cada vez te hagas más pequeño y de que al final sólo te quede una diana sobre la que proyectar tu puñetera frustración, ella. Harto de sentirme culpable por ser hombre, como si eso me convirtiera en cómplice o en potencial maltratador. Harto de leer el periódico y enfadarme porque otra vez, otra vez, y otra y otra tengo que leer que la has matado, harto. Harto de las veces que aciertas en el golpe y harto de las que fallas, harto sobre todo de saber que las muertas, las mártires, son sólo la llaga abierta de una herida mucho más profunda, el grito de ese abismo en el que controlas su vida, su dinero, sus relaciones, en que la insultas y la humillas en privado y en público, a solas y delante de vuestros hijos, la ridiculizas y la anulas, la encierras. Harto de que la levantes la mano, de que le hagas tanto daño, de que nos hagas a todos tanto daño. Harto de su sangre y de tus justificaciones, harto de su dolor y de tu cinismo, harto de tus buenas intenciones y de tu mala saña. Harto. Harto de no saber qué hacer para frenar esta masacre, de sentirme impotente, de llorar. Harto, tan harto que ya no tengo ganas siquiera de intentar hablar, de razonar contigo.

No sé de qué manera has llegado hasta este blog, ni por qué has sido capaz de leer hasta aquí sin morirte de vergüenza, pero voy a tratar de explicártelo un poco más claro:

¿Has visto la foto?¿Reconoces el símbolo? Sí, una tarjeta roja. Veo que lo vas pillando.

Pues bien, es para ti. Vete de mi blog, no te atrevas a acercarte a mi vida.

Tarjeta roja.

miércoles, noviembre 24, 2010

UNA PREMIO CERVANTES LLENA DE VIDA


Regresaba a casa después de una larga y divertida charla con Olga Agüero y con Vito dispuesto a cocinar un arrocito para comer y a escribir algo en el blog sobre algún tema que ya se me fue de la memoria. Y es que la alegría al enterarme de que esa gran señora de la fantasía, los libros y la dignidad que es Ana María Matute había recibido un más que merecidísimo Premio Cervantes.

Ana María Matute es un poco como una abuela entrañable de todos los que hemos hecho de los libros y de la lectura nuestra pasión primera. Y yo me la encontré hace muchos años, cuando con ocho o nueve años leí en un Senda, el libro de lectura de la Editorial Santillana para aquel lejano 4º curso de la E.G.B. un relato demoledor que nunca se me pudo borrar de la memoria, Los chicos, una historia terrible sobre violencia y perdedores, sobre infancias marchitas, que forma parte de la colección de relatos Memorias de la Artámila.

Fue lo primero que le dije cuanto me acerqué a ella para charlar un rato antes de dar la salida oficial al ciclo Martes Literarios de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, una salida en la que el periodista Guillermo Balbona y yo guiaríamos la conversación ante el público con la escritora.

"No me digas que te hacían leer ese relato terrible con esa edad, no me extraña que no se te haya olvidado. Qué poco sentido común". Así fue más o menos la respuesta sorprendida de Matute. Primera sorpresa entrañable de una velada mágica en la que a pesar de la timidez de la narradora se fueron desvelando su ternura, su sinceridad, su lucidez, su gran sentido del humor.

"Lo que quiere decir es que estoy sorda como una tapia" aclaró cuando yo, como torpe presentador, traté de justificar por qué situaba tan tan cerca mi silla de la de Ana María y le hablaba rompiendo cualquier distancia de cortesía bien pegado a su oído y expliqué que me sentaba así porque la escritora no oía demasiado bien.

"Ser madre es lo más grande que le puede pasar a una mujer en su vida, y no porque recuerde lo bien que se lo pasó al concebir al niño ... aunque yo no era tonta, eh" fue la frase que acompañada de sonrisa picarona y aún más picarón guiño de ojos utilizó para explicar la trascendencia que tenía para ella su hijo.

"Pero a ver, ¿me está diciendo que a su hijo no le gusta leer y entonces le quiere usted regalar esta novela mía de ochocientas páginas? Pero si lo que me dice es que le gustan los deportes ¿por qué no le invita usted al fútbol?" "Este libro es el último de una trilogía, no sé para qué se lo lleva a su hijo si no le gusta leer y además no se ha leído los dos anteriores y no va a entender nada" son dos frases sinceras y afiladas que con toda educación dirigió a dos cazadoras de dedicatorias que pretendían que si un libro estaba dedicado era más fácil que un no-lector leyera.

"Creo que la pila del sonotone se ha acabado, así que mejor nos retiramos porque ya no me entero de nada" fue la estupenda forma que tuvo de decir que estaba cansada y que daba por terminada la cena, después de comer una frugal y exquisita merluza, deleitarnos con detalles de su vida, de la Academia, de sus andanzas como escritora, y de enfadarse por su hijo, que intentaba que cumpliera con las prescripciones del médico.

Fueron tantas palabras, tantas sonrisas, tanta vida que hoy no era posible sino una gran alegría. Porque nuestra abuela escritora, la que nos regaló Olvidado Rey Gudú, Los soldados lloran de noche, Los Abel, y tantas otras páginas desde las que la magia bulle, nuestra abuela escritora, por fin ha alcanzado un premio que parecía resistírsele y que se merece no más que nadie pero sí tanto como cualquiera.

Enhorabuena, Ana María, hoy contigo hemos ganado todos.

martes, noviembre 23, 2010

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE POMPEYA


Desde que Italia se convirtió en el país de pesadilla conocido como Berlusconia, la cultura, la de toda la vida, no la de las mamachicho y las velinas, se encuentra en peligro.

En general a los conservadores no les gusta conservar, de la misma manera que como apuntábamos hace un par de días, los liberales suelen no serlo salvo para autojustificar sus desmanes. Así que de un Berlusconi liberal-conservador se puede uno esperar cualquier cosa. Invertir en cultura suele ser considerado inútil por personajes como Il Cavaliere en primer lugar porque su cultivo suele generar un peligroso desarrollo del pensamiento ético y estético y en segundo porque no es fácil obtener con ella largos y copiosos dividendos que a la luz o en la sombra se puedan repartir con los amigos. Tercero y más importante, las adolescentes con vocación de velina se suelen aburrir en la ópera, aburrir en los museos, aburrir leyendo y aburrir visitando monumentos, así que poco pueden hacer unas casas viejas y medio en ruinas para servir a Berlusconi si además tampoco es posible transformarlas en un parque temático a lo Disneyworld pero con volcán de fondo.

Se cayó la Casa de los Gladiadores de Pompeya. Un suceso terrible que nos demuestra que sobrevivir a Berlusconi y su banda es mucho más difícil que sobrevivir a una erupción del Vesubio.

Y lo malo es que se trata de la crónica de una ruina anunciada. Que había avisado repetidamente el riesgo de colapso de algunos edificios pompeyanos, como continúa en estado de alarma ante el alto riesgo en el que se encuentran otros importantes monumentos italianos que forman parte del catálogo del Patrimonio de la Humanidad, como la cúpula de Santa Maria dei Fiori y el convento de Santa Úrsula en Florencia o el Foro y el Coliseo romanos. Víctimas del tiempo, la contaminación, la presión turística que afecta negativamente a otros espacios universales, pero sobre todo de la desidia de un gobierno al que poco o nada le importa el patrimonio histórico artístico.

¿Se pondrá ahora manos a la obra este presidente de pacotilla para tratar de reconstruir el emblemático cuartel de Pompeya? Tal vez el escándalo internacional lo empuje a levantar al caído, eso sí con contratos que implicarán mucho más dinero público del que hubiera sido suficiente para preservar el edificio y que permitirán el reparto de muchos más favores para los amiguetes. Que a eso es a lo que llaman los liberal-conservadores, en Italia y aquí, gestionar bien los intereses públicos.

Claro que siempre podría algún amigo italiano recordarme los largos, larguísimos años que esperó el Ayuntamiento de Santander para intervenir en el Palacio de Pronillo. O que a lo mejor se desploma antes el Palacio de los Acebedo en Hoznayo.

Pero por el momento, salvada una vez más su delicada salud de los intereses políticos, de las presiones demagógicas y de la voracidad turística, Altamira sigue cerrada.

lunes, noviembre 22, 2010

DON GATO EN SANTANDER


No pude finalmente acercarme a la concentración convocada por Huellas Cantabria y otros colectivos de defensa de los animales frente al Ayuntamiento de Santander para protestar por el envenenamiento de gatos callejeros e instar al municipio a desarrollar una política de control poblacional basada en la esterilización de los sujetos que viven en la calle. En conformidad, por cierto, con las propuestas de la Organización Mundial de la Salud avaladas por las organizaciones internacionales sobre bienestar animal.

A mí no me molestan los gatos callejeros. Los percibo como parte de ese universo vivo que se resiste a dejar la ciudad como territorio exclusivo de los humanos, como un latido vital similar al de la lechuza que vive en Jado, al halcón de la Avenida de los Castros, al jilguero que pasó la primavera cerca de los carmelitas. Pero además, me siento agradecido a las colonias callejeras que plantaron sus reales no sé cuándo por mi barrio, un barrio bastante desatendido por el Ayuntamiento y en el que antes de llegar yo, y según me han informado muchas vecinas mayores, las ratas campaban por sus respetos. Algo tendrá que ver el asentamiento gatuno con la retirada de los molestos roedores, y no sólo en El Carmelo, sino también en la campa de La Magdalena, en tantos edificios abandonados por tantas zonas de la ciudad, etc.

Recuerdo la casi veneración que sentían por los gatos las gentes de Venecia. Los callejeros dormitaban plácidamente al sol en las plazas y si algún gracioso se acercaba a molestarles, era seguro que alguna mujer del barrio saldría a espantar no al gato sino al molesto visitante. Lo comenté con Andrea y Alessandro, mis dos amigos músicovenecianos, y ambos coincidieron en el cariño que todos allí sentían por los gatos, como controladores de la población de ratas y otras igualmente poco deseables que se hubieran disparado con los canales. Giuliana, entonces mujer de Andrea, romana, añadió que algo similar ocurría en la Ciudad Eterna, cambiando canales por ruinas, a pesar de que ni siquiera los gatos capitolinos han podido librarse de Berlusconi.

Me gusta salir y contemplar a los gatos del vecindario, me gusta ver el compromiso de tantas vecinas con su alimentación y su salud, con la adopción de algunas crías. Pero entiendo que no sea sostenible una multiplicación felina descontrolada, como entiendo los riesgos que por ejemplo para el tráfico pueden acarrear (aunque en general es más bien el tráfico el que genera riesgos para los gatos). Y por eso me parece sensata y obvia la campaña de las chicas y chicos de Huellas: la distribución de alimentos de calidad suficiente y medicados no sólo para esterilizar sino para prevenir enfermedades endémicas en ciertas colonias y siempre peligrosas.

No puedo evitar hacer una referencia a las declaraciones aparecidas en los medios y la televisión regional de la concejala santanderina del ramo, que da por cumplida la misión del Ayuntamiento con las campañas sobre adopción de mascotas abandonadas y contra el abandono. Y es que me daba la impresión de estar plantando la hortensia fuera del tiesto. Porque la figura del gato callejero sólo en parte procede del abandono, porque muchas colonias tienen toda una tradición semisalvaje, ya de generaciones que se han ido auto-regulando, y porque en cualquier caso si la educación y las multas fallan, supongo que alguien deberá tomar las medidas pertinentes para evitar el descontrol reproductivo sin necesidad de causar daño a los animales.

Y causando el daño necesario vía multa a otro tipo de animales, a los que envenenan o apalean gatos (hay uno de esos engendros un par de portales más allá), además de sancionar como se merecen a los que abandonan.

Aunque con un pequeño retraso, este blog se manifiesta en apoyo de la campaña de protección de los gatos callejeros en Santander. Contra el exterminio y a favor de medidas profilácticas.

domingo, noviembre 21, 2010

¿LIBERALES?


La acumulación estos días en los medios de noticias que hablan del importante endeudamiento público de importantes ayuntamientos gestionados por el PP (Madrid o Málaga como claros ejemplos, pero tampoco estaría bien olvidar en el lote al santanderino De la Serna), de las importantes cantidades que los presupuestos de la Comunidad de Madrid dedican a la enseñanza concertada al tiempo que desmantelan la pública, las propuestas de Aguirre a Gallardón para que amortigüe su deuda despatrimonializando a todos los madrileños (más o menos lo que nos hicieron en Santander con el Servicio de Aguas), las propuestas electorales en Cataluña, destinadas a impedir el libre ejercicio del trabajo y por tanto a impedir la libre competencia, hacen que me resulte inevitable recordar la que para mí es la gran falacia que divorcia los análisis teóricos del Liberalismo con la puesta en práctica de un presunto pensamiento liberal por quienes son, simplemente, conservadores.

Sea cual sea la propuesta liberal que acojamos (que liberalismos hay muchos, y bastante diferentes), uno de los discursos básicos es el de la abstención del poder en la vida social y económica para permitir un recorrido libre de las personas y los bienes que garantice el ascenso de los mejores, en una suerte de meritocracia que estaría garantizada por ese libre flujo de las energías.

Resultaría difícil, sin embargo, encontrar liberales en el ruedo ibérico que avalen la necesidad de un impuesto sobre las sucesiones y donaciones, a pesar de que nada aporta nuestro mérito o demérito a la posibilidad de haber crecido en una familia afortunada. Tampoco será fácil encontrar liberales que afirmen la primacía de la igualdad de oportunidades a través de un decidido apoyo a la enseñanza o la sanidad públicas, como garantes de una cierta equidad en el inicio de la carrera vital.

Y eso porque cuando los liberales hablan de que se supriman normas y factores de corrección para que sean los mejores los que lleguen antes y más lejos, lo que en realidad están haciendo es apostar por la preservación del statu quo, de las redes de privilegios, cunas, fortunas y relaciones que no sólo no permiten que sean las manos más trabajadoras, el cerebro más brillante, la voluntad más esforzada las que se alcen con el triunfo social, sino que por el contrario pervierten el sistema para que se perpetúen en los diversos espacios del poder las dinastías que siempre lo tuvieron.

Todavía más, sorprende en los conservadores europeos, se definan o no como liberales, su resistencia a los progresos en los derechos de ciudadanía, su esfuerzo por impedir que, en efecto y como supondría el sostenimiento de una mínima coherencia liberal, cada uno de nosotros pueda ser gobernante del propio timón de su vida privada, sin arrastrar pesadas mochilas cargadas de esos viejos prejuicios excluyentes por los que tan gozosos suspiran estos pseudoliberales.

No son liberales. No respetan los derechos y la privacidad de los ciudadanos, utilizan y malemplean el dinero público pero no en favor de la sociedad sino de sus propios intereses privados y los de sus amigos y redes, pagan sobreprecios y comisiones que encarecen el mercado para todos y perjudican cada una de nuestras economías domésticas. No, no son liberales. Simplemente conservadores sin ideas ni principios que no sean mantener un orden social que les beneficia no por su trabajo ni por sus méritos, sino por haber nacido entre blandos colchones cubiertos de sábanas bastante poco limpias.

sábado, noviembre 20, 2010

20 DE NOVIEMBRE: TODOS CONTRA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL EN INTERNET


Son muchas las campañas que se mueven entre las redes. Hace un par de años me llegó a través del blog de Óscar Sin Nick, "Lo llaman comunicación" la iniciativa para convertir el 20 de noviembre en un grito de la blogosfera contra la pornografía infantil y por supuesto decidí que mi Santander Posible tenía que sumarse.

Mientras yo escribo estas pocas líneas, algún indeseable estará escribiendo en sus buscadores palabras como "Lolitas" o "pedoboy" o "boylover" y tratará de encontrar una de esas cavernas pestilentes en las que se roba la infancia a niños y niñas de todo el mundo y se los convierte en objetos sexuales para la satisfacción de los más repugnantes deseos.

Os sorprenderá tal vez saber que desde que colgué por vez primera el texto que luego añadiré no ha habido un solo día, ni uno, en la historia de mi blog en el que entre los motores de búsqueda no haya llegado algún visitante no invitado que no estuviera buscando "lolitas", "niñas desnudas", "zorras de 12 años", "niñas de menos de seis años desnudas", y muchas variaciones, algunas tan asquerosas que prefiero no escribirlas. Pero al menos eso me ha servido para tener claro que cada vez que escribimos un artículo como éste en nuestro blog le estamos amargando la fiesta a algún tipo asqueroso que babea tras la pantalla de su ordenador. Así que de nuevo quiero colaborar y de nuevo quiero frustrar las búsquedas de los pedófilos.

Porque estos meses no han sido sólo los de la comprobación anterior. También han sido los del descubrimiento en otra red, en Facebook, de muchas páginas pedófilas, algunas con fotos terribles, y de la colaboración con buenos y comprometidos amigos para denunciar esos perfiles ante la policía y ante la administración de Facebook. Amigos de los que estoy orgulloso porque con su trabajo, nuestro trabajo, son varios centenares de perfiles delictivos los que han caído ya de la red y espero hayan servido para dar buenas pistas a la policía.

También han sido los de una reflexión también oscura, la de cómo cada vez que en la prensa se escribe "pornografía de menores" la gente lee "viciosos homosexuales". A pesar de que la mayor parte de la pornografía infantil tenga como víctimas a niñas, con A, y eso porque el lenguaje sigue siendo ambiguo y tramposo. Y porque algunas de las instituciones que más guapas estaban calladas al hablar de abusos a menores se permiten el lujo de rebuznar en el nombre de dios acusando a los hombres homosexuales de su propio lado oscuro.

Hoy, 20 de noviembre, Un Santander Posible se posiciona de forma clara contra la pornografía infantil, contra la explotación sexual de niñas y niños, y a favor de un control exhaustivo y una severidad ejemplar contra los cerdos que destruyen tantas infancias violando, produciendo, filmando, compartiendo, visionando imágenes que nunca deberían haber existido.

Copio el texto oficial de la campaña y termino, un año más vencido por el asco.

Dicen que si escribes en un artículo de tu blog términos como angels, childlovers, lolitas, boylovers, girllovers, pedoboy, fetishboy, boyboy o feet boy no sería raro que acabara aterrizando por el mismo uno de esos tipejos que andan a la caza de nenes calientes, niñas desnudas, nenitas y que utilizan los buscadores para llenar de viscoso placer su mirada asquerosa.

Hoy es 2o de noviembre y un año más miles de blogs intentarán estropearles las pajas a unos cuantos cerdos. Puede que al escribir esas palabras alguno aterrice por aquí y se encuentre no con lo que buscaba sino con los ojos de esos niños y niñas, ojos limpios, que no serán para él.

¿Es posible frenar esta plaga? ¿la de las vidas de tantos niños y niñas destrozadas por la pornografía infantil y lo fácil que resulta distribuirla en la red? Hay países que permiten albergar en sus servidores este material, países que hacen la vista gorda, piratas que engañan a través de las redes sociales a preadolescentes y luego los chantajean, hay ávidos consumidores que se pasan claves, páginas, archivos. Y afortunadamente hay unas redes policiales cada vez más atentas y cada vez más especializadas que van detectando ordenador a ordenador dónde se encuentran los pedófilos que son capaces por un breve instante de placer de arruinar una vida.

Si eres uno de los lectores habituales del Santander Posible, recuerda que puedes tropezar con archivos o información relacionada con la pornografía infantil por casualidad. No dejes de denunciar lo que has encontrado, no permitas un solo contenido infame.

Si eres uno de los que buscaban el cuerpo de una niña o de un niño para pasar un buen rato ... qué quieres que te diga. Simplemente que me das asco, y que me alegro de haber contribuido a joderte el día.

Por un mundo de niños que puedan ser niños, NO A LA PORNOGRAFÍA INFANTIL.

viernes, noviembre 19, 2010

EL AMIGO MARROQUÍ Y OTROS COLEGUIS


Espero que el exceso de cautela de nuestro medroso gobierno se termine al recibir el análisis de la agresión marroquí al campamento saharaui y otros desmanes contra la población de El Aiun que al parecer está elaborando Human Rights Watch. Porque todavía siento respeto por los informes de organizaciones internacionales que no abandonan sus valores a cambio de un par de apretones de manos y una buena balanza comercial con cualquier tiranía de tres al cuarto o al por mayor. Un respeto inversamente proporcional a lo que pienso de la escena diplomática, cuya suciedad en razones y justificaciones me hace sentir huérfano de un actor internacional capaz de defender de verdad esos valores tan importantes para mí que son los derechos humanos y la dignidad de las personas.

Al menos, parece que esa reacción más clara se apunta en la intervención de Trinidad Jiménez ayer en el Congreso de los Diputados y su mención a la espera de un análisis independiente, que sería precisamente el de Human Rights Watch. Poco después de que el representante de un gobierno terrorista, el ministro marroquí de interior, tuviera la desvergüenza de comparar a las víctimas con los verdugos y de acusar a los saharauis de ser "como Al Qaeda".

El caso es que el amigo / primo / colegui marroquí se me ha aparecido hoy hasta tres veces en los medios. Y siempre en noticias que recuerdan de qué lado está. Para que luego nos acusen de racistas y manipuladores y no se sabe de cuántas cosas más.

Una de ellas es la infame decisión de Naciones Unidas de eliminar la referencia a la orientación sexual en su resolución periódica de condena a las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias o sumarísimas. O lo que es lo mismo, que con el concurso de 79 países contra 70, sumando el no menos indecente silencio abstencionista de 17 y la no menos indecente ausencia de 26, Naciones Unidas parece no molestarse demasiado si en cualquier parte del mundo ejércitos, guerrillas, fanáticos o terroristas de cualquier pelaje sacan a un homosexual, lesbiana o transexual de su casa, lo arrojan en una zanja y le descerrajan cuatro tiros. ¿A que no saben qué dos países firmaron la enmienda que solicitaba la desaparición de cualquier referencia a la orientación sexual en la denuncia? Uno, un país que se cuenta entre los máximos receptores de ayuda humanitaria internacional, Mali. El otro ... el amigo marroquí. Y entre los apoyos, con sorpresas inexplicables al margen de alineamientos político-diplomáticos indecentes y en contra de los propios valores como la de una Sudáfrica que sin embargo reconoce la igualdad política y jurídica de las personas lgtb, todos los matones de mierda a los que no sólo consentimos cualquier abuso, sino que permitimos contar con derecho de veto en el Consejo de Seguridad, con voto privilegiado en cualquier conferencia internacional sobre el asunto que sea, derechos humanos incluidos, y hasta regalamos olimpiadas o exposiciones internacionales sin sonrojarnos y aceptando sus controles contra la libertad de expresión, como Rusia o China. Y una larga y repulsiva lista de amigos y enemigos, islamistas, ateos y cristianos, rojos y fachas, cubas y arabias, coreas y persias, ruandas, líbanos y vietnames.

Y ya para redondear la mañana con el amigo marroquí, ese que tanto nos divierte en el patio del cole, ese al que reímos las gracietas para que no nos robe el bocadillo, la anunciada ausencia de varios embajadores en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, en un movimiento conspiratorio-diplomático de China, que no soporta que alguien pueda honrar a un ciudadano de su país capaz de hablar en voz alta y sin miedo, y al que pronto se han sumado otros tiranos de todo color que tiemblan sólo de pensar que alguna vez pueda pasarles lo mismo. Otra vez China, otra vez Rusia. Y otra vez nuestro queridísimo vecino del sur con su Tiranosaurus Rex al frente.

Pues nada, chicos, a seguir comerciando. Que la pela es la pela y al parecer la dignidad da menos dividendos.

DECÍAMOS AYER ... TOXYC LADY AND THE KILLING ROTAFLEX


Estoy escribiendo a un ritmo pelín desenfrenado estos días, y además subiendo de lectores, así que para relajarme un poco, he decidido volver al viejo truco del "Decíamos ayer...". O lo que es lo mismo, la recuperación de una entrada antigua del blog, escrita en el mismo mes de la re-publicación. Y echando un vistazo me encontré con uno de los textos más delirantes de la serie cómico-biográfica Momentos estelares. Allá que os van de nuevo las aventuras de la singular Toxyc Lady:

Como estuve pelín intenso estos días de atrás, le prometí a Elena una nueva entrega de los Momentos Estelares. Como siempre en mis series y posts irónicos en un 95% real, cambiando nombres y escenarios cuando es preciso, pero poco más.

Cuando Santander era un poquito, sólo un poquito, menos gris que ahora, hubo un tiempo en que muchos locales hervían de actividad. Cuentacuentos, monologuistas, teatro alternativo y no tan alternativo, transformistas, grupos musicales, cantautores ... No era habitual pero tampoco excesivamente extraño encontrarse por la noche algunas deliciosas excéntricas del marimundo revestidas de drag queens incluso por el siempre delicado itinerario de heterolandia. Plataformas de altura inverosímil, licras de lamé plateado ajustadas hasta la asfixia, movimientos provocadores, miradas procaces, pelucas y maquillajes que pondrían cara de angelote barroco al mismísimo Marilyn Manson ...

Había derramado lisura en las Canarias, practicado la prostitución callejera en Montera, iluminado los bares más oscuros de la margen izquierda ... Y regresaba a casa más llena de glamour y de ideas peregrinas que nunca. Era, claro, la mujer venenosa, la nunca igualdad Toxyc Lady.

Por el día se ponía unos pitillos de colorines, un t-shirt de lentejuelas y un flequillo juguetón y se dedicaba a esteticienne pirata a domicilio. Su especialidad, la inyección ilegal de colágenos de contrabando en labios indefensos y papos arrugados para conseguir sutiles formas tersas y sicalípticas. Nunca acabó de coger el truco técnico y no era raro reconocer a la mañana siguiente por el Mercado de la Esperanza y la Boutique Calé a sus víctimas: los colágenos mal fijados se desplazaban lenta y traicioneramente por las noches hasta amasarse en uno de los extremos de la boca, provocando unos labios rotundos de un lado y estrechos de otro, en una suerte de mueca imposible de ocultar, con forma de chicle de fresa a punto de explosionar.

Por las noches, se alzaba imperial sobre sus argentinas plataformas, se embutía en imposibles vestimentas de corte punk-post-industrial-de-provincias y se abalanzaba contra los escenarios oscuros de atmósfera cutre-post-industrial-seminal-de-provincias de La Caverna. Donde el público aguardaba ya expectante y pre-extasiado una nueva y rompedora performance.

Presenciar la transformación de Toxyc Lady en una especie de Lagarta Jefa a lo Diana de V, con verdes refulgentes y ceñidos alrededor de sus extremidades longilíneas y su cuerpo falsamente preñado, antes de simular con radical ambiente musical un parto doloroso en el que desgarraba su vientre y extraía ante el generalizado asco hilos interminables de placenta construida a base de macarrones con tomate hasta que al fin salía el Nenuco de su prima Maritere, asombrado y entomatado, que arrojaba con furia contra el público, era, qué duda cabe, un bello exceso.

Pero nunca pudo superar la cima que a sí misma se impusiera con su gran y última noche. Apareció más divina que nunca, más postindustrial que nunca, más metálica y agresiva si cabe que nunca. En el escenario, una especie de yunque nos acercaba a las más extravagantes escenografías de Bayreuth para la fragua de Mime. Definitivamente, Santander entraba de la mano de Toxyc Lady en plena modernidad ...

Armada con una Rotaflex a toda revolución, la música hard a todo volumen, la oscuridad reinventando las siluetas, Toxyc Lady comenzó a mover su sinuoso personaje hasta que toda una clásica ira descontralada de Furia y Ménade la poseyó. Comenzó a golpear el yunque con la Rotaflex. Con saña. Mientras bonitas cascadas de chispas multicolores llovían sobre la oscuridad iluminando un universo fascinante de maricaras embobadas, unas traicioneras e imprevistas esquirlas fueron desgajándose del yunque impulsadas por la brutal agresión de la Rotaflex. Esquirlas de puntas afiladas que se camuflaron entre las chispas y la oscuridad y comenzaron a llover sobre el público.

Unos pocos minutos tardó Toxyc Lady en terminar su performance, apagar la música, encender la luz y alumbrar el caótico y enmudecido efecto de su ardiente interpretación sobre el público. Frentes abiertas y sollozantes, espectadores tirados sobre si mismos intentando descubrir de dónde vino el golpe o detener la sangre. Bella, bella, bella performance. Inolvidable. Llena de color (rojo) antes de que las ambulancias recogieran a los siete muchachos más afectados y un par de marimédicos improvisaran un First Aid Area en los butacones del Dark Room.

Terminó esa noche la carrera de Toxyc Lady. Una pena. Al fin y al cabo no hubo muertos. Y todos reconocen años después cuánto ganó Pacuco Cortiguera, "La Mejillona de Bostronizo", al perder el ojo que bizqueaba y que con glamour y mimo oculta desde entonces bajo un satén negro en forma de parche pirata. Ni punto de comparación.

jueves, noviembre 18, 2010

MÁS ALLÁ DEL ARCO IRIS


Aunque es cierto que la hiperactividad a la que someto a mi poco tiempo había hecho que en los últimos años mantuviera cierta distancia, hoy es un jueves con un punto nostálgico. El primero, después de más de diez años y tras la renovación ayer de su Junta Directiva, en el que entre los compromisos propios de cada día no se encuentra la Asociación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Cantabria, ALEGA.

Qué pronto se dice, más de diez años... Lo recuerdo como su hubiera sido el pasado fin de semana, el momento en el que Javi-Papi, entonces Presidente de la asociación, me acercó en El Dragón para comentarme que querían poner en marcha un ciclo de cine de temática lgtb y que les gustaría contar con mi colaboración. Andaba yo echando de menos a un impresentable y me pareció buena idea ocupar tiempo, corazón y cabeza en otros menesteres menos adolescentes, y así fue como crucé por vez primera las puertas del Centro Arco Iris, aquel hermoso proyecto que tras un tiempo no pudo ser más.

En estos diez años han pasado muchas cosas en mi vida, algunas de ella relacionadas directamente con ese día en el que crucé esa puerta y comencé a comprometer una parte de mi vida en la lucha por la igualdad para las personas lgtb a todos los niveles, tantas que en este momento no puedo ver a ALEGA más que con aquellos ojos del corazón que el Zorro le desveló al Principito. Porque hubo un tiempo terrible, aquel en el que llegamos a pensar que tendríamos que echar el cerrojo y disolver la asociación. Pero también otros difíciles, tiernos, humanos, divertidos, arriesgados, felices, llenos de compañerismo y de sonrisas. tiempos inolvidables.

¿Cómo olvidar la alarma de Joseba cuando todo inocente le llamé para comentar que iba a dar una rueda de prensa para presentar un festival de cine, y a pesar de su larga visibilidad y su larga militancia me dijo "ni se te ocurra, Regino, no seas tú la cara del colectivo ... o despídete para siempre de encontrar novio"? ¿Cómo, tras la rueda y la foto en la prensa olvidar la primera llegada a mi clase de 4º de ESO donde estaba fotocopiada y ampliada a tamaño póster en la pared ... y yo, pobre de mí, que había pensado que no se enteraría casi nadie, jajaja? ¿Cómo olvidar la excepcionalmente abierta reacción de mis alumnos de Ética, que comenzaron a hacer preguntas de forma abierta y sencilla, haciendo que improvisara una primera clase acerca de la necesaria igualdad para todos que precedería a otras muchas, año tras año, tratando de que hubiera un pequeño espejo en el que los hipotéticos alumnos lgtb pudieran reconocerse y quererse? ¿Cómo olvidar el apoyo de los compañeros del Colegio Altamira ... Ana, Paz, Piluca, o la reacción de los padres que se acercaron para preguntarme cuál de las películas que había presentado sería la mejor para ir toda la familia, niños incluidos ... y allá que fueron a disfrutar con Get Real?

Tuve yo que desmontar mis propios prejuicios, esa homofobia interiorizada durante muchos años, y aprender que no es verdad que las personas mayores no puedan entender la orientación sexual diferente, gracias a mis alumnas de las Aulas de la Tercera Edad. Y que no es verdad que en los pueblos sea misión imposible la normalidad, gracias a las señoras de mis grupos de lectura, o a aquella conferencia en Sarón, la misma en la que un hombre de más de setenta años se acercó al final para darme las gracias por haberle dejado escuchar todas aquellas esperanzas en público por primera vez en su vida. Pero hoy tengo una pequeña satisfacción, sobre todo la de saber que hubo alguna chica lesbiana, algún chico gay, un muchacho transexual que, en efecto, vieron el camino un poco más fácil, y hasta me hicieron el regalo de convertirme en el primer confidente de sus miedos.

Me reí entonces con la sorpresa de una amiga del Santander lleno de apellidos rimbombantes que gritó "Pero Regino, lo tuyo en San-Tan-Der ha sido una Con-Mo-Ción" recordando ese Santander que se limita a su familia y sus compañeras de colegio. Y me río ahora con frases como "Mejor si cuando sales en la televisión o el periódico dices los dos apellidos, que así nos evitas a tus tíos pasar la vergüenza que estará pasando tu madre" o la mucho más dolorosa por la cercanía de "¿No había otro más idiota que tú para ir exhibiendo su degeneración por las televisiones?". Como me río y me reí de las amenazas que me llegaron al móvil en varias ocasiones en el tiempo del debate sobre el matrimonio.

Un tiempo hermoso, el tiempo de levantar la cabeza, de dar la mano a Oliver en el cine o en el Paseo de Pereda, de besar en Cañadío a Javi, de comenzar a escribir poemas de amor en masculino para que así un poeta malo pudiera hacer un soneto satírico que difundió por las zonas culturetas con ayuda de un par de individuos para comentar lo que le aburría el maricón de Regino. Y de descubrir que el lenguaje está cargado de trampas, por mucho que tantos se rían de la reivindicación de un lenguaje inclusivo que es clásica en el Feminismo.

ALEGA fue la oportunidad de conocer a Fede, a Carmen, a Javijoven, a Eduardo, a Mario, a Nati, a Silvia, a Fabiola, a Rubén, a Jesús, a Isra, a Natalia, Alberto, Marisa, y tantas y tantos. Y no la oportunidad sino el don maravilloso de encontrar a Vito y a Perla, con los que tantas horas he compartido y voy a seguir compartiendo. ALEGA fue la oportunidad de luchar, de vivir desde dentro los años en que luchamos por cambiar el Código Civil y el momento feliz de ganar la batalla (que guerra queda mucha), para continuar luego con otra batalla ganada, la Ley de Identidad de Género. Y la decepción de NO haber conseguido una Unidad de Género en la sanidad pública de Cantabria (¡gracias, consejero!). La esperanza de haber sido una voz capaz de defender con dignidad en los medios, en los debates, en los espacios sociales, los derechos de las personas lgtb, la tierra de la igualdad. ALEGA han sido las banderas del Arco Iris en 30 municipios de Cantabria, la primera de ellas en mi Reinosa, donde por vez primera sentí el calambre de la diferencia (qué peligroso es tener a San Sebastián de patrón, jeje). Y también la bandera que NO han puesto nunca en el Santander de los populares. ALEGA fue afilar la lengua para pegar un par de cortes a los representantes de las posturas más rancias en los debates de las teles locales cuando pretendieron hacerse los graciosos. ALEGA ha sido la operación rescate para tratar de sacar a un chico de una familia legionaria y tóxica.

ALEGA ha sido un ramo de flores blancas para despedir a Leo.

El aprendizaje de una dignidad que una vez llegó y que habrá de seguir llegando.

Javi, Pedro, Isaac: Toda la suerte del mundo en el empeño, en los empeños, en todo lo que queda por hacer. En ese camino hacia los sueños de colores en los que siempre me tendréis a vuestro lado.

Y para todas y todos los que en algún momento habéis formado parte de esa peculiar familia, de ALEGA, desde el corazón GRACIAS.

(Jódete, Reverte, que hasta la mitad he mantenido esa hombría que tanto te gusta, pero a partir de la mitad he empezado a despedirme con lágrimas. Y en público, que estoy con el portátil en el Siboney).

Dentro Rufus



lunes, noviembre 15, 2010

ESTAMOS LEYENDO ... "LA PERLA", DE JOHN STEINBECK


Descubrir América, inventar la pólvora, quedar fascinado por la lectura de un libro que tal vez fueras la única persona del mundo en desconocer es una sensación maravillosa. Nos recuerda por qué los clásicos lo son y nos permite revisar nuestra aventura lectora tratando de recordar las razones por las que alguna vez pasamos de largo ante joyas como La perla.

Había leído algunas novelas de John Steinbeck durante mi etapa universitaria, siempre con agrado, aunque tengo la impresión de que en aquel momento sólo Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros me caló con fuerza. Imagino que padecía dos complejas enfermedades simultáneas, la novela históríca y el mundo celto-artúrico. Pero aunque sí recuerdo haber tenido en la mano varias veces La perla, nunca llegué siquiera a hojearla.

La elegí casi por casualidad (y porque había muchos ejemplares en la librería) para terminar la presente edición del taller de lecturas con las mujeres de Udías. En una traducción espléndida, por cierto, de Horacio Vázquez Rial para Edhasa.

Con su estructura de cuento, de fábula moral que necesariamente nos presenta una historia de buenos inocentes y malos especialmente perversos, sorprenden las múltiples lecturas, los diferentes focos de atracción con los que Steinbeck nos atrapa. ¿Nos habla de la codicia y todo el horror que puede desempeñar? ¿estamos ante un código trágico donde un destino inexorable castiga a los protagonistas hasta la muerte de Coyotito? ¿es una defensa del buen salvaje, de la bondad natural rota por la civilización o los afanes económicos?

Yo he leído ante todo un alegato en favor de la dignidad, del héroe pequeño que sobrevive a la pobreza cotidiana, afronta con ilusión la fortuna milagrosa, la Perla del Mundo, que encuentra dentro de la vieja ostra, reacciona con furia contenida pero sin dejarse vencer ni domesticar frente al médico racista, elitista e hipócrita, o ante los turbios tejemanejes de los compradores de perlas, dispuestos a pactar la estafa común como actuales banqueros. Y que a pesar de la muerte de su pequeño y de la desilusión, no se deja vencer y sólo entregará su perla al mismo océano que se la regaló.

Steinbeck nos lo cuenta con un lenguaje seco y milagroso, que pule las palabras y las reduce a una expresión mínima, llena de emoción, con escuetas pero hermosas fotografías de paisajes y de objetos; con pequeños apuntes y silenciosas conversaciones de palabra avara más que suficientes para perfilar la entidad moral y psicológica de los personajes. Con la maestría sencilla del maestro.

Juana, Kino y Coyotito. Tres nombres más para la historia del prodigio. La perla, una nueva isla en la ruta de los sueños.

domingo, noviembre 14, 2010

DE LOS VALORES A LA VISTA GORDA (Pequeña indisciplina dominical)


Leo en la prensa que el Presidente del Gobierno y Secretario General del partido en el que milito, José Luis Rodríguez Zapatero, ha pedido disciplina y apoyo para justificar la tibia reacción de España ante el recrudecimiento de la violencia del tirano marroquí contra el pueblo saharaui.

Ya escribí el otro día que en mi opinión España debía ofrecer una imagen de firmeza y de condena. Y que me parecía de rigor encabezar acciones diplomáticas en diferentes ámbitos que permitieran al Mohamed Sexto entender que en algún momento la comunidad internacional dejaría de reírle las gracias y de consentir sus tropelías. ¿Una llamada a consultas al Embajador de España en Marruecos? Por mucho menos ya vivimos la experiencia inversa. ¿Una iniciativa ante la Unión Europea para suspender el status de comercio privilegiado del que goza Marruecos apadrinado por Francia mientras no se solucione el conflicto del Sahara en los términos propuestos por Naciones Unidas?

Y sigo manteniendo la misma opinión. Porque aunque soy consciente de que son muchos los asuntos en juego, de que la cooperación de Marruecos y con Marruecos determina puntos importantes de la agenda bilateral, y resulta vital en algunos de ellos, pienso también que un país cuyo sistema supuestamente defiende algunos valores que son para mí importantes y que se encarnan en la figura de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus convenios de desarrollo.

Hace ya mucho tiempo que Occidente abdicó de su compromiso con los derechos humanos, que la Unión de Mercaderes Europeos prefirió comerciar los grandes campeones de la injusticia sin importarle que sus manos quedaran, como las de Lady Macbeth, manchadas de una sangre que resultará imposible de borrar. Y en nombre del culto al becerro de oro, mirar hacia otro lado ante los desafueros de países como China, y hasta premiarlos con Olimpiadas y Exposiciones internacionales.

Ahora, de nuevo, el mismo Mohamed VI que se define como "primo" de nuestro rey, el mismo gobierno marroquí que parece decidido a ocultar sus propias miserias, sus abusos de poder, la injusticia y miseria en la que vive su pueblo, la constante transgresión de las decisiones de la comunidad internacional, agreden al mismo pueblo saharaui al que hace tanto tiempo ya dejamos abandonado a su suerte. Y España, el país que según Naciones Unidas desempeña el papel de administrador teórico de la ex-colonia, el país del que muchos saharauis son todavía ciudadanos teóricos, pide calma y contención, hasta que se aclare todo lo que está ocurriendo en El Aiun. Pero ... ¿cómo se va a aclarar si no se permite la entrada de informadores?¿cómo, si la única fuente va a ser el propio gobierno agresor?

Me duele presenciar con tanta impotencia y desde tan lejos el sufrimiento de los saharauis. Pero me duele también que mi gobierno sea tan tibio y me exija la misma tibieza. Porque la causa de la igualdad, la justicia, la libertad, los derechos, no admiten claudicación. Aunque se moleste Mohamed.

miércoles, noviembre 10, 2010

PINOCHO Y COSPEDAL, PAREJA DE HECHO


Debe de ser que algunos políticos han asumido ya como tan propia la triste identidad a la que han llegado los ciudadanos entre político y mentiroso, que ya sueltan sus falsedades con una desvergüenza tal que uno no sabe si no fían de nuestra memoria o simplemente es que nos consideran idiotas.

Salió la Marquesa de las Clases Medias (si la Esteban es la Princesa del Pueblo, a la Cospedad debe de tocarle este título) a defender las declaraciones de su jefe al diario El País en las que apunta la posibilidad de que no se mantenga, diga lo que diga el Tribunal Tardoconstitucional sobre la reforma del Código Civil, el matrimonio entre personas del mismo sexo. Y lo ha hecho mientras la nariz se le alargaba a palmo por palabra, alegando que su partido ha abogado en su programa electoral por una Ley de Parejas de Hecho que iguale derechos sin ofender a nadie.

Ese discurso, el de la apuesta popular por las parejas de hecho, ha sido frecuente desde hace un año y pico en distintos foros. Supongo que porque los estrategas genoveses han decidido que viste mejor jugar a la fidelidad programática que a la homofobia rampante. Pero es un discurso más falso que un euro de siete pesetas.

No se trata aquí de recordar que el Partido Popular tuvo entre 2000 y 2004 mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y el Senado, una mayoría que les hubiera permitido adoptar cualquier ley o medida que hubieran deseado. Y que con esa mayoría abortaron en varias ocasiones las proposiciones de ley presentadas por varios partidos para aprobar precisamente esa Ley de Parejas de Hecho.

Ni siquiera de recordar que cuando en el 2005 y ya con la reforma del matrimonio aprobada, en Cantabria se sometió a votación una Ley Autonómica de Parejas de Hecho que contó con el voto en contra del Partido Popular. Sí, ese mismo partido que dice por la boca mentirosilla de Dolores de Cospedal que apuesta por ellas.

Y mucho menos, como tantos medios y foros han hecho en estos días, resaltar la hipocresía de una mujer que quiere erigirse en defensora de no se sabe qué valores familiares impidiendo la igualdad formal para las personas lgtb pero desarrollando a su vez un proyecto de vida personal bien lejano de esos valores que dice encarnar.

No. Se trata de recordar que algunos no sólo tenemos memoria, sino el cuajo de asegurar lo que recordamos. O lo que es lo mismo,de revisar punto por punto los programas electorales del Partido Popular para las elecciones de 2004 y las de 2008. Y con esos mismos documentos delante afirmar que Dolores de Cospedal miente como una bellaca. Porque en ninguno de los dos programas aparece mención alguna a gays, lesbianas o transexuales, no se habla de políticas de prevención del vih (y hasta se llega a la absurda -y socialmente peligrosa- identificación entre vih y sida), no aparece propuesta alguna ni en sanidad ni en derechos civiles sobre una legislación sobre identidad de género, no se habla de la prevención del acoso escolar contra los jóvenes lgtb, no se menciona en el apartado de relaciones internacionales la persecución a gays y lesbianas en tantos países, etc. Porque simplemente no existimos para el Partido Popular, porque en sus programas de actuación política ni siquiera es capaz de mencionarnos en apartado alguno.

Y como no se nos menciona en apartado alguno, resulta que ni cuando hablan de la Constitución, ni cuando se refieren a la seguridad jurídica, ni cuando escriben sobre la calidad de la democracia, ni cuando presentan sus propuestas sobre exclusión social y por supuesto no cuando hablan de políticas familiares, nos encontramos encomendados en sus oraciones.

En resumen, es mentira podrida que el Partido Popular propusiera en sus programas electorales una Ley de Parejas de Hecho. Y desafío a Dolores de Cospedal a que me enseñe el texto en el que según ella se hace esa defensa encarecida del ghetto administrativo en el que quieren encerrarnos. Y ya de paso, la desafío también a que diga en voz alta y clara si esos contenidos igualitarios incluirían en la propuesta no realizada la adopción.

Admito prueba en contrario, puede ser que se me haya pasado el apartado o que estuviera camuflado en política económica o en las medidas antiterroristas. Pero mientras tanto, lo que digo yo en voz alta y clara es que María Dolores de Cospedal es una mentirosa.

lunes, noviembre 08, 2010

PELIGRO, ANIMALES SUELTOS


Cuando los llamados "jóvenes turcos" dieron el golpe de estado que inició la política de "Turquía para los turcos", miles de griegos esperaron acorralados en el puerto de Esmirna a que los barcos de las potencias occidentales les salvaran la vida. Los barcos prefirieron alejarse para que no se les relacionara con "asuntos internos". Algo que poco más adelante les ocurrió a los armenios. En España, el gobierno legítimamente constituido esperó en vano la ayuda de las potencias democráticas frente al golpe de estado fascista del tirano de Ferrol y sus compinches, una ayuda que nunca llegó. Tampoco llegaron los barcos que ayudarían a salvar a tantos miles de españoles acorralados y aterrorizados en el puerto de Alicante. Tampoco el auxilio de los aliados que aguardaron los combatientes refugiados en los montes resistiendo con sus pocas fuerzas al Franquismo. Esperaron judíos, checos o austríacos una reacción de los demócratas frente a las agresiones de Hitler.

Son tantas las ilusiones frustradas, la dignidad agredida, los pueblos y las personas humillados por la indiferencia culpable de quienes dicen defender entre sus valores constituyentes la libertad, la igualdad, los derechos humanos, que a nadie va a extrañar que la comunidad internacional continúe mirando hacia otro lado con el gesto estúpido de las vacas mirando al tren y la perfidia moral de quienes prefieren mantener controlado el bolsillo aun a costa de la dignidad también ahora. Ahora que la guerra sucia de la tiranía de Marruecos contra el pueblo saharaui ha adoptado la forma de guerra abierta no menos sucia, pasando por encima de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pasando por encima de las resoluciones de Naciones Unidas y sobre todo pasando por encima del dolor y la sangre de toda una comunidad.

Pero a mí me gustaría, por una vez, que mi gobierno, el gobierno del país que llevo en mi corazón que es también un responsable principal de la situación del pueblo saharaui, de una puñetera vez tomara la iniciativa, hablara en voz alta con las voces más fuertes que el protocolo diplomático permita y el puñetazo en la mesa más firme que pudiera ofrecer en los foros internacionales. Me gustaría que hoy mejor que mañana se llamara al embajador de España en Rabat a consulta y que se planteara un conflicto diplomático abierto y claro, aun a costa de las previsibles represalias económicas. Me gustaría que se dejaran de emitir en la televisión pública española esos anuncios insultantes que invitan a invertir en Marruecos, y que se presentara ante la Unión Europea una propuesta de resolución para que se suspendiera el estatus de privilegio del que goza la tiranía marroquí (con la sonrisa cómplice y complaciente de Francia) en las relaciones comerciales hasta que se diera cumplimiento a las resoluciones de Naciones Unidas sobre la autodeterminación del Sahara.

Aunque sólo fueran gestos, aunque nuestra capacidad de movimiento e influencia internacional no fueran suficientes. Por respeto a los saharauis refugiados, a los exiliados, a los sometidos, a los pisoteados, a los que ven cada día cómo sus derechos humanos, su dignidad, se ven pisoteados y ultrajados. Porque estoy harto de las torturas y los asesinatos, de las agresiones y la sangre. Porque estoy harto de sentirme inútil y cómplice.

Porque necesito ya que alguien ponga freno a la violencia infame de animales sanguinarios y sueltos como el de la foto.

Y que me perdonen los animales.

DÍAS TÓXICOS



El otoño no ayuda. Tampoco la lluvia insistente de estos días. Mucho menos las sombras, emboscadas en cada cajón de casa, en cada calle de Santander, en cada costumbre que ahora se revela idiota, como la de comprar en Lupa lo que le gustaba a Leo y que yo no soporto. Sobre todo las lágrimas que siguen aflorando por sorpresa, sin ser invitadas.

La cabeza da vueltas tratando de encontrar una explicación para su muerte, para la muerte obscena de un muchacho de 32 años, lleno de proyectos y energía, al que devoró el cáncer sin darle tiempo, sin darnos tiempo, a completar el catálogo de sueños.

No sabéis cómo entiendo a Quevedo y su "dios nos libre del doctor", cómo a la Tía Chavita o a mi madre, alérgicas a las consultas. Porque son tantas las preguntas que giran en torno a la medicina y sus protocolos, tanta la rabia que apunta en esa dirección. Y es que primero fue mi padre, que murió tras una intervención delicada sí pero de trámite, tras permanecer diez días ingresado y sin recuperarse al ritmo lógico, sin que nadie en el hospital se diera cuenta de que se le habían saltado los puntos y se estaba desangrando. Hasta que no hubo remedio.

Y ahora Leo, mi Leo. Y ya sé que el cáncer es una enfermedad que no tenemos controlada, que se desborda a veces. Pero no tengo claro lo que pueda haber pasado, y esa incertidumbre resulta demoledora. Sí, un tumor, un tumor grande con demasiadas raíces, pero un tumor que fue extirpado y del que recuerdo como si fuera hace diez minutos la primera evaluación de oncología, en la que se descartaba de manera rotunda que las raíces que no habían podido ser limpiadas pudieran activar la enfermedad. La propuesta de ocho sesiones de quimioterapia, no demasiado agresivas nos dijeron, para prevenir complicaciones. Y de pronto, la aparición de un nuevo foco especialmente virulento que se lo llevó en tres semanas.

¿Hubo un error de apreciación, continuaba en junio "tocado" y hubiera sido necesario un tratamiento más agresivo desde el primer momento? ¿Fue correcta la apreciación inicial y se les escapó en los análisis realizados cada tres semanas que algo se iba torciendo -porque el escáner que detectó la segunda mancha lo solicitó Leo, a medio camino, convencido de que le iban a suspender el tratamiento y de que podría ir fortalecido a Uruguay en Navidades-? ¿Era la situación de altísima gravedad desde el primer momento y alguien se consideró con derecho a ocultarnos la realidad, impidiendo que Leo pudiera despedirse de sus amigos y su familia al otro lado del Atlántico, impidiendo que pudiera suspender cuentas y obligaciones, impidiendo que pudiera viajar a Roma o a alguna de esas ciudades que le llenaban la esperanza?

Y encima, pongo la tele un rato para desconectar y se les ocurre emitir un documental sobre la transformación urbana de ese Montevideo que ya no podré recorrer de su mano.

Han quedado tantas cosas por hacer, tantas palabras que decirse, tantas preguntas sin respuesta, tanta rabia, que ni siquiera me sirve de consuelo la seguridad de haber estado en todo momento a su lado, de haber tratado de que fuera feliz, de saber que haberle tenido a mi lado fue un don que me regaló la vida.

domingo, noviembre 07, 2010

AGENDAS CULTURALES CON PÁGINAS EN BLANCO


Puede que tenga que ver con una peligrosa confusión entre lo que significa la gestión cultural y lo que significan las políticas culturales, puede que tenga que ver con la ausencia de ideas y proyectos en un ayuntamiento para el que la cultura jamás ha tenido relevancia alguna y que ha quedado noqueado tras la quiebra del sueño de Europa con el que más que una transformación radical del tejido cultural de Santander parecía latir el intento de dar animación a los meses previos a las próximas municipales, a falta de obras que inaugurar o primeras piedras que colocar. Puede que tenga que ver sólo con la obsesión por salir en los papeles haya o no contenidos que ofrecer.

Pero sea como fuere, me parece tan vacío, tan trivial, tan pobre el mensaje aparecido en la prensa local ayer, que nos presenta como la gran apuesta inmediata de la cultura santanderina "la creación de una agenda cultural única para la ciudad" como paso previo para la puesta en marcha de una fundación de cuyos contenidos, funciones y estructura nadie habla, que todavía no acabo de creerme no tanto el titular como el espacio que ocupa.

Estoy seguro de que habrá lectores que pensarán que no está mal que las diversas administraciones y organizaciones que actúan en el campo de la cultura se pongan de acuerdo para coordinar esfuerzos y no pisarse fechas. Y de alguna manera, ese acuerdo no está ni mal ni bien, pero demuestra un cierto desconocimiento de cuál es el funcionamiento, cuáles las necesidades y cuáles los perfiles de una ciudad asociada a lo cultural como engranaje identitario.

Siempre que he viajado y he pasado por una ciudad con cierto prestigio por su oferta cultural, me he encontrado con algo maravilloso: la posibilidad de elegir, de elegir eventos diversos en un mismo momento, que apuran los espacios posibles y que determinan una carta para todos los gustos. Una acumulación de eventos en los que en mayor o menor medida se cubrían ciertos parámetros de ocupación que justificaban su celebración y que nos hablaban de un elemento esencial, la pluralidad de gustos paralela a la pluralidad de oferta: ¿O es que si te gusta la música clásica es obligatorio que te gusten las conferencias sobre historia naval?. Y no estoy hablando de ciudades más grandes que Santander.

Por lo demás, la noticia pone de relevancia la necesidad de coordinarse con las actividades de las dos universidades que operan en Santander, pero tampoco parece tener claro cómo actuar con iniciativas privadas, o la actuación de otras instituciones (no nos olvidemos que el máximo programador cultural en Santander es el Gobierno de Cantabria, seguido de una entidad privada, la Fundación Botín).

De la misma manera, reducir la acción cultural a una reunión informativa periódica para casar agendas, tiene mucho de ignorancia profunda de cuáles son las dinámicas concretas del mundo del evento cultural, un mundo donde la actualidad urgente, las fechas disponibles en una gira, etc, condicionan en gran medida lo que se puede programar y cuándo. ¿Se va a rechazar un montaje teatral porque las únicas fechas disponibles coinciden con la inauguración de una macroexposición o con la presentación de un libro? Probablemente no, pero claro, ¿y si simplemente se trata de sentarse para cambiarse cromos no es suficiente con la lectura habitual de las páginas de cultura del periódico?

Claro que la agenda es importante y que de tanto en tanto pueden producirse coincidencias indeseables con posibles consecuencias de ineficacia y falta de rentabilidad, puntuales, que quizás pudieran evitarse con esa coordinación global.

Pero lo que llama la atención es que para hablar del futuro de la cultura en Santander se nos hable como paso básico de las técnicas de cumplimentación de agendas, y no se mencione nada de espacios adecuados y plurales, no se hable de la génesis de programas y grupos estables, no se hable de financiación, no se hable de modelos de gestión que permitan agilidad y flexibilidad, no se hable de contenidos, de proyección hacia el exterior ni de comunicación con el exterior, no se hable de programas formativos ni de actuaciones enfocadas a la integración social. En definitiva, no se hable de nada.

¿Qué se pretendía con "la noticia"? Supongo que un titular y dos columnas. Pues nada, chicos, prueba superada. Pero la transformación cultural de nuestra ciudad sigue ausente: ni está ni se la espera.
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