viernes, enero 17, 2014

ACCIDENTES A DESHORA O LA SUERTE DE MINERVA


Quién sabe si en vísperas de su fiesta oficial del 17 de enero andaba ya haciendo su ronda San Antonio Abad, protector oficial de los animales. Quién sabe si fue él quien propició que fuera el coche de , vaya, también Antonio, cerca de la lechuza herida en medio de la carretera.

Hubo trompo por medio, y la habilidad para evitar que otros dos coches menos atentos pasaran por encima del animal inmóvil , con el ala rota. Recogió Antonio a la lechuza, vamos a llamarla Minerva, y me envió un mensaje para que le orientara, preguntando qué podía hacer con ella. Le hice llegar el teléfono del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, creado para tales menesteres y que además no le quedaba lejos. También, consciente de la hora, alrededor de las 21:00 (Minerva, como las otras rapaces nocturnas tiene unos hábitos un poco canallas) le pasé la referencia del SEPRONA. Que se queda uno más tranquilo dejando estas cosas en manos de especialistas: no todo el mundo puede superar el miedo a recoger un animal silvestre herido, con un pico y unas garras que no son precisamente de juguete. No todo el mundo tiene información sobre cómo actuar, un lugar en el que alojar al animal, conocimientos sobre qué hacer con el ala rota …

El caso es que nadie había informado a Minerva de que era una mala idea accidentarse a deshora. El Centro de Villaescusa estaba cerrado. Y el SEPRONA amablemente indicó a Antonio que se la llevara a casa en una caja y que la llevara hoy a Villaescusa. A partir de las 10:00. Aunque, mira por dónde, no preguntaron si Antonio tenía otras responsabilidades, ocupaciones o trabajos que atender en horas laborables.

Vaya por delante que es evidente que los trabajadores del CRFSC de Villaescusa tienen el mismo derecho que todos a unos horarios definidos. Pero sí me pregunto por qué el Gobierno de Cantabria, ni cuando abrió el centro, cuyo trabajo por otra parte me consta que es ejemplar, ni ahora ha previsto un mecanismo de atención de urgencia. O si al menos esa actuación de urgencia no podría estar a cargo del SEPRONA, que si no creo mal sí está activo las 24 horas.

Hemos invadido sus espacios, les hemos relegado a ámbitos cada vez más pequeños y marginales, hemos extinguido a muchos y tenemos a muchos otros acercándose peligrosamente a ese final definitivo. Así que hoy son nuestra responsabilidad. ¿Si nos encontramos un corzo, una cigüeña, un zorro, un mochuelo, una marta heridos en el camino, en la carretera después de las 18:30 debemos mirar hacia otro lado?¿abandonarlos a su suerte, a su mala suerte, que fácilmente podría tener que ver con algún humano?

Minerva está bien, tenía ganas de comer cuando llegó a casa de Antonio y engulló con apetito la carne de pollo que le troceó y ofreció, y pocos síntomas mejores de la salud de un animal que el hambre. Se quedó haciendo lista de espera en un transportín de gato. Y hoy, por fin, irá camino de Villaescusa para que le curen el ala rota para poder regresar a la libertad de las noches estrelladas, para seguir limpiando nuestros campos de esos pequeños roedores tan dañinos para la agricultura. Y quién sabe si de vez en cuando volará rumbo a Selaya, donde pasó una noche abrigada, protegida, alimentada, gracias al buen samaritano que puso en su turbación el santo protector de los animales.

Minerva tuvo suerte, se encontró con Antonio. Pero … ¿no sería ya hora de que el Gobierno de Cantabria estableciera un protocolo de urgencia para la recogida de la fauna silvestre herida localizada fuera de los horarios de oficina? O al menos, que invierta en cartelería para avisar por bosques y humedales de que resulta peligroso tener accidentes después de las 18:30.

miércoles, enero 15, 2014

SE NOS HA MUERTO JUAN GELMAN



Se nos ha muerto Juan Gelman, se nos ha cansado de estar saludablemente enfermo, de combatir contra las sombras del pasado, de pasear por el mundo la dignidad de sus ojos siempre tristes, de su corazón siempre gastado, de su palabra siempre luminosa.

He venerado a Juan Gelman, el de la lucha incansable contra la desaparición de su hijo, de su nuera, de su nieta. He venerado a Juan Gelman, el de la dignidad que permitió el reencuentro con la nieta robada, He venerado, sobre todo, a Juan Gelman, el maestro de la palabra, del verso, de la exploración constante de los límites del lenguaje.

Nunca la vida me dio el placer de tenerlo cerca, de escucharlo cerca, el privilegio de poder decirle gracias, maestro. Así que hoy, que se nos ha muerto y nos ha dejado un poco herederos de su propia íntima tristeza no nos cabe más que compartir un poema. Uno de los poemas de Gelman que me hizo sentir el escalofrío, la maravilla.

Que te sea leve la tierra, maestro, poeta, hombre.

REGRESO

Así que has vuelto
como si hubiera pasado nada
como si el campo de concentración no
como si hace veintitrés años 
que no escucho tu voz ni te veo
han vuelto el oso verde tú
sobre todo larguísimo y yo
padre de entonces
hemos vuelto a tu hijar incesante
en estos hierros que nunca terminan.
¿Ya nunca cesarán?
ya nunca cesaras de cesar
vuelves y vuelves
y te tengo que explicar que estás muerto.

lunes, enero 13, 2014

ELLOS SIEMPRE GANAN


Recuerdo a Leo. Lo recuerdo tumbado, desconcertado, devorado por el cáncer. Recuerdo su mirada al escuchar al médico que no había esperanza, recuerdo su pregunta "¿Pero entonces quiere decir que me voy a morir?". Recuerdo que pidió que le aplicaran un tratamiento experimental, terriblemente agresivo, porque él quería vivir, porque él tenía muchas cosas por las que vivir y quería luchar hasta el último segundo. 

Recuerdo sobre todo, poco después, los dos solos, su mano ya casi inexistente entre la mía, cómo decía en un susurro "Diosito, si me pasa esto por algo malo que hice, pido perdón, pero no sé qué pudo ser: nunca le hice mal a nadie, nunca quise el mal para nadie". Sí, eso dijo Leo, que era una persona buena, atenta, frágil. Leo, al que los dos hijos de puta de la foto habrán enviado a su infierno, regocijándose porque otro maricón ha caído víctima del castigo de su dios de los ejércitos. Venido para proclamar la victoria de la gentuza como ellos.

Recuerdo haber tratado de contener la calma estos días, después de escucharles (no era la primera vez que presenciaba por internet su show pornográfico: hay que conocer al enemigo) cómo arremetían contra Pedro Zerolo y se regodeaban ante su anuncio de cáncer, concediéndole menos valor que a un animal, recordando que así actuaba su dios, enviando la peste a los impíos y a los sodomitas. Vomitando palabras llenas de odio.

Recuerdo, al final, haber llorado. Sí, haber llorado como Mercedes, como algunas otras buenas personas que conozco, que han sufrido en persona o en la de sus seres queridos la violencia del cáncer. Lagrimas de impotencia al ver cómo casi cada día se reinventa la humillación, se proclama el estigma, se nos recuerda que alrededor, cada vez que salimos a la calle, podemos tropezarnos con un Armando Robles, con un Jesús Calvo, con un miserable que desearía golpearnos hasta la muerte pero que debe conformarse rumiando un insulto, esperando la oportunidad para llenarnos de dolor y de mierda.

Es la estrategia del matón de patio. La del matón que sabe que sus actos y sus palabras son impunes, que podrán cosechar como mucho una levísima repulsa social que a sus mandíbulas de cristal les parece un ataque en toda regla pero que se queda en eso, en gallinero gritón que se apagará pronto y hasta la próxima. La del matón tarado que sabe que la víctima recibirá sin duda apoyo y consuelo. Pero también la del matón que sabe que hace daño, que renueva la injuria, que mete con saña el dedo en nuestros ojos y lo retuerce hasta que el dolor resulta insoportable. Al fin y al cabo ¿no nos hemos construido sobre el insulto, no hemos luchado tratando de levantar la cabeza, de afirmar la frente, de conquistar nuestra dignidad contra el desprecio que nos rodeaba? ¿no hemos tenido que inventarnos de nuevo tantas veces hasta convecernos de que no era cierto que fuéramos escoria, que no es amor ni farsa nuestro amor, que a nadie importa ni ofenden nuestros deseos y nuestros cuerpos?.

Toda esa lucha quiebra, sólo unos momentos, cuando ellos regresan. Porque sus insultos, su indignidad, su saña, son la completa historia de todas las violencias. Porque en sus bocas babosas habitan la Inquisición y los triángulos rosa, las lágrimas de Wilde y la sangre de Matthew Shepard, la peligrosidad social y los electro-shocks, las grúas de Irán y las alimañas rusas alimentadas por las leyes de Putin, el holocausto de las mujeres transexuales en medio mundo y las violaciones correctivas. Son también nuestros insultos, nuestras amenazas. Son también un escupitajo contra la memoria de aquellos que quisimos, de aquellos que nos quisieron, de quienes lloraron a nuestro lado podridos por las enfermedades que las ratas como Armando Robles, los reptiles como Jesús Calvo celebraban como castigo divino.

Nuestras lágrimas no importan, nuestro dolor no importa. Nosotros, al fin, deberíamos estar acostumbrados, es cierto que lo estamos, y que sabemos cómo volver a levantarnos. Lo hemos hecho de caídas abismales, ¿por qué iba a impedirnos caminar un simple tropezón?. No les importan a ellos, que las buscan, y que las seguirán buscando. El uno, que se dice "periodista" y "buen cristiano" para vergüenza de los periodistas y de los cristianos buenos y malos, desde su tribuna hedionda de Alerta Digital. El otro, que se dice sacerdote católico, para vergüenza de los sacerdotes y de su Iglesia, desde la parroquia leonesa en la que seguirá haciendo el mal porque ya ha dicho su obispo que mejor que no hable de política, pero que no tiene queja de su labor pastoral.

Recuerdo a Leo, su dolor, su tristeza, sus palabras. Su bondad. Y me doy cuenta de que yo no soy como él, no soy bueno. De que ahora mismo saldré de casa para comprar dos botellas del mejor champagne para tenerlas frías y preparadas. Porque prometo brindar por la muerte de estos dos canalas, que espero de corazón sea lenta y dolorosa. Y prometo invitaros a todos a la fiesta.

Así haremos puntos, más puntos, para ganar ese infierno al que nos condenan y en el que nos encontraremos con todas las buenas personas que algún día se cruzaron con nosotros en el largo camino de la vida. Porque al parecer el paraíso está reservado para las almas más sucias.

viernes, enero 03, 2014

MOMENTOS ESTELARES: POR QUÉ LO LLAMAN AMOR CUANDO QUIEREN DECIR PSICOPATÍA


Pues sí, señores, que hace ya mucho mucho tiempo que el Malvado y Sempiterno Rukaegos no se regodea en las más sucias y vergonzantes páginas de su pasado. Tanto que parece que toca ya poner remedio a semejante desidia acudiendo a algunas anécdotas espeluzantes que todavía no habían sido narradas por aquello del horario infantil.

Siempre pensó el Malvado Rukaegos que le hubieran ido mejor los territorios del amor, la pasión y el sexo de haber formado parte de la nutrida acera correcta. Que desde las viejas escaramuzas de instituto a las aficionadas al barroco, las empresarias de éxito y cuenta corriente, las gitanas del vecindario y varias miríadas de primorosas doncellas o no tanto, siempre fueron mozas, mocitas y mocetonas las que suspiraron por los ojos verdemarinos del perverso seductor.

Cierto que jamás dio pie consciente, siendo como es la inconsciencia su principal virtud, a tales aglomeraciones a las puertas del corazón. Y con o sin armario alrededor, siempre dejó más o menos clarinete que entre un canalla de buen corazón y una dulce heredera, el canalla ganaba por goleada de suspiros y poluciones por un rotundo miles a cero.

¿Pudo ser consciente en sus años universitarios del decadente encanto que desprendía, al menos desde que Maritornes de Hazas le espetara tras su triunfo en las reñidas elecciones a delegado "Que a ti te votamos todas, qué te crees, que nos pones ojito caído y carita de niñojesús y nos pierdes"? Y si así fuere, ¿pudo haber indudable malafé en su educada atención a cuanta fémina se acercaba a saludarle por cafeterías y pasillos? ¿Es posible, en fin, que no fuera la locura de Luján del Carmen Fernández sino la infinita maldad de nuestro héroe la que provocó el relato que sigue?

Llamada de teléfono insistente en vísperas de examen de Civil I .

-Hola.
-Hola.
-¿Sabes quién soy?
-Si no me das más pistas …
-Pues nada. Adiós.

Segunda llamada de teléfono.

-Hola.
-Hola.
-Soy la de antes.
-Ya.
-¿De verdad que no sabes quién soy?
-De verdad que no.
-Pues yo creo que sí.
-Pues es que estoy estudiando Civil.
-Es que yo no me presento.
-¿Eres de la Facul? 
-Mira, mejor lo dejamos. Adiós.

Tercera llamada de teléfono, apuntes por el suelo con un juramento en arameo y dos en talante.

-Hola.
-Hola.
-A ver, te lo voy a decir.
-Gracias.
-Soy la de antes.
-No, ya, si eso sí.
-Soy Luján del Carmen.
-¿Lo cuálo de qué?
-Luján del Carmen. Me siento por atrás.
-…
-Y sí sabes quién soy. Porque nos cruzamos miradas significativas.
-Será que las fuentes del Derecho Españo me tienen obnubilada la mente pero, oye, que de verdad que yo no me voy cruzando miradas significativas con nadie, no conozco a ninguna Luján del Carmen y me siento por delante.
-Y tienes un cogote estupendo.
-Gracias.
-Y sí nos cruzamos miradas significativas. Por eso te llamo.
-…
-Mira, si te vas a poner así, lo dejamos.

Cuarta llamada. Gritos histéricos de Rukaegos y página siete del Código Civil arrancada.

-Hola.
-Hola.
-Soy Luján del Carmen.
-La de antes.
-Esa.
-…
-¿Quedamos mañana?
-…
-¿Estás?
-Estoy.
-Quedamos. Después del examen.
-Ehhhh. ¿Si quedamos me dejas estudiar sin llamar más?
-Puede.
-Vale.
-Envido.
-Paso.
-Pues voy a colgar. Y te veo después del examen.

Quinta llamada de teléfono. Uñas arañando las mejillas hasta hacerse sangre.

-Hola.
-Hola.
-¿Se puede saber con quién coño estabas hablando que lleva el teléfono comunicando tres horas?
-Verás mamá …

Encontróse Rukaegos, que era tordo por naturaleza, con Luján del Carmen tras el examen oral de Civil, con la cabeza embotada no tanto como para no darse cuenta de la moza que se le acercaba decidida.

-Hola.
-Hola.
-Ves cómo sí me conoces.
-¿¿¿???
-Vamos al faro.
-¿Al faro?
-No me gusta esto.
-Ah.

Estos bonitos y teatrales prolegómenos precedieron a un silencioso recorrido en coche color verde oliva durante el cual el Malvado Ruakegos recordó varios casos de asesinas en serie y películas de terror. Un café donde El Legionario que enfadó mucho a Luján del Carmen porque desatada la cháchara absurda sobre el único tema común posible, los estudios, Rukaegos se atrevió a decir "Molaba el profesor de Natural" . Pues entonces eres nazi. ¿Cómo? Si te gustaba el de Natural eres nazi. Mejor lo dejamos. Me he equivocado. Adiós.

Durante varios meses desde la romántica y significativa cita, recibió Rukaegos cada día una carta en su domicilio particular. Y es que Luján del Carmen no dejaba de preguntarse cómo era posible que semejante y pérfido chulazo no cayera rendido ante sus sensuales encantos, ante su claridad de ideas y expresión. Así que abandonó el Derecho Civil la chica por Freud y se dispuso a psicoanalizar al terrorista sentimental de los ojos verdemarinos. "Alguna mujer te hizo daño". "Le rezo a la Virgen de Luján para que te ayude". "Tu madre te odiaba". "Tu padre te violó". "Eres un homosexual latente" (juro que puso latente y no patente). "Tienes un problema". "Necesitas a una Luján del Carmen que te ayude a encontrarte".

Parece que por fin se cansó. O se le terminaron las obras completas de Freud y no tuvo ganas de continuar con Piaget. O se le acabaron la tinta y los sellos. Aunque hubo recaídas esporádicas, como ese momento en el que la novia de uno de los mejores amigos de Rukaegos dijo, pues eres un hijoputa como una casa, que le has hecho la vida imposible a Luján del Carmen, tirándole los tejos cada nada y haciéndole creer que estabas locamente enamorado de ella.

En fin, termino. Están llamando por teléfono.

jueves, enero 02, 2014

SMARTCIMIENTO CANINO


Mal se vería que este blog que nació hace ya demasiado tiempo pensando en Santander no iniciara su camino por el nuevo año del señor de 2014 lejos de la capital de Cantabria, aunque no esté ya ni en el corazón ni en el pensamiento la tal ciudad. Mal le parecería además a don Delaserna, a la sazón alcalde de la muy noble y leal, que camina por el mundo para mayor honra y prez de sí mismo dibujando las maravillas de su solar, semejante indiferencia. Así que hablemos de Santander. Y de los pregonados espacios que para el esparcimiento canino ha dispuesto rauda y veloz la Smartcity por antonomasia.

Resulta al caso que don Delaserna haya pasado por Nueva York y hablado ante las Naciones Unidas de Mundo Mundial para proclamar que en lo que se refiere a planificación nada tan grande en esta galaxia y parte de la de Andrómeda como este rincón norteño y recoleto nacido de la cabeza cortada de San Emeterio. Santander está bien-planificada, ¿quién la bien-planificará? El bien-planificador que la bien-planificare buen bien-planificadordelaserna serná, o será, o lo que sea.

Así que empecé yo a pensar cómo coadyuvar a la municipal campaña Pro Planificatio Orbis recordando las plazas y parques calificados y descalificados, los espacios rehabilitados para dar paso a una carretera al año siguiente, los múltiples emplazamientos museísticos de las joyas de la corona y un larguísimo etcétera. Pero como uno ya saben ustedes que tiene la vigilancia canina bien desarrollada, pues no pudo por menos que fijarse en la excelente planificación de los llamados "Espacios para el esparcimiento canino". Ejemplo de inteligencia y buena gobernanza donde la hubiere, suficiente como para dejar patidifusa y perniculimbruda, atónita inclusive, a la ciudadanía toda de la pretenciosa Nueva York. Que por ejemplo ha dedicado una buena parte de los recuperados muelles comerciales de la ciudad para el recreo canino, vallando, implantando espacios para la práctica deportiva, organizando sistemas de limpieza y otras naderías. 

Aquí, ejemplares que somos, cuando algunas voces comenzaron a discordar tímidamente sobre el absurdo que suponían algunas normas sobre tenencia de animales, el peligro de otras, la injusticia de casi todas, los Planificantes Sumos iniciaron las habituales campañas de intoxicación para convertir en una especie de para-delincuentes a los propietarios de perros (los gatos, ya saben, no existen. Ni los peces de colores, que de existir probablemente se habrían comido los gatos). A pesar de la intoxicación permanente en los medios del régimen y las ordenanzas que mostraban su brillo intelectual máximo en aquella cresta que por tiempos de Manuel Huerta emitió el doctor Arias, donde se podía demostrar con lápiz y papel que la sanción era mayor por recoger los excrementos del can y arrojarlos a una papelera que por dejarlos reposar sobre la pública vía. Creció el griterío de los propietarios de perros y asociaciones animalistas, para recibir, hace algo más de un año ahora, toda una salva de insultos por parte de Alcalde y concejales a cargo, como si una ciudad inteligente y smart que se precie no tuviera nada mejor que hacer que gastar dinero en perros. En columpios sí. En bicicletas sí. En coches sí. Pero no en perros. Para después de los pertinentes bramidos que dejaron claro que a/ los ciudadanos no tienen ni voz, ni voto, ni opinión, b/ si la tienen son por necesidad malos, cutres y tontos y c/ unos meses después el Ayuntamiento descubrirá de nuevo la pólvora proponiendo lo mismo que aquellos imbéciles vociferantes proponían y además justificando su nueva fe en el servicio y escucha al ciudadano.

Así fue como llegados al punto c/ nos fue anunciada la buena noticia de una red de espacios para el esparcimiento canino, que habrían de resultar la solución a todos los problemas y causa buena para seis o siete fotos. Las obras llegarían rápidas y no habría de terminar el 2013 sin el debido acondicionamiento. Y así fue. Era el amanecer del Sexto Día.

De entrada, dejemos sentado que mejor algo que nada y que hasta podríamos encontrar un par de datos positivos en los dos espacios dos que conozco. El de la foto, en la ladera sur de Reina Victoria, y el del Parque de la Teja, frente a la Facultad de Ciencias. Aunque justo con estas dos salvedades sigue siendo una asignatura pendiente en cuestión de esparcimiento canino como en tantas otras en esta ciudad la del concepto "proximidad". Y es que tal vez no se trate de crear grandes espacios temáticos fuera del alcance cotidiano sino más bien de generar espacios de proximidad que puedan servir para el uso regular de una población que tiene el tiempo más bien justo y agradecería poder cumplir sus ocios y obligaciones sin desplazamiento previo de coche y sin necesitar unas cuantas horas para una actividad que per se no las precisa. En cualquier caso, como uno no está motorizado y además los transportes públicos no permiten el uso con perro, he tenido la suerte de que uno de los espacios, Parque de la Teja, no esté demasiado lejos y otro más, Reina Victoria, me resulte accesible a pie para momentos de ocio más prolongados. 

Jugando pues con los dos espacios conocidos, voy a plantearme una serie de interrogantes para determinar el nivel de la Smart-Planificación.

1. ¿Hay espacio suficiente? Si apostamos por espacios de proximidad mejor que por grandes núcleos temáticos, desde luego no podemos tener grandes exigencias de espacio. Así que diremos que sí, que los perros pueden correr y jugar en ambos recintos. Unos metros más no habrían venido mal, pero digamos que aquí, correcto. 

2. ¿Está el espacio debidamente señalizado y delimitado? Pues de aquella manera, oigan. Unas cuantas tablas de madera colocadas a la buena de Dios permiten intuir dónde empieza y dónde acaba. La mala señalización, el hecho de que la valla no sea continua, genera espacios problemáticos en los que resulta difícil saber si el perro ha sacado la pata fuera del perímetro infografiado pero no marcado. Aprobado raspón.

3. ¿Qué tal andan de cercanía y accesibilidad? Lo dicho, sólo unas partes muy concretas de la ciudad pueden presumir de tener a mano (puede que a pata fuera más acertado) uno de estos espacios. En cuanto a la accesibilidad, espero que si alguna persona mayor, o con discapacidad, intenta acceder con su perro al espacio de Reina Victoria me avisen para poder grabarlo. Podría ser más viral en el youtube la imagen de la buena señora despeñándose tras su perro que la lección de matemáticas de Quico Rodríguez Argüeso.

4 ¿Equipamientos? Cero en Reina Victoria, ni siquiera una mala papelera, dos con cinco en La Teja (una papelera expendedora de bolsas que no hay y un banco). Por otro lado, ni siquiera hay un camino que permita al dueño entrar en el recinto sin necesidad de meterse en barro hasta la rodilla si ha llovido. Claro suspenso.

5 ¿Seguridad? Pues me parece que aquí la inteligencia municipal puntúa negativo. Las verjas que no-delimitan los espacios son tan anchas que entre una estaca y otra cabrían tres mastines españoles, dos loberos irlandeses y media docena de dogos alemanes. Tal vez hayan utilizado como medida el Ego de don Delaserna, que probablemente no encontraría paso. Quiero decir que si las vallas no cierran todo el perímetro y además daría igual que lo cerraran dado el hueco entre estaca y estaca, ni hay seguridad para el viandante con miedo a los perros que se encuentre fuera del recinto, ni hay seguridad para quienes estemos dentro: un estímulo cualquiera lo suficientemente intenso podría hacer que un perro perdiera el control y escapara. Estímulos tan difíciles de encontrar como un petardo, una perra en celo, un gato o una paloma, etcétera. Muy, muy mal.

6 ¿Funcionalidad? Se supone que se trata de espacios para el esparcimiento canino. Si como parece no hay previsto mantenimiento ni limpieza, si se transforman en un barrizal casi por vocación, y sobre todo si están, al menos estos dos, en cuesta y al lado de una carretera, lo que significa que el mero hecho de lanzar una pelota pueda acabar con pelota y perro estrellados contra un coche en la Avenida de los Castros provocando un accidente mortal, pues me temo que tampoco acabo de ver neurona activada alguna. Otro suspenso.

De todo ello me permito concluir que aunque, como dije, el algo sea más tangible que la nada, me temo que no vaya a servir el mínimo esfuerzo realizado para resolver problema alguno. Los perros seguirán paseando con sus dueños por donde solían de forma habitual, casi diría que por su propia seguridad. Mientras agudas inteligencias municipales continuarán preguntándose por qué los perros no se lo pasan bomba en tan suculentos predios.

Smartcity, sí claro. Planificación ejemplar, sí claro. Don Delaserna y su equipo, por supuesto.

Gracias por nada.

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