lunes, agosto 31, 2009

EL ALCALDE OBAMANÍACO, LOS REBUZNOS DE USSÍA
Y EL SANTANDER DE TODOS

Enternecedor me pareció el artículo que publicó en el Diario Montañés el Alcalde Ingeniero para defender una ciudad unida, en la que todos somos Santanderinos de Toda la Vida y en la que no cabe discriminar o criticar por serlo a los de las viejas o nuevas dinastías de la pequeñoburguesía local. Al hilo de algunas críticas vertidas desde el lado izquierdo contra quienes cuestionan la oportunidad del Plan Eólico, sacó su lado de Obama Blanco y reivindicó de oídas esos viejos personajes populares santanderinos que tan bien salvara del olvido nuestro Rafael Gutiérrez Colomer. De la mano, nada menos, que de Claudio Magris.

Cierto es que ya suena a rancia esa manía de algunos compañeros de echarle la culpa al Paseo de Pereda de cuanto en la ciudad ocurre. Más que nada porque a día de hoy, el Paseo de Pereda está ocupado por pisos vacíos de residentes en Madrid, oficinas públicas y privadas y en raras ocasiones ancianitas que en no pocos casos caen de lleno en lo que desde las instituciones de beneficencia se conoce como "pobreza vergonzante". Y también porque -y si mal no recuerdo uno de los comentarios antiperedianos se escribió con motivo del manifiesto de los artistas plásticos- si un pintor nació en una casa con vistas al mar, pues mejor para él. Que esa tradición hebraica de que los hijos heredan los pecados de los padres huele a tocino pasado de años.

Cierto también que sorprende la "honestidad intelectual" del Alcalde o sus amanuenses. Que en el propio artículo reconocen desconocer un libro que al menos podrían haber hojeado antes de ponerse a articular. Más que nada porque es un documento esencial para conocer la cultura popular santanderina, con independencia de que lo haya dicho Claudio Magris. Y es que a La Teta, La Cruza, La Voladora, Arcilla, Pichucas o Mangao los habíamos recibido muchos a través de la tradición oral familiar y los habíamos actualizado y aprendido a respetar Gutiérrez Colomer mediante (y uno que ya es mayor hasta llegó a ver in person a La Cruza en su puesto de chuches junto a la Almotacenía de Puertochico). Pero bueno, como el libro lo cita Magris (a quien probablemente tampoco se han leído), tutto bene.

Pero al golpe del arrebato obamaníaco en el que uno parecía escuchar de música de fondo a Lennon cantando el Imagine, aquello de "I hope some day you'll join us / and the World will live as one", se me empezaron a venir algunas ideas perniciosas sobre lo bonito de las palabras y lo oscuro de los hechos durante tantos y tantos años. Unos hechos que desmienten esa estupenda proclama de que todos los santanderinos somos uno, hermanados en la igualdad.

Y es que sería interesante un día ponerse a estudiar la inversión per cápita del ayuntamiento calle a calle, desde la llegada de la Democracia. Ponerse a pasear por tantos barrios donde las aceras ignoran lo que es una reparación desde la apertura de la calle y la accesibilidad menos que cero. Podríamos estudiar por qué la policía entra siempre en el mismo bar a controlar el ruido y por qué se salta siempre el siguiente. Por qué se alaban unas banderas y se ocultan otras. Por qué en el ejercicio del poder simbólico público se exaltan las necesidades y luchas de unos y se esconden y disimulan las de otros. En definitiva, podríamos preguntarnos con estas y muchas otras preguntas básicas por qué Santander no cuida por igual de todos sus ciudadanos.

Y así, cambiando de tercio y para no gastar un artículo del blog con el interfecto, recordar el también bonito e irónico artículo publicado en La Razón por Alfonso Ussía, en el que bajo el título de "Y los de Gabón", y con el objeto de atacar la ayuda otorgada por el Gobierno de España (Cooperación Internacional) a la lucha por los derechos de las personas lgtb en Zimbawe (no olvidemos que amenazadas de muerte por su propio presidente), rescata unos cuantos adjetivos para llamarnos maricas, maricones, truchones, pierdeaceites y similares. Imagino que riéndose muchísimo y alegando que los palabros vienen en el diccionario y significan lo que significan (también viene idiota, ya puestos, igual de definitorio, y lo mismo al Ussía no le mola). ¿Que qué tiene que ver el escritor fachurrón con el trato municipal a sus ciudadanos? Hombre, el Ussía es uno de los madrinos de la candidatura de Santander 2016. Y no parece de recibo que se invite y se homenajee, por mucho que el tipo (sniff) pase los veranos en Cantabria, a quien dedica su vida a insultar y chascarrillear desde su atalaya de pequeño poder mediático a todo chichimirichi. Vamos, que de momento algunos tendremos que pensar que el Santander 2016 considera que algunos hombres y mujeres de Santander no somos iguales a los demás: puede que un poco más divertidos. Sobre todo cuando le da un ataque de caspa ingeniosa al Madrino.


Nota: Por cierto, si os interesan los dos artículos referidos, adjunto el enlace.

Aquí, el del Alcalde:

Y aquí el madrino ussía:

jueves, agosto 27, 2009

LEYENDA DEL DURMIENTE
(Siete años sin Lander)

Hoy se cumplen siete años desde la muerte de Lander. Creo que es la primera vez que el 27 de agosto me encuentra acompañado, al lado de una persona cuya sola cercanía hace que el corazón me lata más fuerte. Pero es mentira eso de que un clavo saque otro clavo, de que un nuevo amor borre una ausencia. Nos hacemos más fuertes con pequeños costurones en el alma, recompuestos, remendados, pero que algunas mañanas se despiertan con ganas de pintarnos los ojos de tristeza.
Las leyendas de durmientes han formado parte del paisaje mítico de todas las culturas. A lo largo y ancho del planeta tradiciones, cuentos y mitos nos recuerdan a esos muchachos que una vez durmieron y despertaron cien años más tarde, cuando ya nadie los recordaba, cuando ya no eran capaces de reconocer su mundo. Entre las más conocidas, la de los siete durmientes de Éfeso, una recomposición cristiana del mito en la que siete jóvenes escapan de la persecución de Decio, duermen en una cueva y milagrosamente permanecen así hasta que se despiertan en un orbe ya cristiano.
Hace unos meses, leyendo no sé por qué motivo algunas cosas sobre estas leyendas, fue naciendo un pequeño poema que recrea el mito con Lander como protagonista. El año pasado quise compartir en esta misma fecha con vosotros "Aquiles vela el cuerpo de Patroclo", de la misma manera que en enero del pasado año os hablé por vez primera de Lander y más adelante publíqué la crónica de un primer beso, con el poema "Orvieto". Hoy, bajo esta luz veraniega que no es capaz de borrar todas las sombras, os dejo en el blog un nuevo poema, "Leyenda del Durmiente".
LEYENDA DEL DURMIENTE

Hubiera sido fácil desnudar
el cuerpo blanco y blando
–parecían
construidas con cera sus mejillas-
y abandonarlo así, sobre aquel lecho,
como quien deja un ángel olvidado
dormitando entre el polvo de una iglesia.

Pues resultan confusas las fronteras
entre el sueño y la muerte, y nunca sabes
si después de pasar más de cien años
aún serán sus labios carne y sangre,
si podrá despertar cuando lo roces
con la boca agrietada. Si habrá luz
en sus ojos cuando te reconozca.

miércoles, agosto 26, 2009

FIESTA EN CABALLERIZAS CON NANO Y LOS CLIENTES DE LA NOCHE


Que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos ya nos lo decía Pablo Milanés en una canción mítica. Que las nuevas generaciones nos lo dejan claro simplemente con aparecerse, consolida la gran verdad del paso de la edad. Que a veces esa transición está llena de grandes y buenas sorpresas la otorga calidez y luz.

Andaba yo ayer por La Magdalena tomando un refresco con Espido Freire cuando aparecieron por el Patio de Caballerizas Nano y Los Clientes de la Noche. Sabía que tocaban a las once, y en mis planes andaba ya el de resistir por la península hasta el concierto. Sobre todo porque tres de los cuatro habían sido alumnos míos en el Colegio Altamira hace ya unos cuantos años. Y los tres como parte del primer grupo de adolescentes que cayeron en mis manos, a la altura de segundo de ESO, y que me sufrieron como profesor de Música y de Ética. Nano, Manu, Miguel.

A Nano le había escuchado en un par de ocasiones, en su fase digamos de cantautor, quinceañero todavía, en un pub de Solares y en el propio Colegio. Y ya entonces fue una sorpresa, porque las canciones estaban bien construidas y él tenía un desparpajo en escena le hacía conectar muy bien con un público que, de todas maneras y entonces, ya estaba entregado de antemano. Y en especial, ya se lo dije, la canción que había construido sobre uno de los poemas de su hermana Ana Teja. Y es que de música sabe un rato, y sus estudios de guitarra en el conservatorio no dejan de ser una pista más.

De Manu sabía que andaba metido en grupos de rock un poco más duro de lo que yo suelo soportar, pero que se lo estaba tomando en serio. Y le había perdido la pista cuando se fue a Madrid para estudiar eso que tendría que haber estudiado yo desde el principio: Filología Hispánica. Y que su estancia en el San Juan Evangelista le habría descubierto algunas otras músicas.

De Miguel sólo sabía que tocaba la batería. Algo que siempre me sorprendió porque le recordaba como un alumno tranquilote y sonriente, con una mirada que tenía hechizadas a todas sus compañeras y una expresión de feliz que no recuerdo que se le quitara nunca. Ah, y que al final regresó al Colegio Altamira, pero como profesor de Educación Física, y después de terminar sus estudios de Profesorado de Educación Primaria.

Junto a ellos, en el grupo y al bajo, Antonio. Que no fue alumno mío, pero que si forma parte de este conjunto de grandes, tiene que ser sin duda un buen tío.

La enseñanza, sobre todo la enseñanza a ciertas edades, no deja de ser una aventura difícil. Pero a mí siempre me gustó dar clase, y me gustó precisamente en esos años difíciles de la transición hacia la edad adulta. Cuando se trata más de dialogar, convencer, compartir, que de imponer. Cuando ellos también tienen ya todo un mundo que descubrirte. Porque enseñar para mí fue sobre todo aprender. A pesar de los cabreos, de las desesperanzas y de los gritos ocasionales.

Te marchas de las clases algunas veces con sensación de estar perdiendo el tiempo. Pero pasan los años y poco a poco vas descubriendo que de aquellas chicas y chicos han ido saliendo personas excelentes, comprometidas, creativas, trabajadoras, inteligentes, simpáticas, críticas, libres. Que de la mayoría consiguió brotar en la medida de sus posibilidades ese arbolito que irá creciendo también con el paso de los años. Y por ahí he ido coincidiendo por razones diversas con algunos de ellos. Con Elena y Elena, con Carlos y Carlos, con Dani, con Willy, con Javi, Dunia, Iris, Tamara, Víctor, Amaranta, Carla, Alex, Eduardo, Sara, Paula, Thomas, Ana, Nacho, Jose, Pablo, Silvia, César, Álvaro, Ángela, Quique, Cova, María ... Y tantas y tantos. Algunas veces en el autobús, o de copas, o en esa charla privada que algunos me pidieron en busca de consejo a pesar del tiempo pasado, reencontrados en el facebook, o como lectores agazapados en mi blog, ¿verdad, Rocío?

Estoy seguro de que ni siquiera se imaginan lo importante que fueron durante muchos momentos difíciles de mi vida, la cantidad de fuerza que me aportaron. Y estoy seguro de que ni siquiera se imaginan la alegría que me produce encontrarlos y verlos bien, resolviendo sus problemas, avanzando en sus caminos. Sobre todo, no lo puedo evitar, cuando descubro que alguna chica lesbiana, que algun chico gay, que alguna chica bisexual, que algún chico transexual que pasaron por mis clases tuvieron un poco más claras las cosas y un poco menos duro el camino porque pudieron encontrar referentes en clave positiva.

Anoche fue para mí un momento emocionante. Bajaba del Palacio a Caballerizas escuchando cómo los sonidos se perdían en el viento de la noche con precisión y belleza. Y llegué al patio cuando habían conseguido que los asistentes saltaran y bailaran al ritmo de temas originales y versiones, siempre con un sabio control del escenario, siempre como excelentes comunicadores. Con dominio de los instrumentos y canciones de un rock de corte británico y clásico, demostrando su excelente preparación, su trabajo ya de mucho tiempo. Sobre todo su pasión y su vocación.

Nano y los Clientes de la Noche me dieron anoche, una vez más, una lección de esperanza, de futuro, de compromiso, de apuesta por el camino propio. De pasos seguros sobre las pistas que les dieron sus familias, sus amigos, sus educadores, y entre las que me gustaría creer que una pequeña pizca, una mínima chispa, pudo surgir de nuestros encuentros tres horas por semana.

Guardaré como un tesoro el CD que compré y que les pedí que me dedicaran. Ese en el que Nano me da las gracias por haber hablado de valores con "aquella banda de mandriles de la que formaba parte", Manu me escribe lo importante que era para él que hubiera escuchado el concierto porque siente la música en parte como fruto de mi trabajo y Miguel recuerda, ufff, el esfuerzo que hice para intentar que fueran "mejores personas".

Sé que no tengo nada que ver en el luminoso presente y en el esperanzador futuro de Nano y los Clientes de la Noche. Pero un par de lagrimillas emocionadas y orgullosas ya se me escaparon.

Apuntad el nombre, recordadlo: Nano y los Clientes de la Noche. Que son Manu, Miguel y Antonio y algunos refuerzos ocasionales. Visitad su página en Myspace.

Y si un día tocan cerca de vosotros, no os perdáis su concierto. Son grandes artistas y sobre todo grandes personas. Y su música sabe a esperanza, a un tiempo futuro que tiene que ser bueno, porque ellos serán los protagonistas.

martes, agosto 25, 2009

35000
A principios de agosto cumplió tres años este blog, que ayer, al filo de las 13:00 redondeó sus 35000 visitas oficiales. Y digo oficiales porque uno, que viene a ser semianalfabeto en estas lides, no instaló un contador hasta pasados 16 meses desde el inicio de la aventura.
Nunca fui capaz de llevar un diario de niño o adolescente. Y de alguna manera, mi opción por la poesía tiene mucho que ver con mi tendencia a trabajar los textos a ráfagas. De manera pasional y absorbente durante unos días a los que suceden tiempos largos de silencio y pereza. Así que la continuidad de Un Santander Posible no deja de sorprenderme.
Nació el blog con intenciones políticas, nació en un contexto en el que muchos pensábamos que la capital de Cantabria podía por vez primera desde hacía mucho tiempo cambiar de manos y abrir la puerta a un modelo de ciudad diferente. Y por eso la elección del título. También estuve mucho tiempo preguntándome si firmar con mi nombre o buscar un doble blogosférico. Algunas experiencias anteriores me hicieron optar por un semianonimato que acabó rompiéndose pronto en el perfil, aunque me gustó continuar firmando como Rukaegos. Como ya os conté, el Rucegos es un arroyuco que nace por Palombera y se ajunta al Híjar justo en mitad del prado que rodea la torrona familiar en Espinilla, por tierras campurrianas. Y con la pequeña alteración el nombre tomaba ciertos aires de burrote mitológico celta, al tiempo que evocaba un espacio feliz. Quedaba también la cuestión de la imagen, y como dicen que los perros salen a sus amos, decidí poner a Glendamaría luciendo un flequillo tan rubio y despampanante como el mío. Y así aprovechar para presentarla en público y hasta escribir sobre los legendarios orígenes del Pastor de Brie.
Entrar en la blogosfera resulta sorprendente. Sin hacer publicidad más allá de comentarios a un par de amigos, el blog comenzó a tener lectores. La mayoría habéis permanecido callados, aunque de vez en cuando me comentáis por la calle que me seguís la pista, que sabéis de mi vida por el blog. Y hasta me habéis reñido por mi vagancia cuando algún mes estuve especialmente inactivo. De los que sí habéis hablado, no puedo evitar agradeceros el cariño y las aportaciones. Tanto de quienes ya erais mis amigos (Fernando ZP, Orfeo Boreal) como de quienes llegasteis desde debates abiertos en otros blogs para quedaros (Alfonso, Frantic, Elena, Nacho) y convertiros en parte imprescindible del blog y creo que nuevos amigos.
Sorprenden las ciudades desde las que llegan los lectores, algunos desvelados o conocidos con el paso del tiempo y otros que continúan siendo una incógnita, pero que siguen sumando visitas desde lejanos puntos de Estados Unidos, Francia o Grecia.
Sorprende la tranquilidad con la que en general se han desarrollado las discusiones, cuando en otros espacios similares la presencia de insultos, trolls y rollos raros es casi lo habitual. Sorprende la trascendencia que algunos dan a un espacio sin duda modesto en sus pretensiones actuales y su alcance, tanto como para ocupar jajajajaja una portada en la prensa local.
Sorprende también esa vena extraña de escritura satírica que me desconocía y que ha ido generando algunas curiosas series dentro de la geografía del blog.
Sorprende sentir la cercanía de tantas personas día tras día, de tantas que leen desde el aprecio o el interés. Y también desde las que acechan, me consta, observando con el Ojo de Sauron.
Sorprende darse cuenta de que tres años más tarde, 35ooo visitas más tarde, continúan a pesar de algunos momentos de desfallecimiento las ganas de seguir hasta los seis , hasta los 70000. Y más allá.
Gracias por haber estado ahí todo este tiempo.

lunes, agosto 24, 2009

YO ME LO GUISO, YO ME LO COMO
(O El Festival no tiene quien le escriba)

Hace ya mucho tiempo que Fray Sol perdió el poco pudor que pudiera haber tenido. Seguro de su posición de fuerza, seguro de que nadie desde las esferas políticas e institucionales cuestionará su gestión al frente de un Festival Internacional de Santander que se ha venido hundiendo en la más absoluta grisura, sin proyecto ni horizonte, por esa rara eficacia de las redes de compadreo para las que tan hábil ha sido siempre, quedaba sólo afianzar la apariencia de gloria en los medios locales. Porque es en esos medios en los que siempre, de una manera u otra, han ido apareciendo las voces críticas que con argumentos y seriedad la mayoría de las veces han venido denunciando verano tras verano, como el niño de Andersen, que el rey está desnudo. Los intentos de acallar estas voces, hablando con los responsables de los medios para eliminar tal o cual firma, la presión para que el patrocinador de tal o cual programa suprimiera su publicidad si seguían determinadas voces entre los colaboradores, etcétera, no consiguieron el fin perseguido, y si se conseguía acallar a uno, al verano siguiente aparecían uno o dos más que continuar contando a los ciudadanos la vacuidad de una propuesta que nos sale muy, muy cara, y nos da muy, muy poco servicio.
Hace ya algunos años que la recta final del FIS viene acompañada por artículos de opinión firmados por algunos de los amigos del director, en general alguno de esos críticos que pasa el verano en Santander bien acompañado y bien mimado gracias al evento musical. Pero hasta esos comenzaron a flojear y así fue el propio Fray Sol quien decidió ir explicando cada año lo estupendo que era todo, lo magnífico que era todo, y actuar así como juez y parte. Director del Festival, Artista autocontratado en el Festival y ahora también Crítico y comentarista autolaudatorio.
Todo está bien, siempre según sus crónicas, todo ha sido excelso y sorprendente. En contra de lo que cada vez más personas de la prensa y del público exponen donde pueden, quieren o se atreven (que de todo hay). Y así, si esta edición la arrancábamos con un programa de mano en el que en vez de hablar de la obra que se iba a representar ¡se daban gracias a dios por la existencia de José Luis Ocejo (sic)! sin que nadie en en la organización corrigiera tan evidente desafuero, o con una entrevista radiofónica en la que el director soltaba una risilla agradecida y falsa cuando el comentarista orgánico terminaba la charla afirmando "Hoy podemos concluir que Santander es en realidad José Luis Ocejo", la hemos continuado con una artículo firmado por el propio Fray Sol a media temporada, con el que cantar su propia gloria (amenazó con una segunda parte), que continúa hoy con el palmero oficial, ese que obtiene interesantes réditos cada verano procedentes de nuestras cuentas públicas contratando amiguetes y poniendo en marcha proyectos personalísimos (que, para ser justos, suelen ser más interesantes que el resto de la programación).
Y es que a día de hoy, el Festival no tiene quien le escriba. Pero no arredra tal circunstancia a los modos, estilos y estiletes del Fray. Que al grito de "Yo soy Juan Palomo, yo me lo guiso y yo me lo como" ha decidido contarnos la verdadera e incuestionable verdad de los hechos. Si nadie nos cuenta lo maravilloso que es y lo afortunados que somos por tenerlo entre nosotros per secula seculorum, él mismo cogerá la pluma y el papel y se adorará a sí mismo. Como el pueblo de Israel viéndose reflejado en un espejo como becerro de oro.

domingo, agosto 23, 2009

IMBÉCILES SIN FRONTERAS (y con medalla): MAYTE MARTÍNEZ


La supina ignorancia del personal en casi todas las cuestiones que atañen a la sexualidad nos lleva a menudo a leer o escuchar esperpentos de contenido más alucinógeno que un croissant de peyote. Uno ya no sabe si bostezar, mirar hacia otro lado, enfadarse, intentar un poco de pedagogía o agrandar la lista abierta en este blog (que sería innumerable ya si no fuera porque uno tiene cosas más importantes en las que fijarse de manera habitual) para contribuir a la ONG "Imbéciles sin fronteras". De todas las opciones, cuando el rebuzno es proferido desde la envidia, tratando de pescar con malas artes y malas palabras donde otros (otras) han ganado por su propio mérito, la de continuar otorgando diplomas de honor de la ONG se impone.

Ha sido vergonzoso leer estos días el tratamiento que la prensa española ha dado a la victoria mundial en los 800 metros de la atleta surafricana Caster Semenya. Su aspecto un tanto masculino ha permitido que tanto la prensa del entorno más progresista como la más conservadora se hayan dedicado a hacer comentarios y chistecitos de muy mal gusto, quizá encabezados por el titular que en El Mundo espetaba "¿Ganó ella o él?".

Vergonzoso que una mujer esforzada y campeona tenga que someterse estos días a una constante vejación pública, no sólo en los medios, sino en las propias instituciones deportivas internacionales, a las que parecen no inquietar e incluso venir bien los tratamientos y supuestos de más que dudosa ética en tantos deportes, los casos de gigantismo en el baloncesto, el entrenamiento abusivo de niñas a las que se eterniza en su frágil infancia para la gimnasia, etc. Pero a las que inquieta que una mujer (tan mujer-mujer como la Botella de Aznar: mujer-mujer en su genitalidad, mujer-mujer en su identidad de género) tenga un aspecto más o menos masculino.

Vergonzoso aún más que sus compañeras, las que deberían respetar su trabajo y su victoria, hagan declaraciones como las de la atleta española Mayte Martínez (iba a escribir "nuestra Mayte Martínez" pero con estos polvos y estos lodos de mía nada, gracias) que ha declarado a la prensa "Si me ponen a Semenya y diez hombres delante, no sabría decir que ella es la mujer".

El caso es que si ponemos a diez mujeres juntas y a la Martínez sin fronteras al lado, yo sí sabría decir, sin lugar a duda alguna, quién tiene menos luces, menos educación y menos respeto por los demás. Y más envidia, claro, y más envidia.

sábado, agosto 22, 2009

ESTA TARDE, SILENCIO: NOS HA DEJADO HILDEGARD BEHRENS


Fue hace ya unos años, en pleno agosto, cuando Hildegard Behrens llegó hasta Santander por casualidad, como por casualidad suele llegar la mayor parte de lo que de bueno nos llega al viejo y desnortado Festival.

Alguien había cancelado. Y teníamos aquí una orquesta no especialmente significativa contratada a la mayor gloria de la cantante que no iba a venir. ¿Cómo encontrar una voz, en dos días, capaz de rellenar el vacío? Alguien habló de Hildegard Behrens, de la que por supuesto en la casa nadie había oído hablar; les ofrecieron garantías, les dijeron que era grande, profesional, y que estaba dispuesta a "improvisar" un buen programa para Santander.

Y acá que se vino, cargada de música, para un programa recital en el que nos regaló interpretaciones majestuosas, grandes, de sus papeles más fuertes. Y que termino con una sobrecogedora escena wagneriana, la de la inmolación de Brünhilde. Ante una Sala Argenta bastante vacía y en la que una buena parte del público era alemán. De una especie de club de fanáticos admiradores que no sin razón la perseguían allí donde cantara y que se habían acercado en autobús a Santander.

De Behrens tenía yo sobre todo referencias discográficas: unas Nuits d'Eté de Berlioz, unos lieder orquestales de Strauss y una magistral referencia del Holandés Errante de Wagner, cuyo libreto guardo hoy dedicado.

No pude resistir el impulso de acercarme a camerinos para felicitarla. Y me encontré con una mujer educada, exquisita, afable, respetuosa con el público y que había traído nada menos que un pequeño maletín con fotografías de estudio para que su gente pudiera llevarse fotos dedicadas y no sólo un frío programa de mano.

Al verano siguiente, regresó para escenificar una de las pocas óperas de cuantas se han representado en el verano festivalero que conservo como memorable. Fue precisamente "El holandés errante" en el que acompañada de un espléndido elenco wagneriano bordó una Senta emocional, impecable, expresiva y arrebolada de música.

Se marchó el día 17, en Japón, a causa de un aneurisma cardiaco, cuando todavía tenía mucha fuerza y mucha música que ofrecer.

Ha sido una mujer grande y grandiosa. Una soprano de fuerza expresiva en la voz y gran potencia actoral sobre la escena. Una mujer profesional y entregada a su pasión, la música, sin tonterías ni divismos. Una mujer que permanecerá como referencia interpretativa en tantos papeles de Strauss y Wagner, en Floria Tosca, en el repertorio de recital y hasta en algunas cuidadas, contenidas y bellísimas aproximaciones a Mozart o Bach.

En esta tarde en la que desde mi ventana veo una bahía soleada y apacible, voy a quebrar el silencio en que nos ha dejado con uno de sus mejores papeles, robado del YouTube. La escena final de "Elektra".

Que la tierra te sea leve, Hildegard.

jueves, agosto 20, 2009

LOS REBELDES DEL (Callejón del) SWING


En esta ciudad cultural donde las haya si a algo se tiene aversión más fuerte de la que derrocha con los árboles es los locales donde se celebran actuaciones en vivo. En general, a toda muestra cultural que se salga de los cauces establecidos y que nos mantienen aferrados a viejos códigos y prácticas.


Es curioso que a pesar de la existencia de sentencias en contra y de algunas protestas vecinales, el Ayuntamiento parece inmune a los botellones ruidosos, pijos o no, y hasta en fiestas parece animar su existencia. Mientras cada vez que algún local decide celebrar pequeños espectáculos de cabaret, teatro, cuentacuentos, o música en sus diferentes estilos no tarda en aparecer la policía municipal para dejar clarito que de eso nada (y me imagino que iniciar los inoportunos expedientes sancionadores).


Poco importa que desde esas actividades no se hubiera generado molestia alguna, que hubieran sido cuidadosas hasta el extremo con horarios, insonorizaciones y control de puertas cerradas y de hipotéticos desmanes callejeros. Poco importa que el público fuera respetuoso y casi nula la molestia para el vecindario. Según unas ordenanzas pensadas expresamente para acabar con la farándula siempre revoltosa, bohemia y descontrolada, el local no cumplía determinados requisitos y por tanto tampoco pagaba determinadas tasas.

El Callejón del Swing ha sido la última víctima de la enfermiza pulsión municipal hacia el aborto de todo lo que pueda oler a cultura o a ocios alternativos. Allí hemos escuchado unos cuantos conciertos, algunos de ellos realmente estupendos, allí hemos compartido algunas charlas tranquilas con unas copas no menos tranquilas en compañía de buenos amigos. Allí hemos podido saludar a uno de esos personajes a los que Santander debería dedicar una calle en lugar de perseguir por cada garito o iniciativa, Charlie Charlón.

Así que después de que Santander, nuestro Santander, aniquilara su red de teatros, destrozara sus pocos entornos históricos, dejara que se vinieran abajo las paredes de sus monumentos, asfixiara el Summer Festival o el Tanned Tin desde las músicas nuevas y el Otoño Musical desde las viejas, acabara con los cuentacuentos del Ítaca o los cantautores del Canela, el verano del 2009 se saldará con un Callejón del Swing sin conciertos, un Callejón herido de suerte y una ciudad herida de silencios.

Imagino que esta nómina de pequeñas grandes catástrofes se estará incorporando al dossier que estudien las instituciones o comisiones europeas encargadas de decidir qué ciudad española será la capital cultural europea en el 2016.

Mientras tanto, desde mi Santander posible, una mínima reseña y una desesperanzada solidaridad con Charlie Charlón y con todos los Rebeldes del (Callejón del) Swing de nuestras viejas calles.

lunes, agosto 17, 2009

PEQUEÑOS PLACERES COTIDIANOS
(o Elogio de la Empanadilla)


"Tarde se aprende lo sencillo" decía en un poema sobrecogedor y hermoso de su "Libro de las alucinaciones" José Hierro.

Sencillas eran algunas de las más mágicas creaciones de las cocinas de las abuelas. Nacidas de la escuela de la necesidad, del ahorro, reinventaban cada día los sabores básicos de la cocina y reutilizando sobras, aplicando la máxima del "no se tira nada" de pronto de desplegaban sobre la mesa en forma de ropa vieja, croquetas, empanadillas, sopas de ajo, pan perdido y tantas otras pócimas de la eterna felicidad.

Pensaba anoche en estas modestas genialidades mientras picaba los restos de la carne de vaca y gallina utilizadas para un cocido dominical, agregaba un huevo duro también picadito y unos tacos menudos de jamón de york antes de rehogar toda la farsa en una salsa de tomate casera y aderezada al gusto del cocinero y de rellenar con parsimonia y proporción exacta las redondas obleas de empanadilla que esperaban cerca de la sartén con aceite de oliva bien caliente.

Doradas, calentitas, hogareñas, llenas de sabores llegaron hasta la mesa de la cena, hasta ese lugar en el que compartimos el tiempo, la ofrenda de cada día, con las personas que nos importan, las que siempre están cerca aunque a veces lo hagamos de manera rutinaria y sin ser del todo conscientes de que es un momento de vida y de celebración.

Muchas cosas pequeñas y felices estos días. El placer de la peluquería, el masaje cuidadoso en el escaso cabello, siempre con una sonrisa, con una música tranquila, con unos minutos preciosos para desconectar y perderse en la placidez del dolce far niente. La anciana más que decrépita que caminaba apoyada del brazo del anciano más que decrépito con quien seguramente llevaba tantos años casada, el mismo que de pronto se detuvo y sin decir nada, tirándole de la manga casi de manera brusca, ser acercó a la frente de la mujer y le dio un beso cariñoso, público, tal vez sin motivo (¿es que hace falta un motivo?). Unos lieder de Schumann a medio volumen después de comer y en la voz cómoda y expresiva de Matthias Göerne. Glenda dormitando bajo el bochorno de estas tardes de agosto, mientras las gatas se acurrucan al sol y despiertan de vez en cuando para asearse mutuamente lametón a lametón. La permanente reinvención de los amigos. Echarme a dormir cada noche con Leo a mi lado. El helado de Capri por la noche, paseando al borde del mar entre las estatuas de Manolo Valdés y el brillo de la luna.

Tarde se aprende lo sencillo, sí. Pero siempre a tiempo de saber cuándo la magdalena mojada en té de Proust nos abre las puertas de los sabores de la infancia, cuándo el espejo nos devuelve las sonrisas de quienes ya no están y de quienes nos acompañan todavía. Tiempo de dar importancia a las pequeñas cosas que de verdad importan. Las que no son importantes. Y que se llaman "vida".

miércoles, agosto 12, 2009

JUGAR CON FUEGO
(La palabrería incendiaria de María Dolores de Cospedal)

"¿Dije yo eso?", parece sugerir a lo Steve Urkell esta foto de la Secretaria General del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, robada por los páramos del Google.
Y es que de verdad me pregunto si sus desafortunadas declaraciones afirmando que al Gobierno le interesa más perseguir a los populares que a los etarras, o las que siguieron poniendo bajo sospecha a todo el entramado policial y judicial hispano, como si del pistoletazo de salida para una nueva conspiranoia se tratara, al afirmar que el Gobierno espía al Partido Popular y que nada más que cocina perversa habría tras tantos casos de tramas corruptas en las que se encuentran implicados muchos, demasiados ya, altos cargos y descargos conservadores son fruto de un patinazo, de un exceso verborreico, de un calentón agostino, o de una voluntad mucho más meditada y desde luego mucho más oscura.
Resulta triste afirmar, pero no queda otro remedio, que estamos ya acostumbrados a las salidas de pata de banco de las altas esferas políticas de nuestro país, unas altas esferas que compiten por comprobar quién cae más bajo en las peleas de barro en las que gustan de enfangarse, y que sin duda tienen una responsabilidad amplia y compartida, pero en las que me parece que la estrategia crispadora del PP durante toda la legislatura pasada y su renacimiento durante los últimos meses cobra un protagonismo especial. Supongo, qué triste, que hemos acabado aceptando que forman parte de las reglas del juego el insulto personal, las acusaciones cargadas de metralla, la ira permanente. Al fin y al cabo, todos conocemos el viejo refrán de que perro no come perro, y que tras los más agrios debates, tras las más duras escaramuzas, se encuentran de nuevo sonrientes en los pasillos y cafeterías. O como diría la Oki, una amiga transformista bien divertida, al principio de sus espectáculos cabareteros "aquí todo es en broma: yo te llamo zorra, tú a mi hijadelagranputa y luego, nenas, tan amigas todas".
Sin ser conscientes, creo (porque viven tan tan lejos de la realidad que dudo mucho de que que sepan lo que provocan con sus juegos peligrosos), de las tensas y desagradables discusiones que han venido provocando en familias, grupos de amigos y entornos laborales en los últimos tiempos. Aunque tal vez un día empiecen a pensar que se han pasado ya más pueblos de los tolerables, justo ahora que queda cada vez más claro que incluso entre los mismos "altos" políticos los enfados y malas caras resultan cada vez más abundantes. Y que el mal rollo obvio entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy canta tanto que poco podemos esperar de sus debates, entrevistas y relaciones.
En fin, que Cospedal, y tras ella todo el aparato popular y su artillería mediática, regresan al patio carcelario, a la práctica del "Vale Tudo". O lo que es lo mismo, a las acusaciones graves y sin pruebas, las mismas que en cualquier otro contexto serían como mínimo sospechosas de delito (la calumnia está perfectamente tipificada en nuestro Código Penal), sabedora, sabedores de que gozan de una inmunidad privilegiada que ampara casi cualquiera de sus movimientos y palabras. Porque en este país, la Justicia no se aplica igual a todos. Y desde esas acusaciones poner en cuestión no tanto al Gobierno, al PSOE, o a algunos de sus dirigentes, sino sobre todo al propio sistema.
Y decía al principio que tengo la sospecha de que no es una casualidad esta obsesiva moda popular de poner en cuestión cada movimiento de las instituciones, de que no es un simple exceso más, porque la crisis institucional siempre acaba beneficiando a unas huestes conservadoras que simplemente piensan en cómo recuperar el poder (o en niveles autonómicos o municipales mantenerlo) sin que les importa una higa el precio. En efecto, parece más que probado que tras años de violencia verbal constante por un lado se ha afirmado en los votantes del Partido Popular la sensación de que Lex Luthor se disfrazó de Zapatero para acabar con las únicas personas decentes de la tierra; esto es, los populares mismos. Y que nada valen una opinión, una prueba, una institución, una sentencia, una ley, un acuerdo internacional, nada, si no sirven única y exclusivamente para dejar claro que sólo hay una razón monolítica, que es la suya. Poco importa que el debate sobre el espionaje a políticos populares lo abrieran altos cargos del PP denunciando a un gobierno del PP; poco importa el constante goteo de simas oscuras de dineros desviados o perdidos en manos y gobiernos populares. Como tantas leyes, como tantas decisiones de gobierno, como tantas realidades sociales, como tantas jugadas internacionales, ellos tienen razón y los demás estamos siempre equivocados.
Adoctrinados así, hora tras hora, día tras día, los populares saben que sus votantes están "secuestrados" y permanentemente movilizados. Y que no van a pasarles factura. Algo que es ya clásico en los análisis electorales (es casi imposible desmovilizar a las filas conservadoras, es casi imposible transformar su voto, por críticas que puedan haber sido algunas de sus voces). Pero que ese germen, el de la inestabilidad institucional, sí consolida en el imaginario colectivo la idea de que "todos son iguales" y siembra entre quienes de manera habitual mantienen una actitud más crítica y utópica ante el mundo, los votantes a la izquierda, una terrible sensación de soledad, de decepción que acaba apartándolos no tanto del ejercicio de responsabilidades sociales como sobre todo de las urnas.
Cospedal y sus amigos están jugando con fuego. Porque la solidez de un sistema político, de una democracia que tendrá cuantos defectos se quiera pero que sigue siendo nuestra mejor y única opción, depende del apoyo ciudadano, de la confianza en las instituciones y en quienes las gobiernan, de la representatividad que otorguemos a quienes se supone que llevan nuestra voz al Parlamento. Y será malo para el Partido Socialista, sí lo será, que el hartazgo se extienda tanto como ya se va apreciando. Pero será malo también para el Partido Popular, lo será para todos los demás partidos que participan en el circo político, lo será para las instituciones. Y la historia nos ha dado muchas lecciones ya de lo que puede pasar cuando ya no creemos en nada.
No vale todo. No todos los rubicones deben ser cruzados. Y si alguien ha hecho un uso torticero del poder, sea para enriquecerse, sea para desviar fondos, sea para espiar, sea para obtener sentencias amigas, sea para lo que sea, puede que sea este el momento decisivo de sentarnos otra vez, de reformar todo lo que nuestro sistema político necesite cambiar y romper esta dinámica perversa que dura ya demasiado tiempo.
Pero supongo que con declaraciones como las de Cospedal, poca responsabilidad podemos esperar del PP. Y muy pocas esperanzas podremos albergar de las posibilidades de regeneración de la vida pública.
Señora Cospedal ... ¿Y las pruebas?

domingo, agosto 09, 2009

HÄNDEL SIN HÄNDEL
(Cosas de los aniversarios a la manera del FIS)


Escribíamos el año pasado sobre la paupérrima imaginación programadora desplegada por Fray Sol en el Festival Internacional de Santander que en su edición de 2008 debería haber sido un homenaje generoso y encendido a Ataúlfo Argenta. Uno de los más relevantes directores orquestales que ha dado España, cántabro y uno de los padres del FIS. El año Argenta sin Argenta venía a resumir la decadencia de una institución sin ideas, oscura y entregada a un ensimismamiento tan autocomplaciente como ya escandaloso. Ante la pasividad de las fuerzas vivas (¿o habría que escribir muertas?) que lo sufragan y jalean.

Hace ya unos cuantos años que programar parece consultar el calendario para comprobar qué efemérides cumplen número redondo y aplicarse a la tarea de conmemorar uno o varios. Una programación conceptualmente barata se limitaría a hacer lo que hace nuestro Festival. Un día, una obra más o menos manida, y cumplimos: rellenamos una línea más de programa escribiendo "Homenaje a fulanito en taitantos aniversario de su loquesea". Nadie pide más, al parecer, nadie pregunta, a nadie importa.

Pero los aniversarios culturales más parecen existir para reivindicar, investigar, ensalzar, recuperar obra y protagonismo. Para hacer del acontecimiento una fiesta, en este caso de la música. Y eso exige compromiso, exige la existencia de una intención programadora, de una búsqueda del proyecto, de la originalidad, del concepto. Y esa es precisamente la más atroz de las carencias del FIS a día de hoy.

Entre los aniversarios citados en programa este año, contamos con el 250 Aniversario del fallecimiento de Händel/Haendel (elijan la grafía que más les guste). Un compositor no precisamente menor, un genio que fuera calificado por Johann Sebastian Bach (tampoco, precisamente, un mindundi) como el mejor de los compositores, el que le hubiera gustado ser. Un músico de éxito del que formaban parte del repertorio tradicional varios oratorios, un par de óperas, algunas piezas favoritas instrumentales, y que en los últimos años está siendo coronado como uno de los más monumentales creadores de la historia de la música, mucho más allá de esas obras ya vistas. Hasta el punto de que cada ópera recuperada, sea en grabación sea en escena, se convierte en todo un acontecimiento.

Poco le importan a Fray Sol y sus redes esos luminosos reencuentros con el talento de Händel. Celebrar al alemán de estética italiana que se convirtió en símbolo de la música británica se limita para nuestro desvencijado Festival a un par de obras en un par de conciertos de órgano y a lo que imagino serán una o dos arias (el programa general no suele informar de las obras que se esperan, imagino que piensan que da igual qué se interprete) en el concierto de retales líricos de esa soprano excelente y digna de mejor y más seria velada que es Jennifer Larmore.

Por vez primera dentro del Festival tendremos este año una ópera barroca en escena. ¿Para qué íbamos a presentar una de Händel, uno de los nombres más relevantes de la primera etapa de la ópera, pudiendo representar una de Leo Vinci? No habrá ópera de Händel. Como no recuperaremos la tradicional y ya olvidadísima costumbre de una gran obra coral barroca. No habrá oratorio de Händel. No habrá referencias orquestales de Händel. No estará Händel en el homenaje a Händel. ¿Para qué? La línea de programa y autobombo ya queda suficientemente escrita y voceada explicando que se celebra lo que no se celebra. Y lo mismo este año no había ningún Händel en saldo o en las carteras de los amigos.

Os dejo con pocas esperanzas de que algo cambie. Y con la siempre deliciosa música de Händel. "Ombra mai fu", de una de esas óperas que por aquí nunca escucharemos: "Serse".

viernes, agosto 07, 2009

FARENHEIT EN MADRID

Que el poder siempre ha desconfiado de la cultura en general y de la lectura en particular no va a pillarnos de sorpresa a estas alturas. Las bibliotecas han sido periódicamente arrasadas a lo largo de los siglos como efecto colateral de las luchas de religión o de poder, como víctimas calladas de las mentalidades totalitarias o como víctimas del desamparo y abandono que tantas veces sufren desde quienes deberían mimarlas (la Biblioteca Nacional de Bagdad fue víctima de las bombas norteamericanas, la de la duquesa María Amalia de Sajonia en Weimar lo fue de la desidia y el fuego; creo que son las dos últimas víctimas "a lo grande").
Entre las serpientes de verano a las que medios y política nos tienen acostumbrados, las bibliotecas madrileñas han cobrado inesperada relevancia. Por un lado, la falta de medios y de personal que sufren las bibliotecas públicas dependientes del Ayuntamiento de Madrid han provocado una denuncia del grupo municipal socialista, que se queja de que Madrid sea de entre las primeras diez ciudades españolas en población la que menos invierte en el sistema público de lectura (y ni hablar de lo malparada que queda la capital si se la pone en comparación con sus homólogas europeas), de que varios distritos no cuenten con biblioteca municipal y en los demás se cierre el mes de agosto o se restrinjan extraordinariamente los servicios. De que siempre haya dinero para obras, fastos, pan y circos y nunca para la cultura de base, la de proximidad, la que de verdad puede mover y transformar hábitos, actitudes, valores y crítica.
Pero todavía peor si acudimos a las que dependen de la Comunidad de Madrid, que ha decidido cerrar dos de las bibliotecas que gestiona en la capital: la Biblioteca Menéndez Pelayo y la Biblioteca Concha Espina. Con el pretexto de aunar y mejorar servicios en grandes centros bibliotecarios (que no lo son tanto).
Cosas de los Madriles, que tienen que ver con políticas de gestión y visión del sistema público de lectura en las que no voy a entrar más allá de lo dicho, por aquello de que sea la ciudadanía de Madrid la que tome la palabra.
Pero sí quiero recordar que hace un par de años los medios conservadores regionales, llámense periódicos, radios, partidos u organizaciones sociales relacionadas o no con la cultura, relacionadas o no con la escritura, pusieron el grito en el cielo porque Rosa Regás había decidido tras la remodelación de los accesos a la Biblioteca Nacional trasladar la estatua de Menéndez Pelayo a un lugar que algunos consideraban secundario. Qué extraño silencio el de nuestra derecha local, qué extraña defensa de sus iconos y dignidades, qué hipocresía, la que ahora contemplamos. Cuando se borra del plano cultural madrileño a dos cántabros insignes, de nuevo don Marcelino, acompañado ahora por Concha Espina, ni periodistas, ni políticos, ni ingenieros, ni sociedades de escritores, ni perrito que les ladre parecen tener nada que decir. Y es que siempre que los ataques a nuestros escritores icónicos y su presencia simbólica procedan del Partido Popular serán bien vistos y bien tapados por la Caverna local. A la que Menéndez Pelayo y Concha Espina les importan bien poco si no sirven para clavarle alguna estaca en el corazón a algún socialista de acá o de acullá.

miércoles, agosto 05, 2009

MALAS PRÁCTICAS


Imagino que tiene que ver con la tradición cultural católica el pudor que nos da hablar de dinero, que nos pone todavía en un auténtico apuro cuando nos vemos en la necesidad de poner un precio a nuestro trabajo (una conferencia, un artículo, un curso). Y que nos hace sentirnos prácticamente culpables cuando por la razón que sea nos vemos en una situación de liquidez problemática y comenzamos a enredarnos con esas tramposas telas de araña que las entidades financieras (una manera moderna y tecnológica de salir al corso) tejen para controlar nuestras vidas y nuestras cuentas.

Cierto. Siempre podemos decir que no, siempre podemos decir que renunciamos a los gastos previstos. O no, porque muchas veces necesitamos desembolsar sumas un poco más allá de nuestras posibilidades y que tienen que ver con formación, vivienda, y otros gastos que nos resultan urgentes y poco descartables.

Una buena tarde te pueden acechar en un centro comercial cualquiera, y presentarte las maravillas de una tarjeta de crédito con la que sin duda vas a ser mucho más feliz y tu vida, dónde vamos a parar, mucho más fácil. Y picas, la firmas y no tardas en utilizarla en alguna comprilla o gasto menor, y en integrarla en tus usos habituales. Te vas poniendo mes a mes al día y todo estupendo hasta que llega un momento en el que te ves un poco más apurado que de costumbre. Te pasan la tarjeta en una fecha inconveniente, un par de días antes del ingreso de tu nómina, lo que hace que muchas veces te encuentren en números rojos (claro, es que si no tuviéramos de vez en cuando o incluso normalmente números rojos no necesitaríamos tarjetas de crédito) y comienzan a cobrarte unas comisiones estupendas también por recibo devuelto, tan estupendas que superan la cuota que se supone ibas a pagar mensualmente. De manera que empiezas a entrar en una espiral vertiginosa en la que sigues pagando mes a mes lo acordado pero mes a mes en lugar de reducir la deuda la acrecientas. En ocasiones, cuando estás un poco más desahogado, pagas algo más pero pronto continúas en el mismo plan.

Ellos, los hombrecillos y mujercillas grises del otro lado del teléfono, te llaman periódicamente para preguntarte por qué les han devuelto la mensualidad (pues porque no había dinero en la cuenta, joder, mira que es complicada la pregunta) y de paso tenerte una hora al aparato preguntándote una vez más tu dirección, teléfonos, color de ojos, grupo sanguíneo y frecuencia semanal de momentos all bran. Tantas y tan amables llamadas que uno empieza a sufrir el efecto inverso al pretendido: cada mes difícil, su mensualidad era la última de la lista. Y si no se podía, total te iban a cobrar lo mismo por la devolución de 30 que de 60. Un día uno de los hombrecillos grises llega contigo a un acuerdo que él califica de verbal (y sí, ya sé que soy medio tonto creyéndome a estos estafadores de tres al cuarto) y que va a cambiar la fecha del recibo para evitar devoluciones. Pero seguimos igual. E igual seguimos después de otros dos o tres acuerdos verbales para que el recibo llegue cinco días más tarde.

Un segundo acuerdo fantástico fue el de mire, si va a tener problemas con este sistema mejor nos ingresa antes del cinco de cada mes la cuota y tan ricamente. Nuevo acuerdo verbal. El que suscribe paga su cuota entre el uno y el tres durante unos meses hasta que después de una carta del banco con el detallado extracto pertinente nota que uno hace el abono acordado y el día cinco llega el recibo que se devuelve y que continúa aumentando la deuda.

A partir de ahí, la amabilidad de los hombrecillos grises no tiene límites. Te llaman catorce veces al día durante catorce días al mes desde, cómo no, números ocultos. Dejándote sin batería de cuando en cuando, interrumpiendo tus actividades cotidianas y atacándote los nervios. Te llegan a llamar a las tres y cuatro de la mañana con dulce acento limeño para seguir con la coña. Y te añaden un sms cada más o menos veinte minutos en una amenaza permanente de hacer quién sabe qué cosas horribles si persistes en tu taimada actitud (que de momento ha consistido en pagarles mucho, muchísimo más de lo que hubiera correspondido en cualquier banco presencial tradicional).

Hasta los mismísimos, he presentado hoy un detallado informe de mi experiencia con la tarjeta y sus creadores en la Oficina de Consumidores. Porque el acoso por todos los medios, a todas horas y días, con los modos más que discutibles, no estaba en el contrato firmado. Porque han incumplido todos y cada uno de los supuestos acuerdos que yo creí. Y porque el último mensajito de esta mañana, después de acordar un nuevo pago para el lunes que casi liquida ya la deuda (y me deja medio apré para agosto) y después de siete llamadas ayer en las que me explican que giraron después de mi ingreso un recibo y de nuevo se lo devolvieron y que por eso me van a seguir llamando, y después de que esta mañana, y a pesar de que uno es la tranquilidad personificada (puedo aportar testigos) mandara a tomar por culo a una mujercilla gris a la que le tocó la lotería pero a la que al fin y al cabo pagan por hacernos la vida imposible. Y espero que haya consecuencias, porque para más inri la entidad emisora de la tarjeta es una de las que nos han llevado a la quiebra internacional desde su norteameriyanqui sede y que se ha puesto a lloriquear ante Obama hasta que éste les ha saneado las cuentas supongo que por la cara bonita.

En fin, que como estas cosas son siempre delicadas, no voy a decir a los lectores del blog cuál es la entidad finaciera por aquello de que se enfaden y me giren más recibos. Aunque sí que recomendaría a todos que miraran bien la foto. Y que se anden con ojo cuando el barco pirata de los clicks se les acerque en alguna acera para ofrecerles una tarjeta con las letritas de arriba.

(NOTA: Que quede claro que en toda esta historia los únicos que se salvan son los empleados de la oficina del banco en el Paseo de Pereda, de cara sonriente, comportamiento impecable y hasta claras muestras de solidaridad).

lunes, agosto 03, 2009

BOSTEZANDO EN LA MENOR


Si es que mira que sois malos y os gusta provocar. Ando yo tan tranquilo y ya me llegan varios mensajes vía correo electrónico, teléfono y charla en persona echándome en cara que todavía no he dedicado en el blog una entrada al Festival Internacional de Santander, cosecha del 2009.

Pero claro, si además de semejantes amigos escucho en la radio a uno de los habituales de la claque tras la habitual entrevista A La Mayor Gloria de Ocejo declarar que "después de estos 35 gloriosos años habrá que concluir que Santander es igual a José Luis Ocejo", y redondeo leyendo en unas notas impúdicas al programa de la jornada inaugural donde se da "gracias a Dios por José Luis Ocejo" (no sé qué tiene que ver semejante acto de fe con La Favorita o con Donizetti, pero nada ya que nos vaya a sorprender en la ceremonia de citius, altius, fortius, egius en que se ha convertido el antaño Festival Internacional) ... Pues eso, que al final acabo picando y hablando a lo Chus Lampreave roleada de Testiga de Jehová.

En realidad no hay mucho que decir (ni mucho que ver, ni mucho que escuchar) de una edición que ha batido todas las plusmarcas anteriores de los mil quinientos metros bostezo. Y es que podríamos resumir el festival remarcando que vienen los de siempre a hacer más o menos lo de siempre sin orden, concierto ni proyecto y proclamando a quien quiera escuchar que se rinden homenajes inexistentes a todo chichimirichi.

Y tal vez hablemos más de algunas cosas, pero así en esquema seguimos con Scandiuzzi (abonado a nuestra fiesta como si fuera el único bajo del mundo mundial) y sus amigos con una ópera que podría haber sido cualquiera, y que está ahí sin ningún argumento que la justifique. Claro, no es que haya que explicar necesariamente por qué un título y no otro, pero si andamos de celebración en aniversario y de aniversario en celebración, parece que al FIS se le debería pedir un poco más de criterio y respeto con los dineros públicos. Y así pasaremos un Año Händel sin Händel, perdiendo una oportunidad de oro para abrir con una de sus espectaculares y bellísimas óperas o cerrar con uno de sus grandes oratorios. Un Año Albéniz con lo justito de Albéniz (una vez más la Suite Iberia), ignorando por cierto los importantes esfuerzos que en nuestro país se han hecho para recuperar las óperas (de primera línea) de don Isaac: abrir con una Pepita Jiménez o un Merlín hubiera sido cumplir con la función que un festival de las pretensiones del nuestro debe cumplir.

Poca música sinfónica, casi nada de cámara (más allá del ciclo de los marcos históricos, cada vez por cierto más reo de la propia atonía del festival general), mucha ópera más recitales de esos de cantante haciendo patchwork con cachitos de ópera descontextualizados, poco ballet y cuasinula, como ya es norma, presencia del teatro. Y un musical. Porque claro, en ese criterio de excelencia pop que parecen pedirle nuestras autoridades culturales al director convertido por mor de las metáforas de los pelotas radiofónicos en un nuevo Rey Sol ... o Fray Sol, acabamos con un Broadway que no sé muy bien qué pinta en programa. Que sí, que es de Bernstein, que sí, que es bellísimo West Side Story, que sí, que forma parte de nuestro imaginario visual y sonoro, que sí, que parece que la producción es impactante (ya veremos si de verdad lo es, que uno ya no se cree nada). Pero no creo que sea el objetivo de un Festival pretendidamente importante.

Así que se nos abre un mes apasionante, con un Festival y un Fray Sol dispuestos a dejarnos con la boca abierta. Forever and Ever. Amén.
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