sábado, febrero 27, 2010

UNA GARZA EN EL SAJA


Una o dos veces por semana tomo el tren de cercanías para acudir a mis grupos de lectura en Villanueva de la Peña o Casar de Periedo. A partir de Torrelavega, buena parte del recorrido transcurre en paralelo con el Río Saja, y ya desde hace tiempo buena parte de ese recorrido pasa con los ojos abandonando la siesta o la lectura para comprobar si una tarde más habrá acudido a la cita.

No sé si se trata de una garza o de ejemplares diferentes. Pero hace ya un par de años que la vi por vez primera cerca del puente de Virgen de la Peña. Desde entonces, paso el tiempo intentando localizarla, sobresaltándome a veces con alguna bolsa de plástico que enredada en los ramajes de la orilla podría invitar a la confusión. Y muchos días, la mayor parte, la encuentro en busca de peces o anfibios en la orilla, siempre en la izquierda, o en los prados que dan el acceso al pueblo de San Pedro Rudagüera, el espacio que más frecuenta en los últimos meses.

Es una garza real, elegante, segura, inmóvil, que convive con el ruido y el movimiento de los siempre peligrosos humanos y sus máquinas, que se ha acostumbrado a nuestra prisa mientras acecha o descansa.

Una garza que nos habla de un río limpio, que nos habla de la esperanza de una naturaleza salvaje, viva y presente, libre y hermosa como ella. Que nos sorprende durante todo ese invierno en el que las garzas reales frecuentan Cantabria, pero también en mayo, junio, septiembre, meses en los que deberían anidar en otras latitudes. Una garza que recuerda aquella visión feliz de otra, por vez primera, hace ya tantos años, en el Ebro cuando bajábamos en coche con mi padre camino de Valderredible.

Nunca he sabido de aves, aunque a veces me sorprendo en la contemplación de un petirrojo o de un jilguero urbanos por mi calle, de un somormujo en la Bahía de Santander, de alguna rapaz o una cigüeña, de una garza. De la garza. Sorprendido ante la hermosura extrema de la sutil mecánica de la vida.

jueves, febrero 25, 2010

ESTAMOS LEYENDO ... "LAS CIEGAS HORMIGAS" DE RAMIRO PINILLA


Como si fuera la primera vez que las palabras de Ramiro Pinilla se imponen a mis ojos, voy pasando las hojas con la avidez de quien quisiera apoderarse en un instante del mundo fabuloso que el escritor vizcaíno propone y con el temor de quien espera ese momento terrible que llegó tras un par de días esta misma mañana, el de cerrar el libro y seguir necesitándolo.

Frente al estilo deliberadamente descuidado de Pinilla, frente a su capacidad para construir personajes e historias de escala fabulosa, me siento como un adolescente inseguro, fascinado, al que los labios le tiemblan. Fue el primero el encuentro con la trilogía monumental "Verdes valles, colinas rojas", la saga que recorre con una mirada aguda e irónica a un tiempo todo un siglo de historia vasca a través de la experiencia, el sueño y la frustración de tres familias. Entre el conflicto perenne de lo nuevo y lo viejo, de las sacrosantas tradiciones que se perderían en la bruma del mito contra la arribada de nuevas personas, ideas, credos, Pinilla trata de explicar la construcción de un imaginario obrero y nacionalista que al fundirse podrían dar forma a la germinación de la violencia. Pero que desde luego va mucho más allá, hasta convertirse en uno de los grandes monumentos narrativos de la novela en español del S.XX.

Vino después la reedición de "Antonio B. El Ruso", la nueva entrega de "La higuera" como parábola feliz sobre la culpa, el libropueblo con "La gran guerra de Doña Toda" que me regalara el propio Pinilla. Y ahora, "Las ciegas hormigas", la novela que le valió el Nadal de 1960 y que por desavenencias e intrigas varias había estado secuestrado por Destino hasta la intervención redentora de un sello, Tusquets, que se ha convertido en la casa de papel de don Ramiro.

No ha perdido actualidad, frescura, esta historia terrible que se desarrolla junto a los acantilados de La Galea, en Getxo, y que nos habla de la decisión y de la miseria, de la furia y la fatalidad, de personajes ahogados por el peso de una realidad que no les permite crecer, vivir, más allá del afán cotidiano de la supervivencia desnuda. La tragedia de los Jauregui, la suma de episodios terribles que se van sumando en el breve espacio de unos pocos días, nos encadena a las páginas, nos conmueve a veces, nos aterra otras, nos deja sin respiración siempre, sin un momento para el descanso o el alivio a medida que las voces corales que van narrando el episodio van desvelándonos nuevas facetas del sacrificio. La dureza de la vida y el entorno de los Jauregui es tal que deseamos salir de allí, que por momentos nos obliga a aborrecer a los mismos personajes que sus prójimos de papel, los mismos que más habrán sufrido sus acciones exculparán o explicarán.

Sabas Jauregui como patriarca del clan rematará la novela explicando a Ismael la ciega determinación de las hormigas, que se resignan a superar cada osbtáculo, que desde su pequeñez saben que sus esfuerzos caerán en el vacío las más de las veces pero aun así son capaces de continuar trabajando con una furia inexorable que persevera en la lucha.

La muerte del desgraciado Fermín, la degeneración de Pedro, la tenacidad animal de Sabas, los ojos despiertos del Ismael que crece y abandona la dulzura adolescente, la pequeña Nerea que construye su propia tragedia privada al intentar salvar a tres gatitos de la muerte segura a la que la miseria familiar los ha condenado, la egoísta mirada de la abuela, la mirada seca de Josefa, las andanzas irresponsables de Bruno o el sacrificio pequeño pero no menos terrible de Cosme. Paisajes y experiencias que a través del papel van penetrándonos en la memoria y el alma hasta convertirse en parte de nuestra propia historia.

Sé que son muchas las experiencias felices que le debo a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Pero seguramente una de las más grandes, puede que la mayor, fuera la oportunidad de conocer y acompañar a Ramiro Pinilla cuando impartió un seminario sobre su obra y compareció ante el público de los Martes Literarios. Porque la honestidad vital e intelectual de Pinilla, su compromiso loco y constante, la hermosura de sus libros forman parte de esas pocas luces que nunca dejan de brillar, de acompañarnos, en nuestro camino.

miércoles, febrero 24, 2010

NOTICIARIO APÓCRIFO: ANNE IGARTIBURU CONFIRMA SU ROMANCE CON JOHN COBRA



"Es que, corazones, no veais como me puso de super-uff-eso-o-sea-qué-humedad cuando le toqué el cogote todo afeitadito y le dije por lo bajinis, cálmate, mi pit bull".

Esas son las sorprendentes declaraciones que la omnipresente presentadora Igartiburu ha realizado en exclusiva para Rukanews tras la polémica intervención del periférico chandalboy que bajo el nombre de John Cobra perpetró algo supuestamente musical en la gala que Televisión Española organizó para poner en evidencia el nulo gusto musical de los internautas hispánicos.

Mientras los voraces programas de la telebasura andan ya rifándose al macarra valenciano y entre toque de polla y toque de polla el amigo Cobra cuenta ya con representante para sus matonadas, Igartiburu organiza ya una comida en Donostia para presentarle a la familia.

"No sé cuándo sucederá, corazones, porque estoy intentando que deje la carne cruda y se acostumbre a los Friskies" confesó la comunicadora. "Claro que Aigor era más megamono, ¿no?, pero es que mi Johnny tiene algo salvaje, como de pitecanthropus erectus que me arrebata cuando se pone bien erectus".

lunes, febrero 22, 2010

LA MEMORIA Y EL DOGMA


Leo siempre con interés los escritos de Félix de Azúa, tanto los más relacionados con su propio proceso creador como aquellos en los que se revela como analista y articulista sutil y agudo. Y eso aunque muchas veces discrepe de sus postulados.

Publicaba Azúa hace un par de días en El País un artículo titulado "A favor de la memoria histórica" que suscribo casi en todos sus extremos, pero que al mismo tiempo me ha parecido sustentado sobre algunos prejuicios que no me parecen del todo justos para una lectura de la actualidad. Así que con la modestia de quien se sabe en todo inferior a un maestro como él, me voy a atrever a escribir en mi blog un par de reflexiones nacidas de la lectura de su artículo que podéis leer también en su blog y que os paso a enlazar:


Nos habla Félix de Azúa sobre la memoria histórica y la pone en relación con un libro de Tony Judt que no he leído, aunque probablemente lo haga, del que Azúa extrae sobre todo algunas consideraciones sobre las brutalidades perpetradas "desde la izquierda" a lo largo del S.XX y sobre todo sobre las personalidades que igualmente "desde la izquierda" permanecieron mudas ante el horror y hasta lo justificaron en no pocas ocasiones. A partir de ahí, y con el objetivo siempre latente pero claro de identificar el sustento que desde "la intelectualidad" se ha venido dando a los totalitarismos de izquierda con el que en el solar patrio apoya movimientos y decisiones en clave nacionalista, nos expone algunos ejemplos de cómo quienes se atrevieron a hablar contra los discursos de la "izquierda oficial", y no sólo de la que apoyaba a los regímenes extremos de la misma, se les atacó o se les ninguneó en lo que para Azúa es una muestra de una realidad "izquierdoide" y de la falta de coherencia, consistencia o incluso existencia de algo llamado "izquierda".

Muchos son los frentes abiertos, pues, y complicado tratar de hacerles frente en un espacio que no debería abusar de los lectores aunque de costumbre lo haga. Pero en fin, trataré de no alargarme mucho y en todo caso, dejar algunos frentes abiertos "a futuro".

El primero de ellos es la evidente confusión a lo largo de todo el texto de Izquierda con Comunismo, o en todo caso con las lecturas que de los textos clásicos del Movimiento Obrero se realizaron desde regímenes totalitarios. En este sentido, creo que Azúa elude hablar deliberadamente de toda una tradición del Socialismo democrático en Europa, una tradición que arranca incluso al margen del pensamiento marxista con la Comuna de París y Louis Blanc, pero que trazaría sus líneas maestras sobre todo en los procesos que acabarán dando forma al Cristianismo social, la Social Democracia y las constituciones que abren el camino para el Estado Social, con la de Weimar a la cabeza. Desde el campo de las ideas, no es ni justo ni ajustado equiparar totalitarios con demócratas. Pero al fin y al cabo, este fleco formaría parte de uno de esos debates que no tienen un final preciso. ¿Qué es derecha y qué es izquierda? Seguramente cada uno aplicaría términos diferenciales propios, seguramente cada uno tendría que aportar su propio diccionario de significados antes de entrar en un debate a oídos cerrados, pero en fin.

Y de hecho, para mí es importante la relación histórica de la Izquierda con los avances y transformaciones que nuestras sociedades han venido experimentando en el campo de las libertades civiles, en el de la igualdad, en el de la ampliación del círculo de la dignidad humana. Porque de la misma forma que Azúa articula un pensamiento izquierdista (izquierdoide) que ha permanecido mudo a veces, entusiasta otras ante las diversas versiones del Socialismo totalitario (Cuba como ejemplo propuesto entre otros), parece olvidar que también han sido los movimientos que en cada momento de la historia contemporánea, desde la Ilustración hasta nuestro presente más actual, podríamos vincular con la izquierda del momento, o al menos con las fuerzas de carácter progresista que se resistían o planteaban nuevas voces ante el Conservadurismo, caracterizado siempre por la defensa acérrima del statu quo, las que han dado forma a muchos, la mayor parte de los valores que hoy consideramos patrimonio común de la ética universal, recogidos muchos en la propia Declaración Universal de los Derechos Humanos.

¿Quiénes han venido luchando en tiempos recientes por la emancipación de la mujer, por su incorporación en perfecto plano de igualdad a todas las dimensiones sociales? ¿quiénes han apostado por las integraciones y diálogos con la diferencia cultural? ¿quiénes por la construcción de caminos que permitan sortear y superar las limitaciones de las personas dependientes, la apuesta por su autonomía cuando ésta es posible? ¿quiénes los que intentan educar y transformar los imaginarios sociales para excluir viejos prejuicios como los tristemente vigentes aún contra homosexuales, lesbianas o personas transexuales? Claro que no son luchas exclusivas desde la izquierda, claro que a veces la izquierda nos duele tanto como la derecha (seguramente más) en ciertas afirmaciones o comportamientos cortoplacistas o envejecidos en cualquiera de los interrogantes aportados. Pero no es menos cierto que son movimientos y avances tejidos esencialmente en el ámbito progresista, y que enfrente han tenido y tienen a las fuerzas del espectro conservador, incluso las más moderadas.

Habla Azúa en su artículo de cómo la izquierda italiana miraba hacia otro lado con largos silencios y dudas cuando Primo Levi hablaba en sus terribles textos sobre el Holocausto, sobre la experiencia de los campos de concentración. Pero puede que en esa duda no hayan estado solos los izquierdistas italianos, porque el negacionismo actual (no el de los años 50) no se encuentra entre las filas de la izquierda. De la misma manera que tampoco son las filas de la izquierda las que todavía hoy ignoran o se empecinan en no considerar víctimas del Holocausto a los homosexuales. ¿Sería justo acusar a Azúa de mirar hacia otro lado por no recordar tantas luchas y tantas tragedias recientes o contemporáneas, la propia mencionada de los homosexuales en sus textos, en este texto? No lo creo.

De la misma manera que no lo es acusarnos a quienes planteamos una mirada progresista hacia nuestro entorno de mostrar afecto por la dictadura cubana (yo no lo hago), negar las barbaridades de los Gulag (yo no lo hago), criminalizar a Estados Unidos por el hecho de serlo (junto a las cosas que no me gustan de Estados Unidos están las que les reconozco y las que admiro). Y así un largo etcétera.

Y es que me da la impresión de que cuando Azúa habla de cierto dogmatismo a la izquierda, lo hace con la mirada puesta en una intelectualidad vieja, de otro tiempo, de otro siglo. Que tiene poco que ver con la realidad del hoy, y mucho tal vez con los propios fantasmas de quien firma el texto.

viernes, febrero 19, 2010

NOTICIARIO APÓCRIFO: DESARROLLO URBANÍSTICO EN EL DUESO


Sin que necesariamente la noticia que nos llega desde la prestigiosa agencia de noticias Choripress guarde relación con el ingreso en prisión provisional y sin fianza, para evitar la destrucción de pruebas, del Alcalde ex-regionalista de Castro-Urdiales parece ser que anoche y por procedimiento de urgencia la Asamblea Mixta de Reclusos y Funcionarios procedió a la recalificación de los terrenos abiertos del penal del Dueso.
La situación privilegiada del recinto carcelario parece haber condicionado la cesión de suelo en la zona más cercana al mar para la construcción de un hotel de lujo, un mini golf y dos urbanizaciones de adosados. En el área más cercano al acceso y con vistas a las Marismas de Santoña se construirán siete torres de apartamentos al estilo castreño.
Preguntado el Presidente del Partido Popular de Cantabria por la reforma urbanística de las zonas verdes del penal, justo en el centro de un espacio natural protegido, Ignacio Diego ha declarado: "Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero por el Buciero".

Mientras tanto, de las manos ofrecidas en holocausto por la santidad del nuevo recluso nada se sabe.

jueves, febrero 18, 2010

MOMENTOS ESTELARES: EL ÚLTIMO CHUPETE


De aquel pequeño Ruka que los habituales del blog y sobre todo los fans de la serie Momentos Estelares recordarán en el episodio "¡Señor, qué niño!" torturando a la pobre Señorita Luchy quedaron otros recuerdos. Los más asociados a sus esporádicas y taurinas erupciones volcánicas. Y es que aquel Peke-Ruka a un tiempo fácil y difícil tenía un humor y una decisión que el Rukaegos actual no deja de echar de menos en ciertas situaciones y ante ciertos personajes.
Los hermanos de nuestro protagonista fueron, antes y después de su turno, niños chupeteros de larga distancia. Resultaba bastante difícil que renunciaran a ese objeto simple como su propio mecanismo, viscoso y blandurcio, insípido pero con esa suave textura de teta que le transforma mágicamente en amuleto y seguro. Me imagino que Peke-Ruka llevaba el mismo camino de sempiterno mamoncete cuando la fatalidad quiso cruzarse en su camino.
En efecto, y como buen niño Tauro, Peke-Ruka tomaba rápido e intenso afecto por personas, objetos y quisicosas. Y como la costumbre manda, solía andar con esa torpeza característica de los muy escasos años con un chupete de arandela cursiazulina que acumulaba ya mucho más polvo del que la durabilidad del artefacto garantizaba. Miles de veces había caído El Chupete por las largas moquetas del vetusto piso de la abuela, y miles había sido recogido e introducido de nuevo en la tierna boquita. Miles de veces había sido chupado, estrujado y mordisqueado, y otras miles se había repuesto de tan duros accidentes laborales, no sin acumular notables cicatrices y hasta un par de señeros costurones. Vamos, que entre la mugre, el desgaste y las tiras de látex que colgaban en diferentes puntos del ingenio, El Chupete presentaba un aspecto francamente lamentable.
Papá-Ruka y Mamá-Ruka habían respetado durante meses la extravagante querencia del retoño por El Chupete, pero llegó el momento en que tras escuchar un día sí y otro también a medio paseo por las avenidas y cafeterías más pijas del Santander Posible comentarios en voz baja de "Que sí, que estos mucho apellido, mucho apellido, pero ni para cambiar el chupete a la pobre criatura ..." decidieron acudir a la farmacia del Tío Luis y comprar un simulacro de teta para el nene. Transeúntes cotillas y progenitores confundían dos conceptos tan diferentes como chupete y Chupete. Y fue su confusión origen de la catástrofe que, tachánnnn, se aproximaba.
Los Rukapadres estaban tan sonrientes y felices con el chupete en la mano y El Chupete en la basura que no acabaron de entender bien la mirada despectiva que Peke-Ruka dirigió hacia el menudo chisme mientras comenzaba a gatear y meter la manita debajo de todos y cada uno de los muebles de la casa en busca de Su Chupete. Al quinto recorrido, y agotado, asumió que tocaba dormir. Dejó el chupete donde sus padres lo habían colocado y un tanto desconcertado por la ausencia de Chupete, se durmió.
Al día siguiente y tras otros siete recorridos por cada recoveco de la casa, llegó el momento de explicar que El Chupete se había ido al cielo y no iba a regresar (... ¿o eso fue con el abuelo?) pero que allí mismo tenía un chupete de diseño vanguardista y nuevo y radiante y de Dsquared2 de un precioso azul baldosa. Miró Peke Ruka a diestra, giró a siniestra, recordó el Mont Pelée ... y estalló. "QUIERO MI CHUPETEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE".
Varias horas de EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEs después, tras un aterrado desfile de vecinos que suplicaban silencio o que al menos mataran los Ruka al gorrino en el pueblo el día de San Martín, que no por eso se iban a caducar las morcillas, Papá-Ruka decidió recorrer todas y cada una de las farmacias de este mi Santander eligiendo de entre los centenares de atrevidos modelos de chupete que los diseñadores más prestigiosos habían propuesto para la nueva temporada aquellos que más pudieran parecerse al Maldito Chupete. Descartó rosas, verdosos de tonos varios, rojos y rojizos, violetas, marinos, azulnoches, negros con lunares, para centrarse en la gama de los azules pálidos. Cuando le asaltaba la idea peregrina de que tal o cual eran mucho más monos, bastaba concentrarse un poco para desde la farmacia de Valdecilla escuchar desde la de Santa Lucía (debajo del hogar familiar) un claro y contundente EEEEEEEEEE que le impelía a rogar "ya pero ¿sólo tiene estos? ¿cómo que el azulina ya no se lleva?".
Llegó a casa con unos treinta ejemplares cazados con esfuerzo. Y mientras el EEEEEEE de Peke-Ruka estremecía los sólidos pilares del edificio el resto de la familia se apresuró a elegir un chupete entre los chupetes. Era, sin duda, idéntico pero sin mugre. Este sí que sí.
Al ver llegar la comitiva familiar chupete en ristre, Peke-Ruka cortó su EEEee.. y alargó la manita. Miró, olió, analizó, hizo la cata y tras un paréntesis budista cogió el chupete, se acercó hasta la ventana abierta, lo tiró a la calle y se fue muy pero que muy digno a otra habitación a enredar con algún juego de construcción o un pintaycolorea.
Nunca volvió a chupar nada, nunca un chupete transpasó su boca apasionadamente fiel al Chupete por antonomasia. Nunca.
Bueno, sí, vale, alguna piruleta. Bueno, sí, vale, algún caramelo. No, pirulíes no, que nunca le gustaron. Sí, bueno, vale, algún chupachups también. Que sí, pesados, que las patas de los centollos y las cabezas de las gambas sí. Pero habrase visto, los dedos también, ¿quién no se ha chupado los dedos? Helados también, le gustan más de lamer, pero bueno helados sí, claro. ¿¿Pero qué dice usted?? Que estamos hablando de niños hombre, cómo se le ocurre preguntar si tampoco ha chupado po... eso que usted dice desde entonces. Qué valor, qué impertinencia, señor. Pero bueno sí, también, pero mucho más tarde.´
Está bien, ustedes ganan: ¿Lo dejamos en que no volvió a chupar chupete?
Y por cierto, snifff, ¿Algún lector ha visto a mi CHUPETEEEEEEEEEEEE?

martes, febrero 16, 2010

VEXILLOFILIA TREMENS


Me envía un amigo vía Facebook un test de cinco preguntas cuyo objeto es evaluar mi grado de españolidad. Y aunque no tengo duda alguna sobre mi identidad nacional ni sobre el lugar no demasiado prioritario que juega este factor en mi construcción subjetiva, abro la aplicación para llevarme una curiosa sorpresa. O en realidad no.

Para ser español, pero español-español, como la mujer-mujer de la Botella, hacen falta según los creadores del cuestionario unas pocas actitudes. La primera, estremecerse hasta el orgasmo ante la presencia de una bandera rojigualda. La segunda, odiar al Barcelona. El tercero, santificarás las fiestas (nacionales, la del 12 de octubre) con el mástil enhiesto. La cuarta, mostrar un grado respetable de xenofobia ante los latinoamericanos. Y last but not least echar una lagrimita al recordar a Arias Navarro moqueando a mitad del celebrado "Españoles, Franco ha muerto".

Pues vaya mierda de España la que preconizan tan preclaros autores. Con defensores así, no me extraña que la españolidad se haya ido enfriando en tantas mentes y tantos corazones. Porque cuando me construyo como español, no me baso en símbolos (que no cuestiono, pero que me parecen consecuencia y no origen) y mucho menos en fobias y nostalgias fachoides.

Me hubiera gustado encontrar en el test titulado "¿Cuál es tu grado de españolidad?" alguna referencia al orgullo por haber construido un estado democrático respetuoso con los derechos humanos y que por eso ha sido considerado modelo y obtenido reconocimiento. Me gusta mostrarme orgullos de un país que lidera la cooperación al desarrollo a nivel internacional en una apuesta fuerte por la justicia. Podría haber suscrito un test que recordara tantas aventuras culturales, tantas aportaciones desde este solar al mundo. O el que reconociera la diversidad y pluralidad de nuestra tierra y preguntara por ejemplo "¿En cuántas de las lenguas que se hablan en España eres capaz de saludar o de decir gracias?".

Y es que puede que la España de los del test Facebookero no sólo no sea la misma en la que creo, la que a veces me hace sentirme orgulloso de ser español, sino que sea una que me da un nivel de yuyu marejada a fuerte marejada.

Porque entre la España del diálogo, el conocimiento, el futuro, la libertad, entre la España igualitaria, y entre la nostálgica, la que se considera española porque lleva tatuadas tres franjas rojoamarillorojo en la nalga (derecha, por supuesto) tengo claro, muy claro, cuál es la mía.

domingo, febrero 14, 2010

EL INEVITABLE POEMA DE AMOR PARA EL 14 DE FEBRERO INEVITABLE


No sé muy por qué en un determinado momento y dentro de los nuevos imaginarios míticos comenzó a tomar forma en mis cuadernos de trabajo la idea de asociar el amor con el canibalismo, la inevitable referencia comulgatoria, y plantear la figura de Hannibal Lecter como evocación del amante total. ¿Cómo descubrió Hannibal su pasión, un mordisco accidental durante un beso más apasionado que de costumbre?

Aquí tenéis el poema que resultó como aportación de mi blog al día de los enamorados: Cuidado, que muerdo.

NACIMIENTO DE HANNIBAL

Fue la primera vez: mordí tus labios

con mucha más pasión, se abrió esa grieta

que me otorgó tu sangre a borbotones.

Me pregunto si fue tan rojo el zumo

de la manzana dulce y primitiva

que dio la desnudez a nuestros padres

(Fue el rito semejante: abrió el deseo

con avidez las bocas, se clavaron

los dientes asesinos en la carne

delicada.

Y así los ojos vieron).

Me pregunto si entonces yo sabía

que comulgar un cuerpo es aprenderlo,

desvelar sus secretos más oscuros

al redimir su alma:

¿Qué más alto

testimonio de amor pude ofrecerte?

viernes, febrero 12, 2010

LA MOVIDA: ASÍ QUE PASEN 30 AÑOS


Han pasado ya tantos libros, tantas películas, tantas canciones, tantas fotografías, tanta televisión por nuestra memoria que resulta casi imposible pensar cómo sería soñar la Movida desde esa pequeña ciudad en la que pasé infancia y adolescencia, Reinosa, o la Santander que me acogía en Navidad y verano.

Supongo que la existencia de un canal y medio (la segunda cadena no se recibía en Reinosa) de televisión ayudaba a dar forma a la sensación de que algo extraño, loco, estaba ocurriendo en Madrid y de rebote en Vigo, León o Zaragoza. Y es que por muchas dificultades que hubiera nos acababan llegando los discos de aquellos grupos jóvenes que marcaban un nuevo código de expresión, de imagen, de comportamientos y valores. Y desde el comercial Aplauso que siempre reservaba un minutaje a los novísimos a programas como Caja de Ritmos, La Bola de Cristal o el mítico La Edad de Oro, íbamos reconociéndonos en quienes vivían deprisa y a todo ritmo por las calles de Madrid.

Cuando se quiso hablar del 25 aniversario, muchos de sus protagonistas coincidieron en afirmar que hubo algo de inexistencia, de invento, en la idea de Movida. Pero no es cierto, no desde la lejanía en la que soñábamos con vivir aquel hervor de ideas, de locura, que ayudó a cambiar una España en blanco y negro por un país a todo color. Esta es la idea que hace algunos años intenté transmitir a mis alumnos de música del Colegio Altamira cuando les encargué una pequeña investigación sobre la música pop española en los 80. Una juventud, mis propios quince años de 1980, que no se sentía implicada ya en los cantautores que hablaban de una libertad y un país que de alguna forma ya estaba ganado para el futuro, pero mucho menos en la lánguida expresión de los cantantes melódicos y poperos que habían formado parte del rostro digamos oficial del viejo régimen. Y de pronto estallaron las locuras y excentricidades de muchos jóvenes que sin formación pero sin vergüenza decidían que querían ser protagonistas de su propia juventud, que querían hacer fotos, o cine, o música, que querían experimentar la libertad hasta los límites, unos límites que hoy serían bastante poco posibles vista la crisis de la imaginación y sobre todo vista la dictadura de lo políticamente correcto.

Regresar a los 80, regresar a la imagen de tantos grupos y tantos habitantes de la noche es en el fondo reconocer a quienes fuimos entonces. Cuando a pesar de nuestro pijerío, de vivir en ciudades donde sólo de forma tangencial vivimos aquella explosión queríamos ser como ellos. Y viajábamos con los Zombies hasta Groelandia bailando con extraños movimientos convulsos en el Rebeca. O íbamos a clase con pantalones imposibles que recorrían toda la gama de verdes y jerseys que le daban nuevos nombres al rosa, con aquellos abrigos largos y oscuros, con las camisetas salvajes de Vivianne Westwood que pude comprarme a pesar de la cara de horror de la Tía Chavita mientras sacaba el monedero para abonar el regalo de cumpleaños. Una clase en la que convivíamos con dos o tres góticos, un par de modelnas y muchas hombreras y pelambres pintorescas.

Claro, es que entonces éramos más jóvenes y pensábamos que podríamos comernos el universo. Es que teníamos ganas de ser diferentes, de reír, de vivir, de construir nuestro propio imaginario. Y con ese imaginario, nuestra propia nostalgia.

jueves, febrero 11, 2010

OBJETIVO, GARZÓN


Recuerdo como si lo estuviera viviendo en tiempo presente el orgullo que sentí cuando tuve conocimiento de que Baltasar Garzón había puesto en busca y captura nada menos que a Augusto Pinochet. Un rayo de luz que permitía contemplar con otros ojos el ejercicio de la judicatura, dar un paso adelante en la lucha contra el horror cotidiano de tantas dictaduras, de tantos regímenes terroristas, de tantos gobiernos que ofenden a la humanidad con vejaciones, torturas, humillaciones y genocidios mientras el resto del escenario político calcula rentabilidades y geoestrategias y, cómo no, mira hacia otro lado. No fue posible sentar a la vieja serpiente en el banquillo, pero tal vez para las familias de tantos muertos fuera un consuelo ver a ese tipo derrotado, ver cómo se enroñecía su aureola de héroe salvapatrias para dejar clara su verdadera naturaleza de canalla.

Sí hubo juicio, y condena ejemplar contra Adolfo Scilingo, cuando Garzón sentó en el banquillo a uno de los principales responsables de las atrocidades de la dictadura argentina, y de forma simbólica con él a todos los que contribuyeron desde Argentina a un sombrío capítulo de la historia universal de la infamia.

La actividad de Garzón en defensa de la dignidad de las personas y de los derechos humanos ha sido tan notable que le ha merecido un amplio reconocimiento internacional, ha permitido que se le considere como un magistrado ejemplar y valiente, alguien que se atrevió a romper el tabú de que las barbaridades contra los derechos humanos son "asuntos internos" y decidió creerse de verdad esa jurisdicción internacional y atemporal que prescriben los tratados internacionales. Tanto, que muchos dirigentes internacionales empezaron a sentirse incómodos, y a trasladar su incomodidad a las esferas diplomáticas españolas; tanto, que para frenar su compromiso el Gobierno de España (ay) acabó impulsando un cambio en la legislación para que la Audiencia Nacional perdiera su competencia internacional y evitar así que España se convirtiera en la campeona de los Derechos Humanos en el campo de justas.

Pero es que además ha sido un juez incansable en la lucha contra la corrupción. Una batalla necesaria, imprescindible hoy en nuestro país, pero que los corruptos y los poderosos (¿no son tantas veces los mismos?) no le iban a perdonar. Y así se abrió la cacería en las filas populares, en la judicatura más conservadora, en la caverna mediática pero también en ámbitos progresistas contra un juez que se atrevía contra dirigentes políticos y contra banqueros con el arma de la ley en la mano.

Si añadimos el odio que profesan a Garzón los cachorros de la ultraderecha atrincherados tras esa máscara conocida como sindicato manos limpias, que por supuesto no iban a permitir que se enjuiciara el horror institucionalizado tras el final de la Guerra Civil por el régimen de Franco ... parece que la operación de acoso y derribo contra un juez que se había atrevido a serlo estaba servida.

Vivimos en estas horas la vergüenza de ser testigos del acoso. Brindan los populares, brindan los ultras, brinda la caverna, brindan las turbas airadas que foro a foro, día a día, mentira a mentira, fueron generando, brindan los corruptos, y brindan ciertas voces que se proclaman progresistas pero que no pueden aceptar que sea otra voz la que de veras se convierta en grito por la justicia.

Y desde mi blog no quiero ser testigo mudo. Y quiero y necesito proclamar, aunque sea en un reducto tan insignificante, tan nimio como éste, que yo estoy con Baltasar Garzón, que le agradezco su trabajo, su profesionalidad, su responsabilidad y su esfuerzo. Y que seguiré con atención su lucha, esta vez en defensa propia, y la apoyaré como pueda. Porque España necesita muchas personas como Garzón.

miércoles, febrero 10, 2010

BANDERAS AL VIENTO, RA, RA, RA


El exquisito alcalde popular anterior, hoy senador al lado de Bárcenas, no se molestaba siquiera en contestar. El Ingeniero por supuesto es diferente: pone sonrisa de encantador de serpientes y responde a las propuestas ciudadanas con solícita premura. Así, cuando ALEGA cada año y como a todos los ayuntamientos de la región solicita que en señal de reconocimiento a la igualdad y derechos de las personas lgtb sitúen una bandera del arco-iris en la fachada de la casa consistorial, responde con extrema educación y explica que no es posible situar símbolo alguno que no sea oficial en el edificio municipal.

Imagino que los adornos navideños no serán símbolos de nada y formarán parte de las instalaciones oficiales permitidas por la legislación vigente. Y es que me parece bien que durante unas fiestas tradicionales que forman parte de nuestro bagaje emocional y cultural el Ayuntamiento se haga presente.

Imagino que los lazos contra la violencia de género tampoco serán símbolos de nada. Aunque en este caso me niego a considerar que esa brutalidad sea oficial en modo alguno. Eso sí, me parece bien que cuando el calendario señala el día correspondiente, el Ayuntamiento de Santander se sume a la lucha contra esa lacra brutal, y que lo haga de muchas formas, entre ellas modificando el paisaje simbólico de la plaza santanderina.

Supongo que el Rácing de Santander gozará de status oficial de una u otra manera, y así además de las prebendas públicas que recibe la sociedad privada de todos los estamentos oficiales se reconozcan sus pre-hazañas deportivas cuando da un pasito más en su historial y se acerca hasta la UEFA o, como ahora, hasta las semifinales de la Copa. Y es que no soy futbolero, pero si lo fuera sería racinguista, y como además respeto la pasión de muchos ciudadanos por el balompié, no me parece mal que la fachada del ayuntamiento se llene de símbolos blanquiverdes.

No me parece tan bien, sin embargo, que a la llegada de junio de pronto la interpretación que de las leyes hace nuestro sonriente Ingeniero cambie de pronto. Y entonces no sea posible no ya situar una bandera con el arco-iris en algún lugar de la fachada, como por otro lado hacen varios ayuntamientos que cumplen escrupulosamente la legalidad y hasta en dos casos están gobernados por el PP, sino ni siquiera un pendón, tapiz, lazo o trapo balconero como hacen algunas corporaciones un poco más estrictas en la aplicación de la ley de banderas.

Y es que estoy empezando a pensar que la carta del alcalde-ingeniero es un poco mentirosilla, y le da igual poner más trapos o menos en su fachada. Que no pasa de ser una tan pobre como amable excusa. Que la realidad es que prefiere que no se le asocie con la igualdad y la dignidad de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales que formamos parte de la diversidad ciudadana de Santander. Si al final será que yo soy un malpensado.

Ra, ra, ra.

martes, febrero 09, 2010

PLEGARIAS Y CROISSANTS


La invitación de Barack Obama a José Luis Rodríguez Zapatero para tomar parte en el llamado Desayuno Nacional de Oración ha tenido la virtud de desatar el enfado de muchos trolls en la blogosfera y las redes sociales, así como de ciertos periodistas, comentaristas y todólogos que siempre preferirán malversar la realidad antes que admitir cualquier dato del Presidente del Gobierno de España que pueda ser leído en clave positiva o siquiera neutra.

Cierto es que el grupo evangélico promotor hace ya cincuenta años de la iniciativa es un grupo más bien integrista, cierto que algunos de sus allegados tienen posiciones impresentables (un diputado ugandés vinculado a La Familia es el promotor del proyecto que intenta aplicar la pena de muerte para las relaciones homosexuales). Pero no menos cierto que la propia idea de un "Desayuno Nacional de Oración" concebido o al menos presentado como un foro de diálogo interreligioso y abierto a las diversas opciones políticas, esa mezcla extraña de plegarias y croissants, tiene sentido en una sociedad como la estadounidense donde las identidades personales tienen en la comunidad religiosa a que se pertenezca uno de sus principales sustentos. Es relevante además señalar que aunque venga promovido por un grupo concreto, hace ya tiempo que el Desayuno ha adquirido una cierta entidad oficial, y que por eso la presencia de todo el aparato político estadounidense lo incluye como parte de su agenda. E incluso el Presidente aprovecha para llevar sus propios invitados de honor a la celebración. En este caso, José Luis Rodríguez Zapatero, que fue invitado no por La Familia sino por Obama. O lo que viene a ser lo mismo, la invitación forma parte de una agenda diferente, la de las relaciones bilaterales entre EEUU y España, en la que además del rezo tienen cabida otros factores de la vida social y política, así como de las relaciones económicas. Que los mercaderes siempre han tenido claro que los templos dan buenos dividendos.

Da pues igual que Rodríguez Zapatero sea agnóstico, ateo, laicista o maragato, ya que su presencia se encuadra en otra esfera de la acción pública. Pero además me parece importante cómo ha planteado su presencia y su intervención. ¿Tiene que ver con la invitación a nuestro Presidente del Gobierno la des-invitación del diputado de Uganda antes referenciado? Estoy convencido de que en buena medida la Presidencia de Estados Unidos ha querido eliminar compañías incómodas tanto para Zapatero como para el propio Obama. Y eso es bueno. Por otro lado, el texto del Deuteronomio seleccionado por Rodríguez Zapatero para su intervención hablaba, como tantos textos bíblicos por cierto, de la justicia social, del respeto a los derechos de los trabajadores, de la dignidad del extranjero. Y me pareció adecuado no sólo para leerlo en la celebración, sino para que nuestra sociedad hispana y con ella nuestro Gobierno tomen nota y lo entiendan como parte de un compromiso común. Porque puede que en el entramado social actual, en las reformas laborales, en los últimos textos de extranjería haya algún motivo para que a la luz del Deuteronomio alguien se ponga un poco colorado.

Todavía más. En su comentario, Rodríguez Zapatero esbozó un canto al respeto y a la diversidad. Incluso dejó entrever el respeto para los diversos modelos familiares y con ellos el necesario reconocimiento y respeto para las familias homoparentales y las parejas del mismo sexo. Tanto es así, que la propia presidenta de La Familia se vio obligada a recoger el guante y a enunciar esa misma necesidad de respeto hacia gays y lesbianas, algo nada baladí si tenemos en cuenta los esfuerzos de tantos integristas evangélicos por curarnos.

Y es que en Washington desayunando estuvo precisamente el Zapatero que me gusta, ese al que en los últimos meses he echado de menos alguna que otra vez. El del discurso comprometido e ilusionante, el de las decisiones, el que necesitamos al frente del barco.

lunes, febrero 08, 2010

CONTRA LA CORRUPCIÓN, TOLERANCIA CERO: BRAVO, PRESIDENTE ANTICH


Es posible que las Islas Baleares queden un poco distantes de Cantabria, pero no voy a dejar pasar la oportunidad de felicitar al Presidente de Baleares, el socialista Francesc Antich por una decisión que no por necesaria es menos arriesgada, y que es la salida del Gobierno balear de uno de los ejes sobre los que giraba la coalición que había permitido el acceso de una mayoría progresista al poder. La salida de Unión Mallorquina.

Si es cierto que en todo el país nos desayunamos casi cada día con alguna noticia desagradable vinculada a la mala gestión de la res pública, vinculada con quienes se aprovechan de su posición privilegiada al servicio de la ciudadanía para obtener beneficios, prebendas y provechos varios en beneficio de su círculo de allegados, de la financiación oscura de sus partidos y, claro, de sus propias arcas privadas. Los escándalos relacionados con el PP de Baleares, con su ex presidente Matas y su escandaloso y hortera enriquecimiento, los escándalos relacionados con UM en su etapa de coalición con el PP y, en los últimos destapados, también en el nuevo momento político, parecen dar pie a la sensación de que en ambos casos más que una organización política estábamos en manos de una red mafiosa y tramposa que venía actuando con el seguro de la tradicional impunidad. Y desde la adquisición de cocaína y servicios de chaperos pagados con fondos públicos a la adquisición de palacetes, el oficio de trincar se había instalado de la mano, cómo no, de las obras faraónicas, la especulación urbanística y las ventas de favores.

Ante la dimensión de la indecencia, Francesc Antich ha decidido, y ha decidido bien, no mirar hacia otro lado. Y de la misma manera que el PSIB ya había tomado medidas contra algunos garbanzos negros crecidos en sus filas, cortar toda relación con Unión Mallorquina y provocar su salida del gobierno, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Palma (bien también por Aïna Calvo) y en el Consejo Insular de Mallorca (y otro obligado bravo por Francina Armengol). Una alcaldesa y dos presidentes que quedan en minoría, con el apoyo de su propio grupo socialista junto con el resto de fuerzas de progreso que articularon la mayoría de gobierno en las últimas elecciones, pero que continuarán fieles a su compromiso de regenerar la escena política balear. Aunque hoy esa misión se haya complicado.

Tenemos los ciudadanos bastante mala memoria. Y no es descartable que a pesar del espectáculo lamentable que han ofrecido los conservadores del PP y los regionalistas de UM, y de las nefastas consecuencias que su indignidad ha traído para la vida social (que quede claro que cada euro que un chorizo se lleva al bolsillo es un euro menos en inversiones públicas, que nos lo están robando a todos, que provocan desafueros del mercado y etc. etc. etc.) y para la imagen y credibilidad de las instituciones, obtengan en las urnas un amplio respaldo de quienes preferirán ser cómplices.

Pero que hoy la imagen de la decencia y de la responsabilidad en Baleares lleva los nombres de Antich, Armengol y Calvo, así como las de su partido y las de los partidos que han apostado por mirar a sus votantes a la cara mejor que a la cartera.

Si en muchos lugares, muchos dirigentes tuvieran la claridad y el compromiso de Francesc Antich, puede que los políticos en España dejaran de ser el problema y comenzaran a formar parte de la solución.

Contra la corrupción, tolerancia cero.

domingo, febrero 07, 2010

SANTANDER, CAPITAL INDIE


Once ediciones lleva ya desde su nacimiento en la santanderina calle Tantín el Festival de Cultura Indie Tanned Tin. Y como cada año desde entonces una programación marcada por el interés, la originalidad, la internacionalidad y el riesgo ha hecho que su cartel haya girado por toda España y haya conseguido espacios de honor en toda la prensa nacional. Una propuesta, claro, que nos ha hablado por estos pagos de modernidad, de actualidad, de futuro. Una ventana más a la cultura desde la propuesta de nuestro 2016.

Ah, perdón, que me estaba liando. Que en nuestra capital cultural no se quiso creer en la proyección a futuro del Tanned Tin, que a pesar de que el compromiso económico era mucho menos escandaloso que los gastos en tantos fastos nefastos y sin sentido, que ni el Ayuntamiento de Santander ni la Consejería de Cultura del Gobierno Cántabro ni los hipotéticos mecenas privados que podrían intervenir y que año tras año declaran ganancias multimillonarias y bancarias ni la Obra Cultural de Caja Cantabria que dio origen, sentido y nombre a la propuestas quisieron implicarse. Y que como a falta de pan buenas son tortas y proyecto había, sus promotores buscaron otro acomodo y desde hace muchas ediciones la capital indie del invierno hispano es Castellón de la Plana y no Santander de mente plana.

Nada, en fin, que no sepan los espectadores del Otoño Musical o los del Summer Festival, nada que no comprendan los huérfanos de Artesles (en este caso a nivel regional). Nada que no sea la perpetua sensación de que por aquí siguen las caspas de siempre con las propuestas viejas de siempre y que no van a dejar que crezca nada.

Y es que ya escribió nuestro Pepe Hierro "Después de todo, Todo ha sido Nada".

viernes, febrero 05, 2010

MOMENTOS ESTELARES. LOLA 2: EL ALMA DE LOS PERROS


Como se viene el fin de semana y hoy hemos amanecido con noticias tristes, me parece que toca otro momento estelar con mi querida y vieja setter Lola como protagonista. Y es que ya os decía en "¡Quita, cerda!" que la mi Glenda es poco estelar, pero la borrachuza de Lola da un juego estupendo.

Me imagino que la peña está cada vez más acostumbrada a que compartir espacios con el mundo canino, pero en eso Lola fue un poco pionera y solía pasear por un Santander donde no encontrabas tanto bicho (a cuatro patas) como ahora. Educada lo era, a su manera, porque el ramalazo revolucionario y protestón irlandés no lo perdió nunca. Pero a pesar de su cuasi-impecable comportamiento cívico (que para dejar las ciudades hechas unos zorros ya están los ediles de urbanismo) cada dos por tres algún probo e impertinente ciudadano se tomaba la libertad de proferir algún graznido contra perruca y dueño al modo de "Los perros tendrían que estar todos muertos" (yo no me quedaba callado, claro: "Y los locos en el manicomio y ya ve, usted tan ricamente tomando el sol") o incluso puñetazo en ristre porque "A los cabrones estos que tienen perro hay que matarlos" (un portero de antro, quién si no, que acabó en los tribunales y con sanción) o intentos de patada adolescente en el hocico a la pobretuca mía que era más buena que ni sé ("A ver si ata al chaval, que la perra va con su correa ¿eh?").

Lola había aprendido a hacer sus necesidades menores en una extraña postura: dos patas sobre la acera, dos sobre la calzada, chorrete en el canalillo directo a la alcantarilla. Y las mayores, siempre retiradas con prontitud, sobre alguno de los escasos tapices de césped de la city o, con el toque barriobajero que le caracterizaba, sobre arena de obra. También tenía sus manías. Pero a pesar de su civismo, un mediodía de domingo se encontró envuelta en una extraña perturbación ambiental en plena Plaza de Pombo, que paso a relataros y que se saldó con un interesante debate sobre el alma.

Íbamos camino del kiosko del Paseo de Pereda en donde por aquel entonces compraba El País, a eso de las dos de la tarde, cuando topamos en Pombo con un núcleo familiar tradicional de esos que dice el Pastor Alemán que garantizan la buena crianza de los retoños pero que al suyo lo tenían retozando por encima de los árboles, arrancando ramas y barbareando que es gerundio. Lola encontró una buena esquina para sus aguas mayores que, como era costumbre, retiré con una bolsita de plástico de esas que convierten el desperdicio más biodegradable en el desperdicio más inasequible al desaliento y lo eché en la papelera, tal y como estaba expresamente prohibido en las ordenanzas municipales. Puesto que no había gente y la perrina era más bien mayor, iba suelta, como también prohiben las ordenanzas. Pasamos al Paseo, compramos la canallesca, y emprendimos el regreso hacia el Sweet Home donde esperaban las alubias.

La Plaza se había convertido en un pequeño lío en el que la Familia Tradicional, con su cabeza de familia, uno de expresión de Tarugo Tremens, increpaba con palabras bastante fuertes a Mariaje, una amiga que se sentaba en un banco con su Fox Terrier, y a un anciano al que no conocía que se sentaba en el mismo banco con su Nisu. Al parecer, el niño de aspecto berzoide que trepaba a los árboles cual experto bonobo había pisado una caquita de algo al aterrizar sobre el césped y, avistado el panorama, habían arremetido contra los primeros perros acompañados que pudieron divisar. Como Lola se acercó a saludar a Paco, el fox, yo me acerqué con tranquilidad mientras los buenos ciudadanos continuaban su sacra cruzada contra la caca y me incorporaban al repertorio. Tarugo Tremens pareció enfadarse muy mucho con la indiferencia del trío de perros y el trío de dueños, así que como nadie le pedía disculpas al Retoño Arborícola, mientras Mami Loreal se quedaba al cuidado del follón se acercó a una cabina para llamar a los munipas.

La pasma llegó rauda, algo que nunca hubiera hecho si se hubiera denunciado algún camelleo o una pelea de bates (y hablo por experiencia) y se acercó para poner orden en el caos, a lo hacedora de mundos. Uno, que tiene su honra, decidió que no iba a pasar por alto la alevosa acusación de dejar residuos cacoideos por doquier, así que ni corto ni perezoso se acercó a la papelera, sacó la bolsita no-biodegradable llena mierda biodegradable y la pasó por las narices de Tarugo, Loreal y Bofia, mientras los policías insistían en que no era necesario.

Mami Loreal viendo que no acababa de obtener la reparación compungida que esperaba, exclamó en medio del debate "Pero es que los niños tienen alma y los perros no". Como el debate teológico siempre me ha parecido mucho más jugoso que la recogida de residuos sólidos, volvíme hacia la rubia para espetar "Será porque usted lo diga, señora. Según Santo Tomás de Aquino, mi perra tiene no una alma sino dos, alma concupiscente y alma volitiva. Lo único que la diferenciaría de los humanos es la ausencia de alma racional, y tampoco veo que su niño de usted la tenga. Y como comprenderá, en materias de alma entre el Doctor Angélico y una que pasaba por aquí, quedan pocas dudas".

Andaba yo preparando la bonita cita de Juanpa Segundo sobre las animales almas al consagrar a San Francisco de Asís patrón de los ecologistas, cuando se deshizo el lío. Yo me fui con los polis a presentar denuncia por insultos y quisicosas varias, más que nada porque para digna una. Y bendita ocurrencia.

Porque el lunes una ligera investigación en el Negociado de Bofia (en el que trabajaban un par de paseantes caninos y solidarios del barrio) aclaró que los policías habían redactado parte de salida, dando cuenta de la llamada acusica, pero declaraban que no había excrementos y que los perros que habían encontrado estaban debidamente atados (mentira cochina, Lola estuvo suelta en todo momento, total la multa iba a ser la misma ...). Pero a la semana siguiente había cambiado el texto en los mismos ordenadores y con curiosas faltas de ortografía de pronto sí había denuncia interpuesta porque según el texto misteriosamente aparecido, al llegar a Pombo "había perros corriendo y defecando" (curiosa actividad múltiple que no sabía que los perros pudieran simultanear). Y es que Tarugo Tremens había resultado ser funcionario de la casa y amiguete de alguien.

Con la denuncia en la mano, en la que la pareja municipal declaraba ante la nacional exactamente lo contrario, me apresuré a redactar un recurso en el que ironizaba sobre las posiciones de las perras al orinar y al defecar, la escandalosa ignorancia sobre el kamasutrat higiénico-canino de una Mami Loreal bióloga como la Obregón (a esas alturas y en este pequeño pedazo de mundo ya la tenía también localizada) y me preguntaba sobre cuáles serían los sistemas de seguridad de los ordenadores del Negociado. Nunca hubo multa. El recurso corrió como monólogo cómico de moda de despacho en despacho. Tarugo Tremens acudió con más cara de tarugo que nunca al juicio de faltas al que había sido convocado sin entender qué hacía un buen ciudadano como él en una sala como aquella, y aún más cuando el juez preguntóme, como si yo fuera tontito "Pero a ver, ¿usted quiere que se condene a este señor?" y yo dije "Pues claro".

Lo peor fue que entre ir y venir, almas y diretes, llegué a casa a las siete de la tarde y las alubias estaban pelín pastelosas. Se las comió la perra.

jueves, febrero 04, 2010

LAS MATILDES Y EL HADA DE LOS LIBROS


Por aquello de la ley del mínimo esfuerzo, convierto hoy de nuevo mi blog en re-publicano y cortoypego el comentario que me publica hoy El Diario Montañés con motivo del homenaje que la Fundación Gerardo Diego organizó ayer en Santander para ese pionero de la animación a la lectura y del trabajo cultural con las mujeres que es el Centro Cultural Matilde de la Torre. Muchos años ya de trabajo de Marisa Samaniego con sus "Matildes". Y hasta estuvo su adorado Bernardo Atxaga.

"Supongo que estamos tan acostumbrados a compartir con esta pequeña tribu de mujeres enamoradas de la lectura cada acontecimiento cultural de nuestra ciudad que hasta hemos perdido la perspectiva y a veces hemos cometido el error de considerar al grupo tramoya o figuración, donde había protagonistas. Y es que ¿cómo hubiera sido la actividad cultural en Santander de no existir el Centro Cultural Matilde de la Torre, qué sin su entusiasta turba de socias, qué sin su alma Marisa Samaniego?

No importa si se trata de música, de cine, de teatro, siempre habrá una nutrida presencia de Matildes. Sobre todo cuando se trata de libros, de encuentros con escritores, allí que llegan en feliz enjambre tras la inspiradora abeja reina. Llegan con los deberes hechos, han leído los libros del autor, los han analizado, diseccionado, comentado, han leído estudios y comentarios, han hecho de cada uno de los libros parte de la memoria personal y grupal y hasta han decidido enamorarse como colegialas y en bloque de algunos afortunados como Bernardo Atxaga. Llegan siempre con sus preguntas y sin rastro de esa vergüenza escénica que siempre llena de silencios el final de las conferencias y el inicio del turno de intervenciones del público. Porque las Matildes quieren saber, necesitan saber, están ávidas de dar un paso más en su entrega a la pasión lectora.

Junto a ellas (y algunos pocos ellos) siempre Marisa. Una mujer pequeña, de apariencia frágil y gesto despistado, una mujer que siempre ha vivido cerca de la casa de mis abuelos y a la que recuerdo desde siempre camino de la Universidad, realizando la compra, acarreando libros, de acá para allá sin freno entregada a una vida de entrega. Porque Marisa Samaniego es una mujer que ha pasado los años dedicada por entero a sus pasiones: la literatura, los libros, sus alumnos de Magisterio, su madre, y esas mujeres que fueron parte de su compromiso con la ciudad, de su compromiso con una sociedad más libre y más justa a través de la cultura: las Matildes.

Esta tarde, la Fundación Gerardo Diego rendirá un homenaje merecido a los años de vida, de feliz encuentro entre una mujer chamán, Marisa Samaniego, muchas mujeres llenas de entusiasmo y ganas de crecer, las Matildes, y un espacio, el Centro Cultural Matilde de la Torre. Años de constancia y crecimiento que ya vieron un reconocimiento el pasado verano en la UIMP y que seguirán mereciendo atención y cariño por parte de la ciudad que compartimos con ellas y que es mejor por ellas. Y hasta llegará el día en el que no quedarán disculpas para dedicar una calle a una pequeña mujer grande.

Y es que, Marisa, en los territorios de la fantasía puede que todavía no sepamos cuál es el rostro del Hada de los Dientes. Pero sí sabemos gracias a tu compromiso cómo se llama, cómo es, el Hada de los Libros"

martes, febrero 02, 2010

EL PUERTO COMO ESPACIO CULTURAL


Este artículo, tiempo ha pendiente, es una continuación lógica del que escribí ayer sobre la necesidad de preservar la identidad del área de San Martín / Gamazo y poner en valor su historia y su potencialidad como núcleo cultural.

Cuando Santander se lanzó a la carrera de la capitalidad cultural europea del 2016 (ya se sabe, una más de esas ideas que los populares no tienen pero copian sin que intervenga la SGAE del proyecto socialista), los compañeros del Grupo Socialista del Ayuntamiento de Santander plantearon como propuesta la posibilidad de que el mar fuera uno de los ejes que articularan la candidatura.

Al margen de la estopa que les dieron Arasti y los foreros habituales del Diario Montañés por el terrible pecado de haberse atrevido a proponer públicamente una idea antes de que el Ingeniero hiciera la suya, a mí no me pareció una idea demasiado elaborada. Me explico, si hablamos de cultura estamos hablando de la acción del espíritu humano sobre el medio, de las respuestas que el ingenio y la fantasía fueron oponiendo a la necesidad de supervivencia primero, a la pulsión de la eternidad después. Y el mar no fue producto de nuestras indagaciones ni de nuestras manos.

Sin embargo, cuando pensamos en un Santander abierto al mar, hijo del mar, proyectado sobre el mar, pensamos en realidad en la acción humana que trató de vencer y aprovechar la cercanía entre la pequeña realidad del muelle y la inmensa pregunta del océano. Hablamos de la navegación pero sobre todo hablamos del puerto.

El puerto ha sido protagonista del devenir cultural allí donde había una costa. Al puerto vinculamos las artes pesqueras y comerciales que fueron dando forma a la necesidad económica, al puerto las artes de la navegación que abrieron mundos y mentes. Al puerto asociamos formas de vida específicas, tantas veces cercanas al lado oscuro del ser humano. Del puerto nacieron músicas, leyendas, palabras, personajes, imágenes.

Reivindicar la idea de puerto como espacio cultural supone reivindicar toda esa vida que el mundo fue abriendo de cara al mar. Supone, en el entramado europeo, hablar de la comunicación entre los diversos países y las diversas gentes, de los hitos históricos de la paz y de la guerra, del comercio y de la enfermedad. Supone conocer, reconocer y construir nuestra historia. Hacerlo desde Santander significa rememorar que fue un puerto el que dio origen a la ciudad romana, un puerto el que expandió la medieval desde la construcción de la Abadía y la custodia de las reliquias de los Santos Mártires, un puerto el que hizo crecer el comercio hacia el norte de Europa y un puerto el que trajo la peste. Un puerto el que hizo residir en Santander al compositor Francisco Guerrero a la espera de la llegada de Isabel de Valois para maridar con Felipe II y un puerto el que permitió a Pick preservar del olvido en su poemario "Hampa" las imágenes de los borrachos y putas de tantas costas y tantos mares. Fue el puerto el que dio sentido a Sotileza, y un puerto el que comerció con Cuba y se llevó y se trajo tantas ilusiones y tantas vidas, un puerto el que dejó marchar a Matilde de la Torre exiliada hacia México, pero que también dirigió hacia México a la familia de esa gran escritora que es Margo Glantz cuando buscaban una vida mejor lejos de su Ucrania original. El puerto de los raqueros, el de los señoritos, el de las prostitutas y los mareantes, el de los niños pescando momas y el de los amores oscuros escondidos entre la carga. El puerto de la vida.

Qué hermoso sería que nuestra ciudad no sólo de cara al 2016 sino de cara al futuro tuviera presente en su actividad cultural al puerto, que fuera capaz de respetar esos espacios mágicos de Gamazo o la Grúa de Piedra y abrir el pórtico por el que nos regresaran las obras, las emociones y las personas que nacieron de los puertos y dieron calor de hogar a los puertos. Un frente marítimo capaz de albergar al Holandés Errante, a Peter Grimes y a Billy Budd, un frente canalla de fados, tangos, cabaret y raqueros, un frente literario y cinematográfico en tantas páginas y tantos kilómetros de celuloide. Una ciudad que no ganara el espacio del puerto, sino que fuera ganada por el espíritu abierto de su puerto, de todos los puertos.

lunes, febrero 01, 2010

A VUELTAS CON GAMAZO


Hace ya como un año escribí en el blog un post en el que bajo el título "Soñando un nuevo Gamazo" planteaba la necesidad de que en las conversaciones sobre la recuperación del frente marítimo de Santander, se tomara en consideración el potencial del área de Gamazo como última oportunidad para preservar el alma marinera de la ciudad que un día fue puerto.

Parece que por fin el Puerto de Santander y el Ayuntamiento de Ídem han sido capaces de llegar a un acuerdo sobre cómo debe desarrollarse la intervención sobre nuestra fachada marítima, con la idea de contruir un gran paseo al borde del mar. Y sin duda hay que felicitarse por ese acuerdo tantas veces reivindicado por la ciudadanía santanderina y tantas veces interrumpido por los egos de unos y otros hasta llegar en los últimos tiempos a las condiciones leoninas del Gran Ego. Y, en fin, aunque todavía imagino que faltarán muchos detalles por pulir y algunas administraciones por hablar, ya se han ido adelantando infografías sobre lo que será el resultado. Sigo pensando que me parece extraño, muy extraño, y desde el punto de vista de la ética pública más que cuestionable, que se presente al público el resultado final de una obra que no ha salido a concurso aún (¿o es que ya está adjudicada dedocráticamente). Pero en fin ...

El caso es que una vez más en el Santander Posible que quiere ser capital cultural de mi querida Europa, esta Europa mía, esta Europa nuestra, se habla poco de cultura. Y cuando se presenta a los medios el plan de ataque sobre la fachada marítima, nadie realiza la más mínima alusión a lo que vaya a pasar con el área de Gamazo-San Martín, ni se propone acción de contenido cultural alguna. Lo que no quiere decir que las haya (aunque dudo que la cultura haya sido un tema siquiera de medio pelo en las conversaciones) pero sí cuando menos que nuestros gestores públicos ni siquiera consideran necesario hablar de ella.

Y me preocupa que ese grandísimo y modernísimo paseo a mayor gloria de dios y de su alcalde acabe por alterar, degradar o sustituir un espacio que para mí, y creo que para muchos santanderinos, es parte del alma de la ciudad, parte de su identidad histórica y marina. Y por lo mismo, me gustaría que hubiera una actuación especial sobre el área dedicada a actualizar y restaurar, recuperar y poner en valor, pero nunca a adulterar o sustituir.

En su día, ya fue una lucha la de tratar de conservar las viejas y bellas losas de piedra que hoy duermen bajo las frías placas actuales, así como los norays donde amarraron sus cabos tantos barcos y que, éstos sí, pudieron mantener su metálica silueta a la vista.

En Gamazo es imprescindible conservar el dique seco, preciosa estructura de piedra escalonada que podría ser el origen de un excelente auditorio al aire libre, y también la restauración de la vieja draga que duerme en su interior, ¿qué más hermoso escenario para tantas manifestaciones de arte y cultura urbanos y contemporáneos?. Es imprescindible salvar la casa de bombas, bello y coqueto edificio de ladrillo. Y sería bueno salvar si no todas al menos la mayoría de las viejas naves que alojaron talleres, donde se podrían asentar algunos espacios de ocio pero sobre todo algunas iniciativas que nos salvaran la ya dormida esencia de la ciudad al mar. ¿Un centro de interpretación sobre el casi perdido oficio de la carpintería de ribera?¿sobre la pesca en trainera en pleno cabildo de mareantes de San Martín a la Mar? Las nuevas tecnologías y los nuevos planteamientos pedagógicos y de recuperación del patrimonio etnográfico e industrial permitirían en ambos casos no sólo un discurso expositivo clásico sino más aventurado con recreaciones virtuales, talleres didácticos, etc.

Gamazo es una de las últimas oportunidades que tiene Santander para hacer de su historia una memoria viva. Perdimos por explosiones e incendios gran parte de las calles antiguas, las piquetas y los concejales de urbanismo ayudaron a perder día tras día fachadas y edificios, la falta de sensibilidad fue transformando nuestras áreas burguesas, entre Menéndez Pelayo y el Sardinero no en un pequeño Estoril sino en una suma de calles impersonales, ...

Apostar por Gamazo es apostar por la Santander al mar, por la que día a día construyeron sus gentes, por la que muchos amamos. ¿Podemos?
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