Me envía un amigo vía Facebook un test de cinco preguntas cuyo objeto es evaluar mi grado de españolidad. Y aunque no tengo duda alguna sobre mi identidad nacional ni sobre el lugar no demasiado prioritario que juega este factor en mi construcción subjetiva, abro la aplicación para llevarme una curiosa sorpresa. O en realidad no.
Para ser español, pero español-español, como la mujer-mujer de la Botella, hacen falta según los creadores del cuestionario unas pocas actitudes. La primera, estremecerse hasta el orgasmo ante la presencia de una bandera rojigualda. La segunda, odiar al Barcelona. El tercero, santificarás las fiestas (nacionales, la del 12 de octubre) con el mástil enhiesto. La cuarta, mostrar un grado respetable de xenofobia ante los latinoamericanos. Y last but not least echar una lagrimita al recordar a Arias Navarro moqueando a mitad del celebrado "Españoles, Franco ha muerto".
Pues vaya mierda de España la que preconizan tan preclaros autores. Con defensores así, no me extraña que la españolidad se haya ido enfriando en tantas mentes y tantos corazones. Porque cuando me construyo como español, no me baso en símbolos (que no cuestiono, pero que me parecen consecuencia y no origen) y mucho menos en fobias y nostalgias fachoides.
Me hubiera gustado encontrar en el test titulado "¿Cuál es tu grado de españolidad?" alguna referencia al orgullo por haber construido un estado democrático respetuoso con los derechos humanos y que por eso ha sido considerado modelo y obtenido reconocimiento. Me gusta mostrarme orgullos de un país que lidera la cooperación al desarrollo a nivel internacional en una apuesta fuerte por la justicia. Podría haber suscrito un test que recordara tantas aventuras culturales, tantas aportaciones desde este solar al mundo. O el que reconociera la diversidad y pluralidad de nuestra tierra y preguntara por ejemplo "¿En cuántas de las lenguas que se hablan en España eres capaz de saludar o de decir gracias?".
Y es que puede que la España de los del test Facebookero no sólo no sea la misma en la que creo, la que a veces me hace sentirme orgulloso de ser español, sino que sea una que me da un nivel de yuyu marejada a fuerte marejada.
Porque entre la España del diálogo, el conocimiento, el futuro, la libertad, entre la España igualitaria, y entre la nostálgica, la que se considera española porque lleva tatuadas tres franjas rojoamarillorojo en la nalga (derecha, por supuesto) tengo claro, muy claro, cuál es la mía.
6 comentarios:
También creo que somos uno de los países a la cabeza en donación de órganos. Eso sí es como para sentirse orgulloso.
salu2
Tienes razón, es un motivo más para sentirse orgulloso de ser español. Y en ese caso concreto, para sentirse orgulloso de ser cántabro: porque no recuerdo si somos la primera o segunda comunidad autónoma en porcentaje de donantes.
Precisamente todos esos motivos que esgrime la encuesta son los que a mi me hacen sentir vergüenza de ser español (o, como mínimo, que me importe lo mismo que ser diestro o delgado)
Que algunos abusen de los símbolos y las palabra lleva a otros a rechazarlos.
Con esos motivos de españolidad que se limpien el culo.
Son otros lo valores de los que podemos sentirnos satisfechos en unos casos, preocupados en otros y hasta orgullos en algunos supuestos.
He de reconocer que siempre me he visto embargado por una ansiedad algo excentrica al ver uno de esos simbolos que quizas alguno entienda como "nostalgicos".
Me refiero a ese "Todo por la Patria" que adorna (o quizas adornaba por mor de aplicaciones esteticas de la memoria historia) los acuartelamientos del ejercito, la armada y las fuerzas aereas de Espana.
Entiendo que con la corrupcion rampante de la que adolece este pais, la miopia de politicos a los que importa mas "un punado de votos" que el individuo, la proliferacion de sultanes y cortes de taifas, y el engano continuo y sedicioso al que tiene sometido a este Estado social y democratico de derecho la partitocracia, este tipo de lemas esta mas que mal visto.
Un dia de estos el iluminado de turno ocupara las calles senalando tan sospechosas palabras al grito de "expropiese!".
Y es que la estupidez puede ser infinita y raramente descansa (ni siquera en domingos y fiestas de guardar)
Un abrazo
Nacho
Nacho, voy a tener que escribir más cosas de este pelo para que te dejes ver más a menudo: sabes que siempre eres bien recibido.
En realidad, no creo que sean las corrupciones, corruptelas y miopías varias las que hayan devaluado (de ser el caso) lo del "Todo por la Patria". De hecho, como con la nación, patrias hay ahora tantas que ya no sabe uno si tendrá todos suficientes para saciar a todas. Pero sí puede que a ese lema le haya hecho mucho daño una historia en la que en nombre de la patria se han cometido no pocas tropelías y desafueros, se ha excluido a una buena parte de la sociedad y, al final, se ha construido un universo simbólico que se ha convertido en antipático para algunos e indiferente para otros, además de maravilloso para muchos.
De hecho, si alguien acabara señalando "tan sospechosas palabras al grito de exprópiese" seguramente estaría construyendo su propia versión del todo por la patria.
Por lo demás, y como ya he dicho, a mí no me molestan los símbolos patrióticos. Pero no creo que encuestas como las que reseño les ayuden mucho. En todo caso, y fusilando a Benedetti, la mía es "otra noción de patria".
Un abrazote
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