Una de esas preciosas coplas de la música tradicional de Cantabria dice así:
"La primera vale, vale,
la segunda valerosa,
la tercera porque baile
un clavel con una rosa,
me voy mañana,
me voy por verte.
Me marcho para La Habana
aunque me cueste la muerte,
me voy mañana,
me voy por verte".
Es ésta la primera entrada en éste, mi primer blog, así que la referencia puede ser afortunada. Pero además esta primera reflexión personal tiene mucho que ver con el "me voy mañana".
Hacía algún tiempo que no veía a Sergio, pero me lo encontré esta mañana y hablamos unos minutos. Estaba ilusionado, me habló de amores, de proyectos ... Y de que él también se marcha.
Son ya muchos los amigos que han elegido vivir en otros lugares. El discurso suele ser semejante. Santander es conservadora, tradicional, opresiva, no ofrece buenas oportunidades laborales, nunca pasa nada, es aburrida, es imposible encontrar pareja, es cerrada, está muerta.
Supongo que algunas veces yo también he visto así a esta ciudad en la que nací y a la que, a pesar de muchos pesares, amo. En su día tuve la oportunidad de "escapar" y elegí quedarme. Dudo a veces si fue esa una elección del todo libre y del todo afortunada, pero elegí quedarme. Y lo hice, en no poca medida, porque no estoy de acuerdo con esas afirmaciones.
Creo que Santander es una ciudad habitable, mucho más abierta de lo que pensamos, llena de buena gente y sobre todo llena de posibilidades. Por eso he elegido para mi blog el título de Un Santander Posible. Por eso y porque también estoy convencido de que muchos de los fallos y de los lados oscuros de esta ciudad se deben a nuestra pasividad, a nuestro derrotismo, a esa especie de melancolía infinita que según Amós de Escalante marcaba el carácter de los norteños. Estoy convencido también de que hemos ido adormeciendo Santander, que a base de decir que esta ciudad nos ahoga, la hemos ido cambiando a peor. Cada vez hay menos gente joven en Santander, menos niños. No tenemos espacios ciudadanos. Estamos perdiendo la ilusión y eso puede hacer que nuestra ciudad se convierta en un balneario.
Desde este blog quiero reflexionar sobre Santander y sobre su gente. Quiero compartir mis reflexiones personales con vosotros e invitaros a dialogar de manera serena, con actitud constructiva y en clave de cambio. Santander se enfrenta a muchos retos, a un futuro que puede hacer de ella la ciudad vital, moderna y vibrante que muchos queremos ver o puede hacer que continúe en esa neblina gris a la que la han llevado años de desidia municipal y de pasividad ciudadana.
Creo que tenemos un largo camino y mucho trabajo por delante. Pero me gusta un slogan que vi hace unos años en Barcelona y que recupero para Santander. Santander, ponte guapa.
En eso estamos.
"La primera vale, vale,
la segunda valerosa,
la tercera porque baile
un clavel con una rosa,
me voy mañana,
me voy por verte.
Me marcho para La Habana
aunque me cueste la muerte,
me voy mañana,
me voy por verte".
Es ésta la primera entrada en éste, mi primer blog, así que la referencia puede ser afortunada. Pero además esta primera reflexión personal tiene mucho que ver con el "me voy mañana".
Hacía algún tiempo que no veía a Sergio, pero me lo encontré esta mañana y hablamos unos minutos. Estaba ilusionado, me habló de amores, de proyectos ... Y de que él también se marcha.
Son ya muchos los amigos que han elegido vivir en otros lugares. El discurso suele ser semejante. Santander es conservadora, tradicional, opresiva, no ofrece buenas oportunidades laborales, nunca pasa nada, es aburrida, es imposible encontrar pareja, es cerrada, está muerta.
Supongo que algunas veces yo también he visto así a esta ciudad en la que nací y a la que, a pesar de muchos pesares, amo. En su día tuve la oportunidad de "escapar" y elegí quedarme. Dudo a veces si fue esa una elección del todo libre y del todo afortunada, pero elegí quedarme. Y lo hice, en no poca medida, porque no estoy de acuerdo con esas afirmaciones.
Creo que Santander es una ciudad habitable, mucho más abierta de lo que pensamos, llena de buena gente y sobre todo llena de posibilidades. Por eso he elegido para mi blog el título de Un Santander Posible. Por eso y porque también estoy convencido de que muchos de los fallos y de los lados oscuros de esta ciudad se deben a nuestra pasividad, a nuestro derrotismo, a esa especie de melancolía infinita que según Amós de Escalante marcaba el carácter de los norteños. Estoy convencido también de que hemos ido adormeciendo Santander, que a base de decir que esta ciudad nos ahoga, la hemos ido cambiando a peor. Cada vez hay menos gente joven en Santander, menos niños. No tenemos espacios ciudadanos. Estamos perdiendo la ilusión y eso puede hacer que nuestra ciudad se convierta en un balneario.
Desde este blog quiero reflexionar sobre Santander y sobre su gente. Quiero compartir mis reflexiones personales con vosotros e invitaros a dialogar de manera serena, con actitud constructiva y en clave de cambio. Santander se enfrenta a muchos retos, a un futuro que puede hacer de ella la ciudad vital, moderna y vibrante que muchos queremos ver o puede hacer que continúe en esa neblina gris a la que la han llevado años de desidia municipal y de pasividad ciudadana.
Creo que tenemos un largo camino y mucho trabajo por delante. Pero me gusta un slogan que vi hace unos años en Barcelona y que recupero para Santander. Santander, ponte guapa.
En eso estamos.
3 comentarios:
Un honor ser el primero en felicitarte por tu bautismo bloggero. Ten cuidado que esto engancha. Sólo te diré que me encanta tu idea de abrirnos los ojos y presentarnos esta nuestra Santander de la manera que a nosotros nos gusta y que en ocasiones (como también se ven muertos) vemos rancia, aburrida y encorsetada. Como bien dices el cambio es posible pero con esfuerzo pero oh! amigo estamos en la sociedad del pasotismo y el que nos lo den todo hecho. Por tanto lo veo difícil pero no imposible. Seguro que si hubiera muchos tú no sería necesario el exódo. El tiempo es justo y todo llegará. Besos y bienvenido!!!
No sé, es complicado, si tienes una buena base (amigos, pareja, trabajo..), creo que Santander es un lugar estupendo, si te falla la base entonces puedes estar bastante jodido, entonces sí que va a aparecer esa cara gris, ambiente cerrado, inmovilismo, etc. Es una ciudad bonita, cómoda, segura, pero llena de prejuicios, sin una identidad clara, con problemas socioculturales, amén de laborales. No sé, o se transforma gracias a la inmigración (a peor o a mejor), o se hace algo para que la gente joven se quede (o vuelva), para que esto crezca en algún sentido. Fácil de decir, ¿qué se puede hacer?, ¿qué se quiere hacer?, ¿quién?,..., la gente pasa, atrincherada en el día a día, en la vaga inmediatez. Supongo que no pase nada y se quede todo como está, ese es mi pronóstico. Saludos.
Cómo estás J, una sorpresa el regresar al primer post de la historia ya razonablemente larga del blog :) Bienvenido.
Comparto tu diagnóstico sobre Santander. Y lamentablemente, comparto también esa mirada escéptica ante el futuro. Va a seguir igual, sin ofrecer emociones, ni retos ni oportunidades. Aunque también comparto que tiene un tamaño estupendo y que si tu entorno es seguro y acogedor, mejora.
Lo malo es que tiene algo vampírico que nos va chupando la ilusión. Junto a los que se van, estamos los que nos vamos cansando de intentar un cambio y acabamos también, en cierto modo, idos.
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