El año pasado, más o menos por estas fechas, os hablaba en el blog de una iniciativa surgida en la red Facebook y en cuyo origen yo había tenido alguna responsabilidad, junto con otros activistas que tratan de conseguir unas redes sociales libres de xenofobia, racismo, homofobia, machismo y demás zarandajas. Se trataba de Los Jueves por Nemat, y como algunos recordaréis consistía en llamar cada jueves durante unos dos meses a la Embajada de Irán en España (aunque la protesta se extendió a varios países) para preguntar por la situación de un joven, Nemat Safavi, que llevaba varios años en prisión después de haber sido acusado de sodomía, y que se hallaba ya pendiente de su ejecución en la prisión de Ardebil.
Los dioses patriarcales y monoteístas no han sido nunca y ninguno precisamente acogedores con la homosexualidad. O al menos no lo han sido sus fanáticos e inquisidores. La defensa de un modelo de familia único basado en la dominancia patriarcal no casa con la libertad sexual y excluye tanto la práctica por parte de las mujeres de roles y comportamientos que sí se admiten en los varones (so pena de ser consideradas putas o de ser encarceladas e incluso ejecutadas) como la práctica de una sexualidad no reproductiva como la que se puede mantener entre dos personas de igual sexo (nuevamente reos de manicomio, prisión o patíbulo, siempre de desprecio). No hay muchas diferencias de un dios patriarcal a otro, aunque sí de una situación histórica o cultural a otra. Y puede que por eso la persecución más cruel, la que castiga a los homosexuales con la muerte, haya sido poco a poco relegada a unos pocos infames países.
Consta que Irán es no sólo uno de los países que mantiene en determinadas regiones la condena a muerte para los homosexuales, sino que además la pone en práctica. Y hemos tenido noticias de varias ejecuciones en los últimos años. En general ahorcando a los reos de una grúa y sostenidos antes del momento fatal por un camión (algunos analistas consideran que así se inflige mayor dolor al ejecutado y se dejan unas décimas de tiempo más para que sea testigo del horror de su propio asesinato). En todos los casos más referenciados, el muchacho fue condenado cuando era menor de edad, 15 ó 16 años, sin garantías jurídicas ni defensores, sobre acusaciones falsas que luego fueron desmentidas, en procesos que se iniciaron por sodomía pero años después en los recursos se maquillaron como violaciones, con penas previas de latigazos y con torturas en prisión.
Parece necesario aún especificar que transexuales, lesbianas y homosexuales somos titulares de los mismos derechos civiles y sociales, de los llamados derechos humanos, que el resto de las personas. Y parece necesario porque todavía la vieja homofobia enquistada en los cerebros, en los corazones y en los libros presuntamente santos parece pesar demasiado, de tal manera que cuando miles y miles de personas se movilizan en todo el mundo (tengan éxito o no) para evitar las ejecuciones de mujeres adúlteras por prescripción de una interpretación rigorista y fanática del Islam, cuando miles de personas firman, de autoridades y gobiernos claman, de medios de comunicación ofreciendo minutos, imágenes, páginas, portadas ... apenas unas líneas se hacen eco de la terrible condena y ejecución de muchachos en la flor de la vida por el único crimen de amar o desear a las personas de su mismo sexo. Y eso a pesar de que hace algunos años Amnistía Internacional comenzó a considerar a las personas lgtb como presas de conciencia o de que en días recientes ACNUR ha determinado que las personas perseguidas por su orientación sexual o su identidad de género (para vergüenza de ciertas democracias occidentales capaces de expulsar a homosexuales iraníes para ponerlos a los pies del verdugo).
Seremos pocos o muchos, pero no nos vamos a parar. Nemat Safavi consiguió gracias a la movilización del año pasado una abogada para su último recurso (aunque en Irán parece estar de moda detener a los abogados que trabajan en pro de los derechos humanos. Conseguimos sobre todo que su nombre y su situación fueran conocidas. Y conseguimos algunos dolores de cabeza en la Embajada persa. Este año, de nuevo, queremos que Nemat sea protagonista del otoño, que su nombre vuelva a sonar con tonos de pesadilla para el país que quiere asesinarlo. Y acompañaremos la reivindicación y la protesta con otro caso similar, el del joven de la foto, Ebrahim Hamidi.
Y para eso, os invito a difundir esta campaña en vuestras páginas, webs, blogs, perfiles ... a participar en las acciones llamando cada jueves hasta diciembre a la Embajada de Irán en España o en cualquier otro país para preguntar educadamente qué saben de la situación legal de Nemat y de Ebrahim y para recordar que Irán es signatario de un convenio internacional por el que se compromete a no ejecutar a quienes cometieran el crimen siendo menores de edad. También a enviar faxes y correos electrónicos cualquier día, muchos. Hasta conseguir que no se olviden de ninguno de los muchachos. Aquí tenéis los datos de la Embajada de Irán en Madrid, teléfonos, fax y correo:
Teléfonos: 91 345 01 12 // 91 345 01 16 // 91 345 06 52
Fax: 91 345 11 90 (fax gratuito desde la página http://www.myfax.com/free/SendFax.aspx )
Correo: embiran@hotmail.com
No es Irán precisamente el país más sensible a las protestas internacionales pero ... ¿vamos a esperar parados?
2 comentarios:
Lo difundiremos, pero qué cutre el correo de la embajada ¿no? ¿de verdad tienen ese correo?
Cuando veo al presidente de irán me da miedo de verdad, anteayer pusieron una noticia en la tele y uf, vaya tela.
Como siempre Regino, estás en todo, gracias por acordarte de toda esta gente, que por querer y amar a alguien "no vien visto" se juegan la vida...
ufff pues no habeis visto la de Siria, en Madrid, tan cutre y antigua, huele a alcanfor, y con la foto del "presi omnipresente"...
¡mucho ánimo y fuerza en vuestra lucha personal! Un beso.
la cuadros-kurdos
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