- Tumbado al sol en la playa de Langre, con el cuerpo bronceado, prometiendo que en esa agua tan fría él no se bañaba ni borracho.
- Comprobando cada poco la página de Espacio Espiral para ver si por fin conseguía acomodar los horarios y regresar a la práctica de su gran pasión, el teatro.
- Recordando con tanto cariño a Lorelei, a Angie, a Valeria, a Carla, a las personas más queridas de las que dejó atrás al subirse al avión en Carrasco.
- Riendo como loco al recordar la noche absurda en la que Maripili se convirtió en Tudelilla o el encuentro con Ana en El Corte Inglés en el que yo acabé tirado en el suelo para que no me viera una vieja, imprertinente y pesadísima conocida.
- Leo, lleno de ilusión cuando por fin me decidí a iniciar la escritura de ese monólogo en torno al personaje de Óscar Wilde que le prometí para iniciar su camino hacia el Oscar, y que pensaba estrenar en el próximo junio.
- Leo, desayunando de domingo en el Siboney, hojeando la prensa y riendo con las extravagantes ocurrencias de Javi. Y flipando cuando se levantó la camiseta para enseñarnos el tatuaje con la Virgen del Carmen en la espalda y los abuelos en el pecho.
- Torturándome con Telefé internacional, mientras yo gritaba de horror al descubrir a Susana Giménez, Mirta Legrand, Moria y tantos personajes capaces de convertir a Belén Esteban en prototipo de intelectual.
- Leo descubriendo Lisboa mientras yo acudía a las sesiones de un congreso sobre pensamiento hispanoamericano, y quedando atrapado por la belleza romántica de Sintra, las mil formas de preparar el bacalao, el saludo a Felipe González en el Chiado, junto a Pessoa, la noche de fados en la que nuestras manos no consiguieron desenlazarse.
- Leo, guapísimo, arregladísimo, deslumbrando al encargado de la exclusiva tienda de Cavalli en la Rue Saint Honoré en París, que salió a “fichar” a la rutilante estrella de culebrón que miraba el escaparate.
- Leo, otra vez en París, comiendo con cara de pecado el mejor chocolate del mundo, que descubrimos en la Rue Jakob y que nos hizo relamernos como si fuéramos de nuevo niños.
- Leo en Père Lachaise, cuando un gato gris y precioso comenzó a seguirle hasta que se paró para tomarlo en brazos y regalarle unos cuantos mimos.
- Leo llorando desconsolado cuando le anunciaron de forma bastante brusca la enfermedad, refugiado en mis brazos y diciéndome que lo entendería si prefiriera dejarle. Y yo enfadadísimo sólo por la ocurrencia.
- Luchando, luchando, luchando, luchando, luchando, cumpliendo a rajatabla cada indicación médica, seguro de que iba a vencer y de que todavía tendríamos tantos sueños para vivirlos juntos.
- Leo dormido, abrazado al enorme mono de peluche que le regalaron Milagros y Mayca para que le acompañara durante su enfermedad cuando yo estuviera fuera de casa.
- Leo retando en el pasillo de casa a Tiberio, la gata que le bufaba cada vez que se encontraban, la única de casa a la que no consiguió enamorar a la primera.
- El viaje a Madrid para escuchar en primera fila, casi pegados a la diva, el memorable concierto de la gran Nacha Guevara.
Y tantas películas, risas, noches de sábado, amores perdidos entre las sábanas, galletas caseras de María, pequeñas excursiones por Cantabria, incertidumbres, luchas, sueños, besos, besos, taconazos de Ana de la Robla, espacios compartidos con los amigos, barbacoas, chocolates, horas de gimnasio, visitas canarias. Tanto dolor ahora. Tanta vida.
The rest is silence…
9 comentarios:
Tanta ternura. Tanto amor. Pura vida ,
qué fortuna compartirlo con la persona amada...
Con mi cariño, respeto profundo,
y sin conocerte personalmente,
con permiso,
un fuerte abrazo
¡¡¡Qué recuerdos más estupendos!. ¡¡¡¡Y eso nadie os lo quitará!. ¡¡¡Siempre quedan sueños, y siempre hay nuevas vivencias que fortalecen!. ¡¡¡¡¡Y tú sigues vivo para disfrutar!.
Volviste a hacerme llorar. Cuanta belleza, cuanta risa, cuanta ilusión. Todo eso no desaparece jamás. Un nuevo beso.
Querido Regino: como se dice en "Tierras de penumbra", "el dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces".
Un gran abrazo, amigo,
Diego
Estás haciendo a Leo nuestro. Estás multiplicándolo. Qué hermoso.
Hola, vengo a visitarte de parte de Alfonso que es amigo mio. He estado curioseando tus cosas, y me ha gustado mucho lo que he visto.
Oye, siento mucho lo de Leo. Entiendo muy bien la necesidad de hablarnos de él, de los momentos que compartisteis juntos...
Te envio mi cariño
Cuántos recuerdos, Ruka... ¿Retomarás, cuándo tengas fuerzas, ese monólogo sobre Wilde?
Confieso que me sorprendió el comentario de Miguel en el post anterior, y hasta me enfadó un poco por considerarlo un tanto insensible por lo inoportuno, pero tu respuesta fue tan analítica, serena y franca, que me hizo darme cuenta de que parte de la respuesta estaba ya en la pregunta. Me explico.
La extrañeza de Miguel, comprensible sin duda (lo que me disgustó fue que la expresara, no que la sintiera)no se quedó en su mente, sino que sintió la necesidad de comunicártela y aun de preguntarte explícitamente al respecto. ¿Por qué? Pues porque estamos mucho más cerca de lo que imaginamos y lo que aquí leemos o escribimos forma parte de nuestras vidas, aunque no seamos amigos.
A Miguel le sorprende que alguien vierta emociones tan importantes e íntimas (el adjetivo sobra, todas las emociones lo son)en su blog, pero es al menos tan sorprendente cómo eso el hecho de que él, en lugar de pensar y callar, haya sentido curiosidad y legitimación suficientes como para preguntar.
Así que, Miguel, en tu pregunta estaba ya parte de la respuesta: Ruka se desahoga aquí porque tiene lectores como tú o como yo; para tratar de consolarle o para hacerle preguntas legítimas y comprensibles como la tuya.
No, Ruka, lo demás no es silencio... La única prueba de vida en Hamlet es su inteligencia, todo lo demás es necrósis... Pero tú amas, algo de lo que él era enteramente incapaz, y hasta le cantas a la vida desde lo más profundo del dolor.
En fin... Vivan la inteligencia, el desahogo, las preguntas, las respuestas, la música, la palabra y el amor, siempre el amor.
http://www.youtube.com/watch?v=bEB_qZA_Rd4
Un fuerte abrazo
Mientras no le olvidemos seguira aqui...y su sonrisa sera eterna.
Publicar un comentario