miércoles, septiembre 30, 2009

SOBRE BLOGS Y POLÍTICOS


Desde que internet y otras tecnologías permitieron nuevos cauces de opinión, información y comunicación hemos ido asistiendo a un interesante proceso de cambio en el que desde el propio desconcierto de los gurús de la comunicación tradicional, que en mi opinión todavia no se han repuesto del shock que les supuso descubrir la apertura del cerrado mundo en el que influían y controlaban qué se podía decir, quién y cuándo, hasta el desembarco de todo tipo de personajes a la red con algo o nada que decir.

Los primeros blogs hacían la función de los viejos diarios personales, pero con un componente exhibicionista que compartía pensamientos y experiencias con el universo. Pronto llegaron los especializados en una u otra materia, en tecnología sobre todo, y fue cosa de esperar un poco el aterrizaje de columnistas, políticos y otros representantes del monopolio tradicional de la libertad de expresión.

Tengo la impresión de que fue la estrella ascendente de Obama, su camino hacia la Casa Blanca, que tantos comentaristas vincularon a la capacidad de su equipo para actuar e influir en la red, para formar amplias redes sociales y movilizarlas, la razón de la importante presencia de políticos en la blogosfera, facebook y me imagino que otras redes.

Pero son muchos los que no han entendido nada.

Creo que si en lo que a comunicación política se refiere, la novedad más importante que se abría con internet era doble: permitía "escuchar" voces más personales y cercanas, sacadas del envaramiento del debate institucional, y hacerlo en un marco de "encuentro" privado entre el autor del blog y su lector. Pero precisamente por eso, abría al lector la capacidad para hablar de tú a tú, de criticar, alabar, sugerir. Participar. Y de pronto se nos hacía evidente la trascendencia democrática de una blogosfera política en la que por fin tuviera un papel activo el ciudadano.

Cierto que foros y blogs se han llenado de trolls, insultos y engendros vociferantes. Unos procedentes de los propios ámbitos políticos (del partido contrario, claro), otros azuzados por estrategias comunicativas, muchos por la "valentía" que da un anonimato que sorprendentemente para algunos no lo es tanto. Un virus que se puede controlar y que a pesar de todo no tiene suficiente entidad como para anular las oportunidades reales del blog.

Pero es cierto también que muchos, me temo que la mayoría de los políticos blogueros se limitan a jugar a ser modernos, son incapaces de aterrizar en el mundo virtual dejando aparte los complicados entramados de aparatos, controles y dependencias. Y así no deja de resultar sorprendente lo fríos que resultan sus textos, más propios de un comunicado de prensa que de una mirada personal. Pero sobre todo me parece relevante resaltar la ausencia habitual y casi total de comentarios. Quienes buscamos opiniones, miradas, informaciones en la red, como apuntaba antes tomamos parte de un instrumento democrático abierto al diálogo. Y es difícil dialogar con quienes nunca contestan a sus lectores.

Hace un par de semanas, un comentario en el blog de Pedro Zerolo daba una clave importante. Un comentarista se mostraba enfadado por imaginar que su apunte a un post anterior habría sido eliminado, y desde su enfado prometía no volver al blog y reconsiderar su opinión favorable sobre el político socialista. El comentario al que se refería estaba publicado, sí, pero Pedro tiene activada la moderación de comentarios y tu texto puede tardar varias semanas en ser incorporado.

El blog puede ser un arma de doble filo. Crecen las visitas, los comentarios, las aportaciones en las páginas de quienes abren el debate y a ser posible se dejan ver respondiendo de vez en cuando. Crecen las visitas, los comentarios y las aportaciones en los blogs en los que el político es capaz de aportar una lectura aunque sea mínimamente crítica o mínimamente personal. Porque el ciudadano, para ser testigo mudo de las consignas de los aparatos ya tiene los informativos de siempre.

Y por eso, el blog-consigna, el blog que se limita a sentar doctrina y no permite la participación, el blog cuyo autor es una pura entelequia virtual, no sólo parecen no haberse dado cuenta de que no fueron esas las estrategias de los Obamitas que a tantos les gustaría ser, sino que parecen no darse cuenta de que su presencia en la red tiene efectos negativos. Porque vienen a confirmar al ciudadano que algunos de los responsables políticos no tienen ni tiempo ni oídos para la gente.

Así que ojo. ¿Quieres abrir un blog como parte de tu trabajo político? Estupendo.

1. Trata de que tus escritos aporten una visión normalizada a todos los niveles. Trata de ser personal y cercano, de ser tú. Y explica tus posiciones sin que suenen a intervención en un comité federal a mayor gloria de tu líder.
2. Oblígate a una renovación periódica de tus contenidos. Tú marcas el ritmo. ¿Un escrito por semana? Genial, suficiente, pero lo cumples.
3. A los trolls los controlas como mejor te parezca o los dejas sueltos, pero si vas a prohibir comentarios, recuerda que no eres Saramago.
4. Respeta a tus lectores y comentaristas. Deberías dedicar al menos un par de horitas semanales como parte de tu actividad para responder e incluso para visitar sus páginas. Ya, que no tienes tiempo ... ¿se te ha ocurrido pensar que a lo mejor la política 2.0 no es la tuya?

2 comentarios:

Traveler dijo...

Esto es lo que se suele llamar una entrada redonda-redonda. Felicidades.
Ojalá tomara nota tanto emperadorcillo desnudo que anda por ahí...

Rukaegos dijo...

Gracias, Traveler. Siempre es un placer encontrarte por aquí.

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