¡QUE SON MOLINOS! (2)

¿En tu casa o en la mía?

Las referencias a algunas críticas leídas sobre el Plan Eólico que se basaban en el rechazo a cualquier actividad productiva que alterara la imagen bucólica que algunos tienen sobre nuestra región (ya desde Pereda) se ceñían no a todo ni a todos los que están opinando o escribiendo sobre el Plan Eólico, sino a algunas concretas (y no infrecuentes). De alguna manera, me serví de esas apreciaciones para pensar en voz alta acerca del ventoso problema. Y de la misma manera, me voy a centrar ahora en otras diferentes, también leídas con frecuencia. Y que tampoco me gustan.

Se trata en este caso de quienes apuntan que la solución sería que otras regiones, con menos habitantes y paisajes menos afortunados, cargaran con el "muerto".

En realidad no se sostienen demasiado. Por un lado, porque sí que tengo clara la subjetividad con la que se aprecia un paraje natural. Como cántabro que soy, para mí el verde, los bosques, las montañas o el mar tienen que ver con las imágenes vistas y los espacios vividos durante infancia y juventud. Y me pierdo en las extensiones infinitas y vacías que pueden encontrarse en ciertas zonas de Aragón o Castilla, como en el desierto o como en alta mar. Pero es posible que Machado, Unamuno o Azorín no estuviesen de acuerdo, ya que su mirada sobre el paisaje castellano lo percibía como estricto, sobrio y parte indisoluble del carácter español. Recuerdo a una mujer que en el tren, bajando de Reinosa, comentando algo así como "con tantas montañas me ahogo, con lo bonitas que son nuestras mesetas de Castilla", ante la mirada un tanto atónita de mi hermano y mía.

De entre quienes se oponen al Plan algunos realmente hablan de una Bahía de Santander (entendida como paisaje y por tanto un concepto extenso de Bahía) libre de aerogeneradores. Y en sus planteamientos cabrían aerogeneradores que no se vieran desde aquí. Entre los que no se verían desde aquí, cabrían los del sur de Cantabria, que ahora también se organizan contra los mismos. Liérganes se opone, pero a los suyos. Y así va quedándome una cierta sensación de que una parte de la oposición desaparecería si desaparecieran los aerogeneradores visibles desde las casas respectivas.

Con todo respeto, pero esa posición de disfrutar de la energía en las mismas condiciones y precios que los demás, pero enviarles a ellos el "marrón" me parece egoísta y de difícil justificación. Entiendo y hasta comparto algunas otras posiciones críticas (iremos avanzando poco a poco en la cuestión, siempre desde una cierta distancia: ya dije que me pierdo un poco en estas cosas de la energía, pero no me pareció correcto que mi blog se mantuviera al margen de la polémica).

Y no son sólo los aerogeneradores: no queremos tener cerca de casa centros de acogida de menores inmigrantes, prisiones, vertederos, centrales térmicas, centrales nucleares, no queremos alumnos problemáticos en el aula escolar de nuestros hijos, y etcétera etcétera. Nada en fin que altere nuestras vistas y nuestra comodidad tradicional.

Creo que es importante la oportunidad de producir una parte de la energía necesaria, creo que la necesitamos y creo que puede ser un beneficio en muchos aspectos. Creo también que los elementos negativos tenemos que repartirlos. Y que no vale decir que me parece muy bien que se trabaje con los niños difíciles pero no cerca de mi hijo, o que seguiré generando basura a tontas y a locas pero que no la pongan cerca de mi casa. O que quiero y necesito energía pero no estoy dispuesto a aceptar ninguna propuesta energética ni limpia, ni sucia, ni mediopensionista.

(... To be continued)