ALEJANDRO CÉSPEDES, PREMIO JAÉN DE POESÍA 2009 CON
"FLORES EN LA CUNETA"
A Alejandro lo conocí hace muchos años, sin que él lo supiera. Por mis manos había pasado el pliego que publicó en Torrelavega, con Scriptvm, "Muchacho que surgiste". Poco después, y tras haber conocido a esa estupenda poeta y amiga que es Ada Salas, me compré "Las palomas mensajeras sólo saben volver", dispuesto a poner verde al poeta que había osado quedarse con medio Premio Hiperión, compartiéndolo con Ada. Y como en ambos casos descubrí un poeta que me gustaba, que me provocaba silencios y reflexiones, cayó en mis manos tiempo después "Hay un ciego bailando en el andén".
Este verano Lawrence Schimel me pasó su teléfono y me comentó que pasaría un par de meses por Cantabria, y que no estaría mal quedar con él un día, para que no se aburriera. Quedamos y así fue como le conocí por segunda vez. En esta ocasión, sin páginas ni versos por medio, en pura humanidad, el Alejandro Céspedes de sonrisa seductora y mirada brillante, de conversación ácida, crítica, aguda, desveladora, de cultura larga y tiempo generoso. Una de esas personas a las que a los pocos minutos pareces reconocer como amiga de siempre.
El pasado día 18 de este mes de septiembre el jurado calificador del Premio Jaén de Poesía decidió otorgar este importante premio a Alejandro, por un libro que se publicará en noviembre y que se articula bajo el título "Flores en la cuneta". Y donde seguro que nos encontraremos de nuevo con el poeta necesario, que habla de amores iguales cotidianos o atormentados, que bucea en el interior de la conciencia contemporánea desde las imágenes sutiles y los objetos nuestros de cada día, que nos habla en versos libres y personales, que nos seduce palabra a palabra hasta engastarse en nuestra consciencia.
Quiero aprovechar este rincón personal de mi Santander Posible para hacer pública mi alegría por el Premio, para brindar con todos mis lectores por Alejandro Céspedes, asturiano de pro, residente en Madrid, poeta de mérito, amante de la música y la ópera, agitador cultural y grande como persona y como amigo. Y para dejaros uno de sus poemas, uno al azar, recogido en "Hay un ciego bailando en el andén". Qué mejor forma de celebrar:
"En la lluvia que cae muere el otoño.
Diciembre se ha cansado
de sostener cadáveres de hojas.
El viento ha esparcido
los espíritus tenues
que habitaban la fruta.
Penden crucificados de las zarzas.
La soledad del rayo
disecciona el perfil de los cipreses
sobre el negro compacto de la tarde.
Una quietud de muerte cubre el campo
y hasta la tierra oculta
que alguna vez fue arada.
Se vuelve hacia sí misma.
Da la espalda.
Cierra recia sus poros
y, confusa, la lluvia
se amotina en los charcos.
El graznido del cuervo
naufraga entre las olas de la atmósfera.
El mundo está escondido
tras un velo grisáceo.
Yo, desde mi ventana,
veo pasar los sueños
hundiendo sus pisadas en el barro.
Veo al tiempo empaparse.
Veo oxidarse el eje
donde el planeta gira.
Chirriar.
Atascarse.
¡Oh mi amigo el invierno!,
mil y mil veces bienvenido seas.
Húndete en mí.
Sea raíz la ausencia que nos colma".
2 comentarios:
Querido Regino, creo que eres demasiado benevolente conmigo, pero es posible que esa sea una cualidad de la amistad.
Te agradezco tu amistad. Eso siempre es un regalo, aún de más valor en estos tiempos.
Enhorabuena por tu blog. Amigo.
Alejandro Céspedes
Alejandro, la realidad es que no soy benevolente. Me gusta tu poesía, sé los esfuerzos que has hecho en tantas iniciativas personales, y he disfrutado mucho de tu conversación y tu compañía. Así que ... una vez más enhorabuena. Espero con ansia tus flores de cuneta.
Estaría bien leerlas con Shubert y el "Trockne Blumen" de "Die Schöne Müllerin" como música de fondo.
Publicar un comentario