MOMENTOS ESTELARES-1. POR LA CARIDAD ENTRA LA PESTE
Me pide una amiga del blog que no olvide el tono irónico para aliviar tensiones de cuando en cuando, así que con las debidas oscuridades para no dar pie a especulaciones sobre los protagonistas reales (que se reconocerán si entran ...), pongo el uno a una nueva serie de despropósitos. Protagonizados de nuevo por el malvado Rukaegos que, sin embargo, aparecerá en esta ocasión más como un berzotas que como un malo maloso. Y ese número uno no puede ser sino el momento estelar al que mi mejor amigo número trescientos veinticinco puso el nombre de guerra de "La Alien".
Acababa yo de mudarme a mi flamante piso barato años 40 cuando una partida de coquinas descerebradas en mal estado afectó a mi sistema neuronal provocando un retroceso a una adolescencia majara no vivida en su momento temporal correcto. Cosas de los armarios, las aceptaciones y la vie. Fue ese momento intenso en que mis amigos de toda la vida comenzaron a alucinar con mis camisas cavalli entalladas y evidentes, mis largas peregrinaciones de garito de mala muerte en garito de peor muerte hasta las tantas y sobre todo la puesta en preciso y precioso funcionamiento del tan traído y llevado gaydar o radar gay (ya sabes, ese expediente x que hace que tus mariliendres insistan en que les expliques lo inexplicable: "Pero ¿cómo sabes que un chico es gay?"). Con los resultados buenos, malos y regulares correspondientes y la apertura del abanico que abarca desde el amor de tu vida hasta el one night stand más pintoresco y alternativo. Que uno malos gustos no tiene, pero malos ratos de cuando en cuando.
Pienso negar esas cosas que La Foxie y otras malas lenguas cuentan sobre ciertos bailes discotequerosicalípticos con chulazo temporal en ciertas discotecas. Y mucho más esas ondulaciones desestabilizantes por la Plaza de Chueca tras varios cachis y un Orgullo (¿para qué piden los cachis de gin tonic si a ellos no les gusta y a mí sí, vamos a ver?). Pero no quedará otro remedio que admitir que fue divertido, y que el enloquecimiento colectivo de algunas nuevas amistades descubrió partes de mí que ni mi madre conocía ... Supongo que por eso espetó una mañana de agosto aquello de "No, si ya dicen que quien de joven no trota de viejo galopa". Por allí estuvieron Las Chés (Charlotte, Chusina y Chenoa), Tía Ágata y sus andanzas por las áreas de descanso, Dedé, y tantos otros perfiles tragicómicos.
Y también la aparición en el grupo de un chico con cara de cordero degollado, desvalido y de familia poco estructurada y al parecer con violencia doméstica que provocó una intervención a degüello de La Foxie. "Ruki, tú que vives solo ¿no podrías llevarte a casa a Alien antes de que su padre lo mate? Míralo al pobre".
Y uno que tiene su corazoncito habilitó una de las habitaciones vacías y se comprometió a acoger, alojar y financiar los estudios del pobre post adolescente gay maltratado que todavía no era La Alien pero no tardaría en mostrar sus más mortíferas y sorprendentes armas.
Y comenzó ese sinvivir en el que al retirar tu colada decías ¿pero no había lavado varios calzoncillos? antes de ver a L.A. en un pub con el tejano a medio culo y luciendo el cintillo de mis mejores y más preciados gayumbos, para seguir al día siguiente con ¿y mis gafas de sol? antes de encontrarlo a las tres de la mañana con las gafas de sol inexplicablemente puestas que a las cuatro estaban inexplicablemente rotas y descubrir al día postsiguiente que al intentar regular la antena de la televisión la había roto, unos segundos después de romper tres platos al fregarlos y uno de mis mejores jerseys al ponérselo no sé muy bien cómo. El sinvivir fue constante durante los meses en que alienizó mi nave nodriza. De pronto mis exámenes de música de Tercero A desaparecían la víspera de la reunión de evaluación para aparecer (fuera de tiempo, claro) perdidos encima de un armario. Al llegar a casa no sabía dónde podía estar el sofá, durante los dos meses en que le dio el ataque de maridecoratitis profunda. Al despertar llegaba a un salón donde descubría que había vaciado en una noche doce bricks de leche y dos cajas de galletas. Al ir a vestirme no sabía qué ropa ponerme, porque era imposible saber qué me había cogido prestado ("es que a mí me sienta mejor" era su amable argumento) y olvidado devolver después de probablemente romperlo.
La comunicación a partir del tercer día de estancia hubo de reducirse a amables notas pegadas en la puerta del frigo ("¿Se puede saber dónde cojones has puesto esta vez mi camisa verde?¿Hay algún idioma en el que te pueda explicar para que lo entiendas que no me importa dejarte ropa si me la pides antes, joder?") y a camisas verdes aparecidas como por ensalmo encima de la basura o del fregadero mientras otros objetos iban rompiéndose a ritmo frenético, La Alien se encerraba a oscuras en su cuarto tras cubrir todas las ventanas de gasas negras y se dedicaba a invocar a Belcebú con extraños rituales que nunca quise presenciar pero que dejaron la habitación llena de un pringue de incienso que tardé meses en eliminar, aghhh, y la pobre Glendamaría volvía a mearse por las esquinas a fueza de estrés y de que la encerrara en el baño en cuanto me iba de casa ("es que tiene pelo largo y acabo de barrer"), con el detalle de no dejarle a la mi pobre ni comida ni agua.
Un día de agosto desapareció. Se marchó a compartir piso no-sé-contra-quién-ni-leches-que-me-importa. Aunque la asociación duró unas dos semanas, que fue lo que le aguantó su superamigo.
Hace un par de días me dijo mi Emo de Cámara que tras hacerse musculoca se había fugado con un grupo de acróbatas birmanos para vivir de dar brincos en el alambre y continuar llevando con él un circo a cuestas. Espero que le vaya bien y que no rompa nada.
Pero varios años después todavía Glenda tiene de cuando en cuando pesadillas en las que gruñe en sueños "ggguuuuuuauuuuuuu auuuuuu auuuuuu arf arf guauuuuuuu". Que traducido quiere decir "nooooo, la alien otra vez noooo, nooooo, eso nooooo". Y yo sigo buscando entre los cojines y debajo de los armarios aquellos cillos de John Galliano con los que tanto triunfaba, snifff.
16 comentarios:
Menos mal que yo nunca la conocí...
Hombre, agro, no sabía que visitabas el blog jajajaja. ¿Qué tal los exámenes?
Jajajajaaaaaaaaa.
La casa de mis padres se ha convertido a menudo en una especia de albegue improvisado (chicos de pueblo en feliz e innovador intercambio sociocultural que apuñalaban a nuestras muñecas y les sacaban los ojos, medio amigos yanquis de mi hermano Marco que mojaban el churro (¡no el metafórico!)en el café de quien fuera, pero nunca en el suyo, amigos míos que llegaban para quedarse dos días, camino de Lisboa, y se quedaban ¡dos meses! al descubir el talento conversacional y culinario de mi madre y que, durante su larga estancia se paseaban en gallumbos ante la ruborizada asistenta, otro, un joven estudiante de canto del que me apiadé en una cena, el que más rana nos salió, que les llegó a preguntar a mis padres, recién llegado mi padre de un viaje de trabajo, qué tal el "polvo de bienvenida"...), en fin, que de todo ha habido, aunque la tendencia a la acogida y a la generosidad es incorregible.
Y los "cillos" de John Galliano, mi querido Rukasaturdaynight, los tienes en la cabeza.
Pero my darling Elentine, si todos dicen que la tengo vacía ...
Como aguantaste meses si a los tres dias iba mal¿? te felicito...xD
Por fuera, querido, por fuera, con las perneras hacia arriba, que pareces Gary Oldman en Drácula o Ana Bolena after hours.
Qué vergüenza... Nuevo trauma para Glendamari.
inconmensurable, querido "profe"
una "devota" admiradora...
Pues verás, ro, es que uno tiene El Idiota de Dostoievski y las teorías sobre el buen salvaje entre sus libros de cabecera ... Y pensaba que el chaval lo había pasado mal, que tenía que socializarse, que al fin y al cabo yo me había responsabilizado, que en verano no iba a encontrar alquiler en Santander ...
Anda, Elena ... y yo que pensaba que me había transformado en Robin ...
Gracias anónima devota :) Habrá que seguir contando frikadas de estas, que alguna más hay ... Y algunos lectores del blog las conocen ups.
me compre hace un tiempo "el idiota", despues de tu comentario, no se si leermelo o no... pero bueno, supongo que la historia tambien podria haber salido bien, asi que me arriesgare jeje
Jajajajajajaj qué caña de post, me lo he leído hasta la última línea. Qué tío más chungo. Nunca he compartido piso pero veo que en el mundo hay gente mu rara. EL otro día me comentaba el socorrista más macizo de Cantabria que un ex compañero de piso guardaba sus orines en garrafones de cinco litros y que era un cerdo de cuidado...
Por cierto, ¿has investigado si hay psicólogo de perros? Lo digo por Glendamaría, pobrecilla... Si ella hablara...
Aquí el EmoTivo para dar fe del sufrimiento del bueno de Rukaegos y al tiempo de esas andanzas que ahora quiere desmentir, con contoneos y pseudochulazos incluidos. Pero es cierto que el tema Alien da para mucho y hacer una catarsis así beneficia. Le deseamos suerte en el mundo saltarín, pero su belleza no está ni dentro ni fuera. Hay quien pierde tanto... Y tú siempre ganas, con o sin tu fetiche de John Galliano...
jajaj qué bueno.
...lo inexplicable ¿pero tú cómo sabes que ese chico es gay?
jajajajaajjaaj me descogorcio, me han hecho la misma pregunta cientos de miles de veces jjjjj
Jajaja, la Invasión de los Ultracuerpos!! Me troncho al leerte, y eso que ya conocía la historia...
Supongo que en algún momento llegaste a pensar que lo de los malos tratos domésticos de origen era justificado :-)
Pobre Glenda, mucho te quiere si no hizo el hatillo y se largó de casa...
Besos y cuidado en el futuro, siempre hay alguna Vaina intergaláctica al acecho.
Leyendo el post no he podido evitar el acordarme de la canción de Platero y tú, "Por fin" y partirme de la risa. Sí, ya sé que pasaste lo tuyo pero si no la conoces, te la recomiendo.Refleja frase por frase todo lo que tú pasaste.
jaja pues yo, aunque no tenga nada que ver, me gustaría decir que en primero de derecho nos dabas clase, (también posteriormente),,,y tú hablabas mucho con una amiga mía, y jaja a mi me gustabas!!
Glupss, ya me puse rojo :)
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