viernes, septiembre 26, 2008

HACIA UNA NOCHE DE ENCUENTROS Y NOSTALGIAS ...

Será esta noche, a partir de las 20:30 en La Casona del Judío. Se cumplen los 25 años desde aquél 1983 en que un montón de chicos y chicas despistados llegábamos a la Facultad de Derecho de Santander, escuchábamos las palabras de bienvenida del entonces decando, Francisco Samper, y tratábamos de acomodarnos en el viejo y vetusto Paraninfo de Las Llamas en el que se había encontrado acomodo improvisado para la recién creada facultad (nosotros daríamos en ser con el tiempo su segunda promoción).
Uno se mira cada mañana en el espejo y se ve estupendo, pero no estoy muy seguro de qué pasará cuando comience a mirarme con los ojos de los 70 viejos camaradas con los que compartiré esta noche mantel y fiesta. Y muchos recuerdos.
Fuimos chicos rebeldes. Al vivir en una facultad en formación dentro de una Universidad en transformación (eran los años de la LRU), nos sentíamos parte activa de todo un proceso, y no nos limitábamos a asistir a clase y, en su caso, estudiar. Por eso con nuestro juvenil espíritu de justicia, le plantamos cara a las excentricidades del profesor de Político, Leopoldo Lovelace, luchamos por recuperar como profesor a otro particular excéntrico, Fernández-Escalante, Catedrático de Derecho Natural. Y con el tiempo luchamos también por una sede digna para la facultad y por todo aquello que pensábamos justo.
Fueron años llenos de vida. Aprovechábamos el sol en los jardines de Las Llamas, hablábamos sin parar de lo divino y lo humano, estudiábamos (creo que con bastante responsabilidad), tomábamos partido, salíamos por Cañadío, estábamos al tanto de las movidas y movidillas de aquella loca España de los 80. Éramos tan diversos y peleadores que hasta nos dividimos para el viaje del Paso del Ecuador, donde los "empollones" eligieron viajar en verano para no interrumpir su trabajo a medio curso (fueron a Marruecos), los "fiesteros" decidieron que querían sol y playa en las Canarias y los "culturetas" decidimos formalizar un viaje diferente y nos llegamos hasta la Ex-Yugoslavia (algunas imágenes terribles de la guerra posterior ocurrieron en escenarios que habíamos vivido de cerca en Dubrovnik o Sarajevo). Pero no por eso dejamos de ser una promoción abierta, en la que pronto aprendimos a ser amigos.
Conocí a muchas personas, mucha buena gente, entre aquellas viejas paredes. Y a pesar de que el tiempo, ese puñetero tiempo, nos ha ido llevando por caminos y proyectos diferentes, el reencuentro previsto para esta noche me llena de ilusión, una ilusión que de nuevo es compartida por todos aquellos con los que he podido hablar estos días.
Y es que ya lo decía el bíblico Eclesiastés: "Vino nuevo, amigo nuevo: Cuando sea viejo, con placer lo beberás".
Y lo beberás con mucha alegría y un poquito de música.
Ya os contaré.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Disfruta del reencuentro con tus compañeros y de esos 25 años de inicio de esa segunda promoción. Que los años de Universidad se quedan marcados con tantos buenos recuerdos y ligados a las caras de tantas personas... más si como vosotros, fuisteis una generación activa.

Anónimo dijo...

Espero que reultara una gran reunión, las que yo he tenido han sido inolvidables y lo único que lamento es que no hayan tenido continuidad.
Suerte que en cualquier confín aparecen personas que nos proporcionan lecturas amenas.
Ahí va otro ejemplo transatlántico:
http://divagacionesyfobias.blogspot.com/

Alfonso Saborido dijo...

Qué guay y qué suerte.
Cuando hice la mili, tuve un buen amigo, Carlos. Nos 'entendíamos' perfectamente, aunque yo tenía 17 años y no pasamos de una amistad.
Se acabó la mili y desaparecimos, pero siempre quedó en mi el poso de esa amistad tan íntima durante 20 meses.
Hace poco, por las cosas de la vida, me lo encontré por internet en un foro buscandor de gente que hizo la mili junta.
Nos alegramos mucho, está en su tierra, Barcelona, casado con una mujer y es guardia civil.
Al escribirnos correos vio mi blog, me llamó rojo de mierda, maricón y asesino. Y desapareció.
Tienes mucha suerte Rukaegos por volver a encontrarte con tus antiguos compañeros.

Rukaegos dijo...

Pues sí, cineasta, fuimos una generación activa, tanta que nos pasamos los cinco años montando gresca jajaja. De hecho al decano le caíamos bastante mal. Creo que sigue siendo así, pero siempre fue mutuo. El remate, cuando obligamos a que además de los profesores, en la orla apareciera nuestro bedel favorito, Valeriano. El decanuco lo consideró poco menos que un insulto a su categoría ;)

EStuvo estupenda, cicero, ya os contaré en otro post el reencuentro. Y la verdad, alfonso, tipos como ese mejor que desaparezcan de nuestras biografías cuanto antes. Yo afortunadamente entre mis compañeros de universidad te diría que ninguno se hubiera comportado así. Así que tú también tuviste suerte: saber cómo era en realidad el tal patán para pasar página.

Saluducos

Anónimo dijo...

Hace unos años participé en la preparación del 25 aniversario del final del bachillerato.
Cerramos nuestra etapa en un centro religioso unos meses antes de que un gallegiño al que todavía cagan las palomas santanderinas firmara sus últimas sentencias de muerte.
Los políticos en ejercicio entonces (dos del PP, entonces con el monopolio de en las instituciones) “recuperaron” la memoria y volvieron a saludar a los compañeros que suponían votantes de otros partidos (en algunos casos con toda la razón). Probablemente porque creían que iban a permanecer en el poder tanto como sus padres y hoy ¿dónde están?
En cuanto a los gays, a pesar de que los localizamos, no acudió ni uno solo (supongo que predominaban los malos recuerdos), no quiero ni pensar en las burradas que tuvieron que soportar de un grupo de adolescente (cruel por definición) en el que ser diferente era “pecado mortal” y con un grupo de religiosos al uso (al de entonces).

Anónimo dijo...

Estimado Regino :
Yo pertenezco tambien a la primera promoción de la Facultad de Derecho; obviamente recuerdo con enorme nostalgia esa época, sobre todo porque pesaba 15 kilos menos, tenia unos cienmil pelos mas en la cabeza y participaba activamente en ese excitante juego de seducción con las chicas que se inicia con las miradas de soslayo.

Pero no nos engañemos : yo recuerdo el ambiente de aquella Facultad y fuimos todo menos atrevidos, fuimos todo menos reivindicativos, fuimos todo menos inmovadores...fuimos una promoción gris, tediosa y conservadora, entendiendo esta ultima palabra sin connotaciones políticas; fuimos poco comprometidos; en cierta manera, fuimos unos veinteañeros cuarentones; no se porqué fueron las cosas así, pero así fueron; quizas no fue un problema nuestro en particular, sino que ese era el signo de los tiempos; no se, y ya poco importa...en todo caso, discrepo cordialmente con tu reflexión que estimo esta levemente empañada por esa brisa embaucadora que se llama nostalgia.
Un fuerte abrazo.
M.

Rukaegos dijo...

Qué tal M. Ya casi tenía este post en el baúl de los recuerdos jejeje.

Supongo que si vieras lo que ha ido llegando a la Facultad en los últimos años nos verías casi como revolucionarios. Lo de la rebeldía lo aplicaba, sí, con cariño y nostalgia, a una promoción que en algunos momentos fue capaz de plantar cara a las dificultades: Lovelace, la carencia de edificio propio y algunas más. Y creo que fueron esos momentos los que apiñaron un poco a la promoción.

Pero está claro que siempre el pasado fue mejor, sobre todo porque pasó. De todas maneras, yo disfruté mucho de aquellos años, dentro y fuera de la Facultad, conocí mucha gente que luego ha sido importante en mi vida, hice amigos, gané experiencia, ... Claro que entre segundo y quinto hice más horas en el bar que en clase ;)

Un abrazo.

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