FERNANDO BERMEJO EXPONE EN DELSOLST
Hace ya tiempo que teng0 una deuda con los amigos (buenos amigos) de la Galería Delsolst. Fernando, Javi, Carlos y Violaya.
Y es que cada vez que paso (o sea, todos los días) por este pedacito de Nueva York que nos trajeron al Santander posible, recuerdo que todavía no he hablado de su galería y sus artistas en mi bitácora.
Se trata de un espacio físico privilegiado, de excelente y vanguardista diseño, diáfano y magnífico para abrigar sin molestar a las obras de arte, con un pequeño cuarto oscuro que añade un segundo ambiente en el que proyectar, iluminar o definir un pequeño proyecto diferenciado del principal. Pero sobre todo, Del Sol es un espacio artístico y humano. Humano, por la calidez de sus ocupantes habituales, todos de esa pasta especial que sigue haciéndonos creer en la gente de Santander, en la gente en general, a pesar de todos los todos. Y un espacio artístico imprescindible, donde la mirada siempre fina, aguda, valiente, provocadora unas veces, lúdica otras, generosa siempre, de Fernando Zamanillo, nos ha devuelto muchos universos consagrados y nos ha abierto muchas puertas rumbo a creadores jóvenes, llenos ya de presente y pletóricos de futuro.
Jorge Rojo, Adriana Reche, Pablo Puyol, José Luis Vicario, Carlos Rolando, Chelo Matesanz, Paloma Álvarez de Lara ... están entre los artistas que ya han aportado su obra a la historia de la galería.
Y ahora, por segunda vez, Fernando Bermejo. Fue casualidad (y una vez más generosidad de Fernando) que tuviera acceso a uno de sus cuadros, uno de la serie "El jardinero del mar", que se cuenta entre mis más preciados y queridos tesoros. La obra que conozco de Bermejo, que es mucha, de varias series ("El jardinero del mar", "Rosas", "El bosque de la paz" ...) siempre ha generado sobre mí un efecto hipnótico. Tanto cuando trabajaba con aquellas tonalidades como de bronce envejecido como cuando utiliza tinta y grafitos sobre una especial textura nacida de la superposición de preciosos papeles italianos y japoneses.
Utilizando cajas de luz como soporte y presentadas en espacios sombríos, la magia se abre camino en unas pinturas con un efecto fotográfico en la distancia y una delicada textura al acercarnos.
Un espectacular mural, La librería, domina el espacio con cajas de luz organizadas a modo de gran retablo en el fondo de la sala. El perruco callejero de Esles que os muestro en el blog (muchísimas gracias por la foto a Javier Lamela), además de series de árboles o paseantes mirando el horizonte con la mirada extraviada completan una exposición que, como todas las de Fernando Bermejo, enamorará a quienes no conozcan aún sus obras y reafirmará la maravilla en el corazón de quienes ya lo veníamos frecuentando.
Desde hoy mismo, os dejo también el enlace a la web de la Galería. Quienes me visitáis desde otros pagos podréis haceros idea allí de toda la luz que (d)el sol nos ha traído.
4 comentarios:
Regino, me faltan las palabras para agradecerte tantos elogios. Eres de la casa y eso se nota. Te queremos mucho, ya lo sabes. Y no sigo, porque me entra timidez. Un beso muy, muy fuerte.
Fernando Z.
En realidad, nada hay que agradecer. Bueno, sí: Santander y sus ciudadanos deberíamos hacerte un reconocimiento público, porque con tu criterio artístico y tu mirada abierta a los jóvenes valores, así como tu recia capacidad crítica han sido fundamentales en el éxito de tantos artistas y en la llegada de un poco de viento de modernidad a Santander.
Digamos, con humor, que has sido un poco como un champú anticaspa desde hace largo tiempo jejeje
Totalmente de acuerdo: Bella exposición, bello espacio, bellas las personas que lo hacen posible.
Besos.
MUCHAS GRACIAS chicos por estos elogios, la verdad que la sala ha quedado muy bonita con la expo de Bermejo.
Besos.
Javier Lamela
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