viernes, octubre 31, 2008

A LA REINA NO LE GUSTAN LAS REINAS


Como era previsible, las declaraciones de la reina en el libro-entrevista de Pilar Urbano con motivo de su septuagésimo cumpleaños han levantado una fuerte polvareda. Y es que las consideraciones de doña Sofía sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, la violencia de género, el aborto, la eutanasia o la religión en las escuelas son como mínimo desafortunadas, inoportunas y superficiales.
Primer asalto. Entre las valoraciones públicas, hay quienes acuden a la libertad de expresión para justificar el desliz real. Pero olvidan que la Monarquía es una institución consagrada en la Constitución Española de 1978, que tiene el carácter de órgano del estado y que, en consecuencia, quienes forman parte de la Casa Real están al margen del juego partidario y los debates sociales porque están obligados por ley a ser neutrales. El precio de mantener sus evidentes y jugosos privilegios es, precisamente, su renuncia a ejercer ciertos derechos y libertades. Entre ellos, la libertad de expresión. La ciudadana Sofía podría opinar cuanto quisiera donde pudiera, pero no así la reina Sofía. Y no es posible desdoblarse.
En este sentido, no sólo es inoportuno que la reina haya realizado declaraciones sobre cuestiones polémicas y sensibles, algunas de mucha actualidad, sino que lo ha hecho en un sentido no neutral, adoptando punto por punto las posiciones de uno de los partidos que intervienen en el juego democrático, y si se me permite de su ala más radical y conservadora. No en vano, entre las pocas voces que han mostrado su satisfacción o su acuerdo con la reina se encuentra una de las más impresentables del paisaje parlamentario: Martínez Pujalte.
Segundo asalto. Abierta la polémica, la Casa Real ha desmentido que lo publicado se corresponda con lo pactado y hablado con Pilar Urbano. Y lamenta el enfado de quienes se han (nos hemos) sentido atacados o cuestionados por la esposa del Jefe del Estado.
Si es cierto que Pilar Urbano ha puesto en boca de la reina afirmaciones que proceden de una parte privada y no publicable de la conversación, realmente habría que poner en tela de juicio el rigor, la capacidad y la ética profesional de la periodista. Todavía más si, como también ha apuntado la Casa Real, ni siquiera se corresponden con la realidad. Pero la periodista se ha defendido y ha afirmado que desde Zarzuela se había dado el "nihil obstat" a las pruebas del libro. Con lo que tendremos que pensar, si creemos a la periodista, que o bien es la misma reina o bien (más probablemente) alguien de su entorno más cercano responsable del patinazo coronario.
Si fuera cierto que las polémicas afirmaciones proceden de una conversación privada e íntima delante de una tacita de té y en una atmósfera confesional, no dejan de ser incómodas las declaraciones, y desafortunadas, pero además habría que hablar de una actuación irresponsable o torpe por un lado y deshonesta por el otro.
Tercer asalto. Siempre se ha hablado del buen gusto y conocimiento musicales de la reina. A la vista de lo que personalmente escogió para la boda de doña Elena, se me cayó el mito y me quedé con un regusto burgués, superficial y muy obvio (para elegir entre los miles de partituras que proporciona la historia de la música el Ave Verum de Mozart no hace falta conocer mucho: hasta ha anunciado desodorantes). En el que por cierto se olvidó de la música española. Y siendo la boda de una infanta de España, tal vez no hubiera estado de más atender a nuestro patrimonio musical y ayudar a difundirlo por el mundo.
De la misma manera, se ha hablado siempre de la prudencia, cultura e inteligencia de la reina. No voy a cuestionar estas virtudes. Pero a la vista de los párrafos publicados, no merecería otros calificativos su aproximación a la realidad que los de tópica y superficial.
Cuarto y último. Que a la reina le guste o no con quién me caso me trae al fresco. Hay una ley, aprobada por el Parlamento Español el año 2005 que reforma el Código Civil y establece de forma clara que el matrimonio civil en nuestro país podrá ser ejercido de manera igual por hombres y mujeres con independencia de su orientación sexual y de cualesquiera otra característica no relevante a efectos jurídicos.
Sobre ese cuestionamiento de que los gays nos sintamos orgullosos de serlo y que salgamos en junio a reivindicar y festejar (acompañados por cierto de muchas personas heterosexuales de esas que dice la reina que colapsarían el tráfico si salieran a manifestarse ... aunque nadie sepa qué derechos y qué respeto tienen que defender los heterosexuales como tales) remito a la reina a mi escrito de junio de 2007: Un mes lleno de orgullo. Se lo resumo para facilitar el trámite. Orgullo como antónimo de Vergüenza. Luz y calle frente a la soledad oscura de la autonegación. La cabeza alta por saber que no somos menos que nadie ni más que nadie, que somos iguales al resto de las personas y que nuestro amor es tan digno como el más hermoso que se pueda imaginar. Orgullo, sí, porque somos capaces de continuar nuestra vida sin miedo, sin vergüenza, sin sombras, tal y como queremos, tal y como elegimos, sin rendirnos ni bajar la mirada ya ante nadie. A pesar de que de vez en cuando tengamos que soportar discursos infamantes en periodistas, políticos y vecinos. A pesar de lo que pueda pensar o decir la reina.
Y es que para reinas, reinas, reinonas, la de la foto y las del desierto:

15 comentarios:

Alfonso Saborido dijo...

Te estaba esperando... jeje
Yo pienso que esto no puede ser fruto de un error. En Zarzuela hay asesores, y no hace las cosas a la ligera.
Por un lado, la periodista del Opus va a vender libros como churros.
Y por otro, doña Sofía se ha ganado a la derecha más de derechas, que la había abandonado desde hace mucho tiempo.
Total, la izquierda es republicana y pasa de ella.
Pero quizás el fallo puede haber sido el no ver las dimensiones del asunto.
Esto es peor que las banderas de Cataluña. Porque homosexuales hay hasta en la sopa. Y vaya a donde vaya, siempre encontrará a partir de ahora miradas de repoche.
Yo he tolerado desde siempre esta monarquía, pero desde hoy, pues mire, esta señora no me cae simpática.
Mejor una república donde yo quito y pongo a la gente que se lo merece.

Rukaegos dijo...

¿Tan previsible soy? Jajajajaja. En realidad me he cortado mucho, porque había pensado explorar la personalidad drag de la queen y hasta tenía ya un nombre digno de los mejores cabaretes: Reina Fosilia.

Pero al final he optado por la contenida seriedad.

Y como tú, aunque fuera por cuestiones familiares e institucionales, siempre había mostrado respetuosa distancia y tolerancia con lo que había. Hasta ya. Para que no sepan estar en su sitio, prefiero presidencias electas.

Cabaña Progresista dijo...

Creo que ha sido un grave error cometido por doña Sofía. Todos sabemos que en una monarquía constitucional, los monarcas no deben posicionarse políticamente en público. El comunicado vertido hoy por la casa real dice que fué una conversación a nivel particular y que hay frases sacadas de contexto, sin embargo la autora del libro, Pilar Urbano, sostiene que envió el escrito para su aprobación y que la mismísima Reina dió el visto bueno. Sea como fuere y respetando las ideas de doña Sofía (que no comparto en absoluto), ha quedado en entredicho ante millones de españoles.
No soy monárquico, pero si Juancarlista. Creo en el Rey y sigo considerando (en contra de lo que pudiera parecer) que todavía hoy, la forma de gobierno más adecuada para nuestro país es la monarquía parlamentaria.
Hay que reconocerle a Don Juan Carlos su labor de democratizar España cuando muchos no creían en él, cosa normal por haber heredado todos los poderes de Franco. No obstante, sólo utilizó ese poder absoluto para establecer la reforma política y desmoronar así la estructura del régimen que concluyo con la proclamación de La Carta Magna en 1978.
Volviendo al asunto, ruego me perdoneis estos largos párrafos anteriores, creo que la familia real hasta la fecha ha tenido un comportamiento casi ejemplar y esto ha sido un patinazo importante que espero no tenga mayor trascendencia.
Un saludo.

maria gemma dijo...

Con más seriedad no has podido tratar el asunto...

Y como ya sabes lo que opino...
Un abrazo

Anónimo dijo...

Qué placer leer tu blog... sobre todo tu alegato del Orgullo. Gracias, gracias por describir tan maravillosamente mis sentimientos. Volveré.

El hidalgo caballero dijo...

Personalmente opino que acabar de verdad sabiendo qué se dijo realmente y que hay de exactitud en lo escrito por Pilar Urbano, que sin duda habrá barrido para casa, saberlo, saberlo, nunca lo sabremos. En cualquier caso es un lamentable error que la Reina haya podido transmitir sus opiniones a una periodista y que además la Casa Real no haya pedido rectificar (si no estaba de acuerdo) antes de su publicación, y no cuando ya habían sobrevenido las críticas.

Dicho esto, y aunque puedan lloverme chuzos de punta, no comparto las opiniones de la Reina, como tampoco ella tiene porqué compartir las mías, en este caso.

Como bien dices Rukaegos, en temas ya tan superados desde el punto de vista legal en lo que se refiere a derechos adquiridos por los ciudadanos y dado el puesto que ostenta, debiera haber tenido más cuidado y ser cauta si sus opiniones podían trascender en la forma en que lo han hecho.

Pero ello no va a cambiar, al menos en mi caso, la admiración que siempre he sentido por Sofía. Siempre ha cumplido sus funciones con decoro y dignidad, sin dar nunca que hablar. Por no hablar de su apoyo a múltiples causas humanitarias, entre ellas la que yo integro, donde la tenemos de presidenta de honor.

Cuestión diferente es si República o Monarquía.

Escribes y argumentas bien Rukaegos.

Anónimo dijo...

Habrá que reirse, pero no da risa,

POR QUE NO TE CALLAS

Que ortodoxa y que cristiana,
hispano-griega y esposa,
explica muy silenciosa,
como llamar misma gana.

Que no sea matrimonio,
¿qué será, mariconada?,
mire usted, “so remilgada”,
la corona, es el demonio.

Mire usted, señora y madre,
madrina de himnos y trapos,
nadie la escucha, aunque ladre.

Yo soy dios y majestad,
mi patria son mis harapos.
No le doy la potestad.

La moral es tempestad,
si los reyes son tan sapos.

David Alonso dijo...

A mi tampoco, pero si la Reina. Hoy como ayer, viva el rey.

Rukaegos dijo...

Gracias y bienvenida siempre que quieras, Elenaword, yo pienso volver por el tuyo ;)

Hidalgo Caballero, creo que precisamente por ese buen hacer con el que había venido desempeñando su tarea institucional la reina es realmente una pena que haya ocurrido ésto. Y si ha sido por intrigas o intereses de la urbano, peor, porque a saber qué turbios motivos están haciendo a la caverna desde hace tiempo cuestionar la monarquía.

Veo, anónimo, que ya se puso a trabajar la tradición de versos carnavaleros por esos mundos :)

¿No te gustan las reinas, David? Pues nada, jeje, ya sabes, reserva el libro antes de que se acabe.

MªGemma, ya hemos compartido puntos de vista así que lo dejo aquí.

Riojano: estoy bastante de acuerdo contigo. Pero bueno, tal vez sea una lección para andar con pies de plomo y cuidar las compañías.

Saluducos a todos

Luis López dijo...

Mi intención primera era dejar el siguiente comentario:
Sofia, ¿Por qué no te callas?
Pero he pensado, mejor decir lo que se piensa.
Aunque ¿a alguién le han sorprendido los comentarios de Sofía?
Saludos.

Anónimo dijo...

Te he leído muy contenido...

La doble moral de esta señora me parece abochornante. Tenemos que modificar la Constitución por un tema de igualdad (para que su nieta reine), el de los hombres y las mujeres (que no me parece mal...), pero otro tipo de igualdad no le cae en gracia a la señora.

Comparto lo que dices (quizás con menos sosiego), y espero que el guiño a la derecha de la reina sirva a la izquierda, y quizás al PSOE, para defender de una vez por todas, abiertamente y sin tapujos, una modificación de la constitución hacia la república.

Saludos.

Anónimo dijo...

Pienso que no hay desliz alguno, que nada es casual, ni inexacto. Todo está calculado y controlado. Así que..., la monarquía a través de Sofía ha pagado alguna que otra deuda a la Iglesia y a la derecha política. No me quitará nadie esta idea. Vendrán nuevos favores que también tendrán que ser pagados.
Fernando ZP

Anónimo dijo...

Ah! y se nos ha olvidado hacer mención del creacionismo que manifiesta esa señora, de la mejor especie ortodoxa, católica y ortodoxa, doblemente intenso.
Fernando ZP

Rukaegos dijo...

Ups, lo del creacionismo es estupendo, asemeja a nuestra reina con la Palin.

En fin, creo que la explicación definitiva es que Doña Fosilia es rubia ...

Anónimo dijo...

El "error" imperdonable es haberle concedido esas entrevistas a la Urbano, numeraria del Opus. Ahí sí que hay falta de neutralidad.
A mi con eso ya se me ha caido del todo....después de que semejante melómana escoja las músicas con la falta de imaginación que como bien dices selecciona seimpre.... La asesorará la Paloma, no la divina, sino la hermana de la otra del Opus...

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