EL ANONIMATO Y LA PERVERSIÓN DEL DEBATE EN LOS FOROS Y BLOGS
Siempre he creído que resulta maravillosa y sorprendente la consolidación de las redes personales y sociales que permiten las nuevas tecnologías. La existencia de blogs, foros y otros puntos de encuentro y debate a través de la red permite conocer opiniones y noticias, exponer las nuestras, incluso conocer a personas concretas con las que incluso puede llegar el encuentro real.
Internet es también un mundo de máscaras. En muchos casos no sé quién está detrás de los nicks o firmas que comentan en mi blog o con los que me encuentro en otros foros. Pero el tiempo acaba dando una idea de quién está detrás de esos nombres. Y hasta abre la puerta quién sabe cuándo a un café calmado que ya tuvo lugar con Frantic y está pendiente con varios invitados del Santander posible.
Sin embargo, no todo es luz en el universo virtual. La posibilidad del anonimato es legítima, por supuesto, y más cuando en muchas bitácoras la hemos admitido expresamente al configurar nuestra página. La opción del Anónimo a veces lleva una firma (no se registran como usuarios o no tienen blog propio pero tras su texto escriben su nombre -un nombre que a veces no da ninguna pista y otras las da todas-) y a veces se queda en esa sucinta presentación: Anónimo.
Digo que el Anonimato es legítimo porque son muchas las razones que pueden invitarnos a participar en un debate sin desvelar nuestra identidad, sin siquiera apuntarla. Pero el lado oscuro de la fuerza se impone cuando esa opción se utiliza para manipular, mentir, insultar, acusar y un largo etcétera de verbos cuya realización en otros contextos sería claramente delictiva (también aquí, aunque normalmente no haya consecuencias) o cuando menos descalificaría a quien profiere las invectivas.
Mi Santander posible no ha sido abundante en este tipo de fenómenos (gracias a Dios y a la Virgen del Carmen). Pero observo y leo cada día en otros contextos virtuales una especie de exabrupto continuo que crispa y deslegitima opinión y debates.
No estoy refiriéndome al fenómeno troll, con características bien definidas y que un día seguramente expondré por estos pagos, sino a quienes ocultan su rostro deliberadamente para multiplicar su presencia y sus insultos, creando un tan aparente como falso estado de opinión que les beneficia. A esos anónimos o nicks que cumplen la misma función que suelen aparecer sobre todo (pero no sólo) en los debates políticos. Y que nos dejan ver algunos de los más asquerosos hilos del tejido humano.
En estos días, mucho anonimato se ha visto con relación al XI Congreso del Partido Socialista de Cantabria. Mucho anonimato faltón, grosero y mezquino que se ha atrincherado en el insulto barato. Y que sólo ha servido una vez más para poner en solfa ante la ciudadanía a nuestro Partido y para pervertir los debates de fondo. Porque no se puede debatir, argumentar o compartir con quienes se aprovechan de las posibilidades de la red para sostener o escupir lo que serían incapaces de hacer cara a cara: con los cobardes.
Ojalá un día aprendamos a utilizar la red y sus espacios de comunicación para el diálogo y no para el exabrupto. Ojalá un día los cobardes dejen de serlo y sean capaces de intrigar un poco menos y de construir un poco más. Ojalá llegue un día en que de verdad seamos capaces de dialogar, entender y llegar a acuerdos, tanto en el mundo real (qué falta hace en los partidos y asociaciones de todo tipo esa capacidad para crear tiempos y espacios de debate serio, crítico y constructivo) como en el virtual.
Mientras eso ocurre, habrá quienes sigan intoxicando el universo con su peste moral. Qué le vamos a hacer.
13 comentarios:
Y es que no falla, la mayoria de los trolls, amenazas y demás "flores", provienen de "anónimos". Al final los blogs no se diferencian en mucho de la sociedad en general.
Saludos,
JP
Creo que frecuentamos lugares parecidos, y creo saber a qué Blog en concreto te refieres, curiosamente lleno de anónimos en los comentarios, jeje.
Pero no sé yo, si esos anónimos, aquellos que no faltan al respeto por supuesto, prefieren el anonimato por miedo a decir lo que piensan (o si me dejas ser un poco más malo, por miedo a perder la silla que tengan o la futura que pudiesen tener).
Aquellos metidos en política, los menos, pueden expresar líbremente su opinión; es lo que todos esperan de ellos. Pero aquellos otros cuyo trabajo depende de la empresa privada, los más, deben dejar de lado sus manifestaciones, por si se diese la casualidad de no ser del agrado del jefe o de un cliente (incluyéndose aquí por supuesto las Administraciones Públicas como clientes).
El anónimo tiene ese derecho como dices, pero de algún modo todos somos algo anónimos en este mundo internetero ¿no?
Pues algo sí, santanderin. Aunque algunos tenemos nuestros nombres reales en el perfil. Pero es parte, como decía, de la magia de interés este pequeño carnaval de las máscaras. Lo que no me parece de recibo es que se utilicen esos disfraces para fines mostrencos :) Si alguien quiere acusar, insultar, descalificar, sin argumentos ni educación, que dé la cara :)
Tienes razón, rojoyverde, hay anónimos más que justificados y así lo decía en el post. Por muchas razones, incluso menos graves que las que apuntas. Pero en esa dirección, no creo que sea de recibo que uno de esos trabajadores se trollice para insultar a su jefe o a sus compañeros.
Y sí, JP, es curioso pero cuando se quiere ir a la yugular, ni en la realidad ni en internet cierto tipo de personas se atreve a dar la cara.
Pero con eso mismo quedan, deberían quedar, descalificados. Y sobre todo, deberían dejar de reirles las gracias quienes se aprovechan del fenómeno..
Por un mundo virtual sin trolls, viva David el Gnomo jejeje
Ay Ruka, cobardía es la palabra clave, como en tantas otras ocasiones. La cobardía moral, la más honda, la de atreverse a insultar sólo cuando la oscuridad de que no les "conocemos" les ampara.
Santanderín, entiendo lo que dices, pero creo yo que el anonimato del que habla Ruka es el de la impunidad moral, dialéctica, de modo que, incluso alguien que funcione con pseudónimo pero que tenga intervenciones coherentes, rastreables, sinceras, queda fuera. Se me ocurren muchos casos de personas que funcionan así en la red, sin su nombre verdadero ni siquiera en el perfil, pero que no podrían insultar impunemente porque actúan como personas a pesar del nombre de personaje o pseudónimo.
Pero hay otros que... En fin. A mí me insultaron un par de lerdos que mostraban sus verdaderos nombres (supongo) de pila. La impunidad y la bajeza de sus ataques no estuvo en que no pudiera localizarles y mandarles a mis padrinos, sino en que no eran personalidades coherentes, rastrables, honestas, no me lanzaban su insulto tendiéndome un puente en el que poder responder en igualdad de condiciones, sino que tenían opinión sobre mí sin que yo la tuviera sobre ellos, porque estaban agazapados, en la sombra, cobardemente. Y encima fue por mentar a Mozart.
En fin, aprovecho la ocasión para agradecerte tu defensa, caballero Rukaegos. No sé si doy el perfil de doncella agraviada, pero así me sentí, y tú, desde luego, acudiste presto a desfacer el entuerto.
Desde lo más profundo de mi fragilidad (¿cómo podremos serlo tanto a traves de la pantalla del ordenador?, ¿será nuestra capacidad para dolernos inversamente proporcional a la velentía de quienes insultan?), gracias.
Cómo estás, Elena. En aquellas viejas peleas del blog de Edu Madina fue donde nos virtuconocimos (y a nacho también). Y hubo varias de esas tensiones. Yo también recuerdo y agradezco tu apoyo en una interminable discusión sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo que llegó a ser casi una cuestión de honor para mí.
"Y encima fue por mentar a Mozart" ... Claro, Elena. En los tiempos que corren y no sólo en este lado oscuro de la red, demostrar que tienes sensibilidad, argumentos o lecturas más allá de la (bajísima) media juega en tu contra. Cuando actuó en Santander Leo Bassi, uno de los insultos preferidos por los orantes vociferantes de la entrada fue "¡intelectuales de mierda!".
No, si con esos mimbres, ya les digo yo a mis chicas lectoras que se están convirtiendo en peligrosas armas de combate con tanto libro ...
"¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!", que decía aquel...
Por cierto, ¿soy el único al que el rss del blog le sale sin titulares en google? :/
Totalmente de acuerdo contigo Regi!! Yo tenía un post pendiente que quería titular "que no hacer con/en un blog".Vamos, tu lo dices bien.Es una pena dedicar esfuerzos a ensuciar el ciberespacio, en vez de construir un espacio de reflexión, critica constructiva,preocupaciones y anécdotas cotidianas,cultura,reivindicación...
bss
A mí tampoco me salen los títulos de los posts, pero es que creo que no existen, R. debe escribir sin ellos.
http://unsantanderposible.blogspot.com/feeds/posts/default
En la propia página del feed no salen.
pues uoho y rojoyverde, tengo que investigar ... título pongo, pero seguramente hago algo mal :) prometo arreglarlo.
Rukaegos, es usted un caballero, no como otros....
ups, que me pongo colorau, dani ;)
Gracias!
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