jueves, diciembre 10, 2009

¿LISTAS ABIERTAS?


Cada vez que en nuestro país la desconfianza hacia la política y los políticos ha ido más allá de lo razonable para la estabilidad del sistema, renacen en los foros las voces que consideran que la regeneración de la política vendría de una modificación del sistema electoral que debería buscar un nuevo apoyo en un sistema de listas abiertas.
La idea de las listas abiertas se convierte así en una especie de bálsamo de Fierabrás capaz de sanar cualquier mal generado por una clase política que, sí, sin lugar a dudas, orbita alrededor de su propio ombligo y genera unas dinámicas que mantienen en universos paralelos muchas de las preocupaciones de la ciudadanía a la que dicen servir.
Y sin embargo, y personalmente, creo que las listas abiertas no servirían absolutamente para nada.
En primer lugar, si los propios aparatos partidarios, que son responsables primeros de la desafección profunda entre ciudadanía y políticos, son quienes van a aportar los nombres de una lista desbloqueada, la posibilidad de las listas abiertas sólo vendría a permitir, y de manera bien relativa, un voto de castigo ocasional que puede que sirviera contra el fenómeno de los cuneros pero poco más.
De hecho, en nuestro sistema electoral ya tenemos listas abiertas. Sí, en el Senado. Y las patologías del voto son bien claras: resulta siempre más votado el senador que va en primera posición según el orden alfabético. Decía antes que castigo a los cuneros pero ... ¿cómo se explica que fuera un cunero que apenas ha pisado Cantabria el senador más votado en las elecciones de 2004? Fácil: su apellido, bien notorio en estos tiempos y no precisamente por su entrega y laboriosidad desde la bancada popular a los intereses de los ciudadanos, empieza por B. Luis Bárcenas, ¿les suena? De la misma manera, el cuarto senador, elegido en las filas socialistas, comparte un interesante dato con Bárcenas: Jaime Blanco. La misma inicial, la misma posición en lista. Claro que un Zubizarreta lo tiene bastante difícil en este contexto, pero ...
Creo necesaria una reforma del sistema electoral, y creo que esa sistema debe contribuir a un diálogo más fluido entre los electores y sus representantes, y que deben ser los intereses de aquéllos los que prevalezcan en la acción política de éstos. Y con esta finalidad sólo se me ocurre un sistema de elección por distritos uninominales a doble vuelta. Tanto para las elecciones nacionales como para las regionales y municipales.
¿Se imaginan por fin un concejal o concejala que se pateen cada día las calles de su distrito electoral, hablen con sus votantes y sean voces activas de sus necesidades? ¿Un diputado que responda los correos electrónicos de los ciudadanos de su circunscripción, que incluso llegue a conocer a muchos personalmente?
Puede que sea esa la única forma de transformar la política, de acercarla, de limpiarla y de regenerar no sólo su imagen sino sobre todo su contenido.

7 comentarios:

BRUNO6 dijo...

Entiendo más o menos un sistema británico. No estaría mal,y terminaría con el"diputado-aprietabotones". Naturalmente,tendría que ser posible una recogida de firmas de distrito para llegado el caso censurarle y obligarle a dimitir.

Traveler dijo...

Sin embargo, incluso el orden alfábetico es más justo que la elaboración de listas desde Madrizzz como los populares o desde vete tú a saber dónde como el PSOE (impresionante nuestro candidato para las euoropeas ¿quien era ese señor?; sonrojante lo de las municipales; aterrador lo de las autonómicas...)

Miguel Alvarez dijo...

Al igual que se dice que el sistema "menos malo" es la democracia, tambien hay sistemas "menos malos" electorales.

Ahí creo yo, donde habría que situar el sistema de listas de abiertas y unidistrito como el británico o el estadounidense. No es la "solución" pero es la solución menos mala. El sistema del senado, con ser semiabierto, no es abierto del todo, ya que es el partido el que elige y coloca, en este caso por su apellido, a los seleccionados.

Situándonos en la práctica concreta podemos ver como a la Dama de Hierro (Thatcher) se la carga sus propios diputados y como a Blair son sus propios diputados los que le procura el relevo.

El sistema británico en el que el diputado lo es por un distrito (hay 600 diputados) le interesa estar a bien con el comité del partido del distrito. O sea, no es Londres quien nombra candidato si no el partido del distrito le interesa llevarse mejor conel distrito que con la oligarquía de su partido. Hay mayor reparto del poder. Al comité le interesa nombrar a alguien que tiene un cierto respaldo del electorado porque esa es la forma de ganar, de ese modo el diputado laborará para su distrito en un estado que no tiene la dispersión del nuestro.

Esto, como todo, también tendrá su trampa e inconvenientes en el día a día pero estamos hablando de sistema no de casuística.

Para mí el problema es que se avanza democráticamente en bienestar, en seguridad, en igualdad etc desde el inicio de la democracia, pero el quehacer político, sus estructuras y sus nombres no han progresado en todo este tiempo. El "sistema seguro" propio de unos inicios diseñado por los "padres de la patria" no deja de ser un sistema tutelado que convoca a la ciudadanía a elegir pero no le da las posibilidades de participar. Su riesgo, la creación de oligarquías y creo, que estamos siendo dirigidos alternativamente por dos conglomerados oligarquicos.

Saludos,

Rukaegos dijo...

Traveler: el problema es que el orden alfabético actúa sobre la lista propuesta desde Madrid o desde donde se tercie, así que más bien acaba siendo una doble exclusión.

En cuanto a Ricardo, las listas electorales europeas en el PSOE se hacen también desde Madrid. Ricardo es de Castro, aunque su vida profesional y política se ha centrado en los entornos de Ferraz, por lo que no es raro que no fuera demasiado conocido por aquí. Pero ha tenido responsabilidades políticas importantes en el ámbito interno, y relacionadas con la política internacional (Por ejemplo en la Fundación Españoles en el Mundo). Que vaya a ser mejor o peor eurodiputado y que allí vaya a ser o no una voz de Cantabria está en el por hacer. Y ojalá las respuestas sean positivas en los dos casos.

Rukaegos dijo...

Miguel, gracias por pasarte por el blog y por tu excelente comentario. Estamos de acuerdo en que la profundización en la democracia supone o debería suponer una profundización en los mecanismos de participación ciudadana, una representatividad más cercana a los votantes y a sus intereses.

Por supuesto, como bien dices, es un sistema "menos malo". Tiene también patologías: la cercanía al cuerpo electoral puede suponer en ciertos temas delicados quedar reo de demagogias y populismos (la cuestión de la inmigración, por ejemplo, puede poner en cuestión unos principios generales a cambio de un escaño). De la misma manera, un sistema mayoritario puede alterar la idea de proporcionalidad que plantea el sistema vigente: como efecto ¿positivo? se refuerzan las mayorías, como efecto negativo, algunas voces podrían quedar fuera del debate parlamentario.

Como alternativa, una profunda reforma interna de los partidos y del sistema, que democratizara pero de verdad sus estructuras y que impidiera que la "carrera política" pudiera ser una carrera vital para muchas personas, podría ser válida.

Saludos.

Julián dijo...

La cosa es compleja, a mí me parece poco democrático y representativo el sistema de distritos uninominales, si bien es verdad que permite conectar mejor a los electores con los candidatos (al estilo británico). Luego depende mucho de como se configuren los distritos, que tendría mucha tela, se puede hacer auténtica ingeniería electoral para favorecer determinados resultados.

Preferiría un sistema a la alemana, que combina la elección directa de representantes con un colegio de restos (o como se llame) nacional, que asegura la proporcionalidad. De esta manera se salvaguarda la conexión de la mayoría de electos con los territorios y electores, y la proporcionalidad entre fuerzas políticas.

De todos modos, en España no se va a cambiar el sistema electoral, porque no interesa ni a PSOE, ni a PP, ni a CiU o PNV... ... Ver más...

Rukaegos dijo...

Qué tal, Julián.

Está claro que el sistema tal y como lo tenemos organizado ahora mismo hace ya demasiadas aguas. Tu propuesta es la que más o menos se viene defendiendo para proteger el sistema proporcional e incluso adecuarlo a la realidad. Personalmente, preferiría un sistema como el que presentas, con una lista nacional de restos, que serviría para "colocar" a los cuneros y aparatichis y en efecto ligaría más a los diputados provinciales con sus territorios. Pero este sistema, sin duda mejor que el actual, y en beneficio sobre todo de IU y UPyD, no corregiría el exceso de control desde los aparatos hacia las listas.

En cualquier caso, como te digo, y aunque hoy estoy más por un sistema uninominal (con sus carencias posibles, como la que mencionas de la ingeniería electoral), si hay que firmar por uno con lista de restos como los propuestos por Peces Barba o por la Universidad de Valencia dime dónde hay que hacerlo, que tampoco me parecería mal por otras razones.

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