Reconozco que el debate monarquía o república nunca ha estado entre mis principales preocupaciones, y que en cuestiones constitucionales me parece mucho más urgente por ejemplo el establecimiento de un sistema federal que permita cerrar de una vez el debate territorial. Pero está claro también que considero que una argumentación racional y serena sólo debería llevarnos a una salida: el establecimiento de la III República Española.
Supongo que en otros y viejos momentos de la historia, la Monarquía pudo actuar como motor o como sistema decisorio válido, acorde con las ideas, necesidades y mentalidades. Pero la llegada de la Modernidad y la aplicación básica del principio de igualdad ante la ley hacen que no se sostenga una fórmula que supone un estatus de privilegio para una persona y sus parientes por una larga historia de líos de cama, mezclas de sangre y decisiones divinas.
Seamos serios. La monarquía de la que hoy disfrutamos es, ante todo, una mera liturgia escénica, una feria de las vanidades destinada a rellenar horas de televchoisión rosa y de páginas de cuché a todo color. Y mucho tema de conversación tan esencial como las operaciones de la princesa de Asturias, los colegios de los nenes o las posibilidades sucesorias de una tal Leonor. Como expresión simbólica tradicional, creo que la monarquía se ha confundido de país, tratando de asentarse en un país que todavía tiene que solucionar importantes cuestiones sobre su propia identidad. Como árbitro o neutralizador del poder, está claro que no van por ahí los tiros, y que nuestra Constitución vació de contenidos prácticos la figura del monarca. Como publicidad e imagen, más allá del mundo del corazón internacional, nos ha servido también para el efecto contrario en materias más graves, desde las relaciones internacionales y el simpático pero desde luego fuera de orden "¿por qué no te callas?" a la condena al Reino de España por sobreproteger al rey y así hacer quebrar los principios de igualdad ante la ley y de proporcionalidad de las penas en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Facilitando, por cierto, una victoria mediática para Otegi.
Decían en los años de la Transición que en España no estábamos preparados para una nueva República, que somos incapaces de aceptar como Presidente a quien proceda de las filas contrarias. Niego la mayor: España es un país serio y maduro (aunque algunas veces sus medios de comunicación, sus tribunales y sus políticos se empeñen en desmentirlo), habitado por personas racionales y responsables, tan capaces como cualquiera de defender sus valores y su sensatez.
Y sólo hay un sistema que pueda garantizar la racionalidad, el procedimiento democrático, la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Y ese sistema es el republicano.
Así que desde este Santander Posible, un voto abierto y claro a favor de la Tercera República Española.
Salud y República.
9 comentarios:
Una institución de un estado en manos de una familia de la aristocracia no se sostiene, se mire como se mire.
El caudillaje forma parte del pasado. Al 100 X 100 contigo.
Un texto sencillo, directo y que agradezco mucho haberme encontrado en este preciso momento.
Nunca dejará de sorprederme que países tan civilizados y con democracias tan maduras como Suecia,Holanda, Dinamrca o, a la cabeza, Reino Unido, sigan manteniendo semejante circo. Supongo que es un teatro que les funciona, que opera cierta suerte de catarsis y deja a los ciudadanos desahogados, purificados, pero no deja de parecerme un rasgo a mejorar, aunque se encuentre precisamente en semejantes países.
Como tú, creo que es muy difícil plantear con solidez intelectual el sentido de la monaquía en las democracias actuales. Como tú, sé que en España costaría aceptar en la jefatura del estado a alguien que fuera del partido al que no hubiéramos votado, pero caray, considero más digerible eso, y a la postre un necesario ejercicio de verdadero espíritu democrático, que aceptar la legitimidad genética, cuando no divina.
Salud y República, querido Ruka, y ojalá esta primavera espléndida te esté siendo propicia.
Elena, claro.
En todo caso, no tengo claro que alcanzar un Estado federal cerrase el debate / modelo territorial.
Por lo demás, evidentemente el cainismo político que parece renacer en España es cierto que dificultaría la aceptación de un presidente de las filas contrarias. Pero si pensamos en un modelo de república parlamentaria, no presidencialista, donde se suele buscar como presidente a una persona de perfil dialogante y capaz de suscitar apoyos amplios, no veo problema alguno.
Pena que no se pueda diseñar un Pertini español...
Salud y República!
Elena,tan claro que no hacía falta la aclaración :)
De acuerdo con tu valoración, aunque en Dinamarca, Holanda o Gran Bretaña hay sucesos históricos recientes en los que la dignidad y la claridad de sus monarcas fue tal que uno entiende que cierto cariño se haya mantenido vivo (aunque esté también ahora bastante en crisis). Pero la altura moral mostrada durante la Guerra Mundial puede tener una parte de "culpa".
Julián. Me temo que tienes razón y que no se va a solucionar el debate territorial con la adopción de un modelo federal, pero podria ser un paso importante para limar muchos problemas y cerrar muchas bocas que sólo sirven para continuar embarrando el terreno de juego.
En cuanto al cainismo, no lo considero un problema más allá de la actual obsesión por descalificar ad nauseam a cualquiera que juegue en el equipo contrario. Sobre todo en las ondas del Tedeté Party y sus gaviotas reidoras, especialistas en llenar de mierda con o sobre todo sin razón a cualquiera que apunte maneras o prestigio en la escena. Porque el caso es que sí se me ocurren algunos nombres que podrían hacer presidentes o presidentas de altura institucional y seriedad.
"Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera."
Pablo Neruda
Salud y Républica
"Y si llueve saldremos a la lluvia a lavar las minas que van acumulando mugre
de palo de gallinero...."
Manolo García (Saldremos a la lluvia)http://youtu.be/hdhYo9cPgsw
Salud y libertad, Rukaegos.
No me gusta ese debate.
Me interesa, sobre todo, el debate de la recuperación de los valores laicos republicanos, que son compatibles con un régimen constitucional monárquico.
No veo tan clara esa compatibilidad, Jesús, pero en cualquier caso prefiero los valores laicos y republicanos en una república.
Por una vez no estoy de acuerdo contigo, Rukaegos. No soy particularmente monárquico, ni me gusta o disgusta particularmente la familia real que tenemos. Sin embargo, creo positivo tenerla por estas razones:
(1) Gastos. Mantener una familia real viene a costar lo mismo que mantener un presidente de república. En este sentido, ambas opciones son iguales.
(2) Servicios. Los servicios que provee un monarca son virtualmente los mismos que un presidente de república, es decir, un papel representativo, de mediación y balance por encima de la discusión política del día a día, sanción de leyes etc. Aquí también ambas opciones son iguales.
(3) Permanencia y visibilidad (tanto interna como internacional). Aquí creo que la monarquía gana a la presidencia de república. Quien sabe el nombre de los presidentes de la república alemana, o italiana?
(4) Unidad territorial. Los países con problemas de integridad territorial serios, como España, Reino Unido, Bélgica, Canadá (que mantiene la reina de Inglaterra como jefe de estado), así como los países cuya soberanía necesita un refuerzo de cara a agresiones de vecinos (como los países escandinavos, que a pesar de su actual civismo y gran logro social, no hace mucho estuvieron envueltos en luchas soberanas por el control de la región), la monarquía ofrece una solución mas estable e históricamente congruente con dicho fin. Un presidente de república difícilmente puede servir de pegamento para evitar que Quebec, o Escocia, o Cataluña o Flandes se segreguen.
(5) Ahorro en gasto electoral. Los países que mantienen sistemas de presidente de república necesitan un proceso elección mas para elegir dicho cargo. Si en España tenemos que añadir, ademas de las elecciones autonómicas, las elecciones europeas, las elecciones generales, también una elección a presidente de república, el presupuesto nacional necesita mas partidas para cubrir este proceso.
Repito, esta opinión no denota una posición política particular - lo veo como un análisis practico. Ademas, como dice un proverbio ingles, "If it ain't broken, don't fix it" -- Si no está roto, no te metas a arreglarlo.
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