No sólo era la ausencia la que ayer llenaba la silla sobre la que tendría que haberse sentado el Premio Nobel de la Paz de 2010, Liu Xiabo, en espera de su discurso y de su premio. No sólo la ausencia la que concentraba sobre el tapizado todas las miradas y todos los focos, sino también la dignidad y la vergüenza.
La dignidad de Liu Xiabo. Que sobrevivió al horror de la represión contra los estudiantes de Tian'anmen sin rendirse. Que firmó la Carta 08 para exigir reformas que limitaran el poder de la dictadura china y permitieran el tránsito a un sistema democrático y respetuoso con los derechos humanos, y de nuevo se mantuvo en pie y con la cabeza alta ante las amenazas y la prisión. Y en su dignidad la de tantos hombres y mujeres como en el mundo han luchado y luchan para que ese grandioso programa moral que es la Declaración Universal de los Derechos Humanos pueda ser una realidad presente y luminosa allí donde una mujer o un hombre habiten.
La vergüenza de un país que se pretende voz del pueblo al que sojuzga y pisotea, de un campeón de la pena de muerte y de los atentados contra todos y cada uno de los derechos contenidos en la lista, pero que se ha ido enriqueciendo y convirtiéndose en el tirano rico con el que todos quieren hacerse una foto y al que todos ríen las bromas de mal gusto. La vergüenza de los bocazas que para defender sus propios culos y sus propias sombras han sido capaces de contribuir al boicot a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz sólo por el miedo a perder la condición de socio comercial privilegiado de China o remojando las barbas antes de que el Nobel pueda recaer sobre quienes también trabajan por los derechos humanos en los países que gobiernan. Y entre ellos, con especial fuerza, la vergüenza de los disparates proferidos por tipos como Evo Morales o como Hugo Chávez.
La vergüenza, sobre todo, de una comunidad internacional que trata de lavarse la conciencia otorgando a personas como Liu Xiabo el Nobel de la Paz y así sentirse reconfortado y feliz de haberse conocido, porque estaría contribuyendo a la construcción de la dignidad humana, pero que al mismo tiempo tontea con el tirano, comercia con él, le enriquece, le regala Juegos Olímpicos y Exposiciones Internacionales sometiéndose a su censura y sus manejos propagandísticos sin rechistar. La vergüenza de esa comunidad internacional que cada día abdica de sus valores, de sus mejores valores, y vende a los que sufren bajo las botas de los dictadores, a los intelectuales emblemáticos como Xiabo y a los hombres y mujeres anónimos de cuyos nombres jamás tendremos noticia, por un plato de arroz y un farolillo chino.
5 comentarios:
La comunidad internacional, visto lo visto, es un entelequia absurda e indecente, un modo de escondernos en un conjunto para lavarnos las manos a de auno, de a una. Es la silla vacía, es Palestina, es el Sáhara, es la Cuba mítica que defendemos olvidando a los cubanos y cubanas que se esconden tras nuestros ideales de izquiera trasnochada. Son las transnacionales dominando la economía mundial, los grandes grupos mediáticos decidiendo lo que tenemos que pensar.
Por eso, quienes tomais la acción como apuesta personal teneis siempre mi admiración y mi respeto.
Demasiadas sillas vacías, Especialista, en efecto. Puede que por eso y porque ese vacío todavía tiene la capacidad de golpearnos en la conciencia la ausencia de Liu Xiabo haya sido una denuncia tan eficaz y haya obligado a muchas personas, algunas al menos, a la reflexión.
Gracias por pasarte y comentar :)
Visto lo visto y leído lo escrito,espero no molestarte ni agredirte de ningún modo,pero me veo obligado a preguntarte:¿Qué diablos haces en el PSOE?.
Si mantienes lo escrito me temo que más pronto que tarde habrá en la sede del PSOE otra silla vacía:la tuya,Rukaegos.
Pues no te preocupes, no me molesta la pregunta. Y no te creas, que no sería la primera vez que ante determinadas medidas económicas o actuaciones internacionales no me la realice yo mismo.
Digamos que tengo claro que la mirada del político ha de ser la pragmática, y que tiene que tomar en consideración valoraciones que los demás pasaríamos por alto o actuar desde perspectivas más globales. Pero creo también que hace falta dentro del PSOE, y de los demás partidos, alguna voz que trate de recordar no cómo se alcanza el poder ni cómo se mantiene, sino para qué.
Saluducos.
Muchas gracias por la respuesta. Ese "para qué" para mi es básico.
Publicar un comentario