jueves, agosto 20, 2009

LOS REBELDES DEL (Callejón del) SWING


En esta ciudad cultural donde las haya si a algo se tiene aversión más fuerte de la que derrocha con los árboles es los locales donde se celebran actuaciones en vivo. En general, a toda muestra cultural que se salga de los cauces establecidos y que nos mantienen aferrados a viejos códigos y prácticas.


Es curioso que a pesar de la existencia de sentencias en contra y de algunas protestas vecinales, el Ayuntamiento parece inmune a los botellones ruidosos, pijos o no, y hasta en fiestas parece animar su existencia. Mientras cada vez que algún local decide celebrar pequeños espectáculos de cabaret, teatro, cuentacuentos, o música en sus diferentes estilos no tarda en aparecer la policía municipal para dejar clarito que de eso nada (y me imagino que iniciar los inoportunos expedientes sancionadores).


Poco importa que desde esas actividades no se hubiera generado molestia alguna, que hubieran sido cuidadosas hasta el extremo con horarios, insonorizaciones y control de puertas cerradas y de hipotéticos desmanes callejeros. Poco importa que el público fuera respetuoso y casi nula la molestia para el vecindario. Según unas ordenanzas pensadas expresamente para acabar con la farándula siempre revoltosa, bohemia y descontrolada, el local no cumplía determinados requisitos y por tanto tampoco pagaba determinadas tasas.

El Callejón del Swing ha sido la última víctima de la enfermiza pulsión municipal hacia el aborto de todo lo que pueda oler a cultura o a ocios alternativos. Allí hemos escuchado unos cuantos conciertos, algunos de ellos realmente estupendos, allí hemos compartido algunas charlas tranquilas con unas copas no menos tranquilas en compañía de buenos amigos. Allí hemos podido saludar a uno de esos personajes a los que Santander debería dedicar una calle en lugar de perseguir por cada garito o iniciativa, Charlie Charlón.

Así que después de que Santander, nuestro Santander, aniquilara su red de teatros, destrozara sus pocos entornos históricos, dejara que se vinieran abajo las paredes de sus monumentos, asfixiara el Summer Festival o el Tanned Tin desde las músicas nuevas y el Otoño Musical desde las viejas, acabara con los cuentacuentos del Ítaca o los cantautores del Canela, el verano del 2009 se saldará con un Callejón del Swing sin conciertos, un Callejón herido de suerte y una ciudad herida de silencios.

Imagino que esta nómina de pequeñas grandes catástrofes se estará incorporando al dossier que estudien las instituciones o comisiones europeas encargadas de decidir qué ciudad española será la capital cultural europea en el 2016.

Mientras tanto, desde mi Santander posible, una mínima reseña y una desesperanzada solidaridad con Charlie Charlón y con todos los Rebeldes del (Callejón del) Swing de nuestras viejas calles.

7 comentarios:

AniZ dijo...

Absolutamente de acuerdo contigo. Creo que lo de capital cultural es un jodido insulto a todos los que realmente disfrutamos con todo tipo de muestras culturales no necesariamente previo pago por caja. Salu2

Rukaegos dijo...

Gracias por tu comentario, AniZ. Por cierto, qué buen blog el tuyo, no lo conocía y me ha sorprendido mucho y muy gratamente :) ¿Me dejas enlazarlo?

Blanca dijo...

Totalmente de acuerdo contigo Regino. Creo que el problema del Ayuntamiento es que no terminn de tener claro el concepto de "cultura".
Ya verás qué risa cuando vayamos ofreciendo como distintivo cultural para 2016 el "macro botellón" consentido de los viernes y sábados de 6 a 8 de la mañana en la zona Santa Lucía-Puertochico.

AniZ dijo...

Faltaría más! yo también te agregué ;)
salu2

Alfredo dijo...

Estimado amigo, Regino.

No entiendo tu post cuando como trabajador municipal y responsable del área cultural dentro del partido político al cual perteneces, debieras conocer que quien tiene que autorizar, en virtud del Decreto 72/1997, de 7 de julio, por el que se establece el régimen general de horarios de establecimientos y espectáculos públicos y actividades recreativas de Cantabria, cualquier tipo de actuación musical en un establecimiento publico es la Consejería de Presidencia del Gobierno de Cantabria. Es por tanto el Gobierno de Cantabria quien pone trabas y limitaciones a la difusión de dicha cultura y no el Ayuntamiento. Dicho queda para que no haya malas o viciadas interpretaciones. Un abrazo

Alfredo dijo...

Asimismo te comento, que para poner el nombre de una calle a cualquier persona ésta debe haber fallecido, tal y como establece el Reglamento de honores y distinciones del Ayuntamiento Santander, y por tanto no considero adecuado el comentario que haces al respecto de la denominación de una calle con el nombre de Charly Charlon, a quién admiro, conozco, y he ayudado cuando otros no lo hicieron. Trabajando en el Negociado de Cultura del Ayuntamiento te creía conocedor de dichos condicionantes....

Rukaegos dijo...

Qué tal Alfredo.

No estamos hablando de quién concede los permisos, sino de quiénes actúan de manera tantas veces más que discutible cuando no arbitraria, quiénes pasan de largo ante un local y entran a sancionar en otro. Y ahí sí están las responsabilidades municipales. En cualquier caso, no tengo constancia de que el Ayuntamiento de Santander, que tanto alza la voz en otras cuestiones, haya realizado la más mínima gestión o reclamación para modificar el escenario. Así que responsables hay muchos.

Lo de la calle para Charly Charlón es evidentemente una forma de expresar que se trata de una persona a la que la ciudad debería mostrar apoyo, reconocimiento, en lugar de tocar las narices. Por cierto, no estoy de acuerdo con el Reglamento de honores y distinciones en algunos puntos. No me parece correcto que haya que esperar a la muerte de nadie para que se le dedique una calle: es una decisión de este municipio, pero hay muchos a lo largo del país que sí pueden poner nombres de personajes vivos. Lo siento, pero trabaje donde trabaje y sepa lo que sepa, sigo pensando que las gracias se le dan a quien se las merece y cuando puede recibirlas, no para que se hagan fotos a su costa los que luego se apunten a la fiesta. De la misma manera que no estoy de acuerdo en que para obtener la Medalla de Oro haya que haber recibido otras antes (y todavía menos con que ese sistema se modificara para no tener que otorgar la de oro directamente a Álvaro Pombo).

Saludos.

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