NOSTALGIA CORAL
(Concierto de Navidad de la Camerata Coral de la Universidad de Cantabria)
Esta tarde, a partir de las 20,15 y en la Iglesia de San Francisco de Santander, tendrá lugar el tradicional concierto de Navidad de la Camerata Coral de la Universidad de Cantabria.
Fue hace ya muchos años cuando después de un concierto, Paco Caso casi me forzó a inscribirme en una especie de coral universitaria que estaba formando Lynne Kurzeknabe, como proyecto paralelo a su prestigiosa Coral de Santander, Coral Universitaria, Camerata Coral de la Universidad de Cantabria o Camerata Coral de Santander (que con todos esos nombres compareció en diferentes momentos de su historia). Kurzeknabe supo que tenía terminados los estudios del Conservatorio y me propuso entrar en su coral más madura, tras probar mi voz y mentir fingiendo entusiasmo: "tienes una voz muy lírica" (una forma bonita de decir tienes poquita voz pero más o menos afinas y más o menos llegas a los agudos, y yo necesito tenores).
Recuerdo casi con pavor mi primer ensayo. La primera partitura que cayó en mis manos fue nada menos que el dificilísimo Dixit Dominus de Händel (que no se llegó a estrenar, devorado por otros proyectos). Mi debut, en la Catedral de Burgos cantando las Antífonas de la Coronación de Händel (¡cómo me temblaban las piernas al iniciar el solemne "Zadok, the Priest"!) y la Theresenmasse de Haydn, en un concierto retransmitido por TVE en Tira de Música.
Echo de menos aquellos años, fueron muchos, en los que una parte importante de mi vida cotidiana giró alrededor de los ensayos, los conciertos, las actividades del Aula de Música de la Universidad (que con el tiempo llegaría a dirigir). Resulta difícil explicar la sensación de bienestar, la emoción de fundirte con otras voces y saber que está naciendo una música que llega hasta el público y lo pone en una extraña y mágica comunión contigo. Mágico también ser cómplice de las voces de hombres y mujeres que poco a poco van dejando de ser extraños y comenzando a ser amigos. Maravilloso aprender el placer de la música en compañía, cuando tu formación ha sido al piano y, en consecuencia, en exceso solitaria. Aprender fue entonces diferente, Lynne Kurzeknabe me aportó una visión de la música para mí y para entonces nueva, fresca, lúdica (y una cantidad considerable de estrés, jeje). Cuando se marchó de Santander, Alfonso Manso nos ofreció una lección de riesgo y de valentía, poniéndose al frente del grupo. Y luego Marimar, esa entrañable Marimar que no sólo es una persona excelente sino además una cantante y profesora de primera línea (ya os daré noticias de su dúo con arpa barroca en un par de semanas), con la que trabajé tan cerca y que nos aportó tanta información sobre estilos, técnica, y con la que exploramos nuevos repertorios. No he cantado bajo la dirección de Raúl Suárez, un nuevo giro de tuerca al repertorio y planteamientos del conjunto, pero sí he escuchado con envidia la calidad de la renovada formación y con pasión sus nuevos territorios expresivos. Tanta envidia que siempre entre mis planes de nuevo año están los de cortar con alguna de mis andanzas y regresar como hijo pródigo a la Camerata pidiendo comprensión y asilo.
Por el camino, anécdotas como las pesadas "procesiones" que nos obligaban a transportar en andas por las calles del casco antiguo de tantas ciudades, experiencias como las letanías de José de Nebra cantadas en El Escorial, el Monteverdi de Ca'Rezzonico al borde del Gran Canal, el Santa María de Lebeña de Juanjo Mier a los pocos meses de su muerte, la diversión del Contrapunto Bestiale de Banchieri, los villancicos virreinales y las excursiones al Barroco hispano, aquella locura del Ritual de Altamira de María de Alvear (os la contaré en un momento estelar, de verdad que lo merece) ... Tantas y tantas horas de ensayos y tantos conciertos (con mi madre en primera fila, un poco como la de la Pantoja). Mucha ternura y un par de disgustos. Y cómo no José Miguel, Pili, Rufino, Paloma, María, Toño, Helga, Alberto, Lines, Blanca, Concha, Bili, Lola, Miguel Ángel, Julita, Adela, Nieves, Tito, uffff corto que si no me dejaré nombres en el tintero.
Para los que estéis en Santander esta noche, el concierto pinta prometedor y original. Y la Camerata interpretará como reto los exigentes y bellísimos Cuatro Motetes para el tiempo de Navidad de Francis Poulenc. Además de obras del Cancionero de Upsala, Francisco Guerrero, García Abril, Thomas y otros autores, y un par de obligados villancicos populares. No os vais a arrepentir. El trabajo de Raúl durante estos años y el esfuerzo de todos y cada uno de los cantantes está dando grandes y hermosos frutos.
Mucha mierda, chicos.
(No encontré por el youtube nada de la Camerata, así que cuelgo con el King's Consort la que fue mi primera intervención canora :) )
2 comentarios:
Me parece reconocer en la fotografía a Laura Bravo. He escuchado en algunas ocasiones a la Camerata, entre ellas en la Catedral, y es una gozada.
Pues tienes razón, Laura Bravo canta en la Camerata :) Y tienes razón también en que es una gozada. Lástima que en estas tierras lo de hacer buen trabajo se penalice más que otra cosa, porque mira que es un coro que siempre ha marcado el nivel alto y que siempre ha estado bastante ninguneado.
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