domingo, diciembre 21, 2008

LIBEROGAYS Y PINGAYNOS

No se preocupen, nada en común tienen las dos especies del título, pero sonaban bien juntas. Así que decidí reunir dos comentarios en uno e ilustrar la entrada con una bonita imagen de Roy, Silo y Tango, robada del cuento infantil "Tres con Tango" (RBA Ediciones) que tal vez sirva como recomendación para estos próximos Reyes :)
Para quienes se empecinan en afirmar que la homosexualidad es contraria a la naturaleza, la naturaleza tiene una respuesta bastante contundente. En más de un centenar de especies animales están documentadas las relaciones homosexuales tanto en cautividad como en libertad. Pero no deja de resultar sorprendente la "masiva" salida del armario de parejas de pingüinos en diferentes zoológicos. Los más recientes, en China, donde los responsables decidieron primero castigar a la pareja por su afición a robar huevos ajenos para intentar criarlos y finalmente han decidido dejarles que intenten sacar adelante un bebé pingüino. Curioso que en un país infame en lo que respeto a los derechos humanos en general se refiere y en lo que al respeto a la dignidad de las personas homosexuales en particular afecta, las autoridades sean más abiertas con los pingüinos que con la gente ... pero lo mismo sirve para educar sus antidemocráticas cabezotas.
La experiencia más popular fue la de Roy y Silo en el zoo de Nueva York. A pesar de que si no estoy mal informado, la pareja se ha roto tras varios años de convivencia. Durante ese tiempo, intentaron robar huevos y finalmente sus cuidadores les permitieron incubar uno, del que nació el pequeño Tango. Han sido una familia ejemplar durante mucho tiempo, hasta que Silo buscó una compañera, pero hoy siguen Papá Roy y Bebé Tango como una de las más sorprendentes atracciones del zoo neoyorquino. Tanto que merecieron un cuento infantil y la censura feroz de los movimientos ultrarreligiosos de los Estados Unidos. Y es que si la realidad cuestiona sus fanatismos, peor para la realidad.
Bien diferentes, con bastante menos encanto, son los sedicentes "liberogays". Pero desde que descubrí algunos prominentes ejemplares tenía ganas de escribir sobre ellos. Por supuesto que todos tenemos derecho a configurar nuestras conciencias y elegir nuestras opciones vitales. Por supuesto, en consecuencia, que un gay puede ser votante o militante del PP, y eso no da derecho a nadie a cuestionar su militancia o sus ideas. Está claro que las experiencias que nos llevan a construir nuestras identidades personales son diversas, y desde las mismas configuramos un espacio social en el que nos encontramos cómodos. Tengo claro que si la orientación sexual ha sido relevante en la construcción identitaria, es cuando menos difícil compartir mesa y mantel con quienes cuestionan nuestra libertad, nuestra dignidad o nuestros derechos (aunque conozco gays que militan en el PP desde posiciones críticas, desde posiciones que no renuncian a la igualdad legal y social). Pero si no lo ha sido o no ha sido relevante, y se ha dado prioridad a sentimientos de clase, a consideraciones economicistas, etc, cabe la posibilidad de que un homosexual que no da relevancia a su orientación deje en un segundo plano todas las cuestiones importantes de la lucha por la igualdad lgtb.
El respeto, bidireccional por supuesto, es un valor que debería estar mucho más presente en la vida cotidiana de una sociedad democrática. Y es precisamente la ausencia total de respeto la que me llama la atención en algunos de estos liberales homosexuales o liberogays. Una ausencia de respeto hacia los demás que acaba por hacer que se confundan en no pocas ocasiones con lo que en el mundo 2.0 se conoce como "troll". Discursos demagógicos, violentos y descalificadores, que tratan de oscurecer el debate planteado y dirigirlo hacia otros derroteros, en la medida de lo posible enfadando al resto para convertir lo que debería ser un diálogo abierto en una pelea en el barro.
Responden estos ejemplares, de cuyos nombres prefiero no acordarme, a la actitud de los pezones negros, la cope y las alas más extremas del peperirsmo, esa actitud de resentimiento ante la pérdida de un poder que consideraban exclusivamente suyo. En el caso de los liberogays agravado por la sensación de que la cuestión de los derechos lgtb ha sido una de las que permanentemente cuestionó la capacidad democrática de los conservadores, al oponerse a todos y cada uno de los avances planteados: leyes de parejas, visibilidad educativa, visibilidad asociativa o mediática, matrimonio, familias ... El resentimiento ha acabado por provocar una auténtica sociopatía en algunos de ellos hasta el punto de perder todo resto de racionalidad en su odio a los colectivos lgtb, al Presidente del Gobierno y, por encima de todo y de todos, a Pedro Zerolo.
Incansables, pululan por los principales foros lgtb para desviar los discursos y descalificar permanentemente a cualquier persona que se atreva a expresar una idea difernete de las que monolítica y acríticamente sostienen. Poco importan los argumentos, las pruebas ... Defienden hoy lo uno y lo contrario, justifican las agresiones homófobas procedentes de los ámbitos conservadores o cristianos, aplauden la presencia de ministros iraníes en el ultracatólico CEU mientras acusan a Zapatero de connivencia con los malvados ayatollahs ... Y así cada día, cada problema, cada debate. Incluso intentan reconstruir la historia negando la existencia de la Ley de Peligrosidad Social o atribuyendo la persecución a homosexuales a una herencia de la II República, defendiendo que el PP siempre apostó por las leyes de parejas, poniendo al mismo nivel la homofobia actual de ciertos dirigentes conservadores con declaraciones de socialistas en el 74, ...
Lo más llamativo es que se definan como liberales. En primer lugar porque poco parecen saber de liberalismo en sus argumentarios (¿?) y sobre todo porque su defensa de un pensamiento único, del insulto, de la intolerancia, de la desigualdad ante la ley, de la inseguridad jurídica y de otros muchos principios reaccionarios y claramente ajenos a cualquier interpretación que se dé del adjetivo "liberal". Pero en fin, por ahí seguirán insultando a diestra y sobre todo a siniestra, sin ton ni son, sin discurso, llenos de rencor y de ignorancia. Esa es su función. Para eso les pagan.
Claro está que entre las dos especies, me quedo con los pingaynos ;)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, siempre me ha llamado la atención que haya "liberales" que supuestamente predican la abstención de el Estado, el dejar hacer, la no intromisión en los asuntos del ciudadano, la defensa de la libertad, y que, sin embargo, promueven legislaciones que se entrometen en los derechos individuales de cada uno para regular lo más íntimo de las personas, como es la afectividad, y las consecuencias sociales que de ello se derivan imponiendo, ellos sí, un solo modelo y cercenando esa libertad de la que tanto alardean.

Puro puritanismo. Adolfo de Burgos

Rukaegos dijo...

Cómo estás, Adolfo. Pues eso, que quienes así se definen normalmente no saben nada de lo que supuestamente defienden y sus comportamientos son, simplemente, intolerancia integrista en estado puro. Pero lo peor, algunos de los que inspiraron el artículo, que no pasan de ser simples trolls (o trolls simples), especializados en enfangar ya que no saben defender sus ¿ideas? de otra manera.

Un placer tenerte por aquí :)

Alfonso Saborido dijo...

Amigo, yo no logro entender, y lo escribía hace poco, que el tener unas ideas sobre economía, tenga que ver luego con ideas sobre la sexualidad de la gente, no me lo explico.
Y es verdad, hay un grupo ahí que persigue a todos los que nos salimos del tiesto.
Hoy la lucha va contra el ataque por parte del mismo Papa que han recibido los transexuales, qué lástima... no paran, no dejan títere con cabeza, insisten, parece que quieren agotarnos... pero no podrán.

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