En fin, Javi, que acabo de darme cuenta de que precisamente hoy se cumplen ya cinco años, y de que algunos costurones con tu nombre continúan abiertos. Nunca leíste este poema y no creo que vayas a hacerlo, pero has estado detrás de sus palabras, así que supongo que colgarlo en mi blog es una manera de hacerte saber que es tuyo.
Serán la lavadora, el detergente,
las flores de lavanda de la crema
suavizante, el agua giratoria,
los rayos invernales del sol tímido
que enfría en el tendal el Viento Norte,
los que al final se lleven de mis sábanas
el peso de tu cuerpo dibujado
con semen y sudor, saliva y sombras,
sobre el usado lecho y certifiquen
la incierta falsedad de una reliquia
de ausencia bendecida por mis lágrimas.
La soledad es esto:
la cama que aún recuerda
tu olor llena de enero.
las flores de lavanda de la crema
suavizante, el agua giratoria,
los rayos invernales del sol tímido
que enfría en el tendal el Viento Norte,
los que al final se lleven de mis sábanas
el peso de tu cuerpo dibujado
con semen y sudor, saliva y sombras,
sobre el usado lecho y certifiquen
la incierta falsedad de una reliquia
de ausencia bendecida por mis lágrimas.
La soledad es esto:
la cama que aún recuerda
tu olor llena de enero.
6 comentarios:
Puff me ha encantado, doloroso pero genial
saludos
Gracias, Trotona. Y un placer tenerte por el Santander posible.
¿Por qué tanta intensidad solo tuvo que producir soledad?
Un abrazo
Bueno ... por aquella época hubo algo de annus horribilis ... algo que parecía ir muy bien y que se truncó con un accidente y su muerte y dos decepciones duras...
Y a partir de ahí, pues cinco años en los que no pasó nadie cerca. Un poco patético todo, jeje. Ahora han cambiado algo las cosas pero creo que demasiadas dificultades en medio. Supongo que una especie de última oportunidad.
Qué difícil encauzarlo todo, querido, intentar que cada pieza encuentre su lugar en el rompecabezas y nada lo trastorne. Siempre son muchas las manos que juegan cuando parece que únicamente juegan dos. Al final sólo el viento norte permanece.
Un abrazo amigo y un beso.
Jeje, no sé dónde leí o escribí sobre los dioses que juegan al destino de los hombres con las cartas marcadas. Los asuntos del cuore tienen mucho de eso, demasiadas circunstancias, demasiada gente, demasiados problemas entre medias.
¿Mi propia incapacidad para remar en la dirección correcta? Puede que también. Ahora por lo menos y después de mucho tiempo tengo claro hacia dónde estoy remando.
Besos, reina mora.
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