jueves, enero 17, 2008

MUCHOS HIJOS DE PUTA, MUCHA TRISTEZA ... Y UNA MUJER QUE DA UN POQUITO DE ESPERANZA




La lectura diaria de la prensa nos aporta una saturación de noticias que nos gustaría comentar y compartir con todos los que leeis este Santander posible y desde el silencio o desde los comentarios le aportáis algo de vida y movimiento.

La foto, que muestra la ejecución de dos jóvenes iraníes condenados a ser ahorcados por prácticas homosexuales tras recibir cada uno 175 latigazos, en julio de 2005, viene al caso porque en estos días vuelven las denuncias contra un régimen político integrista cuya sola existencia atenta contra la dignidad humana. Y de nuevo, aunque nunca se ha interrumpido, la violencia del integrismo islámico (no muy diferente en esto de los integristas de otras religiones) está ejecutando jóvenes e incluso muchachos a causa de su homosexualidad. Y es que no en vano esa especia de rata apestosa que es el presidente de irán (las minúsculas van adrede), ese engendro afirmó en una conferencia que en su país no hay gays, aunque en realidad debería haber dicho "en mi país cada vez hay menos gays porque nos estamos encargando de exterminarlos".

Claro, que las agresiones contra la dignidad de las personas y sus derechos en irán no afecta sólo a los homosexuales, aunque en su caso la brutalidad alcanza niveles de escalofrío (en algunas zonas la condena es a ser despeñados por un barranco y si sobreviven se les ahorca después, siempre después de los latigazos de rigor). Y también las mujeres son permanentemente agredidas. Y quienes intentan ejercitar sus derechos fundamentales saben bien que probarán la indecencia de los tiranos integristas.

Estas fechas son también las que ven cómo muchos bosques de Extremadura, Andalucía y las Castillas se pueblan de cadáveres de galgos. Termina la caza y los perros a partir de dos años se vuelven inservibles para tipos que tal vez viven cerca de nosotros y hasta nos parecen normales, pero que no tienen empalago alguno en abandonar al animal que les sirvió en el monte para que muera de hambre. Los más "humanos" se permiten gastar un tiro y rematar al perro; los peores, lo abandonan atado del cuello hasta que la carne del animal se abre y muere asfixiado o degollado tras una agonía cruel y lenta. Ellos se llaman a sí mismos personas, seres humanos dignos, pero no creo que sean más que escoria. (Iba a colgar la foto de uno de esos pobres animales, pero no tengo muy claro cómo va esto para poner una foto a medio texto así que os habéis librado de un segundo impacto visual).
Pero también los medios nos hablan algunas veces de personas que merecen la pena. Por ejemplo, la gira de Miriam Makeba para despedirse de los escenarios de todo el mundo ahora que los años empiezan a pesar demasiado en esta vieja militante de los derechos humanos, los derechos de la mujer en África y sobre todo la lucha contra el Apartheid que la mantuvo exiliada de su país, Sudáfrica, durante 30 largos años. Ha pasado por Barcelona para decir también adiós a la España que tanto bailó su Pata Pata, para contarnos que ahora se dedicará a promocionar la educación de las niñas en su paísk, y que ha merecido la pena luchar y seguir luchando.

http://www.youtube.com/watch?v=L6w1u8o9ZBc&feature=related

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuánto horror, querido, cuánto indecente ususrpando el calificativo de "humano"...

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