TRISTE TIERRA SIN ÁNGEL
No entiende la inmortalidad de jerarquías. Nunca he conseguido entender por qué con nuestro habitual afán de homo clasificator nos empecinamos en poner orden numérico al talento, a la magia. Confieso, pues, mi incapacidad absoluta para determinar quién es el número uno de la poesía, porque no sabría renunciar a Machado, Juan Ramón, Aleixandre, Cernuda, Hierro, Gil de Biedma ... y aunque siempre nos olvidemos de los clásicos, qué hacer entonces con Berceo, Garcilaso, Teresa de Ávila, Juan de Yepes, Lope o Quevedo.
Sabemos de todas maneras que siempre el mejor es el muerto más reciente. Parecemos obligados a celebrar con hipérbole los méritos del finado. De tal manera que en estos días, sin duda el mejor es Ángel González. O al menos así me he cansado de leer por medios y blogs.
Más tibio yo, me limito a reconocer a Ángel González como un poeta grande e imprescindible. Imprescindible hoy, porque su mirada sobre la devastación causada en nuestro patrio solar por la Guerra Incivil y la Dictadura de ese general bajito y sanguinario del que hoy algunos reivindican las seguridades sociales y los pantanos, como si no importara que firmara esos decretos con las mismas manos mucho más sucias de sangre pero con mucho menos remordimiento que las de los Macbeth. Y en pleno debate sobre la memoria histórica, regresamos a González como una brújula libérrima que nos recuerda lo que hubo: una tierra rota, mucha miseria moral, dolor hasta la fractura.
Imprescindible siempre, porque habla del amor con la voz encendida, y es capaz de hacerlo carne y cuerpo. Y todos al rozar la piel amada algas quisiéramos ser, algas enredadas ... y así nos basta. Y que nos supo a golpe cuando de otros amores no se hablaba y escribió, para que yo, adolescente, lo leyera "dos soldados se amaban tiernamente".
Imprescindible Ángel que se toma el sentido del humor tan en serio que consigue una sonrisa detrás de la denuncia. Que nos transmite vida. Que nos puebla las horas de esperanza.
Imprescindible González, que fue y ya no es más hombre sencillo y bebedor de vida, que es y no dejará de ser poeta grande, porque no dejaremos de leer en voz alta y emocionada sus poemas y de recordar las pocas palabras que cruzaron hace tantos años en la Fundación Botín este Rukaegos, joven poeta de 40, retrasado mental sencillamente, y el Maestro.
Os dejo con él, para que lo leais despacio y en voz alta, a la manera de los panaderos cuando prueban el pan, es decir, con la boca. Dos poemas suyos. Uno para vosotros, otro por si al Santander posible se acercara un día el no menos de actualidad Rouco Varela.
INMORTALIDAD DE LA NADA
Todo lo consumado en el amor
no será nunca gesta de gusanos.
Los despojos del mar roen apenas los ojos que jamás
-porque te vieron-,
jamás
se comerá la tierra al fin del todo.
Yo he devorado tú
me has devorado
en un único incendio.
Abandona cuidados:
lo que ha ardido
ya nada tiene que temer del tiempo.
INVITACIÓN DE CRISTO
Dijo:
Comed, éste es mi cuerpo.
Bebed, ésta es mi sangre.
Y se llenó su entorno por millares
de hienas,
de vampiros.
Nota 1. (Para Ana): Sé que en los dos textos hay sangrías, no me riñas. El formato de blogspot no me deja marcarlas.
Nota 2. Por extraña casualidad del azar, el iTunes de mi ordenador en búsqueda aleatoria acaba de saltar, mientras escribo este pequeño homenaje, "Angels", de Elliot Smith (BSO Good Will Hunting). Os la recomiendo como fondo de lectura suavecito y mirando a las nubes.
4 comentarios:
Para ligar (tomando un poco el hilo del anterior post), nada como que te suelten esto:
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreir,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-,
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando –luego- callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.
Así que sigo esperando :-)
Un beso grande.
Y por cierto, ese Elliot Smith, qué maravilla.
Pobre Elliot ¿que no se parecía al de muchachada nui? Lo bonito de esa canción (sí bueno, entre todas esas cosas) es que su título es en castellano, Angeles. Lo bonito de los poemas es que tiene su propia música.
Curioso: conocí a ambos, elliot y ángel precisamente por su muerte. Todo tiene su precio
Yo tambien me uno a tu spot y te dejo uno por aquí:
Cuando tengas dinero regálame un anillo,cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,cuando no sepas qué hacer vente conmigo
-pero luego no digas que no sabes lo que haces.
Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.
Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte ésta es la puerta:se llama Ángel y conduce al llanto.
MARA TORRES blog
Saludos
Nota:yo también tengo uno en mi blog.Si quieres leerlo ;)
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