LOS HOMBRES DEL TRIÁNGULO ROSA
Hoy es 27 de enero. Hace 62 años exactos de la liberación del Campo de Exterminio de Auschwitz-Birkenau por parte de un ejército soviético que venía sembrando de cadáveres, mujeres violadas y horror los ya arrasados campos de la Europa central. Un 27 de enero que desde entonces suele ser destinado a recordar el horror. Por quienes lo protagonizaron de manera más o menos directa y por quienes miraron hacia otro lado, abriendo tantas preguntas sin respuesta.
Hoy es 27 de enero. Tal vez la foto (no sé exactamente dónde fue tomada) no sea Auschwitz. Podría ser uno de los ocho campos de exterminio o uno de los numerosos campos de concentración/trabajo forzado a los que los nazis enviaban a todos aquellos que consideraban "asociales", "peligrosos", o que simplemente se oponían a ese régimen de terror, crueldad y absurdo que fue el nacionalsocialismo. Podría ser Dora, Dachau, Bergen-Belsen, Matthäusen, Flossenburg, Buchenwald, Riga, Belzec, Treblinka ... o cualquier otro nombre de la geografía de la vergüenza. Uno de esos recintos donde se vejó, torturó y asesinó a comunistas, activistas de la izquierda católica, socialistas, sindicalistas, prisioneros de guerra, testigos de Jehová, republicanos españoles y delincuentes comunes, además de la masacre a gran escala de gitanos y judíos.
Uno de esos recintos a los que podías llegar con un triángulo rosa cosido en la chaqueta. Un triángulo que decía este hombre, este muchacho es homosexual. Un triángulo que multiplicaba de inmediato las posibilidades de ser víctima de las mayores atrocidades y te convertía en candidato casi seguro a la muerte. Los estudios realizados dan cifras confusas. Pero entre 200 y 600 000 homosexuales europeos pudieron ser deportados a los campos. Y la cifra de muertos oscilaría entre 60 y 200 mil.
No se sabe la cifra con precisión, siquiera con aproximación. Porque la homosexualidad suponía la mayor de las vergüenzas. Tanto que los propios prisioneros por otras causas, anarquistas, comunistas, judíos, gitanos, colaboraban al sufrimiento de los pervertidos y los ofrecían como "voluntarios" del barracón para los trabajos más penosos, aquellos en los que era más fácil todavía la muerte. No se sabe porque muchos archivos de la Gestapo fueron destruidos, de tal manera que quedó en suspenso saber quién había sido deportado por su militancia política y quién por su orientación sexual. No se sabe porque muchos de los homosexuales supervivientes nunca regresaron a sus ciudades, donde sólo se hubiera alargado su calvario. No se sabe porque todavía muchos países europeos, demócratas y libres, se niegan a reconocer como víctimas de la barbarie nazi a los hombres del triángulo rosa. Y se niegan porque se les consideraba criminales comunes, y Francia, Austria o Alemania hace sólo apenas 30 años eliminaron de sus leyes penales la homosexualidad. Sólo 10, 5 años si nos referimos a Polonia, Rumanía, Letonia o Eslovaquia. Se niegan porque más incluso que con los judíos, fueron las propias policías locales las que abastecieron de degenerados los campos. No se sabe porque todavía hoy, en Francia, el Día del Memorial, cuando se hacen ofrendas florales en tantas ciudades a las víctimas de la Deportación es posible escuchar como los viejos supervivientes comunistas o judíos abuchean a los que tratan de depositar un ramo de flores en recuerdo de los homosexuales muertos. Porque hace sólo cinco años el Alcalde de Reims les arrebató el ramo de flores, lo arrojó al suelo, lo pisoteó y los expulsó de la ceremonia llamándolos sucios pervertidos.
No se sabe porque una nube de silencio continuó oprimiendo la memoria de los muertos y el dolor de los vivos. Y fueron necesarios muchos, muchísimos años, para que algunos supervivientes se liberaran del miedo, hablaran, publicaran libros como "Los hombres del triángulo rosa" en Austria o "Pierre Seel, Deportado Homosexual" en Francia.
Cuenta el alsaciano Pierre Seel, que a pesar de las torturas no había querido delatar a sus conocidos y mucho menos a su novio, cómo tras meses internado en el campo juntaron a todos los triángulos rosas para que presenciaran como desnudaban a un muchacho de 18 años, ponían un cubo sobre su cabeza, y azuzaban contra él varios perros hasta que entre terribles gritos de dolor el muchacho murió con gran parte de su cuerpo devorada o arrancada por los perros entre las risas de los SS. Pierre Seel había reconocido en ese muchacho a Jo, su amante.
Todavía el silencio y todavía la discriminación. Pero el documental "Paragraph 175", películas como la francesa "Un amour a taire" o la británica "Bent", libros como los mencionados y la lucha de los colectivos LGTB europeos acabarán rompiendo el silencio. Para recordar los asesinatos, las torturas, las vejaciones, los experimentos a través de la castración o la lobotomía, la esclavitud de tantos hombres homosexuales ante el silencio de la derecha y la izquierda, de los verdugos y de las víctimas, de los liberales y los comunistas, de los católicos y de los protestantes, de los nazis y de los aliados. Porque todos estaban de acuerdo en una sola cosa: Los homosexuales eran mierda.
18 comentarios:
Genial tu post, mal cuerpo se me ha puesto eso si, pero absolutamente genial.
Supongo que somos la ultima mierda, y seguira asi mucho tiempo tristemente. Los discriminados de los discriminados somos tambien.
Nunca sabremos el por que.
Solo nos queda luchar cada dia. No es lo que queremos pero es lo que debemos hacer.
Por nosotros, por los que ya no estan y por los que vendran
Una vez mas, magnfico post.
Saludos
Acabo de ver que te has adelantado en mi blog jeje. Saludos :)
Lloro en el silencio de mi casa y ante la pantalla blanca donde te leo, Regino, con el corazón encogido y el estómago revuelto. Pero agradezco infinitamente tu escrito. Te envío un beso muy fuerte.
Fernando ZP
como siempre un comentario apasionado y cargado de ímpetu de justicia,sigue asi mi genial escritor
Enhorabuena por el post, tremendo. Estos días pensaba en el holocausto y como el pueblo judío está tratando ahora a Gaza... sin embargo, los homosexuales, a pesar de haber sido maltratados como bien cuentas, nunca se vengaron ni maltrataron a nadie como grupo, incluso hoy, con tantas organizaciones gays que pudiendo hacerlo, atacar salvajemente a los que les atacan, no lo hacen. Es para pensarlo.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Terrible, Fernando. Sí. Y os juro que ha sido duro también escribirlo. Recordaba una escena de la película "Un amour a taire" en la que (a partir del testimonio de un superviviente) se veía cómo azotaban hasta dejar casi sin espalda a un muchacho por haberse caído durante la reeducación, de nuevo el cubo en la cabeza y, en este caso, le rociaban con gasolina y le prendían fuego.
Tremenda también la complicidad. El libro "Los hombres del triángulo rosa" se publicó 30 años después de ser escrito, porque nadie en Austria quería que aparecieran los homosexuales como víctimas de los nazis. En Francia, la homosexualidad no era delito, pero la policía fichaba a los homosexuales y fueron esos ficheros los que sin ningún rubor facilitaron a los verdugos nazis. Pierre Seel estaba fichado ¡por denunciar que le habían robado el reloj en un parque frecuentado por la noche por homosexuales!
Y tienes razón, Alfonso. Hoy que desde tantos poderes se nos acusa de ser un lobby, de ser victimistas, de ser vengativos, de atacar a la Iglesia ... salvo pequeños grupos de acción directa en el entorno anglosajón (que son tan violentos que como mucho sacan del armario a los diputados conservadores que votan contra las leyes igualitarias)siempre hemos intentado razonar, hablar de la igualdad, la dignidad y el respeto. Pero creo que las palabras todavía hacen daño a ciertas conciencias intolerantes.
Las mismas que en España nunca alzaron la voz mientras Franco enviaba a campos de concentración a los homosexuales españoles. Pero de esto, hablaremos otro día.
Leo ... bueno, lo que tú ya sabes ;-)
Uff. Terrible. Ya lo sabemos, pero es duro recordarlo. Gracias por mantener esta memoria viva.
Un beso y un abrazo solidarios.
Gracias a personas como tú,dichos hombres no morirán nunca.Ellos que no pudieron hablar porque silenciaron sus palabras con horror y miedo.Ellos que,aunque pueda parecer lo contrario,fueron unos valientes.Un saludo.Siento mucho que episodios como estos hayan ocurrido.Me aconsejaron venir a leer tu post,no me arrepiento.Es lo mejor que he leído en la blogosfera.
Y algunos quieren negar la memoria histórica. Es por tanto que tienen que ocultar. Tus palabras y recuerdos son punzantes pero necesarias porque, en ocasiones, no somos conscientes de lo que otros pasaron para que los tiempos ahora puedan teñirse de arcoiris. Eso si las mentes de neandertales no lo impiden. Como siempre, único. Un placer leerte.
Agata: me voy a poner rojo del todo. Pero muchas gracias por tu comentario. Como imagino que será cosa de Alfonso (he visto en tu blog que eres de Jerez) voy a tener que pasarme por allá e invitaros a unas cañas. Así purgo un pecado mortal: todavía no conozco nada nadita de Cádiz.
Y eso que gracias a Ana, la guapetona del post anterior al tuyo, algunos poemas míos aparecen en el último número de Revistatlántica.
Las dos tenéis razón: Mientras recordemos lo que ocurrió, no habrán muerto en vano y serán guías para evitar que vuelva a pasar de nuevo.
Ese, ahí has atinado en medio de la nariz. Precisamente son los callan ahora y siempre han callado ante las atrocidades del poder los que se indignan cuando se habla de la memoria histórica. Tal vez por lo mal parados que quedan siempre los suyos.
Besucos.
Uf, menudo texto el tuyo... Sabía parte, pero no todo, así que gracias, porque el conocimiento siempre es bueno, aunque duela.
Sí, salvo contadísimas excepciones, es ejemplar el modo en que los homosexuales están sacando adelante sus reivindicaciones.
Su persecución ha sido particularmente dolorosa. Es igual de absurdo y de terrible perseguir a alguien por su color de piel, que por su condición social, por su religión, que por su apariencia física... Pero perseguir a alguien porque ame y desee es, además, una especie de bofetada a la belleza de las cosas. Todo son casos en que se arrebata la libertad, pero esto de perseguir a alguien por sus afectos es como un aquelarre diabólico en el que trate de destruirse lo mejor de la vida. Inevitable recordar a Cernuda, "...con la libertad del amor,/la única libertad que me exalta,/ la única libertad por que muero...".
Yo no diré que me solidarizo, pues me siento exactamente igual de atacada e implicada que si fuera homosexual. También es mi causa, también yo amo y deseo.
Saludos.
Acertaste.Y lo de Cádiz tendrás que solucionarlo en algún momento...¿no?. Me pasaré más veces,un beso.
Vaya, parece que ni siquiera el dolor une y que no todas las víctimas merecen el mismo respeto. Bueno, no lo tienen para quien no quiere mirar y comprender aunque solo sea eso de "si permitimos esto ahora nuestros hijos serán los siguientes".
Pues sí, bardamu. Parece que algunos son egoístas hasta para monopolizar el sufrimiento. O es que tal vez hubiera algunos valores compartidos entre víctimas y verdugos: estoy seguro de que había, hay, judíos homófobos y gays antisemitas. Pero esa es la tarea más dura, la de cambiar eso.
Elena: Gracias por tu visita. Uff, vaya perfil. Tienes buen gusto en todo eh. Tenemos que hablar un día de música barroca.
Besucos
¡Será un placer!. No te creas que sé mucho, pero la disfruto como nadie.
Besazos [suena un poco bestia, pero me ha parecido el sufijo que sonaría más madrileño ;)]
Entre mis actividades raras está la de crítico de música destroyer, jeje. Y adoro el barroco especialmente. Durante años canté en un coro de cámara especializado en Barroco español y virreinal (yo era el que hacía playback). Pero vamos, q la música es una de esas cosas sin las que no podría vivir.
Y qué sería la música sin Monteverdi o Bach jeje
Una maravilla de post; interesante y bien escrito. Desde luego, da gusto leerte. Y no digo más halagos porque no me consideres adulador.
Muy bueno. Siempre que se habla de los crímenes del nacionalsocialismo se olvida mencionar al colectivo homosexual. La escoria de la escoria, los peores. Hubo un tiempo, antes de que los prejuicios judeocristianos dominasen la tierra en el que no era así. Parece que se ve la luz al final del túnel, y que la meta de la igualdad total está muy cerca. Sigamos luchando.
Un abrazo
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