CULTURA DE PROXIMIDAD EN LA CIUDAD POSIBLE
Entre los mitos fundacionales o la mirada ensimismada que con tanta frecuencia Santander se aplica a sí misma, está la imagen autopercibida de "la Atenas del Norte". Y en cierto modo es verdad que en la ciudad posible ocurrieron en ciertos momentos históricos y todavía ocurren fenómenos vinculados a esa palabra, cultura. Pero no es menos cierto que poca relación mantienen con las dinámicas propias de una ciudad que se permitió derribar o cerrar en los últimos años todos sus teatros y cines.
Pienso ahora en otras ciudades que he conocido, sobre todo aquellas que recorrí tratando de encontrarme con sus espacios concebidos para la cultura. Y pienso qué pasará con los macroeventos culturales en los que tanto Santander como Cantabria invierte la mayor parte de su presupuesto cultural cuando nadie ya sepa qué es una orquesta. Porque ¿cómo van a descubrir nuestros chicos y chicas la música si nunca tienen la oportunidad de dejarse sumergir en la magia de un concierto?
Me gusta la idea de "cultura de proximidad". La idea de que una ciudad debe estar articulada en redes sectorias y de que una de estas redes debe ser una red cultural cercana al ciudadano, accesible, variada y viva. Aplicando criterios europeos, por volumen de población Santander debería contar con aproximadamente ocho / diez centros culturales. Y cuando escribo culturales, no quiero escribir cívicos, porque un centro cultural no es un hotel de asociones, ni un espacio para que las mujeres maduras tiendan sus esteras y ejerciten su pelvis, ni un lugar de encuentro o propaganda de oenegés.
Podríamos plantear una estructura básica de lo que debería ser un centro cultural de proximidad. Un salón de actos de unas 200 butacas móviles, una biblioteca más una sala de lectura (mejor mediateca), dos o tres espacios amplios multifuncionales, una sala de exposiciones ... Sobre todo, me parece importante algo de lo que nunca se habla por estos pagos atenienses: un proyecto que individualice y anime la actividad desarrollada por cada uno. En una ciudad de las dimensiones de la nuestra, no sería difícil especializar o semiespecializar cada uno de los ocho referentes en un campo artístico o creativo (música joven, música, artes plásticas, fotografía, literatura y libro, artes escénicas, artes urbanas, cine) con proyectos abiertos cuyo sentido sería, por un lado, aproximar a los ciudadanos a las manifestaciones culturales, por otro aportar seriedad y criterio (formar) y por otro canalizar, alentar y animar la vocación creativa de las personas. Y todo sin olvidar la cultura como medio de comunicación e integración, con un papel relevante en la convivencia y en el encuentro de la población inmigrante y la autóctona, un medio para volcarse en los niños y jóvenes en situación de riesgo, etcétera.
La realidad es, ay, bien diferente. Pocas infraestructuras culturales, en un estado lamentable y sin propuestas. Pero los ciudadanos están satisfechos con la política cultural del ayuntamiento en un grado muy alto. Tal vez la confunden con esos eventos caros e infinitos, los encuentros de músicos ucranianos o los anquilosados y absurdos fastos veraniegos de Frailonix.
O tal vez la verdad sea que Santander no quiere ser una ciudad viva, en este caso a través de la cultura. Y que el cambio no sea ni deseado ni posible.
Y como me empiezo a poner estupendo ... me quedo con la proximidad de las mujeres y hombres mayores a los que imparto un peculiar curso de Literatura Universal en las Aulas de la Tercera Edad. Gente maravillosa con ganas de saber. Y donde hoy una alumna, tras varias semanas analizando de manera divertida las técnicas narrativas de las vanguardias y las últimas tendencias de la novela, y tras leer a modo de ejemplo el relato Lucas, sus clases de español exclamó en voz alta "Nunca pensé que Cortázar fuera tan divertido". Unas sillas, unas mesas, un grupo de personas con ganas de crecer y de disfrutar, muchas palabras, mucha cercanía espiritual y Julio Cortázar: Cultura de Proximidad.
14 comentarios:
Coincido plenamente con tu propuesta . Uno , como es mayor , echa de menos los cafes-teatro de Santander , el que en multitud de bares y pub sonase musica en directo o que mientras cenabas , un pianista te sirviese de musica de fondo . Ahora se hacen conciertos masivos en la campa de la Magdalena de los triunfitos y demas 40 criminales , pero ni uno solo de los chavales tiene oportunidad de tocar en un local .
Me encantaria que existieran esos centros culturales que propones , donde todos pudiesemos aprender y compartir . Cuenta con mi apoyo para ello .
Yo también estoy contigo, pero para pedir todo esto que hay que hacer para empezar ? porque muchos los hablan pero solo queda en eso. Gente capacitada para dar clase tenemos y de las mejores, en todos los temas que has nombrado. Ya te sacare el tema en vivo y en directo y lo hablaremos aunque es un tema que se habla mucho y lleva mucho tiempo en hablarlo pero luego como te dije ante queda en eso...
Es verdad que en esta santa ciudad tenemos demasiada costumbre de hablar y luego dejar que las cosas se pudran. Hay un problema grave: los espacios. Santander carece de espacios en los que realizar prácticamente cualquier tipo de actividad. Y la falta de medios también es importante.
Hace un par de años estuvo a punto de ponerse en marcha una iniciativa desde abajo para impulsar la música clásica. Estoy pensando en intentar retomarla pero los dos problemas anteriores, local (además con piano para complicarlo) y presupuestos son vitales.
Porque de hecho, una de las grandes preguntas sería ¿está la gente suficientemente motivada como para gastar en cultura no subvencionada? Durante mucho tiempo se nos ha ido explicando desde las instituciones que la cultura es gratis total (cuando quieren) o inaccesible y presuntamente glamourosa (cuando quieren también). ¿Podemos romper esa dinámica?
He visto que has apoyado la propuesta de Esclave para formalizar el idioma cántabro o montañés como Bien de Interés Cultural. Sólo puedo agradecértelo en nombre de Cantabria, y desear que el PSC-PSOE abandone de una vez por todas sus miedos pesudonacionalistas y a partir de ahora defienda el propio cántabru o el Lábaru como bandera en la próxima reforma del Estatuto.
Supongo, Anónimo, que algunos tenemos una mirada muy lingüística sobre la realidad, tenemos el oído abierto y tenemos muy claro que en Cantabria hablamos de muchas formas. Por un lado, el castellano normativo, que acá sería mayoritario y es la lengua de mi familia, y por otro, muchas variaciones significativas que se han venido configurando como las hablas particulares de nuestros valles y con las que he convivido desde niño, en especial por mis andanzas por los pueblucos de Campoo y de Cabuérniga, y con la que hoy sigo en contacto.
Creo que cada vez que olvidamos una palabra, nuestro espíritu pierde la capacidad para dar forma a una idea, a una realidad, y se empobrece. Y por eso, creo que nuestras instituciones culturales deberían otorgar la calificación de Bien de Interés Cultural al montañés/cántabro.
Y creo también que los socialistas cántabros deberíamos recuperar un discurso que fue nuestro en los años en que desde nuestro partido (y otros) se impulsó la autonomía.
¿Cultura de proximidad en una tierra donde la cultura es infinita?
Hasta en la tierra de la estupidez, digo la cultura, infinita debería ser posible una red de acceso a los bienes culturales. Entre otras cosas porque sin esos primeros peldaños ... ¿para qué sirven los nefastos fastos?
Desde luego me tranquiliza y alienta el hecho de que parte del socialismo cántabro apoye a través del manifiesto esta parte de nuestra cultura, tan deliberadamente marginada por muchos. Se trata de un importante patrimonio de todos los cántabros, que no podemos dejar morir sólo porque la repudiable burguesía santanderina y una sección de la élite cántabra, ofuscada por el ambicioso y españolísimo Proyecto Comillas (véase Revilla), se empeñe en hundirlo hasta hacerlo desaparecer.
Creo que este miedo a proteger el montañés se fundamenta en gran medida sobre la idea que une erróneamente al cántabro y a símbolos como el Lábaru, nuestro auténtico estandarte, con el independentismo cántabro. En realidad somos muchas las personas que, sin querer abandonar el marco español, sólo deseamos proteger lo que es nuestro.
Gracias, Regino.
Estoy de acuerdo contigo en que lo que normalmente se conoce como "patrimonio inmaterial" (y las lenguas con sus variantes se encuentran en esta categoría) son una de las señas de lo que fue la forma de vida de nuestros mayores, y que todavía alienta en muchos paisajes y paisanajes.
Creo que el problema es un paletismo que lastra muchos comportamientos y que hace que sobre todo desde Santander siempre se haya mirado con desprecio la cultura tradicional hasta convertirla en una ciudad sin hinterland. Si le sumamos el conservadurismo ambiental, la identificación de la defensa del patrimonio lingüístico con el terrorismo etarra y tantas otras tonterías ... pues eso. Si le añadimos que Revilla es más conservador que mi abuela y tiene una actitud ante estas cuestiones que parece Jaime Ignacio del Burgo, qué te voy a contar.
El Lábaro sería una bandera más bonita y con mucho más sentido, creo. El himno, habría que cambiarlo aunque sólo fuera porque su letra es absurda y su música apestosa. Y bueno, a mí me gustaría que dentro de unos años los chicos y chicas de Cantabria pudieran escuchar esa forma fascinante de hablar que yo he escuchado en Espinilla, Mazcuerras, Cabuérniga o Soba.
Hombre, el Proyecto Comillas, el día que sepamos qué cogno es, pues tampoco tiene por qué estar mal. Total aquí ya teníamos a la UIMP dando clases de español a extranjeros es evidente que necesitábamos más espacios para hacer lo mismo.
De todas maneras, me temo que siempre hemos sido una región asesina con nuestro pasado. Y esa actitud va a ser difícil de cambiar.
Estamos en ello.
Por cierto, anónimo, ¿sería de alguna utilidad copiar el manifiesto de Esclave y colgarlo en el blog? Tal vez eso sirviera desde un sitio modesto como éste para que más gente lo leyera y tal vez para abrir un debate interesante.
¿Qué te parece?
Me parece genial, es bueno que esta propuesta tenga la mayor repercusión posible.
Por curiosidad y si no es indiscrección, ¿es numerosa la "corriente" que apoya este delicado tema dentro del partido?
Pues la verdad, no creo que se haya planteado oficialmente nunca la cuestión. Sé que hay gente en juventudes y en ciertas agrupaciones que está de acuerdo conmigo, pero no hay postura oficial.
Aunque el tema del BIC es algo que quiero plantear en su momento. Estoy documentándome un poco y bueno, a ver si se consigue el apoyo.
Ojalá llegue a todo buen puerto. También sería un alivio para todos los que votamos socialista con la nariz tapada y buscando la utilidad de nuestro sufragio, por no dar el PSC-PSOE tanta importancia a Cantabria como dan a sus respectivas autonomías los compañeros del PSC, PSE-EE o PSdeG.
Pues se agradece el apoyo de Regino Mateo a Esclave. Como han dicho anteriormente, el PSOE en Cantabria ha pasado siempre de puntillas por estos temas... y así ha logrado ser tercera fuerza política en Cantabria.
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