viernes, septiembre 28, 2012

INFILTRADOS Y PROVOCADORES



Fue hace ya muchos años, 1987, Reinosa.

Aunque yo estaba estudiando en Santander, alguna de las visitas al hogar familiar coincidieron necesariamente con los desafueros de un estado de excepción no declarado de cuyos responsables, Barrionuevo, Roldán, Pallarés, no me olvido. La extraña y desagradable sensación de estar siendo permanentemente espiado y controlado por los helicópteros, la impotencia de los controles aleatorios que la guardia civil realizaba por las calles a cualquiera que les cayera en gracia, la sensación de rabia e injusticia por el acoso a un pueblo, a una sociedad, a una ciudadanía que no merecía semejante trato. El miedo también, el miedo de que en cualquier momento el polvorín estallara, como de hecho estalló el Jueves Santo, dejando un muerto, muchos heridos, miles de destrozos y tanta confianza rota.

No me voy a extender en aquellos sucesos. Pero sí en una anécdota, en algo mucho más que una anécdota, que presencié con mis propios ojos una de esas tardes, un domingo, en el que tras la tensión habitual entre manifestantes y el despliegue desproporcionado de guardias civiles equipados como para intervenir en la Guerra del Líbano, pareció que llegaba el punto final. Iba a misa, por aquel entonces todavía era creyente y practicante, y se me ocurrió pasar antes por cerca del cuartel de la GC, por aquello de echar un vistazo. Lo que vi, me da igual que algún lector no se lo quiera creer: un grupo de guardias civiles, en general bastante jóvenes, desde la altura en la que se situaba el cuartel, arrojaban, ante la mirada divertida y complaciente de sus mandos, piedras y objetos metálicos contra los manifestantes que continuaban reunidos y a tiro. No tardó en primer objeto de vuelta, el mismo objeto que se buscaba como disculpa para hacer ejercicio, para salir con las tanquetas y las armas a responder al ataque ciudadano.

A lo largo de estos meses, las redes sociales, las herramientas que nos ofrece la tecnología para certificar hechos como el comentado, el de la provocación a la violencia de quienes tienen como responsabilidad el sostenimiento del orden público y la paz social, no la generación de la algarada, se han venido sucediendo y documentando. La foto muestra el episodio de Barcelona, en el que esos discretos "perroflautas" que apenas disimulan el disfraz fueron grabados azuzando a los manifestantes, iniciando disturbios para luego proceder a cambiar de bando y colaborar en las detenciones. Los videos nos muestran perfiles similares el pasado miércoles en Madrid, y se ha hecho tristemente popular el "Que soy un compañero, coño" de uno de estos agentes que, apaleado por sus colegas, trataba de impedir la tunda. ¿Había sido atacado por los UIP porque estaba arrojando objetos y protagonizando algún episodio violento? Malo ¿Era un atacado al azar, alguien al que le había tocado por puro capricho de un agente recibir candela? Peor.

Por supuesto. Se veían venir incidentes. Y quienes convocaron ese 25S que no me ha convencido demasiado nunca deberían haber contado con mayores medios o iniciativas de control de extremistas y violentos varios. Propios y ajenos, que tanto monta monta tanto.

Pero me enfada, me indigna, me preocupa, me estremece, me horroriza la constatación, una vez más, de que alguien obtiene ventajas del conflicto violento, de que alguien saca rentabilidad del quebrantamiento de la paz social y de la gresca. Y que ese alguien esté en el propio gobierno, en sus delegados, en los mandos policiales o en los agentes que deberían cuidar por el bien común.

Sé lo que ocurrió en Reinosa. Sé lo que he visto, esta vez a través de las redes, en Madrid. Y no me gusta.

3 comentarios:

Fede dijo...

Lo vi por internet en directo, los mismos que atacaban a la policia con capuchas negras, en pocos minutos llevaban arrastrando a gente detenida, cuando vi el video "que soy de los vuestros coño", confirmé lo que no me podía creer del todo.

BRUNO dijo...

Prácticas habituales.
Sin remontarnos muy atrás, puedo afirmar que se hizo,("Primavera de Valencia"),se hace ("25-S"), y debido a que muy pocos y muy poco significativos partidos políticos están interesados en poner ciertas normas a una tropa de choque que tan bien proteje los intereses de sus patrocinadores, se hará.
Yo también recuerdo Reinosa cuando parecía Belfast. Ya no siento aquél odio, solo me queda un sentimiento de verguenza

BRUNO dijo...

Para saber más: http://www.eldiario.es/interferencias/cifuentes_carta4_dimision_6_52204793.html

Saludos.

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