lunes, marzo 22, 2010

CATÓLICAS QUE NO ENTIENDEN


Durante el pasado fin de semana, tuvo lugar en Santander una nueva edición de CANDINAMIA, la feria de asociacionismo juvenil que organiza el Consejo de la Juventud de Cantabria. Y como ya es tradicional allí estuvieron ofreciendo información los voluntarios y voluntarias de ALEGA. Como siempre, transcurrió la feria con normalidad y naturalidad. Aunque si el año pasado hubo malestar con el comportamiento pre-homínido de los chicos de un instituto del centro de la región, esta vez la anécdota la puso el ejercicio de apostolado de dos chicas que llegaron desde la acera de enfrente, digo desde el puesto situado justo enfrente, en el que se publicitaban las actividades de una asociación "sólo para chicas" y vinculada al Opus Dei.

Una conversación plagada de sonrisas (si ellas eran cínicas, nosotros no íbamos a quedarnos atrás) centrada en la escandalizada sorpresa que sufrieron las dos mozas al estudiar las actividades de ALEGA y encontrarse con la presencia de un "Grupo Cristiano". "A ver, que nosotras respetar, lo respetamos todo, pero no podemos entender que haya una persona que sea homosexual y cristiana".

Por razones bien diferentes, a mí también me cuesta entender que a día de hoy, con las permanentes agresiones verbales de la jerarquía y cierta militancia católica (y no sólo católica), con el desprecio nuestro de cada día contra homosexuales y lesbianas, haya homosexuales que consigan mantener su fe firme e insistan en permanecer en una iglesia que abiertamente les excluye. Pero trataré de explicar a las chiquitas un par de reflexiones al hilo de su pregunta.

En primer lugar, que confundan "cristiano" con "católico" me hace dudar de su formación religiosa. Son muchas las ramas, versiones y lecturas del Cristianismo. Y todas ellas, unas más que otras (en este sentido, evangélicos y católicos se llevan la palma), se consideran en posesión de la única verdad. Y no todas las confesiones cristianas se muestran tan cerriles y agresivas contra gays y lesbianas como católicos (y ya que coinciden en lo uno, por qué no recordar que también en lo otro) y evangélicos. Son ya varias las iglesias luteranas que celebran matrimonios entre personas del mismo sexo, y me pareció preciosa la imagen de la catedral luterana de Copenhague adornada con las seis bandas de nuestro particular arco-iris en las celebraciones del Orgullo LGTB 2009. Con menor influencia, también algunas de las iglesias vinculadas a la izquierda de la reforma abren sus puertas sin recelos a gays y lesbianas, así cuáqueros o universalistas. Y el debate entre los anglicanos está vivo y va inclinándose en favor de una iglesia inclusiva y de la igualdad para todas las parejas y todas las familias, un paso ya definitivo en la versión norteamericana (episcopalianos). Voy a recordar aquí que la actriz Anne Hathaway y su familia abandonaron de forma pública la Iglesia Católica e ingresaron en la Episcopaliana cuando un hermano de la actriz reveló que era gay. Y lo explicaron diciendo que no podían pertenecer a una fe que discriminaba, excluía y criminalizaba a uno de su propia sangre.

En fin, que ser cristiano y homosexual es perfectamente posible si miramos a nuestro alrededor con los ojos un poco más abiertos.

En todo caso, quienes han venido participando y animando el Grupo Cristiano de ALEGA son en su inmensa mayoría católicos.

¿Es posible ser católico y homosexual? Lo que yo no entiendo es que se pueda ser católico y excluir, discriminar, apartar, humillar, extender las semillas del odio contra miles de seres humanos sólo por su orientación sexual o su identidad de género. Tiene que ver, claro, con una visión de la sexualidad retrógrada e imposible, con la culpabilización de los cuerpos y del placer, con una apuesta por la represión que por cierto es bien diferente de la que existiera en el orbe cristiano en otros momentos y de las consideraciones de reputados teólogos. Y no sólo de los actuales, condenados o no al silencio, sino también de algunos nombres destacados del santoral.

Se suelen apoyar los que anatemizan las relaciones entre personas del mismo sexo con algunas referencias, de interpretación más que dudosa, de la "ley antigua", de ese Antiguo Testamento que vino a ser rectificado por el mensaje de Jesús de Nazareth, y otras de igual indefinición de un par de cartas paulinas. Pero tendrán difícil encontrar en los Evangelios alguna referencia en clave negativa a la sexualidad, y una sola palabra, de condena o de ánimo, para homosexuales y lesbianas. Pero mucho más allá de la cuadrícula, la hipocresía y los nuevos fariseos, la esencia del mensaje cristiano es, si no lo he entendido demasiado mal, el amor fraterno, la comunión en un mismo cuerpo y con igual dignidad de todas las células, sean como fueren.

Ayer mismo, con la autoindulgencia que suele caracterizar a la jerarquía católica, insitió Benedicto XVI, Martillo de Gays, en que al mirar hacia los errores de la Iglesia en relación a los escándalos de la pedofilia institucionalizada y consentida, seamos indulgentes y recordemos las palabras de Cristo, las de "No juzguéis y no os juzgarán".

Tal vez fuera un buen consejo para sí mismo, y para esas jóvenes seguidoras de sus dogmas que tal vez tendrían que hacer un esfuerzo para entender un poco. Para entender sus propios postulados y hasta para entender y acoger a los que entienden.

Mientras tanto, tal vez fuera una buena idea pasar la información sobre los campamentos para chicas solas al Grupo de Lesbianas y la de sus talleres de cocina y moda al de Gays. Si es que estamos condenados ... a encontrarnos.

24 comentarios:

Luis Tomás García dijo...

Uy, ¿homosexuales y cristianos? Estas chicas deberían salir más por el mundo. De paso, podrían enterarse de todas las combinaciones posibles.
Me parece que el problema no es que no lo entiendan. Claro que lo entienden. Lo que pasa es que no están dispuestas a admitir que existen personas diferentes, culturas diferentes, gustos diferentes, que no tienen que pedir perdon por existir. Y que pueden participar de las creencias que les de la gana. De las suyas también.
Este debate me suena al de los que afirman tajantemente que ser homosexual y de derechas es imposible. ??

Rukaegos dijo...

Gracias por la visita y el comentario, Luis. Claro que se parecen los dos debates. Y hasta se podrían fundir en el de si se puede ser cristiano, homosexual y de derechas, o el de si se puede ser cristiano y de derechas jeje.

Sobre lo de los gays de derechas ya escribí hace tiempo en el blog. No sé si tú y yo nos encontramos en la blogosfera más tarde, así que te dejo enlace por si acaso ;)

http://unsantanderposible.blogspot.com/2008/12/liberogays-y-pingaynos-no-se-preocupen.html#links

Fito dijo...

Lo que a mi me sorprende es que, a estas alturas de la historia, aun existan católicos, cristianos o, en general, crédulos de cualquier doctrina.

Ateneo Popular de Santander dijo...

Un sugerencia para ayudar a entender el mundo:

Esas dudas "existenciales" que tienen, ¿por qué no las consultan al sacerdote grabado en plena "faena" y sin pantalones?

Anónimo dijo...

Nada que añadir a tu artículo.
Tan sólo quiero aconsejar a Fito que vea un poco más allá de su realidad y que, si se anima, al menos, se interrogue. ¿A estas alturas de la historia? ¿Por qué no ser creyente? Yo no creo en una doctrina (puedo compartirla en su totalidad, parcialmente, o no compartirla en absoluto); yo creo en un Dios, y, en mi caso, en un Dios que es Amor, y punto.
Gracias por tu artículo y por seguir llamando la atención de los que tendríamos que hablar más alto desde dentro. Yo lo intento, y así hablo a mis jóvenes.
Un fuerte abrazo.
Héctor.

Leire Díez dijo...

Lo que más me preocupa de todo es que no es que no sepan, es que prefieren no saber, y el desconocimiento es la madre del atrevimiento.
No obstante, y dado el rumbo que la madre religión está tomando, se tendrán que dar cuenta. Yo nunca pensé que el fundador del Opus pudiera ser infiel, pederasta, cornúpeta (por la bestia que llevaba dentro) y misógino, y lo fue, eso sí, yo no lo respeto, yo lo denuncio, en voz alta.
Estas chiquitas deberían aplicarse un poco más el sabio refrán ese que dice que el hombre tiende a ver la paja en ojo ajeno pero no la viga en el propio.
Por encima de ideologías están los derechos. Y por encima de todo, están las personas, aunque eso a muchas facciones de algunas religiones les molesta mucho.

Rukaegos dijo...

Héctor, pensé mucho en que era problable que tú leyeras el artículo al escribirlo. Porque tu iglesia y la de estas chicas me parecen tan distantes como el cero y el infinito. Y la tuya es muy necesaria para transformar la sociedad: el problema es que la de ellas habla más fuerte y cada día da un poco más de miedo.

Un abrazo y muchas gracias por estar ahí

Rukaegos dijo...

No te preocupes Leire, lo más seguro es que con un poco de tiempo, un poco de estudio y un par de hervores, cambien sus puntos de vista. No sé si todas, pero sí la mayoría.

Algunas, eso sí, pasarán al sector fariseo oficial, y predicarán el lado estrecho del embudo para los demás y el ancho para sí mismas, según el modelo de Ratzinger.

Pero crecer y madurar es también aprender a convivir y acumular experiencias, dolores, alegrías y desencantos. ¿Quién sabe qué sorpresas les aguardan?

Alfonso Saborido dijo...

Pues claro que se puede ser cristiano y homosexual, faltaría plus. Y católico y homosexual. Y cura y homosexual, que también haberlos haylos. Y astrónomo y homosexual y cristiano y católico a la vez :-P
Yo estoy dentro de la Iglesia, pero digamos que en la frontera. De todas formas, tampoco me puedo ir, porque no me dejan. Estaría bueno que me echaran a mí, cuando hay montón de gente que se quieren ir y no los dejan.
Yo creo que la gente confunde mucho la jerarquía católica con la Iglesia. La iglesia es el pueblo, o sea todo el mundo que cree, y la jerarquía los que mandan.
Pero hay muchos curas también que aceptan a las personas homosexuales sin problemas. Lo que pasan que hacen menos ruido que los homófobos.
Pero sobre todo yo sigo en la Iglesia, porque creo que tengo que estar ahí. Hay gente que lucha desde fuera y lo hace muy bien. Pero a estos homófobos no hay cosa más grande que le jodas que le tires el Evangelio a la cara sabiendo lo que dices. Porque entonces, son ellos lo que no saben que decir.
Que me condene algún cura con la biblia en la mano, a ver si es capaz. Lo hará fácilmente a alguien que no crea, pero a un creyente, lo tienen muy difícil. Entre otras cosas, porque Jesús nunca condenó la homosexualidad.

BRUNO6 dijo...

Pues,FITO;estoy contigo. Hastiado de preguntas llegué a mi tranquilo y pacífico ateísmo y desde entonces(y ya ha llovido)vivo conmigo mucho mejor. "Anónimo":¿por qué eres creyente?,y aún más importante,¿en qué crées?. "Creér"es abdicar de la"razón"que,mas o menos,es lo que tenemos para vivir por estos mundos. Sin ánimo de molestar ni de polémica.

Rukaegos dijo...

Alfonso, y también se puede ser obispo y homosexual, cardenal homosexual ... Bastante de acuerdo con lo que dices pero con un matiz que cada vez me parece más importante: ¿Dónde están todas las voces dispuestas a apostar por la igualdad dentro de la iglesia cuando se las necesita?¿Por qué es tan raro que se acerquen a una celebración del Orgullo, a un debate, a un colectivo, que hablen del tema en sus parroquias?¿Por qué nunca hablan en sínodos y otros foros eclesiales de debate? La verdad, empecé a cansarme un poco de la voz baja por las esquinas. Es difícil sí, pero algún día tendrán que explicarles a sus jefes que no están de acuerdo con sus barbaridades, digo yo.

Anónimo dijo...

Hola de nuevo:
No sé si es apropiado contestar por esta vía a las cuestiones que me hace Bruno6. Lo dejo a tu criterio, Rukaegos, con toda la libertad.
Estimado Bruno6:
Entiendo que alguien llegue al ateísmo, pero siempre y cuando haya buscado. Indiferentemente del modo en que lo haga, lo importante es haber buscado, pues es algo innato al hombre por el hecho de estar dotado de razón. Por eso, el ateo que ha buscado y ha dejado empeño en buscar merece mi más absoluto respeto y entiendo su conclusión.
De igual modo, espero que quien no cree entienda que siga habiendo creyentes "a estas alturas de la historia", porque la búsqueda no se limita a la razón. Razón y fe no tienen porque discriminarse, sino buscarse. Mi fe pretende ser razonada, pues nada ajeno al hombre hay en la creencia (y la razón es lo más natural en el ser humano). Ésta (la razón) me aclara muchas cosas, pero queda limitada en muchas otras. Ahí es donde doy el salto de la fe, pero no a ciegas, sino de la mano con la razón.
La fe no llega a darme luz plena a todas las cuestiones, pero sí me anima a seguir buscando y esperar.
Crecí en una familia no muy practicante, pero sí propicia para que creyera. Mi fe infantil la puse a prueba y, una vez adulto, la tamicé con la razón. Ahora soy pura búsqueda, y es uno de los motores de mi vida.
No te lo voy a negar: mi fe es la fe en Jesús de Nazaret, con sus palabras y hechos basados en el amor y la justicia. En Él creo fervientemente.
Espero, Bruno6, que haya podido responder a tus preguntas dado lo limitado de dialogar algo así, de este modo.
Y no, no me he sentido molestado, sino interpelado, y me ha gustado sentirlo.
Gracias.
Héctor.

Fito dijo...

¿Por qué no ser creyente? Porque a estas alturas de la historia no necesitamos un dios (nosotros lo creamos, nosotros lo desechamos como el medicamento para esa enfermedad que ya hemos superado), porque hasta ahora ese dios que creamos sólo nos sirvió para canalizar odio y violencia, xenofobia y guerras, porque somos lo bastante valientes como para afrontar la vida sin escondernos tras las faldas de un ser superior, porque sabemos pensar y comprender sin necesidad de libros sagrados, porque podemos ser mejores que ese dios y el mismo concepto de dios nos lo impide y porque, a día de hoy, todo es una patraña sin ningún fundamento de verdad.

Rukaegos dijo...

Héctor, por supuesto que Bruno, tú y quién quiera puede debatir a través del blog, faltaría más :) Sois vosotros los que le dais vidilla.

Fito, yo en este momento milito en la indiferencia, digamos que estoy en una fase en la que me da exactamente igual que exista un dios o no, porque mis decisiones y valoraciones sobre lo bueno o lo malo de mis actos se apoyan en otras fuentes, lecturas, convicciones y valores. Supongo que por haber crecido en una familia parecida en el perfil a la de Héctor y por haber sido creyente y serlo de forma activa mucho tiempo, a veces me queda cierta nostalgia. A pesar de lo cual es probable que por fin y a lo largo de este año apostate de forma oficial: si algún día por las razones que sea esa nostalgia coge fuerza (que no creo) desde luego no tendrá nada que ver con la Iglesia Católica. A lo mejor imito a Anne Hathaway :)

AniZ dijo...

Yo soy atea, pero me considero una persona espiritual. No sé si alguien habrá leido que dios puede ser eso que todos llevamos dentro. Si es así, un concepto no ofensivo para el resto de la humanidad, yo lo aplaudo y lo comparto. Pero no creo en ningún ser omnipotente ...
Dicho esto, no entiendo querer formar parte de algo aunque sea a empujones, que es lo que pretenden muchos. Si es una cuestión de fé, para qué necesita ir a una iglesia, adorar a una cruz o un cristo de oro? Porqué querer formar parte de un colectivo que le desprecia? MI NO ENTENDER. Yo desde luego no quiero estar con nadie que no quiera estar conmigo.
Salu2

Fito dijo...

Rukaegos, yo apostaté hace años (y debo decir que fue un auténtico placer; conservo la carta del obispado reconociéndome la baja) y ahora estoy en una fase de ateísmo activo. No quiero reconvertir a nadie (cada uno es libre de perder media hora a la semana como mejor le plazca) pero es un acto de defensa frente a un integrismo religioso cada vez más galopante y que gana cada vez más poder en la sociedad. Tanto odian a los paises que aplican la sharia y van camino de lo mismo.

Marga de Quevedo dijo...

Total que se está debatiendo sobre religión,y libertad,cada cual con su convencimiento,pero necesario desde la reflexión y el estudio.
Las chicas provocadoras de esta historia,o demoslas por perdidas para madurar,porque de padres gatos,hijos michines o esperemos que la vida les dé ocasión para tomar otros caminos, y sobre todo piensen a las personas hay que valorarlas por sus capacidades y no por sus creencias.

Y ya que estamos hagamos ruido para que no se deje de castigar a todo el clero enfangado en pederastias y otros horrores.Eso si que tendría que hacer reflexionar a la tanto fariseo.

Anónimo dijo...

(Viene del anterior comentario)
Claro que sé pensar y comprender sin tener que recurrir a "libros sagrados". Lo tengo muy claro y no necesito de ellos para vivir. Pero si quiero llevar adelante la opción que, libremente, he tomado, sé que puedo encontrar en ellos la respuesta a mis dudas sobre lo que puedo hacer, cómo puedo comportarme, y qué puedo decir. En esos libros he encontrado afirmaciones como "Tratad a los demás como queréis ser tratados; en esta frase está resumida la Biblia entera". Es una frase de Jesús de Nazaret, reflejada en el evangelio de Mateo. Si quisiera pasar de largo esta frase, podría estar como una piedra en el mundo: no haría daño a nadie, y no haría el mal; pero me anima, esa frase, a salir de mí: no sólo estar sin hacer daño, sino haciendo el bien, "obligándome" a moverme, "obligándome" a obrar y obrar el bien. Y, como ésta, cientos de citas más de esos "libros sagrados", en los que, si yo quiero, encuentro muchas motivaciones.
No creo que dios nos obligue a sentirnos peores que él. En tu libertad reside el sentirte mejor o no. De todos modos, si eres ateo no habría de influirte para nada tal pensamiento.
Y sí, es cierto: todo es "una patraña sin fundamento de verdad". Si la fundamentación del sentido religioso la pretendemos encontrar en un logaritmo neperiano o en la esencia protoplasmática del ser, entonces sí: esto es una patraña. Pero no está, para mí, el fundamento en tales esquemas. El fundamento está (insisto que para mí) en la experiencia vital. Y estoy casi seguro de que tu fundamento está en el mismo lugar: en tu experiencia de vida. Pero ambas son distintas. Aún con todo, ¿qué no es una patraña hoy en día? Algo quedará fidedigno, no quiero ser negativo.
Entiendo, estimado Fito, que hayas llegado a la increencia; entiendo que tu idea de dios sea la de aquel ser que hace inferior al hombre; entiendo que rechaces la idea de un dios que ha justificado guerras y xenofobia; pero deduzco que la idea de dios que ha podido producir esa reacción en ti es una idea equivocada de dios que,seguramente, con gran culpa, se ha predicado desde púlpitos no muy lejanos a nosotros y desde ejemplos de "hombres de dios" que nada tenían que ver con el dios del que hablaban.
Espero que no creas que me siento en posesión de la verdad; nada más lejos de la realidad. Sólo puedo hablar de aquello que he experimentado y, pobremente, he reflexionado.
Me ha gustado comenzar este diálogo donde exponer posturas distintas.
Gracias por tu notable aportación.
Héctor.

Anónimo dijo...

Estimado Fito:
Me hablas de una clara opción personal, como de igual modo lo hice yo, y afirmas que "a estas alturas de la historia no necesitamos un dios". Y estoy de acuerdo en ello si quien no lo necesita ha rechazado la opción de llegar a un dios. Pero no es el caso de todos los hombres del mundo(no voy a meterme en cifras, que no tienen, ahora, nada que ver). Existe, y es innegable, una tendencia a lo transcendente, al menos, insisto, en gran parte de la población mundial. Esa tendencia suele verse mostrada en lo que podemos llamar fenómeno religioso (mucho más amplio que lo que suponen el cristianismo, el islamismo, judaísmo, hinduismo y budismo, aunque ésta no sea propiamente una religión, por citar las mayoritarias). Por eso afirmo que el fenómeno religioso está presente en el ser humano desde los albores de la humanidad; es algo connatural, al igual que la razón, al hombre. Desde ahí, el hombre, en el uso pleno de su libertad y su razón, puede llegar a dar el paso de la fe. Nadie puede obligar a otro a creer; puede llegar a obligar a la asistencia a ritos o a hacer aparentar cierta religiosidad, pero la fe no se tiene por propia designación. Se podrá hacer o no el paripé, pero no será verdadera fe.
Es cierto que se ha utilizado a dios para "canalizar odio y violencia, xenofobia y guerras", vil utilización de dios. Pero si utilizamos esa justificación no estamos siendo justos del todo, pues obviamos la parte positiva: la motivación que dios puede traer (y de hecho ha motivado a lo largo de la historia) para buscar la paz y la justicia, el encuentro con el otro, igual en dignidad a mí, o el acercamiento al pobre y desvalido. Y todo ello por no esconderme "tras las faldas de un ser superior", pues, si detrás de tales faldas me hallare, no habría salido al encuentro del otro ni me llevaría tantos palos por estar en el mundo y querer anunciar aquello en lo que creo: el amor incondicional a todos los hombres y la justa lucha, sin violencia, por la igualdad y la promoción de los pobres. No son las faldas de dios las que me llevan a salir de mí; es el propio dios (al menos, el que yo encuentro en el Evangelio) quien me empuja fuera de sus faldas y me "obliga" a salir al mundo y querer transformarlo.
(Continúa abajo)

Vito dijo...

Hola, soy Vito.

Desligándome del debate sobre creer o no, y en qué, sólo puedo decir que qué pena! Qué pena montar una mesa con información para jóvenes y que venga alguien a dictaminar sobre mi conciencia, sobre mis creencias, y sobre la de jóvenes que las puedas creer.

Ojalá rectifiquen pronto esas mujeres, y sino, que por lo menos dejen a esos pobres chavales que lo único que buscan es vivir su sexualidad con naturalidad, como les da la gana, al igual que su espiritualidad.

Un beso, Vito

Alfonso Saborido dijo...

Sí, Rukaegos, tienes razón, es el coraje que me da. Hay gente progresista en la Iglesia, de hecho, el grupo cristiano de Jerelesgay, que yo estoy dentro, fuimos a una parroquia con una comunidad de base a dar una charla, y fenomenal. Y el obispo lo sabía. Y la gente nos acogió estupendamente, y bueno, que ahí se queda. No más. No son capaces de dar el paso a la calle. A escribir en un periódico, a 'significarse'. Hay mucha cobardía dentro de la Iglesia, y eso nos perjudica, y hace que mucha gente se vaya.
Yo no participo mucho , de hecho no estoy en ninguna comunidad ni nada. Voy de vez en cuando. Creo en lo que creo y punto. Eso sí, me interesa la vida de la Iglesia, en nuestros asuntos, porque nos joden, y como sé bastante de lo que hablo, sé que fastidio mucho más con mis comentarios, que los que hacen 'los laicos'.
Pero me da igual. Me ven como un rojo abortista... luego cuando voy al Partido , allí algunos me ven como si fuera del OPus jjaja, lo cierto, es que me dan tortas por todos sitios... pero mira, creo en lo que creo. A otros no se las dan porque no hacen nada.
En fin. Qué te voy a contar. Y perdona que no participe tanto en el blog, pero es que ando de oposiciones y tengo menos tiempo, que andalucismo Esperanza Aguirre :-P

BRUNO6 dijo...

Gracias,FITO,por ahorrarme frases. No,"anónimo",no.Creo que"Fe"y"Razón"son la pura antítesis. Es más,cuanto más avanza la ciencia(tangible),menos espacio le queda a dios(teórico). La"trascendencia"de la que hablas no es mas,en mi opinión,que la incapacidad de admitir que cuando la vida acaba se acaba la vida.Mucha gente se niega a admitirlo y buscan una teórica inmortalidad espiritual,trasmigraciones, setentaitantas vírgenes o eternos cazaderos. No. Nada de eso es razonable. Si creyendo en un teórico activista palestino eres feliz no seré yo quien se atreva a desdecirte;lo único que no tolero es que"creyentes"en lo que sea mediaticen mi forma de vivir. Saludos.

Jesús Cabezón dijo...

Leo con interés tu entrada y los comentarios que suscita.
Como escéptico que soy me llama la atención esa preocupación por hacer compatibles determinadas cuestiones. Entiendo que se pueda ser homoxesual y católico, ¿por qué no? Lo que no se puede ser es una cosa y la contraria. No se puede predicar la caridad y despreciar ser compasivo.
En todo caso, la actitud de la jerarquía católica ante los delitos escándalosos de algunos de sus sacerdotes de parece bastante patética.
¿Cómo se puede aceptar como buena la doctrina que difunde un tal Cañizares de profesión Obispo de mucho rango?

Anónimo dijo...

Estimado Bruno6:
Nunca aprecié, en mi vida, la antítesis que existe entre Fe y Razón. Nunca la aprecié porque nunca, en mi vida, repito, estuvieron enfrentadas. Sí que han estado y siguen estando, en muchas ocasiones, polemizando y luchando, pero, por suerte, siempre han llegado a sentirse colaboradoras en su labor de marcarme la guía en mi vida.
La Razón es fundamental para mí. Ella me lleva a descubrir, entender, asimilar y transmitir todo aquello que me rodea. Después de todo eso, me lleva a volver a preguntarme. Cuando la Razón no llega más allá, la Fe alarga su brazo y, en un nivel totalmente distinto al racional, me acerca a aquello que busco y anhelo y soy incapaz de razonar. Existen infinidad de momentos, sensaciones, experiencias, que sólo la Fe puede llegar a "aclarar". Pero siempre en un código distinto al racional.
No creo que los creyentes sean incapaces de admitir que "cuando la vida se acaba, se acaba la vida". Espero que no lo sean, porque yo soy el primero que afirma el fin de la vida (el que tenga Fe no implica que deje de tener Razón), pero la dimensión religiosa hace esperar no un invento psicológico o un recurso de defensa ante la muerte, sino, como dije en el anterior comentario, la respuesta al anhelo de transcendencia y la razón del por qué estamos aquí. Ni siquiera la Ciencia, a la que llamas (a mi juicio, equivocadamente) "tangible", tiene explicación de la causa de todo. Es ella, la Ciencia, la primera que afirma que trabaja con "hipótesis" en cuanto al origen y la causa: la Física podrá llegar hasta el segundo cero de su teoría del Big Bang, pero nunca más allá; la Medicina llegará a afirmar cuál es el momento del fin de una vida, pero nunca podrá ir más allá. Y tan difícil ha de ser afirmar la existencia de ese más allá como el negarla. Pero en la duda y en la búsqueda está el mérito (un mérito distinto al que solemos estar acostumbrados) y el motor de una vida.
Y no, estimado Bruno6, no creo en un teórico activista palestino. Básicamente porque, si lo quieres ver como una simple persona, como un mero personaje, habrás de estar conmigo en que no se quedó en meras teorías. Siempre odié a los colmados de palabras y hermosas frases que nunca acompañaban de actos. En quien creo, Jesús de Nazaret, no se quedó en la mera teoría: acompañó sus palabras con hechos. He ahí la grandeza de mi Fe, pues no sería nada si no probase, por los hechos, esa Fe, por cierto, y retomando lo que apuntó Rukaegos, muy distante de la que pudieran tener muchos miembros de la Jerarquía eclesiástica. Si me dedicase a creer en un teórico estaría perdido; como creo que lo estaría si mi creencia se encerrase en axones y dendritas, en citosinas, guaninas, timinas y uracilos, vamos... ;)
Muchas gracias por tu aportación.
Héctor.

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