martes, marzo 19, 2013

PALABRA DE GITANO


"Pareces un gitano" , "Si no te portas bien, vendrá la gitana a llevarte" , "Este niño es más malo que un gitano" .

Crecí en un mundo en el que las estructuras y dinámicas sociales generaban exclusión y recelo. En el que hasta el lenguaje había perdido la inocencia (¿alguna vez la tuvo?) y había decidido que determinados giros, determinadas expresiones que se nos venían o que habíamos aprendido entre los nuestros de manera automática, alimentaran ese recelo cada día. Probablemente no había nada más detrás, nuestro idioma era (es) más racista que nosotros, y sólo integrábamos lugares comunes que no aprenderíamos a desmontar, que no necesitaríamos desmontar, hasta mucho más tarde. "Más vago que un gitano" , "más ladrón que un gitano" . "los racistas son ellos, que no se integran" , "son tramposos" , "son sucios" , "son mendigos" , "son machistas" . Ah, es verdad ... "al menos cantan y bailan bien" . No nos valían, no, los gitanos para la sociedad, pero sí para el escenario y para las tablas, para divertirnos y puerta.

No sólo la comunidad gitana era y es víctima de esta trampa de un lenguaje que reproduce las necesidades de quienes lo hablan y de quienes lo fueron dando forma. "Pareces mariquita" , "los hombres no lloran" , "que te den por el culo" , "maricón" . Pronto aprendí que esas trampas perversas también me excluían a mí, también me daban forma e identidad a través de la injuria. Aprendí que no valía para ellos, para los respetables , y que después de condenarme a los márgenes, debía soportar además que me recriminaran esos márgenes que los respetables habían construido para encerrarme. Qué decir de todo el entramado de palabras (y de hechos, claro) edificado siglo a siglo para apartar a las mujeres de la dignidad, de la decisión, del poder, de la autonomía.

En fin, que no fue hasta mucho más tarde cuando por razones diversas, laborales, culturales, políticas, tuve la oportunidad de conocer, sólo de rozar en realidad, a miembros de la comunidad gitana, a gitanos y gitanas, y a empezar a comprender. Es probable que mi primer encuentro más allá del prejuicio secular fuera una revista literaria que editaban unos amigos en Madrid, Archione, con un número dedicado a la poesía europea en romanó, traducida por Nicolás Jiménez (hablé con él un par de veces a partir de esa lectura). Más adelante un par de críos que se preparaban para la Primera Comunión en una parroquia de barrio con la que colaboraba en los lejanos años de católico más o menos comprometido. Pero fueron mis encuentros con la gente de Romanes, la entidad cántabra que aglutina a las asociaciones gitanas de la región, los que me dieron no ya una mirada que ya había pasado por el Porrajmos, el holocausto gitano, al hilo de mi interés en esa época. Y descubrí toda una realidad. La de gitanos y gitanas de todas las edades y de sensibilidades muy diferentes que se empeñaban, como cada ciudadano, en el afán de cada día, que luchaban contra los prejuicios para abrir nuevas puertas, que vivían perfectamente integrados en una sociedad que tiene como una de sus mayores luces la diversidad, pero que por fortuna se negaban a ser asimilados (es bien diferente) por la cultura dominante y trataban de navegar entre la tradición identitaria, de la que querían corregir y superar tantas cosas, sin paternalismos externos, sin lecciones de nadie, sin renunciar a su historia, y la furia de un futuro que llegaba y que se abría paso en la educación, sobre todo la educación, en el trabajo, en la convivencia. Conocí en ese tiempo, insisto en que de manera superficial, a mujeres gitanas que estudiaban en la universidad, a gitanos que trabajaban como albañiles o en la venta ambulante, a gitanas que me comentaban por mi militancia en ALEGA que habría que buscar la forma en que algunas familias aceptaran a un chico gay o una chica lesbiana, a hombres que consideraban a Zapatero el diablo por el matrimonio entre personas del mismo sexo y a hombres que celebraban ese mismo paso, gitanos jóvenes con un talento especial para la fotografía y gitanas pintoras. Me encontré con Carolina, Agustín, Aurora.

Descubrí en fin lo que ya sabía. Que aquí en Santander y en otros lugares de Cantabria había comunidades gitanas vivas y significativas. Y que en ellas se entregaban a la vida hombres y mujeres con ganas de romper los moldes, de derribar los muros, de ejercer su dignidad y sus derechos cívicos, sus opciones profesionales y educativas, de conquistar sus sueños, sin renunciar a quiénes eran, a las raíces y los valores que les habían traído hasta aquí a lo largo de quinientos difíciles años sobre esta península. Hombres y mujeres que habían tomado una decisión: la de protagonizar su lucha, sus luchas, la grande y las cotidianas, sin tutores ni iluminados que les marcaran el paso, escogiendo, decidiendo, caminando, hablando. Ocupando su lugar en todos y cada uno de los espacios sociales. Como cualquier otro ciudadano. Nunca más, pero desde luego nunca menos.

Ahora en estos días hay polémica sobre un programa de televisión, en Cuatro, bastante lamentable. Palabra de Gitano, se llama. Un programa que ignora todo ese camino, toda esa vitalidad, toda esa diversidad, que pasa de largo ante las luchas y los esfuerzos y se queda en la superficie, en el tópico, en el folklore, en el prejuicio. Que perpetúa esquemas perversos de los que nada puede surgir salvo exclusión. Esos en los que nunca podrá haber encuentro o diálogo entre gitanos y no gitanos, porque nos pretenderá superiores y les representará marginales. Un programa que ha atizado las brasas del racismo incendiando las redes sociales y desbordando foros y twitters con basura racista.

No es ese el camino, no es esa la responsabilidad ni el rigor informativo que deberíamos exigir a los medios. Ese es el daño y esa es la ceguera.

Así que desde aquí quiero sumarme a tantas asociaciones gitanas que exigen la retirada del programa, aún más, la corrección del agravio con un programa que de verdad muestre la riqueza, la variedad y las claves positivas de la comunidad gitana sin cebarse en estereotipos contra los que gitanas y gitanos llevan tanto tiempo luchando. Tanto tiempo mereciendo, ya de una vez por todas, que rompamos nosotros nuestros muros, porque ellos tienen los deberes bien hechos. Y como muestra, Juana Martín, joven, brillante, mujer, gitana, diseñadora de moda que triunfa en las pasarelas con un lenguaje exquisito y elegante. Sólo uno de los miles de caminos por los que la comunidad gitana está rompiendo por fin los moldes y ocupando el espacio que le corresponde.

NOTA: Olvidé esta mañana incorporar el comunicado de las asociaciones gitanas, os enlazo aquí y corrijo el error:

http://rikardohj.wordpress.com/2013/02/18/comunicado-ante-la-emision-palabra-de-gitano-cuatro-tv/



6 comentarios:

Maria1462 dijo...

En esto voy a discrepar contigo por dos motivos que me hace conocer muy bien este tema. Por una parte tengo lazos familiares con ellos (sobrinos políticos edades 27, 24 y 16 años), mientras mis hijos estudiaban para poder acceder a una cultura y prepararse un futuro. Ellos no acababan un curso con el beneplácito y a veces incluso obligados por sus progenitores. Siempre acostumbro a regalar a los niños libros desde muy pequeños, con ellos desistí,no los abrían.Ahora que mis hijos están ya encaminando su futuro,según ellos es suerte. Tampoco les gusta trabajar antes de 15.00 horas. (la feria tiene horario tarde-noche)y se trabaja de marzo a octubre.En mi trabajo trato con ellos y exigen las horas de cita para el médico, nunca a primera hora, son maleducados y a veces agresivos, el personal sanitario a veces les atiende por miedo. Ojalá esos pocos que no tengo dudas que están luchando por eliminar esos estereotipos, consigan integrarse en la sociedad. En cuanto al programa de Cuatro no lo sigo y no puedo opinar.

Rukaegos dijo...

Qué tal, María. Estamos ante una cuestión delicada, pero seguro que sí nos vamos a poner de acuerdo a partir de otras consideraciones. Por un lado, la exclusión secular del pueblo gitano ha generado modos de vida y comportamientos propios de esa exclusión. De hecho, para qué iban a estudiar si el estudio no les abría puerta alguna ... planteamiento idéntico al de tantos jóvenes no gitanos que abandonaron sus estudios tempranamente en los años de la fiebre del ladrillo.
Y es cierto, sé que a veces hay problemas en la sanidad imagino que en buena medida parte de ese desencuentro histórico.
Pero la cuestión es ¿cómo aprendemos a convivir, renovando prejuicios, tópicos e imágenes negativas de la comunidad gitana, como hace Palabra de Gitano, o tratamos de alentar, acompañar y celebrar a quienes rompen las barreras?
La Fundación Botín publicó hace algunos años un informe sobre la población gitana de Cantabria en el que nos llevaríamos muchas sorpresas. Más si viviéramos en las zonas de España en las que la comunidad gitana es más fuerte, está más asentada y mucho más integrada. Tanto, que hay profesionales de todos los ámbitos de etnia gitana.
También me parece importante, y sé que no es tu caso, la confusión que tanta gente tiene entre integración y asimilación. No es necesario, ni siquiera bueno, que extravíen en el camino quiénes son para poder entrar en la ciudadanía plena. Y en realidad lo que muchos plantean no es integración sino decodificación de sus señas de identidad: asimilación.
Por último, yo también pertenezco a una de esas comunidades excluidas. Cada día escucho horrores de lo que significa ser homosexual, de las vidas frívolas, promiscuas, el buen gusto y la delicadeza, las marcas, los cuartos oscuros ... Unas cosas sí, otras vaya, yo pocas o ninguna. Y sigo defendiendo el Orgullo y muchas otras manifestaciones y presencias: no quiero ser asimilado, no quiero renunciar a la libertad que nos dieron los márgenes, aunque sea una libertad que no utilizo porque llegué tarde a casi todas las citas con la vida. Pero sí sé que nadie extiende el conflicto con un vecino heterosexual o no-gitano a la universalidad de los "normales". Yo pido lo mismo. Hay maricas buenos, malos, feos, guapos, cachas, fofos, ... Quiero mi derecho a ser yo.
De la misma manera, quienes trabajan por el crecimiento y por la dignidad gitana lo hacen desde una lucha colectiva y muchas particulares, lo hacen desde la defensa de su identidad social y su dignidad personal. Quizás deberíamos aprender a darle a cada uno las oportunidades y los valores que merezca y olvidar las generalizaciones.
Al final hablas de "esos pocos" con un ojalá. Ojalá el camino esté lleno de bien y de futuro. Pero ... no son pocos, de hecho me atrevería a decir que son la mayoría o camino de la mayoría. Pero siempre son otras cosas las que hacen ruido :-)

Sastipen thaj Mestepen ;-)

O lo que es lo mismo, Salud y Libertad

Olga dijo...

Asidua clienta de la "boutique calé de los mercados de mi entorno, agradezco desde lo más profundo del alma a un gitano quien supo con gran tino y exquisito tacto ayudarme al percibir que estaba pasando, para mí,uno de los peores momentos que me ha tocado vivir.
Frente a su puesto de venta mantenía una conversación con una conocida sobre el interés de lograr buena ropa a buenos precios y comentaba que mi madre compraba prendas incluso para mi padre porque, pese a ser ellos sastres, le compensaba y por aquello de "En casa del herrero..." opinaba que él, es decir mi padre. iba -y aquí mi torpeza- hecho un gitano.
Palabras heredadas pero, desde luego, nunca asumidas, al menos en mi corazón. Sólo repetidas como un cliché, sin pensarlas realmente y que seguro sólo me dolieron a mí y tanto, fue tan grande la angustia, la desolación, el no saber cómo podía compensar, deshacer el entuerto... pero él, el gitano sabio, comprensivo, me explicó: No tiene que preocuparse, entre nosotros también le decimos a alguien, cuando no hace las cosas bien "pareces un payo" Supongo que me volvió el color y, desde, luego el aliento. Logró que mi corazón recobrara su tamaño.
Tengo una cuantas vivencias hermosas en este trato con familias gitanas de los mercados mantenido durante largos años pero para muestra...
Olga_Comillas

BRUNO dijo...

Yo también discrepo, y muy a pesar mío.
Sería largo explicar que me crié entre ellos y que hacían imperar algo así como la "Ley del Temor" -por no decir algo más- en la Calle Alta cuando era niño.
Quisiera poder decir que todo está "olvidado", pero no puedo.
Durante un tiempo dí las "prácticas" a inmigtrantes y gitanos para el curso de "Auxiliar de Transporte Sanitario" programado por Una conocida ONG y "Cantabria Acoge", y no pude ni moral ni practicamente aprobar a ninguno de esa etnia, teniendo incluso que aguantar -dejémoslo en- "cosillas".
Mi máxilmo apoyo moral a l@s que quieren romper con todo ello, pero me temo que l@s hace falta mucha ayuda, sobre todo de comprensión de sus propi@s.

Rukaegos dijo...

Qué tal, Olga. Supongo que tu experiencia y la mía se acercan un poco, más ancladas a quienes luchan por el espacio común en diálogo que por quienes eligen mantenerse en los márgenes o no encuentran cómo dejarlos.

Y en ese sentido, qué tal Bruno, creo que desde aquellos tiempos son muchas las cosas que han cambiado, la mayoría para bien. Yo creo que tampoco deberíamos olvidarnos de algunos apuntes sociológicos sobre la realidad concreta de Santander/Cantabria, donde la minoría gitana es significativa pero no tan relevante ni abundante como en otras regiones. Este punto importa, creo, porque habla también de un plus de exclusión, al que deberíamos añadir que no todos los gitanos de Cantabria llegaron en el mismo momento ni se mueven con los mismos condicionantes: recuerda que allá por los 60/70 llegaron muchas familias gitanas de origen portugués, mucho más distantes al menos entonces del día a día que las que ya llevaban aquí tiempo, y que en tiempos más recientes han llegado también gitanos de origen rumano que, de nuevo, reproducen más los esquemas de la marginalidad que los de la integración.
No olvidemos tampoco que los cambios sociales también implicaron en muchos casos el golpe a algunas ocupaciones tradicionales de la comunidad gitana.
En fin, creo que las asociaciones que se han sentido molestas con el programa, y a las que entiendo muy bien, no discuten que haya rasgos polémicos en la identidad gitana, en cierta identidad gitana, sino que muchos otros matices y realidades no hayan sido del interés de la cadena televisiva y del programa, ofreciendo un producto sesgado e interesado.
¿Hay gitanos violentos, marginales, machistas, homófobos ...? Sin duda. Y también, por cierto, hay no gitanos de iguales rasgos. ¿Hay gitanos y gitanas que luchan contra la exclusión, que trabajan cada día por un diálogo con otras realidades sociales, que tratan de sostener sus mejores valores y superar los lados oscuros, que luchan por la educación, la promoción de la mujer, el trabajo? Sin duda, y cada vez más. Y creo que esa es la realidad gitana a la que debemos prestar más atención, porque es la que abre las puertas, sirve de ejemplo y ofrece alternativas. Justo la realidad ausente en Palabra de Gitano.

Y es que no es fácil salirse del estereotipo, ni romper las barreras de la exclusión social. No va a pasar de hoy a mañana, pero está pasando, y lleva tiempo asentando cimientos y avances :)

Anónimo dijo...

Bien, señora María. Entiendo que usted habla con mucha seguridad, ya que tiene muchas razones políticas para compartir su parecer. Pero le pido por un momento que reflexione una cuestión: De ser cierto lo que usted dice, que no lo pongo en duda, quiere usted decir que, con observar esas pautas de comportamiento por parte de una familia gitana, ya tiene usted más que motivos para dar por sentado, que el resto de gitanos (unos 800.000 mas), son todos iguales? Si sus hijos de usted son aquellos niños que se les regala un libro y lo abren para leer, la suerte que tienen sus hijos, no es de que reciban ese libro, sino de que tengan unos padres que se vuelquen, que se esfuercen en educar a sus hijos de una forma más normal. Déjeme que le recuerde algo... tras iniciar la posguerra civil, muchas personas no tenían ni para comer. Otros, muy pocos, podían incluso recibir algún tipo de enseñanza, pero otros, la gran mayoría, ni siquiera pudieron conseguir aprender a leer (y no hablo de gitanos). De estos que no consiguieron aprender a leer, aún quedan muchos con vida en la actualidad y, continúan sin saber leer, porque piensan que ya son mayores para aprender. Estas personas no lograron tener una educación por culpa de la pobreza, quizá incluso, por causa de la exclusión social. Con los gitanos ha pasado desde hace siglos y continúa hoy día ocurriendo. A los gitanos, desde hace cinco siglos, no se les ha aceptado nunca. Se les negó los derechos mínimos por ser gitanos; fueron perseguidos, castigafos, apaleados, encarcelados y ejecutados, por ser gitanos. Hoy día, el gitano sufre rechazo social por el mismo motivo... por ser gitano. Una persona gitana (porque, aunque no lo crea, también son personas), hoy día recibe tal rechazo social, que lo único que se consigue con ese rechazo, es que el gitano se desvincule por completo de la sociedad. Luego para qué preocuparse de que sus hijos vallan al colegio, para que sean más rechazados por sus compañeros? Los niños gitanos también sufren.
El problema está en que se generaliza ya por costumbre. Si unos niños gitanos no les interesa un libro, es porque quizá a sus padres nadie les dio la oportunidad de aprender a leer, o simplemente, a nadie le preocupó. Además hay que agregar el agravante de la pobreza, que está haciendo estragos ya no sólo en el pueblo gitano, sino también en la sociedad paya. Sabía usted que hay cinco millones de parados en España, y que de estos cinco millones, muchos están siendo marginados o excluidos por la sociedad, por el mero hecho de ser pobres? Y no son gitanos, sino payos. Usted cree que en realidad es un problema directo y exclusivo de los gitanos que no se integren en la sociedad, o es por causa ajena a ellos? Creo que todos, aquellos que creen ser una raza superior, deberían reflexionar mucho, sobre qué solución buscar, para que todos tengamos una vida digna con igualdad de trato y de oportunidades, ya que sólo así, después de cinco siglos de injusticias, los gitanos vuelvan a tener de nuevo, fe en los payos. Esa fe y confianza, que ustedes han eliminado, gracias a las reiteradas injusticias sobre, repito, unas personas como las demás. Un saludo.

Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.