Poco tiempo ha necesitado Stéphane Hessel para hacerse consciente y en propia carne de por qué es tan atinado el viejo adagio del Spain is different. Y lo que es peor, del estado de crispación, manipulación y falta de respeto multidireccional en el que estamos inmersos.
Hessel fue pronto considerado una especie de héroe tras la publicación en nuestro país de su Indignaos. Un manifiesto pequeño en páginas pero amplio en soledad y desconcierto, escrito por un luchador, por uno de esos personajes imprescindibles que han construido su vida desde la disidencia, desde la lucha, desde el riesgo y desde el compromiso con una causa esencial, la de los derechos humanos. Fue visto desde el principio con sospecha desde la derecha más rancia y los voceros del Tintorro Party, porque hablar de justicia, de libertad y de movilización social supone un discurso que siempre chirría a quienes estarían más felices en una sociedad sometida al pensamiento único. Y cuando comenzaron las movilizaciones del 15-M bajo el lema de la indignación, de esas mismas baterías brotaron algunos ataques furibundos, empeñados en su delirio paranoide en avistar en las aguas revueltas una nueva conspiración socialista para impedir el acceso al poder al único partido al que Dios ha legitimado para su ejercicio. Y eso aunque era evidente, y así fue, que era el PSOE el partido más perjudicado por las movilizaciones quincemayeras.
Más tibios fueron con Hessel otros analistas que, en efecto, veían en la indignación un fruto del desencanto contra la política y los políticos que llevaban tiempo sembrando, sabedores de que ese desencanto nunca golpea en las aguas diestras. Y fueron entusiastas con el diplomático francés, en muchos casos sin haberse leído del manifiesto nada más que el título y las valoraciones mediáticas del mismo, los protagonistas de un movimiento 15-M profundamente complejo, aglutinador de sensibilidades e intenciones diversas y en muchos casos contradictorias, algunas de las cuales casaban más con los postulados y valores que Hessel ha venido defendiendo. Pero que en todo caso se encontraron en una especie de romance con el veterano activista que no podía sino contemplar con serena simpatía la reacción de los jóvenes españoles y junto a ellos de tantos otros ciudadanos.
Un vistazo a las redes de este fin de semana nos hace comprobar sin perplejidad alguna (como que no estamos ya acostumbrados en la sacrosanta piel de toro a estas fiestas de escarnio) cómo de pronto se nos presenta a Hessel como una especie de tontiloco, de viejo chiflado, de ignorante que no sabe nada de España porque no ha sufrido a su gobierno, de terrorista, de presuntuoso, de grave afectado de demencia senil, de proselitista panfletario, de tipo que ejerce vanamente de intelectual y no sé cuántas cosas más (todo lo enunciado puede irse rastreando en blogs y medios cercanos tanto al 15-M como sobre todo al Tintorro Party).
¿Su pecado? Gravísimo: haber hecho públicas sus convicciones políticas, su voto por el Partido Socialista Francés, y su simpatía y admiración por José Luis Rodríguez Zapatero y su sensación de que tal vez Rubalcaba pueda ser igualmente "un gran hombre". Haber realizado, en suma, un ejercicio de libertad, una plasmación de su derecho a la libertad de conciencia y a la libertad de expresión. Porque quienes aquí claman por la libertad de los liberalismos ultras o por las democracias reales parecen limitar esa libertad a sus propios y únicos puntos de vista.
No tiene mucho sentido hoy, en la ceremonia de descuartizamiento del caído y en el regodeo de los hijos de Caín preparando las quijadas para asestar los golpes, recordar que muchas de las políticas amanecidas en la voluntad del Gobierno de España presidido por Zapatero se consideran modélicas y han abierto focos de atención internacional, en especial todo lo relacionado con los derechos cívicos, la igualdad, y el diálogo internacional entre culturas, pero también su ejercicio de responsabilidad (de dolorosa responsabilidad y formas más que discutibles) en las políticas económicas. Aquí hay demasiada ira y demasiado ruido como para siquiera intentarlo.
Pero puede que fuera conveniente para quienes hoy arrementen contra Hessel sólo porque ha sido fiel a sus propios valores y su propia trayectoria en vez de venderse a los unos o jugar para los otros, escuchar las razones del francés y de otros observadores externos. Pero claro, si la realidad es incompatible con sus prejuicios, peor para la realidad ¿no?
10 comentarios:
Totalmente de acuerdo querido amigo. Lo que ahora se lea de Hessel dirá más de quien emite el comentario, que de Hessel.
Por otro lado, pretender que "son todos iguales" es ignorar a toda una base militante, simpatizante y una base social que no se gana ni se pierde en unas elecciones. El PSOE es más que una cúpula partidaria y de gobierno, más que sus acierto y errores. Los socialistas siguen ahí, y no se merecen ser vistos como el enemigo.Pero bueno, allá ellos, los que quieren hacer la revolución sin contar con nadie más que con ellos mismos.
Un abrazo
Un pequeño recordatorio
http://youtu.be/epwynYzSeVQ
Stéphane Hessel es ante todo uno de los redactores de la DDHH de 1948, y embajador de Francia en la ONU.
Apoyó las listas de Europe Ecologie partido mundialista que consiguio un buen número de votantes en el Parlamento Europeo.
Con este historial y su lucidez (parecida a la de Sampedro)está capacitado para analizar la realidad y como puede suceder con otras opiniones se puede compartir o no.
Lo preocupante, según mi particular visión, es la libertad de opinión sin documentación, con escasa profundización, leyendo solo titulares, sin preocupación histórica que permita sopesar posibilidades reales.
Todos somos libres pero no tantos responsables de nuestras opiniones.
Un saludo
Quizas el problema que plantea "La caseta" sea el que mas afecta al propio autor.
He leido los dos opusculos (si estuvieramos en tiempos de Zola los llamariamos "panfletos", pero este termino parece haber adquirido unas conotaciones demasiado negativas).
El problema no es que sea un prodigio de vaguedad, que lo es; de lugares comunes, que los tiene; de petulancia decimononica, que es su esencia; de insufrible y vocativa retorica, en su mismo titulo... El problema es que le falta documentacion y preocupacion historica.
Tan necesitados estamos de "dioses" que elevamos al parnaso al primero que habla en forma de "bienaventuranzas"?
En cuanto a la referencia a Europe Ecologie, no he podido si no sonreir al leerlo. Por favor, un poco de documentacion: Europe Ecologie no es mas que un cementerio de dinosaurios encabezados por Cohn-Bendit a la cabeza (l de la quema de sujetadores en el 68 Frances)
Como el propio Cohn-Bendit llego a reconocer respecto de sus fruslerias revolucionarias, tenian poca ideologia, y pocos conocimientos... simplemente les gustaba el alboroto (citado por Tony Judt, nada sospechoso, en una entrevista que le hizo hace unos annos)
Me temo que al autor de marras le pasa lo mismo. Lamento que haya personas que se vayan al argumento hosco y facil, agresivo e injustificable, de la descalificacion personal. Pero, y en el mismo sentido, no hay curriculum, por rutilante que este sea, que prevenga a su titular el decir estupideces.
Cuantos dioses, para tan poca humanidad, cuanto ruido, y que pocas nueces.
Nacho
A mi me parece una persona con un historial envidiable, y muy probablemente envidiado por quienes saben que no le llegarán a las suelas.
¿Sus dos panfletos?. Pues si;"decimonónicos,retoricamente insufribles,con vaguedades..." etc., pero al día de hoy IMPRESCINDIBLES para los que pensamos que esta democracia es perfecta y necesariamente mejorable y nos negamos a que "el sistema" ordene y mande sin lA MENOR OPOSICIÓN de políticos entreguistas y entregados,y no hemos encontrado a nadie mejor que cante las verdades del barquero tan directa y sencillamente ni en español ni en otro idioma asequible.
Por supuesto el sr.Hessel se ha ganado a pulso como muy pocos su derecho a la libertad de opinión y de expresión,así que si el sr.Zapatero le parece bién pues al menos por mi parte respeto absoluto, aunque personalmente opine lo contrario.
Tengo la sensación que vivimos en un lugar donde los perros de presa son los que intentan hacernos ver que lo que está bien es lo que ellos digan y lo que está mal es que los demás no piensen como ellos.
Pero, ya te lo he dicho en muchas ocasiones, yo no entiendo de política. Y menos, entiendo que puedan existir varios tipos de política.
No sé. Creo que lo mío es seguir sobreviviendo.
Tengo que escribir más en esta dirección para que Nacho se haga presente, que siempre hecho de menos sus comentarios y a veces pienso que dejó de pasar por el blog (menos mal que la geolocalización sigue viajando hasta los Países Bajos).
Como Claudia, opino que se dio demasiada trascendencia y se leyó probablemente sólo el título a "Indignaos". Probablemente tienen mucha más complejidad los escritos de Judt, el español "Reacciona" (que aporta documentados análisis sectoriales) o, en otro estilo diferente y ya hace unos cuántos años los dos preciosos opúsculos de Sábato, "Antes del Fin" y "La resistencia". Y hasta si me apuráis, de un viejo ya ensayo de Ramón Cotarelo titulado "Del estado del bienestar al estado del malestar".
Pero puede que el gran mérito del de Hessel haya sido llegar en un momento en el que alguien tenía que dar un puñetazo en la mesa ante una sociedad dormida con una juventud ausente y sin embargo con problemas reales o latentes de gran envergadura.
En el artículo trato de defender el derecho de una personalidad como la de Stéphane Hessel, con la cabeza lúcida y muchos años de experiencia y compromiso en la defensa de los derechos humanos. Es posible que sea desde esa óptica desde la que Hessel prime algunas decisiones y transformaciones animadas desde el gobierno de Zapatero. Y puede que sin estar imbuído de la crispación a la española, sea capaz también de comprobar que la crisis golpea en muchos países, cada uno según sus particulares estructuras, y que las medidas van en una misma dirección.
No creo que sea obligatorio ni mucho menos admirar a Zapatero. Estoy seguro de que hay motivos para la decepción desde aquel "no nos falles" (como hay también motivos para quitarse el sombrero y reconocer el trabajo bien hecho). A lo que creo que no hay derecho es a arremeter porque sí y alegando determinados adejtivos a la opinión de una persona que, como mínimo, se ha ganado la respetabilidad a pulso. Una respetabilidad por la que jamás han hecho nada algunos de los que hoy tratan de machacarle sólo porque con razón o sin ella, con análisis o sin él, de manera más lúcida o más estúpida, se ha limitado a hacer pública su opinión.
Gracias por vuestras aportaciones :)
Estoy de acuerdo contigo.
No se puede machacar y "devorar" a alguien sin tomarse la molestia de detenerse,coger aire,pensar,recapacitar,valorar,decidir y ver que no siempre llevamos la razón.Que la gente tiene una trayectoria y,lo más importante,unos sentimientos.
No creo que este señor, ni ningún otro, merezca la prontitud destructiva que nos invade últimamente.He dicho.
Ägata, con lo de pensar y recapacitar, valorar y decidir, creo que pones el dedo en la llaga. Vivimos con tanta prisa que al final entre redes y urgencias nos quedamos con las consignas y nos olvidamos de la necesidad de profundizar un poco más. El diálogo debería ser asignatura obligatoria, jaja, pero con los recortes me temo que si no vamos a ser capaces ya de lo más estrictamente académico, qué podemos esperar de lo social.
Un cariñoso saludo :)
A mi el texto de Hessel me defraudó bastante. Su referencia al conflicto palestino-israelí me pareció absolutamente primario. Pero todo ello no impide admirar su trayectoria personal, su compromiso y su honestidad intelectual.
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