Es posible que las Islas Baleares queden un poco distantes de Cantabria, pero no voy a dejar pasar la oportunidad de felicitar al Presidente de Baleares, el socialista Francesc Antich por una decisión que no por necesaria es menos arriesgada, y que es la salida del Gobierno balear de uno de los ejes sobre los que giraba la coalición que había permitido el acceso de una mayoría progresista al poder. La salida de Unión Mallorquina.
Si es cierto que en todo el país nos desayunamos casi cada día con alguna noticia desagradable vinculada a la mala gestión de la res pública, vinculada con quienes se aprovechan de su posición privilegiada al servicio de la ciudadanía para obtener beneficios, prebendas y provechos varios en beneficio de su círculo de allegados, de la financiación oscura de sus partidos y, claro, de sus propias arcas privadas. Los escándalos relacionados con el PP de Baleares, con su ex presidente Matas y su escandaloso y hortera enriquecimiento, los escándalos relacionados con UM en su etapa de coalición con el PP y, en los últimos destapados, también en el nuevo momento político, parecen dar pie a la sensación de que en ambos casos más que una organización política estábamos en manos de una red mafiosa y tramposa que venía actuando con el seguro de la tradicional impunidad. Y desde la adquisición de cocaína y servicios de chaperos pagados con fondos públicos a la adquisición de palacetes, el oficio de trincar se había instalado de la mano, cómo no, de las obras faraónicas, la especulación urbanística y las ventas de favores.
Ante la dimensión de la indecencia, Francesc Antich ha decidido, y ha decidido bien, no mirar hacia otro lado. Y de la misma manera que el PSIB ya había tomado medidas contra algunos garbanzos negros crecidos en sus filas, cortar toda relación con Unión Mallorquina y provocar su salida del gobierno, tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Palma (bien también por Aïna Calvo) y en el Consejo Insular de Mallorca (y otro obligado bravo por Francina Armengol). Una alcaldesa y dos presidentes que quedan en minoría, con el apoyo de su propio grupo socialista junto con el resto de fuerzas de progreso que articularon la mayoría de gobierno en las últimas elecciones, pero que continuarán fieles a su compromiso de regenerar la escena política balear. Aunque hoy esa misión se haya complicado.
Tenemos los ciudadanos bastante mala memoria. Y no es descartable que a pesar del espectáculo lamentable que han ofrecido los conservadores del PP y los regionalistas de UM, y de las nefastas consecuencias que su indignidad ha traído para la vida social (que quede claro que cada euro que un chorizo se lleva al bolsillo es un euro menos en inversiones públicas, que nos lo están robando a todos, que provocan desafueros del mercado y etc. etc. etc.) y para la imagen y credibilidad de las instituciones, obtengan en las urnas un amplio respaldo de quienes preferirán ser cómplices.
Pero que hoy la imagen de la decencia y de la responsabilidad en Baleares lleva los nombres de Antich, Armengol y Calvo, así como las de su partido y las de los partidos que han apostado por mirar a sus votantes a la cara mejor que a la cartera.
Si en muchos lugares, muchos dirigentes tuvieran la claridad y el compromiso de Francesc Antich, puede que los políticos en España dejaran de ser el problema y comenzaran a formar parte de la solución.
Contra la corrupción, tolerancia cero.
4 comentarios:
gracias por acordarte de nosotros, me quedo con tu última frase:
"Si en muchos lugares, muchos dirigentes tuvieran la claridad y el compromiso de Francesc Antich, puede que los políticos en España dejaran de ser el problema y comenzaran a formar parte de la solución"
salud
mateos
Las Baleares están un poco lejanas,pero la corrupción está demasiado próxima siempre. Éste gobierno es demasiado derechoide(en mi opinión);pero la alternativa,el Partido Putrefacto,es sinceramente... Estoy más que harto de la Ley Electoral,del"Bipartidismo"y de que lo mas semejante(ja!)a una alternativa sea...ROSA DÍEZ.
Mateos, creo que la corrupción es un problema muy general, y por lo mismo, que se actúe con claridad para cortarla es una responsabilidad común.
Bruno, como siempre una cosa son los procesamientos y las pruebas y otro los rumores que se quedan en eso. En todo caso, comparto tu preocupación por la cercanía de la corrupción (esté donde esté), la cercanía de hábitos que la ciudadanía lleva tiempo dando como "normales".
Sobre la ley electoral, comparto que necesita una reforma a la voz de ya, y que hay tres o cuatro alternativas posibles (alguna de ellas sería más cercana a los ciudadanos pero reforzaría el bipartidismo). Sobre gobierno, una de cal y una de arena: la legislatura anterior fue una clara apuesta de izquierda, la actual seguramente está siendo devorada por el problema de la crisis.
Gestos como los del Presidente de Baleares se agradecen, siquiera sea como símbolo de plantar cara a la corrupción rampante.
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