martes, octubre 06, 2009

ORGULLO EFEBÓFILO


El pavo de la foto se llama Silvano Tomasi, es arzobispo y representante permanente de la Santa Madre ante la Sede de Naciones Unidas en Ginebra. Salió a la palestra (a la mediática, aunque seguramente con sus conocimientos de griego estaría pensando más en el gimnasio de un cole mientras los chicos de secundaria se entrenaban) estos días con unas declaraciones infames, que sirven una vez más para ilustrar la hipocresía moral de estos señores de negro que se consideran en línea directa con Dios y por lo mismo legitimados para meterse en las morales y vidas ajenas. La cara no se le ha caído de vergüenza, síntoma evidente de que no padece de esa afección sonrojante.

Tomasi ha declarado por un lado que lo de abusos a menores en la Iglesia Católica no es para tanto, que sólo entre el 1'5 y el 5% de los sacerdotes católicos estaría implicado (¿sólo?) y que en otras religiones los clérigos metemanos superan ese porcentaje. Pensaba yo que era la homosexualidad la principal fuente de ecumenismo universal, ya que en lo de calificar de abominación contra natura a las relaciones libres, adultas y consentidas entre dos hombres o dos mujeres es en lo único que parecían estar de acuerdo todos (casi todo). Pero no, viene Silvano y nos ilustra diciendo que pones un chaval rubitísimo y monísimo a lo Tadzio en bañador cerca, y lo mismo daría que fuera fraile, rabino, imam o pastor, que todos se acercarían en alegre rebaño al muchacho por partes, por tocarle las partes, quería decir.

Vamos, que no sabe el archibishop por qué se escandaliza la gente tanto, si es normal, que lo hacen todos. Aunque sean las diócesis católicas norteameriyanquis las que están quebrando a base de pagar indemnizaciones a las víctimas de abusos.

Sigue su reverencia explicando que además ese entre-uno-y-medio-y-cinco-por-ciento está formado por homosexuales. Aprovechando así para arrimar el ascua a su perversa sardina homófoba y al discurso oficial de la Santa Madre, que sigue visualizando el mundo en términos de buenos (ellos), malos (los demás) y criaturas satánicas (nosotros, pobres mariquitas descarriadas y sodomitas). De las muchas niñas abusadas no dice nada, claro. Porque le estropearía la preciosa y sofisticada conclusión deductiva.

Que no es otra que la que sigue: ellos no son pedófilos. Y es que se pedófilo es algo muy feo y tiene que ser muy sucio, porque suena como a pedo fabadítico, y ellos son pulcros, sofisticados y relamidos. No. Ellos son "efebófilos", algo que nadie sabe lo que es porque no viene en el diccionario (pero eso no importa; los homosexuales no pueden acceder al matrimonio porque matrimonio pone en el diccionario de la RAE que es entre hombre y mujer. Pero como ellos dominan las artes clásicas pueden inventar palabras tan bonitas como esta con raíces clásicas que nos impactan por su dominio del griego, ejem). Pero Silvano Tomasi, amable él, viene y nos lo explica, y nos dice que les gustan los nenes, sí, pero de once a diecisiete años. Y claro, no vas a comparar entre los malos pedófilos que sobetean a los niños de diez y estos pobres efebófilos enfermos y mariquitusos que no hacen mal a nadie toqueteando a los efebos de once.

Y es que ni un asomo de autocrítica, oigan. Ni una pequeña mancha de duda que enturbie su seguridad, su perfección, su altiva condición de criaturas que se saben destinadas a la salvación y la santidad. Ellos son chupiguays, los mejores, los buenos. Como mucho con pecadillos de tercera como la efebofilia esa.

Y por eso se siguen jaleando unos a otros, escondiéndose unos a otros, trasladando efebófilos de sede para que encuentren nuevos efebos antes de que los antiguos crezcan y denuncien (pregunta marginal: "¿Siguen siendo excomulgados los que denuncian por abusos sexuales a un sacerdote como decretó Juan XXIII?"). Y un deán español dice eso de que hay niñas que provocan y claro, cómo te vas a resistir. Y un obispo canadiense (Raymond Lahey) es detenido hace dos días por posesión de pornografía infantil (qué va, seguro que era pornografía efébica). Y la defensa del ex-concejal popular de Palma de Mallorca e integrista católico Rodrigo de Santos llama a declarar a varios sacerdotes, supongo que para explicar que los menores que denunciaron por abuso a este "santo" que se pagaba los chaperos y la coca con dinero de la caja municipal, para luego meter mano y otras cosas a los amigos de sus hijos, en realidad no abusó de menores sino que simplemente sentía una atracción fatal y efébica, y que bueno, que si sus hijos traían a casa a chicos de catorce y dieciséis años, pues ya se sabe a qué se arriesgan. Por efebos, más que efebos.

Nota: el deán hispánico, el canadiense episcopal y el concejal beato habían coincidido, cómo no, en arremeter contra el matrimonio entre personas del mismo sexo con especial furia. No te jode...

12 comentarios:

Diana. dijo...

Yo a este señor le recomendaría un documental muy interesante e ilustrador que seguramente le iba a gustar mucho mucho:
http://www.labutaca.net/films/50/deliverusfromevil1.htm

(en serio ha dicho lo de "efebófilo"?)

Rukaegos dijo...

En serio, Diana, en serio:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Vaticano/afirma/curas/pedofilos/efebofilos/elpepusoc/20090929elpepusoc_16/Tes

Anónimo dijo...

Que verguenza con este tipo de personajes, como tienen tanta cara... y siempre tan ostentosos con esos pedruscos "color dorado" como anillos, en sus pulcras e inocentes manos...!!!
"la cuadros-kurdos"

AniZ dijo...

Muy buen post! sin duda hacen gala de todo lo que no deberían representar, soberbia, hipocresía, abuso de poder. Dónde quedó la humildad que tanto predicaba su amado jesús?
Yo no sé a quién representan, desde luego a Cristo me queda bastante claro que no. Pobres ovejas descarriadas ...
Salu2

Agata dijo...

En vez de ellos hacer las estadísticas,de poner excusas,de decir bobadas,de meterse con los matrimonios homosexuales,de no dejar vivir a la gente,de no dejar de pedir dinero para coronas de vírgenes,para rehabilitar las iglesias(sí,con minúscula)...y muchas más cosas:POR QUÉ NO RETIRAN A DICHOS ELEMENTOS DEL MUNDO ECLESIÁSTICO Y NO NOS HACEN CONFESAR NUESTROS PECADOS CUANDO SON ELLOS LOS QUE TIENEN QUE CONFESAR LOS SUYOS.QUE CONFIESEN.Uy...que no hay confesionarios para curas:PUES YO LOS INVENTO.

Anónimo dijo...

Ya lo decía mi abuelo: Y que haya que callar...

Alfonso Saborido dijo...

Suena hasta bonito eso de efebófilo. O a glóbulo blanco.
A la cárcel con ellos. Sin contemplaciones.

Escéptico dijo...

La actitud de la Jerarquí católica con algunos temas, simplemente da asco

Rukaegos dijo...

Gracias por vuestras aportaciones. Como bien decís, esta falta de vergüenza apesta. Pero así se están quedando día a día más solos. Hasta que el dios en el que creen les pida cuentas.

Fer dijo...

Decías en FB que escribiendo sobre esto te ibas a cabrear. No me extraña. Yo me cabreo sólo de leerlo estos días atrás...

Anónimo dijo...

No generalicemos ni confundamos.Hay curas de todas las clases. REpugnantes como éste y los otros pedófilos, y gente que se deja la piel, y la vida en muchas ocasiones, en ayudar, consolar, y ayudar otra vez a todo aquel que lo necesite. Ojo, y conozco varios así, que ni te preguntan si eres creyente ni nada, pero te ayudan siempre....

Rukaegos dijo...

Creo que ni se generaliza ni se confunde: se aporta el nombre y la foto de quien desde una evidente miseria moral se ha atrevido a decir un disparate indigno. Se mencionan dos casos parecidos. Y sí, en el post y algunos comentarios se habla de la impresentable pasividad o aquiescencia de las jerarquías. De hecho, actuó como Camarlengo en la última elección de Papa el arzobispo que había tenido que dejar la sede de Boston por los escándalos desatados por abusos sexuales encubiernos por su jefe.

Claro que dentro y fuera de la Iglesia Católica hay muchas buenas personas que se dejan la vida y la piel en trabajar por un mundo mejor. Pero como argumento a mí ya no me sirve por dos razones:
a/ Su bondad o excelencia nada tiene que ver y nada minimiza la indecencia de otros.
b/ Siempre me ha sorprendido cómo tantas buenas personas callan ante los desvaríos de las malas. En Alemania muchas buenas personas callaron ante Hitler y pasó lo que pasó. En la Iglesia, muchas buenas personas prefieren callar ante los comportamientos, declaraciones y tomas de postura de sus jerarcas. Ellos sabrán.
Claro que buenas personas, pero inocentes del todo ...

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