NIDO DE GAVIOTAS
Las gaviotas ganaron la batalla de la imagen y se convirtieron en el símbolo de la libertad en abstracto y hasta de ciertos liberales demasiado concretos. Poco importa su carácter agresivo y depredador. Poco sus violentos ataques por el espacio vital de nuestras ciudades a las no menos bien tratadas en la guerra de la imagen y no menos violentas palomas.
De nuevo el Ayuntamiento de Santander con la colaboración de SEO-Birdlife inicia una campaña para limitar la plaga de gaviotas sobre nuestros tejados y cabezas y solicita la ayuda de la población para detectar el emplazamiento de los nidos y retirar tanto nido como huevos.
Desde mi ventana veo desde hace unas semanas una gaviota empollando. Y a pesar de que las gaviotas no me resulten simpáticas, de que en efecto considere que el Santander posible tiene superpoblación de gaviotas (se mire por donde se mire), no llamaré para denunciar su privilegiada atalaya con vistas a la Bahía.
Supongo que me cuesta admitir la intervención humana en la vida animal. Supongo que teniendo a los humanos cada vez en menor consideración, me resisto a dejarnos actuar sobre los que Francisco de Asís llamaría nuestros hermanos pequeños. Supongo que me queda tal vez un resto de romanticismo absurdo capaz de olvidarse de los proyectiles recibidos a veces de las piratas voladoras.
Supongo que pienso que mientras destruimos la naturaleza, degradamos el hábitat natural de tantas especies, les privamos de comida y territorio, nulo es nuestro derecho a protegernos del mal que nosotros creamos. ¿No hemos invitado a las gaviotas a formar parte como comensales del banquete del desperdicio que son nuestras ciudades? ¿no les hemos enseñado que era más fácil buscar entre nuestros restos que pescar como siempre? ¿no hemos prohibido que los barcos arrojen los despojos de su pesca para que las gaviotas mantengan sus fuentes de alimento tradicionales en la bahía?
Pues a joderse tocan.
3 comentarios:
Siempre viene a mi cabeza los nidos de Cudillero. En Santander, al ser una ciudad, ocasionan problemas, quizá hay que buscar soluciones más imaginativas.
Saludos,
JP
Historias de JP
Razón no te falta... seguramente estas aves son una plaga y más de un problema para los vecinos, como en tu caso, sufrís las consecuencias directas, pero qué coño, también tienen derecho a un cacho de Santander.
Supongo que al final lo que me molesta es el cinismo con el que nos enfrentamos a la naturaleza. Cuando había cinco millones de focas y cinco mil canadienses, había pescado a mansalva. Ahora que hay cinco millones de canadienses y cinco mil focas, no hay pescado, pero la culpa, dicen los canadienses, es de las focas.
Aquí, lo mismo. Esquilmamos los bancos de pesca, arrasamos la costa , llenamos el mundo de basura ... pero luego la culpa es de las gaviotas. Pues he decidido que la del tejado de enfrente es un bonito experimiento de observación ornitológica desde mi casa. Lo mismo saco una foto y os la enseño cuando el pollucu nazca.
Saludos
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