miércoles, junio 04, 2008

ADHESIONES INQUEBRANTABLES
Anda el patio político revuelto. Congresos y congresillos a la vista, en muchos casos con familias y sensibilidades a flor de piel. Y como consecuencia, regreso al universo de las adhesiones inquebrantables. Y ahora que tenemos internet, blogosfera y forosfera, con más ruido, más insultos y más sinsorgadas que nunca. Que cuando se habla sin dar la cara o sin asumir responsabilidades, rebuznar es más barato. Quién nos iba a decir que la nueva revolución tecnológica nos devolvería a los tiempos de Ugh el Troglodita y de Altamiro de la Cueva.
Mira que mi madre me dice que no me meta en follones, pero tras darle muchas vueltas al asunto trataré de escribir (con mucho cuidado, eso sí) algunas reflexiones que se me vienen a la cabeza.
Siempre he creído más en la política que en la tecnocracia. Participar en la res publica a través de asociaciones, organizaciones, partidos, instituciones e institucioncillas siempre me ha parecido el mejor de los caminos para aportar a la sociedad nuestros puntos de vista, contribuir a un análisis crítico de su situación, proponer vías de cambio, impulsar propuestas. Tal vez sea precisamente la debilidad de la llamada "sociedad civil" en nuestro viejo solar hispano la que explique lo fácil que calan mentiras, manipulaciones, panfletos y conspiraciones, la ruda simplicidad de tantos discursos como uno escucha cada día como justa penitencia a empeñarse en llevar las orejas puestas. Cada entorno asociativo y organizativo tiene sus modos, sus ritos, su función y sus momentos. Pero precisamente en los partidos políticos es donde deberíamos encontrar de forma más clara espacios para reflexionar, compartir y debatir. Y hacerlo de una forma crítica (y crítica no significa ni asesina, ni cainita, ni megaborde).
El caso es que llegan los tiempos de congresos y congresillos. Y comienzan a moverse estrategias, peones y declaraciones y, zas, ya la tenemos liada. No tanto porque se pudieran concretar propuestas y caminos discrepantes, sino porque como algunos dicen o te mojas o ya todos te cortan el traje del enemigo. Mojarse no significa aquí justificar o avalar un proyecto de futuro, unos contenidos, sino cerrar filas en torno a personas a las que al parecer debes mirar con ojos arrobados y babeantes antes de exclamar "¡Contigo, al fin del mundo!". Y líbrete dios de intentar siquiera un pequeño y modesto discurso adversativo.
Supongo que tiene que ver con mi forma de ser, o con mi sol en Tauro. Pero soy de natural más bien apacible. Me gusta reflexionar y sopesar. Y en ese proceso me gusta escuchar a todas las personas que tengan algo que aportar, me gusta charlar y poner en común reflexiones con mis amigos y con quienes no lo son tanto, pero comparten una aventura política, me gusta mirar y, si puedo, ver.
Han ido tomando la voz estas semanas que ya me resultan espesas y larguísimas muchas voces. Unas templadas y otras, por todos los frentes, muy desafinadas. Parece que se han ido articulando personas, intereses y proyectos en torno a tres cabezas. Y en torno a muchas adhesiones inquebrantables.
Pero como no tengo yo costumbres adhesivas, y como creo que mis tomas de postura y mis reflexiones (por nimias e irrelevantes que puedan ser) han estado claras en el lugar adecuado y en el momento adecuado, no creo que tenga que explicar en este blog nada que no sea ya sabido. Pero si lo que se espera (y algunas voces me han llegado en esa dirección) es la descalificación de alguna de esas tres cabezas, tendréis que esperar sentados. Aprecio personalmente a las tres, considero activos importantes para la Cantabria que me gustaría llegar a conocer a las tres, aprecio errores (errare humanum est) en las tres. Y ojalá que no se hubiera hecho necesario optar. En todo caso, después de la reflexión, el análisis crítico y la mirada personal, la opción está tomada, y no creo que haya habido muchas sorpresas. Y si alguien prefiere adoptar ciertos tonos de Drama Queen o mohines ofendidos, si no es capaz de entender que todos tenemos o deberíamos tener la libertad de elegir y de acertar o equivocarnos por nosotros mismos, como decía mi abuela, doble trabajo: enfadarse y desenfadarse.
Lo demás, es Literatura.

2 comentarios:

el ruton dijo...

Siempre he creido en los debates para discutir ideas y aprender de cada uno para mejorar . Desgraciadamente en una democracia consolidada cada vez somos menos democratas .

Rukaegos dijo...

Pues sí, rutón, me temo que cada vez estamos más sordos a las razones de los demás. E injustos en todos los términos, ahora mismo (es tema delicado para mí) es facilísimo quedarse trabajando de irregular en España, pero misión imposible que alguien venga con los papeles legales ... Y así todo. Puertas cerradas.

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