martes, marzo 12, 2013

DON'T CRY FOR ME, PONFERRADA



Yo, como a mis más fieles lectores y comentaristas no puedo negarles nada, tendré que echar mano de mi irresponsabilidad acostumbrada y escribir sobre el Affaire Ponferrada a requerimiento de Bruno.

No conozco el caso con pelos y señales, aunque no poca es la información que ha ido apareciendo en los medios, creo que suficiente para hacerse una idea somera y abrir paso a un par de reflexiones.

En mi Twitter pude presenciar un mini debate acerca de si lo que había dominado la decisión del PSOE de presentar una moción de censura apoyado por el partido local fundado por el acosador de Nevenka y con el voto de éste, era Maquiavelo o Max Weber. Si se trataba de una operación, pues, de ingeniería del poder, caiga quien caiga y olvidando los valores y las éticas, o si más bien estábamos ante un ejercicio de responsabilidad en el desempeño público que, en busca del bien común, no podía aferrarse de forma maximalista a unos valores morales que valdrían para la conciencia personal pero no para la conciencia política. Aunque en el resultado final lo que parece que ha estado más presente es el Visir Iznoguz. O peor, de Anacleto.

Parto de la premisa de que, en lo que a Ponferrada se refiere, está casi todo el mundo a estas alturas mejor callado. El PP, porque hasta fechas recientes ha venido gobernando con el apoyo del grupo formado por Ismael Álvarez, aunque también porque Álvarez fue alcalde de Ponferrada en representación del Partido Popular, que le apoyó y avaló en el Caso Nevenka hasta que sobrevino la condena. La propia ciudadanía de Ponferrada, porque ha dejado bien claro, como suele pasar en los ámbitos locales y no sólo, que al ejercer el derecho al voto premia a imputados y condenados, siempre y cuando la trayectoria de imputado o condenado venga avalada por buenas dosis de populismo, al tiempo que suele castigar honestidad, austeridad o gestión responsable. El PSOE, pues bueno, porque en ese deseo de alcanzar una alcaldía tan relevante a mi juicio ha perdido el oremus.

Los valores éticos no son, no deben ser, una mera declaración formal. Si hablamos de ética pública, de valores ideológicos, de decisiones que afectan a la propia identidad y al gobierno ciudadano, tendremos que intentar ser mucho más coherentes y claros. Y es cierto, siguiendo a Max Weber, que el interés público puede exigir algunas veces sacrificios en el ámbito de lo valorativo, lo que él llama Ética de la responsabilidad , pero no es menos cierto que estas rupturas deberían ser públicas, explicadas y convincentes. Hasta el punto de que uno de los mayores errores que puede cometer un gobierno  (pongamos Zapatero) es el de traicionar algunos principios por presiones o para evitar males mayores, pero hacerlo sin aclarar las condiciones y motivos a los ciudadanos a los que parece que se nos considera demasiadas veces menores de edad.

Es probable que existieran razones más que suficientes para intentar desalojar al PP de la Alcaldía de Ponferrada. Y a día de hoy no nos olvidemos de que una moción de censura es legal y legítima, mal que nos pese a todos cuando caemos víctimas de esa herramienta. Pero desde el principio algunas cosas no sonaron bien en el proceso ponferradino. Y lo que peor sonó siempre fue la participación de Ismael Álvarez en el mismo, alguien condenado por acoso sexual, con lo que eso supone para la mirada de quienes defendemos desde la razón y desde el corazón la dignidad e igualdad de las mujeres. Vale que haya cumplido ya su condena, pero sigue sin gustarnos, vale que se hubiera comprometido a abandonar el ayuntamiento (lo de abandonar la política uno se lo puede creer o más bien no), pero sigue sin gustarnos, vale que en adelante el apoyo al gobierno municipal fuera a venir de los otros concejales del grupo y no del ex-alcalde, pero la presencia de uno ha contaminado listas completas en otras partes del país, no sé por qué no tiene que afectar esa contaminación también -y a todas las bandas- a Ponferrada.

A partir de ahí, la sucesión de errores, la mala gestión del caso, ha sido permanente. Fue un error, un error clamoroso que una vez más demuestra que en las altas esferas del partido se está a veces más a hacer cuentas que a defender contentidos, más a la ingeniería que a la realidad, que se escucha sólo lo que se quiere oír, plantear una moción de censura en esas condiciones. No sé si hubiera cambiado algo de haber dimitido Ismael Álvarez antes de la presentación de la moción. Pero desde luego fue un error plantear la moción con su voto. Pero enredándose en el error, fue un error dar marcha atrás tras la moción. Si había que dar el paso, tal vez hubiera sido mejor sostener las razones y seguir adelante, avalando con la dimisión de Álvarez lo hecho y justificando mal que bien los beneficios que hubiera aportado la salida del ex alcalde de la política municipal. Pero Rubalcaba anuncia que se recula cuando ya hay un nuevo alcalde. O lo que es lo mismo, cuando acorrala contra la pared a los socialistas de Ponferrada. En cuestión de medio segundo era evidente que el nuevo alcalde no iba a dimitir, que además esa dimisión hubiera supuesto una imagen realmente rocambolesca de juegos de tronos al margen del bien común. De hecho, me ha sorprendido que efectivamente Álvarez haya renunciado a su acta de concejal después del digo digo digo diego del PSOE. Así que a falta de alcalde socialista en Ponferrada ahora ni alcalde, ni concejales, ni, me temo, afiliados.

Por intentar sacar algo en claro y en positivo de este juego kafkiano y errático, en un país donde nadie dimite, nadie ha dimitido. Pero en un país donde nadie pide disculpas, al menos Óscar López ha asumido con la boca pequeña (asumir de verdad responsabilidades es otra cosa) la mala gestión y se ha flagelado un poquito en público. Para que se nos pase rápido el berrinche supongo.

Mal el acuerdo, mal el desacuerdo, mal las conclusiones. Mal.

6 comentarios:

Maria1462 dijo...

Muy de acuerdo con todo lo expuesto, ese ahora si, ahora no,lo único que hace es confundir, sobre todo en poblaciones pequeñas que se vota más a la persona que a las siglas. Hay muchas Ponferradas en España. La lucha y el linchamiento dentro del propio PSOE no esta dando muy buena imagen de cara a próximas elecciones.

Anónimo dijo...

Yo creo que Oscar López debió dimitir cuando fue desautorizado por Rubalcaba, y debió hacerlo antes cuando defendió la moción con unos argumentos extrambóticos.

BRUNO dijo...

El PSOE dicen que tiene (muy afortunadamente para él y para todos) un fuerte componente de mujeres feministas - lo que desgraciadamente no es una redundancia en este país-.
Elena Valenciano, "nº2" del partido,forma parte de ellas y se opuso desde el principio a la maniobra.
El "nº 3", ese que ahora lloriquea excusas y puso su cargo a disposición del partido ("dimisioncita"), estaba a favor del enjuague.
¿Álguien puede creer que el "nº 1" no supiese nada?. ¿Dió el "nº 1" la orden de "hágase"?. ¿El "3" puenteó a la "2" sin que lo conociese el "1"?. ¿Tan necesitados están de "victorias" que vale todo por conseguirlas?.
En opinión de muchos el PSOE hace mucho que dejó de ser un referente ético, y lo que ha quedado es una máquina de poder simple y pura, el problema es que si sigue así le quedarán generaciones enteras si quiere volver a gobernar algún día.

Rukaegos dijo...

En lo básico, de acuerdo con los tres. María, sí pero ... quizá más que de luchas internas, que también, estemos hablando de coherencia en principios y valores. Eso es lo que de verdad desconcierta y cansa, y de alguna manera hacer pensar que las crisis internas son un quítate tú y no un debate de ideas y proyectos que, creo, sería bien entendido e incluso bienvenido.

Anónimo, de acuerdo en que este esperpento exige mayor responsabilidad. Cierto que las explicaciones previas eran de traca, pero la locura absoluta y la demostración del error no llega hasta más tarde. En todo caso, Óscar López queda desautorizado por mucho mucho tiempo.

Bruno ... ¿vale todo? Evidentemente no, pero como apunto en el artículo en el PSOE, también en otros partidos pero aquí no estamos en tiempos de otros sino en el propio, hay demasiado Maquiavelo de salón, demasiada obsesión por las geometrías variables y demasiada gana de sillón que acaba obnubilando. Porque no ha sido sólo Ponferrada, y en la propia Cantabria tenemos mociones y casos más que discutibles en el histórico.

Saludos y gracias por vuestras aportaciones

Anónimo dijo...

gilipollas, esto es astorga

Rukaegos dijo...

Pues nada, cariño, ¿ves qué fácil? Se cambia la foto, se corrige el error y se toma nota de que el google falla a menudo.

Sobre el anonimato, que siempre es cobarde, y los insultos no hace falta que haga comentarios ¿verdad?

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