miércoles, enero 05, 2011

PERSPECTIVA CENICIENTA


A pesar de que son ya varios y recurrentes los indicadores que parecen apuntar a un enfriamiento de la caída, no parece que el estancamiento en una crisis con duros datos para el empleo, las políticas sociales y la progresiva pérdida de poder adquisitivo se puedan presentar como horizontes halagüeños.

Hablando el otro día con un par de amigos, apareció de forma reiterada y con diversas formulaciones la idea de que se acabó la fiesta. Y eso porque con independencia de que se puedan corregir algunos de los datos más alarmantes, y en especial el trágico del desempleo, lo que parece evidente es que no vamos a recuperar en muchos años nuestra capacidad adquisitiva. Así que toca revisar cuentas y analizar dónde podemos meter la tijera, no ya para ahorrar sino simplemente para llegar a fin de mes sin demasiados ahogos.

Al principio, algunos análisis optimistas hablaban de la condición cíclica de las crisis y hasta de su bondad, en lo que podían suponer de ajustes de los desequilibrios presentes. Y puesto que la especulación financiera y la avaricia de los grandes actores e ideólogos del liberalismo neocón se encontraban en el origen radical de la fractura, hasta leímos artículos sobre la caída del modelo egoísta y la posibilidad de explorar nuevas redes y relaciones. Sin embargo, no ha sido así. Al final las presencias fantasmagóricas de entes ectoplásmicos como El Mercado, La Mano Invisible, como si de nuevas encarnaciones del Coco se tratara, apuntaron con dureza a sus objetivos. Se fortalece la lógica mercantilista de las relaciones internacionales, olvidando valores y principios, lo que se traduce en la consolidación como gigantes influyentes de estados tan emergentes como totalitarios, ante los cuales Occidente se inclina para rendir pleitesía y de paso sacar algunos cuartos. Se arremete con saña contra el gasto público, contra los servicios sociales, contra la yugular igualitaria del Estado del Bienestar, apareciendo brechas que ya nos hablan una nueva distancia entre quienes por las razones que sea cuentan con una economía saneada, y que en la crisis encuentran la oportunidad para el crecimiento particular, un espacio gris de asalariados más o menos estables pero sin esperanza alguna de ascenso, y un creciente y aterrador número de excluidos (parados, pensionistas que verán afectada su ya exigua capacidad económica, etc).

Las respuestas que los gobiernos vienen dando son todas de un estilo similar. Austeridad en el gasto social, disminución de prestaciones públicas, disminución salarial y flexibilidad para que los entes fantasmagóricos y sus amigos maniobren todavía con más impunidad y más alegría. Sin que haya habido un solo movimiento para perseguir las evasiones fiscales, las economías sumergidas o la corrupción política, que tanto nos están costando cada día.

Difícil en este contexto reactivar ese consumo que nos dicen en los medios que es el gran motor. Porque parece claro que lo que toca es remendar culeras desgastadas, leer aquellos títulos que se nos fueron quedando sin abrir en la biblioteca y ya que han desaparecido las tiendas de música y con ellas las tentaciones, volver a escuchar aquellos viejos y maravillosos discos y cambiar las salidas al cine y a la farra por las reuniones de amigos con el DVD, la tele y los refrescos en el salón de casa.

10 comentarios:

Elena dijo...

Efectivamente, todo apunta a que al final se saldrá de las crisis con el modelo que la provocó reforzado, algo evidentemente absurdo.

Por supuesto, una parte importante de la solución para por volvernos más pobres, por ese "se acabó la fiesta" que responde al haber vivido por encima de nuestras posibilidades (pero no en plan personaje galdosiano, ¡prometo que algunos no lo hacíamos adrede!).

Sin embargo, resulta inaceptable -y no en términos morales, no soy (creo) tan ingenua, sino en términos intelectuales- que nos hablen del mercado como de un ente omnipotente e inmutable, como de esa fantasmagoría ectoplásmica de tu texto. Por la misma razón por la que el mercado es un elemento irrenunciable hoy en cualquier planteamiento político hacedero y vivible, por esa misma razón, el mercado es un elemento intervenible. Si es real, lo es en cuanto a poderoso y tozudo, pero también en cuanto a modificable y humanizable. Faltan ideas, planteamientos nuevos, chispa ideológica de la buena, de la pacífica, serena y humilde (la verdaderamente revolucionaria). Hablarme del mercado como de algo todopoderoso e inexorable en sus ciclos, ritmos y movimientos, es como pedirme que comulgue con el materilaismo dialéctico o, ya elegido el verbo, con esa suerte de trascendente, y divino, canibalismo, que es la eucaristía. Ojalá surjan ideas, pero no como agua de boca de riego en estallido, sino como agua de manantial: suave, posible, en curso...

Feliz noche de Reyes, Ruka, que te sea dulce la Epifanía(¡importantísima la tilde!, sin ella, pareciera que fueras a folgar con la más rústica de las mozas :))))

Besos en oro, incienso y mirra.

Rukaegos dijo...

El caso, Elena, es que durante la fiesta los trabajadores públicos perdimos cerca de un 30% de poder adquisitivo, así que tal vez no lo fuera para todos. Y lo mismo ocurriría si nos fijamos en la precariedad del empleo, el mileurismo y demás.
Pero precisamente entre quienes gobiernan con cara, con cara dura o con vestigios ectoplásmicos la política y la economía es donde se festejó la cultura del pelotazo. Sería esencial saber cuándo dinero hemos desperdiciado en España de las inversiones públicas en el pago de comisiones, regalos y sobres varios, cómo se han tirado tantos millones de euros de las aportaciones europeas sin generar economía productiva, apostando sólo por la construcción, la especulación y en todo caso por los servicios. Porque en todo ese dinero que se ha volatilizado entre los dedos de las manos invisibles está una buena parte de la oscuridad actual.

Ojalá que los Reyes sean tan dulces contigo como tú lo eres con este blog y con quien lo escribe.

Besos epifánicos.

Diana. dijo...

A mi tb me gustaria saber la cifra que se va en "dádivas", siento profundo interés (a saber estas Navidades "críticas" entre los altos cargos! -que no funcionarios en general-). Y tb de paso que se me explique bien que significa eso de vivir "por encima de nuestras posibilidades", creo que seria interesante que cada uno conocieramos la parte exacta de culpa que tenemos en todo esto llamado La Crisis.
Aunque me da que no hemos sido precisamente los que tenemos que vivir (exclusivamente) de nuestro salario los que hemos vivido de esa manera... o qué? Aunque ahora que lo pienso, cada vez cojo más taxi y menos autobús...pero esto es más bien cosa de la edad y los achaques, me temo...
Fuera de broma, que alguien me lo explique, en serio.
No hay dinero -se fuera por donde se fuera- y eso lo tenemos que pagar todos. Y esto es lo unico que se aplica.

feliz dia de fiesta y ociosidad :)

Diana

Anónimo dijo...

Creo que tu punto sobre la corrupcion es la pieza clave sobre cualquier discusion politica; no importa cuanto a la derecha o cuanto a la izquierda vayamos, si la administracion de los muchos (o pocos) fondos publicos se corrompe, cualquier sistema acaba por romperse.

Antonio Fernández Munárriz dijo...

Me produce desazón las consecuencias.

El cine y el teatro, por ejemplo.

Las librerías, kioscos y tiendas de discos. Las grandes superficies van a comerse el pastel y eso nos empobrece.

Las ciudades pequeñas y pueblos, lo que somos en esta región, nos vamos a sentir más “aldea”.

Un cine, un teatro, un kiosco, una tienda de discos y una librería dan vida cultural a cualquier localidad.

Sin ellos, o debilitándolos, desaparece un rasgo de civilización.

Rukaegos dijo...

Lamento estar de acuerdo con los tres. Diana, no creo que las "dádivas" hayan bajado mucho, aunque me consta que algunas empresas, entre los malos resultados y sobre todo el estar hasta las narices de tener que cumplir con esos impuestos revolucionarios (a cambio de nada la mayor parte de las veces) han limitado su presencia navideña este año a una tarjeta solidaria. Ojalá muchas sigan el ejemplo. Pero es cierto que en los círculos del poder además de los sueldos se perciben otros muchos ingresos en forma de regalos varios que además hacen que no se tengan los mismos gastos que los demás. Hace tiempo bromeaba con unos compañeros de partido (época de congresos y ya se sabe) que lo malo es que para conspirar algunos teníamos que pagarnos las llamadas de teléfono, y otros podían estar las 24 horas al día dedicados a la intriga palaciega porque ni trabajaban fuera de la política ni pagaban la factura del móvil.

Anónimo: cada vez tengo más la terrible sensación de vivir en una sociedad cuando menos pre-mafiosa. Me da igual que hablemos del nivel local, el regional o el nacional. Y dentro de una sociedad que asume como propio el funcionamiento a través de redes de poder y de influencia. En efecto, poco vamos a poder hablar de transformación del sistema, de mejoras económicas, de bienestar social si no tomamos de una vez la decisión como sociedad de acabar con la corrupción y de hacer cordones sanitarios que alejen a los corruptos. Mientras eso no suceda, una buena cantidad de los gastos públicos estará incrementada de manera indecente en cajas b y tramas oscuras.

Antonio. Toda la razón, pero al final el círculo vicioso se va cerrando, y las grandes superficies dan respuestas que el pequeño comercio no puede, no quiere o no sabe dar. De momento en esta Santander que aspiraba a ser capital europea de la cultura no hay tiendas de discos ya (de clásica, quiero decir), no hay teatros y casi no hay cines. O lo que es lo mismo, en esos datos estamos mucho peor que hace 30 años. ¿Qué coño ha pasado con todo el dinero supuestamente invertido en cultura?

Saludos a los tres y gracias por vuestras aportaciones :)

BRUNO6 dijo...

(PERSONAL).
Perdona,Regino,no tengo tu correo y no se otro modo de enviartelo, pero me parece que este artículo te puede interesar:http://sn130w.snt130.mail.live.com/default.aspx?mkt=es-us&wa=wsignin1.0

Elena dijo...

Por supuesto, Diana, mi alusión a haber vivido por encima de nuestras posibilidades no implica que tuviéramos conocimiento de ello, y, por supuesto, de no tenerlo no éramos culpables muchos de nosotros, ya que no es que nos faltara conciencia, ni siquiera que nos faltara formación sobre economía, sino que a base de movimientos macroeconómicos cuyo manejo escapa por completo a las decisiones del ciudadano (salvo, podría pensarse en última instancia, con su voto)estábamos viviendo una bonanza que no era real.

También yo soy funcionaria pública, también tomo diariamente el trasnporte público, también he visto con horror como durante esos años de "bonanza" las ETT practicaban políticas que casi podrían llamarse de explotación... También, sobre todo, me atrapa el desaliento al pensar en la corrupción, piedra de toque, me temo, no sólo de la vida pública y carne por tanto de legislación urgente y férrea para crear ese "cordón sanitario", sino de la vida privada, de la íntima convivencia de cada cual con sus seres queridos, con su día a día y, cómo no, consigo mismo.

Siento si he sonado muy zen cayendo tan en picado de lo social a lo individual, de lo legislable a lo "tan sólo" educable, en realidad, soy de lo más occidental: lo cierto es que creo en la ley, a la que considero uno de los mayores aciertos de la civilización, pero creo aún más en la ley moral kantiana, aunque no esté de moda.

Sí, indignémonos...

Liborio Aparicio dijo...

Acaso las leyes pueden servirnos de algo sin ética para respetarlas? Reconozco que ayudan a controlar a los tramposos, pero tenemos que enseñar a ser honestos.

Soy de la provincia española en la que se han producido los más escandalosos casos de corrupción, durante años y años, en varios ayuntamientos. Auténticos dinerales que tendremos que subsanar entre todos!.

Rukaegos dijo...

A eso me refiero, Liborio, a que estaría bien que alguien aportara los datos de cuánto dinero hemos desperdiciado en España para corromper, llenar bolsillos, pagar favores, especular, y demás manejos turbios y corruptos. Y todo ese dinero que ahora tendremos que pagar (y que venimos pagando) a lo mejor hubiera sido el que nos hubiera permitido no sufrir de forma tan grave la crisis.

Mientras no haya una limpieza clara y severa, no vamos bien.

Gracias por tu comentario.

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