miércoles, noviembre 18, 2009

EL PECADO DE CHOCOLATE DEL PADRE LARRAMENDI


En la bella poética con la que Kirmen Uribe abre su Mientras tanto cógeme la mano (Visor, 2008) se recoge una curiosa anécdota. Nos cuenta que en el S.XVIII el chocolate estaba mal visto, que muchos predicadores de la época lo dejaban al margen de las buenas costumbres y lo convertían en sospechoso hasta el punto de recomendar a los fieles que no se comiera, porque comer chocolate era, ni más ni menos, pecado.

El jesuita y gramático Larramendi tenía un cierto apego al parecer por los placeres terrenales y dudosos, ya que entre sus pasiones se hallaban los bailes y el chocolate. Tanto que a su muerte encontraron una onza de chocolate bajo su almohada, un último placer, un último deseo, un último pecado que escandalizó a algunos de sus compañeros jesuitas, que horrorizados afirmaban que el pobre padre Larramendi había muerto en desgracia y no podía recibir ni funerales ni entierro cristianos, y debería ser enterrado extramuros del cementerio. Aunque al final se impuso la sensatez.

No es del todo extraño que la Iglesia, por aquel entonces como por éste, considerara pecado cualquier llamada al deleite de los sentidos. Olvidando las valoraciones, mucho más modernas que las que escuchamos en Ratzinger, del Doctor Angélico, Tomás de Aquino, que en su Tratado de las virtudes definía el pecado como exceso y defendía que las cosas hermosas, el vino, el chocolate, el placer carnal (dentro del matrimonio, al fin y al cabo era moderno pero del S.XIII) eran dones de Dios a disposición de los hombres. Y que sólo habría pecado cuando el ser humano perdía respeto por sí mismo para perseguir obsesivamente esos placeres.

Hoy, como ayer, la Iglesia amenaza con los fuegos del Infierno a quienes no cumplan sus designios. Unas normas que nos presentan como eternas, fijas e inmutables a lo largo del tiempo. En contra de su propia historia en la que condenaron y amedrentaron a los fieles por acciones tan terribles como la de comer chocolate y tantas de la misma gravedad.

¿Sabrían que estaban pecando los recebados abates que en la postguerra española de la miseria y el hambre transitaban de casa de beata en casa de beata en busca de la reconfortante merienda del chocolate con picatostes? Tal vez sólo les había entrado el sentido común como a los jesuitas compañeros de Larramendi. O les había entrado el hambre. O simplemente y como tantas veces se les había ocurrido que era bueno para ellos lo que proclamaban diabólico para los demás.

¿Verdades inmutables? Pocas en su historia. Ni siquiera ésa de cuyo nombre no quiero acordarme y por la que en estos días amenazan de excomunión a los representantes democráticos de los ciudadanos en caso de voto afirmativo.

Salud y chocolate.

6 comentarios:

BRUNO6 dijo...

Bah!.Tampoco es para tánto,¿no?.Un extraño"club social"donde se llegó a prohibir el ferrocarril y el paraguas no debería sorprendernos tánto a estas alturas.Lo importante es"borrarse"(creo que ahora es casi imposible,cuando yo lo hice sólo te miraban mal el Secretario Canciller y los porteros),vivir la vida e impedir que sus dogmas absurdos mediaticen(AY!)nuestra existencia.

Diana. dijo...

Qué rico el chocolate!
(curiosidad: el Ferrero roché me ha durado justo lo que he tardado en leerte)

un beso

Agata dijo...

Yo "pasaba" un poco del tema chocolate.Pero sabía que "pecaba" al comerlo y "lo hice".Un consejo:el mejor chocolate "El Gorriaga"...¿Se escribe junto o así?Qué más da.
El otro día, en la cola del super,encontré delante mía a un chico monísimo que llevaba un gel para ducharse de chocolate.Estuve tentada de muchas cosas...(pecadora) pero no lo compré.La próxima vez,cae.
Siento ser tan mala.Se me ha antojado comer chocolate...ahora vuelvo.

Escéptico dijo...

¿Deleite de los sentidos? Que esto es un valle de lágrimas, a ver si nos enteramos.

Rukaegos dijo...

Tienes sniff razón sniff escéptivo sniff, un puro valle de lágrimas sniff

(a ver si termino de pelar las cebollas de una vez y me como unos bombones rellenos de trufa)

Agata dijo...

¿Me invitas? Qué rico.Pero yo no voy a llorar...ni mijita.

Licencia de Creative Commons
Un Santander Posilbe by Regino Mateo is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at unsantanderposible.blogspot.com.