La vieja tradición del soneto satírico es una de las mejores aportaciones de la poesía a la historia de la amenidad. Algunas veces yerras en el objetivo, en el fondo o en la forma, pero siempre resulta una manera eficaz de desahogo, y con frecuencia buena fuente de risas. Esta mañana tocaba practicar un poco eso de "Catorce versos dicen que es soneto…"
por rendir pleitesía a quien las ceba;
así fue desde el jardín de Adán y Eva:
Esta estirpe de los correveidiles
susurra entre los siervos de la gleba
nocturnas confidencias cuando nieva
y riega con insidias los abriles.
que no tiembla verdad con sus embustes
por mucho que la arrastre por el cieno.
que poco han de pinchar, blandos estoques,
1 comentario:
Bravo!.
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