miércoles, febrero 13, 2013

LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES Y LOS DERECHOS DE TONI CANTÓ


Cuanto tuve noticia ayer de la intervención de Toni Cantó ante el Congreso de los Diputados, de inmediato pensé en incorporarle a alguna de las series cómicas que se vienen desarrollando en este blog. Me imagino que los habituales adivináis a cuál. Pero un poco más asentada la cuestión, me pareció que prefería tomármelo un poco más en serio.

 Como sabéis, ayer se debatía la admisión a trámite de dos Iniciativas Legislativas Populares, la que propone la dación en pago como medio de resolución de las hipotecas y la que propone que las corridas de toros sean proclamadas Bien de Interés Cultural y de esa manera tengan presencia en todo el territorio español, saltando la decisión del Parlament de Cataluña de prohibirlas en su territorio. La admisión o no a trámite no determina el resultado del debate y votación, pero suele servir para tantear ánimos y voluntades. Que no llame a error la unanimidad en la admisión de la ILP sobre la dación, ya que el voto de la mayoría absoluta del Congreso lo fue tras notables presiones sociales y tras la dura intervención de Ada Colau en el Congreso, pero la voluntad del PP estaba claramente definida hacia la inadmisión, y es más que seguro que su voto será No. Más claras están las cosas en torno a la ILP taurina, admitida con los votos del PP, pero también los de UPyD, UPN y FA.

Toni Cantó fue el encargado de defender la postura de su grupo, en una intervención como suele sobreactuada y excesiva, repleta de esos mantras sin los que parece que no serían capaces de hablar los diputados magenta (todos son, somos, unos hipócritas, menos ellos - los nacionalistas son malos - ellos tienen referentes éticos (llaman así a Savater), los demás no) e incorporando algunas afirmaciones tan fuera de tono y de lugar, que se ha convertido, de nuevo, en la broma favorita del afilado sentido del humor español. Aunque en este caso, la tradición parece molestarle tanto que ha llegado a clamar cual ursulina escandalizada que "Muy fan de la que me está cayendo...los antifascistas serán los fascistas del futuro...Defensores de la vida animal, no respetan la mía". De lo que deduzco que o alguien le ha clavado un par de banderillas al salir del Congreso o le ha asesinado en la Carrera de San Jerónimo o ... bueno, lo de la sobreactuación que decía.

El revuelo se ha organizado a partir de frases como "Los animales no tienen derecho a la vida ni a la libertad" o, siguiendo a pies juntillas a "su" referente ético, cuya más que particular visión del mundo les exime a los magenta, al parecer de consultar cualquier otra fuente o de leer cualquier libro no firmado por Savater, "el maltrato a los animales no es un atentado ético" y "los animales no tienen derechos porque no tienen obligaciones". En fin.

Por un lado, y sintiéndolo por la realidad magenta, además de Fernando Savater hay dentro y fuera de nuestro país filósofos especializados en Ética. Prefiero no entrar en prestigios y mediciones. Como ejemplos dentro y fuera de defensores de lo contrario de lo afirmado por Cantó, estoy seguro de que los conoce bien, podríamos hablar con diferentes perspectivas de Ferrater Mora o Victoria Camps (y hasta con muchos más matices de Adela Cortina), de Peter Singer, Martha Nussbaum o de Tom Regan, por no recordar a clásicos del pensamiento como Jeremy Bentham. Estoy completamente seguro de que Cantó es perfectamente consciente de las implicaciones prácticas de su teoría de que quien no tiene obligaciones no puede ni debe tener derechos, por ejemplo, los bebés o las personas con discapacidad mental severa. Y es que en la cuestión de si los animales son o no sujetos morales, tampoco le vendría mal recordar las teorías de Kohlberg sobre la formación del juicio moral y sobre todo aderezarlas bien con los aditamentos añadidos por su discípula Carlo Gilligan y su formulación de la "ética del cuidado".

Desde otro punto de vista, al fin y al cabo hablamos de legislación, también presupongo a Cantó bien familiarizado con las teorías sobre los derechos subjetivos. Que no suelen oponer derecho a obligación salvo en un subgénero muy definido, y más bien toman como partida en su análisis la formulación de Rudolf von Ihering, para quien un derecho es "un interés jurídicamente protegido". Sin necesidad de contraprestación alguna. Y existen textos, dentro y fuera de nuestro país, que de forma lateral o clara y contundente, hablan de los "derechos de los animales" que Cantó niega. Leyes autonómicas (huy, espera, que los nacionalistas son malos y las autonomías también), normas del Código Penal (que en este país tienden a no cumplirse). Pero sobre todo la Declaración de Derechos del Animal, aprobadas por la UNESCO y ratificada por Naciones Unidas, así como los múltiples textos sobre la materia que forman parte del derecho vigente en la Unión Europea (y excepcionadas por nuestra España más cañí precisamente para evitar que el mundo civilizado meta sus hocicos en "nuestra" "fiesta" "nacional").

Sí, definitivamente hay otras formas de mirar el mundo más allá de las lentes magenta de Cantó. Sí, es cierto que habló de piedad hacia los animales y de que el maltrato degrada a quien lo comete. Pero ... ¿con qué consecuencias si no entendemos la existencia de un derecho o al menos de algo similar a un derecho desde el otro lado? ¿Nos limitamos a escandalizarnos y a llamar hipócrita a todo el mundo? Sí, es cierto que allí no tocaba hablar de todo esto, y sólo tocaba decidir si se daba curso a una propuesta concreta de unas firmas concretas. Pero fue Su Señoría Cantó quien abrió el fuego.

Sí, definitivamente, los animales viven, sufren, sienten, nos presentan una relevante capacidad emocional y social que les hace merecedores de un trato digno en su relación con los humanos, que les hace merecedores de garantías jurídicas para su bienestar, para erradicar el maltrato y el sufrimiento o al menos limitarlo hasta lo posible. Y ese respeto será solo posible desde los fundamentos teóricos, bien avalados y bien asentados por juristas, filósofos, éticos y científicos, de los derechos de los animales. Le guste a Cantó o le pique a Savater.

3 comentarios:

BRUNO dijo...

Tras la atenta lectura de este post, me reafirmo en mi anterior creencia: este Tony Cantó es un gilipollas de proporciones colosales. ("Coloshalesh", que diría Mariano).

MCH dijo...

La cantada del señor Cantó se circunscribe a la típica línea de pensamiento único de aquellos que miden todo desde una sola perspectiva: la suya. Faltos de empatía, tienen un juicio amurallado que va contra los animales en este caso, y del mismo modo contra los judíos en otros, o los gitanos, o los negros, o los pobres, o los sudamericanos, o los que no piensan como ellos..., y así hasta el infinito.
Típico rasgo, al fin, de fascistas, nazis y demás ralea de dudosa inteligencia.
Un placer la lectura de tu artículo.

Maria1462 dijo...

Toni Cantó ya demostró lo mal actor que era y ahora además de ser un político de los que no saben hacer la O con un canuto, demuestra también su inteligencia por debajo del percentil 80, rondando la incapacidad para expresar algo entendible para el 99% de lo ciudadanos incluidos los animales que según él no tienen derechos.

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